Capítulo 28

Preguntas

- ¿Podemos ver una peli? - pregunto cómo niña chica ilusionada por ver una película con alguien que le gusta. Vaya, ¿he dicho que me gusta? Vale, olvidarlo, no he dicho nada.

- Como quieras - contesta desde la cocina terminando de fregar los platos y vasos que hemos utilizado en la cena.

Debajo de la tele que está apoyada en un mueble, hay una puertas, me acerco a ellas con la intención de buscar dónde se suponen que están las películas para elegir cuál vamos a ver. Hay unas cajas de cartón guardadas dentro y, por la curiosas que me corroe por dentro, decido abrir una de ellas y, no me encuentro con cajas de películas precisamente. Son cuadros de fotos.

Decido sacar un cuadro y veo que es una familia. En la foto aparece Logan de más joven, tendrá unos 17 años aproximadamente, a su lado un hombre mayor, de unos 45 o 50 años y a su otro lado una mujer de la misma edad. Debajo de ella, hay un niño un poco más pequeño de estatura, que tendrá unos 14 o 15 años. Se parecen todos. Tiene que ser su familia.

- ¿Cuál vamos a ver? - pregunta de repente él que entra en el salón. Se me queda mirando cuando me vuelvo a mirarlo con el cuadro en las manos -. ¿Qué estás haciendo? - su expresión cambia de estar relajado a estar en tensión y con un grado de enfado.

- Na...nada, solo estaba mirando dónde estaban las películas - digo levantándome rápido al ver que se acerca y me arranca de las manos el cuadro. Él se agacha para guardarlo donde estaba y cerrar la caja para, a su vez, hacer lo mismo con las puertas del mueble.

- No están ahí - dice dirigiendo el paso a otro mueble que hay en la otra parte de la estancia.

- Ah, no lo sabía - digo con miedo y un poco asustada, pero no entiendo el porqué, ni que me fuera hacer algo. No lo dejaría, tampoco te digo.

- No abras cosas sin permiso.

¿Perdona? Lo siento, señor sabelotodo. Lo siento por no saber dónde están las películas.

- Lo siento, no sabía dónde estaban. No era mi intención - me disculpo con angustia y un poco triste.

Abre las puertas de ese mueble y, tras miras unas cuantas películas, coge una y se dirige al sofá para sentarse. Yo sigo todos sus pasos y hago lo mismo que él. Ha elegido Los Juegos del Hambre. No es mi película favorita, pero no está nada mal.

- ¿La quieres ver? - pregunta al ver mi cara mirando la caja de la película.

- Sí, claro.

Se levanta tras mi contestación para meter el DVD en el aparato y vuelve al sofá con el mando a distancia de la televisión.

Empieza la película y, cuando ya llevamos 10 minutos, no puedo aguantar más y pregunto.

- ¿Es tu familia? - no lo miro porque tengo miedo de su reacción o de su contestación más bien.

- Sí - ahora sí giro mi cara para mirarlo a los ojos. No me esperaba que me contestara.

- Os parecéis un montón - él gira su cara de nuevo para seguir viendo la película, pero yo quiero saber más, no me puedo quedar callada -. ¿Cuántos años tenías en esa foto? - aparto la mirada de nuevo con miedo ante su contestación. Lo escucho resoplar y coger aire antes de contestar.

- 17 años recién cumplidos - dice con desagrado -. ¿Podemos seguir viendo la película?

Vale, ya me ha quedado claro que no quiere hablar del tema al respecto.

- Sí, claro, perdón - respiro hondo e intento tranquilizarme. No sé nada de su vida y tampoco hace nada para dejar que sepa. Es muy cerrado y la sensación que me da es que no deja a nadie entrar en su vida -. ¿Por qué no quieres hablar conmigo? - pregunto de la nada para entablar una conversación seria con él.

Con el mando, le da al botón de pausa para parar la película, y se gira en mi dirección para mirarme a los ojos mientras me habla.

- Yo no he dicho nada de eso, estamos viendo la película, tú querías.

- Solo he preguntado y tú has dicho que como quisiera, pero yo no te estoy diciendo nada de eso - me estoy empezando a exasperar con tan solo ver qué no entiende nada -. Te he preguntado por tu vida y no quieres hablar nada.

- Es que, ¿por qué tengo que hablar de mi vida?

- Porque somos compañeros de piso y no sé nada de tu vida. No es justo - digo desesperada, subiendo los pies al sofá para acomodarme sin dejar de mirarlo a los ojos.

- Yo no te pregunto por la tuya - aparta sus ojos de los míos, como si no quisiera verme más.

- Vale, Logan - aparto yo también la mirada al ver que no me mira a mí, me levanto del sofá y paso por delante suya en dirección a las escaleras.

- ¿Y la película? - pregunta mientras escucho que a mis espaldas él se levanta también, y escucho sus pasos.

- Terminala de ver tú - me encojo de hombros mientras sigo caminando.

- Son mis padres y mi hermano Josué. Es mi hermano pequeño, por 3 años - me quedo quieta en el sitio, con la mano apoyada en la barra de las escaleras y un pie subido en el primer escalón, lista para subir a mi habitación -. No me hablo con mis padres, con mi madre de vez en cuando, pero muy poco. Mi hermano vive aquí y es a quien más veo actualmente, pero por situación de trabajo, tanto el mío como el suyo, no nos podemos ver todos los días, aunque estamos intentando que sí - se queda callado de repente, y yo me doy la vuelta para verlo de frente.

No sé en qué momento ha avanzado tanto, pero lo tengo a menos de 10 metros de distancia.

- ¿Tienes alguna pregunta? - dice sin dejar de mirarme en ningún momento. Yo asiento sin apartar los ojos de los suyos. No pierdo detalle de nada. Él asiente a la vez para darme pie a preguntar lo que quiera.

- ¿Cuántos años tienes? - pregunto como en un susurro, como con miedo.

- Tengo 27 años.

Me saca 6 años, yo tengo 21. No está mal.

- ¿En qué trabajas? - me da curiosidad cuál será su contestación a la pregunta.

- Soy jefe de una empresa de negocios - suelta tan normal. ¿Jefe de una empresa de negocios? Dios mío, no le pega nada -. ¿Qué pasa?

- No, nada - digo soltando una sonrisita burlona y mirando al suelo -. Es que no te pega nada ser el jefe de una empresa de negocios.

- Ya, lo mismo opino yo, pero me la dejo a cargo mi padre como consecuencia de abrir más sucursales repartidas por diferentes países - explica.

Vaya.

- ¿Alguna pregunta más, bruja? - dice ahora con más tranquilidad, lo veo instalado en su rostro.

- No, tengo sueño. Me...me voy a la cama - digo señalando con el dedo a mi espalda hacia las escaleras, y mis ojos vacilan entre los suyos y el suelo.

- Está bien, que descanses. Yo también me voy a dormir, te acompaño.

Asiento nerviosa, me doy la vuelta y ahora sí, comienzo a subir las escaleras a mi habitación. Llegamos arriba y me dirijo a la puerta de mi habitación. Él viene detrás.

- Bueno... - empiezo a decir.

- Buenas noches, bruja - dice con las manos metidas en los bolsillos de los pantalones vaqueros que lleva y una sonrisa pícara en sus labios.

- Buenas noches, Logan - digo a su vez, asintiendo con la cabeza y con los mofletes colorados seguro.

Abro la puerta de mi habitación y entro en ella sin mirar atrás, pero sin hacerlo sé que él me está mirando y siguiendo todos mis movimientos.

Cierro a mi espalda y me apoyo en la puerta. Cierro los ojos y suspiro. Me está volviendo loca. ¿Qué me está pasando?

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