Capítulo 22

¡A bailar!


Con Colette el día a sido genial, más que eso diría yo. Hemos paseado por todos los rincones de Las Vegas, hasta por sitios que, aún estando viviendo aquí, todavía no he llegado a conocer. Sitios espectaculares a los que volvería a ir una y mil veces más.

Comemos en un restaurante que tienen unas patatas fritas que te mueres del gusto. Pero ya no te digo más cuando nos ponen esa carne de las costillas del cerdo que están para morirse y no volver a resucitar. Bueno sí, que me resuciten que no quiero morir joven. Todo acompañado de dos Coca-Cola bien fresquitas que entran de lujo.

Para merendar nos hemos ido a una cafetería barra heladería barra lo que sea más, es una monada, todo está adornado con colores pasteles y muchos dibujitos muy graciosos. Pedimos unos Donuts de chocolate blanco con virutas de chocolate negro, es la muerte a pellizcos. Es un placer único. Podíamos haber tenido un orgasmo tan solo dándole un bocado a ese pastel.

Ningún orgasmo puede ser mejor del que tuviste el otro día en el baño.

Subconsciente, te pediría por favor que dejaras de recordarme ese momento. Aunque, viéndolo así, tiene toda la razón. Desde ese día no paro de pensar en ese maravilloso orgasmo. Que fue provocado por mí, porque todo lo hice yo, aunque, si no hubiera entrado en el baño y hubiera escuchado lo que escuché, pues no lo hubiera tenido.

Cuando llegamos a casa, Colette se queda en el salón con Michael, el amigo de Logan, y con éste mismo también. Yo voy al baño a darme un ducha y a prepararme mejor para salir esta noche a cenar con mi amiga. Ya que salimos todo el día pues se aprovecha también para cenar, pero para tener una buena cena no puede faltar un vestido de infarto con unos taconazos bien preciosas y pasar una noche loca bailando y disfrutando. Ese ha sido el resto que he hecho con Colette. Decía que llevaba tiempo sin salir conmigo y que veía que no disfrutaba lo suficiente. Y aquí estoy, metida en la ducha, donde Logan se tocó a tan solo unos pasos de distancia de dónde estaba yo haciendo lo mismo. ¿Por qué no puedo parar de pensar en ello?

Decido ponerme un vestido rojo pasión, potente, con escote en V, bien pronunciado, por lo que no necesito llevar sujetador, es hasta la mitad del muslo de largo y me he puesto unos tacones altos de tiras en negro. Son preciosos y estoy enamorada de ellos, tanto como con todos los demás.

Cuando bajo las escaleras, están todavía sentados en el sofá, pero ya mi amiga Colette está arreglada con un vestido demasiado corto que deja poco a la imaginación en color blanco, palabra de honor y unos taconazos casi igual de altos que los míos en plateados. Lleva un bolso colgado de su hombro derecho también plateado y una coleta alta en su pelo rubio.

- Bueno que, ¿nos vamos ya? - digo metiendo mi móvil en el bolso negro que llevo colgado y cuando alzo la cabeza veo que Logan, mi amiga y Michael me miran asombrados. Sobre todo Logan que no puede apartar la vista de mi cuerpo. Siento sus ojos oscurecer más todavía por el deseo que siente. Los tiene igual que ayer en el baño.

- Les he dicho a Logan y Michael, que cuando terminemos de cenar se pueden venir a tomarse una copa con nosotras - dice mi amiga con una sonrisa en los labios y mirando a Michael, éste le devuelve la sonrisa -. ¿Qué te parece la idea? Y, por cierto, estás espectacular, petarda.

Sonrió ante su apodo hacia mí y meto un mechón de pelo detrás de mi oreja.

- Estupendo, está bien. Pero ahora vámonos o perderemos la reserva del restaurante - le informo dirigiéndome a la puerta de entrada y de reojo veo como Logan me sigue con la mirada.

- Bueno chicos, nos vemos luego. Te mando un mensaje cuando terminemos de cenar y nos decís el sitio para tomar las copas - le dice mi amiga a Michael con el teléfono en la mano. No me puedo creer que sin conocerse aún se hayan intercambiado ya los número de teléfono. Bueno, mejor me callo porque yo sin conocer a Logan, solo de un simple tropiezo en mitad de la calle, y días después mírame donde estoy, viviendo con él y sintiendo cosas que no entiendo. A lo mejor las entiendo pero no quiero hacerlo. Ya está, a dejar de pensar por esta noche y a pasárselo bien.

Nos despedimos de los chicos antes de salir de la casa y tomar un taxi para ir al restaurante a cenar.

***

Justo una hora después, Colette me indica que ha avisado a Michael y nos dirigimos hacia un pub llamado The Slake's situado en todo el centro de Las Vegas. Tiene buen ambiente y a estas horas está lleno de gente.

En la entrada nos están esperando Logan y su amigo. Va con unos pantalones vaqueros oscuros y una camiseta gris oscura. Esta guapísimo. El pelo lo lleva despeinado y yo solo puedo pensar en mis manos metidas dentro de éste para peinarlo. O despeinarlo más, depende.

Nos acercamos a ellos y los saludamos. Procedemos entrar saltandonos la cola que hay en la entrada. Extrañada, Michael me mira y contesta riéndose:

- Logan y yo somos socios de este local desde hace un tiempo. Podemos entrar cuando queramos y con quién queramos - dice y al final le guiña un ojo a mi amiga. Ésta sonríe como una boba y me agarra del brazo fuerte.

Yo me quedo estupefacta por saber que son socios de este local. ¿A qué se dedica Logan? Tengo muchísimas preguntas porque, generalmente, no conozco nada de él ni de su vida.

Cuando entramos en el local, todo a nuestro alrededor son luces azules, moradas, rosas y verdes. Van cambiando cada cierto tiempo y se van alternando. La gente baila, salta, se pega a otras personas, todas con vasos en las manos y sonriendo y riendo. En la parte de arriba está el DJ poniendo música de todos los estilos, pero el que más el reggaeton y la música electrónica.

Colette y yo decidimos ir a la barra para pedir las bebidas mientras que Logan y Michael se acercan a una mesa con sillones para sentarse y esperarnos.

- Madre mía, vaya ambientazo hay aquí - dice mi amiga acercándose a mi oído para que pueda escucharla, ya que con la música tan alta es imposible hacerlo a una distancia prudente.

Asiento con la cabeza y nos apoyamos en la barra y me tengo que inclinar para que el camarero me escuche. Pedimos dos ron con Coca-Cola y dos whisky. Cuando el camarero nos da las copas, cada una llevamos dos en las manos y vamos a la mesa donde están sentados los chicos. Les damos las copas y nos sentamos nosotras junto a ellos.

No me queda más remedio que sentarme junto a Logan ya que mi amiga y Michael están sentados los dos juntos en la parte de en frente de la mesa.

Estoy demasiado pegada a él y me está entrando calor y agobio. Con mi copa en la mano no dejo de llevármela a los labios para beber todo el rato. Estoy nerviosa por tenerlo cerca de mí. Tan solo un movimiento por parte alguna y nos rozariamos. Mi amiga y Michael parece que lo están pasando muy bien, muchos toques en los brazos, caricias por parte de los dos, la boca cerca del oído,... Van acabar liados.

Nerviosa, agobiada y con mi respiración descontrolada decido levantarme con mi copa medio vacía en la mano.

- Colette, ¿te vienes a bailar? - Colette pasa de mí y de mi pregunta, sacudo la cabeza sonriente y levanto mis brazos -. Pues, ¡a bailar!

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