Capítulo 2

Tropiezo


Dos tiendas de ropa, decoración, suvenir, y tres cafeterías, ya tienen mi currículum para que le echen un vistazo y a ver si es posible que me llamen cuanto antes posible. Eso es lo que me han dicho.

- Hola, buenas tardes, venía a dejarles mi currículum por si les hace falta personal y están buscando a una, para que le echen un vistazo y no duden en llamar a el número que está apuntado al principio en los datos - eso es lo que decía cada vez que entraba en algún local. Algunos me decían:

" - Por supuesto que sí. Te avisaremos con lo que sea. Muchas gracias."

Y otros decían:

" - Gracias, pero de momento no necesitamos personal nuevo, estamos muy bien y bastante llenos. Lo tendremos en cuenta."

Y así estoy ahora, con los cascos puestos, mapa en mano, bolso colgado, y caminando por las calles mirando a todos lados y fijándome en cosas verdaderamente alucinantes. Casas preciosas, en las que viven familias grandes y felices, o incluso otras casas en las que viven parejas de personas mayores bastante monas. Es una maravilla poder llegar juntos a esa edad, a estar viejitos y seguir con la persona que, en su momento, dijiste que era el amor de tu vida, y sigue siéndolo después de mucho vivido. Con la que has tenido hijos y esos hijos te han dado nietos. La edad en la que ya has vivido todo lo que se ha podido vivir o lo que te ha tocado vivir, y que lo recordarás para los restos de los restos.

Ojalá tener algo así. Me encantaría vivir algo de ese tipo. He tenido parejas pero, a día de hoy, no las considero que hayan sido estables. A mí parecer, han sido bastante tóxicas, porque siempre ha habido celos de por medio - por parte de los dos -, y mucha desconfianza - más por mi parte porque de primeras puedo parecer una pija repelente, que es muy antipática y seca con la gente, y que la gente piense eso antes de conocerme mejor, me hace desconfiar.

Llevo casi desde la adolescencia desconfiando de la gente y, en cierto sentido, por eso no encuentro a nadie que me quiera y quiera estar conmigo para siempre. Puede que sea un tontería y sean mis paranoias y que pronto encontraré a alguien, pero también hay veces que una quiere estar sola, sin nadie que este detrás tuya siempre y este viendo lo que haces, este pendiente de todos tus movimientos. Es agobiante y en una relación cada uno tiene que ser libre, pero con respeto. Respetando a la otra persona con la que estás compartiendo todo. Si uno de ellos decide cagarla, todo se va a la mierda.

Obviamente, en el sexo pues nada de nada tampoco. Diría que estoy a dos velas. Y no miento. Hace ya, por lo menos, 2 años como mucho, que no tengo relaciones, ni relación de pareja ni, por lo tanto, relaciones sexuales. Os quedaréis con la boca abierta, pero es la verdad. Tengo mis necesidades como humana que soy, y claro que las alivio, aunque sea yo misma la que lo haga.

Cada vez que saco este tema de las relaciones sexuales con mi amiga Colette delante, ella se pone mala. Ella ha tenido varias relaciones, y una de ellas, era relación abierta. Quiere decir, que cada uno puede tener las relaciones que quiera con otras personas aunque estén juntos, siempre y cuando después se lo contarán todo. Yo siempre le decía que al final iban a acabar mal - efectivamente terminó bastante mal -, pero ella decía que así cada uno tenía su espacio y no había peleas ni problemas de ningún tipo, pero claro, si eres celoso mejor que no decidáis tener relación abierta, porque entonces las peleas vuelan. Ese tipo de relaciones yo no las podría tener. Si tengo una pareja es mi pareja, no tengo porqué compartirla. Pero, si la pareja, tanto uno como el otro, está de acuerdo en poner ese término de por medio entre los dos, pues no me meto. Cada uno es libre de hacer lo que quiera. A mi amiga la respetaba, pero después de esa relación que tuvo y de ver que terminó bastante mal, decidió no tener más relaciones abiertas en su vida, y no quería parejas hasta el momento.  Y ahí está, viviendo la vida a tope, saliendo de fiesta y si se lía con uno, pues luego, si te he visto no me acuerdo. Siempre me río con ella por sus expresiones y su manera de contar las cosas.

Como la echo de menos en tan solo unas horas que me he ido de la ciudad. Al principio se pasará mal y un poco raro, pero con el tiempo, estoy segura de que nos vamos a ir acostumbrando. Sobre todo en el momento en que una pueda ir a visitar a la otra, ya vamos a querer que sea siempre así, y esperar a la próxima vez que se pueda para volver a visitar.

Con los cascos puestos, pensando en mis cosas y caminando por las calles tan impresionantes de Las Vegas, choco con una persona que parece que tiene prisa.

Mi bolso se resbala de mi hombro, los papeles que llevo en las manos caen al suelo desperdigados, que son los papeles de currículum en copias y el mapa, tropiezo con mis propios pies y por poco no caigo también al suelo.

- ¡Joder! - mascullo más para mí que para los demás. Giro el cuerpo para ver a la persona que me ha empujado, pero lo que consigo ver es a un hombre, más o menos de mi edad o un poco más grande, de cabello oscuro, ojos igual de oscuros que su cabello, con principio de barba bien recortada y cuidada, ancho de hombros, vestido con vaqueros negros, camiseta blanca lisa y chaqueta de cuero negra. Es bastante guapo, me quedo un rato en silencio observándolo embobada.

Una señora mayor pasa por mi lado y, pasa tan cerca, que choca contra mi hombro y, en el mismo instante, reacciono, y sacudo la cabeza para darme cuenta de que ni siquiera me esta ayudando a recoger las cosas que ha tirado ni se ha disculpado siquiera.

- Por lo menos podrías disculparte ya que no me ayudas a recoger las cosas del suelo que has tirado - digo molesta llegando al enfado al verlo que, aún así, no se mueve del sitio -. ¿Me estás vacilando? - pregunto a medio camino de agacharme para empezar a recoger. Me enderezo y apoyo las manos en mis caderas -. Mejor vete a donde tengas tanta prisa, se te ve apurado - lo miro una última vez con desprecio y empiezo a recoger las cosas del suelo para volver por mi camino hacia el hotel.

En ese mismo momento que ya estoy terminando, escucho su voz grave muy cerca mía y me paralizo.

- Vaya, que carácter tiene la bruja. Lo siento, bruja, tendré más cuidado la próxima vez.

¿Me acaba de llamar bruja? ¿Bruja? ¿A qué viene eso? ¿Y cómo que la próxima vez? Ni que lo fuera a ver otra vez. Levanto la mirada estupefacta, y sólo logro cruzar mirada con sus ojos y ver cómo se gira, para seguidamente, cruzar la calle y verlo caminar con prisa y con chulería. Me ha dejado con la palabra en la boca, y a Amanda, nadie la deja con la palabra en la boca. Será cretino.

¿Quién se ha creído que es para llamarme bruja? Y ¡Dios, que voz!

Esa voz grave, parece de sueño.

Sacudo la cabeza para salir de mi ensoñamiento y hacer el camino de vuelta hacia el hotel, no sin quitarme de la cabeza ese tropiezo con ese hombre, y sobre todo, su voz. Miro una última vez hacia atrás por donde he visto irse al hombre, pero ya no lo veo.

Suspiro, escuchando música pero, en realidad, lo que escucho es su voz grave en bucle en mi cabeza.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top