Shhh

¿Lo escuchas?

Es es sonido de la cama siendo testigo de nuestro amor.

De nuevo.

Al parecer era tiempo de cambiar aquella vieja estructura de la cama y comprarte otra.

Al terminar de “amarnos mutuamente” te recostaste dándome la espalda como siempre, y como siempre yo solo la admire.

— La cama es vieja. — me anime a decir sabiendo que eso te haría enojar.

— Aja... — Murmuraste para acurrucar te mas en la vieja cama, tus orejas se habían vuelto rojas al parecer de la vergüenza.

— Podría comprarte otra nueva... O dos, o tres, tal vez hasta una casa nueva. — Me aventure a decir sabiendo que la respuesta seria la misma de siempre.

— ¡No! — Gritaste furioso dándote la vuelta y mirándome con enojo y tristeza.

Solo suspire, saber que la única parte del día en la que me mirabas era para verme con odio.... Dolía.

Acaricie tu mejilla y me incline para juntar nuestras frentes, para ese entonces tu ya no me mirabas a los ojos.

—¿Por que no me dejas amarte?