Perdón por la tardanza TnT
...

Puto sol.

Me cubrí los ojos con una mano. Me incorporé lentamente mientras mis ojos se acostumbraban a la luz. Miré a mi alrededor, recordando lo que había pasado anoche. Miré el reloj de la mesita de luz, eran las 10 de la mañana. Me enjugué los ojos con los puños y me levanté. Me encalzé los pies y baje a la cocina. Mi boca se convitió en una linea recta. El estúpido Mathias y el estupido Milo estaban dormidos en el sofá, en una posición muy comprometedora. Mathias estaba acostado boca arriba con las manos detras de la cabeza, y Milo boca abajo usando a mi hermano como colchón y abrazandolo por el cuello. Cargué algo de agua fría en un vaso y les arrojé un poco a cada uno en la cara.

-¡Mi-mierda!-dijo Mathias semi-dormido.

-¡H-hey!-se quejó Milo mientras que se incorporaba, quedando a horcajadas encima de Mathias, aun mas comprometedor. Mojé mis dedos en el vaso y salpiqué la cara de Milo.

-Deja de insinuarte a mi hermano.-la cara de ambos enrojeció cuando se percataron de su posicón. Milo bajó rápidamente y comenzó a disculparse.

-N-no importa.-Mathias sonrió y despeinó el cabello de Camilo. Hice una fingida tos para que me presten algo de atención.

-¿Se puede preguntar por qué estaban durmiendo tan acaramelados?-pregunté.

-No podía dormir y vine a prepararme un sandwich, pero Milo bajó y comimos juntos. Luego vimos una película y nos quedamos dormidos así, fue accidental.-explicó Mathias.

-¿Enserio? Eso suena a una cita. ¿Entre la pelicula y dormir no han omitido algo?-Milo se sonrojó completamente (se veía taaan lindo) y Mathias se rascó la nuca.

-¿U-una cita?-dijo Milo llevandose las manos a las mejillas.

-¿Qué omitimos, hermanita?

-Ya saben...el s-e-x-o.-comenzé a reír a carcajadas. El pequeño rubio tapó mi boca con una mano y comenzó a reclamar que no era gay y Mathias negó con la cabeza, sin aguantar reirse un poco de la reacción de Milo.

Me limpié una lágrima de la mejilla, había lagrimeado de tanto reir. Me dirigí a la cocina para preparar café para los tres. Suspiré. Si Mathias se enamoraba de Milo sería un problema, ya que Milo no es gay, pero mi hermanito si lo es. No solo sera un amor no correspondido, sera un amor no correspondido gay. Reí ante la idea de ver a mis dos mejores amigos abrazandose y besandose, pero en verdad hacian muy linda pareja. Al entrar a la cocina, ellos me miraron algo mal por estar riendome sola. Les sonreí forzadamente y les serví algo de café.

-¿Que tal la resaca?-preguntó Mathias.

-Yo no me emborraché...-dije.

-A mi ya se me pasó casi por completo.-respondió Milo

-Ohh, dicen que el sexo ayuda a curar el dolor de cabeza.-comenté. Nuevamente Milo se puso rojo, y Mathias me fulminó con la mirada.

-Ya deja de jugar con eso. No pasó nada entre nosotros.-me dijo Mathias. Hice un puchero.

-Solo estaba bromeando, no te enojes, hermanito.

Mathias lanzó un suspiro y continuó desayunando.

...

Ya era medio día. Mathias llamó a los padres de Milo, dandole las debidas explicaciones falsas. Ellos se lo creyeron y así Milo no se metió en problemas. ¡Bien! Mi madre estaba en el trabajo y mi padre vivía en Europa, así que no hubo necesidad de llamarlos. Mathias y yo acompañamos a Milo hasta su casa y luego fuimos a una plaza que quedaba en la esquina. Hablamos de cualquier cosa hasta que decidí preguntarle.

-¿Te gusta Milo?

-¿He? Cl-claro que no.

-Ohh, es obvio que te gusta.-presioné su mejilla con mi dedo indice-Admitelo~

-¿Para que quieres saberlo?

-Curiosidad.-Le sonreí como el gato de Cheshire y el me dió un pequeño golpe en la frente.

-Es lindo.-admitió-Pero no le gustan los chicos.

-Si sigues con esa mentalidad morirás virgen.

-Lo más probable es que sí.-bufé ante su negatividad.

-Milo es muy flexible, nunca aseguró su heterosexualidad. Tal vez tengas oportunidad.

-No digas tonterías.
Continuará...