El noveno "no"
Para no seguír con el vuyin hacia ti, querida amiga, te crearé un personaje.
...
-¡Milo, no creerás lo que pasó!.-grité un lunes por la mañana al entrar corriendo a la sala de clases y arrodillarme en el piso al lado de la silla en donde estaba sentado Milo.
-¿Que sucede?-me preguntó indiferentemente sin apartar sus ojos del libro que se encontraba leyendo.
-¡Daniel te ha ganado!
-¿A que te refieres?-esta vez me miró por el rabillo del ojo.
-Mathias y Daniel se besaron, y creo que comenzaran a salir.-al fin dirigió su mirada completamente hacia mi y puso los ojos en blanco por un momento, sorprendido y un destello de de desilusión pasó por sus ojos, lo sentí. Pero enseguida volvió a su expresión fría y continuó leyendo.
-No me importa.
Miré tristemente al piso y me puse de pie. En el resto del día no volví a mencionar el tema y todo transcurrió normalmente.
Al terminar las clases tomé un autobús hasta la casa de mi hermanito, deseando ver si tenía algo de comida decente para almorzar. Lastimosamente no fue así y terminamos comiendo fideos instantáneos.
-¿Enserio te gusta Dani?-lo mire fijamente a los ojos mientras el masticaba los fideos.
-Hum, posiblemente. Es muy lindo.-sonrió estúpidamente y me entraron ganas de golpearlo en la cabeza.
-¿No es muy pronto? ¿Piensas que el siente algo por ti? ¿Crees que la relación durara?¿No es mejor Milo?-pregunté rápidamente sin pausas, y la última pregunta salió de mis labios por si sola, antes de poder evitarlo. Al escucharme decilo me tapé la boca con las manos y esperé expectate la reacción de Mathi.
El me miró confundido por unos segundos y luego reaccionó.
-No lo sé, Milo no es gay y si me enamorara de el sería algo difícil.-se frasco torpemente la nuca.
-Yo creo que a Milo le gustas. Deberías darle una oportunidad antes de comenzar a andar con Daniel, además lo conoces hace muy poco...
-Si, ya he conocido a Milo y es tan lindo, harían una bonita pareja.-dijo una voz atrás nuestro. Me dí la vuelta, sorprendida, y me encontré con una chica de mi edad o tal vez más, que vestía unos shorts holgados negros, una camisilla negra y una camisa a cuadros verdes y azules desabotonada y muy arrugada. Su piel era bastante pálida y su cabello castaño oscuro y ondulado estaba demasiado despeinado y enmarañado, además tenía unas ojeras muy notorias. A pesar de todo era muy bonita, al parecer acababa de despertar.
-Hola...¿tú quien eres?-le pregunté directamente.
-Romina, puedes decirme Romi.-me respondió. Mire a Mathias, confundida.
-Es una amiga de la infancia que ha vuelto a la cuidad, se fue hace cuatro años y volvió ayer. Se quedará hasta que encuentre un apartamento.-me respondió despreocupadamente.
-¿Por que no me lo dijiste antes? - le di un pequeño golpe en la cabeza.
-Lo siento, lo olvidé- se disculpó y yo rodé los ojos.
Romina había comenzado a prepararse una taza de café.
-Bueno, pues debo presentarlas formalmente.-Mathias se puso de pie y yo lo imité, la chica de ojos claros se acercó a nosotros con la taza en sus manos.
-Romina, ella es mi hermana pequeña, hermanita, ella es Romina.
-No recuerdo que tengas una hermana. -dijo ella, confundida.
-No somos hermanos de verdad-le expliqué- Nos decimos así de cariño.
-Oh, ya veo...pues deberíamos ponernos al día juntos.-se sentó en el sofá y Mathias hizo lo mismo, en cambio, yo me senté sobre la alfombra con las piernas cruzadas.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top