Capítulo 13: Ninguna historia debería acabar en 13 pero...
—Bek, puedes sentirte orgullosa—siguió diciéndome mi jefe.
"Madre tendría que estar escuchando esto, seguro que conseguiría borrar un poco el recuerdo de esos días de rebeldía extrema de mi niñez" pensé con satisfacción. La verdad es que nunca imaginé que en algún momento de mi vida oiría esas palabras.
Pero bueno, si esto me impactó, sus siguientes frases me dejaron como una estaca:
—Siempre hemos ejercido nuestro trabajo empleando otros recursos que no involucraran de forma tan directa a los humanos, pero quizás si hubieras actuado según nuestras enseñanzas, este chico no estaría vivo ahora —Miré a mi protegido y vi que él también tenía puesta su mirada sobre mí, como el perrito que observa con lealtad a su amo. Bajé la vista al suelo, incómoda con aquello—. Hoy nos has mostrado lo útil que sería controlar a un humano desde dentro. ¿Te haces una idea de lo genial que sería que estos hombres contaran con una persona de carne y hueso con los talentos de nuestra especie?
No podía creer lo que estaban escuchando mis oídos. Por la cara que puso el muchacho, creo que a él tampoco le daba mucha confianza ese alarde de entusiasmo que se había adueñado de mi superior.
—Pero me estás diciendo que… —empecé a murmurar con apenas un hilo de voz.
—Bek, eres la única que consigues entrar y salir de este humano con éxito, así que La Comisión apoya mi decisión de que seas desde hoy la principal, y por ahora única, AAI.
—¿Y qué diantres es AAI? —pregunté sabiendo que por todo lo que estaba diciendo, aquello no podía significar nada bueno.
—Agente de Acción Inmediata.
—Genial, y ahora responda a mi pregunta por favor —le contesté intentando no perder los nervios.
—Tú y este chico, que es el único humano que hasta la fecha ha conseguido ver a uno de los nuestros, estableceréis un vínculo entre nuestras especies y seréis el Agente de Acción Inmediata, una persona física que se encargue de salvar a otros humanos que se encuentren en peligro.
—¿Me estás diciendo que tendré que pasar el resto de mis días con este cabeza de chorlito para convertirle en una especie de Superman? Venga, creo que la broma ya ha ido demasiado lejos, ¿no te parece? —Por un momento olvidé que estaba ante mi superior y que no debía hablarle en ese tono, pero el grado de locura de aquellas palabras me parecía tan inverosímil que era incapaz de creer que estuviera hablando en serio.
—¿Estás cuestionando mi autoridad? —el rictus de mi jefe se contrajo como si acabara de morder un limón y supe que con aquella actitud no conseguiría mejorar las cosas.
—No señor —No me quedó otra que tragarme mis palabras, por primera vez en mucho tiempo—. Solo creo que es una locura.
—No lo han visto así los de La Comisión. Piensan que será una forma mucho más efectiva de hacer nuestro trabajo. No se tendrá que recurrir a eventos del azar o de las condiciones atmosféricas, bastará con tener un humano que con su actuaciones pueda evitar muchos desastres.
—Usted no ha estado dentro de ese chico —le recordé, pensando lo difícil que me había resultado manejarme dentro de un cuerpo tan torpe como aquel.
—Pues para eso te tendrá a ti —me respondió con toda la naturalidad del mundo.
Por un momento estábamos tan enfrascados en nuestra discusión que no reparamos en el muchacho en cuestión, ni en cómo estaba reaccionando él también ante aquello.
—Wow —aquella contenida exclamación de sorpresa captó nuestra atención.
Tenía la mirada perdida, como si estuviera visualizando ya su traje de Súper Héroe y su club de fans.
—¡Menudo flipe! —soltó finalmente tapándose la boca para ocultar un poco su entusiasmo.
—Oh, no…ya lo que me faltaba…que se le subiera el pavo a la cabeza, por si ya no lo tenía suficientemente subido —refunfuñé entre dientes.
—Chico, tienes que tomártelo esto en serio…no es un… —comenzó a decirle mi superior.
—Por supuesto, estaremos a la altura de nuestro cargo, señor —le interrumpió intentando sonar como si fuera una persona seria y responsable.
Yo negaba mientras tanto con la cabeza.
—Confiamos en los dos. No nos defrauden.
Y así, sin darme tiempo a suplicar por otro castigo menos cruel que aquel, mi jefe se esfumó de la misma forma que con la que había llegado.
—¿No es genial? —me dijo mi protegido con una enorme sonrisa iluminándole el rostro.
—¿No me ves? Me muero de la emoción —le solté con desgana y empecé a caminar de vuelta a la que iba a ser mi casa por más tiempo del previsto.
La vida es así. Imprevisible. Incluso para mi especie. Este era el "pero" del que os hablaba antes y creo que ahora comprenderéis mejor esas palabras que ya os había anticipado.
Os recuerdo que todo empezó con un maldito y odioso día de lluvia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top