21. " Inesperado "

Eventualmente, Luz ya no podía resistir la pesadez de sus párpados y se dejó llevar a la deriva. De un momento escuchaba a Boo relatar su experiencia cercana a la muerte tipo drive-by en Brooklyn y al siguiente se encontraba en un cementerio.

Era una sofocante y húmeda noche, el aire caliente besaba su piel. Una bienvenida y muy necesitada brisa arremolinó las hojas de verano mientras ella corría entre el bosque, su vestido de verano rosando sus muslos.

Ella se reía. Él la perseguía. Jugaban a las escondidas.

Luz sabía que no era la primera vez que había estado allí; este era su lugar especial: un lugar donde podían reunirse lejos de las miradas indiscretas de Hexside.

Luz se escondió detrás de un árbol, con la mano sobre su boca para ahogar la risa. No me va a encontrar ahora. Por supuesto, ella tenía muchas ganas de ser encontrada. Cuando ya no escuchó sus pasos, se arriesgó a mirar alrededor del grueso tronco solo para encontrarlo listo para ella al otro lado. Con un rugido de león, se le abalanzó, y ella cayó en sus brazos. Le dio vueltas y vueltas en el aire, haciendo piruetas entre las lápidas. Esta parte del cementerio estaba oculta de los ojos de la escuela y la iglesia, por los árboles y setos.

Era su lugar.

Con una cálida mano, él tomó el rostro de Luz. Esta noche él tenía sus mangas de franela enrolladas hasta su codo y ella solo llevaba su vestido de verano de Hexside. Su cabello estaba suelto, libre. No era tímida con él, lo besó en los labios primero, con avidez buscando su lengua. Con un fuerte brazo la levantó sin esfuerzo a un largo y plano sarcófago.

Luz se recostó, agradeciendo la fría piedra en sus calientes y pegajosas piernas. Alador se subió encima de ella. Le acarició su cuello, depositó beso tras beso en su piel, ella abrió sus ojos el tiempo suficiente para ver por encima del hombro de él y se maravilló con el puñado de estrellas que adornaban el cielo nocturno. Nunca había visto tantas, y sentía como si todas estuvieran brillando para ellos. Un exquisito escalofrío recorrió su cuerpo, y se dejó llevar.

Luz se despertó sobresaltada, y tiró las telarañas de cabello de su cara. Confundió su edredón con Blight, frenéticamente empujándolo. Le tomó un segundo darse cuenta de dónde estaba. Demasiado para no quedarse dormida. Medio temiendo que Mary estuviera en su cama de nuevo, llevó sus rodillas hasta el pecho, sentada en posición vertical.

El sueño la había asustado, tanto como cualquier cicatriz fantasmal o visiones en el espejo. Se sentía sucia, como si las manos de Blight en realidad hubieran estado en su piel.

Se estaba haciendo incómodamente real.

Lilith Mary pudo haberlo disfrutado, pero sin duda ella no. ¿Cómo pudo Mary haber sido tan estúpida?

La habitación permanecía en silencio, sin embargo. La luz nacarada del amanecer se filtraba bajo las cortinas y dos cuerpos dormían pacíficamente con ella: Boo en su cama y Amity; quién se hallaba tendida en el suelo en un saco de dormir y con las manos metidas detrás de su cabeza. Luz tuvo el fuerte impulso de acomodarse bajo su axila y usar su hombro como almohada, de buscar consuelo en sus brazos. El cálido sentimiento en su interior que llegaba cuando estaba con Amity era exactamente lo contrario del sentimiento que cuando estaba con Blight; él se sentía tan oscuro y asfixiante como el alquitrán.

De una manera extraña se hallaba agradecida; a causa de Mary, ella y Amity estaban juntas. Si esta era su última semana en la tierra, al menos podría decir que lo había sentido. Fue como cuando la primavera llega por fin después de toda una vida de invierno. Miraba a Amity ahora, sus ojos cerrados y labios carnosos muy ligeramente entreabiertos, ella finalmente lo consiguió.

Los ojos de ella se abrieron y Luz desvió la mirada, esperando que no la hubiera atrapado mirándola fijamente. En una escala periódica de espeluznante, vigilar a la gente dormida era seguramente el número uno. Ella parpadeó y frunció el ceño, como si estuviera momentáneamente confundida por el entorno extraño antes de recordarlo.

-Oye- murmuró. -¿Estás bien?-.

-Todavía estamos vivas-. Luz metió su cabello detrás de su oreja. -O el infierno es un internado de niñas-.

-Ambos podrían ser verdad- dijo Boo, su cabeza aún de cara a su almohada. Luz sabía cómo se sentía. Las ganas de quedarse en la cama y de alguna manera dormir seis días, eran muy tentadoras.

-No- continuó Amity -me refería a tu cara-. Incluso con los ojos hinchados y la ropa arrugada, todavía era preciosa.

Luz se estremeció al pensar lo horrible que lucía un minuto después de despertarse. La noche anterior había descubierto (con un poco de vergüenza) que no tenía nada ni siquiera parecido a una pijama ligera o sexy. Su pijama azul-bebe con esponjosas nubes blancas, increíblemente, eran una de las menos embarazosas. La preocupación en los ojos ella, sin embargo, pronto supero su vergüenza.

-¿Qué? ¿Qué pasa con mi cara?-. Tienes nuevos cortes en la cara.

Las manos de Luz volaron a sus mejillas. Consciente de que no había un espejo en la habitación, trazó su piel. Y efectivamente había cuatro o cinco nuevas cicatrices en su frente y sus pómulos.

-Oh Dios- dijo, y vio el pánico llenar los ojos de Amity. -No. No, está bien. No me duelen, te lo prometo-. Sí dolían pero solo un poco.

La cabeza de Boo se giró hacia ella. -¿Estás segura, cariño?-. Luz asintió, aunque estaba desesperada por verse a sí misma. Tenía que resistir la tentación.

-Este es entonces-. Amity se sentó y se alisó su camiseta. -Día cinco-.

-Se siente como cualquier otro día- señaló Luz. Los pájaros cantaban como siempre en los árboles a fuera de su ventana, comunicándose a distancia sin ninguna preocupación.

-En cierto modo me esperaba no ver la luz —admitió Amity. -Me quedé despierta hasta que salió el sol, por si acaso-. Tal vez la había visto dormir. Curiosamente, no le importó. La hacía sentir segura.

-Lo siento por cabecear-. Luz se puso sus gafas. -No pude evitarlo-.

-No te preocupes-. Amity lucía como que quisiera mucho unirse a ella en su cama. -Entonces, ¿qué hacemos ahora?-.

Luz se bajó de la cama y abrió las cortinas con Boscha soltando una palabrota. Era otro día de niebla y con brisa. Solo un jueves. Nadie más había recibido el memo de lo importante que era este jueves. Dios sabía que los pájaros estarían muy alegres sobre esto.

-No sé, para ser honesta. No tenía un plan por si llegáramos tan lejos. No hay clases hoy. Supongo que la mayoría de las chicas estarán dentro de Oxsley o simplemente estarán viendo la televisión-. Amity no pareció impresionada con esas opciones.

-Tal vez tengamos hasta el final del día: como cinco días completos. Eso nos da como dieciséis horas para resolver como ponerle fin a esa bruja mental-. Luz asintió.

-Tienes razón. Solo que no puedo pensar qué más podemos hacer. Quiero decir, hemos agotado todas las pistas medio raras que nos han dado. Es como si Lilith Mary no quisiera que lo solucionemos-.

-Si está enterrada podía estar en cualquier parte -murmuró Boo por debajo de su edredón. -Literalmente en cualquier lugar. ¿Qué es lo que tenemos que hacer? ¿Iniciar una excavación?-. Luz se rio entre dientes.

-No es una terrible idea-. Boscha empujó el edredón a un lado. -¿Hablas en serio?-.

-No me refería a la parte cavar, me refería a lo de encontrar su cuerpo-. Luz se sentó en la cama y puso sus gafas sobre esta. -Sabemos que Mary fue una persona en la vida real, porque Kiki fue a la escuela con ella, pero no hay ningún registro de su inicio en la escuela y no está en los anuarios de los antiguos alumnos-.

-¿Tal vez podríamos hablar con la Dra. Blight?- sugirió Boo.

-Hmm. Ella ya tiene sospechas y no comenzó aquí hasta hace pocos años antes de nosotros, así que no veo cómo podría ayudar, realmente. Amity y yo miramos el cementerio ayer y no está enterrada allí-.

-Eso no quiere decir nada- dijo Amity. -Ella huyó. Podría estar enterrada en cualquier lugar. Como en cualquier parte del mundo-.

Luz entrecerró los ojos. -Sin embargo, creo que es algo que vale la pena considerar. ¿No es una de esas cosas? ¿Si no pones un cuerpo a descansar en tierra sagrada y todo eso?-. Amity se encogió de hombros.

-No sé. Podría valer la pena darle otra mirada al cementerio, tanto yo como Edalyn soñamos sobre eso-.
Luz suspiró.

-Yo también. Amity, creo que nuestros sueños finalmente se sincronizaron anoche-. Sus ojos se abrieron.

-¿Sí?-. Se sonrojó. -Oh, claro-.

-Veo por qué no quieres hablar de ellos...-. Ella la miró y no pudo evitar un fantasma de sonrisa en sus labios.

-Oh consíganse una habitación- reprendió Boo. -Preferiblemente la de alguien más-. Pateó su edredón, resignándose a estar despierta.

La boca de Luz se abrió. De ninguna manera. Parpadeó, pero no cambió nada. Realmente, realmente estaba viendo esto.

Boo se bajó de la cama y Amity retrocedió, retorciéndose por el suelo en su saco de dormir, ella tenía miedo de acercarse a Boo.

Boscha se resintió ante su reacción. -¿Qué diablos está mal con…?-. Y luego se detuvo, porque se encontraba de pie, podía verlo también. Sus manos volaron para cubrir su boca. Su respiración tembló y jadeó como una perdida y frágil niña.

Boo estaba muy, muy embarazada.

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