Decisión dificil

Estaba sentada en la incomoda silla de plástico color azul, movía mis piernas nerviosamente mientras apretaba mi mano izquierda con la derecha y miraba la pared blanca. Estaba nerviosa, ansiosa y preocupada, estaba temblando y apenas podía quedarme quieta en la silla. Estaba esperando que me informaran, que me dijeran algo, pero no lo hacían simplemente oía voces detrás de la puerta mientras que por los pasillos pasaban personas, algunas de ellas estaban muy angustiadas así como yo en ese momento.

Había estado sentada en esa silla desde hace más de una hora pero yo sentía que había sido una eternidad, me estaba desesperando, la angustia me estaba volviendo loca y comenzaba a pensar lo peor.

Los minutos siguieron pasando y otra hora más transcurrió sin ninguna noticia nueva. Las ganas de entrar por la gran puerta azul que estaba en la pared a mi lado me estaban invadiendo y la idea no parecía tan mala pero tenía que estar calmada, tenía que dejarlos trabajar, que hicieran su mejor esfuerzo y no interrumpir. Así que seguí esperando, mis manos comenzaron a sudar sin parar, sentía mi estomago hecho un torbellino de nervios.

Otra hora más paso y finalmente escuche el rechinar de la puerta al abrirse, me voltee hacia la puerta para ver a quien se estaba acercando. El doctor se quitó un guante azul teñido de rojo brillante y se bajo el cubre bocas para poder hablar. En cuanto lo vi me levante de la silla de forma precipitada, me acerque a él.

Me miro frustrado, paso saliva con la mirada en el piso, iba a hablar pero se notaba que no sabia que decir o como decirlo, pronunció varias palabras que al escucharlas sentí como si me estuvieran apuñalando varias veces en el estomago, sentí que me desplomaba, me tambalee un poco pero logre recuperar el equilibrio. Mire al doctor y sabia que era lo que yo quería hacer.

Abrió la puerta azul por donde había salido, había mucha gente dentro de la habitación, estaban frustrados y deprimidos, todos con la mirada en las baldosas del suelo, se fueron todos sin decir nada dejándome sola. En ese momento ya no estaba angustiada ni nerviosa mucho menos preocupada, todos esos sentimientos habían sido cambiados por tristeza, depresión y soledad, comencé a sentirme sola y apenas me habían avisado hace un par de minutos. Me acerque a la cama de la habitación en donde en ambos lados habían maquinas monitoreando los signos vitales, a cada paso que daba sentía las piernas aflojarse, sentí que iba a caer, mis manos temblaban, trate de calmarme dando bocanadas de aire.

Al estar al lado de la cama, al lado de él sentí como las lagrimas amenazaban en salir, comencé a ver borroso por culpa de las lagrimas acumuladas en mis ojos. No iba a llorar, estaba segura de que a él no le gustaría que lo hiciera, jamás le gusto, siempre que comenzaba a llorar por algo bobo me decía con aquella dulce voz "no llores, mejor muéstrame esa bella sonrisa que tienes, por favor", aunque a veces él entendía que era inevitable no llorar, en esos momentos me abrazaba fuertemente contra su pecho y me acariciaba el cabello, sin decir nada, solo me dejaba llorar hasta que me calmara.

Tome su mano. No se movió. Ya no oiría su hermosa y masculina voz, ya no podría abrazarlo y sentirme amada, ya no caminaría con él tomados de la mano, ya no lo vería hacer payasadas, ya no podría hacer nada con él, todo había terminado. Me quede viendo su rostro, admire sus facciones, sus pestañas, sus cejas amplias, su nariz respingada, sus finos labios. Apreté su mano fuertemente, no quería dejarlo ir, quería que estuviera conmigo, las lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas y no podía detenerlas. Sabia que no estaba bien pero no pensé que esto ocurriría.

Lo mire por ultima vez, no me había dado cuenta que su piel estaba más pálida de lo normal aunque estaba un poco teñida de sangre, me abrace a mi misma sin dejar de llorar y me acerque a su oído y susurre las palabras que siempre le quise decir a aquella persona importante: Te amo.

Me acerque a la puerta y muy a mi pesar la abrí. En el pasillo estaba el doctor esperando a que terminara de ver a la persona en aquella habitación. Me miro esperando a que dijera algo acerca de la situación. Él me había pedido que si esto llegaba a pasar terminara con todo, me pidió no dejarlo conectado a maquinas y pegado en la cama, aunque yo no quería hacerlo, no quería estar sin él. Respire profundamente y dije una simple palabra antes de irme, solo una ya que no podía hablar.

"Desconéctelo"

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