28. Ahí estas
Fue difícil, no iba a negar eso. Magnus era un experto en la fotografía y tenia alrededor de 24 porfolios de Alec en lo largo de los meses que llevaban juntos. Pronto iba a cumplir el aniversario y el mejor regalo que podía darle era la libertad.
El día que noto que iba a encontrarse con el fue el mas duro, pero sabia que todo valía la pena al final. Les saco fotos y presencio el momento con dureza, el rostro de Alec le dolía como si fuera a el que le estaban haciendo las cosas. Se juro a si mismo que seria la ultima vez que lo tocaría.
Luego de ese episodio lo comenzó a seguir. No fue difícil encontrar donde vivía. Donde se escondía. Al principio no lo noto pero lo conocía. Era uno de los tantos nuevos que quedan nuevos, nunca avanzan y ahora entendía porque. Tenia un problema y era grave.
Espero a que se fuera para ingresar al departamento y encontrar la verdad, miles de fotos, quizás mas de las que el tenia de Alec. Cualquier situación que imaginen estaban plasmadas en las imágenes. Incluso de ellos haciéndolo. Las caras de Alec, su cuerpo su sonrisa, momentos de ellos que nadie debía ver...
Respiro con dificultad y comenzó a trabajar. Saco todo, lo guardo en bolsas que dejo en su auto rentado a las afueras del departamento del abusador. Volvió a meterse adentro y lo espero. Miro por la ventana hacia el atardecer que traería a su enemigo.
La cerradura se destrabo y...
- ¿Magnus? - Dijo Sebastian.
El fotógrafo sonrió desde la oscuridad del ahora vació departamento. Oh si...
- ¿Que hiciste con mis fotos? ¿DONDE ESTÁN? - Grito.
- Las queme. - Dijo con seguridad viéndolo entrar al departamento con pánico de perder su tesoro mas preciado, mirando a todos lados en búsqueda de lo que una vez fue.- Y me vas a decir donde esta todo lo que tenes de el... O te juro que va a ser una larga noche.
Sebastian lo miro con odio en sus ojos.
- ¿Vos y cuantos mas putito?
Magnus levanto una ceja y sin dar mucha mas charla movió su brazo y apunto a su rodilla la cual se quebró ante la bala que la atravesó como si fuera papel. El abusador grito de dolor, sujetando su ahora intento de rodilla.
- Yo y mi nuevo juguete violín.
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