Capítulo 14
Capítulo 14
Desde el día en que se había encontrado por primera vez en la celda, Harry no había tenido ni un solo momento para él. Siempre había alguien respirando tras su cuello y observando cada uno de sus movimientos. Y ahora que Voldemort ya no le causaba dolor, el hombre parecía pasar cada momento libre que tenía con él.
Aunque Harry quería ver a Tom y Voldemort como dos personas diferentes, era muy difícil; en especial cuando actuaba de la manera en que lo hacía el Tom que conocía y amaba. Voldemort parecía tener una paciencia infinita con él. Sin importar lo que dijera o hiciera no parecía molestar al hombre, y cuando por fin lograba perturbarlo levemente, Voldemort lo dejaba bajo el cuidado de otra persona y desaparecía por unas cuantas horas. Cuando regresaba ya había reconstruido las murallas de calma que usaba con él.
Pero esta vez Harry había despertado de una siesta encontrándose solo en la habitación. Se había dormido cuando Voldemort aplicó el ungüento en sus heridas. Odiaba ese tratamiento porque lo hacía relajar sin importar quién lo aplicara. Pero con Voldemort a menudo se relajaba demasiado y cuando despertaba de su siesta siempre lo encontraba cerca, leyendo algo o simplemente observándolo. No ayudaba que el tiempo pasado con Voldemort le recordaba el que pasó junto a Tom.
Acostado en la cama, miró al techo. El dolor de sus heridas había disminuido debido al ungüento y no tenía planes de seguir en la cama. Se sentía inquieto y sabía que probablemente se volvería loco si no encontraba algo qué hacer.
Mordiéndose la lengua, Harry se empujó hasta sentarse. Con cuidado sacó sus piernas de las mantas y las puso en el piso. Después de un momento se empujó otra vez hasta quedar de pie para luego dirigirse a la puerta.
Aún vestía pantalones de piyama, esta vez en verde oscuro. A Voldemort parecía gustarle vestirlo en los colores Slytherin. Aunque Harry no tenía problemas con el color, le molestaba no poder tomar la decisión por sí mismo. Le gustaba el verde, pero ya era demasiado; ansiaba otras ropas. Cada vez que estaba cerca de Voldemort se sentía desnudo y vulnerable. Sabía que la ropa no hacia diferencia, pero lo haría sentir mejor que ahora. Pero para conseguir ropa necesitaría pedírsela a Voldemort, y eso era algo que no estaba dispuesto a hacer.
Incluso con las esposas, Harry podía sentir las protecciones en la puerta zumbando de magia. O Voldemort era realmente paranoico o quería asegurarse de que no huyera. No le impidió intentar abrirla aunque no se sorprendió cuando ni siquiera se movió. Con un suspiro soltó la manija y le dio la espalda a la puerta. Ya sabía que las ventanas se podían abrir, sólo que no lo suficiente para que pudiera escapar por ellas. Era una pena que las esposas le impidieran cambiar a Beleza, como gato habría podido pasar. Y encantamientos habían sido puestos en los vidrios para que no pudiera romperlos y saltar.
La habitación no tenía objetos mágicos, tanto de la luz como de la oscuridad. Al parecer Voldemort no quería que tuviera algo que pudiera usar en su contra. O quizá temía que la magia de dichos objetos pudiera interactuar con la poción que le estaban dando. Tendría que preguntarle a Snape la próxima vez que lo viera.
Harry suspiró y paso una mano por su cabello. Hizo una mueca ante la sensación grasosa. Hasta ahora no había podido tomar un baño de verdad y los hechizos de limpieza no daban la misma sensación de estar limpio. Ya que por ahora no podía huir al menos se encargaría de esto, no sabía cuándo tendría otra oportunidad como esta. No le agradaba la idea de que alguien lo observaba mientras estaba desnudo. Sólo Tom lo había hecho sentir cómodo al andar desnudo frente a él. Incluso en Quidditch Harry siempre había sido el primero en estar listo y el primero en marcharse. De esa manera nadie podía ver mucho su cuerpo.
Sin importar cuántas veces entrara al baño, Harry continuaba asombrándose por su gran tamaño. Le recordaba al baño de los prefectos en el quinto piso. Una gran bañera, como piscina, con grifos alrededor, ocupaba la mayor parte del espacio. Abrió grifo tras grifo y observó cómo diferentes tipos de aguas con colores, espumas o burbujas salían. Pese al tamaño se llenó con rapidez y Harry cerró los grifos para que la bañera no se rebalsara.
Se paró al borde de la bañera y metió los dedos de sus pies en la cálida agua. La temperatura estaba perfecta y suspiró relajado. No había usado zapatos o calcetines desde que despertó la primera vez. Suponía que era otra manera de asegurarse de que no pudiera huir. A menos que se transformara en Beleza no podría llegar muy lejos estando descalzo.
Dejó caer el piyama al suelo sin mucho cuidado. Sabía que los elfos domésticos lo reemplazarían con uno limpio cuando estuviera listo para vestirse. Ya había pasado en ocasiones anteriores. Extrañaba usar túnica o incluso ropa muggle. Pero al menos tenía algo que usar, y era mejor que nada. No podía arriesgarse a andar desnudo cerca de Voldemort. Tenía la sensación que el Señor Oscuro no perdería la oportunidad de usar eso a su favor.
Harry meneó la cabeza para aclarar sus pensamientos. No pensaría en Voldemort ni nada como eso.
Después de desvestirse comenzó a quitarse los vendajes. El ungüento de Snape había hecho maravillas en sus heridas, que sanaban muy bien. Aún tenía que tener cuidado con sus movimientos, pero probablemente podría tomar un baño sin consecuencias. Se paró frente a uno de los grandes espejos en el baño y se miró. Muchas de las heridas ya se habían vuelto ligeras cicatrices que comenzaban a desaparecer.
Alejando la mirada del espejo entró en el agua tibia. El vapor llenó el aire y le dificultó ver. Se quedó parado en el borde de la bañera, ya que no sabía cuán profunda era. La única vez que había nadado fue en su cuarto año, y entonces había usado branquialgas para ayudarse. No tenía intención de averiguar si podría aprender a nadar solo o no.
Se apoyó hasta que su cabeza estuvo contra el borde de la bañera y su cuerpo flotaba en el agua. Cerró los ojos y se permitió relajarse. Era bueno por fin estar solo y tenía planeado disfrutar cada segundo.
"Evan."
Harry gritó sorprendido y se alejó de la lengua que lamió su oreja, sólo para encontrar que ya no podía tocar el fondo de la bañera. Movió sus brazos y piernas desesperado, intentando encontrar dónde afirmarse. Su cabeza entró bajó el agua y pateó y se removió en un intento de escapar a la superficie.
Justo cuando iba a seguir las demandas de su cuerpo de abrir la boca para tratar de respirar, algo fuerte y grande envolvió su pecho. Lo jaló del agua y Harry se abrazó con fuerza al cuerpo escamoso, sin abrir los ojos. El cuerpo sosteniéndolo se movió pero Harry no lo soltó, ni siquiera cuando fue puesto en terreno seguro y seco. Su cuerpo temblaba por el shock. Se preguntó quién lo había sorprendido. Por lo que sabía, sólo él y Voldermot hablaban pársel, pero la voz no era de un hombre.
Lentamente, Harry se atrevió a abrir los ojos, sólo para encontrarse con ojos amarillo de grandes pupilas rasgadas.
"¿Nagini?"
Como respuesta, la serpiente lo golpeó con la punta de su cola.
"Estúpido Evan, ¿siempre tienes que meterte en problemas?"
Harry miró con la boca abierta a la serpiente mientras intentaba liberarse.
"¿De qué estás hablando? Tú fuiste quien me sobresaltó. Si no me hubieras sorprendido nada hubiera sucedido."
La serpiente bufó mientras soltaba su agarre para que Harry no sintiera que estaba siendo presionado.
"¿Y eso habría sido divertido? Pero no sabía que gritaría como una chica, Evan."
"Mi nombre es Harry Potter. Evan era solamente una persona que yo creé para no meterme en problemas al usar mi verdadero nombre."
"¿Has estado lejos tanto tiempo que no recuerdas que yo siempre tengo la razón? Así que si digo que tú eres Evan, entonces eres Evan." Harry gruñó, y de poder se habría dado un golpe. De alguna manera logró olvidar lo testaruda que podía llegar a ser Nagini. Al menos sabía que no sólo con él ella era así. Sonrió al pensar en Voldemort siendo mandoneado por la gran serpiente. "Eres como un niño. Tan ansioso por demostrar lo que vales. Espera a que tu veneno se desarrolle antes de buscar peleas."
Molesto, Harry rodó los ojos.
"Recuerda que yo cuide de Tom y de ti. Creo que soy más que capaz de cuidar de mí mismo."
"Pero eso fue entonces, y esto es ahora." Fue lo único que dijo Nagini.
Harry bufó y se alejó de la serpiente, ella finalmente lo había soltado y él no perdió la oportunidad de crear un poco de distancia entre los dos.
"Nagini, ¿qué le sucedió a Tom cuando yo no estuve?"
La duda lo había molestado por un tiempo. Ni siquiera Hubert había podido decirle mucho, pero Harry suponía que Nagini sería la mejor opción para averiguarlo. Envolvió su cuerpo en su esponjosa toalla, sintiéndose ligeramente mejor ahora que no estaba desnudo frente a la serpiente.
Nagini yacía al borde de la bañera, disfrutando el calor del agua. Después de un momento de vacilación, Harry se sentó a su lado y metió los pies en el agua. Nagini nunca había intentado lastimarlo. Pero la había observado atacar al señor Weasley y estaba consciente del daño que su veneno podía hacer.
"Después de que moriste, Tom fue obligado a volver al orfanato y yo terminé con los Malfoy, ya que no podía ir con él o quedarme en la escuela. Tu supuesta muerte lo cambió, y por lo tanto también sus planes. Hablaba sobre aquellos muggles que te habían lastimado y que no merecían vivir. También quería vengarse de Dumbledore porque suponía que, de alguna manera, él era el responsable de tu muerte. Estaba enojado, realmente enojado, y se arrojó a las artes oscuras para tratar de olvidar tu muerte. Al verano siguiente mató a su padre y a sus abuelos con la maldición asesina. Luego alteró las memorias de su tío, haciéndolo creer que él fue el asesino."
Harry observó en silencio a Nagini mientras ésta hablaba. Ella parecía sumida en sus pensamientos y no pudo evitar envidiarla porque ella había sido parte de la vida de Tom cuando él fue incapaz de hacerlo. Aunque Tom había hecho muchas cosas desagradables no pudo evitar sentir pena por su amante. Sabía cómo se sentía perder a alguien a quien amaba, y cómo eso podía desgarrarlo.
"Después de graduarse Tom trató de enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras, pero fue rechazado. Luego trabajó para Caractacus Burke en Borgins & Burkes, dónde encontró muchas de las cosas que después usaría para hacer sus Horrocruxes. Reunió gente para su causa, convenciéndolos de que él tenía todas las respuesta para eliminar a los muggles. Después viajó, mirando las maravillas del mundo aprendió todo lo que pudo. Luego comenzó a separar su alma y Tom desapareció para que Voldemort tomara su lugar. Después de eso regresamos a Gran Bretaña y Voldemort comenzó la guerra."
Harry pasó una mano por su cabello suspirando cansado.
"Así que, básicamente es mi culpa. Remus me dijo que lo que sucedió tenía que suceder. Porque si de alguna manera lograba cambiar algo en el pasado, entonces cambiaría el futuro y por ende nunca podría cambiar nada y sería como si nunca hubiera sucedido. Como dijo Remus, se crearía una paradoja."
Nagini levantó la cabeza y lo miró por un largo rato.
"Ustedes los humanos piensan demasiado las cosas. Si fueras una serpiente lo verías todo desde una perspectiva más simple."
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Albus se sentó en su silla suspirando cansado, realmente sintiendo su edad desde hace mucho tiempo. En el escritorio frente a él había un montón de cartas de familias sangrepuras informándole que retirarían a sus hijos del colegio, también del Ministerio, demandando saber por qué los hijos de los sangrepura estaban siendo retirados el castillo.
—Todo es culpa de esos Malfoy. Si no se hubieran llevado a su hijo, no tendría todos estos problemas ahora— gruñó—. Lucius Malfoy es uno de los gobernadores de la escuela, y está volviendo a todos en mi contra. Esos Malfoy no son nada más que problemas. Si no fuera por los Weasley me estarían apoyando a mí en lugar de a Voldemort. ¿Quién habría pensado que decirle a los Weasley que rompieran el contrato de matrimonio tendría tantas consecuencias? Si hubiera sabido que la batalla comenzaría me habría asegurado de que me apoyaran, o al menos que siguieran neutrales como cuando Gellert vivía.
Otro problema era el chico Weasley, que actualmente estaba siendo castigado de la misma manera en que Umbridge había castigado a los alumnos el año anterior. Era su culpa que Potter desapareciera. La única manera en que encontraran la celda era que lo habían seguido. Si el chico Weasley simplemente hubiera seguido sus órdenes nada de esto habría pasado, estaba seguro de eso.
Su plan había sido brillante. El chico Potter se quebraría por ser torturado por su antiguo amigo. Una vez que hubiera tenido suficiente le entregaría a Potter a Voldemort, quien, cegado por su odio, lo habría matado. Hubiera sido justo que el asesino de su amante fuera asesinado por su propio amante.
Como los muggles solían decir, el Destino era una perra.
Pero por desagracia nada parecía querer salir como lo deseaba. Potter no estaba, Voldemort por el momento estaba pasando desapercibido, probablemente planeando su próxima movida y, además no tenía a su maestro de Pociones.
Había ido a visitar a Snape el día anterior, pero el elfo doméstico del pocionista le había informado que el amo maestro de pociones Snape se había ido por un tiempo indefinido. Lo más probable era que Voldemort hubiera forzado a Snape a moverse a una ubicación secreta para preparar pociones para él sin que fuera molestado. Tendría que buscar una manera de ponerse en contacto con Snape, probamente ya tendría un reporte listo.
Albus fue distraído por el suave canto de Fawkes. Desde el término del año escolar anterior tenía la sensación de que el fénix le estaba enviando miradas de desaprobación aunque no entendía por qué. Todo lo que hacía era por el bien mayor. Claro, algunas vidas habían sido perdidas en el fuego, pero no era nadie importante para la causa por lo que en realidad no se preocupaba por eso.
—Tengo que encontrar a Potter de alguna manera. Quizá debería hacer que la Orden busque a Evan James. Voldemort oirá de eso y probablemente usará su tiempo y recursos para encontrar al chico, cosa que me dará más tiempo para preparar a Longbottom. Merlín sabe que el chico necesitará toda la ayuda que pueda conseguir. La Profecía puede haber sido sobre Potter, pero Longbottom motivará a la Orden a seguir luchando. Y si tengo suerte el Señor Oscuro encontrará al chico antes que yo. Me pregunto cuál será su reacción cuando se entere de que Potter y James son la misma persona. ¿Lo matará de inmediato, o lo torturará primero? Estoy seguro de que Snape incluirá eso en su reporte.
Albus hizo una mueca cuando pensó en el chico Longbottom. El niño era menos que promedio, y en lo único que tenía buenas notas era en Herbología. Potter había sido un mejor candidato como El Elegido hasta que se había vuelto oscuro. Ahora tenía que entrenar a una nueva marioneta que siguiera todas sus órdenes. Ayudaba que ahora Weasley y los demás Gryffindor veían a Longbottom como el Salvador de mundo mágico y también hacían todo lo posible para hacer que se viera y actuara como tal.
Pero la chica Granger estaba probando ser un problema. Desde la captura de Potter había cambiado. Ella no había participado ni en una sola de las torturas del chico y no había visitado a Potter desde esa primera vez que fue a verlo junto a Weasley. La chica se había aislado del resto de los Gryffindor y ahora parecía totalmente concentrada en su trabajo escolar. Para ponerlo simplemente, ella estaba actuando de manera muy similar a como lo hacía antes de hacerse amiga de Potter y Weasley después de que la salvaron del troll en primer año.
Pero Granger no era una pieza importante en la guerra. Claro que era la bruja más brillante de su año pero la dejaría sola. Mientras no se uniera al lado oscuro la dejaría tranquila.
Abrió un cajón de su escritorio para sacar un pluma y gritó cuando una sacudida recorrió todo su brazo.
—Maldito Potter, cuando nos encontremos de nuevo vas a lamentarlo.
Miró su mano que ya estaba hinchada y roja. Albus hizo una mueca. Haría que Pomfrey le echara una mirada a su mano después de la reunión de la Orden, aunque ya sabía que no había mucho que ella pudiera hacer. Era muy difícil deshacerse de las bromas de Potter y Albus estaba seguro que aún no encontraba ni la mitad de las que estaban escondidas en su oficina. Al parecer Potter había heredado ese rasgo de su padre.
Con el ceño fruncido, Albus se alejó de escritorio. Tendría que leer el resto de las cartas cuando volvieran de la reunión. Hizo una mueca y maldijo por lo bajo cuando dio un paso y su zapato silbó. Por los grandes zapatos y las ropas coloridas que estaba usando suponía que estaba vestido como uno de esos payasos que al parecer le gustaban tanto a los muggles.
Sabiendo que no había nada que pudiera hacer al respecto Albus se dirigió a la chimenea. Sabía que tendría que sufrir la reunión con risas y bromas mal disimuladas. Desde que habían sido echados de Grimmauld Place habían tenido que reubicarse. En estos momentos tenían las reuniones en La Madriguera, aunque estaban buscando otro lugar donde quedarse. Aunque Molly Wesley lo hacía muy bien como la perfecta anfitriona Albus prefería un lugar más seguro. No daba la misma sensación ser un héroe cuando uno estaba sentado en la cocina de los Weasley diciéndoles sus planes.
Ignorando los sonidos divertidos de Fawkes, Albus caminó hacia la chimenea para tomar el flú hacia La Madriguera. Sabía que los miembros de la Orden del Fénix estarían esperando que llegara su gran líder. Los alertaría de la posibilidad de un nuevo aliado. Eso sería suficiente para hacer que buscaran a Evan James. Y si el mocoso trataba de decirles que era Harry Potter, Albus sabía que nadie le creería. Después de todo, él mismo les había dicho que había matado al chico Potter, ¿y qué razón tenían para no creerle?
Había beneficios de ser proclamado el vencedor de Gellert Grindelwald. Aunque había amado al hombre con todo su corazón, Albus había estado consiente de la manera en que todo el mundo veía a su ex amante. Ellos simplemente no comprendían la gran mente de Gellert y debido a Potter nunca tendrían la oportunidad de comprenderlo.
Pero un día, cuando Potter y Voldemort salieran de camino él los haría comprender. Y aquellos que habían tratado de ir en su contra desaparecerían. Ellos eran ovejas y él era el pastor. Seguirían cada una de sus órdenes y no habría nadie que lo impidiera.
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El baño lo había dejado más limpio y fresco de lo que se había sentido en mucho tiempo. Como había predicho, los elfos domésticos le habían dejado pijamas, verdes, pero eso no era sorpresa. Harry apoyó su frente contra el frio vidrio. Desde su asiento en la ventana tenía una hermosa vista del magnífico jardín. A diferencia del jardín de Snape este no estaba lleno de útiles hierbas, pero Harry estaba seguro de que no había ningún pueblo muggle cerca.
Sin importar lo mucho que trataba Harry no podía imaginar a Voldemort viviendo entre muggles. Pero sería la manera perfecta de esconderse de los enemigos del Señor Oscuro porque no esperarían encontrarlo entre las personas que deseaba matar.
Un gran bosque comenzaba donde terminaba el jardín y se perdía de vista. Ya que no podía dejar la habitación no tenía idea de lo grande que era el bosque realmente. Una sensación en su estómago le dijo que probablemente rodeaba todo el lugar.
Su largo cabello caía por su espalda, aun mojado por el baño. Incapaz de secar su cabello con magia lo había envuelto en una toalla, pero la toalla ahora yacía en el suelo donde la había dejado caer cuando había decidido que el lugar soleado cerca de la ventana lo ayudaría a secar su cabello con más rapidez.
Nagini estaba en la cama, al parecer profundamente dormida. La serpiente no parecía preocupada porque huyera y Harry tenía la sensación de que ella tenía razón. Sin magia no había mucho que pudiera hacer sobre esta situación, en especial cuando no tenía idea de dónde estaba y además estaba lidiando con Slytherin y magos y brujas entrenados. Debido a la poción que Snape le estaba dando nadie usaba magia en él, pero no confiaba en ninguno de ellos para creer que ese sería el caso si intentaba algo.
Se movió y su costado quedó apoyado contra la ventana. Extrañaba el tiempo cuando su vida había sido simple y cuando sólo había tenido que preocuparse por un maniaco tras su vida. Ahora todos creían que estaba muerto, y la mayoría de aquellos que sabían que estaba con vida lo odiaban y lo querían muerto.
En estos momentos podría estar con Hermione y Ron a la orilla del lago, disfrutando el buen clima. Hermione tendría su nariz enterrada en un buen libro y Ron y él estarían discutiendo movidas de Quidditch y cómo saldría el siguiente partido. Hermione levantaría los ojos de su libro y los retaría por no hacer la tarea. Entonces Ron diría algo estúpido que haría que ella se enojara con el pelirrojo. Cuando Hermione regresará a su libro Ron se giraría hacia él y le repuntaría si era esa época del mes para ella. Eso normalmente terminaría con Ron teniendo una cabeza adolorida y con Hermione dándole el tratamiento silencioso por un tiempo.
Harry sintió algo húmedo en su mano y su vista se nubló. Levantó su mano y se dio cuenta, después de mirar afuera y ver el cielo azul, de que estaba llorando. No queriendo alertar a Nagini, enterró su rostro entre sus rodillas y envolvió sus piernas con sus brazos.
Los sollozos recorrían todo su cuerpo y Harry se mordió los labios. Extrañaba a sus amigos, Hogwarts, que había sido su hogar hasta que había comprado su casa. Quería jugar Quidditch, maldición, estaría feliz de sentarse en una clase de pociones en la que Snape lo menospreciara y los Slytherins arruinaran sus pociones arrojándole cosas.
Pero significaría que nuca habría conocido a Mortimus, Hubert, Ares y la tía abuela de Luna. Incluso peor, nunca habría conocido a Nagini y Tom de la manera en que lo hizo.
Pero eso no disminuía la sensación por la traición de sus antiguos amigos. Lo había sabido desde el día en que vio a los Weasley y a Hermione en el Callejón Diagon. Sólo se había vuelto más real después de leer los libros y saber lo que decían sobre él, luego oírlo de Remus cuando se había encontrado con él.
Todo el tiempo lo había podido hacer a un lado y concentrarse en algo más. Escapar de Voldemort y Dumbledore y generalmente mantenerse con vida había sido suficiente para mantener esos pensamientos alejados. Pero aquí no tenía algo que lo distrajera y Harry sentía que la traición lo carcomía por dentro.
Quería encontrarse con sus dos antiguos amigos, aunque sólo fuera para decirles algunas cuantas verdades. Aparte de eso no estaba seguro de que más hacer. Harry quería vengarse pero sacar a Dumbledore del camino era mucho más importante para él. Pero si tuviera la oportunidad no se contendría de decirles a Hermione y Ron lo que pensaba de ellos. Uno pensaría que después de todo lo que habían pasado serían los suficientemente inteligentes para pensar por ellos mismos.
Harry gruñó frustrado. Quería golpear algo y antes de que se diera cuenta siguió su deseo. Apretó sus puños y golpeó la pared repetidamente.
Las lágrimas corrían por sus mejillas pero Harry las ignoró. Dejó que el dolor lo absorbiera e ignoró todo lo demás a su alrededor. Se sentía bien que el dolor físico ahogara todo el dolor de su corazón.
Un cuerpo escamoso se envolvió alrededor de su cuerpo. Efectivamente impidiendo que se hiciera más daño del que ya se había hecho.
"Evan, chico estúpido, ¿qué crees que estás haciendo?"
Harry lentamente alejó la mirada de sus ahora sangrantes manos y miró a Nagini. La serpiente lo sostenía con seguridad para que no pudiera lastimarse.
"Evan, ¿estás conmigo?"
La serpiente sonaba verdaderamente preocupada por él y Harry logró darle una pequeña sonrisa. Sin deseos de hablar enterró su rostro en el cuerpo de Nagini y continúo llorando. Nagini se quedó dónde estaba, abrazándolo con fuerza.
"No te he visto actuar así desde que despertabas de una de tus pesadillas hace muchos años."
Harry sollozó.
"Estoy solo. Todos me odian. Confíe en ellos. Estaba dispuesto a dar mi vida por ellos y piensan que soy malvado."
El cuerpo de Nagini lo apretó aún más, impidiendo completamente que se moviera.
"Niño tonto, yo estoy aquí para ti al igual que los rubios, Snape y Tom. No estás solo; tienes una familia en nosotros."
Harry negó con la cabeza, sin decir nada. Se apoyó en el abrazo y disfrutó la sensación de tener a Nagini tan cerca de él. Había sido así en el pasado cuando había despertado de una pesadilla o simplemente estaban regaloneando. Claro que Nagini había sido mucho más pequeña entonces y no había podido impedirle moverse si así lo deseaba.
—Potter, ¿por qué estas llorando?
Harry movió la cabeza de golpe y fulminó con la mirada al rubio que estaba parado en la puerta.
—No estoy llorando— dijo con fuerza y Draco levantó una ceja.
—¿En serio? ¿Entonces por qué hay lágrimas corriendo por tus mejillas? ¿O sólo es algo que estoy imaginando?
Harry trato de moverse para no seguir frente al rubio, pero Nagini lo afirmo aún más, impidiéndoselo.
"Muéstrale tus manos."
Harry fulminó con la mirada a la serpiente y luego volvió a mirar al rubio que se había acercado hacia ellos pero se había detenido cuando Nagini había comenzado a sisear.
"No lo creo, no necesito su ayuda."
"Niño estúpido, ¿Cuándo te vas a dar cuenta de que no estás solo? Necesitas que curen tus heridas, o se infectaran. Dudo que Tom este feliz si rehúsas ayuda cuando la necesitas. Además, no quieres que el pequeño Malfoy se meta en problemas, ¿cierto?"
—Potter, ¿qué te has hecho?
Mientras Harry y Nagini conversaban, Draco se había acercado, observando nervioso a la gran serpiente todo el tiempo. Ahora el heredero Malfoy estaba a su lado observando sus manos que todavía sangraban. Harry tragó en seco y trató de alejarse, pero Nagini no lo permitió.
—No es nada— murmuró mientras seguía fulminado con la mirada a Draco, silenciosamente desafiando al rubio a que hiciera algo. No estaba con ánimo para lidiar con el bisnieto de Mortimus en estos momentos.
Draco bufó y se sentó a su lado, echándole miradas rápidas a la gran serpiente. Cuando Nagini no hizo nada, tomó una de las manos de Harry para examinarla más de cerca.
—Para ti Potter, nada, como tú lo llamas, es lo mismo que una herida mortal para nosotros, la gente normal. He visto algunas de las veces en las que has terminado en la enfermería y no fue algo lindo. Ahora quédate quieto— dijo el rubio y jaló su mano, causando que Harry dejara de luchar.
—No entiendo por qué te molestas con esto. ¿Por qué te importa? No es como si fuéramos amigos o algo así.
Harry se sorprendió cuando el rostro de Draco se llenó de arrepentimiento por un breve momento antes de volver a usar la fría mascara Slytherin que Harry concia tan bien de sus días de escuela.
—Como debes recordar yo te ofrecí mi amistad en el tren durante nuestro primer año pero tú me rechazaste—. Draco lo miró brevemente antes de volver su atención a los lastimados nudillos—. Tuviste suerte, no parece que tengas nada roto.
—Entonces tú fuiste un idiota arrogante y mal educado con el primer amigo que tuve.
Harry dijo las palabras con los dientes apretados.
—Te advertí, Potter, que algunos magos son mejores que otros. ¿Y qué quieres decir con tu primer amigo? Eres Harry Potter, salvador del mundo mágico. Estoy seguro qué tu familia muggle adoraba consentirte y tuviste montones de amigos aunque sólo eran muggles.
Harry bufó y alejó su mano de Draco.
—Claro, mi familia me odiaba. Ellos odian la magia y pensaron que podrían quitármela a golpes. Si quieres saber, mi habitación desde el momento en que llegue a vivir con ellos fue la alacena bajo las escaleras. Mi primo alejaba a todos los demás niños y mis tíos esparcían mentiras sobre mí, así que nadie se atrevía a acercárseme. Cuando comencé en Hogwarts les dijeron a todos que me fui a la Escuela San Brutus para chicos criminales incurables.
La voz de Harry era monótona mientras hablaba de su pasado. Cierto, se había vengado de los Dursley, pero eso no significaba que los hubiera perdonado. Como había dicho, se lavó las manos de ellos. Ahora estaban por su cuenta. Brevemente se preguntó qué le habría sucedido a Vernon. El hombre probablemente aún estaba en forma canina ya que tendrían que contactar a alguien del mundo mágico para que lo transformara de vuelta. Eso era algo que Harry esperaba nunca sucediera. El mundo era un lugar mucho mejor sin Vernon Dursley en él.
Draco se puso más pálido de lo normal antes de ponerse rojo. Harry observó con interés, preguntándose en silencio que pasaría ahora. Ni siquiera Ron o Hermione habían sabido eso sobre su vida familiar. Claro, ambos habían sabido algunas cosas pero nunca habían visto la imagen completa. Y por eso estaba agradecido o si no todos sus secretos estarían esparcidos por el mundo mágico.
—¿Cómo se atrevieron? Aquí en el mundo mágico el abuso es castigado con dureza y hay una buena razón para eso. Mientras más miedo y estrés siente un niño más violenta es la magia accidental que realiza. Nadie es tan estúpido para poner la mano sobre un niño mágico, no si no quiere resultar lastimado.
Harry miró en shock al rubio, sin atreverse a abrir la boca. Era la primera vez que veía a Draco de esta manera. Normalmente el chico Slytherin era tan calmado y tranquilo. Harry se encogió de hombros lo mejor que pudo en la posición en la que se encontraba.
—Bueno, no hay nada qué hacer al respecto. Pasó hace mucho tiempo y no hay nada que podamos hacer ahora. Además, ya tuve la venganza que deseaba—. Ante la mirada confusa de Draco, Harry sonrió—. Digamos que mi tío está viviendo una vida de perros, literalmente; mi tía y mi primo están sintiendo el dolor que yo sentí.
El rubio estuvo en silencio por un largo rato y Harry estaba comenzando a preguntarse si de alguna manera había roto al chico. Dudaba que Lucius estuviera feliz al descubrir que había dañado el cerebro de su heredero.
—Lo he dicho antes y no temo decirlo otra vez. Tú perteneces a Slytherin y cometiste un error al convencer al Sombrero Seleccionador que te pusiera con los leones. Pero creo que el Señor Oscuro estará interesado en esta información.
Harry palideció antes las palabras del rubio; no había pensado en que Voldemort sabría sobre esto. Si ese hubiera sido el caso habría mantenido la boca cerrada.
—Haz eso y haré que lo lamentes. Estoy seguro que tu bisabuelo te contó de algunas de las bromas que le hice a Dumbledore. Incluso con magia no podrás librarte.
"La amenaza puede funcionar en el rubio, pero nada me detiene de que yo le diga a Tom sobre eso, Evan."
Las palabras de la serpiente hicieron gruñir a Harry y cerró los ojos. Sabía que no servía de nada discutir con Nagini. Ella era tan testaruda como él y nada la haría cambiar de idea.
Harry se quedó en silencio mientras Draco limpiaba y vendaba sus heridas. Hizo una mueca cuando el rubio le echó algo en las heridas para limpiarlas. Con pociones las heridas habrían desaparecido en cosa de segundos pero gracias a la poción que Snape le estaba dado esa no era una posibilidad.
—Bien, eso será suficiente. Hare que Madre o Sev le echen una mirada cuando vengan ya que no soy un sanador, pero no creo que tengas problemas.
Harry suspiró cuando Nagini finalmente lo soltó y salió por la puerta. Al parecer su turno de vigilarlo había acabado y de seguro ahora iría donde Voldemort para informarle lo que había escuchado.
Harry estaba totalmente preparado para ignorar a Draco durante el turno del rubio pero al parecer el heredero Malfoy no tenía intenciones de ser ignorado.
—Oí los rumores de tu vida familiar cuando estábamos en Hogwarts, pero como todos los demás no lo creí. ¿Por qué debería? Tú eres el Salvador del mundo mágico, estabas destinado a ser un niño malcriado, todos sabían eso.
—Entonces todos estaban equivocados—. De repente algo se le ocurrió a Harry—. Ninguno de ustedes, los sangrepura, están en clases.
—Algunos lo están, aquello cuyos padres no son conocidos como mortífagos aún están en Hogwarts, después de todo el Señor Oscuro necesita espías para saber que está haciendo Dumbledore. Pero la mayoría hemos sido llevados a casa por nuestras familias.
—¿Pero y su educación? Por lo que entiendo es importante para ustedes.
Draco rodo sus ojos.
—¿Y qué crees que hacemos cuando no estamos contigo, nada? Estudiamos en casa. Con toda esta gente que sigue al Señor Oscuro estamos recibiendo una mejor educación de la que recibíamos en Hogwarts.
Harry sonrió.
—Al menos no tengo que preocuparme por mi educación.
—¿De qué estás hablando, Potter? Por supuesto que necesitas una educación, sólo porque estas con el Señor Oscuro no significa que…
—Primero que nada, no estoy con Voldemort— interrumpió Harry a Draco antes de que el rubio pudiera continuar. Había aprendido con Hermione que era más fácil pararla antes de que entrara en calor—. Ya tomé mis EXTASIS. Fue hace cincuenta años y bajo otro nombre, pero no voy a volver a estudiar todo de nuevo.
Draco lo miro por un largo rato antes de tomar pluma y pergamino. Harry lo observó en silencio antes de que su curiosidad lo superara.
—¿Que estás haciendo? El rubio levantó la mirada del pergamino.
—Bueno, ya que terminase los EXTASIS entonces me ayudarás con mi tarea de Herbología y después con mi tarea de Defensa Contra las Artes Oscuras para que después me ayudes en Transfiguración.
Harry gruñó y dejó que su cabeza golpeara el vidrio con un ruido sordo. Debió pensar que Draco diría algo así. Después de todo el chico era un Slytherin y sabía cómo usar todo y a todos en su favor.
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—Adivina quién soy.
Una suave voz masculina lo rodeó al mismo tiempo que unas suaves manos le cubrían los ojos impidiéndole ver el caldero frente a él.
—Lucius, si no me sueltas en este instante vas a perder algo muy preciado para ti.
Las manos lo dejaron con rapidez y la persona tras él se alejó, ya no quedando presionado contra su espalda.
—¿Cómo supiste que era yo? Fui tan silencioso, y sé con seguridad que no me oíste entrar.
Severus rodó los ojos y siguió trabajando en la poción en su caldero.
—Primero, no disfrazaste tu voz, qué tipo de persona sería si no pudiera reconocer la voz de mi propio amante. En estos momentos sólo hay tres personas en la mansión, ya que es turno de Draco de vigilar a Potter, y Narcissa sabe muy bien que no debe perturbarme cuando estoy trabajando en una poción.
—Severus, me lastimas. Si yo no lo supiera, diría que ya no me amas.
Severus suspiró; sabiendo ya que no recibiría paz de parte de su amante hasta que Lucius ya no estuviera aburrido. Puso un hechizo de estasis en la poción. Después de todo la poción era para Potter así que no podía arriesgarse a arruinarla. Y su orgullo como maestro de Pociones no le permitía cometer ni un solo error con una poción tan simple como esta.
Cuando estuvo seguro de que la poción podía quedarse sola se dio la vuelta para mirar a uno de sus amantes. Lucius estaba vestido en una simple pero elegante túnica. El pálido color azul sobresaltaba su pálida piel, cabello rubio y ojos plateados. Todo lo que amaba del hombre. Severus aún no encontraba algo imperfecto en su amante. Debería ser el molesto hábito de molestarlo cuando trabajaba en una poción. En especial cuando el rubio creía que había pasado mucho tiempo adentro y necesitaba aire puro y sol, como decía Malfoy.
—¿Qué quieres?— preguntó Severus antes de que Lucius se acercara y presionara sus labios contra los suyos. No fue para nada un beso gentil, pero fue justo como lo quería Severus.
Cuando se separaron ambos estaban sin aliento. Severus se separó de Lucius para que no pudiera seguir molestándolo. Había cosas que no estaba dispuesto a hacer en un laboratorio de pociones, sin importar si fuera el suyo o el de otra persona.
—Potter y Voldemort no van a volver a estar juntos sin un poco de ayuda.
Lucius parpadeó, obviamente sorprendido por el repentino cambio de tema. El rubio levantó una ceja.
—¿Y supongo que tienes un plan para esto?
—Por supuesto, soy un Slytherin.
Se besaron nuevamente cuando Lucius lo guio fuera del laboratorio.
—¿Vas a compartir los detalles conmigo o es un secreto?
Severus le dio una de sus raras sonrisas.
—Necesitaré tu ayuda y la de Narcissa, así que supongo que tendré que decirles todo sobre mi plan. Pero tendrá que esperar hasta que estemos juntos los tres, no quiero volver a explicar todo.
—No tendrás que repetirte; después de todo no somos tus estudiantes.
Severus parpadeó por el repentino cambio de luz cuando salieron del laboratorio.
—No, no lo son. No compartiría mi cama con un estudiante.
La risa de Lucius llenó el pasillo mientras caminaban hasta donde se encontraba Narcissa para que Severus pudiera explicarle a los dos Malfoy sus planes para poder juntar a Potter y Voldemort.
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