LA RISA DE UN NIÑO.
«En aquel entonces solo era un niño.»
[CAPITULO... 33]
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―¿Qué es esto mamá? ―una voz aguda y pequeña pregunto con un tono curioso.
―Tu singularidad ―respondió en seguida una voz aun mas aguda pero con un tono adulto. Era la madre del pequeño niño de cabello oscuro quien miraba una pequeña caja de cartón la cual parecía tener algo interesante en su interior.
Esta caja no era mas grande que un microondas, por ende seria normal que esta misma no pudiera tener algo mas grande que solo eso, pero, lo interesante que ambos veían en eso era el hecho de que dentro de esa caja se encontraba algo mucho mas grande siendo un televisor.
―Es igual al de tu padre ―expreso con orgullo con la mujer quien no separaba su mirada de fondo de la caja. Casi al instante despego su mirada del fondo de la caja para llevarla hacia su hijo―. ¿Recuerdas como lo hiciste? ―inquirió.
―Creo que si ―respondió dudoso.
―Ya veo ―ella lo miro comprensiva―. Como tu padre me lo explico, no es sencillo de utilizar. Aunque el aprendiera a controlarlo, siempre estuvo a la ofensiva en el tema de usarlo libremente ya que contraía mucho estrés pero veo que tu lo estas manejando bien.
―Solo es una pequeña caja... ―dijo algo desanimado.
―Al igual que cuando tu padre lo utilizo por primera vez ―ella extendió sus manos hacia los dorsales de su hijo guiando sus manos hasta llevarlo a una pared de la caja de cartón la cual hizo que la tocara con ambas palmas abiertas―. ¿Quieres aprender a usarlo? Yo no te obligare, eres libre de elegir.
El niño se mostró pensativo mirando hacia el suelo. Él se sentía bastante afligido por el hecho de ver la expresión de su madre que aunque pareciera tranquila, ella tenia un gran sentimiento a flor de piel por ver el quirk de su difunto esposo una vez más.
―¿De qué me servirá aprender a usar mi quirk si yo nunca sere un héroe? ―pregunto atrapando a su madre en una sorpresa.
―¿A que te refieres? ―inquirió.
―Y-yo no tengo interés de ser un héroe como tú, no puedo, simplemente no soy tan valiente.
Por un segundo tuvo miedo de mirar a los ojos de su madre pero él sabía que tenía que hacerlo, así que reuniendo un poco de valor levanto su vista encontrándose con la expresión en desdén de su madre.
―Creo que te estas confundiendo en dos cosas hijo ―ella retiro sus manos de los dorsales de su hijo llevándolas hacia sus muslos y mirándolo más seriamente.
―¿E-estas enojada verdad?
―Si, algo. Diría que molesta ―divago un poco.
―Lo siento... ―con la cabeza agachada él se disculpó.
―Pero no es por lo que crees.
El niño intento separar sus manos de la caja cuando su madre levanto la voz firmemente.
―No las quites ―ordeno sonoramente provocando que el mentón de su hijo salga disparado hacia arriba y mire el semblante furioso de su madre.
―Estoy molesta, eso es verdad. Pero no creas que es por que sepa que no quieras ser un héroe ―ella resoplo―. Eres libre de elegir quien quieras ser, yo no tengo por que decidir por ti. A lo que yo me refería es el hecho de que digas que no eres valiente y que aprender a usar tu quirk solo depende de héroes, es absurdo ―replico.
Ella llevo su puño hacia su boca y aclaro la garganta.
―Los quirks no son algo que definan a un héroe. Los quirks son una parte muy fundamental de nosotros mismos, algo con lo que nacemos y crecemos lo que nos hace ser quienes somos ahora mismo. Un ejemplo seria nuestras piernas. Nacer con ellas y no usarlas por que los deportistas las usan para maratones seria estupido. Aprender a usar los quirks no se trata de simplemente querer ser un héroe, es querer aprender a controlar una parte muy importante de ti, y aun mas importante si este quirk tiene una gran repercusión en ti mismo.
Lo que la madre del niño quería era que este comprendiera lo importante de poder conocer su quirk, de saber controlarlo.
―Desde que los quirks se convirtieron en una parte muy importante de nosotros muchas cosas se han descarrilado y todo proviene de hecho de que los niños no son fomentados a aprender a usar sus quirks. No es que este en contra de la ley de uso indebido de los quirks pero a veces esta misma ley causa muchos problemas. Es por esta razón y muchas más que quiero que aprendas a usar tu quirk, no para luchar, no para ser un héroe...
La mujer relajo su semblante y como en un lienzo blanco, ella dibujo pequeñas rayas oscuras formando una sonrisa en su rostro.
―En el momento cuando yo no este, cuando tu formes tu propia familia y prosperes por ti mismo. Quiero que uses aquello con lo que naciste para proteger lo que amas, para que puedas cuidar aquel hogar en el que vivas.
Shimura Nana, una mujer adulta, madre de un pequeño joven conocido como Kotaró Shimura quien heredo el quirk de su padre. Un quirk que le permite expandir el espacio en donde el se encuentre con una solo dos condiciones; tener una imagen clara y memorizada de aquello que ha de expandir y...
Una emoción que lo haga estallar.
[Vive una vida veliz y has prosperar a tu familia.]
Dilatación del paraje es el nombre que se le atribuye a Kotaró Shimura. Todo aquello que conozca de pies a cabeza puede llegar a expandirlo en su interior hasta mas de 50 metros a la redonda sin afectar el exterior.
Un nombre más adecuado, «Dilatación del espacio».
Todo aquel espacio que el conociera en su totalidad, metro por metro, centímetro por centímetro hasta milímetro por milímetro... incluso, 0.45 por 0.45 era la primer condición para la activación de su quirk.
Despues viene el segundo requerimiento.
―Lo siento Midoriya ―dijo con una voz afligida.
Una emoción de protección inmensa hacia su hija.
El suelo comenzo a extenderse hacia los cuatro lados de la habitación mientras que aquel pequeño pasillo se convirtió en lo que podría considerarse una sala de fiestas de mas de 15 metros hacia cada lado provocando que la mesa, la sala y todos los muebles parecieran alejarse dejando solamente a izuku frente a la chica quien en aquellos pétalos se podían ver reflejados los estallidos de energía verdosa alrededor de izuku.
Las líneas que se dibujaban siendo estas las que separaban cada tablón que conformaba el piso de madera se extendían en tamaño puesto que los mismo tablones hacían lo mismo.
Parecía que izuku y la chica se habían encogido en aquel enorme espacio dilatado.
Pero esto a el no era lo que mas lo dejaba sin palabras ya que despues de todo, lo que tenia delante no era más que el a flote de pétalos como el rosal de un jardín el cual se extiende como las colas de aquel legendario zorro de las nueve colas del folclore japones conocido como «Kitsune» proveniente de la misma mitología.
Estas misma colas/pétalos se abrían un paraje para aquella dueña de estas quien estaba inmóvil mirando al chico.
―E-esta sensación... ―murmuro sintiendo una presión en su pecho. No le quedo de otra mas que tragar saliva buscando intentar ahogar aquellos mal augurios que afloraban desde lo más profundo de sí mismo―. ¿Huh?
El chico pecoso se percato de algo al ver delante de su vista los destellos verdosos del One For All.
―¿Cuándo...? ―ni si quiera entendía cuando él había activado el Ofa, de hecho, el tenia un poco de amnesia pues sentía un cumulo de emociones que no estaban ahí hace un momento.
El corazón agitado seguro era por el ataque reciente de la chica, pero su cabeza, su mente aturdida por un grito dentro suyo le hizo preguntarse, «¿Por qué?».
En seguida el apagaría el Ofa.
―¡E-esperen, esperen! ―clamo por lo alto con ambas palmas apuntando hacia el frente―. ¿¡P-por que hacen esto?! ¡E-esto esta mal! ―enuncio en un fuerte labrio.
Hanna pareció irritarse.
―Verlo por donde sea, esto esta mal. Son la hermana y padre de mi amigo. No creo que sea correcto hacer esto, además el uso de quirk de manera deliberada es un... ―sin terminar la frase una fuerte sacudida golpeo su cabeza.
Por un segundo la oscuridad apareció en su mente y apago sus sentidos.
No fueron mas que simples instantes cuando el chico cayo rotundamente al suelo soltando un bramido de dolor que subyugo cualquier otro sonido proveniente de su cuerpo.
El se encontraba rodando hasta estrellarse con la mesa que tenía varios metros detrás suya. Enseguida que este destruyo la mesa del comedor y los trozos de vidrio, metal y madera salieron volando por los cielos hasta caer en el piso dejando un rastro de ellos, el joven recupero sus sentidos.
―¡Gah...!
Boca abajo y con las ropas recién vestida llenas de pequeños rasgones y demás, izuku estaba con la mirada en la madera de los tablones.
―Pensé que me ibas a mostrar las elecciones del niño que ríe, no la plática de un tipo cualquiera ―dijo una voz femenina, era Hanna quien daba un paso hacia delante apartando su pétalo el cual recientemente golpeo directamente a izuku.
―¿N-niño que ríe?
*COF* *COF*
Apenas pudo preguntar pues una tos agravia termino agitándolo.
―No te preocupes mucho por eso. Las esporas que estoy liberando ahora mismo servirían para matar insectos ―informo Hanna.
―¿Esporas? ―izuku se puso de pie.
―Como deberías saberlo ya, mi quirk me permite pudrir toda la vida orgánica que toque. Sin embargo eso no termina ahí. Mi podredumbre desarrollo por sí misma la mutación de estos pétalos que funcionan como colas las cuales al liberarlas, libero esporas llenas de infecciones, de un virus el cual se le conoce como "Pochedumbre". Pero como dije antes, no tienes que preocuparte de eso, ahora mismo las esporas no son lo suficientemente densas como para matarte.
Ella sacudió aquellos pétalos como si el viento empujara las rosas de un jardín por lo alto de su matorral. Aquellos 7 pétalos que se encontraban emergiendo de su espalda con las puntas encima de su cabeza se afilaron colocándose en fila apuntando hacia izuku quien miraba incrédulo esta situación.
―Basta de charlas ―dijo con una mirada de severidad hacia izuku.
En ese momento el chico supo que ella no se detendría. Fue entonces que también surgió algo mas dentro suya, una nueva pregunta que rondo su cabeza apenas este se puso de pie.
Si ella no lo quería matar, ¿Por qué luchaban?
Los estallidos de energía chocaron unos con otro formando esas peculiares y curiosas partículas relampagueantes alrededor de izuku lo cual indicaron que sus habilidades físicas se volvieron explosivas.
Entonces como el péndulo de un mástil, los pétalos de la chica cayeron golpeando la madera debajo de izuku quien salto casi un metro entero hacia arriba abriendo las piernas como un arco de guerra.
―¡E-ese golpe! ―izuku miro hacia la chica―. ¡¿De verdad no quieres matarme?! ―farfullo con una ceja curveada cuando este llegado al techo despues de los tres metros de altura enterro sus dedos sobre este aferrándose y llevando todo su cuerpo al techo volviéndose como una araña.
―Si te mato no podre saber lo que quiero saber.
Sus cejas, ojos, nariz, y boca se veían como si hubieran sido esculpidos con un cuchillo afilado. Sin rastro de emoción en su rostro limpio, la chica se dirigió hacia izuku con mucha tranquilidad.
Poco a poco los pétalos volvieron a ella he izuku cayo al suelo sin hacerse algún daño.
El pecoso exhalo una gran cantidad de aire de su nariz y de su boca; nadie sabía si estaba riéndose o molesto, pero al final solo encogió los hombros. Toda su postura cambio por un momento y la fluctuación de sus partículas eléctricas se vieron interrumpidas por una onda de viendo que salio gracias a la contracción de sus músculos.
Su humor había cambiado.
―Señor Shimura ―llamo por lo bajo al hombre padre de familia quien se asomaba por encima del hombro de su hija a lo lejos en el primer escalón que sube al segundo piso―. ¿Usted cree que esto es lo correcto? ―inquirió.
―La razón principal de que esto sucediera siempre fue la misma. Como dije antes, que el One For All haya estado entre nuestro camino hace que las cosas sean un poco diferentes pero no voy a diferir del hecho que esto ocurra Midoriya ―respondió con total seguridad.
―No creo que esto sea lo correcto ―dijo con voz queda―. Usar los quirks de esta manera y mas si es uno peligroso como el de ella no debe ser tomado a la ligera...
Flexionando sus músculos rígidos lanzándose hacia atrás, el chico reveló una mirada de soslayo que era completamente diferente a su oponente.
A tan solo dos metros de distancia, la chica lanzo un golpe al aire, generando un viento que crujió el cabello de izuku. Incluso entonces, no hubo una onza de espíritu de lucha por parte de izuku quien en cambio aún se veía confundido y susurro suavemente.
―No.
Kotaró pudo darse cuenta.
―¿Esta molesto? ―se pregunto pues la actitud de izuku cambio, justo como hace unos momentos antes de que todo estallara cuando este grito aquello del chico que ríe y sus elecciones.
Hanna por su parte enroscando sus delgados labios bramo.
―Estas siendo hipócrita ―dijo con los labios torcidos algo disgustada por el comentario de hace un momento― ¿Qué mi quirk es peligroso para usarlo libremente? ―chasqueo la lengua―. ¿No me escuchaste hace un momento con lo de las esporas? Y si no te has dado cuenta, si soy capaz de controlar la Pochedumbre de estas esporas es por algo. Incluso alguien como tu que estudia en la U.A debería percatarse de algo tan sencillo como el hecho de que mi quirk ya está bastante pulido.
Alzando su mano hacia delante y moviéndola con ademanes y gestos, los pétalos se ondulaban de lado a lado como la danza de un grupo de bailarinas de ballet ansiosas de recibir éxito y aplausos.
―Además, a comparación de ti tengo mas libertad de usar este quirk "Peligroso" que tu con Decay, ¿No es verdad? ―ella cambio totalmente aquellos afilados ojos y estos parecían burlarse al igual que todo su semblante mientras que uno de sus pétalos se acerco a su mano y ella lo toco―. Rómpete, rómpete... ―dijo con tono burlón desapareciendo su propio pétalo imitando la funcionalidad de Decay.
Las cejas de izuku se curvearon.
―No hay nada de gracioso en eso, Shimura Hanna.
Ahora era una certeza, la actitud de izuku había cambiado y un hilo de tensión empezó a dibujarse entre ambos chicos quienes se miraban mutuamente. Por el lado de la chica ella exhalo una cantidad de aire grande curveando la postura y como si fueran un grupo de luciérnagas a media noche, aquellas esporas se unieron detrás suya y regresaron aquel pétalo a su lugar.
―¿Qué es lo que de verdad quieren de mí? Acaso, ¿Tengo algo que les concierne? ―cuestiono izuku.
―Desde que llegamos a esta ciudad, el cuento del niño que ríe recorrió las calles hasta que yo fui capaz de escucharlo. Un relato sobre una persona capaz de destruir todo lo que toca llego a mi corazón. Entonces los años pasaron y todo esto se olvidó, se volvió borroso en mi cabeza hasta que la noticia de que habías vuelto siendo un estudiante de la U.A, compañero de mi hermano me hizo preguntarme, ¿Por qué? ¿Cómo? De todo lo que causaste como puedes llegar a vivir una vida libre. Eso es lo que yo quiero saber.
Tales palabras hacia izuku no terminaron de saciar sus dudas, si no parecía que las incrementaron mas al igual que su disgusto debido a que la ultima frase que se le agrego la palabra libertad lo dejo bastante picado.
Y ya desde hace unos instantes todas sus emociones se encontraban confusas llegando a ser una unión entre molestia y pena, rigor de una gran culpa y la efímera sensación de estar suspendido en el aire con el corazón entre manos.
No sabia como de verdad tenia que sentirse hasta que en el reflejo del cristal debajo de sus pies pudo mirar su manos las cuales tenían tantas cicatrices que apenas eran invisibles a ojos de otros.
―Yo no creo que viva con libertad ―dijo mirándose aun las manos―. Ni mucho menos. Tampoco creo que tenga derecho ni valor para responder esa pregunta ya que no me concierne a mí la respuesta ―termino de enunciar tomando por sorpresa a Hanna al igual que su padre.
―¡Pero tu estas cursando para ser un héroe a pesar de...! ―Kotaró se detuvo al darse cuenta de lo que estaba por decir.
―A pesar de que mate, ¿No es así? ―agrego izuku separando la vista de sus manos―. Como dije, esto no se trata tanto de mi como crees. No debes esperar una respuesta que yo no tengo derecho a darte.
Hanna se molestó mucho.
―Eres un hipócrita ―sentencio esta volviendo contra izuku sus filosos pétalos.
―Quizás lo sea, pero como te lo dije, no vivo en libertad completa y no tengo la respuesta que buscas así que no le veo sentido a continuar esta lucha.
Los estallidos de energía se apagaron y como si fuera un cambio drástico, el respiro y la tranquilidad que estaba comenzando a ganar fueron suficientes para poder apaciguar su molesto humor.
―¿Lucha dices? ―bufo con la pregunta mientras tomaba con su palma la mitad de su rostro―. No puedo creer que tu seas de verdad igual a mí siento tan diferente. No se si eres idiota o simplemente quieres seguir cegándote a ti mismo.
Ella que nunca mostraba ninguna emoción fuerte que siempre mantenía aquel rostro tan calmado como las aguas de un rio en medio de una montaña. La chica por primera vez sentía como sus propias emociones la sacaban de quicio y todo era culpa de izuku puesto el no le daba las respuestas que ella deseaba y aun así, pareciera que estaba ganando algo más.
―Shimura-San me ofreció una mano amiga, me ofreció su amistad sincera y me ha ayudado mucho. No veo correcto tener una pelea con su hermana, discutir con su padre o enojarme con su madre por encerrarlo. Si puedo llegar a ayudarte de una u otra forma lo hare, pero no pienses que voy a pelear contigo, no veo razón en hacerlo ―dijo con total razón.
Absorto de sus propios deseos y algo confundido por sus emociones, aun había algo de lógica rondando por su cabeza la cual le decía furtivamente que se negara a seguir esta pelea. No podía, no debía hacerlo.
Era cierto que podía notar que Hanna estaba sufriendo pero aun así, el sentía que luchar no era la respuesta que podría otorgarle.
De este modo el bajo sus brazos y dejo todo espíritu de lucha, incluso de defenderse dando una gran sorpresa al padre de Hanna quien se dirigió hacia ella.
―Hija, quizás podamos arreglarlo de otro modo ―comento culpable Kotaró quien comenzo a reducir el espacio del lugar cuando Hanna dirigió una mirada de severidad hacia él.
El soltó un quejido.
―Si no puedo obtener la respuesta de una buena forma... ―Hanna dio un paso―. Forzare la situación.
―¿Eh? ―izuku abrió los ojos en grande.
Con aquel paso que ella dio hacia delante se extendió un pétalo junto a ella justo a su costado que rápidamente paso de largo por fuera de su sombra siendo dirigido hacia izuku quien apenas pudo ver deslumbrantes colores amarillos y escarlatas por encima de su ojo.
Las esporas que desprenden aquellos pétalos pasaron rozando el rostro de izuku quien había torcido su espalda hacia atrás esquivando el ataque a duras penas.
Nuevamente los destellos verdes aparecieron y junto a ellos una danza de colores esmeralda y escarlata aparecieron en aquel lugar con una inminente lluvia de golpes provenientes de Hanna quien sin falta atacaba a izuku.
En un momento con los inminentes ataques de un total de 6 pétalos, el dio un salto girando en el aire como una botella de agua cayendo de una gran altura.
Los destellos eléctricos tocaban los pétalos como si estos estuvieran con la intención de apartarlos de izuku pero mientras más instantes ocurrían estos parecían acercarse hacia él y las esporas liberadas le causaban una gran molestia en la nariz y ojos.
Despues de un par de milésimas de segundos el chico cayo resbalando un par de metros hacia un costado de la sala chocando con una pared de espaldas soltando un jadeo.
*COF* *COF*
Nuevamente la tos apareció el chico parecía tener la garganta seca y ardiente, como cuando tienes una infección por algún virus y demás.
Era claro que era culpa de Hanna este evento.
Izuku deseo tanto tener el traje que Mei hizo para el debido a que este contaba con aquel bozal con funciones de mascara de gas que para este instante le iría de perlas, sin embargo, sabia que esto no ocurriría por lo cual tuvo que pensar rápidamente en un plan y la mejor idea que se le ocurrió fue arrancarse la sudadera y rompiendo retales de tela para colocárselo como un cubrebocas.
Al hacer esto no pudo evitar mostrar sus brazos vendados los cuales rápidamente fueron observados por Kotaró y Hanna.
Izuku termino de apretar el amarre del retal detrás de su cabeza justo en su nuca.
Sus ojos verdosos y llenos de un intenso brillo debido a la energía recorriendo su cuerpo hacían que su postura fuera más feroz.
―Es como menciono Tenko... ―murmuro Kotaró al ver los brazos de izuku.
Con anterioridad, su hijo le había dicho todo lo que ocurrió en U.A por lo tanto las consecuencias de que izuku haya usado su quirk de esta forma le había dejado secuelas fácilmente vistas por todos.
Era la causa y efecto de Decay.
Los pétalos regresaron a la espalda de Hanna y esta comenzo a avanzar hacia izuku con una rapidez que crecía con el tiempo.
El chico se percato de que ella no se detendría y que la pelea era inminente.
Izuku inhalo profundamente, reunió poder en su estómago, y se inclinó violentamente.
Colocando su puño izquierdo hasta su cintura y apuntando su puño derecho a su oponente, el exhalo ruidosamente el aire. Mientras repetía la respiración brusca, sus piernas separadas empezaron a resplandecer de un color verde, atrayendo poder del suelo. La energía se canalizo por su cuerpo y se reunió en su puño.
Abrasadores destellos esmeralda brillaron gradualmente de un tono azulado, y eventualmente se vio sumergido por el tono escarlata de los pétalos que cayeron como lluvia hacia él.
Ahora el puño derecho de izuku estaba con una fuerza y acumulación de energía que pudo sentir como poco a poco todo su brazo se entumía.
"Si vuelves a hacer algo parecido perderás el uso de tus brazos".
Izuku se percato rápidamente que lo que había dicho la chica sobre su desempeño con su quirk estaba bastante pulido era cierto. Además no solo era el uso de su quirk, la manera en que empleaba sus pétalos en cada ataque era superior a la enseñanza que alguien podría aprender con el paso de los años.
Era como si ella siempre fue uno con su quirk.
―17 %... ―enuncio.
Sintió como su brazo entero se durmió y cada pizca de células se retorcían de dolor dentro suyo. Aquel puño que el elevo lanzo una ventisca de viento que golpe los pétalos que caían hacia él como filosas dagas de mercenario.
Hanna se detuvo al sentir el jalón de sus extensiones que fueron a parar hacia el techo obligándola a desvanecerlos para no caer.
Por su lado, izuku cayo estrepitosamente al suelo mientras sus vendas de su brazo derecho parecían querer caerse. Al mismo tiempo que sostenía las vendas apretaba con mucha fuerza su muñeca debido a que sentía como su hueso se abría por la mitad.
En gritos ahogados los destellos se desvanecían de su alrededor.
«¡Esto es tan doloroso!»
Grito internamente.
―¡Hanna! ―llamo Kotaró a su hija quien la vio casi caer hacia atrás.
Ella dio ligeros pasos hacia atrás resbalándose y cayendo con una rodilla hacia el suelo.
Una gota de sangre salio por su nariz y su respiración se volvió apresurada.
―Ya llegaste a tu limite, no puedes seguir conteniéndose más, Hanna. ¡Deja esto por hoy! ―replico Kotaró a lo cual izuku alzo su oreja.
―¿Conteniéndose? ―él se percató de algo al ver el rostro de la chica el cual estaba pálido.
"Las esporas que libero ahora mismo no son lo suficientemente concentradas para matarte."
Hanna estaba sintiendo un gran dolor de cabeza.
―A-aun quiero saberlo... ―se dijo para si misma―. ¡Aun quiero saberlo! ―repitió aun con mas fuerza que antes―. ¡No me voy a detener hasta saberlo!
De golpe aparecieron los pétalos en su espalda y estos se clavaron en el suelo, paredes y techo al frente suya.
―¿Cómo no lo pensé antes? ―izuku soltó su muñeca he intensifico sus partículas mientras se colocaba de pie―. ¿Tu...? ―el trato de dirigirse hacia ella pero antes de poder decir una palabra más, los pétalos arrasaron con todo agrandándose y liberando una gran nube de esporas. Todos los tablones de madera que conformaban en piso, el tapiz del techo y paredes salieron volando por todos lados mientras los pétalos se unían al frente hasta formar el centro de una rosa la cual se detuvo a unos centímetros de izuku y liberando una fuerte presión que lo arrojo a lo lejos con una fuerza impresionante.
―¡Expande un poco el lugar! ―ordeno Hanna a su padre.
―¡P-pero...!
―¡Hazlo!
Aunque no quisiera, Kotaró se percató de por qué ella quería eso. Desde donde él estaba pudo observar como las esporas que salían de sus pétalos he incluso de ella misma comenzaban a aumentar en cantidad.
Hanna había llegado a su límite.
Entonces aun con deseos de no querer seguir, Kotaró amplifico su quirk y toda la sala creció hasta un punto donde parecía que se encontraban en una sala de teatro. Desde el piso hasta las paredes, la altura y demás se dilataron en un espacio cerrado.
Kotaró se desplomo y al igual que su hija, su nariz sangro.
―Solo tienes unos minutos... ―informo a su hija la cual miro hacia el frente donde izuku se levantaba entre la nube de esporas.
«Ellos...»
INTRODUCIR: OFA VS AFO - OST.
Su mente prodigiosa, su inteligencia le permitió darse cuenta de dos cosas. La primera de ellas fue el hecho consumado ya antes dicho por ella. La familia Shimura ha estado aprendiendo a usar sus quirks mas de lo que la sociedad estaría de acuerdo.
La segunda cosa era sobre Hanna. El hecho de que ella se encontrara en ese estado provenía de la razón que al contener sus esporas ella misma se dañaba a si misma. La consecuencia de usar esa variante de su quirk «Los pétalos» provocaba en ella que si no liberaba esas esporas de Pochedumbre, ella tendría que ser la que consuma estas.
―Soy un estupido... ―se dijo a si mismo dejando caer el retal de tela que se coloco en su boca y nariz―. Ella está igual o más dañada que yo.
Una flor en medio de la naturaleza que soporta ventiscas, sequias, lloviznas y toda la fuerza de la madre naturaleza, eso era Hanna.
Con sus manos temblando y sintiendo un enorme dolor en sus extremidades.
―Si no peleo no se detendrá ―sus puños se formaron cerrando sus dedos―. Perdóname, Shimura-San, pero tendré que pelear con tu hermana por su propio bien.
El se coloco en postura ofensiva y se preparó.
―Apenas unos días desde que mi cuerpo se recupero pero aun sigo algo decaído. Aun así daré lo mejor que pueda.
Hanna observo esta acción y algo dentro de ella floreció, ella sonrió.
―¿Por fin estas listo para responder? ―pregunto contrayendo sus extensiones y preparando un nuevo ataque.
―¡No!
Hanna escucho inaudita.
Izuku aparto sus dudas y comenzo con una caminata que rápidamente se transformo en una carrera que acortaba con creces la distancia de ambos.
―¡¿Qué es a lo que tanto miedo tienes?! ―lanzo la pregunta con severidad.
―¿Sus partículas, incrementaron? ―pensó Kotaró de rodillas en las escaleras observando como aquellos estallidos de energía se intensificaron.
Dentro del cuerpo de izuku se libraba una lucha de tensión donde un simple hilo se mantenía sosteniéndose como la barrera de quebrado y sano donde con el simple silbido del viento este se rompería.
Era el 12% el cual su cuerpo estaba liberando.
[En la pelea con Kacchan mi cuerpo pudo alcanzar el 5% liberándolo hasta el 8% lo cual dejo mi cuerpo entumecido. Durante la pelea de la USJ. Logre alcanzar ese 8% intercambiándolo con el 100% al momento del impacto. En tan poco tiempo he logrado alcanzar todo esto y aun así, soy incapaz de sentirme a gusto. Incluso ahora que estoy alcanzando, no, superando mi limite actual... ¡Soy diferente a mi yo del pasado!]
La ira se desato en el rostro de izuku.
―¡¿MIEDO?! ―bramo Hanna con una inmaculada ira la cual se convirtió en un furtivo ataque de lluvia de pétalos que cayeron como pilas de varillas hacia izuku quien esquivo impresionantemente.
Saltando de un lado a otro y perdiéndose de la vista de Hanna entre sus propios pétalos el salio disparado hacia el cielo.
"...¡Como Miruko-San!"
El levanto su pierna como una hacha que cae en el tronco de un leñador.
―¡MANCHESTER...!
―¡Espera Midoriya, Hanna no podrá! ―sin poder terminar, izuku lanzo su ataque.
―¡¡¡SMASH...!!!!
Un estruendo sacudió la casa entera llegando hasta donde Nao se encontraba con su hijo Tenko aun dormido.
―¿¡Que ocurre?! ―se pregunto exaltada cuando separo un par de dedos de la frente de Tenko.
Este se sacudió y entonces la mano de nao fue tomada por la muñeca sin poder evitar que esta abriera los ojos de sorpresa.
Incrédula pronuncio su nombre.
―¿T-tenko...?
...
INTRODUCIR: KIMI NO CHIKARA.
Trozos de tablones, tapiz y concreto salieron volando por todo el sitio con una fuerte ventisca de viento empujando al padre de familia lejos de las escaleras y cayendo al suelo cuando poco a poco la dilatación de lugar ceso y este se hizo un poco mas pequeño, un poco solamente.
Instantes antes él había extendido su mano hacia delante en búsqueda de alcanzar a su hija quien fue sumida en aquella enorme nube de polvo que nació del impacto del golpe de izuku.
Desesperado y asustado es como se podría describir el rostro de Kotaró quien estaba buscando a su hija.
Fue en ese momento que en completa desesperanza y consumido en su frustración de no haber detenido la situación cuando izuku se lo presento tantas veces.
―¡Hanna! ―grito con fuerza.
Entonces aquella nube de polvo de color gris oscuro comenzo a iluminarse de dos brillantes eh intensos tonos.
Un escarlata y un esmeralda.
Una poderosa ventisca hizo que la nube saliera disparada hacia todos lados permitiendo ver como izuku estaba con el talón de su pierna derecha encima de los pétalos acumulados encima de la cabeza de Hanna quien estaba con la espalda curveada hacia delante.
―¿Crees que yo tengo miedo? ―inquirió Hanna cabizbajo.
Izuku no respondió a lo cual ella se frustro.
―¡Yo no tengo miedo!
El grito fue acompañado con la liberación de un par más de pétalos que cayeron sobre izuku golpeandolo directamente y lanzándolo hacia una esquina del lugar causando un estallido de nube de polvo del cual el chico salio impulsado en incontables giros por el aire con sus piernas como la flecha de un arco la cual iba directamente a Hanna.
―¡De que tendría miedo yo...! ¡¿Eh?! ―un total de diez pétalos aparecieron por su espalda y estos iban en consecutiva dirección hacia izuku quien logro atravesar tres con su impulso pero al llegar al cuarto, un par mas de estos lo tomaron por los brazos y una pierna.
―¿Qué siente un niño cuando se le cae su helado? ―pregunto como si nada.
―¿Qué dices? ―cuestiono confundida.
―¿Qué siente un padre al ver a su hija caer de la bicicleta?
―¡Ah!
El humor de Hanna cada vez estaba exponiendo mas arrugas en su rostro dándole una gran vibra de vida llena de colores como un lienzo de un pintor talentoso.
―¡¿Qué sientes cuando tu amigo te olvida?! ¡¿Qué sientes cuando no puedes comer tu comida favorita o cuando tu programa favorito es cancelado?!
Hanna no lo soporto mas y levanto a izuku lo mas arriba posible llevándolo hasta el techo que se encontraba a mas de 7 metros por encima de ella.
―¡YO QUE SE!
Del nuevo estruendo los pétalos explotaron en una masiva lluvia de esporas toxicas que causaron que los ojos de izuku se mezclara un color rojizo y esmeralda pues estos se habían inyectado en sangre.
Los relámpagos de una noche tormentosa se podrían considerar parecidos a aquel momento donde izuku emergió junto a ellos directo a Hanna lanzando un fuerte puñetazo a uno de sus pétalos y atravesándolo hasta llegar a ella quedando unos centímetros suspendido en el aire.
Su cuerpo crujió de dolor pero aún más, su brazo lo hizo enteramente dejando volar su vendaje y permitiendo ver a Hanna sus cicatrices.
―Cosas así son normales que un niño pueda entenderlas, incluso yo lo... ¡Hago! ―con la ultima palabra lanzo una patada que casi asesta en el costado de Hanna de no ser por sus demás pétalos.
Ella salio rodando cubierta de estos logrando evitar algún rasguño y saliendo de la esfera formado por sus pétalos como una mujer furiosa.
Sus pupilas se habían inyectado en un color anaranjado rojizo y las venas alrededor de sus ojos se marcaban con el mismo tono.
La sangre no se hizo esperar de la boca de izuku pues ahora las esporas parecían estar en una lucha constante con su sistema nervioso.
Él estaba infectado.
―Si no puedes saber cosas tan sencillas como estas, ¿Cómo puedes saber si tienes miedo o no? Viviste alejada del mundo, ¿No es así? Pero aun así entiendes a las personas de la forma que no deberías, una forma que un niño, que niños como nosotros no deberían ―dijo limpiándose la sangre de la nariz―. Quieres saber por qué aún estoy aquí, ¿Cómo es que puedo vivir de esta forma con un quirk como el mío?
Hanna parecía que estaba rugiendo sin palabras dejando quejidos emerger de su boca mientras mostraba sus dientes como una salvaje bestia quien tenia la espalda curveada hacia delante.
Izuku inhalo y exhalo en grande dibujando una cansada sonrisa en su rostro.
―Hmph... Todo lo pude conllevar por que al final del camino alguien me extendió una mano.
Dentro de aquella esfera de oscuridad donde el niño se aferra a lo único que es real en su mundo, alguien del exterior negó el sufrimiento de este infante y con todas sus fuerzas y convicciones rompió esa espera dándole la oportunidad de ver la luz por primera vez.
Una mano acompaño aquella luz que encandilo los bonitos ojos de aquel perdido chico.
"Tu..."
Un niño que dudoso y tembloroso de acercar sus dedos a los de aquella mano, al final él...
"...Puedes ser un héroe."
―...Tome la mano que me ofreció ayuda. Aun con toda esa oscuridad acompañándome y siendo mi sombra día a día, las personas que ahora están delante mía sirviendo de una luz que guían mi camino, me miran con una sonrisa, aun cuando mis manos están manchadas. Así que, Shimura Hanna... de mi no depende una respuesta clara por que ni si quiera yo la tengo, por que yo no puedo ofrecértela.
Las venas emergiendo de los ojos de Hanna y marcándose por todo su rostro eran la señal de una gran ira que avanzaba por todo su cuerpo acrecentando aun mas aquellas esporas que ahora sin control se abastecían de toxicidad.
―Cállate ―ordeno Hanna.
―Tenia la necesidad de ser odiado para sentirme de alguna forma que tenía derecho a vivir.
―Que te calles...
―Siempre buscando una razón por la cual vivir, que alguien me diera una razón para vivir.
―Cierra... la boca.
[Pero...]
"No es tan fácil asimilar lo que uno quiere, Deku-Kun."
―Lo que al final nos quedara es solamente soledad Shimura Hanna.
Emitiendo las palabras de sus amigos.
De sus amigos.
Amigos.
―Alguien me lo dijo, la única respuesta que puedo darte es solo una.
―¡Te dije...!
Hanna dio un paso hacia delante furiosa.
―¡Tienes que buscar tu propia prosperidad!
―...¡CIERRA LA BOCA!
INTRODUCIR: MALENIA- OST
Izuku se impulso a gran velocidad hacia delante lanzando su puño y acertando en el cumulo de pétalos que casi formaban la punta de un taladro.
Al momento del impacto izuku sintió como un intenso jalón nació en sus manos para terminar en su espalda causado un insufrible dolor.
El golpe de ambos causo un gran estruendo y Kotaró no lo soporto más, la dilatación ceso y todo el lugar regreso a su espacio normal encerrando a los chicos y acercándolos mas en aquel lugar tan pequeño.
Bañado en partículas esmeralda, el golpe que asesto fue acompañado por otro puño que dio justo al costado de los pétalos lanzando a ambos a cada lado contrario. Pero debido al impulso de izuku este salio volando con más fuerza estrellándose en el muro y destrozándolo hasta salir directo a la cochera interior mientras que Hanna se aferro al suelo como un pulpo en tierra marina.
[Ella es fuerte.]
Izuku salio disparad una vez mas siendo recibido por cuatro pétalos que lo detuvieron justo en frente de Hanna.
Ambos se gritaron rostro a rostro sin decir una palabra.
[Su quirk es increíblemente poderoso y ella es una increíble usuaria del mismo.]
Los pétalos llevaron a izuku hacia el techo mientras que los demás impulsaron desde el suelo a Hanna dándole una fuerza aun mas que termino por destrozar el techo y saliendo en el segundo piso junto a la chica que sin estar satisfecha llevo a izuku aun mas alto alcanzando el techo de la casa pasando por el pasillo en el cual pisaba un chico que recién despertaba seguido por su madre.
Ellos dos solo vieron esa estela roja bañada en destellos eléctricos dejados por ambos chicos.
En un poderoso estruendo ambos salieron al techo de la casa ignorando todo a su paso.
―¡DETROIT...! ―cohibido de sus propios sentidos lanzo su brazo hacia atrás preparando un poderoso golpe―. ¡¡¡SMASH!!!
*¡CRASH!*
El techo se vio comprometido y todas las tejas de este salieron volando hacia el jardín mientras que Hanna estaba cubierta por sus pétalos los cuales poco a poco comenzaron a salir del suelo, no de su espalda.
Doblaban la cantidad y aquel que sostenía de un brazo a izuku lo atrajo hacia Hanna.
Ahora de aquellos pétalos se desprendieron pequeños hilos que tomaron cada extremidad de izuku atrayéndolo hacia ella.
De pronto un grito socavo la atención de ambos.
―¡HANNA, NO! ―grito una voz varonil.
Por el reojo izuku observo en el jardín al chico de cabello oscuro, su amigo Tenko.
―¿Buscar mi prosperidad?
De pronto izuku sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando algo aun mas frio tomo su muñeca causado que el Ofa desapareciera de su cuerpo.
Shimura Hanna era una genio por naturaleza. Devastadoramente superior a toda otra persona. Ya sea en la escuela, deportes, arte o la música y esa es una de las tantas razones por las cuales se aparto de la sociedad. Ya que como si fuera una molestia, ella no encontraba agradable superar cada nueva actividad.
Ella siempre fue así, buscando algo por lo que vivir que ella quiera.
Siendo abnegada a todo lo que otros quieran de ella o para ella, ella no quería algo que otro quisiera.
Siempre preguntándose, ¿Dónde encontraría algo que solo ella quisiera?
[¿Dónde en este mundo, ella podrá encontrarlo?]
Al final, todos quieren ser alguien.
Sea estatus, dinero, poder, fama. Todo eso es lo que la gente quería en su vida. Aquellos increíbles logros de los que la gente común se enorgullece, no son mas que juegos que ella podría superar una y otra vez.
Entonces fue cuando al observar aquellos ojo verdosos delante de ella se percato de que lo que le molestaba no era la falta de interés en las cosas.
Era el vacío que ella tenía en su interior.
―Quien lo hizo, en un mundo como este... ―soltó como un cantico.
Ahora lo entendía, la forma de ser libre de ese vacío.
El deseo de dejar de ser ella.
―Ya tuve suficiente, estoy aburrida de todo esto.
Izuku dejo de escuchar los gritos de su amigo y se concentro en el hecho de que todos sus sentidos se salían de su cerebro cuando el abrazo de Hanna lo rodeo.
―Tu eres mi escape, de este vacío.
La catarsis de su vida formaba aquel capullo que los rodeaba.
"Todo lo que ella toca, lo pudre."
Podredumbre Escarlata.
―T-tu... no tienes miedo ―dijo izuku con una voz cortada.
―No.
Izuku pensaba que había logrado comprenderla pero no era así, nunca lo fue. Por que con aquel poder, ella solo deseaba una cosa.
[Un mundo amable.]
El vecindario entero salio a la calle para encontrarse con un enorme capullo de pétalos encima de la casa de los shimura donde en su interior se encontraba izuku y Hanna en un abrazo por parte de ella.
Tan perfecta en todo, nunca sintió que fallara en nada, nunca sintió un reto en nada de lo que hizo, y al mismo tiempo, vio como todos se esforzaban y aunque fallaban se molestaban, se alegraban y lloraban mientras que ella no sintió nunca nada de eso, lo cual la aburrió a tal grado de odiarse a si misma deseando ser alguien mas y ese alguien más...
Se convirtió en su propia catarsis, Midoriya Izuku, tan igual y tan diferente a ella.
Alguien que llora y alguien quien no puede. Alguien que siente un vacío y alguien quien no.
Shimura Hanna la dueña de la podredumbre escarlata.
En su interior, pudriéndose... una risa estallo.
La putrefacción llego hasta lo mas profundo de su ser permitiéndole reir una vez más.
*¡HA-HA-HA-HA-HA!*
Una risa que estallo junto con el capullo escarlata.
Era la risa de un niño.
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[Los dos son iguales pero contrarios. Shimura Hanna es aquello que nunca pudo ser Midoriya Izuku y el es lo que nunca pudo ser Hanna.]
Proximo capitulo:
Una flor para Hanna.
...
Siento la demora estas ultimas dos semanas pero cosas más allá de mi alcance me retuvieron y así. No soy de contar mi vida así que solamente dejémoslo así.
Gracias por leer.
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