19.YING & YANG

El sonido del fuego crepitando en el cielo era incesante.

En la entera calle oscura como la noche, innumerables flamas volaban hacia todos lados entre la oscura nube.

―¡¡...!!

―... ¡¿...?!

Lo que era un metal filoso, era el cuchillo cazador de Kuroiwa, el cual se balanceo ferozmente entre las mareas rojas del fuego.

Miruko bloqueo el ataque, escondida entre el vapor y el humaredal. El viento soplo con vehemencia y poco a poco un claro entre el bosque de fuego ella apareció.

Ligera como una pluma, ondulante como un pendulo. Habilidosa como nadie más. Miruko era la mujer heroína Top 6 de todo Japón y que ahora se encontrara contra la espada y la pared no podía ser más insultante para ella.

Quizás, para su ego.

Sin embargo, ella no se podía detener o perder entre esa arrogancia. Ella tenia algo en mente, ella sabia y concebía que muchos no. Eso era la opción de morir.

Siempre que salía a combatir iba con la mentalidad de que en algún momento podría llegar a ser lastimada de gravedad y así, morir.

Eso estaba bien para ella, incluso sentía que ese seria su final mas justo. Pero algo que no podía aceptar, algo que en su cabeza no era mas que ideas reacias. Una elección que ella jamás tomaría, dejar que alguien muriera detrás de ella.

Su cuerpo musculado, con la altura de Endeavor. Kuroiwa a pesar de no tener quirk era sumamente fuerte, tanto como para poner contra las cuerdas a la heroína Miruko.

Tomada por sorpresa por las anteriores explosiones y rodeada de una densa oscuridad, no había posibilidad de huir. Por el contrario, el sonido de la batalla había comenzado a atraer personas y espantar algunas de ellas. Muchas quedaron atónitas fuera del fuego de las nubes. Al filo de la calle, en las esquinas, ventanas, puertas o cualquier sitio donde tuvieran visión del suceso.

Algunos protegiendo a otros.

Mientras que, dentro de ese sitio formado por el estallido de granadas vibraban con fuerza innumerables chispas que volaban por todos lados.

El jadeo de la heroína se entrelazaba con los gritos de batalla de Kuroiwa.

Parecía que Kuroiwa no podía ocultar una emoción en su rostro, en particular extraña para la situación que se encontraba. Pánico.

Aun con su mano derecha hecha trizas por la patada de Miruko, este parecía no querer detenerse o mas bien no poder hacerlo.

Al contrario de Kuroiwa, Miruko a pesar de la situación no mostraba signos de desesperación o pánico. Fuera de la preocupación de las personas a su alrededor, su temple estaba donde debería estar. Ella estaba analizando, pensando y observando.

El ojo derecho lleno de sangre y los gritos en desespero por querer acabar con la pelea ahora mismo.

Kuroiwa era un títere a la vista de Miruko.

»¿Por qué...?

Miruko inclino su cabeza hacia un lado.

»¿No eres tú...?

Quizás se había percatado tarde o estaba dando muy rápidas conclusiones. Lo único que sabia es que estaba perdiendo el tiempo.

Los estallidos de hace un momento, el estruendo que sacudió el suelo. Algo grande estaba sucediendo a unas cuantas calles de ahí y eso era lo que a Miruko le preocupaba y a la vez molestaba.

Su maldita negligencia permitió que por una gran posibilidad el chico este enfrentando algo que no debería hacer. Ella posiblemente hizo que Midoriya Izuku cargara con algo que no debería.

«¿Por qué confió?» se había estado preguntando desde hace unos segundos.

Entonces ella noto algo.

»¿Esta siendo mas torpe que antes? Sus ataques...

El haber estado analizando a Kuroiwa por unos momentos le permitió percatarse de que a comparación de unos minutos, ahora era mas lento, menos preciso y más torpe.

Daba la impresión como si no quisiera hacerle daño pero algo le estuviera controlando.

»Apicultora...

Hace unos años se investigo sobre esto. Durante lo sucedido en Osaka se guio una investigación llevándose al nombre de Kuin Hachisuka. Una chica que más tarde se descubriría que ella era una especie de experimento de una fábrica. Es esta misma la cual en el pasado había poseído a Tamao Oguro, la hija de Kuroiwa y como tal, a Kazuho mejor conocida como Pop Step.

Miruko al no tener tanta profundidad en esta información solo sabía que Kuin había desaparecido, quizás había muerto.

El quirk de ella era realmente aterrador pues el poder hacerse con el control de una persona y adaptarse a esta no podía ser de una persona normal.

«¿Cómo había llegado a Kuroiwa?»

Habían muchas cosas que no concordaban. Quizás lo que había dicho Hawks antes de que se separaran en la estación tenia algo de verdad. Ella no era tonta ni mucho menos ignorante. No solo era el hecho de que un miembro importante de la comisión de seguridad publica fuera su amigo intimo, si no que ella se intereso mas en el chico despues del festival deportivo.

Era cierto que durante los últimos años cuando ella comenzo su carrera de héroe noto la incertidumbre que rodeaba a los Midoriya con respecto a su primogénito pero ella jamás le presto la suficiente atención como para mezclarse en esos temas.

Pero ahora era diferente.

Quizás haberse hecho de la vista gorda era lo que desato todo lo ocurrido hoy. Pero, eso no daba todos las respuestas a la pregunta, «¿Por qué?» había algo que ella no estaba viendo. Un panorama que no podía ver.

No había algo que ignoraba, mas bien no estaba siendo consciente.

Era claro que no podría saberlo. Su cabeza no daba las respuestas suficientes. Tan solo le bastaba conseguirlas de otra.

Y eso fue lo que hizo.

Los intentos de asestar un golpe mortal a la mujer solo eran una pequeña brecha que se habría mas y mas en su defensa. Parecía como que quisiera que la mujer se diera cuenta y lo atacara. Pues era como si sus tácticas comparadas con hace unos momentos hubieran dejado de funcionar. No era capaz de controlar el campo de batalla.

―¡Agh...!

―Te tengo ―Miruko planto su pie derecho firmemente sobre el suelo detrás suya. Elevo su rodilla izquierda y lanzo una patada al frente.

*¡CLANK!*

El cuchillo de Kuroiwa había salido volando pero este no se detuvo. Como un cuerpo sin vida este se abalanzo hacia delante con su puño. Miruko no le basto mas que solo dos pasos hacia un lado para esquivar el golpe y que este cayera hacia delante.

El rodo unos dos metros hasta quedar boca arriba. Al momento de que intento ponerse de pie, tras una pequeña estela de humo Miruko lanzo su pie sobre el pecho del hombre casi al nivel del cuello.

Cuando la estela se desvaneció el rostro de Miruko no mostraba ninguna emoción mas que sus ojos los cuales estaban inyectados en sangre.

Estaban irritados.

Una de sus orejas estaba caída y la otra mallugada.

A pesar de no demostrar un gesto visible, ella estaba molesta.

Al mimos tiempo, un grito espeluznante salio de la boca de Kuroiwa. Era dolor.

El comenzo a rasgar la pierna de Miruko, golpearla pero esta vez no tenia nada de fuerza en sus puños. La mujer se percato de como la sangre le salía del ojo izquierdo, como este parecía que se fuera a salir y como parte de su piel del parpado se moviera.

Había algo hay.

―¿Me escuchas KnuckleDuster?

―¡¿GAAAAAAAA?!... ¡He-gueee...!

Ni si quiera respondía con palabras.

Kuroiwa tomo de la pierna a Miruko con su mano sana y con la otra comenzo a golpearla sin efecto alguno.

―¡¿gugeee...?! ―sus parpados se hincharon. Su rostro se encendió en un carmesí mientras las venas se dibujaban sobre su piel. Parecía que estaba ahogándose entre su saliva pues babeaba como un perro rabiosos. De un momento a otro comenzo a rasgar su propio ojo.

En efecto, había algo ahí.

Incluso Miruko podía distinguir la desesperación en los gritos de Kuroiwa. No era el mismo.

*¡FWOOOOOOSH!*

Una ventisca sacudió la manzana entera, había algo que arrojo y se llevo el humo hacia los cielos. El cabello de la peliblanca se sacudió hacia delante y las personas pudieron ver con claridad a la pareja que comenzo todo esto.

El enorme estruendo hizo que muchos autos hicieran sonar sus bocinas. Incluso Miruko pudo escuchar muy a lo lejos los gritos de personas, suplicas.

―¡Ah...ggh... e...ekekj...! ―una vez mas Kuroiwa trato de hablar―. ¡E-e...ekfj... el...!

―Umph...

Al momento siguiente el pudo formar un antepuesto.

[El...]

»¿El?

Las lagrimas corrían de sus ojos por todo su rostro enrojecido como un tomate. La baba blanca se tornaba roja con la sangre de su nariz. Con sus últimas fuerzas Kuroiwa volvió a hablar.

[Aquí...]

Comenzo a rugir, a gritar para luego agitarse por todo el suelo. Retorciéndose como un cuerpo rigor mortis. Empezó a agitar su cabeza de lado a lado. Miruko observo a unos centímetros del hombre el cuchillo con el que intento tajarla. Luego regreso su mirada hacia el ojo que prácticamente estaba fuera de su cuenca.

Ella tomo el cuchillo mirándolo un par de veces, luego volvió su mirada.

―No me culpes por esto ―dijo ella―. Luego veremos por qué.

Una daga larga de acero inoxidable. Esta se acerco al ojo del hombre que gritaba en dolor.

[Hagamos esto rápido.]

Lo ultimo que Kuroiwa vio antes de que todo se pusiera oscuro fue la siniestra mirada de Miruko.

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CAPITULO 19.

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[Cuando era pequeña mi madre me contaba algo. Ella me relataba una historia de una mujer que salvo la vida de ella y la abuela. Una mujer grande, de cabello oscuro y gran porte. Era fuerte, tan fuerte como los héroes de los comics. Parecía que ella era una enviada del cielo, un ángel que descendió del reino mas poderoso para salvarlas. Esa historia hizo en mi un eco que a día de hoy no he logrado dejar de escuchar. Yo anhele convertirme en una heroína el mismo día que escuche esa historia. Fue entonces que mi madre me advirtió de una cosa. Ella dijo que esa mujer que las salvo no era un héroe común y corriente. Ella era una verdadera super heroína, pues a pesar de aquella situación imposible, ella sonrió. Aunque para ellas era un ángel, ella sangraba, gritaba y lloraba de dolor pero aun así nunca cayo. Que con una sonrisa a ellas salvo junto a muchas personas más. Al final del día no pudieron verla y nunca mas la vieron pero dicen que jamás perdieron, que aun siguen con al esperanza de volver a ver a su heroína y poder agradecerle. Así que ella me dijo que si de verdad quería ser una heroína debería tener tres cosas claras. La primera de ellas era siempre estar preparada para el peligro, para ganarme una cicatriz o dos... incluso rozar la muerte. La segunda de ellas fue que como heroína el trabajo más importante siempre será salvar a aquellos que estén detrás de mi sin importar que. Yo no debería dejar que nadie muriera. Y la ultima de ellas fue que siempre sonriera... pero ahora, no creo que pueda hacerlo por que de verdad... estoy furiosa.]

El sol que atravesó en una cascada de luz las nubes que rodearon el cielo azul cayeron sobre el rostro cubierto de mechones blancos de Miruko.

El solo ruido del viento acompañado de los gritos de las personas, las bocinas de los autos y las caídas de pequeñas rocas como lluvia. Incluso Miruko pudo escuchar las leves palpitaciones del corazón del chico que no mostraba signos de levantarse.

Desde la cima del edificio, a través del hoyo creado por el golpe de izuku pudo ver el estado del peliverde.

Sangre que descendía por el cumulo de escombros proveniente de su espalda y su costado. La cicatriz en su rostro tenia ciertas partes que se habían abierto. Su brazo derecho hecho trizas. Su pierna estaba torcida, no lo bastante para preocuparse pero si para notarse. El cabello que cubría su rostro escondía parte de la sangre que adornaba su piel pálida.

De un brinco salto al medio de ambos. Ni si quiera parecía haber sido un esfuerzo menor cuando la mujer se dio la vuelta y observo de mas cerca al chico.

Estaba a 4 pasos de la cama de escombros donde Izuku estaba.

―¿Puedes moverte? ―pregunto Miruko.

―N-no... ―carraspeo.

―Ya veo ―Miruko se agacho colocándose de cuclillas. Ella tentó su mano sobre el brazo desecho de izuku. Pudo ver con claridad cada una de las cicatrices que estaban marcadas en su piel como protuberancias. Ella observo con detenimiento cada una de ellas sin perder de vista lo demás―. ¿Duele?

Izuku no respondió. Estaba perdiendo poco a poco la conciencia. El mechón que estaba sobre su ojo izquierdo cubría su cicatriz a medio abrir. Su único ojo abierto estaba cerrándose poco a poco hundiéndose en una neblina densa.

―...l-las... p-pe-personas... ellas... e-están... heridas... ―sin si quiera poder cerrar su ojo al completo, este se torno opaco he izuku había perdido la consciencia.

La boca de Miruko se abrió un poco. Ella toco con gentileza la muñeca del chico sintiendo su pulso. Aun estaba vivo pero muy débil, tanto que podría decirse que estaba al borde de la muerte.

―¿Miruko? Espera, te conozco. Tu eres del top. Eras... ¡Oh ya se! ―Six apunto su dedo hacia l mujer―. ¡La numero seis! ¡Jajaja! ¡Esto debe ser una enorme coincidencia! ¿No lo crees? ¡Mi nombre es six. Y tu eres la numero seis. ¡¿En redundante no lo crees así?! ¡Jajaja!

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[Cierra la boca.]

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―¿Eh?

Miruko cerro el ojo de izuku gentilmente.

―Esta bien, no te preocupes ―ella se puso de pie y se dio la vuelta―. Ahora estas detrás de mí.

―Oye, creo que estas siendo bastante grosera. ¿No crees que deberíamos presentarnos antes de nada...?

Los ojos de six quedaron fijos en la nula expresión de Miruko.

*WAAK*

»¿Hmm?

Poco a poco a través de la piel morena de sus piernas emergieron protuberantes venas. Su postura comenzo a curvearse hacia delante y parecía que los músculos de sus muslos no pararan de crecer. El sonido de su carne crujiendo y sus huesos rechinando silenciaron a Six quien inevitablemente sintió una presión impresionante.

*GRK*

[Segunda regla... todo aquel detrás de mí no correrá ningún peligro.]

Las emociones y recuerdos abundaban dentro de su corazón pero nada exterior reflejaba su interior. Las marcas de los deseos de su madre, las motivaciones de su vida. El relato de aquella heroína se había convertido en el molde de la mujer y ver tales faltas de respeto a ese molde solo hacían crecer aun mas su ira.

Su trabajo, su deber como un miembro del top de héroes era salvar.

»El es peligroso. Desde el momento que llegue mis sentidos han estado como locos. Así que estará bien si me dejo ir...

Sin contenerse. El oponente al que ella se enfrentaba no era alguien común y corriente.

Y fue entonces que las grietas a sus pies crecieron. En un segundo estas avanzaron hacia abajo y en de un momento a otro el suelo se destrozo en un estruendoso y sonoro golpe sordo.

*¡SSSFOSHHHHHH!*

INTRODUCIR: CLAVAR LA ESPADA

Sin tiempo para reaccionar la velocidad que Miruko alcanzo en un segundo fue suficiente como para sacar de aquel edificio a Six quedando ambos en pleno de la calle a unos 6 metros de altura.

―¡¡LUNA FALL!! ―en un giro rápido la mujer despego su pierna del pecho de six girando en su propio eje.

*¡¡CRAGH!!*

Un descenso aterrador hizo que lo que quedaba de calle se convirtiera en una gruta de nubes de polvo y lluvias de pavimento por todos lados. Parecía que una avalancha de concreto viajara como la marea en un tifón. La nube de polvo que nació se despejo con la rápida sucesión de ataques de Miruko que lograron sacar del grumoso polvo a Six.

»¿Qué es esto? Es mas rápida que el chico...

De su cuerpo se desprendían tiras de humo mientras este se resbalaba hacia atrás con su pierna izquierda, rodilla derecha y dedos deslizándose sobre el suelo como si patinara. Cuando alzo la mirada lo que se encontró fue un coche directo hacia él.

*¡THOOOM!*

Justo en el blanco.

La nube de humo se abrió en un claro donde Miruko estaba con la pierna en ristre. Ella había pateado el automóvil con tal fuerza que este había ido a parar contra six. En ese mismo momento ella comenzo a correr tan rápido que parecía que estaba alcanzando la velocidad del auto. Tanto fue así que en un segundo ya estaba detrás de Six.

»Ah...

[Danza lunar, paso 8...]

Su pie izquierdo se incrusto sobre el pavimento y toda su postura se volvió tan firme que parecía un pilar de acero.

*¡CRK!*

La espalda de six sintió toda la fuerza del pie de Miruko. La enorme camioneta que venia empujando a Six hacia atrás se detuvo al momento de que Miruko posiciono su pierna en ristre.

Los ojos de Six se pintaron en un blanco invernal mientras su espalda crujía tanto que pareciera que fuera a romperse. Sin embargo este abrazo la camioneta y la arrojo al suelo, el clavo sus pies en el concreto y uno de sus brazos se deformo tanto que se dividió en siete partes diferentes.

Todas y cada una de estas extremidades fueron hacia miruko.

*TSHH*

Un corte sobre su hombro, uno sobre su pierna, otro en su frente y el ultimo en su abdomen.

Parecía que la ventana de imagen entre ambos se dividió en cuatro partes, luego se agrieto y el grito de Miruko trascendió. Este tomo forma de contrataque.

*¡CRACK!* *¡CRACK!* *¡CRACK!*

Un golpe en la mandíbula, luego otro en el estomago y miruko se posiciono debajo del cuerpo ascendente de Six. Ella dio una voltereta y asesto un tercer golpe en el rostro.

*¡FWOOOOSH!*

Como una flecha que corta el viento, el cuerpo de six salio disparado hacia un costado de la calle,

»Esta mujer es rápida y fuerte. Es mucho mejor que el muchacho. Pero...

Six aterrizo en el estrecho suelo antes de llegar al muro.

»Aunque sea rápida, si uso Overclock no debería ser ningún problema acabar con ella. si, solo debo hacer eso.

Pequeñas explosiones dentro de su cuerpo. Sobre el lienzo de su cerebro se desprendieron pequeñas ragas eléctricas.

El tiempo que se acorto se convirtió en una dimensión alterna. Toda percepción de la realidad parecía torcerse como el reflejo de una espada la cual viajo tajando el aire hasta alcanzar a Miruko.

*¡VWAK!*

Desde doce fragmentos hasta un muro hecho trizas convertido en una lluvia de escombros.

*¡BAM!*

La manzana entera fue atravesada en un segundo.

Las personas del otro lado las cuales se encontraban fuera de sus edificios tras todos los temblores de hace unos momentos se encontraron rápidamente rodeadas de una lluvia de pequeños trozos de ladrillos, cemento, vidrios y demás.

La nube de polvo le siguió al cuerpo de Miruko que iba en dirección hacia un estacionamiento.

*¡WROOOM!*

Como un simple trozo de goma que rebota de un lado a otro, el cuerpo de Miruko estaba golpeando los capos de cada auto en su camino hasta que una pared tan dura como un acero la atrapo enterrándola entre ella.

―¡Gyaaah...! ―una mujer que estaba bajando a un lado del muro por el ascensor encontró el estruendoso estallido de rocas que caían hacia el suelo.

Ella se fue de espaldas.

―Ngh... ―Miruko se despego del muro dejando la silueta de su cuerpo ahí.

*¡WHAAAAAAM!*

Corriendo a una velocidad insuperable, entre relámpagos apenas visibles Miruko observo al frente suya una luz que iluminaba el estacionamiento intermitentemente.

Las rocas que caían de la silueta en el muro se detuvieron y detrás de Miruko la silueta de Six comenzo a formarse. Desde sus piernas hasta su torso, de su torso hasta el puño metálico enorme que cubrió de una sombra oscura a Miruko.

*¡SKRF!*

Las orejas de la coneja habían tintineado como una campana. Ella deslizo su pierna y movió su cuerpo tan veloz que el puño de Six dejo un hoyo donde antes estaba el cuerpo de Miruko.

*BWOOSH*

Giro en si y lanzo una patada en horizontal la cual despues cayo en vertical.

*¡FWAM!*

Justo en el rostro de Six acertó sacudiéndole el tronco encefálico hacia un lado como una gelatina temblorosa.

*WORMP*

La sangre del rostro de Miruko salpico hacia el suelo.

»Esto es malo...

Ella se había lanzado hacia atrás. Sus manos se convirtieron junto a sus brazos en un pilar de apoyo que se contrajo hasta el suelo, lo suficiente como para que su cabeza tocara este. Ambas piernas se flexionaron.

»Fui bastante descuidada. Si esto sigue así puede que haya heridos. Tengo que llevarlo a algún lado donde podamos finiquitar este entre él y yo.

―¡¿...?! ―Six volvió en si tras dos segundos de perdida.

»¿¡M-me noqueo?!

―palmo... ―ambas piernas se hincharon tanto que la piel se hizo tan delgada que pareciera que no tuviera más que unos músculos de un tono moreno―. ¡...LUNAR!!!

*¡KKGHOOOM!*

La silueta en el muro fue borrada con la caída de este. Six atravesó lo que quedaba de estacionamiento. Muro tras muro deshaciendo todo a su paso hasta que al llegar al final de este salio volando de la construcción.

De sus manos se habían formado garras las cuales se aferraron al suelo dejando a su paso las marcas de esta. Levanto su rostro con una enorme sonrisa. Pudo ver como Miruko ya venia con una patada en vertical.

―¡LANZA...! ―sin terminar, Six volvió a moverse a una enorme velocidad, tanta que ni si quiera las orejas de Miruko lograron captar sus músculos rugiendo.

El ya estaba arriba de ella.

―¡Te tengo!

*¡CRASH!*

Un golpe directo al estómago. Ambos quebraron el suelo comenzando a caer de este hacia lo que era un túnel de vialidad donde un mar de autos venía de dos direcciones. Ellos estaban justo en el espacio de en medio que divide los carriles.

Miruko estaba en el suelo, aun con el puño de Six en su estomago mientras este miraba a su alrededor. La luz amarilla del túnel desapareció siendo remplazada por un ligero rayo de sol que descendía hacia la oscuridad iluminando a ambos.

―¡Jajaja! Esto es tan divertido. Debo de admitir que el muchacho de verdad era fuerte. Me sacudió las ideas con su golpe pero tu, tu estas en otro mundo mujer. Ser la numero seis de todo Japón debería habérmelo dicho todo. ¿Qué tal si nos seguimos divirtiendo? Pero esta vez, permíteme aflojarte.

―¡¿...?!

―Tus patadas van con intensiones asesinas pero no lo estas dando todo. ¿Algo te preocupa? ―Six miraba a su alrededor, autos viajando a 60 kilómetros por hora. Yendo de su espalda y yéndose del frente―. Eres una heroína así que dudo que puedas pelear libremente si hay personas a tu alrededor. Así que permíteme hacerte este favor.

El puño de six tomo una figura disforme rodeando a Miruko de la cintura.

*WAAK*

Flexiono sus piernas y de un salto todo el túnel se había agrietado.

*¡CRAACK!*

Era como un cohete que despego hacia los cielos llevándose a Miruko con él. No fue hasta alcanzar la altura mas alta que los edificios que arrojo a la mujer entre carcajadas a una dupla de departamentos justo por delante de un par de edificios empresariales.

*¡WROOOM!*

Un camino de destrucción se había formado a través de los departamentos causando estragos en las calles con la lluvia de escombros. Miruko había rebotado de un edificio en otro hasta que su cuerpo quedo entre una cama de escombros al filo de un edificio de 7 pisos.

De golpe Six bajo a la cima del edifico departamental a unos 10 metros de altura de diferencia con Miruko. Lanzo su pie hacia el barandal y miro por encima de este a la mujer que poco a poco se estaba levantando.

Con el rostro bañado en sangre, sus brazos y piernas llenas de cortes y una respiración apesadumbrada.

―¿Cómo la llevas haya abajo mujer? ¿Duele? Es normal que a ustedes les duela esto. No tienen la suficiente fortaleza como para soportar este tipo de ataque y aun así, sigues de pie. ¡La nueva generación tiene demasiado potencial!

[Cierra la maldita boca de una vez.]

Aun con su sonrisa en el rostro no pudo ocultar el disgusto de ser silenciado una segunda vez. Poco despues esta sonrisa se disipo y ahora él había dibujado un semblante severo sobre su rostro.

―Puedo decirlo con absoluta certeza, despues de pasar años observando a la gente desde la perspectiva de la inmundicia... las personas no tienen un futuro que merezcan. Son desagradecidas y groseras, personas como tu que parecen buenas pero realmente son malas. Quizás debería de dejar de jugar contigo eh ir por el muchacho.

»Entonces era cierto...

Six venia por el muchacho.

―¿Qué fue lo que hiciste con KnuckleDuster? ―pregunto Miruko.

―¿Eh? ¿Quién?

*¡RUMBLE!*

Su cabeza recibió una fuerte descarga eléctrica. Su cuerpo se tambaleo y cayo sobre el barandal.

Una vez mas, esa luz se desvanecia y aquel par de manos se extendían desde su interior. La voz gruesa y seca de ultratumba emergía desde su corazón.

Sus latidos hacían eco en su cabeza como tambores que anunciaban la hora de la ejecución.

Su vista se torció y desde su interior algo comenzo a emerger.

Era una brillante luz oscura que lo ahogaba entre susurros.

Una flamante electricidad oscura se desprendió de su cuerpo.

»¡¡¿Ya pasaron diez minutos?!!

Six había caído en cuenta que el tiempo que uso excedió su límite.

»¡L-los quirks...!

El campo árido de oscura tierra donde habitaban los esclavos de las conciencias acumuladas, un grupo de ellos se desvaneció y otro simplemente se detuvieron.

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[¡ESTAN DESAPARECIENDO!]

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La ira surcaba su rostro y en su alma las garras del maléfico rasgaban su vida.

[Te has excedido demasiado...]

La oscuridad abarco todo su mundo y apenas unos metros detrás de él, los remolinos de la inmundicia formaron una puerta que el atravesaría.

―Six.

Todo se revolvía como la marea. Un flujo onírico dentro de su cabeza traía la imagen de aquel que dentro suya estaba.

―¡A-aun no termino...!

―Lo se ―dijo aquel hombre―. Sin embargo ya has rozado los limites de mi paciencia mas de una vez. Se consciente de tu posición. No puedes hacer las cosas que te plazcan, ya no tienes ese tipo de libertad. Despues de todo, ¿No fue lo que acordamos?

―N-no...

Six estaba aferrándose a la luz detrás de él mientras que los surcos de oscuridad lo atraían como un imán.

―Tu miedo a la muerte es lo que te atrajo hacia mi nuevamente. La eternidad se formo a partir de tus sentimientos como un crepúsculo al amanecer y aun así sigues guiándote hacia la arrogancia a pesar de tus cadenas. Tu sangre, tu piel, tu alma no son mas que un simple monolito bajo mi manto. Respeta mis ordenes y deseos, yo respetare la distancia que permiten tus cadenas extenderse.

De la oscuridad arremolinada emergieron cadenas que sostuvieron del cuello y extremidades a six, alejándolo cada vez mas y más de la luz. Este tomo la cadena que estaba en su cuello.

―He...he... ¡Jajaja! ―Six rio a carcajadas mientras aquella luz que se despegaba de su cuerpo comenzo a ser atraída hacia este―. ¡Maldito arrogante! Aun me queda tiempo, así que déjame disfrutarlo a mi manera.

Ese hombre dentro de las sombras solo sonrió.

―Eres un ser insignificante. Pareces varicela. Tan débil como siempre y aun así insistes en tener algo de autonomía despues de haber desperdiciado tu vida. Dime, ¿Quieres que lo recuerde? ¿De donde viene toda esa ira acumulada dentro de tu corazón Six? ―poco a poco esas manos trajeron consigo un cuerpo que se revolvía en las mas oscuras aguas de la maldad. Un ser de inimaginable poder había emergido tomando en brazos a Six―. Tú, cadáver andante de hace años.

Ambos unidos en el vórtice de la luz y oscuridad, sus risas entonaron el despliegue de algo mayor.

Un poder que surge desde el interior de un cadáver y su titiritero.










...

[La lucha por el control aflora la oscuridad. La luz se desvanece en un mundo de sombras. Aquello que tiene el poder de volver a iluminar en la noche oscura es... ]

Proximo Capitulo: Luna llena.

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