36.UN CONTACTO INUSUAL.
Últimamente Izuku ha estado sumido en sus pensamientos.
Entre la escuela, su hogar y trabajo a medio tiempo que tiene con Miruko. Casi la totalidad de su cabeza está sumida en un espacio en blanco con un remolino de palabras que se desenvuelven abruptamente por todo su campo de visión.
De su hogar hacia la escuela, de la escuela hacia el trabajo.
El tiempo es limitado, el tiempo concluye y el tiempo avanza.
Ya casi cuatro meses desde lo ocurrido en Osaka he Izuku no ha logrado tener algun avance con el One For All llegando a sentirse algo abrumado por la idea de que algo no está bien.
Claro, ha logrado tener una gran sinergia con el quirk que había despertado, «Sensor de peligro».
En este tiempo ese quirk se ha fortalecido al igual que Izuku. Pero, al igual también se ha fortalecido la frustración en su interior.
Y como de costumbre esta se vería reflejada en su mirada perdida al inicio de las clases. Sentado sobre su silla al fondo del salón de clases mirando a la nada.
A su alrededor todos sus compañeros de clases se encuentran sumidos dentro de sus libros de texto mientras que su profesor de aula se hallaría escribiendo sobre el pizarrón hasta que su atención fue tomada.
Aizawa guardo silencio aproximadamente un minuto mientras observaba detenidamente al chico de encrespada cabellera. Parecía que estaba esperando algo o quizás a alguien pero no paso más de ese minuto hasta que decidió hablar.
―Si tanto deseas mirar hacia afuera, ¿Por qué no sales y te quedas allá afuera, Midoriya? ―cuestiono con un tono crispado. Izuku casi al instante salio de su ensimismamiento mirando de reojo al profesor. Su mandíbula cayo de su dorsal y miro con totalidad al hombre―. Supongo que mis clases no están a la altura de tu atención. Quizás deberías irte de una buena vez y esperar allá afuera si es que te parecen aburridas mis clases como para prestarles algo de esmero.
Izuku no respondió. Sabía que el tono de Aizawa era brusco y sínico pero también sabía que él había sido grosero al no prestar atención a sus clases.
La mayoría salio de sus libros de texto para mirar a Aizawa y luego a Izuku.
Las sutiles situaciones que acontecían la relación entre Midoriya Izuku y su profesor siempre rozaban con el mismo tema.
Una interminable lucha de ambos bandos.
Y aunque Izuku no fuera alguien que atacara tan libremente como lo hacía Aizawa, quizás su manera de tomar las cosas sin interés era lo que más molestaba a su profesor. Además, para la mala suerte del profesor, el bando de Midoriya Izuku tenía bastante aliados.
Tenko estaba a punto de alzar la voz en contra de Aizawa pero justo en ese instante la campana resonó con fuerza.
El sonoro rugido del metal vibrando hizo que la atención entre ambos se disipara y en un momento el salón se llenara de distintos sonidos. Desde sillas moviéndose hacia atrás, libros sacudiendo sus hojas, los cierres de los bolsos recorriéndose y la tela agitándose con el movimiento.
Era eso, el sonido de una clase acabando.
Pero para ellos más que eso, era un gran aviso.
Nuevamente Izuku movió su mirada hacia la ventana observando a lo lejos, cerca del bosque una gran estructura de la cual un grupo de alumnos salían.
Pronto, del muro de atrás de las mesas se extendió una fila de aperturas las cuales revelaron un cumulo de maletines.
Uno de ellos se encendió en flamantes franjas verdes y una gran firma rosada.
El traje de Midoriya Izuku.
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CAPITULO 36
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Casi medio día. El sol en ristre brillaba con un tenor tan deslumbrante.
A través de los ventanales superiores en los muros del gimnasio Gamma se adentraban fuertes y brillantes rayos solares.
Dentro de este lugar el grupo de estudiantes de la clase 1-A se encontraba dispersos por todo el lugar. Encima de grandes estructuras de cemento y otros en el suelo.
Alrededor de este lugar los latigazos de viento se escuchaban en conjunto con sonoros golpes sordos sobre el suelo.
Era como si un saco de carne golpeara el duro suelo de concreto al igual que cortaba el viento a su paso.
Y al parecer lo era. La cola de Ojiro, el chico rubio sacudia su quirk ondulante a Izuku Midoriya quien se encontraba esquivando cada uno de los ataques de su compañero de clases.
Horizontales, verticales, en diagonal. Todo tipo de golpes de cola dirigidos en gran velocidad hacia Izuku quien con los ojos cerrados esquivaba fácilmente.
Puesto que el portaba su mascara, tan solo los orificios oscuros eran vistos por Ojiro quien no se percataba de que Izuku tan solo estaba guiándose con su quirk «Sensor de peligro».
Al parecer Izuku le había pedido a Ojiro que lo atacara sin tapujos. Que no se detuviera en ningún momento y que en cada ataque lo hiciera con todas las intenciones de golpearlo duramente.
Al principio Ojiro no parecía tan convencido de esto, no le agradaba la idea de que por algun descuido fuera a golpear con todas sus fuerza a su amigo pero mientras más momentos pasaba intentando golpearlo se dio cuenta que mientras se contuviera no representaría ningún reto para Izuku.
Es por eso que cada ataque proveniente del pelirrubio se hacía más rápido y más veloz con los segundos provocando que Izuku tuviera que prestar más atención a sus sentidos.
*¡ZONK!*
El sonoro retumbar en su cabeza, casi como el de un relámpago le avisaba por donde venia el ataque haciendo que su cuerpo casi al instante reaccionara moviéndose al lado contrario o en ciertos casos, cubriéndose.
*¡THOOOM!*
La cola de ojiro había acertado.
*¡CLANK!*
El metálico sonido de los talones de Izuku golpeando el suelo al pleno del ataque.
Cuando Ojiro logro acertar el golpe lo hizo en los brazos de Izuku quienes los había usado como escudo.
Colocando su brazo derecho por delante del izquierdo.
Ojiro pensó que era bastante duro. Sintió como si hubiese golpeado un muro de concreto ya que al momento del impacto el sordo sonido retumbo en sus oídos.
En ese instante rodeo ambos brazos de Izuku con su cola haciendo que este abra los ojos de golpe.
―Te tengo.
Apoyado en su cola hizo que su peso enviara la postura de Izuku hacia el suelo y este se impulsara lanzando una patada.
Los relámpagos de Izuku aparecieron alrededor de su cuerpo.
*Crwamp, Crwamp*
―¡¿―?!
Izuku dejo caerse hacia abajo conectando sus palmas en el suelo mientras que la patada de Ojiro paso encima suya cortando el aire a su paso.
Forcejeo con la cola de su amigo y logro liberar una mano tomando con una gran fuerza la carne de esta.
Ojiro soltó un gemido de molestia.
Izuku se recostó sobre el suelo y con sus piernas impacto sobre el estómago de Ojiro lanzándolo lejos.
El pelirrubio giro un par de veces sobre el cielo hasta caer sobre el suelo de rodillas unos metros lejos de Izuku.
La distancia entre ambos aumento y las paredes de concreto que se alzaban casi rodeándolos parecía crepitar con explosiones a lo lejos provocadas seguramente por Bakugou.
―Al parecer te pusiste serio.
Ojiro se despejo del suelo irguiendo la espalda.
―Fue un buen movimiento ―dijo Izuku―. Casi me atrapas ahí. Supongo que si me hubieras golpeado no la estaria contando.
―No me halagues tanto Midoriya-Kun. El que no hubiera la hubiera contado seria yo si me hubieras golpeado en el rostro.
Sosteniendo su estómago aun sentía el temblor de dolor.
―Jamás te golpearía de esa manera ―declamo con ambas manos por delante.
―Hmph... Me pides que te golpee sin tapujos y tu no quieres hacer lo mismo, ¿Tan débil de parezco?
―¡N-No...! ¡C-Claro que no!
Aclaro avergonzado.
―Entonces ven con todo, ¡Midoriya-Kun!
En su mente las palabras «Con todo» no parecían bien definidas para Izuku.
Él era consciente que su compañero era muy hábil y su cola era bastante fuerte si de fuerza bruta se tratase. Es por eso que en primera instancia lo había tomado como compañero de lucha.
En parte Izuku sentía que Ojiro era muy bien especializado en las artes marciales más que el mismo y que otro en su clase. Sabía que si era un poco brusco con él, de alguna forma encontraría una forma de poder evitar ser lastimado.
Pero por otro lado pensaba en que si se pasaba por un poco lo podría llegar a lastimar.
Esto causo conflicto en Izuku ya que él le había pedido que lo atacara sin preocupaciones y que él se estuviera conteniendo era una falta de respeto hacia su amigo.
No sentía que estuviera siendo justo.
Entonces llego a la conclusión de que si en algun momento viera sangre se detendría.
Llegados a esto, Izuku bajo los brazos.
*Rumble, Rumble*
Las partículas alrededor de izuku crepitaban unas con otras.
―Está bien, iré más serio.
―¡Al fin!
Dijo ojiro, permaneciendo firme y respondiendo flexivamente al fuerte tono que provenia de la grave voz de Izuku.
Izuku cerro sus ojos y los relámpagos de su cuerpo comenzaron a parpadear, era como el latido de un corazón.
Apareciendo y desapareciendo.
*Thump, Thump*
El sonido alrededor de ambos que se extendía por todo el gimnasio se encontraba en un revuelto cumulo de alaridos, gritos y golpes.
Jóvenes desprendiendo sus fuerzas y aprendiendo a ir más allá mientras que Izuku respiraba tranquilamente.
Hubo un sonido sordo al caer el pie de Ojiro hacia delante.
*Thud*
Una gota de sudor cayo de la frente de Ojiro. Ya hace un rato que estaba llevando su cuerpo al límite intentando golpear a Izuku pero mientras más lo intentaba parecía que más se alejara este de él.
Pero esto no lo desanimaba en lo absoluto. Para Ojiro, quien desde pequeño había practicado artes marciales sabía de antemano que tener un oponente fuerte solo haría que las enseñanzas que había tenido hasta enfrentar a dicho oponente fueran probadas y a la vez el estatus quo fuera retorcido.
«¿En verdad era lo bastante fuerte como creía?»
[COLA.]
Este don le otorga al usuario una cola fuerte y robusta, además de poderse utilizar como un tercer brazo para moverse a sí mismo y atacar. Al igual, esta cola es prensil, por lo que es capaz de colgarse de ella.
A pesar de parecer un simple quirk mutante, es uno por lejos, poderoso.
Aunque la idea de tener una cola sea sencilla, la fuerza, el control y la habilidad que Ojiro ha estado entrenando durante toda su vida tan solo demuestra los alcances de su quirk.
Su expresión era fría. Ojiro entendio en ese momento que el chico quien el admiraba ahora era su oponente en verdad.
Como él lo dijo antes, «No te contengas» ahora el haría lo mismo por Ojiro.
Desde su mirada Ojiro observaba detenidamente el parpadeo de energías lumínicas alrededor de Izuku, resonando en chirridos eléctricos.
Constantes y fluctuantes.
Esas partículas que parecían relámpagos alrededor de una gran nube comenzaban a volverse menos entrópicas.
Si Ojiro tuviera que describirlo con sus palabras, ahora mismo él estaba viento como toda esos relámpagos verdosos se sumían en un remolino desde la cabeza hasta los pies de Izuku.
Poco a poco, decenas de franjas carmesís se extendían por todo el cuerpo de Izuku.
Una equis alcanzo la máscara quedando marcada en pequeños sonidos chirriantes.
En un segundo el primer choque de extremidades ocurrió en un instante arrojando una innumerable lluvia de partículas.
La pierna de Izuku alcanzo un extremo de la cola de Ojiro.
―¡¡―!!
Izuku era, por supuesto, abrumadoramente mas fuerte que Ojiro. Pero lo sabía desde el principio y lo compenso convirtiendo el peso de su golpe en fuerza centrifuga lo que lo hizo girar.
―¡¿Eso es...?! ―Ojiro empujo su cuerpo por un lado de Izuku y giro por encima suya mientras tomaba el cuello del chico―. ¡¿El estilo de Miruko?!
Grito mientras oscilaba su cola en una garre inverso intentando empujar a izuku contra el suelo detrás de él. Pero, como si el cuerpo del chico fuera lo mas pesado del mundo tan solo se escucho el crujir de sus botas pues ni un centímetro se movió de su lugar.
»Hah~ lo sabía...
En pocas palabras, Ojiro ya había previsto que seria imposible mover a izuku por lo que no tuvo tiempo de mirar hacia atrás. Pero el chico de cabello dorado sacudió sus piernas en el aire y soltó a Izuku casi al instante para usar la ultima pizca de esa fuerza centrifuga y golpear tan duramente le fuera posible a Izuku.
Sin embargo, en su perspectiva solo pudo observar un velo esmeralda moverse con tanta velocidad que parecía que una mancha verde se oponía en su vista.
―¡¡Agh!!
Ojiro apreto los dientes cuando Izuku fácilmente detuvo su golpe. De alguna manera, tenia que mantenerlo inmovilizado aquí. Ojiro conocía algo sobre el tipo de lucha de Miruko y aceptaba que la manera en que ella peleaba era sumamente superior a lo que alguna vez él podría llegar a anhelar en esos momentos. Es por eso que sabía también que si le daba algo de espacio a Izuku para que hiciera algun tipo de ataque con ese estilo, terminaría en el suelo en un segundo pero...
*FWOSH*
En el instante en que sintió algo desviar su cola, una cortina esmeralda descendió frente a sus ojos.
Su mente se quedo en blanco. Solo un momento despues comprendido lo que había sucedido.
Despues de su movimiento defensivo, Izuku había saltado en el aire y había volado como una mariposa sobre su cabeza. La cola robusta de Ojiro solo encontró el aire mientras Izuku aterrizaba detrás de su espalda, con sus posiciones invertidas.
―¡¿Huh?!
Con cada uno de sus nervios tensándose, Ojiro se dio la vuelta. Izuku ya estaba preparando un ataque.
El dolor que aun persistía del anterior golpe de Izuku había llenado su pecho pero este se transformo en otras cosa que termino por encender la boca de su estómago.
«¿Era ira?» No, eso no. Era frustración.
Con todo su cuerpo irradiando calor preparo todo su cuerpo para recibir aquella patada. Pues en un segundo todo su mundo se redujo a solo un pequeño espacio entre ambos dejando todo lo que estaba a su alrededor fluctuar en mares de oscuridad.
Los ojos de Ojiro se abrieron en grande y sus pupilas se expandieron.
El sonido de un grave campanazo provoco que Ojiro sintiera sus hombros tan pesados y su realidad tan retorcida que lo ultimo que vio frente suya, detrás de Izuku fue una Luna llena.
La silueta de Midoriya Izuku estaba por delante de este y por delante de Izuku.
Cuando sus ojos se ajustaron a esa tonalidad brillante opaca un sonido tan agudo como sordo retumbo en sus oídos y en un segundo, como si este cayera hacia atrás y sus ojos enfocaran el techo, este se torció.
Sus ojos se cerraron por un momento y al otro fueron abiertos de golpe encontrándose bajo el techo de la enfermería.
Eran apenas las cinco de la tarde.
Al extremo de la habitación entraba una luz anaranjada por la ventana de la enfermería, con ello, una ligera ventisca empujaba las cortinas de las camillas hacia un lado.
Había un silencio abrasador.
Rápidamente este silencio se tornó efímero al escuchar un especie de carraspeo.
Con su mano derecha sobre su estomago y su nuca recargada en almohadilla giro su mirada hacia un lado.
Sobre un pequeño banco al costado de la camilla, una cabellera verdosa rebosaba con la brisa del viento.
Midoriya Izuku estaba cortando una manzana en pequeños trozos dando la forma de un conejo.
El estaba mirando hacia la manzana, absorto en sus propios pensamientos cuando Ojiro decidió hablar.
―¿Puedo preguntarte una cosa?
Justo al momento de que su voz traspaso la barrera de los ligeros sonidos en el entorno, Izuku estallo en un pequeño espasmo.
Sorprendido casi deja caer la manzana y cuchillo que sostenía.
―¡¿O-Ojiro-Kun?! ―alarmado levanto la voz―. ¡Despertaste...!
Casi al instante Ojiro alzo la cabeza y tomo asiento. Dejo escapar un suspiro, al mismo tiempo un dolor de cabeza recorrió desde la parte de arriba hasta su nuca. Sin evitarlo dejo salir un quejido que Izuku logro escuchar.
―¡Y-yo... lo siento tanto! ―se disculpó totalmente avergonzado.
―No tienes que preocuparte por eso Midoriya-kun... ―los ojos de Ojiro casi se le salen de las cuencas al ver que tan cercano Izuku tenia el cuchillo de su rostro―. ¿C-Crees que puedas bajar eso...?
Finalmente Izuku se dio cuenta.
Debido a la sorpresa y al haber salido rápidamente de sus pensamientos provoco que no se percatara de que al alzarse hacia Ojiro había llevado consigo el cuchillo.
―¡Lo siento!
*Sigh*
Algo mas aliviado Ojiro despejo su mente. Sostuvo la parte trasera de su cabeza he intento ignorar el dolor adyacente a esta.
―El golpe de antes...
―¿Sí?
―Fue duro...
Casi como la caída de una campana, Izuku dejo caer su cabeza hacia delante en una especie de reverencia.
―¡Lo siento!
Ojiro pensó por un momento que Izuku a veces era bastante tonto. No era del tipo de idea para ofenderlo, era más como una aclaración. Era como si Izuku fuera algunas veces y en algunas situaciones lo suficientemente inocente como para dejarse llevar por las palabras.
O era tonto o muy amable.
―Yo te pedí que fueras con todo... me lo busque de cierto modo.
―¡Aun así! No debí de golpearte con tanta fuerza. Si no me hubiera controlado en el último momento te habría lastimado de verdad.
―¿Ah? ¿Controlado en el último momento?
―Ngh...
Ojiro dejo caer su mano sobre sus muslos soltando un suspiro de derrota.
―No debería molestarme por eso. Al final debería agradecer que lo hiciste. El dolor de cabeza es ridículamente fuerte.
―Recovery-Sensei dijo que tomaras la medicina que dejo al costado cuando despertaras.
Ojiro miro al otro lado observando en una pequeña mesa metálica con rueditas una bandeja que tenia un especie de platillo pequeño con tres píldoras y un vaso de agua al costado.
Al mirar la forma de la medicina las reconoció al instante y pensó en que de verdad agradecía que Izuku se hubiera contenido en el último momento.
Ojiro conocía esas medicinas ya que usualmente las tomaba despues de una ardua semana de entrenamiento cuando era mas pequeño. Esto debido a todo el dolor que le producía en su cuerpo al ir aprendiendo a controlar su quirk.
Y ahora, tomar esas tres píldoras al mismo tiempo solo le hizo preguntarse si le hubieran dejado pegamento en vez de medicina si Izuku lo hubiera golpeado con toda su fuerza. Claro, para pegarse el cráneo al cuerpo otra vez.
No pasaron ni de cerca diez minutos cuando ambos se encontraban saliendo de la enfermería.
―Muchas gracias por traerme mis cosas.
―No es nada ―dijo izuku― Era lo menos que podía hacer.
En verdad no era necesario, pensó Ojiro.
―¿Todos se fueron? ―pregunto Ojiro.
―Uraraka-San y Tenko-San insistieron en quedarse al igual que Toru y Mina. Pero tuvieron que irse ambas y los otros dos las acompañaron.
―Ya veo. Pero no tenias por que quedarte. Podrías haberte ido. Además, ¿Perdiste clases por esperarme no?
―Como dije, creo que era lo menos. De verdad me sentí tan horrible verte en el suelo. Parecías un cadáver ―Ojiro sonrió algo resentido―. Además, se lo que se siente despertarte con el techo de la enfermería por delante de ti.
Ojiro no sabia como sentirse realmente. Es por ende que su cara termino por fruncirse. No sabia si era por el disgusto o por alguna otra cosa.
En fin, creyó mas conveniente seguir con la conversación.
―Ese ataque que hiciste fue algo alucinante. Ni si quiera pude verlo venir. ¿Ese era el estilo lunar?
Izuku desvió su mirada.
―No.
Contesto fríamente.
―¿Cómo?
Izuku llevaba una extraña expresión en su rostro. Era como si estuviera entre ganas de ir al baño y una gran presión sobre sus hombros.
Parecía que fuera a estallar en algun momento.
Ojiro pensó que era adecuado no preguntar sobre eso. Quizás también por que la cabeza de Izuku se agito tanto que aumentaba la sensación que se le fuera a despegar del tronco del cuello.
Sumergido en esta idea pudo notar al salir a los largos pasillos del segundo piso los grandes ventanales.
El cielo era una hermosa mezcla de rojo y naranja mientras caminaban hacia la entrada. Parecía que la puesta de sol no cambiaba, sin importar en que lugar estuviera, era una vista preciosa.
―Oye Midoriya-Kun ―aun mirando hacia la ciudad, Ojiro se detuvo.
El tenia una duda, una que había surgido y que por primera vez tenía la oportunidad de preguntar.
―¿Eh?
Izuku se dio la vuelta hacia el rubio.
Pudo ver su cola agitarse detrás de él por un momento.
―Siempre quise preguntarse algo solamente que no sabía cómo lo tomarías. Por que al repetirlo tantas veces en mi cabeza no puedo evitar pensar que te estaria encasillando al hacerlo. Pero otra parte de mi se resigna a la idea de no conocer la respuesta que daría ―Ojiro resguardo silencio por un momento y con una mirada seria cuestiono.
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[¿Cómo has podido con esa carga?]
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Mentiría si Ojiro no sentía una inmensa curiosidad hacia la fuerza de Izuku. No solamente física, si no mental. Pues la primera impresión que tuvo de él fue algo crucial.
Ojiro fue de los tantos niños que creció con la historia de Laughing Boy. Conocía a la perfección el relato del niño que por distintas razones termino por asechar contra la vida de más de treinta personas. Que despues de tomar sus vidas el se burlo debajo de la lluvia, sobre los cadáveres vueltos trozos.
Cuando Izuku ingreso a la academia, cuando entro por aquel salón de clases y cuando Ojiro supo con que tipo de compañeros estaria conviviendo los tres años siguientes no pudo evitar en pensar en la idea de que, podría terminar en el mismo lugar que aquellos niños.
Él se sentía mal por eso.
Y cuando finalmente comenzo a conocer al verdadero Izuku Midoriya y observo lo que su quirk era capaz en la USJ se dio cuenta que no solo era una persona poderosa, si no fuerte.
Ocurrió lo del festival y esa idea se reforzo.
Despues supo lo ocurrió en Osaka y casi al instante comenzo otra idea.
«¿Quién en verdad era Midoriya Izuku?»
Se sentía raro.
No era sentirse solamente culpable, ahora se sentía acomplejado.
En aquel espacio en blanco donde solamente un niño mira hacia su alrededor, solo puede ver grupo de niños y adultos burlándose de él.
Tan solo su cola puede abrasar y sentir.
Solo una parte de él es su amiga.
Entre murmuros de su corazón, la respuesta de Izuku busca tocar la puerta de su pecho.
Ese niño en ese lugar rodeado de adultos solo lo hacían sentir mas acomplejado por su propio modo de vida.
A través de esos adultos en un espacio de oscuridad absoluta, Izuku, tan solo un pequeño con las manos manchadas oculta su mirada tras su cabellera.
En medio de ambos, era ese mismo Izuku quien miraba a ambos.
En un parpadeo ese tono rojo y anaranjado del atardecer reluce en los ojos de Izuku.
Él sonríe amablemente tomando por sorpresa a Ojiro.
[Había muchas formas de describir a Midoriya. En lo particular por mucho tiempo me deje llevar por las malas bocas de las personas. Pero ahora se una verdad, que Midoriya es una de las personas mas valientes y fuertes que conozco.]
La respuesta fue un simple murmullo a través de esa puerta.
Fue un grito a través de todo ese grupo que rodeaba al niño.
Y fue una declaración al lado del niño en la oscuridad.
»Mi cuerpo es débil, mi corazón por igual. Pero, lo que se en verdad es que hay algo que tengo que pagar. Por eso sigo aquí. Soy alguien que busca compensar.
No se trataba de querer alcanzar algo, si no de poder darles algo a los demás.
Ojiro no pudo evitar pensar, que tan tonto era a pesar... de al todo esto procesar.
Por un segundo se quiso disculpar, pero por otro lado simplemente dejo de actuar.
Ojiro... realmente lo respetaba por quien era sin más.
Y en su mente quedo plasmado esa idea sin cesar.
[Midoriya Izuku, es alguien muy especial.]
La gran brecha entre ambos era el respeto que sentía Ojiro hacia el chico de cabello crespado.
Un gran respeto que perduraría hasta el final.
...
Al día siguiente las mismas campanas resonaban al pleno del día.
El mar de alumnos a través de los pasillos golpeaba los sólidos suelos azulejados.
Por pequeñas instancias los alumnos desparecían de los pasillos adentrándose en salones de clases.
A lo largo se podía ver una cabellera verdosa agitándose entre una marea de grises uniformes.
Por alguna razón una alarma había resonado.
Gritos y alaridos.
Izuku se alzo y tomo un gran respiro.
―¿Qué sucede?
Pregunto Uraraka quien a su lado era llevada.
Izuku se agito bruscamente con el empuje de los demás alumnos.
―¿Puedes ver algo Tenko-San? ―pregunto.
―No, nada de nadita.
Encima de ambos, Tenko flotaba como si nada.
―Esperen ―aviso―. Veo algo.
*GEEEP*
Un chirrido grave.
El mar de chicos aglomerados comenzo a moverse violentamente cuando el cuerpo de Izuku fue lanzado contra los ventanales del pasillo.
Un golpe tan duro que hizo temblar los cristales. Fue un milagro que estos no se quebraran, pensó Izuku.
Cuando abrió sus ojos, su rostro estaba contra el vidrio. Entonces pudo ver al otro lado en la entrada de la academia un gran coche oscuro. Delante de este en la entrada, Nezu se encontraba recibiendo las visitas.
Por un segundo la mirada de Izuku se enfoco en el hombre quien salía del vehículo. Lo conocía, lo había visto una vez.
Ese hombre era el presidente de la comisión pública.
Y durante unos segundos su cabeza se lleno de preguntas sobre que hacia él aquí. Y despues su cabeza se lleno de una sola pregunta.
[¿Quién era ella?]
Detrás del hombre, una cabellera larga hasta la cintura atada en una cola.
Sus miradas se cruzaron.
Por un momento Midoriya Izuku y Lady Nagant se encontraron en un contacto visual bastante inusual.
...
[Ha sido un largo tiempo desde que ambos hablaron. Un poco de tiempo en familia no haría daño. Tanto el color rojo como el verde tienden a brillar con la misma intensidad.]
Proximo capitulo: Una cena en familia.
...
Psd:
Antes había dicho que me tomaría un tiempo y al parecer lo estoy haciendo.
Estoy bien.
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