MEDIA LUNA Y LUNA LLENA.
—————[No puedo olvidarlo.]—————
Las grietas avanzaban como serpientes, devorando el suelo bajo los pies de Todoroki. Su mente intentaba, desesperadamente, asimilar lo que estaba ocurriendo. El poder de Decay se había desatado, y Todoroki no podía procesar la magnitud de la destrucción que veía.
―D-Deku... ―Bakugou abrió los ojos, su voz apenas un susurro cargado de incredulidad.
Todoroki giró su cabeza hacia él, pero sus movimientos eran lentos, casi como si el tiempo se hubiera ralentizado.
Momo, a su lado, estaba en shock también, pero Bakugou forzó las palabras, su mirada fija en las grietas que se expandían.
―...retrocedan... ―advirtió, pero Todoroki no podía moverse. Sentía el suelo temblar bajo sus pies, pero sus piernas se negaban a responder.
De repente, vio los huesos lanzados por High End, dirigidos directamente hacia Izuku. Todoroki abrió los ojos de par en par, su corazón se detuvo por un segundo al darse cuenta de que Izuku no podría esquivarlo. "No...", pensó, incapaz de articular las palabras.
Pero, antes de que los huesos impactaran, alguien más intervino.
―¡Ochako-Chan! ―la voz de Asui rompió el silencio, pero Todoroki apenas registró las palabras.
Vio a Uraraka arrojarse sobre Izuku, cubriéndolo con su cuerpo, y su mente se quedó en blanco. La sangre que manchó el aire, el sonido sordo de su cuerpo cayendo, todo se mezclaba en su mente.
Las grietas siguieron avanzando, pero Todoroki apenas podía enfocarse. El deterioro se extendía en todas direcciones, la USJ comenzaba a desmoronarse. Los sonidos de la batalla se volvían más lejanos, más distantes.
―D-Deku-Kun... ―Uraraka susurró, su voz llena de dolor, mientras caía de rodillas, recargando su mentón en el hombro de Izuku. Todoroki observó cómo la chica apenas sostenía su conciencia, su mano herida sangrando sobre Izuku, pero sus palabras aún lograban llegar a él.
Izuku levantó la cabeza, sus ojos llenos de un miedo palpable, pero también de una furia contenida. Todoroki no podía apartar la vista de él, incapaz de comprender cómo alguien podía soportar tanto.
―N-no quiero regresar... ―la voz de Izuku era un eco distante en la mente de Todoroki―. N-no quiero lastimar nunca más...
Todoroki vio cómo Uraraka, con un esfuerzo monumental, acariciaba el brazo de Izuku.
―E-está bien, está bien... tú... ―Uraraka apenas podía mantener los ojos abiertos―, ...eres un héroe, ¿recuerdas?
Izuku temblaba, y Todoroki sintió un nudo en su estómago al ver todo al borde de un colapso. La desesperación en su voz era algo que Todoroki no podía procesar completamente.
―Pase lo que pase, Deku-Kun... ―Uraraka susurró, su voz apagándose mientras su cuerpo caía sobre Izuku, inconsciente.
Las lágrimas de Izuku cayeron con furia, y su poder estalló.
Todoroki sintió el suelo temblar violentamente bajo sus pies, el deterioro se volvió imparable. Vio cómo el Nomu que amenazaba la vida de Tenko se convertía en cenizas en un abrir y cerrar de ojos.
La destrucción que siguió fue algo que Todoroki nunca olvidaría.
―¡¡¡¡GAAAAAAAAAHHHHHHH!!!! ―Izuku gritó con una furia desbordante, su voz reverberando en los restos de la USJ mientras el deterioro alcanzaba su apogeo.
El suelo se desmoronaba, la cúpula de la USJ colapsaba, y todo lo que alguna vez estuvo allí era reducido a cenizas. Todoroki sintió que el mundo entero se derrumbaba a su alrededor, y todo lo que podía hacer era observar, su mente atrapada en un estado de shock absoluto.
―¿Este es su...? ―Yaoyorozu intentó hablar, pero Bakugou la interrumpió, su voz era un susurro, cargado de una comprensión que Todoroki apenas podía comenzar a captar.
―Su poder primordial... ―Bakugou murmuró, su mirada fija en la destrucción―. Como en el pasado...
Era mucho peor.
La magnitud de lo que acababa de presenciar superaba cualquier cosa que había visto antes.
Mientras las grietas avanzaban por el suelo, arrasando con todo, Todoroki se dio cuenta de que estaba presenciando algo que desafía el entendimiento humano.
Un poder tan abrumador que ni siquiera podía encontrar palabras para describirlo.
Finalmente, cuando Izuku cayó, su cuerpo sin fuerzas desplomándose en el cráter que había creado, Todoroki sintió que el peso de la realidad lo aplastaba. El poder de Decay, el poder de Izuku... lo había reducido todo a cenizas, dejando una cicatriz imborrable en su mente.
El shock lo envolvió por completo, mientras veía a Izuku caer, consciente de que nada volvería a ser igual después de este día.
*CRK...*
La grieta en su corazón se habia crujido. Delante de la pupila de Shoto se transmitía la imagen de la gran devastación de un quirk maldito.
El quirk del deterioro.
Shoto Todoroki estaba sentado en el sillón de la sala, con las piernas cruzadas, sosteniendo un vaso de jugo en sus manos pequeñas.
El sabor dulce y refrescante del jugo llenaba su boca mientras su mirada se perdía en la ventana, observando cómo la luz del sol se filtraba a través de las cortinas.
En su mente, pensamientos simples y despreocupados se entrelazaban, cosas de niños: los juguetes que quería, la clase que tuvo ese día, y las historias de héroes que tanto le gustaban.
Pero poco a poco, la atmósfera en la casa comenzó a cambiar. Las voces de su familia, antes un murmullo distante, se fueron volviendo más claras, más fuertes.
Shoto dejó el vaso a un lado y giró la cabeza, tratando de captar lo que decían. Había un tono en sus voces que no entendía del todo, algo que le hacía sentir incómodo, aunque no podía explicar por qué.
Desde el otro lado de la habitación, el sonido de la voz de su padre resonaba, profundo y autoritario, cortando el aire como un cuchillo. Shoto escuchó su nombre mencionado, seguido por una respuesta suave pero firme de su madre. Aunque no podía entender todas las palabras, el tono de la conversación le hacía sentir que algo importante estaba pasando, algo que tenía que ver con él.
El pequeño Shoto sintió un nudo formarse en su estómago.
Su instinto le decía que no era buena idea escuchar, que debía volver a centrarse en su jugo y en los pensamientos que lo hacían sentir seguro. Pero sus ojos permanecían fijos en la puerta, como si esperara que en cualquier momento alguien la cruzara y lo arrastrara hacia esa conversación que no quería tener.
Las voces subieron de tono por un instante, una mezcla de enojo y desesperación que heló la sangre de Shoto.
Apretó los puños, sintiendo el frío característico que comenzaba a emanar de su lado derecho, una reacción que ni él mismo entendía del todo pero que siempre estaba ahí, como un reflejo ante el estrés.
Finalmente, hubo un silencio abrupto, pesado, que llenó la casa.
Shoto se quedó inmóvil, con la mirada clavada en el suelo, esperando lo inevitable. Sabía que en cualquier momento alguien aparecería para llevarlo al otro lado de la habitación, a la parte de su vida que no podía evitar, pero que nunca dejaba de temer.
Shoto permaneció en el sillón, su mirada fija en el vaso de jugo que había dejado a un lado. El silencio que había llenado la casa se rompió de nuevo, pero esta vez, las voces eran más suaves, como si sus padres intentaran no ser escuchados.
La curiosidad, mezclada con el miedo, comenzó a crecer en su pecho, y sin pensarlo demasiado, se levantó del sillón.
Con pasos cautelosos, Shoto cruzó la sala en dirección al pasillo. Las sombras de la tarde se alargaban en el suelo, y cada paso que daba parecía resonar más de lo que realmente lo hacía. Finalmente, llegó a la puerta corrediza de madera que separaba la sala del resto de la casa. Era una puerta tradicional, de esas que se encuentran en las casas antiguas japonesas, y aunque sabía que no debía, Shoto se acercó más, presionando su oído contra la superficie de la puerta.
Las voces de sus padres eran más claras ahora.
Podía escuchar la voz firme y controlada de su padre, aunque había algo en ella que lo hacía sonar menos seguro de lo habitual. Su madre, en cambio, parecía hablar con una mezcla de tristeza y preocupación.
Shoto frunció el ceño, tratando de entender las palabras que salían al otro lado de la puerta, pero había muchas cosas que no comprendía.
Había algo en lo que decían, una palabra que se repetía y que le resultaba extraña: "tragedia". No entendía bien qué significaba, pero el tono con que lo decían le hacía sentir que era algo terrible.
Continuó escuchando, y pronto captó otra frase que lo dejó aún más confundido.
—Laughing Boy... —la voz de su madre se quebró un poco al pronunciar ese nombre—. No puedo dejar de pensar en lo que sucedió...
Shoto parpadeó, sin reconocer el nombre, pero podía sentir que se referían a alguien importante.
—Esto no puede repetirse, no con Touya... —la voz de su madre se apagó un poco al final, como si estuviera luchando contra sus propios pensamientos.
Shoto se quedó inmóvil, su corazón latiendo con fuerza. ¿Quién era Laughing Boy? ¿Y qué tenía que ver con la tragedia de la que hablaban? No lo sabía, pero la inquietud que sentía seguía creciendo, envolviéndolo como una sombra fría que no podía sacudirse.
Contuvo la respiración al escuchar el nombre de su hermano, inclinándose un poco mas hacia la puerta corrediza. La conversación al otro lado era tensa, cargada de una preocupación que el apenas podía discernir.
Las voces de sus padres fluctuaban en volumen, pero la seriedad era constante.
—Touya... —la voz de su madre, usualmente suave y calmada, estaba teñida de angustia—. Enji, esto no puede seguir así. Lo que paso con ese niño... fue una tragedia, y Touya...
Hubo un silencio breve, un intervalo donde Shoto apenas se atrevió a moverse. Luego la voz grave y controlada de su padre lleno el espacio.
—No querrás decir que ese incidente tiene algo de importancia con nosotros, ¿O si Rei? —hubo una pausa, Enji parecía esclarecer un poco mas su voz—. Él no es así.
—Touya debe entender que convertirse en un héroe ya no es algo que deba seguir. Lo que sucedió en el pasado y lo que sigue sucediendo —Rei busco mejores palabras—. Enji, te lo suplico. Habla con él. Si las cosas siguen así puede desencadenarse otro suceso así.
—¿Qué quieres decir? —Shoto escucho a su padre bufar—. Es como si trataras de compararnos con esa gente Rei. Nosotros no estamos cortados de la misma tela. Así que deja de preocuparte por estupideces.
—¡Pero Enji, entiéndelo de una vez! Touya no esta bien.
Shoto sintió un nudo en la garganta. Su madre rara vez levantaba la voz, y escucharla así lo lleno de una sensacion de inquietud.
—No me importa. Touya es fuerte, el podrá superar esto tarde o temprano —respondió Enji con firmeza.
—No es solo el poder, ¡Es el peso de la responsabilidad! —replico ella, su voz temblando—. Touya está tratando de hacer algo que podría destruirlo o sacarlo del camino. El es solo un niño, y ese peso es demasiado para él.
—¡¡¿Qué quieres que haga?!! Por dios Rei. Ya hace años le quite a ese niño el idea de llegar a ser un héroe. Lo libere, le deje el camino libre para que hiciera lo que quisiera. ¡Se lo dije claro y fuerte, haz lo que quieras, eres libre!
Shoto escucho a su padre contestar. Su madre contenía las lágrimas. El silencio volvió a caer, y durante unos segundos solo se oyó el suave crujido de la madera bajo sus pies.
—Ha estado entrenando sin descanso, casi sin dormir, y cada vez que intentar usar su fuego... cada vez se lastima mas —dijo su madre, su voz más baja.
—Y por eso estas tu aquí. Se supone que tu trabajo es cuidarlo. ¿Y que haces? Perder el tiempo viendo ese estúpido programa de noticias y llenarte la cabeza de ideas estúpidas, ¿Eh? ¡Deberías estar encargándote de esto tu sola, es tu responsabilidad como su madre!
—¡Pero Enji, es que no lo entiendes! —la voz de Rei se alzo una vez más—. ¡Ya no puedo con esto! No es solo el entrenamiento, ni si quiera el daño físico. Es la forma en que Touya esta lidiando con todo esto. Es como si estuviera siendo arrastrado hacia algo oscuro, algo que no podemos controlar.
Shoto escucho a su madre hacer una pausa, y pudo imaginar las lágrimas que seguramente estaban cayendo de sus ojos. El corazón de Shoto se aceleró, su mente estaba en un torbellino de confusión. ¿Qué estaba pasando con su hermano? Y, más importante aún, ¿Quién era es tal Laughing Boy?
—Es nuestra responsabilidad mantener el control —respondió Enji con dureza, ignorando el temblor en la voz de Rei—. Si Touya quiere seguir entrenando, tu deber es detenerlo. Yo hice mi parte hace tiempo.
—¡Pero no puedo cargarlo sola! ¡¿Es que no lo entiendes?! —Rei volvió a elevar la voz, su desesperación era evidente—. ¡Lo que le hiciste a Touya no fue darle un sueño, lo condenaste! Llenaste su cabeza de ideas estúpidas. Lo obligaste a entrenar una y otra vez y cuando te diste cuenta de que no podría llenar los zapatos que tu no pudiste... ¡LO DESECHASTE!
Se escucho un golpe.
Shoto se mordió el labio, conteniendo la respiración. Nunca habia escuchado a su madre tan furiosa. Su pequeño cuerpo temblaba, apretó el puño mientras se acercaba aun mas a la puerta, como si hacerlo le ayudara a comprender mejor lo que estaba pasando.
Un silencio se extiende, profundo y pesado, antes de que Rei hable de nuevo, su voz ahora baja, así rota.
—Ya no puedo soportarlo Enji... orillaste a tu hijo a jugar un papel que ni si quiera pudiste desempeñar tu. Y ahora simplemente lo tiraste a la basura...
Shoto pudo escuchar los pasos apresurados de su padre.
—Tu...
Los gemidos de su madre crecieron y un gran estruendo se escucho del otro lado de la habitación.
—————[...convertiste a Touya en un fracaso.]—————
Shoto alcanzo la hendidura de la puerta dispuesto a abrirla cuando escucho el grito de su madre. Un golpe sordo y entonces el hombro del niño fue alcanzado.
Los gritos de su madre aumentaron y Shoto giro a su lado.
De pie junto a él... Touya Todoroki estaba ahí.
[...]
*¡ZONK!*
El sensor de peligro del cuarto portador del One For All era una habilidad que, a menudo, se describía como una alarma interna, un sexto sentido que resonaba en lo más profundo de su ser.
Era como si una corriente eléctrica invisible recorriera cada fibra de su cuerpo, chispeando en el momento exacto en que una amenaza se aproximaba. No era simplemente una advertencia, sino una sensación visceral, como si la gravedad de la tierra cambiara repentinamente, inclinando el equilibrio a favor del caos.
Cuando Izuku Midoriya activaba esta habilidad, sentía algo más allá de su control, como el murmullo de una tormenta en el horizonte, aún distante pero innegablemente en camino. Era un zumbido constante en sus oídos, un pulso que resonaba en su cabeza, exigiendo que estuviera alerta.
La habilidad no le decía exactamente qué pasaría, pero sí le advertía que algo iba a suceder, algo que podía cambiar el curso de la batalla en un instante.
A medida que el peligro se acercaba, la intensidad de este sensor aumentaba, como si las cuerdas de un violín fueran tensadas hasta el límite, listas para romperse con la más mínima presión.
Y ahora, en el campo de batalla, con Todoroki Shoto y Bakugou Katsuki frente a él y a Momo Yaoyorozu, ese sensor de peligro estaba resonando más fuerte que nunca.
Izuku podía sentir cómo cada músculo de su cuerpo se tensaba, preparándose para la inminente confrontación. Sabía que no estaban frente a cualquier oponente; la combinación de la potencia explosiva de Bakugou y el control elemental de Todoroki era algo que requería más que solo fuerza bruta.
Necesitaba precisión, estrategia, y sobre todo, estar un paso por delante.
Pero lo más inquietante era la forma en que el sensor de peligro parecía alinearse con su instinto, como si sus sentidos estuvieran en perfecta sintonía con su voluntad. Sentía el desafío en el aire, y aunque su corazón latía con fuerza, su mente estaba clara.
Sabía que esta batalla no sería fácil, pero también sabía que no estaba solo. Momo, con su inteligencia táctica y su inquebrantable determinación, estaba a su lado, lista para enfrentar lo que viniera.
"Analiza todas las variables..." pensó Izuku "Todoroki-Kun es impredecible. No puedo asumir que su hielo será su única arma. Y Kacchan... su estilo de combate es agresivo, pero tiene patrones. Si puedo identificar un patrón de movimiento, podría anticipar su siguiente ataque"
El sensor de peligro de Izuku vibro en lo profundo de su conciencia como un tambor de guerra.
Observo a sus oponentes, analizando cada detalle de sus posturas y el entorno. "Si logro que Kacchan se concentre en mí, Yaoyorozu-San podría aprovechar para crear algo que nos de ventaja... Pero, ¿Cómo mantener a Kacchan lo suficientemente distraído sin exponerme? Si uso demasiado poder al principio, Todoroki-Kun lo notara y cambiara su enfoque..." Izuku se detuvo un segundo para verlo, analizarlo.
¿En verdad cambiaria su enfoque? Parecía un perro salvaje que solo miraba a Izuku. En cambio, permanecía tranquilo, con una mirada algo extraña pero una mirada fría y calculadora que sugería que aun tenia algo bajo la manga.
"¿Lo estaré sobre pensando mucho?" Pese a la postura alerta de Izuku, no estaba forzando sus músculos en lo absoluto. Su respiración era tranquila, sus ojos no parecían estar dilatados. Estaba en calma. Aun con el sensor de peligro activado en su cabeza, Izuku no sentía un peligro real.
Su corazón estaba en paz.
*¡ZZZWOM!*
—¡¡¡...!!!
*¡ZONK!*
Esa sensación visceral, un eco distante de lo inminente, se asemejaba a un rayo que iluminaba el horizonte antes de que la tormenta estallara.
El sensor de peligro se lo permitió saber justo a tiempo.
El aire gélido rápidamente se transformó en grandes puntales de hielo que se dirigieron directamente hacia Izuku y su compañera. "Nox Lunar, Cuarta Postura..." El peliverde giró sobre su propio eje, alzó su pierna derecha y lanzó una patada con tal fuerza que el hielo no soportó el impacto.
*¡CRACK!*
"¡Destello del cuarto menguante!" La pierna de Izuku dio un latigazo en el aire, proyectando una onda de energía que desintegró los restos del ataque de Shoto.
*¡KRAAAASH!*
Nuevamente, sin ningún tipo de problema, Izuku sacudió el ataque de Shoto como si no fuera más que una simple piedra en su camino.
La confianza en su habilidad para reaccionar y adaptarse estaba tan arraigada que el desafío parecía casi trivial. Pero en el fondo de su mente, seguía analizando.
"Incluso en la calma, no debo bajar la guardia. Todoroki-Kun no es alguien que repita el mismo movimiento sin una razón. ¿Estará tratando de medir mis reflejos, o solo quiere distraerme mientras Kacchan prepara algo? Lo que sea, no puedo permitirme dudar."
Izuku respiró profundamente, manteniendo su compostura mientras sus pensamientos seguían corriendo en múltiples direcciones.
[Kacchan...]
El aire dentro del laberinto, cargado de tensión y frío, comenzó a dispersar el velo gélido, revelando las siluetas en la distancia.
La figura de Bakugou se movía con una velocidad asombrosa, cortando el aire a medida que las explosiones a su alrededor lo impulsaban hacia adelante. Las luces anaranjadas, similares a faros de un coche, brillaban con cada explosión, iluminando brevemente el largo pasillo en destellos caóticos.
Bakugou había calculado cada movimiento. "Solo necesito acercarme lo suficiente..." pensó, sus ojos fijos en Izuku, cuya figura apenas era visible entre el humo y el hielo. "Estará distraído con Todoroki. Esto me permitirá llegar a él."
La determinación en sus ojos se intensificó al ver un destello del cuerpo de Izuku a través del velo gélido.
En cuestión de segundos, Bakugou había acortado la distancia entre ellos. Sus movimientos eran un torbellino de precisión y velocidad, y antes de que cualquier otro pudiera reaccionar, ya estaba en el aire, con la cabeza y los pies invertidos.
Flotaba en un ángulo perfecto, su mano extendida, lista para lanzar una explosión a quemarropa.
La nube de polvo gélido se deshizo en ese instante, y Bakugou, con una sonrisa de victoria en su rostro, comenzó a hablar.
—¡Te ten...!
Sin embargo, las palabras murieron en sus labios cuando sus ojos se encontraron con los de Izuku.
El humo se disipó por completo, revelando que Izuku lo había estado observando todo el tiempo. Su mirada era firme, determinada, y cargada de una concentración absoluta. Izuku no había sido sorprendido. Al contrario, lo había estado esperando.
En ese breve instante de choque, Bakugou sintió un frío distinto al del hielo que lo rodeaba. Era la realización de que su plan no había funcionado como esperaba.
Izuku, con una calma sorprendente, ya estaba listo para contrarrestar su ataque. Había calculado el momento exacto en que Bakugou llegaría, y ahora, con todo el poder y la habilidad que había cultivado, estaba preparado para responder.
—¡AHORA! —gritó Izuku, moviéndose con una velocidad vertiginosa.
Con un movimiento rápido, bloqueó la palma de Bakugou con su brazo, desviando la explosión hacia un costado. La fuerza del impacto resonó a lo largo del pasillo, haciendo temblar las paredes del laberinto, pero Izuku se mantuvo firme, sin ceder un solo paso.
La sorpresa en el rostro de Bakugou se transformó en furia pura.
—¡Deku...! —rugió, mientras intentaba lanzar otro ataque, pero Izuku ya estaba un paso adelante. Con un giro rápido, tomó ventaja de la posición invertida de Bakugou y lo empujó hacia el suelo con un golpe directo, obligándolo a retroceder.
Ahora, Bakugou había quedado a espaldas de Izuku mientras que Todoroki se encontraba al frente. Izuku evaluó rápidamente la situación, cuestionándose por un instante si su movimiento había sido el más acertado. "Quizás fue arriesgado, pero no podía permitir que Momo recibiera esa explosión." pensó, sus ojos moviéndose con rapidez entre ambos oponentes.
Dio un paso hacia un lado, intentando mantener a ambos rivales en su campo de visión. De repente, sintió cómo Momo se pegaba instintivamente a su espalda, alineándose con él para enfrentar juntos la amenaza dual.
Momo respiró hondo, concentrándose. "Debo apoyar a Midoriya-san de la mejor manera posible. Si puedo crear una distracción lo suficientemente efectiva, podríamos desestabilizar a Bakugou-kun y Todoroki-san." Sus ojos escudriñaban el entorno, buscando cualquier indicio del próximo movimiento de sus adversarios.
Mientras tanto, Izuku...
"¡Cerca, cerca...! ¡MUY cerca!" pensó, sintiendo cómo un rubor intenso se apoderaba de sus mejillas. El contacto directo con Momo hizo que su corazón latiera más rápido de lo habitual, y por un breve instante, su concentración vaciló.
Podía percibir el ritmo de la respiración de Momo sincronizándose con el suyo, y el suave aroma de su cabello inundó sus sentidos, profundizando su turbación. Izuku luchó por mantener la compostura, recordándose a sí mismo la importancia de enfocarse en la batalla.
"Este no es el momento para distraerse, tengo que mantenerme concentrado. Pero... ¿por qué mi corazón no deja de latir tan rápido?" se cuestionó internamente, intentando calmar el torbellino de emociones que amenazaba con desbordarlo.
Tomó una respiración profunda, cerrando los ojos por un segundo para reenfocar su mente. Al abrirlos de nuevo, la determinación brillaba con fuerza en su mirada.
—Yaoyorozu-san —murmuró con voz firme, intentando que no se notara el leve temblor causado por los nervios—, tengo un plan. Si logramos separar a Kacchan y Todoroki, podremos enfrentarlos individualmente con más eficacia.
Momo, ajena al torbellino interno de Izuku, asintió rápidamente.
—Entendido, Midoriya-san. ¿Qué necesitas que haga?
Izuku tragó saliva, concentrándose en las palabras.
—Crearé una distracción y atraeré la atención de Kacchan. Mientras tanto, ¿puedes generar una barrera que nos dé unos segundos para reubicarnos y aislar a Todoroki-san?
Momo sonrió con confianza, dando un pequeño paso atrás para preparar su Quirk.
—Déjamelo a mí.
Sintiendo que la distancia entre ellos aumentaba ligeramente, Izuku pudo respirar un poco más tranquilo, aunque todavía sentía el calor residual en sus mejillas. "Bien, de vuelta al combate." pensó, enfocándose por completo en la estrategia.
En ese instante, Todoroki avanzó unos pasos, levantando una mano mientras una ráfaga de hielo comenzaba a formarse alrededor de sus dedos, listo para atacar. Simultáneamente, Bakugou se reincorporó, sacudiendo el polvo de su uniforme con una expresión de puro desafío.
—Deku...—murmuro Bakugou, sus palmas ya chisporroteando con nuevas explosiones en preparación.
Izuku se preparó, flexionando ligeramente las rodillas y ajustando su postura para reaccionar ante cualquier movimiento. El rubor en su rostro había desaparecido, reemplazado por una concentración absoluta.
—¡Ahora, Yaoyorozu-san! —exclamó, lanzándose hacia adelante con una velocidad impresionante.
Momo, respondiendo al llamado, generó rápidamente una gran pared de metal que se alzó entre ellos y sus oponentes, bloqueando momentáneamente la línea de visión y forzándolos a reaccionar.
Bakugou, sin perder el tiempo, lanzó una potente explosión contra la barrera, pero esta aguantó el impacto inicial, dándoles a Izuku y Momo los segundos que necesitaban.
Aprovechando el momento, Izuku se deslizó por el costado de la barrera, dirigiéndose directamente hacia Bakugou, mientras Momo se movía en la dirección opuesta, preparando otro objeto con su Quirk para enfrentar a Todoroki.
"No soy tonto." Pensó Izuku. Mirando de reojo hacia Yaoyorozu pudo ver como la chica comenzaba a crear algo entre sus manos. "Todoroki-Kun parece querer hacer algo contra mí. Hará lo que sea necesario para llegar a mí, si no me equivoco claro. Eso incluye no crear una gran barrera de hielo. Si así lo hiciera solo bloquearía su camino. Sin mi que abra el paso o Kacchan, quedaría atrapado y tendría que usar su lado izquierdo."
Izuku ya estaba cara a cara con Bakugou, a la suficiente distancia para escuchar los chisporroteos de sus explosiones "Es un laberinto y tenemos prohibido romper muros. Tanto Todoroki-Kun como Kacchan y quizás yo estamos algo restringido en el poder que podemos usar. En ese caso, Yaoyorozu-San debería ser capaz de poder ganar tiempo hasta que aparte a Kacchan del camino. Así que por ahora..."
Izuku deslizo sobre el suelo, sus desgastadas botas de acero sacudieron chispas hasta quedar un par de metros delante de Bakugou.
[Acabare esto rápido.]
Una nube de velo gélido cubrió su espalda desvaneciendo a Momo entre ella. "Tú puedes..." pensó Izuku mirando por el rabillo de su ojo como la cabellera oscura se desvaneció de su vista.
—Ni si quiera tienes toda tu atención en mi —dijo Bakugou sorprendiendo a Izuku—. ¿Tanto has cambiado?
La mira de Izuku no flaqueaba, no hasta ese instante. "¿Perdón...?" Izuku no entendió muy bien el comentario de Bakugou. De hecho le sorprendió con la tranquilidad que parecía haber adoptado. A comparación de Todoroki de quien esperaba una actitud más fría...
*Hehe*
Un mal chiste del cual Izuku rio tontamente.
Bakugou, a quien Izuku esperaba ver reaccionar con la intensidad de siempre, estaba sorprendentemente tranquilo, casi inusualmente sereno. Sin embargo, esa calma tenía una cualidad inquietante, como un volcán que se mantiene en silencio justo antes de la erupción.
—Tu mirada... —Bakugou se irguió, apuntando con su dedo índice hacia su derecha antes de girar lentamente—. Me molesta.
Izuku, que había estado a punto de replicar, se detuvo con la boca entreabierta. De repente, un recuerdo lo golpeó con fuerza.
"Por favor no te acerques a mí. No trates de involucrarte conmigo..."
Ese pensamiento lo hizo fruncir el ceño y cerrar la boca de golpe. La decisión de no contestar a Bakugou, aunque sabía que probablemente lo irritaría aún más, era un pequeño acto de desafío mezclado con respeto por la petición pasada de su amigo de la infancia.
Bakugou ajustó sus guantes granaderos, inhalando profundamente antes de mirar a Izuku por un instante.
—¿No vas a moverte? Ya sabes, pelear.
Izuku respondió solo con un gesto, apretando los labios en un gesto obstinado, casi infantil, que Bakugou reconoció al instante.
Un pequeño gesto de irritación cruzó por el rostro de Bakugou al sentir una ligera abolladura en su guantelete. "Apenas si lo toqué..." pensó, disgustado, mientras exhalaba con fuerza, volviendo a girarse hacia Izuku con un renovado desafío en su postura.
Bakugou observó cómo las llamas verdes del poder de Izuku danzaban a su alrededor, fluyendo con una fluidez que parecía hipnótica. Esta versión de Izuku era completamente distinta de la que había enfrentado antes, y Bakugou lo sabía. Sus párpados se hundieron ligeramente, y su mirada se tornó más sombría.
—Te pedí que te alejaras de mí —murmuró Bakugou, su voz cargada de una mezcla de emociones—. Creo que fue muy precipitado. Pero aún sigo odiándote. Y quiero que te alejes de mí.
Izuku, que había estado manteniendo ese puchero obstinado, sintió un pequeño temblor en su resolución.
La dureza de las palabras de Bakugou golpeó en un lugar profundo dentro de él. Aun así, su expresión no cambió, manteniendo ese pequeño puchero en sus labios, como si fuera una barrera contra el dolor de esas palabras.
En su interior, Izuku no podía evitar sentirse culpable. Sabía que Bakugou tenía razones para sentir lo que sentía, y, sin embargo, no podía simplemente alejarse. Había una conexión, una historia compartida entre ellos, que no podía ignorar. Pero, por otro lado, entendía que su presencia, su mera existencia, parecía ser una espina constante en la vida de Bakugou.
"No importa cuánto intente alejarme, siempre terminamos aquí, enfrentándonos..." pensó Bakugou.
—No tuve tiempo de preguntarte algo —Bakugou dejo de tocar aquella abolladura. Alzo su mirada, con algo de valor—. ¿Pudiste enfrentarlo a él? A ese hombre de cabello oscuro aquella noche.
Izuku borro el puchero de su rostro. Respiro hondo y respondió.
[No.]
Bakugou por un segundo sintió un alivio. Pero por otro lado un gran golpe en su interior resonó. Se sintió abrumado también.
—Ya veo —Bakugou agacho su mirada una vez más.
Él se refería a Kano.
—Aun así...
El reunió mas valor aun, y la levanto.
[Luchaste contra ellos, ¿No? Tu solo.]
Izuku le tomo un segundo. A pesar de que fue un gran reto casi suicida y que funciono de catapulta para llevar a Izuku a otro extremo de su vida, no se sentía nada orgulloso de eso. No era algo que le gustaba hablar o presumir.
Pero aun así, asintió.
Bakugou observo las manos de Izuku, sus cicatrices en ambas de ellas. Luego guio su mirada hacia su rostro, la cicatriz que habia crecido de una grieta a una más prominente.
—Entiendo... —Bakugou se sintió tranquilo con ello pero finalmente llego a una conclusión—. Es todo lo que necesitaba oír.
El se inclino hacia delante y lanzo sus brazos hacia atrás. Sus palmas crepitaron, listo para luchar pero un solo pensamiento formado en una resolución.
[No estoy a tu nivel.]
A pesar de su determinación y fuerza, Bakugou sabia, en lo mas profundo, que Izuku había alcanzado algo más allá de lo que él mismo podría comprender. Pero eso no significaba que iba a retroceder. No, en lugar de eso, se lanzaría al combate con todo lo que tenía, porque eso era lo único que sabía hacer: luchar, pelear, y nunca rendirse, sin importar las probabilidades porque después de todo, su nombre dicta quien es él.
Katsuki Bakugou. El solo conocía la palabra ganar.
INTRODUCIR: SWORD OF HUNTER - KENSUKE USHIO.
El choque de fuerzas fue inmediato. Bakugou se lanzó con una explosión que resonó por todo el laberinto, sacudiendo la escarcha que cubría los muros metálicos y creando una nevada momentánea. Pero Izuku lo esperaba. Sus ojos, afilados como los de un halcón, siguieron cada movimiento de Bakugou. En lugar de esquivar o bloquear, avanzó hacia él, acortando la distancia entre ambos en un parpadeo.
*¡Boom!*
El brazo de Bakugou se arqueó hacia adelante, y la explosión iluminó el rostro de Izuku por un breve instante. Pero cuando la luz se desvaneció, Izuku ya no estaba ahí. Se había desplazado lateralmente, casi como una sombra. Bakugou, con un ceño fruncido, intentó girar para seguirlo, pero Izuku ya había desaparecido de su línea de visión, moviéndose con una velocidad que parecía imposible.
*¡KRAKUM!*
La explosión de Bakugou impactó con fuerza en el suelo del laberinto, haciendo temblar las estructuras metálicas. Sin embargo, no logró encontrar su objetivo. Izuku reapareció detrás de Bakugou, colocando una mano firmemente en su espalda.
La sensación de la mano de Izuku hizo que el corazón de Bakugou se congelara por un momento. El pánico lo invadió, y sin pensarlo, giró su brazo derecho hacia atrás, desatando una hilera de explosiones continuas que no encontraron más que aire.
Izuku soltó la espalda de Bakugou y se agachó rápidamente, dejando que las explosiones pasaran sobre su cabeza. "Nox lunar, octava postura...", murmuró en su mente mientras lanzaba su pierna hacia arriba en una poderosa patada. "¡Eclipse Penumbra!"
*¡CLANK!*
El botín de Izuku chocó con el metal del guantelete de Bakugou, enviando su brazo hacia arriba con una fuerza brutal.
Izuku se mantuvo aferrado al suelo, utilizando la energía de One For All para mantener su equilibrio. Bakugou jadeó, sintiendo como su hombro casi se dislocaba por la fuerza del impacto. Apretó los dientes con furia y lanzó otra explosión desde su brazo derecho, tratando de contrarrestar la fuerza de Izuku.
*¡ZONK!*
Los ojos de Bakugou brillaron con determinación, pero Izuku ya estaba un paso adelante. Bajó su pierna, tocó el suelo, y giró su postura en un movimiento fluido. Saltó hacia atrás, esquivando la nueva hilera de explosiones que Bakugou lanzó hacia abajo.
Cada vez que Bakugou intentaba golpearlo, Izuku se desplazaba como una sombra, saltando de un lado a otro, evadiendo las explosiones con una precisión impresionante.
Mientras la pelea continuaba, se hizo evidente la diferencia de niveles entre ellos. Bakugou, a pesar de su feroz determinación y fuerza explosiva, no podía alcanzar a Izuku. Sus ataques, que alguna vez habían sido una amenaza mortal, ahora parecían ineficaces contra la velocidad y la agilidad de Izuku.
"¿Cómo puede ser...?" pensó Bakugou, su respiración entrecortada y sus músculos tensos. "¡No puedo alcanzarlo...!"
Izuku, por su parte, se movía con una calma sorprendente.
Cada movimiento que hacía estaba calculado, cada esquiva, cada contraataque. No había ni un ápice de duda en sus acciones. Su mente trabajaba en un nivel superior, anticipando los ataques de Bakugou con una claridad que solo alguien con su experiencia y poder podía tener.
Con un impulso de One For All, Izuku se lanzó hacia Bakugou, quien estaba preparando una explosión masiva. Pero antes de que Bakugou pudiera liberar toda su energía, Izuku cerró la distancia entre ellos en un abrir y cerrar de ojos, colocando una mano en el pecho de Bakugou y empujándolo hacia atrás con una fuerza controlada, pero devastadora.
Bakugou fue lanzado hacia atrás, chocando con el suelo del laberinto. A pesar del impacto, se levantó rápidamente, pero algo en su interior sabía que estaba en una desventaja abrumadora.
Izuku no estaba simplemente esquivando sus ataques; lo estaba superando en todos los aspectos.
—¡MALDITO DEKU! —rugió Bakugou, sus explosiones crepitando con furia. Pero Izuku, en lugar de atacar, se mantuvo en su posición, con una mirada tranquila pero decidida.
—Kacchan... esto no es lo que queremos, ¿verdad? —dijo Izuku, con un tono que mezclaba la empatía con la determinación.
Bakugou apretó los dientes, su respiración pesada y su cuerpo temblando. Pero en el fondo, sabía que Izuku tenía razón. No estaba peleando para ganar; estaba peleando para demostrar algo, y en ese intento, había perdido de vista lo que realmente importaba.
En la sala de transmisiones, todos los presentes observaban la pelea con una atención aguda, casi hipnótica. Los destellos esmeralda de Izuku se movían con una velocidad que superaba los flashes anaranjados de Bakugou.
—Es rápido —dijo Kendo, rompiendo el silencio, sin apartar la vista de la pantalla.
—Mucho más que antes... —agregó Monoma, inclinándose hacia adelante. Su expresión, normalmente arrogante, ahora estaba teñida de una mezcla de asombro y respeto—. Son los resultados de estar bajo la tutela de uno de los top, supongo. ¿Cuánto llevará? ¿Meses? Midoriya Izuku debe estar a otro nivel.
Kendo, con los brazos cruzados, observaba cada movimiento de Izuku. Notaba lo que parecían ser aperturas en su postura, pequeños momentos en los que, según su experiencia, debería haber estado vulnerable. Sin embargo, la calma en la expresión de Izuku, su falta de preocupación aparente, la hizo dudar. "¿Realmente está indefenso?", se preguntaba, pero algo en su instinto le decía que Izuku no solo estaba en control, sino que esas aparentes debilidades eran intencionales.
—También quisiera tener a Miruko enseñándome a pelear, sería genial —comentó Awase con entusiasmo, tratando de aligerar la tensión en la sala.
—No es solo la velocidad —dijo Tetsutetsu, con una seriedad poco usual—. Es como si supiera lo que van a hacer antes de que lo hagan. Está... anticipando cada movimiento.
—Exacto —asintió Kendo, sus ojos fijos en la pantalla—. No es solo que sea rápido. Es que no hay duda en lo que hace.
Las palabras de Kendo resonaron en la sala. Todos sabían que Izuku siempre había sido talentoso, pero esto era algo más. Lo que estaban presenciando no era solo una muestra de poder, sino una maestría refinada, una comprensión profunda de la batalla que pocos podían igualar.
—Debe ser normal para él. Supongo~ —dijo Yui, levantando la voz en su estilo habitual—. Después de todo, no es el tipo que peleó a muerte en Osaka y también con los de la comisión. Supongo~
—Eso, eso —añadió Setsuna con su tono vivaz, sus ojos brillando con curiosidad—. Aunque sigue pareciendo súper extraño que sepa lo que van a hacer. Es como si viera el futuro. ¿Ve el futuro?
Monoma, siempre dispuesto a teorizar, desvió su mirada de la pantalla y sacudió sus manos en un gesto despreocupado.
—Nah... —respondió, restándole importancia a la idea—. Deterioro, acumulación de poder... ¿Battery? Era como se llamaba.
Reiko, que hasta ese momento había permanecido en silencio, murmuró con un toque de interés en su voz.
—¿Dos quirks? No sería extraño que tuviera un tercero...
La sala quedó en silencio por un momento, cada uno de ellos procesando la posibilidad de que Izuku tuviera más habilidades de las que habían imaginado. La idea de que pudiera predecir el futuro era intrigante, pero aún más asombroso era el hecho de que Izuku pudiera estar ocultando aún más secretos.
—Si tuviera un tercer quirk... —continuó Reiko, su voz apenas audible pero llena de especulación—, entonces eso cambiaría todo. Cada uno de sus movimientos sería una combinación precisa de esas habilidades, lo que explicaría cómo está dominando esta pelea.
Kendo asintió lentamente, sus pensamientos girando en torno a la posibilidad.
—Si es así, entonces no estamos viendo solo poder bruto. Estamos viendo estrategia, cálculo... y una mente que ha aprendido a maximizar cada recurso que tiene.
Awase, aún fascinado por la idea de ser entrenado por Miruko, se encogió de hombros.
—Si tiene tres quirks, eso lo hace aún más impresionante. Pero lo que realmente importa es cómo los usa. Y ahora mismo, está usando todo lo que tiene para aplastar a Bakugou.
—¿Aplastar? Me parece mas que está jugando con él —comento Rin—. Si fuera aplastarlo, ¿No lo habría hecho ya? Hasta ahora solo la ha empujado.
—Su pelea es diferente a como lo que Yaoyorozu-Chan me habia hablado una vez. Sobre la primera pelea de ambos.
Kendo volvió a hablar.
—Oh te refieres a la primer prueba de las clases. ¿Lo de la batalla de héroes y villanos? —Tetsutetsu alzo sus brazos—. ¡¡Fue genial la nuestra!!
Kendo le restó importancia.
—No, tonto. Me refiero a otra cosa —Kendo aclaro su garganta—. Dice que al principio Bakugou-Kun estaba superando a Midoriya-Kun en todos los aspectos al entrar el combate. Dijo que fue la pelea mas abierta que vio de toda la prueba. Y aunque Midoriya-Kun haya ganado, Bakugou-Kun se notaba al mismo nivel. Ahora es diferente.
—¿Diferente cómo? —pregunto Setsuna, curiosa, mientras sus ojos seguían los rápidos movimientos de Izuku en la pantalla.
Kendo dudo por un momento, tratando de poner en palabras lo que estaba viendo.
—Volvemos a lo de predecir —atajo Reiko con un poco mas de soltura en su voz—. Midoriya esta prediciendo sus ataques. Sabe a donde moverse, como moverse que hacer.
—¿Sera la experiencia de combates? Supongo~ —dijo Yui.
—No, es más que eso.
—¡Son los frutos del entrenamiento con la señorita Miruko! —exclamo Awase—. ¡También quiero entrenar con alguien así!
Kendo asintió, pero su atención seguía centrada en la pantalla.
—Si, eso tiene que ver, pero hay algo más... No es solo fuerza o técnica. Es como si Midoriya-Kun hubiera alcanzado un entendimiento más profundo... —Kendo sacudió su cabeza con frustración.
A pesar de que ella era alguien envuelta en el tema de las artes marciales y debía conocer todos los apartados de esta, sentía que algo se le escapaba. Sabia que habia algo raro en Izuku y todo estaba ligado a esa predicción que tenía.
Claro, ellos no sabían del Sensor De Peligro.
Rin que habia sido quien menciono que Izuku parecía estar jugando, ahora observaba con una mezcla de respeto y fascinación.
—No solo esta jugando... es como si estuviera enseñando una lección, pero de una forma que solo Bakugou pueda entender.
Tetsutetsu, aunque un poco perdido en la profundidad de la conversación, empezó a captar la esencia de lo que sus compañeros estaban hablando.
—Midoriya... ¿Maneja el flujo del combate? —intento.
Setsuna intervino, pensativa.
—Quizás esta tratando de hacer que Bakugou se dé cuenta de algo. Tal vez no es solo una pelea, sino una especie de... ¿Conversación? Una conversación que solo pueden tener de esta manera.
Monoma soltó una risa corta, aunque no del todo burlona.
—Que infantiles.
—¡Cierra la boca! —reclamo Kendo—. Tu eres el menos indicado para hablar de eso. Señorito "¡Tengo que copiar su quirk!"
Kendo aun recordaba el desastre del pasillo y las escaleras de hace unos días.
[¿Qué será?]
Mientras las teorías y los comentarios circulaban en la sala de transmisiones, Nezu, quien había estado observando atentamente la pelea, se encontraba cada vez más intrigado. Sus pequeños ojos brillaban con una mezcla de sorpresa y admiración mientras escuchaba a los estudiantes de la Clase B analizar el combate con una precisión que, a su juicio, superaba su corta edad y experiencia.
—Interesante... —murmuró para sí mismo, manteniendo la mirada fija en la pantalla.
Aunque Nezu estaba al tanto de que Izuku había despertado varios quirks adicionales gracias al One For All, no estaba completamente informado sobre las habilidades específicas que había adquirido. Y si bien no había mostrado un interés particular en descubrir los detalles hasta ahora, la manera en la que Izuku se movía en el combate captó por completo su atención.
"Esos movimientos... no son solo reflejos entrenados," pensó Nezu mientras analizaba la escena. "Se mueve como si tuviera una especie de aviso previo, como si supiera lo que va a pasar un segundo antes de que ocurra."
Nezu esbozó una pequeña sonrisa, reconociendo el potencial de lo que estaba viendo. No en vano era considerado uno de los seres más inteligentes del mundo, y ahora su mente comenzaba a elaborar teorías. "Un sexto sentido, quizás... o algo similar. Algo que le permite anticipar los ataques, predecir el flujo del combate antes de que siquiera comience. No es una simple habilidad física; esto va más allá."
Mientras contemplaba la posibilidad de que Izuku estuviera utilizando un quirk que le daba una ventaja tan estratégica, Nezu sintió una oleada de curiosidad y entusiasmo. ¿Podría ser que el One For All albergara un quirk con tal capacidad? Y si ese fuera el caso, ¿qué más podría Izuku estar ocultando o descubriendo sobre este poder heredado?
"Es una apuesta apresurada, pero no deja de ser plausible," pensó Nezu, su sonrisa ampliándose. "Después de todo, el One For All ha demostrado ser un quirk lleno de sorpresas. Y si alguien pudiera sacarle provecho a cada una de ellas, ese sería Midoriya Izuku."
Decidido a observar más de cerca el desarrollo del combate, Nezu se acomodó en su asiento, dispuesto a seguir la pelea hasta el final. Aunque exteriormente mantenía la compostura, en su interior, la emoción de descubrir algo nuevo y potencialmente revolucionario crecía.
Era raro que algo lograra despertar tanto su curiosidad, y eso solo significaba que el joven Izuku estaba a punto de mostrarle algo realmente excepcional.
Mientras tanto, en el laberinto, Izuku continuaba su danza con Bakugou, moviéndose con una fluidez y precisión que no solo impresionaba a sus compañeros, sino que ahora también mantenía al astuto director en vilo. Cada paso, cada esquive, cada ataque parecía parte de un plan más grande, y Nezu no podía esperar para ver cómo se desarrollaría.
[A pesar de todo, eres igual a ella.]
Entre los vestigios de energía dejados en el aire como manchas, cada movimiento y postura no podía hacerle mas que recordar a una chica problemática en sus primeros años.
Con cada salto, con cada giro... la imagen remanente al costado de Izuku comenzaba a superponerse.
Tal cual era Miruko en el cuerpo de aquel chico.
Mientras Nezu observaba la batalla entre Izuku y Bakugou, no pudo evitar que su mente retrocediera en el tiempo, hasta el festival deportivo. Recordaba vívidamente cómo Izuku, entonces apenas un joven lleno de incertidumbre y determinación, había sorprendido a todos con sus movimientos durante la carrera de obstáculos.
No era solo la velocidad o la fuerza lo que había captado la atención de Nezu, sino la técnica, el ingenio detrás de cada movimiento.
En ese momento, Nezu había notado algo que la mayoría no había comprendido del todo. Izuku había empezado a adoptar un estilo de combate que no le pertenecía del todo, pero que había hecho suyo con una asombrosa rapidez.
Se movía como Miruko, con una agilidad y fuerza que recordaban a un animal salvaje, impulsado por una necesidad feroz de seguir adelante, de no detenerse ante nada.
Cuando Izuku había ejecutado aquella patada de luna creciente, había sido como ver un reflejo distorsionado de la propia Miruko.
[Ese niño ya mostraba señales de lo que iba a llegar a hacer.]
Pensó Nezu, sintiendo una mezcla de orgullo y curiosidad creciente.
El paralelo entre lo que había visto en ese entonces y lo que observaba ahora no se le escapaba.
La evolución de Izuku era palpable, pero lo más impresionante era cómo había refinado y adaptado esas habilidades para enfrentarse a desafíos cada vez mayores.
En ese entonces, durante la carrera de obstáculos, sus movimientos habían sido un poco torpes, aun aprendiendo a controlar el inmenso poder que había comenzado a dominar. Pero ahora, en este enfrentamiento con Bakugou, cada movimiento era preciso, cada decisión calculada.
"No es solo cuestión de fuerza o velocidad," reflexionó Nezu, sus ojos brillando con esa chispa de ingenio que lo caracterizaba. "Es su capacidad para aprender y adaptarse, para asimilar lo que ha visto y hacerlo propio. Eso es lo que lo hace verdaderamente formidable."*
Recordó cómo, durante la carrera de obstáculos, muchos en el público habían quedado boquiabiertos ante la velocidad y la gracia con la que Izuku se movía. Algunos lo habían comparado con un animal, un conejo, debido a sus saltos y la forma en que esquivaba obstáculos. Pero Nezu había visto más allá de esas comparaciones superficiales.
Había visto a un joven que, sin siquiera darse cuenta, estaba forjando un camino único, combinando lo mejor de lo que había aprendido con su propio estilo.
"Ese movimiento... Ya desde entonces, el joven Midoriya mostraba un entendimiento instintivo de cómo aprovechar cada parte de su cuerpo, incluso cuando sus brazos fallaban," pensó Nezu, recordando la manera en que Izuku había usado sus piernas para compensar la debilidad de sus brazos en ese momento crucial.
Y ahora, viendo cómo Izuku se movía en el laberinto, esquivando y contraatacando con una precisión casi sobrehumana, Nezu no pudo evitar sonreír. "El tiempo y el entrenamiento han refinado esas habilidades. Pero la esencia sigue siendo la misma: la capacidad de adaptarse, de evolucionar en el momento."
Nezu continuó observando, con el mismo interés agudo que había mostrado durante el festival deportivo.
El paralelismo entre esos momentos era claro, y mientras reflexionaba sobre el camino que había recorrido Izuku, no pudo evitar preguntarse hasta dónde llegaría. "Lo que vemos hoy es solo el comienzo. Estoy seguro de que este joven aún tiene mucho que mostrar."
Con esa certeza, Nezu volvió a centrar toda su atención en la batalla, sabiendo que cada movimiento de Izuku no solo reflejaba su crecimiento, sino también el potencial ilimitado que aún aguardaba ser desatado.
Donde en el pasado Nezu veía a un niño dando sus primeros saltos con una media luna detrás... ahora veía a Miruko con una Luna Llena detrás.
[El camino ha sido largo, ¿No, Midoriya?]
Con una sonrisa, pensó.
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