LOS DOS MINUTOS.

—¡Aaaaaah... aaaaah... aaaaaaaaaaaaah!

Los gritos de Momo llenan el tubo metálico mientras se desliza a gran velocidad. Su voz está cargada de pánico y desesperación. Izuku, que sigue justo detrás, mantiene los brazos y piernas extendidos para no atorarse, casi como si estuviera explorando un nuevo juego.

Después de lo que parece una eternidad, el tubo metálico comienza a abrirse en espiral. La velocidad disminuye hasta que una compuerta se abre, dejando caer a Momo y a Izuku en una gran cámara subterránea.

Momo cae de cara al suelo, rodando varios metros antes de detenerse. Su cuerpo se arrastra sobre el metal frío y su respiración es entrecortada, tratando de recuperar el aliento mientras se reincorpora lentamente. Izuku, en contraste, aterriza con gracia y se levanta ágilmente.

La cámara es amplia y está diseñada con una tecnología avanzada. Las paredes están cubiertas de paneles metálicos y tubos de acero que zumban suavemente. La luz del techo emite un resplandor cálido, iluminando un intrincado laberinto de engranajes y circuitos que parpadean con un ritmo constante.

El suelo está hecho de paneles de metal perforado, permitiendo ver una red de mecanismos en movimiento debajo. En el centro de la sala hay una plataforma circular con paneles de control, cuyas luces parpadean intermitentemente. El zumbido de los engranajes llena el aire, creando una atmósfera vibrante y casi hipnótica.

Una brisa ligera sopla desde el sistema de ventilación en el techo, moviendo las sombras proyectadas por los engranajes. En una esquina, un monitor grande muestra un mapa digital del laberinto, con líneas de colores que indican rutas y posibles trampas.

—¿Estas bien Yaoyorozu-San?

Izuku se acerca a Momo para ayudarla a levantarse, pero ella, aun respirando con dificultad y con una expresión de esfuerzo, le hace un gesto para que se detenga.

—¡Y-Yo puedo sola...! —no quiere depender de su ayuda en este momento, y prefiere incorporarse por sí misma.

Ha pesar de que el suelo y todo lo que tenían alrededor era metálico y algunas partes de cristal, por alguna razón Momo tenia la cara negra. Fuera de los raspones y el cabello desaliñado...

—¿Yaoyorozu-San...?

—Cállate.

Sacude su capa roja, impaciente. Da un paso hacia delante sin prestarle atención a Izuku. Su mirada esta fija en el entorno que los rodea, ignorando así, a Izuku.

El brillo de los paneles metálicos y el zumbido constante de los engranajes apenas afectan su concentración, mientras se enfoca en el próximo paso.

Por alguna razón Izuku observa a Momo con algo de respeto, raro en verdad. Pero sobre todo esto, con sorpresa. A pesar de la caída que tuvo y el duro golpe que debió haber sido y tener la cara negra, mostraba una gran determinación que Izuku no podía evitar admirar.

Ni si quiera se detuvo a preocuparse por sus heridas y ya estaba buscando a donde ir. "Es increíble" pensó Izuku. Por su lado, Momo quien estaba a la cabeza tenia a parte de ese negro en su rostro, un semblante rosado "¡Me duele!" gritaba en su interior deseando poder frotarse la cara para aliviar la molestia. Sin embargo, su orgullo y determinación la mantienen avanzando con firmeza a través del laberinto.

Izuku y Momo avanzan por los corredores del laberinto por un rato.

El eco de sus pasos resonando en las paredes metálicas. A pesar de la complejidad del entorno, Izuku parece haber decidido a intentar romper el hielo con momo, finalmente habia reunido el valor en estos minutos.

Después de todo, ¿Qué salir mal puede?'






—Así que... —comienza Izuku, tratando de sonar casual... si claro, casual—. ¿Qué piensas de todo esto, Yaoyorozu-San? En dos meses construir algo así es bastante increíble, ¿No lo crees?

Momo lo mira de reojo, su expresión es una mezcla de frustración y resignación.

—No es momento para hacer charlas triviales, Midoriya-San. Concéntrate en lo que tenemos por delante y piensa que deberíamos hacer.

Izuku noto rápidamente la tensión. "¿Debería de cambiar el tema?" pensó. Tal vez era una solución apropiada.

—S-Si... —se rasco la nuca—. No soy muy bueno con los laberintos en verdad. No es algo que sabia hasta que Rumi comenzó a jugar esos juegos de dragones y... ¿Calabozos? Intenté jugar con ella una noche y me perdí dentro de un calabozo.

—Calabozo y laberinto son dos cosas diferentes —dijo con un tono agrio—. No me sorprende. Bueno, no es como que entiendas mucho lo que se trata el trabajo en equipo.

Eso fue directo. A Izuku le dolió.

—L-Lo... ¿Se? Bueno, trato de hacer lo mejor que puedo. Solo quería saber cómo te sientes ahora.

—Me duele la cara.

—Oh... Hablando de eso... —dio dos pasos rápidos hasta estar a la par de Momo—. Bueno, ya sabes...

—Shh...

—¿Shh? ¿Ósea, Shh de Shh? ¿No hago ruido? ¿Me callo?

—¡Cállate! —Momo exclamo—. Mira esos símbolos.

Apuntando con su mano hacia delante se expandía un gran cartel de cristal con algunas señas las cuales ni Momo podía leer y esperar a que Izuku lo hiciera era como creer que el dinero crece en los árboles... aunque relativamente lo hace.

—No puedo leerlos... —dijo Izuku acercándose—. Son extraños. ¿Sera otro idioma? Aunque no creo, parece que tienen algún parentesco con los kanjis. ¿Tú puedes entenderlos?

—Lo haría si te callaras y te hicieras a un lado.

Izuku alzo las manos y se aparto como un muñeco inflable en venta de vehículos.

—¿Izquierda? —Momo voltea a su izquierda.

El pasillo se tuerce a la izquierda. Un pequeño pasillo que parece tener aquellas luces parpadeantes mas intensidad que las del resto del camino. "Hmm..." Momo se quedo pensativa un segundo y entonces comenzó a caminar. Izuku casi enseguida le siguió.

Ese camino los llevo a una sala mas grande. La cámara se abre ante ellos, mostrando un complejo conjunto de paneles metálicos y botones en una gran pared. Los paneles están adornados con símbolos y luces parpadeantes que sugieren algún tipo de mecanismo oculto.

—Parece un... ¿Puzzle?

—Es un Puzzle —contesto Momo—. Son los mismos símbolos de antes. ¿Son botones? Lo son. ¿Qué hacen?

Momo extendió su dedo hacia uno de los símbolos. Izuku estaba con los brazos cruzados detrás de ella admirando el gran panel cuando...

*¡ZONK!*

Los ojos de Izuku se abrieron en grande.

—¡NO!

—¡¿Qué?! —momo se alarmo.

*¡COUGH, COUGH!*

—¡N-NO...MBRE... Y EDAD!

—¿Ah?

Izuku deglutió cuando Momo lo miro. Estaba petrificado con ambas manos sobre la chica. Aclaro su garganta después de aquella atroz tos.

—D-Digo... ¿Y si pruebas el de este lado? —dijo Izuku apuntando con uno de sus dedos hacia otro símbolo—. ¿Parece más bonito no crees?

Con la ceja arqueada Momo parecía no prestarle la suficiente atención. "¿En serio me toco con él?" pensó con desagrado observando la nerviosa sonrisa de Izuku. Volvió sus ojos en blanco y miro de nuevo al símbolo de antes.

—Tu símbolo dice fuego, esta agua. ¿Entiendes? Lo presionare.

Momo acerco aun mas su dedo que antes.

*¡ZONK!*

El alma del cuerpo se le salía.

—¡Ey! —reclamo Momo.

Izuku se habia puesto en un rápido movimiento entre ella y el panel. Sudaba a mares, estaba nervioso, no era un shock nervioso.

—¡C-Creo que a lo que se refiere con fuego podría ser cálido! ¡¿V-Ves?! ¡Es el símbolo del Kanji calor! No puede ser fuego... ¡¿Es c-cálido?! Hehehe~

Momo frunció el ceño, su paciencia claramente en las últimas.

—¿En serio estas intentando convencerme de que el símbolo de fuego es en realidad el de calor?

Izuku, con los hombros encogidos y un esfuerzo por mantener la calma asintió varias veces.

—¡Sí! ¡Es mi mejor conjetura! ¡Solo no presiones el botón del agua, por favor!

Momo suspiro profundamente en resignación. Decidió darle una oportunidad a Izuku, presionando el símbolo de "Calor" con un dedo firme.

El panel reacciono de inmediato, emitiendo un zumbido suave y una serie de luces que se alinearon en secuencia lógica. Los símbolos comenzaron a cambiar, revelando una nueva serie de patrones que indicaban la siguiente fase del puzle.

—Hmm... —Momo toco su mentón—. Interesante. Los símbolos se acumulan y otros se modifican. Al parecer este cambio de cálido a caliente. Y el que antes era agua cambio a mar.

*Huff, Puff... Huff, Puff*

Izuku estaba atrás de ella suspirando de alivio. "Dos veces sensor de peligro... ¿Qué hubiera pasado se hubiera presionado ese botón?" no lo sabría con seguridad pero al menos estaba bastante aliviado de que no pasara a mayores. Un poco mas calmado ahora, su mente se aclaró.

[Que extraño. No es como que entienda mucho de sensor de peligro aun pero... ¿No se activó en caída? Ni cuando llegamos al laberinto ni, tampoco cuando caímos. Pero pudo predecir un peligro inminente de aquel botón aunque yo no lo presionara. ¿Se extenderá a otros? No, es mas por que yo estaba de por medios seguramente.]

Izuku estaba pensativo, lo suficiente como para no percatarse de que Momo estaba...

*¡ZONK!*

...presionando otro botón.

[¡¿...?!]

Los ojos de Momo se iluminaron de golpe ante el brillo de aquel panel abriéndose en pedazos.

Delante de ella aquel gran panel era destrozado por un cumulo de tentáculos mecánicos de los cuales le precedían un rostro mucho mas grande que aquel panel.

Un robot que se expandió con un ataque hacia la chica.

La luz colorida de su brazo apenas estaba surgiendo cuando un relámpago verdoso la sustituyo.

*¡FLASH!*

INTRODUCIR: THE TRINITY-YUKI HAYASHI.

El impacto del tentáculo asestó contra un suelo vacío, provocando una sacudida que reverberó por toda la cámara. El estruendo que siguió fue ensordecedor, como el rugido de un trueno atrapado entre las paredes metálicas del recinto. La vibración hizo que el aire se sintiera cargado de tensión, como si el mismo ambiente estuviera expectante ante lo que iba a suceder.

*¡KRAAASH!*

—¡Destruir! ¡Humanidad, la destruiremos! —La voz retumbó con un eco implacable, llena de una furia mecánica que parecía desbordar de los altavoces de los robots.

—¡Acabar! ¡Destrozar! —Una segunda voz se unió al coro de amenazas, su tono amenazador y frío como el acero, intensificando la amenaza que se cernía sobre la humanidad.

—¡¿Poseen carne?! ¡No son metal ni cables! ¡MUERAN! —La tercera voz, distorsionada y furiosa, dejó claro que los robots no solo despreciaban a sus adversarios, sino que se sentían indignados por la simpleza de su composición biológica en comparación con su propia estructura de metal y circuitos.

En medio de la densa estela de humo que había quedado tras la colisión, un total de tres robots emergieron.

El primer robot se destacaba por una maraña de tentáculos metálicos que se extendían desde su torso central. Cada tentáculo se movía de manera caprichosa, como si estuviera enredado en un baile errático. Los movimientos eran acompañados por zumbidos metálicos, y las luces intermitentes en los apéndices acentuaban la sensación de una danza desorganizada.

El segundo robot era masivo, con un cuerpo tan grande como un bisonte. Sus placas blindadas cubrían una estructura robusta y ancha, mientras que su cabeza pequeña contrastaba con su gigantesco torso. Cada paso que daba retumbaba como un trueno, y su andar torpe parecía una lucha constante por mantener el equilibrio en terreno inestable.

El tercer robot tenía una forma que recordaba a un oso grande. Con un cuerpo robusto y una postura encorvada, sus "brazos" eran anchos y pesados. Sus garras metálicas chirriaban al moverse, y su visor en forma de mueca curiosa daba la impresión de que siempre estaba sorprendido. A pesar de su tamaño, sus movimientos estaban llenos de una energía sorprendente.

—Eso me tomó por sorpresa —dijo Izuku, apareciendo entre la bruma de humo frente a los robots.

Estaba rodeado de relámpagos verdosos que chisporroteaban y se golpeaban entre sí a su alrededor. Cada descarga eléctrica iluminaba su figura con destellos vibrantes, creando un contraste llamativo con la oscuridad del humo.

—¿Hmm? —Izuku notó la apariencia de los robots con una expresión curiosa—. ¿Los habrá diseñado Hatsume? Parecen muy vistosos para ser parte de la escuela. Aunque, si soy sincero, siento que les falta algún detalle más fino... ¿Será trabajo de ella o no? Si nos guiamos por los acabados, los podría comparar con las líneas de mi traje. Pero no lo sé. ¿Tú qué crees, Yaoyorozu-san?

A su lado, Momo estaba sentada en el suelo con el rostro en estado de shock. Mientras Izuku analizaba al trío de robots de pies a cabeza, ella no podía apartar la mirada de él. Su atención oscilaba entre el chico y el lugar donde el tentáculo había impactado.

"El..." Momo deglutió, luchando por formar pensamientos coherentes, "Estaba ahí hace un segundo. Pero luego... ¿él?" La confusión y la incredulidad nublaban su mente, impidiéndole pensar con claridad.

Los relámpagos se desvanecieron de Izuku. Estaba tan centrado en descifrar si era trabajo de Mei o no que ni si quiera se percato de que los robots estaban comenzando a actuar de formar rara.

—¡Destruir! ¡Humanidad, la destruiremos! —trono la voz metálica del robot de tentáculos.

—¡Si destruir, destruir es todo...! ¡Carne y cables, cables y carne! —entono una segunda voz aguda del tercer robot que parecía un oso gigante.

—¿De verdad vamos a hacerlo tan serio? Quiero decir, podríamos considerar darles una advertencia primero. ¡Un aviso amistoso nunca esta de más! —pregunto la otra voz, profunda y algo ponderada.

[A...]

Izuku arqueo las cejas.

—¿Advertencia? Eso suena... ¿Demasiado civilizado? Tal vez podríamos hacerlo mas interesante. ¿Qué tal si hacemos una entrada espectacular? ¡Como un gran evento! —sugirió de forma animada el oso robot.

—¡Perfecto! ¡Mis tentáculos pueden hacer una coreografía mientras avanzamos! ¡La humanidad no sabrá que hito les ha golpeado!

—¡Eso suena increíble! Y si alguien intenta detenernos, podríamos tener un plan de respaldo. ¿Qué tal unas bombas de confeti para distraerlos mientras seguimos con la destrucción?

[A...]

Momo se puso de pie junto a Izuku.

—¡Exactamente! Vamos a hacer que este evento sea algo que nadie olvide!

—¡Estoy listo para comenzar! Solo necesito ajustar mi programación para la coreografía!

Por alguna razón Momo llego a la conclusión que Izuku tenia en mente. "Claramente los diseño Hatsume" y aunque ella no tenía mucha relación con esa chica por no decir que nunca ha hablado con ella, sabia que era alguien estrafalaria.

—Me pregunto cómo habrá diseñado las IA... —murmuró Izuku, dando un paso adelante con curiosidad.

Los robots, al instante, respondieron a su movimiento. Un resplandor metálico brilló mientras sus sistemas se activaban.

*¡ZONK!*

El ataque fue tan rápido que Momo apenas pudo reaccionar. Sintió un escalofrío cuando el tentáculo del robot pasó a su lado, cortando el aire con una velocidad letal. Su respiración se detuvo brevemente.

Un segundo después, el impacto de la colisión sacudió la cámara. El cabello de Momo se movió violentamente, y su mirada, paralizada por el terror, se desplazó lentamente hacia el costado. Allí encontró a Izuku, que estaba inclinado hacia atrás, su espalda en un arco.

"¿Atacaron? Si es así, ni siquiera lo pude ver. Fue solo un segundo..." pensó Momo, aún petrificada por el susto.

El cabello de Izuku colgaba desordenadamente mientras él se reincorporaba. Con un tono preocupado, dijo:

—¿Estás bien, Yaoyorozu-san? —Izuku levantó la cabeza, enderezó su espalda y se giró hacia Momo—. Eso estuvo cerca. ¿Yaoyorozu-san?

Momo seguía inmóvil, incapaz de articular una respuesta. Izuku, viendo su estado, agitó su mano delante de su rostro.

—Has esquivado el ataque —anunció una voz mecánica, con un tono imperturbable.

De repente, Momo escuchó una voz exaltada:

—¡Cabello verde, ojos esmeralda y rostro simple... Midoriya Izuku!

Confundido, Izuku se giró nuevamente, intentando entender la situación. Los tres robots se alinearon frente a él, sus sensores centelleando.

—¿Perdón?

—¡Modo asalto! —ordenó uno de los robots, su voz cargada de determinación.

En la sala de transmisión, Power-Sensei desvió la mirada hacia Mei, quien estaba en la esquina, enfocada en sus notas. La exclamación "¡To!" llamó la atención de Power-Sensei, que vio a Mei con una expresión de entusiasmo febril.

Mei estaba visiblemente emocionada, sus ojos brillaban mientras observaba a los robots. Parecía que los autómatas habían encontrado a la persona para quien fueron diseñados.

Los tres robots comenzaron a brillar con un resplandor carmesí, envueltos en llamas digitales que surgían de las líneas neón en sus cuerpos.

Los cuerpos de los robots temblaron violentamente. El robot de tentáculos, que inicialmente tenía cuatro, ahora desplegaba ocho, girando y extendiéndose con una agilidad aún mayor. El robot con forma de oso vio cómo sus brazos regordetes se inflaban y se hacían aún más grandes, como si estuvieran a punto de explotar de fuerza. El robot similar a un bisonte añadió dos imponentes cuernos a su enorme cabeza, que se curvaban amenazadoramente hacia adelante.

*¡ZONK!*

Los tres robots rugieron en un coro de amenazas mecánicas, y los tentáculos se lanzaron hacia adelante con una velocidad frenética. Izuku, anticipando el ataque, se agachó rápidamente. Relámpagos de energía surgieron a su alrededor mientras se movía con destreza.

Con una agilidad sorprendente, Izuku giró sobre sus talones y tomó a Momo en brazos de manera protectora, como si la estuviera llevando en un nupcial. La cámara tembló nuevamente cuando el impacto se produjo.

El suelo vibró con fuerza. Placas metálicas, cristales rotos y varillas volaron en todas direcciones debido al choque. Izuku cayó detrás del trío de robots, un poco más alejado de ellos, aun sosteniendo a Momo en sus brazos. Se puso de cuclillas con cuidado y, con una mano firme pero gentil, bajó a Momo al suelo.

Momo observó con asombro mientras Izuku se giraba. Su cabello le cubría parcialmente el rostro, pero su postura denotaba una calma impresionante. La velocidad con la que Izuku había manejado la situación la dejó sin palabras, y un sentimiento de admiración comenzó a llenarla.

Mientras Izuku se giraba, su expresión mostraba determinación, pero su calma era palpable. Momo, aún en shock, no pudo evitar sentirse inspirada por la habilidad y la rapidez del chico. Su corazón se llenó de un cálido respeto hacia él, admirando no solo su destreza sino también su capacidad para mantener la calma en medio del caos...

Pero aun estaba enojada con él.

Izuku, consciente de que debía seguir moviéndose para protegerse a sí mismo y a Momo, ajustó su postura y se preparó para lo que vendría, sabiendo que los robots no se detendrían ante nada.

"¡Huele muy bien!" pensó Izuku algo exaltado y con un gran rubor en el rostro que Momo no podía ver. "¡HUELE MUCHO A CHICA!" suponiendo que Izuku era uno de los mas listos de su clase, se podría decir que acertó al enigma. Yaoyorozu era una chica que olía a... chica.

A pesar de todo Izuku aún seguía luchando con esa faceta tuya recién descubierta hace un tiempo.

La pubertad.

"El corazón se me acelero..." pensó en un suspiro. Podría ser peligroso para distraerlo, aunque en verdad Izuku no sentía que lo fuera. Después de todo esos últimos ataques de los robots en realidad no parecieron la gran cosa.

Se veían imponentes, eso nadie se los quitaba y seguramente sus habilidades eran difíciles de predecir pero, aunque Izuku sintiera algo de remordimiento por pensar lo que estaba pensando... "¿Son algo lentos no?" alzo su mirada y puso su puño sobre su palma "¿O yo soy rápido?"

*POC*

Golpeo su palma.

"Tal vez sea rápido," analizó Izuku mientras escuchaba el resoplido mecánico del robot en cuatro patas. Sus cuernos se alinearon con precisión y la máquina agitó una de sus patas sobre las losas metálicas. El rugido que emitió resonó como el de un toro agresivo.

"Parece resistente," pensó Izuku, bajando la mirada hacia su calzado. Levantó el botín derecho y notó una disparidad significativa entre ambos pies en cuanto a daño. La grieta que inicialmente solo estaba en la parte superior del pie ahora había subido hasta la rodilla.

El hecho de haber llevado solo la parte mecánica de su traje había sido una buena decisión en principio, pensó Izuku, pero la situación ahora revelaba su costo. La grieta en su traje se había extendido más allá de lo esperado, mostrando la debilidad que se había acumulado durante la pelea.

El material del traje era de alta calidad y la habilidad de Mei había sido notable, pero incluso el mejor equipo tiene su límite. Los restos del traje de Izuku ya estaban más allá de ese límite. La grieta, que parecía inofensiva al principio, ahora era un recordatorio tangible de los desafíos que enfrentaba.

Izuku bajó su pie derecho al suelo, sintiendo el impacto en su ya dañado calzado. El robot de bisonte, con sus cuernos afilados y su cuerpo masivo, comenzó a avanzar a toda velocidad hacia él. Cada paso resonaba como un trueno mientras se acercaba rápidamente.

Detrás del robot bisonte, los tentáculos del robot de cuatro brazos se movieron con agilidad, siguiéndolo con una rapidez inquietante. Los tentáculos se extendían y se replegaban, buscando cualquier oportunidad para atacar o atrapar.

El tercer robot, de forma similar a un oso, no se quedó atrás. Sus grandes brazos regordetes se alzaron en un movimiento poderoso, y luego se lanzaron hacia el suelo con una fuerza colosal. El impacto creó una ola de energía que levantó el suelo, despegando las placas metálicas y lanzándolas en un camino directo hacia Izuku y Momo.

[Como sea...]

—Oigan... —se escuchó la voz de Sen, levantando el tono en la sala de transmisiones—. ¿No es esa la misma aura que el presidente tonto de su clase?

Todos en la sala de transmisión giraron sus miradas hacia la dirección en la que Sen apuntaba con su dedo. La atención de algunos, que antes estaba enfocada en la pelea de Tenko contra el cuarteto, se desvió rápidamente hacia la imagen transmitida de Izuku y Momo.

—Se ven un poco similares pero es diferente, ¿No? —Nirengeki entre cerro los ojos tratando de ver mas de cerca al chico que tenía delante.

Las auroras boreales brillan en la noche como un espectáculo excepcional, visible solo para unos pocos afortunados. Sin embargo, lo que se manifestaba alrededor de Izuku no eran meras auroras; eran llamas vivas. "One For All, Full Cowling..." Los destellos de relámpagos chisporroteaban a su alrededor, ardiendo con una energía cruda y vibrante. Con el tiempo, estos relámpagos comenzaron a unirse, fusionándose en llamas que reemplazaban gradualmente el chisporroteo eléctrico.

"One For All Nox..." La intensidad de su poder aumentó, y el vapor de su aliento, que antes se disipaba en el aire, comenzó a transformarse en pequeñas llamas que giraban en órbitas alrededor de su cuerpo. Estas llamas se entrelazaban con los relámpagos, creando una danza de fuego y luz que iluminaba el campo de batalla con un resplandor intenso.

Momo quien estaba detrás de él se quedó distraída. Era la primera vez que estaba presenciando aquella forma en Izuku. Pese a que no era la primera vez que veía esos relámpagos de cerca.

"¡Midoriya-San...!"

Rememorando el incidente en la USJ cuando Izuku lucho mano a mano con el Nomu. Ella tiene bien esclarecida la imagen del chico envuelto en ese poder pero ahora, era diferente.

Finalmente los relámpagos estaban desapareciendo del alrededor de Izuku y aquellas llamas esmeralda estaban tomando su lugar alrededor de él. Irguiendo su espalda con sus brazos flexionados hacia sus costados.

—¡...Lun—

________________________________________

*¡BRRRR-AAAAA-AAA!*

________________________________________

Las llamas que rodeaban a Izuku se desvanecieron de golpe. Un estridente sonido de alarma llenó la sala, resonando con una intensidad que hizo temblar toda la cámara.

**¡BEEP-BEEP-BEEP!**

—¿Qué? —preguntó Izuku, girando su cabeza en busca de la fuente del sonido.

—¡¿Qué ocurre?! —exclamó Momo, igualmente confundida y alarmada.

Izuku y Momo se dieron vuelta rápidamente. La cámara comenzó a temblar con fuerza, y la escena se volvió caótica. Los robots, que se dirigían hacia ellos con una fiereza implacable, se detuvieron en seco cuando un enorme muro cayó frente a ellos en un repentino cambio de escenario.

*¡CRASH!*

El muro se erigió como una barrera impenetrable, deteniendo la avanzada de los robots de forma abrupta y dejando a Izuku y Momo atónitos ante el inesperado giro de los acontecimientos.

—¡¿Ahh?! —vociferó Izuku, mirando atónito el muro que los separaba de los robots.

—¡Ahh...! —respondió Momo, también sorprendida y desconcertada por el cambio repentino.

Izuku y Momo observaban, boquiabiertos, mientras el entorno a su alrededor empezaba a transformarse drásticamente. El suelo, las paredes y el techo de la cámara se rompían en secciones que giraban y se movían como piezas de un rompecabezas mecánico.

*¡CRAAACK!*

Los muros se desintegraron en paneles que se desplazaban y giraban con un ritmo constante. Las plataformas móviles se alineaban y desalineaban, creando una red caótica de engranajes y mecanismos visibles a través de paneles de vidrio transparente. El suelo se levantó en plataformas flotantes, que se movían de un lado a otro con una precisión aterradora.

*¡KLAANK-KLAANK!*

Cada nuevo movimiento del laberinto era acompañado por un coro de sonidos metálicos, mientras los techos se dividían en paneles que se desplazaban hacia arriba y hacia abajo. Luces LED intermitentes y pantallas holográficas emergían de las paredes, mostrando datos incomprensibles y mapas en constante cambio.

*¡ZUM-ZUM!*

Izuku y Momo se encontraban en una plataforma que parecía levitar y moverse lentamente. El caos a su alrededor era tan intenso que parecía como si la cámara estuviera viva. Las llamas de Izuku, que antes chisporroteaban alrededor de él, se habían disipado abruptamente cuando la alarma sonó, dejando un vacío inquietante en su lugar.

—¿Qué está pasando? —preguntó Izuku, mirando alrededor con ojos muy abiertos.

Izuku, aun manteniendo su compostura, observaba el entorno con un enfoque intenso. Su mirada se movía de un lado a otro, tratando de encontrar una forma de entender el nuevo laberinto.

—Parece que el entorno se está reconfigurando constantemente. Necesitamos encontrar una forma de anticipar los movimientos —dijo Momo, su voz firme a pesar de la confusión.

De repente, una de las plataformas en la que estaban se inclinó bruscamente, haciendo que Izuku y Momo perdieran el equilibrio. Izuku actuó rápidamente, usando su fuerza para estabilizar la plataforma y asegurarse de que Momo no cayera.

*¡RUMBLE-RUMBLE!*

El suelo debajo de ellos se partió en dos, creando una grieta que se expandía rápidamente. Izuku tomó a Momo por la cintura y saltó, impulsándose con la energía de One For All para aterrizar en una plataforma cercana. Momo, todavía algo aturdida, se aferró a él mientras miraba cómo el entorno cambiaba dramáticamente.

La azabache noto algo.

[Eso...]

A la lejanía, en medio de todo el caos aquellas plataformas que estaban reacomodándose trajeron consigo un camino recto, uno del cual se abrieron hacia delante unas vías negras.

—¡Midoriya-San! —Momo giro hacia Izuku—. ¡Los dos minutos comenzaron!

Izuku reacciono. "Los 20 minutos pasaron..." pensó ayudando a levantar a Momo a su altura.

La voz de Nezu resonó en todo el laberinto con una claridad escalofriante, marcando el comienzo de una nueva fase del desafío. Su tono era juguetón, pero con un matiz siniestro que resonaba con una inquietante emoción.

—¡Atención, participantes! —anunció Nezu con una vocecita alegre y mordaz—. El reloj ha comenzado a correr. Tienen exactamente dos minutos para encontrar las vías que los llevarán a la salida. Pero eso no es todo, oh no. El verdadero desafío está apenas comenzando.

Mientras la voz de Nezu se propagaba, el laberinto parecía cobrar vida, moviéndose y girando con un ritmo frenético.

—Ahora, un pequeño obsequio para añadir un poco más de emoción a su búsqueda. He enviado a un "rehén" muy especial al centro de este laberinto. Un rehén que pronto se encontrará en la presencia del gran minotauro. —Su voz se tornó más siniestra—. Si no logran encontrar las vías y al rehén a tiempo, el minotauro tendrá un almuerzo muy suculento.

El tono de Nezu era tan encantador como amenazante, su risa retumbó en el laberinto, aumentando la sensación de urgencia entre los participantes.

—Así que, mis queridos concursantes —continuó Nezu, con una nota juguetona—, que comiencen los juegos. La suerte está echada, y el destino de su rehén descansa en sus manos. ¡Que comiencen las carreras, y que la astucia y el coraje prevalezcan!

El laberinto entero rugió y junto a ello, los gritos de todos.

*¡HAHAHAH!*

¡**** esta! —con ambos dedos alzados Sero se aparta junto a Tokoyami mientras un muro se cruza en medio del camino.

Tokoyami se queda sin palabras al escuchar aquella palabra salir de la boca de Sero.

—¡Maldito corta cintas traidor! —Denki se aferra a una de las plataformas que comienza a moverse con velocidad a través de la enorme habitación.

—¡Shimura-Kun! —mineta grito.

El único que podía estar en el aire sin problemas, admirando todo lo que ocurría. Tan solo escucho el grito de Mineta y giro. Se encontró con el peli morado colgado de la esquina de una plataforma a punto de caer mientras varios muros se sobreponen alrededor suyo.

—¡Mi rey! —exclama Shimura comenzando a volar hacia Mineta cuando una de las grandes estructuras llenas de engranajes se cruza entre él y el chico.

Los muros de metal aparecieron frente a él, surgiendo de la nada con un estrepito. Shimura se inclino hacia la izquierda, esquivando el primero. El muro paso zumbando a su lado, cerrándose en un estruendo.

*¡CLANG!*

El muro detrás de él se cerro y Denki junto a Asui desaparecieron.

Un segundo muro se materializo rápidamente, avanzando hacia su posición. Shimura acelero, moviéndose en un ángulo aguado hacia abajo. Paso justo al borde del muro, el viento que genero su movimiento empujando las partículas de polvo que el muro levantaba.

Entonces el tercer muro se levanto frente a él, una pared imponente que parecía imposible de superar. Decenas de grandes engranajes giraban delante de él. Precipitando en una caída veloz, su cuerpo giro y alzo sus brazos. Dejo de volar y se aferro a un engranaje. Dio un gran salto y giro en el aire para luego volver a volar frenéticamente hasta ese muro.

Ascendiendo verticalmente en un ágil giro, cruzando el espacio entre los engranajes en el muro.

"Dos puntos para mi" pensó. El laberinto, sin embargo, no se detenía. Las estructuras mecánicas giraban frenéticamente en su camino, lanzando cuchillas de metal afiladas. "¡Dos cuchillas para mí!" dejo de volar y cayo de golpe hacia una plataforma debajo suya. Un gran trozo metálico que se extendió en un gran tubo giratorio por el cual Tenko corrió.

A lo lejos, Mineta seguía colgado del borde de aquella plataforma mientras se alejaba.

Tenko salto. Cayo en la punta de un engranaje y se puso de cuclillas. Abrió sus ojos en grande, expandió sus pulmones y los músculos de sus piernas se expandieron mientras pequeñas aureolas alrededor de su cintura descendieron hacia el suelo, justo rodeando sus pies.

El viento se abrió y un susurro hizo que toda la habitación delante de él se expandiera desde su visión.

Tan rápido como el brillo de un flash.

*¡PFFFFFFU!*

Un gran muro cayo.

*¡CLANG!*

Junto con el metálico muro, los botines de Tenko rechinaron en el suelo. Con Mineta en sus brazos, Shimura alzo su rostro hacia delante.

Sobre un muro que los separaba, la espalda de Izuku y Tenko estaba en el mismo sitio.

Momo parpadeó rápidamente, sacudiendo la sorpresa que la había invadido al escuchar la voz de Nezu y el cambio repentino en el laberinto. Su mente, siempre rápida y analítica, comenzó a procesar la información a una velocidad vertiginosa. "Los dos minutos han comenzado... no tenemos tiempo que perder."

Giró su mirada hacia Izuku, quien aún parecía ensimismado, atrapado en la complejidad de la situación. Las llamas que antes habían rodeado su cuerpo se habían desvanecido, y aunque su postura seguía siendo firme, había una leve vacilación en sus ojos. Momo supo que debía actuar rápido.

—¡Midoriya-San! —gritó, su voz firme y decidida—. ¡Debemos movernos ahora!

Izuku la miró, sus pensamientos aún entrelazados con la confusión que el laberinto y los cambios abruptos habían provocado. Sin embargo, la determinación en los ojos de Momo cortó a través de su ensimismamiento, anclándolo de nuevo en el presente.

—Los rieles —continuó Momo, señalando hacia la plataforma que había notado antes—. Nezu nos dio una pista, debemos seguir esos rieles. Es nuestra única oportunidad de encontrar al rehén y salir de aquí antes de que el minotauro lo encuentre.

Izuku asintió lentamente, dejando que las palabras de Momo despejaran la neblina en su mente. Sintió la urgencia de la situación vibrando en su pecho. "Los dos minutos... no hay tiempo para dudar."

—Tienes razón, Yaoyorozu —dijo finalmente, su voz firme y llena de resolución. Se enderezó, dejando atrás cualquier rastro de indecisión—. ¡Vamos!

Sin perder más tiempo, ambos se lanzaron hacia los rieles, con Momo liderando el camino. Mientras corrían, el caos a su alrededor se intensificaba. Las plataformas seguían moviéndose de manera impredecible, y las estructuras mecánicas del laberinto chirriaban y se desplazaban a su alrededor, pero Momo y Izuku mantenían su enfoque, sabiendo que cada segundo contaba.

—¡Recuerda, solo tenemos dos minutos! —advirtió Momo, sin detener su paso—. Tenemos que estar atentos a cualquier señal que nos lleve al rehén. No podemos fallar.

Izuku corría junto a ella, sus ojos buscando cualquier pista en el entorno caótico que los rodeaba. Aunque el laberinto seguía cambiando, sus mentes trabajaban al unísono, sincronizando cada movimiento con una precisión calculada.

Sacudiendo sus brazos de lado a lado, Momo concentró su energía en un solo punto. La luz arcoíris que se generó alrededor de ella comenzó a tomar forma, condensándose en su mano izquierda. En un instante, un reloj apareció en su palma, brillante y preciso.

*Clic*

El cronómetro comenzó a correr, pero Momo se dio cuenta de inmediato que había empezado con 20 segundos de retraso. A pesar de esta desventaja, no dejó que la preocupación la distrajera. Sabía que cada segundo contaba y que debían avanzar rápidamente.

Momo e Izuku se lanzaron hacia adelante, con sus ojos fijos en el camino de rieles que se extendía ante ellos. Con el cronómetro corriendo en su mano y la adrenalina impulsando cada uno de sus pasos, parecía que serían los primeros en llegar y adentrarse en la siguiente fase del laberinto.

O al menos, eso debió ser.

Justo cuando sus pies estaban a punto de tocar el metal de los rieles, un estruendo ensordecedor resonó a su alrededor. Las plataformas móviles a su izquierda se deslizaron violentamente, bloqueando el acceso a los rieles en el último segundo. Un grupo de figuras emergió de la confusión, tomando la delantera con una agilidad que sorprendió a ambos.

Izuku y Momo se detuvieron en seco, observando cómo otro equipo, más rápido y audaz, lograba colarse en el camino de rieles antes que ellos.

—¡¿Cómo es posible?! —exclamó Izuku, aún en movimiento, sus puños apretados con frustración.

Momo, aunque igual de sorprendida, no perdió la compostura. Sus ojos analizaron rápidamente la situación, buscando una alternativa.

—¡No podemos quedarnos aquí! —dijo Momo, su voz decidida—. Si el camino principal está bloqueado, tenemos que encontrar otra forma de seguir adelante. El laberinto está diseñado para confundirnos, pero también debe haber más rutas alternativas.

Izuku asintió, reconociendo la lógica de Momo. Sus mentes trabajaron al unísono mientras reconsideraban sus opciones. Aunque habían perdido la ventaja inicial, aún no estaba todo perdido.

—¡Por aquí! —Momo señaló hacia una sección del laberinto donde las plataformas parecían estar moviéndose más lentamente. Podría ser una ruta secundaria, menos obvia, pero que podría llevarlos al mismo destino.

—¡Confío en ti! —respondió Izuku, siguiendo a Momo mientras ambos se dirigían hacia la nueva ruta, decididos a recuperar el terreno perdido y no permitir que nada ni nadie los detuviera.


















[...]

 

































El laberinto estaba lleno de movimiento y ruido, y en medio de todo este caos, dos carritos metálicos avanzaban a través de los rieles en direcciones paralelas.

En el primer carrito, Jirou y Shoji estaban aferrados mientras el carrito zumbaba a lo largo de los rieles. Los engranajes y mecanismos del laberinto giraban y se movían a su alrededor, creando un paisaje cambiante y desafiante.

—¡Esto es una locura! —gritó Jirou, sus cables auditivos extendidos para captar cualquier sonido que pudiera indicar un peligro inminente.

Shoji, con sus múltiples brazos extendidos para mantener el equilibrio, asintió con gravedad. —¡Sí! Debemos estar atentos a cada movimiento del laberinto. No sabemos qué nos espera.

El carrito en el que estaban se inclinó hacia la izquierda, casi haciendo que se salieran de los rieles. Jirou apretó los dientes, concentrando su atención en los rieles y en los obstáculos que se aproximaban.

Al mismo tiempo, en el carrito adyacente, Iida y Kirishima se encontraban en una situación igualmente desafiante. El carrito que ocupaban avanzaba a gran velocidad, balanceándose con cada giro y curva.

—¡Esto es increíble! —exclamó Kirishima, con una gran sonrisa en su rostro a pesar del caos. Se aferraba a los bordes del carrito, preparándose para el siguiente obstáculo.

Iida, miró hacia adelante, analizando el camino.

—¡Debemos mantener la calmaaaaaa...! —dijo, sus motores internos zumbando con potencia.

De repente, un conjunto de grandes engranajes apareció en el camino de los carritos, girando de manera errática. El carrito de Jirou y Shoji se deslizó hacia un lado para evitar los engranajes, mientras que el carrito de Iida y Kirishima aceleraba para enfrentar el obstáculo.

—¡Cuidado con esos engranajes! —gritó Jirou, mientras el carrito se inclinaba peligrosamente para evitar el choque. Shoji extendió un brazo para estabilizar el carrito, manteniéndolo en el camino a pesar de las sacudidas.

Iida vio el peligro inminente y activó sus motores, empujando el carrito hacia adelante con una fuerza adicional. —¡Agárrense bien! —advirtió, mientras el carrito avanzaba a toda velocidad para superar los engranajes giratorios.

Ambos carritos continuaron su carrera frenética, moviéndose en paralelo mientras los obstáculos seguían surgiendo. De repente, un muro descendió desde el techo, bloqueando parcialmente el camino de ambos carritos.

—¡Ese muro está bajando rápido! —exclamó Kirishima, su sonrisa desvaneciéndose mientras se preparaba para el impacto.

Iida, sin perder la calma, aumentó la velocidad del carrito para intentar pasar por debajo del muro antes de que se cerrara. El carrito de Jirou y Shoji hizo lo mismo, sus movimientos sincronizados con los de Iida y Kirishima mientras avanzaban con rapidez.

Con un rugido potente, ambos carritos pasaron justo por debajo del muro, apenas esquivando el bloqueo antes de que se cerrara con un estruendo.

—¡Eso fue demasiado cerca! —dijo Jirou, su respiración agitada mientras miraba hacia atrás, asegurándose de que el muro no hubiera atrapado a su carrito.

—¡Sí, pero lo logramos! —respondió Kirishima, su entusiasmo volviendo mientras se recuperaba del peligro.

Los carritos avanzaban a gran velocidad, y a medida que los rieles se acercaban, el ambiente se llenó de una tensa anticipación. Jirou y Shoji se miraban con preocupación mientras el carrito de al lado, que contenía a Iida y Kirishima, se acercaba cada vez más.

—¡No me lo puedo creer, esto está a punto de explotar! —exclamó Jirou, tratando de mantenerse firme.

—¡No es el momento para el pánico! —gritó Shoji, extendiendo sus brazos para estabilizar el carrito. Su expresión mostraba concentración mientras el carrito se inclinaba peligrosamente.

En el carrito de Iida y Kirishima, Iida se esforzaba por mantener la calma.

—¡VAMOS A CHOCAR! —grito.

Kirishima, con su característica actitud despreocupada, sonrió.

—¡Esto va a ser como una montaña rusa!

De repente, la inevitable colisión ocurrió.

*¡CLANG!*

El impacto fue brutal. Los carritos chocaron con un estrépito metálico, sacudiendo a todos los ocupantes violentamente. El carrito de Jirou y Shoji se tambaleó, mientras el de Iida y Kirishima era lanzado en una dirección opuesta. La luz blanca y cegadora llenó el espacio.

—¡¿Qué está pasando?! —gritó Jirou, mientras intentaba aferrarse a algo mientras el carrito giraba descontroladamente.

—¡Aguanta, no te sueltes! —ordenó Shoji, tratando de mantener el equilibrio en medio del caos.

En el carrito de Iida y Kirishima, Iida estaba ocupado intentando estabilizar el carrito mientras Kirishima luchaba por mantenerse en su lugar.

—¡Esto no es bueno! —exclamó Iida, luchando contra el movimiento errático.

—¡Esto es más emocionante de lo que esperaba! —dijo Kirishima.

De repente, una luz cegadora envolvió todo. Los carritos atravesaron un umbral de luz brillante, y cuando la luz comenzó a disiparse, los cuatro jóvenes se encontraron en una nueva habitación. La transición fue brusca, y el impacto de la caída fue inevitable.

Los carritos se detuvieron abruptamente, arrojando a Jirou, Shoji, Iida y Kirishima al suelo con un fuerte estruendo. La habitación a su alrededor era vasta y desconocida, con paredes y suelos de un material cristalino que cambiaba de color.

—¡Ay, eso dolió! —se quejó Jirou mientras se levantaba lentamente, masajeando su espalda adolorida.

—¡¿Dónde estamos?! —preguntó Kirishima, mirando alrededor con asombro mientras se incorporaba, su actitud desenfadada ahora reemplazada por una expresión de sorpresa.

—Parece que hemos sido transportados a otra parte del laberinto —dijo Iida, con la voz tensa mientras trataba de levantarse, ajustando sus gafas.

—¡Eso fue...! —Shoji comenzó, pero se detuvo al ver el entorno extraño. —...definitivamente descuidado.

El suelo irregular hizo que todos se tambalearan mientras intentaban levantarse. Jirou se sacudió el polvo de la ropa, mientras Shoji ayudaba a los demás a levantarse con sus múltiples brazos.

Entonces ambas parejas de pie se miraron.

Los cuatro jóvenes se quedaron en silencio, mirándose cara a cara mientras el ambiente en la nueva habitación se volvía incómodamente tenso. Cada uno trataba de asimilar el inesperado giro de los acontecimientos y la proximidad inesperada con los demás.

—Bueno, esto es... raro —dijo Kirishima, rompiendo el silencio con una sonrisa amplia. —No esperaba toparme contigo, Jirou.

Jirou levantó una ceja, su rostro relajado por la ironía.

—Vaya, Kirishima, nunca imaginé que el destino nos juntaría así. ¿Qué tal si hacemos un trato de no pelearnos hasta que sepamos qué está pasando?

—¡Claro! —respondió Kirishima con entusiasmo. —Aunque, honestamente, no tengo nada en contra de un poco de diversión extra.

Mientras tanto, Jirou giró hacia Shoji.

—¿Qué piensas, Shoji? ¿Estás dispuesto a salir de esto sin más?

Shoji asintió lentamente.

—Seria lo mejor pero...

Iida, que había estado observando la interacción, frunció el ceño.

—De acuerdo con las reglas de Nezu, no podemos simplemente quedarnos aquí. Si el laberinto nos ha reunido, es probable que se trate de una prueba de combate.

—¿En serio? —preguntó Kirishima, frunciendo el ceño al mirar a Iida.

—Así es —confirmó Iida con seriedad. —Nezu no es el tipo de persona que dejaría pasar una oportunidad para poner a prueba nuestras habilidades. Según las reglas, solo podemos avanzar si superamos todos los obstáculos. Y como puedo verlo, ustedes son unos obstáculos.

Jirou suspiró, mirando a Iida.

—Bueno, entonces, parece que tenemos que prepararnos para una pelea. ¿Alguna idea de cómo proceder?

—Mientras más rápido, mejor —los motores de Iida volvieron a encenderse.

Shoji se inclino hacia delante, Jirou alzo sus Jack dando un paso hacia atrás y frunciendo el ceño.

*¡CLANK!*

Kirishima se endureció y ambas parejas estaban en un cara a cara que estaba a punto de estallar, si es que no fuera por...

*RAAAAWR!*

Un bramido.

Jirou miro desde el rabillo de su ojo al igual que Iida. Las luces se encendieron, aquella vasta habitación se hizo masiva y entonces en el centro de aquel lugar, un gran cartel con luces brillantes daba aviso.

[EL CENTRO.]

La atmósfera cambió de inmediato, cargándose de una inquietante densidad que hizo que el aire pareciera más pesado.

*PAP*

Un paso agigantado resonó en el oscuro silencio, reverberando en las paredes como un presagio ominoso.

*¡PAP!*

Cada paso se acercaba con una intensidad inquietante, sus eco retumbando en las mentes de los jóvenes, creando una sensación de creciente ansiedad.

Jirou, temblorosa, giró lentamente su cabeza hacia el fondo de la sala. Entre las sombras, algo comenzó a emerger con una lentitud siniestra. Sus ojos, antes llenos de curiosidad, ahora reflejaban un miedo palpable.

Cada uno de los cuatro se quedó paralizado, sus pupilas dilatándose mientras trataban de discernir la figura que se perfilaba entre la bruma oscura. De repente, dos enormes cuernos comenzaron a asomarse de la penumbra, sus contornos afilados brillando débilmente a medida que se acercaban.

La figura que tenían delante era... el Minotauro. 

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