IGUALES.
[El tiempo no transcurre cuando el reloj de tu vida se ha detenido.]
Bajo las circunstancias que se haya rodeado aquel niño... Una vez fuera del bosque solo era parte de una idea más grande, abandonando así su propio linaje y dejando atrás su pasado.
Paso tras paso dejando manchas rojas a su caminar es como el niño venidero sale del bosque avanzando hacia la luz solar de un cercano invierno.
Chieko Nakoano es el nombre del niño que asoma su rostro sangriento fuera del bosque.
...
Han pasado dos días desde lo ocurrido en el pueblo en lo profundo del monte Fuji. Dicho suceso sucumbió con las palabras mudas de la prensa que fue silenciada en un santiamén. Parte del gobierno se habia inmiscuido para reducir daños colaterales, tanto morales como sociales.
En parte, se preocuparon mas por los posibles daños que podrían ocurrir que por los que habían ocurrido.
Un total de mas de mil personas parecen haber perecido pues los restos del pueblo junto con las pertenencias de dichas personas fueron encontradas y confiscadas por miembros de la comisión de seguridad publica que por primera vez en años parecía haber tenido un caso grande que abarcar.
Relativamente a esto, el presidente actual de la comisión tenia ciertos asuntos que resolver con una rama del gobierno la cual subsidia de bastantes recursos a dicha extensión.
Dado la situación fue que un hombre que estaba a punto de tomar ese puesto empleo su mano sobre la mesa y aprovecho todas sus oportunidades.
—Dada la situación ahora mismo lo mejor sería enviar a ese niño con la rama de investigación —siseo un hombre—. Seria lo mejor hasta ahora.
—Es bien sabido que en estas situaciones es mejor tergiversar un poco la historia. Si se conocen los daños exactos va a haber mucho revuelo con las personas del exterior.
Dos hombres sentados en un largo pasillo del séptimo piso de la comisión de seguridad publica miraban conscientemente la puerta de cristal opaca delante de ellos.
—Los daños fueron demasiados. Pero al menos fueron ocultados con eficiencia. Me pregunto cuanto tiempo van a tener que seguir las cosas de este modo.
—Parece que estas molesto Ryuji. ¿Hay temas delicados?
El hombre ya echo de una edad solo desvió su mirada hacia el final del largo pasillo observando a personas entrar y salir de los pasillos con papeles en manos y otros con maletines.
—No.
—Hmm... no me convences. Supongo que aun estas trabajando en esa idea tuya cierto. Acerca de "Eso"
Ryuji parecía haber tenido un dejo de emoción. Pero rápidamente controlo su corazón y solo volvió su mirada hacia el frente.
—El mundo se ha envuelto en miseria durante mucho tiempo. Desde la aparición de los quirks ha habido más desastres de lo que en la historia humana abunda, aunque parezca que no. De cierto modo me gustaría creer que hay un punto inflexivo en todo esto, pero, no... no lo hay. Si seguimos en este rumbo tarde o temprano volveremos a la era oscura Hawat-San
—¿Era oscura? Oh, te refieres a los primeros años. Eso parece tan lejano. Ya más de un siglo.
—Puede que parezca lejano, pero estamos más cerca de lo que creemos —dijo—. Los dones nos han dotado de muchas capacidades que pare bien o mal nos han ayudado a avanzar como especie. Pero, también nos han hecho retroceder. Es muy difícil comprender donde es que hay que discernir lo bueno y lo malo. Donde está la delgada línea del avanza o el retroceso. Desde que los quirks aparecieron en nuestro mundo se han llegado a considerar bendiciones para algunos y maldiciones para otros.
Mas allá de aquella puerta de cristal opaca, el niño quien habia perdido todo se encontraba. Su nombre era Chieko Nakoano, el ultimo de ellos. El ultimo de su linaje.
Ryuji se inclinó hacia delante cruzando sus manos.
—El tiempo del presidente actual esta por terminar. No podrá mitigar todos los problemas que han ocurrido y sumado al actual. Mas temprano que tarde el saldrá. En ese momento entrare yo. Hare las cosas como deben de hacerse. Incluso si estoy en un error es importante creer en mi convicción.
Hawat, el hombre más joven que Ryuji quien se habia limitado a solo escuchar curveo su espalda hacia delante y miro hacia su amigo.
—Pase lo que pase, mejor que esto será...
—Si, espero que lo sea.
Sus intenciones eran claras, y el primer paso para poder llevar a cabo su plan estaba del otro lado del pasillo dentro de la habitación.
Un niño que habia perdido todo en el mundo y que solamente tenia lo que su sangre le habia heredado.
Un don.
INTRODUCIR: KATAKURI THEME - ORCHETRA
*¡BOOOM!*
En la tranquila noche olvidada de la ciudad de Tokio habia estallado una séptimo piso de un edificio alzando fuera de este una nube de humo negro y llamas ascendentes.
Dentro de este edifico a través de los largos pasillos con ventanales a sus costados una mujer corría a toda velocidad escapando del fuego que le persigue detrás mientras que, golpeando a patadas cada puerta delante de ella, rápidamente se precipita fuera del edificio con un salto.
Cayendo en caída libre detrás de ella se asoma la sombra envuelta en humo negro.
Giro hacia atrás y lo miro, era el monstruo de Kano quien rugía salvajemente liberándose de las estelas cenizas.
El choque entre ambos ocurrió cuando Kano se precipito sobre Miruko comenzando a intercambiar golpes en plena caída.
Sosteniendo una mirada nula de emociones la mujer estaba totalmente centrada en los ojos de Kano mientras que parecía que su cuerpo solo reaccionaba ante el peligro inminente de sus ataques.
Casi como el destello de un relámpago cayendo de los cielos el cuerpo de Miruko fue lanzando con vehemencia hacia el suelo justo al costado de un largo puente vehicular estrellándose contra un poste, un árbol, dos coches y revotando hasta finalmente posicionar sus pies firmes sobre la tierra arrastrada.
Su mano derecha rasgando el concreto y quebrandose las uñas de aquellas manos dañadas.
Del cielo descendió Kano envuelto en una cúpula de sangre carmesí como si de una esfera se tratase.
Colocados en una cera al costado del puente vehicular Kano habia impactado en el duro concreto alzando una nube de polvo que rápidamente habia sido sosegada con una lluvia de proyectiles como balas que iban en dirección a Miruko.
Un salto, un giro, una voltereta y más movimientos hábiles mientras retrocedía hacia atrás se habia encontrado con una intersección de avenidas debajo del puente donde autos estaban estacionados con personas dentro.
Miruko se detuvo en medio de la calle cuando delante de ella Kano se apresuraba.
El mano de sangre que iba como un escupitajo se abrió en ocho direcciones formando bestias como lobos que arrasaban incluso el pavimento debajo de ellos. Rugiendo, babeando sangre aquellos animales de cuatro ojos y dientes puntiagudos arrancaban todo lo que estaba por delante de ellos.
La oreja derecha de Miruko se agito. El quejido de una niña dentro del coche detrás de ella llamo su atención. Después el susurro de las personas funciono en un eco que iba y venia por todo el espacio debajo del puente.
En rápida sucesión Miruko identifico a todas las personas a su alrededor como si de un sonar se tratase. Sin si quiera mover su mirada de adelante ella ya sabia en que lugar y que posición estaba cada persona a su alrededor.
Sin dudarlo giro.
*¡POW!*
Con una patada envió el coche hacia un costado de la calle empujando a otro mientras que, con otro giro, Miruko lanzo otra patada lo suficientemente fuerte como para enviar el auto hacia un lado de la calle donde personas iban pasando, logrando hacerlo un escudo.
Entonces Miruko recibió el ataque.
La total cantidad de ocho bestias que salieron disparadas hacia ella la habían tacleado mordiéndola de un brazo, el costado, su muslo y el hombro llevándola hasta el interior de una construcción de tres pisos donde fue cruelmente embestida.
*¡GWROOOM!*
Miruko reboto dentro del sitio un par de veces cuando las bestias sangrientas desaparecieron en un estallido llenando la habitación donde estaba de sangre.
Ella se aferro al techo y entonces por la puerta principal Kano habia aparecido rompiendo todo a su alrededor. La entrada habia sido abierta de par en par formando un hueco tan grande que podría entrar un camión si quisiese.
Es entonces que Miruko enfoco su mirada y recibió un segundo impacto.
En su estómago... apenas pudo ver la sombra formada cuando ya estaba en el tercer piso flotando brevemente en el aire. Sus pupilas parpadearon, su mundo se sacudió y entones como balón ella reboto.
Uno, dos, tres veces... Kano la pateo. Saliendo como un meteoro que entra a la tierra el cuerpo de Miruko salió del edificio girando en el aire como un trapo viejo mientras que la lluvia de sangre le perseguía.
Poco a poco Miruko abrió los ojos. Podía ver el cielo oscuro mientras sentía escalofríos y el viento que soplaba más allá de su piel.
Se quedo mirando el cielo que se extendió hasta el horizonte.
Al mismo tiempo se percato de que poco a poco todo su cuerpo comenzó a doler. Tratando de recordar aquellas memorias cortadas durante los últimos instantes, lo único que surgió en su mente fue un golpe con una velocidad aterradora de esa persona.
Una vez más, no pudo hacer nada y perdió la conciencia por un momento.
Ante tal acto vergonzoso que expuso en numerosas ocasiones, dejo caer su cabeza muy dentro de su corazón.
En las paredes de los alrededores de su pecho, lo único severo que trasmutaba a su realidad, era la culpa.
A pesar de que habia dicho que ella se encargaría solo estaba siendo un saco de boxeo para Kano. Aun cuando ella habia afirmado que estaría bien, solo estaba siendo acorralada hacia la esquina donde la muerte le estaba esperando.
Finalmente, se habia percatado que el hombre delante de ella era la personas mas peligrosa a la que se habia enfrentado hasta ahora debido no solo a su poder, si no a la forma en que lo usaba. Pese a que parecía estar envuelto en un estado de locura no carecía de mala elección. Cada ataque tenia un porque y cada movimiento tenia cierta calidad de agilidad.
Kano estaba luchando como un animal, pero ejerciendo sus acciones con el raciocinio de una persona.
*FWOOOSH*
Era una ventisca que en segundos habia sacudido el cielo que Miruko surcaba.
En algún punto del viaje aéreo Miruko se habia relajado lo suficiente como para olvidarse del dolor que ardía intensamente alrededor de su cuerpo, como el de una llama quemando su piel.
...
—¿Un deseo inquebrantable? —pregunto Miruko—¿A que te refieres con eso?
—Oh vamos mujer. Llevas el suficiente tiempo conviviendo con el chico y no has llegado a percatar de eso. Es raro ver ese tipo de sentimientos en las personas y mas en alguien como él.
—¿En alguien como él? —Miruko repitió disgustada.
Ambos estaban apoyados sobre un barandal a las afueras de una tienda de convivencia, devorando lo que eran un par de paletas frías para el calor que poco a poco se estaba avecinando.
—Tu misma lo dijiste ¿no? —las alas de Hawks se agitaron—. Las altas lluvias golpeaban mi espalda y lo único que veía era a él.
Con un tono poético habia hablado. El semblante de Miruko se torno rojizo y agito su mirada hacia un lado mordiendo su paleta.
—Cierra la boca...
Hawks dejo salir una risilla.
El tiempo hasta ahora habia sido ambiguo, para Miruko los días pasaban volando y las semanas simplemente eran vistas a lo largo del mes en pocas ocasiones.
Su vida se habia llenado de altos y ahora cada vez que volvía a casa siempre tenia comida caliente en la mesa, una buena cama con sabanas limpias y una compañía que siempre estaba ahí para ella.
Hawks contrajo sus alas y dejo su paleta de lado.
—Las personas normales temen. Cuando sienten que algo de su cuerpo les causa dolor comienzan a preocuparse por si mismos. Es el puro instinto de supervivencia que todos tenemos pero que pocos pueden hacer a un lado —Hawks respiro profundamente—. Debes de sentirte realizada, ¿No?
—¿Realizada? ¿Cómo por qué?
—Si no hubiéramos ido a ese festival deportivo ¿Te habrías interesado por él? Digo, es la primera vez en años que te percatas del evento y por pura suerte tuviste la idea de ir. ¿Una búsqueda del tesoro tal vez?
Rumi separo la paleta de su boca y miro hacia la tienda de convivencia. Observando en su interior un grupo de chicos de escuela secundaria hablando y riendo mientras leían un par de revistas al lado del mostrador.
—¿Búsqueda del tesoro? Parece que no me conocieras. Esas cosas no van conmigo. Simplemente soy del tipo que hace lo que se le viene en gana. Si un día deseo estar en cama, lo hago. Si un día quiero trabajar, lo hago. Vivo libremente de acuerdo con mis necesidades y deseos.
—Una vida envidiable.
—En lo absoluto.
Hawks miro confundido.
—Cuando las personas como yo viven mucho tiempo de esa forma llegan a un punto donde tienen que mirar atrás. Y eso es lo triste, usualmente las personas no miran hacia atrás lo que desemboca que no puedan darse cuenta de las cosas que dejan detrás suya. Las malas emociones se acumulan y pasan tragedias. Creo que a lo que tu llamas búsqueda del tesoro no fue mas que suerte.
Miruko sonrió.
[Una muy buena suerte.]
Viendo en el reflejo del cristal su propio reflejo, al lado estaba Izuku sonriendo.
De cierta parte era quizás la manera en que mejor se habían comprendido. Dos personas que simplemente habían vivido apartadas, ya sea por decisión propia o por que el mundo los orillo a eso.
Rumi habia encontrado en Izuku muchas partes de ella misma que jamás habia aceptado como partes suyas, pero con el tiempo pudo comprender que las mejores cosas se encuentran en compañía de alguien.
Quizás ahora podía entender un poco de eso a lo que se refería Hawks. Un deseo tan fuerte por hacer algo que sin importar que te suceda, lo cumplirías.
...
*¡KRAAAASH!*
El cuerpo de Miruko se estrello contra un gran muro de ventanales comenzando a rodar por el gran muro del edificio en donde se habia precipitado.
Su cuerpo reboto de cristal en cristal cayendo hasta la cera de una calle a oscuras solo iluminada por un farol a la distancia.
Rodo un par de metros mientras su cuerpo trataba de aferrarse al concreto.
Sus guantes blancos se rasgaron y uno de ellos se rompió dejando ver su mano desnuda la cual estaba llena de sangre.
Habia enterrado sus uñas en el suelo quebrándolas en el proceso para finalmente poder detenerse.
Su rostro cubierto por mechones blancos manchados de sangre. Al levantar su mirada del concreto su mirada se volvió borrosa y el gris en sus ojos se desvaneció en vapor emergente de su piel.
Su color rojizo en sus pupilas había regresado y el gran manchón blanco de la cicatriz en su retina parecía estar ardiendo.
Su mirada estaba fija en la calla frontal y entonces en un rápido impacto, como una cañonazo él habia arribado.
*¡BANHG!*
El concreto se abrió en un circulo alrededor de él formando un pequeño cráter mientras una ligera nube de polvo se disipaba ante la estela rojiza que lo rodeaba.
*TAP*
Puso su pie fuera del cráter y con la postura inclinada hacia delante mostro su rostro envuelto en aquella víspera de sangre que formaba una sonrisa enorme llena de colmillos.
Sangre fluyo hacia fuera de su boca cayendo por su mentón mientras esta antes de tocar el suelo se disipaba volviéndose vapor rojo el cual se unía alrededor de Kano.
Miruko estaba con una rodilla plantada en el suelo mientras sangre caía de su frente surcando su rostro hasta el suelo.
Tanto sus botines como parte de la armadura de su abdomen crujieron. Varias grietas se abrieron paso provocando que el acero crujiera.
Miruko cerro sus ojos en plazos de segundos. Respiraba profundamente y trataba de mantenerse despierta.
Estaba aturdida, tanto que las sirenas, el bullicio que estaba rondando alrededor de ese campo de batalla le entraba por un oído y le salía por otro.
Los parpados de Miruko se abrieron.
Miruko habia tomado un segundo de aire, lo suficiente para que la mujer conejo se levantara con fuerza, con luz de nuevo en sus ojos.
Kano comenzó a reír.
—¡HAHAHAHA!
La risa era siniestra y agitada como la de un bufón burlándose.
Claramente impresionado de que Miruko habia tomado el peso completo de su ataque y se mantuvo de pie, Kano alegremente felicito a su espirito de lucha.
En un segundo una nueva ronda de puños, rodillas y codos se estrello contra la magullada y ensangrentada Miruko. Sin embargo, ahora tenía un buen entendimiento del patrón de ataque de su oponente e hizo todo lo posible para protegerse y evitar un golpe fatal.
Miruko habia estado a la defensiva desde hace un buen tiempo, pero ahora parecía mas centrada en querer comprender los ataques de Kano que ahora, habia reducido su velocidad.
Usando sus brazos como escudo, Miruko se abrió paso hacia un lado elevando su antebrazo y recibiendo un gran impacto que la envió hacia un costado atravesando una florería y saliendo del otro lado de la calle la cual se abría en una cuchilla de dos direcciones diferentes.
[Ganar como héroe es imposible...]
Pensó Miruko dentro de su mente mientras su cuerpo apenas evitaba el ataque que le habría roto el hombro.
Permaneciendo en un campo de juego igualado, no habia manera de que Miruko ganara la ventaja. Llegando a esta realización, Miruko lanzo su orgullo, compasión y etiqueta de batalla fuera de su corazón.
En medio de la calle solo pudo ver el destello de la luna en sus pupilas rojas mientras la marea de sangre se acercaba a ella.
...
La luna brilla tan intensamente que parece que fuera a estrellarse con la tierra desde el horizonte que puede verse a lo lejos.
Miruko marchaba a pies descalzos por la arena delgada, fría y suave de la playa de Musutafu.
—Deberías detenerte —dijo la mujer caminando alrededor de Izuku.
El chico estaba tendido sobre la arena resintiendo un especie de dolor vibrante alrededor de su cuerpo.
—A-Aun puedo...
Sus manos temblaban tendidas sobre la arena. Logrando ponerse al menos de rodillas, con sus dorsales pegadas al fino grano arenoso Izuku controlaba su respiración.
—Forzar a tu cuerpo a los movimientos que te dije antes va a terminar lesionándote. Es como si trataras de usar un trozo de hierro para amarrar algo. Es imposible.
Miruko portaba su traje de héroe a excepción de sus botines. Izuku por su parte estaba igual, tan solo sus botas y su mascara faltaban mientras que la parte superior de su traje estaba envuelta en su cintura solo dejando la tela oscura de malla que usualmente usa bajo su traje.
—Puedo hacerlo.
—Se que puedes. Por algo te estoy enseñando a danzar, pero debes entender tus límites. Esta danza es para mí, algo que solo yo debería poder usar, pero aun así tienes las capacidades de hacerlo. Se que esto no es algo que vendría bien decir ya que no soy así, pero, no apresures las cosas.
Izuku bufo.
—¿perdón?
—N-No... nada. Solo pensé que si es algo que no dirías tu. Pensaría que no me dejarías ir de aquí hasta que lo domine —dijo.
—Si fuera cualquier otra cosa, ten por seguro que esta playa seria tu casa, pero no es algo sencillo lo que estas aprendiendo. Además, ese coso tuyo que estas desarrollando... Es interesante.
—¿Nox Lunar? —Izuku alzo su rostro—. ¿Qué te parece el nombre?
—No me desagrada. Pero dime, ¿Por qué no usas Mündansu? —pregunto Miruko.
—Tu misma lo dijiste ¿no? Aunque esta danza sea tuya, aprenderé a mi manera. Creare mi propia danza a partir de la tuya. Es por lo que pensé que quizás un nombre diferente sería mejor.
—Touché
Miruko se detuvo y se desplomo al suelo con sus piernas abiertas hacia cada lado justo al costado de Izuku. El chico volvió su atención hacia sus brazos intentando luchar contra el punzante dolor que le venía.
—Es curioso, estamos entrenando tus piernas, pero tus brazos duelen. ¿Debería suponer por qué? —pregunto.
—Por el retroceso —contesto Izuku.
—Oh, ¿Te refieres a lo que me contaste hace unos días?
—Si, si ¡Justo eso! Cuando libero cierta cantidad de energía esta se vuelve explosiva, con cada impacto que doy por lo cual la energía cinética acumulada tras el golpe esta se libera y es lo que provoca que mis brazos se rompan. Por eso comencé a guiar esa energía alrededor de mi cuerpo como... ¡Aguantar la respiración!
—Mezclaste parte de las bases de Mündansu respecto al control del cuerpo y—
—¡Lo use en Nox Lunar! —Izuku sonrió emocionado—, como tu eres capaz de sentir tu propia sangre, yo puedo sentir la energía que esta en mi cuerpo. Tal y como lo dijiste, desarrollare una derivación de Mündansu.
Miruko sonrió feliz de saber que Izuku estaba alcanzando otra etapa de poder en su vida.
Por algún motivo Miruko pensó en su abuela. Sentada en la arena con la luna al frente de ella y a la orilla del mar le hizo recordar el bosque hace años.
Podía verse reflejada en Izuku.
No pudo ocultar su honesta felicidad.
Ella se sentía satisfecha de ver a Izuku progresar.
Sin embargo... cuando Izuku se retiro parte de las vendas negras en su brazo derecho pudo ver su mano.
Apenas como un flash de cámara, Miruko era capaz de recordar esos instantes antes de que la pelea en Osaka terminara. Podía ver a Izuku enterrando su mano derecha sobre la masa de energía anaranjada poco a poco quemando su piel.
Rumi podía ver el rostro de Izuku, su expresión de dolor.
Ahora que lo veía tranquilo sobre la arena con su mano temblando ella no pudo evitar hablar.
—¿Duele mucho?
Su voz parecía más apaciguada.
—Aun no soy capaz de guiar el retroceso a donde quiero por lo cual... —Izuku se detuvo al mirar a Miruko, el se dio cuenta a que se refería—. A veces...
Izuku intento formar un buen puño, pero su pulgar quedaba justo a un costado del índice.
Rumi observo el rostro de Izuku, la cicatriz en forma de grieta en su ojo. Después vio su cuello y noto otra cicatriz sobresaliendo de la camisa.
Aunque ella jamás mostrara mucho interés, al vivir juntos no podía evitar mirar a Izuku una que otra vez desnudo por lo cual se le vino a la cabeza la imagen del cuerpo lleno de cicatrices de Izuku.
—Manejas muy bien el dolor. ¿Tienes algún secreto? —pregunto con un tono de sarcasmo.
Izuku sabia que esta pregunta la hizo para no tensar el ambiente con la pregunta de antes por lo cual el chico solo sonrió.
—Soy Laughing Boy Rumi-San, claro que tengo un secreto. ¡Reír!
El pecoso soltó una risa fingida casi como la de un villano lo cual provoco que Miruko le lanzara un montón de arena con sus pies.
—¡MIS OJOS!
Izuku no habia podido cubrirse por lo cual cubrió sus ojos tirándose al suelo mientras sufría el ardor.
—No veo que estes riendo en este momento.
Izuku se agito en la arena tallando sus ojos mientras soltaba quejidos. Miruko solamente se habia limitado a mirar hacia el cielo oscuro.
Ella suspiro derrotada.
Ella cerro sus ojos y respiro profundamente.
Una vez que ella habia abierto sus parpados una vez mas se encontraba volando por los cielos en plena lucha con Kano.
*¡COUGH!*
Sangre salió del interior de Miruko y su corazón palpito con fuerza. Sentía como sus pulmones se contraían y su encéfalo se partía a la mitad, o al menos solo la sensación la hizo abrumarse.
La sangre le salía de oídos y nariz mientras volaba sin control unos diez metros sobre el suelo cayendo hasta lo que era un puente vehicular donde una gran cantidad de vehículos pasaban a más de sesenta kilómetros por hora en un lado de tres carriles.
Su cuerpo reboto y los chillidos de los frenos de los automóviles junto al de impactos unos con otros en una carambola que se detuvo al frente de la mujer.
Autos pitaron, otros chocaron y el desastre actuó solo por la presencia de Miruko tendida sobre el frio suelo.
Los pensamientos de Miruko eran un desastre. Lo único que se escuchaba fuerte y claro era el horror sin palabras del estilo de batalla salvaje pero perfeccionado de Kano.
El hombre era un arma viviente que respiraba. Años de experiencia culminaron en un cuerpo que podía reaccionar por instinto, sabia moverse sin pensar. Cada golpe que asestaba entregaba más que solo dolor físico, eran golpes directos a su confianza y orgullos.
Cada impacto también era el sonido de ella rompiéndose por dentro... rompiendo su orgullo.
Su talento y habilidad eran superados.
Las rodillas de Miruko se debilitaban mientras cada nueva oleada de ataques se le habia sido acertada hasta que finalmente ella estaba donde se encontraba, con la cara tendida sobre el concreto de la avenida.
[Izuku...]
Él fue el primer pensamiento conciso que tuvo Miruko después de una lluvia de golpes.
Podía escuchar el suelo crepitar, podía sentir como todo temblaba.
Estaba cansada.
Tanto como para solo poder apoyarse con sus brazos y girar hasta quedar con la espalda sobre la tierra.
Alrededor de ella las decenas de autos que se habían detenido de golpe sucumbieron ante un cumulo de picos rojos que sobresalían del suelo como si estuvieran dibujando un círculo alrededor de la carretera.
Al otro lado de los tres carriles donde se encontraban otros tres carriles que iban en dirección contraria al primero se detuvieron de golpe cuando los picos aparecieron.
El suelo se abrió y delante de Miruko el hombre arranco un trozo del suelo emergiendo del agujero que se formó.
Sostenido de su propia sangre el habia vuelto.
Cuando rumi habia reunido las fuerzas para ponerse de pie lo primero que hizo fue apoyarse en su cintura para poder girar con ella y ponerse de rodillas contra el suelo.
Sus piernas temblaban de pies a cintura.
Se sentía agotada físicamente como mentalmente.
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"Lo siento."
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La voz de Izuku apareció en su mente.
De rodillas ante la luna a su costado, Izuku estaba sentada junto a ella.
"Pensé que comenzar a aceptar partes que odio de mi funcionaria si lo hago junto con bromas."
La sangre que corre por su piel refleja la sonrisa de aquel chico.
"Claro que reír no es la solución siempre. Aunque a veces lo hago inconscientemente. Un problema que me gustaría resolver."
Kano se acercaba a ella paso tras paso con esa sonrisa aterradora.
"No tengo un secreto claro Rumi-San. Tengo cierta resistencia al dolor así que supongo que eso también me ayuda. Aunque claro, no creo que todo se deba a eso.
El chico que apreciaba con todo su corazón, que respetaba y protegía como su familia.
"En esa ocasión simplemente ignore todo. Sabía que, si estaba sangrando, sabia que si estaba con una herida grave y aun no habia caído totalmente entonces eso significaba que podía seguir luchando."
Entonces Izuku sonrió.
"Me gustaría darte una respuesta mas apropiada, pero es lo que paso. No es nada del otro mundo. Simplemente seguí adelante."
Miruko suspiro.
["Simplemente seguí adelante"]
*BA DUMB, DUMB BA DA... DUMB*
La sangre que salía del interior a través de sus heridas comenzó a salir a chorros mientras que la temperatura de su cuerpo aumentaba.
[No puedo entenderte.]
La luz del anochecer de Tokio tiñe la carretera que separa a ambos mundos con un color rojizo proveniente de la sangre que rodea su campo de batalla.
Poco a poco las personas salen de sus vehículos de ambos lados de la carretera para presenciar a la pareja de luchadores que estaban cara a cara.
[Tu espalda parece tan lastimada, tus brazos dicen que has metido las manos al fuego tantas veces, pero tu rostro dice que todo está bien... ¿Cómo lo haces?]
Miruko se pone de pie.
*¡DUMB BA DA BUMB!*
El miedo y el susto estaba presentes incluso dentro del pecho de Miruko. Puede que en batallas reales ella tenga tanta experiencia como un guerrero del antiguo mundo, pero, su corazón seguía siendo frágil.
[Quiero saber...]
Miruko abrazo ese intenso y fugaz sentimiento.
El fulgor en su mirada se encendió como una llama en la oscuridad.
Ella corrió a tal velocidad que cada paso que daba hacia tambalear cada fibra de su corazón.
*¡DUMB, DUMB, DUMB!*
Kano sonrió y lanzo un azote de sangre hacia delante liberando aureolas carmesí que provocaron que las personas se lanzaran a los suelos mientras todo era cortado.
Una sombra negra aprecio detrás de él un momento después.
La sonrisa loca de Kano en sus labios mientras Miruko saltaba alto en el aire y dejaba caer su talón en la parte superior de Kano.
Sus reflejos habían sido precisos, asestando un golpe directo desde un ángulo casi ciego a una velocidad de vértigo. Sin embargo, la satisfacción de haberlo golpeado desapareció y sus ojos se abrieron en shock.
—¡¡—!!
Su pie habia entrado en contacto con la estela de sangre de Kano
El hombre giro y un golpe directo hacia su pecho donde la fisura habia sido abierta.
El crujido de la mano entrando al interior de su cuerpo la hizo rugir con un fuerza tremenda.
Entonces Miruko aparto la mano de Kano y sangre broto de su pecho. Ferozmente se abalanzo por detrás. Llego desde lo alto, lo suficientemente alto para envolver sus muslos alrededor de la cabeza de Kano.
Bloqueando la visión de su oponente, Miruko rugió con toda su fuerza mientras empujaba su cuerpo hacia atrás en la otra dirección.
—¡¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!
Era—LUNA FALL— los pies de Kano se separaron del suelo. Su cuerpo dibujo un arco a través de la estela de sangre con la cabeza atrapada entre las rodillas de Miruko.
*¡¡BAM!!*
Hizo contacto con el suelo de piedra en un abrir y cerrar de ojos.
El sonido corto a través del aire, el impacto fue lo suficientemente fuerte como para romper el concreto y dejar la cabeza de Kano enterrada bajo la superficie.
Tras dos segundos del impacto la sangre envuelta en picos sobresalientes del suelo se contrajo y viajando detrás de la carretera fueron hasta Kano y en un rugido hizo que la piel de Miruko se volviera de gallina.
—¡¡TODOS ALEJENSE YAAAAA...!!!
Grito tan fuerte que su garganta se secó en un instante.
*¡CRAAAAKKK!*
Decenas de picos se abrieron paso en un radio de diez metros mientras las personas corrían huyendo del suelo que se abría.
Rumi se aparto esquivando los picos del suelo a duras penas.
*CRAP*
Uno a otro, alguno que ninguno y menos que muchos fueron los que alcanzaron a cortar la carne de Rumi abriéndole fisuras en la piel.
Al final del camino ella salto hacia el vació, pero antes de cualquier cosa Kano desenterró su cabeza del suelo y lanzo látigos de sangre hacia Miruko tomando su cintura y tirando de ella hasta acercarla a él.
—¡¡SIGUIENTE RONDA!!
El espíritu de Miruko cayó en una oscura desesperación. Habia agotado todas las opciones, habia tirado todo lo que tenía en ese hombre, pero ni si quiera habia perturbado a su oponente.
Ese era el verdadero significado de los quirks, una barrera no tan fácil se superar.
—¡GAHH!
El puño de Kano choco con la mejilla de Miruko antes de que pudiera reaccionar.
Miruko habia infligido daño, pero no fue suficiente. Su piel morena normalmente hermosa estaba salpicada de cráteres negros y azules, rayas de sangre por todo su cuerpo.
Simplemente no era competencia.
—¡Aaah...!
Sin embargo...
INTRODUCIR- FRIEREN THE SLAYER
[¡NO PUEDO SIMPLEMENTE...!]
Sostuvo la cabeza de Kano con ambas manos las cuales fueron atravesadas por pequeños picos que salieron de los costados de la cabeza de Kano.
[¡¡...RENDIRMEEEE!!]
El impacto abrió su propio cráneo en una fisura que trajo consigo un estallido en sus ojos. La sangre infesto ambos ojos de Miruko.
La cabeza de Kano se hizo hacia atrás por el tremendo golpe liberando a Miruko de los látigos en el proceso.
Miruko cayo hacia tras y su espalda crujió al alcanzar el suelo.
Kano solo alcanzo una rodilla al suelo sosteniendo su cabeza.
La mujer quien alcanzo el suelo rodo hacia atrás una vez que el impacto hizo lo suyo—mantenerla despierta—lo suficiente como para que ella se impulsara hacia delante.
—¡KUHHHH!
En ristre una patada en dirección a Kano quien se cubrió con sus brazos, pero la potencia de dicho ataque lo hizo retroceder arrastrando el concreto con sus pies.
Cuando Kano pensó haber bloqueado perfectamente el golpe de Miruko, un segundo vino lanzando su mirada hacia un costado de la carretera.
En un segundo el impacto sacudió su mundo.
*¡BAM!*
[¡Esta mujer...!]
*Crack*
Una grieta en su rostro apareció.
Kano uso su brazo derecho para apoyarse en el suelo y no caer. Entonces Miruko alcanzo el suelo y Kano lanzo su antebrazo hacia ella.
*¡THUD!*
Apenas ella pudo detenerlo con un agarre comenzando así un juego de patadas y puñetazos entre ambos.
Un cumulo de diversos ataques de diferentes artes de pelea fueron desatados en un par de segundos de ambas partes.
Tras mas de diez segundos el cuerpo de Kano retrocedió hasta un cumulo de coches que funcionaron de muro para detenerlo. El miro al frente y lanzo oses de sangre hacia Miruko quien se inmuto al momento de que cortaron su piel.
Ella se precipito como un cañonazo hacia Kano.
—¡¡¡BARETTOOO!!!
Justo en el estomago el golpe asesto con tal fuerza que la montaña de vehículos retrocedió junto con el cuerpo de Kano. El miro a Miruko mientras el dolor aumentaba en su pecho y zona abdominal.
[¡ESTA MUJER!]
Del suelo aparecieron dos pilares puntiagudos que cortaron la parte trasera de su muslo izquierdo y su antebrazo, pero esto a Miruko le podía importar menos.
—¡¡¡BARETTTO!!!
Volvió a gritar lanzando una segundo patada que le saco el aire a Kano. Entonces, él se envolvió en púas de sangre alrededor de su cuerpo formando así, una sonrisa segura en su rostro.
[¡HAZLO DE NUEVO, TE RET—
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—¡¡¡¡¡¡¡BAAAAAAARETTOOO!!!!!
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El pie de Miruko se daño severamente con las púas, pero aun así no retrocedió.
Justo a la mandíbula.
Destrozándole parte de la mascara de sangre que se habia formado, la sonrisa siniestra desapareció y la mitad del rostro real de Kano apareció.
—¡¡MIRUKO!!
—¡¡¡GAAAAAH!!!
La gasolina de los autos habia volado hacia el cielo comenzando una ligera lluvia de ese líquido inflamable.
Una cuarta patada hacia su estomago y un puñetazo a la cara de Miruko envió a ambos hacia sus respectivas espaldas.
[¡T-Tengo que—
Miruko no lo dejo ni respirar.
Ella se lanzo hacia delante apenas tuvo la oportunidad. La mujer trato de lanzar una patada, pero sus piernas no se alzaron. Ninguna de las dos quiso reaccionar.
El ardor en sus ojos comenzaba a desbordarse.
Como un cuenco que no podía contener mas agua, como un rio inundado que no obedecía sus orillas, una tormenta que habia sido desatada.
El cuerpo de Miruko entro en un estado de Shock.
La mente de Miruko se deslizaba cada vez mas hacia la oscuridad, incluso mientras se abalanzaba hacia delante.
Miruko cerro sus puños.
[¡Solo tengo que evitar sus patadas y será suficiente...!]
Ella no golpeo con sus pies.
Con sus ojos vueltos en blanco ella lanzo su puño hacia delante golpeando el rostro desnudo de Kano.
"Hubo un momento en medio de la tormenta en donde estaba en las últimas. Habia pasado mis limites hace mucho. Pensé en que si huía en ese momento nadie me culparía por hacerlo, pero por alguna razón... aún estaba ahí."
La voz de Izuku llego a ella mientras su cuerpo cubierto de sangre iba más allá de su límite físico, con su consciencia a punto de desvanecerse.
A lo lejos un brillo sin igual estallo.
Era la señal de la caída de Eva.
*¡CRAAAAAP!*
Kano salió disparado hacia atrás.
...
[El fino recuerdo de su pasado como pequeñas piezas finalmente forman el rompecabezas de la familia Nakoano, o mas bien, el final de ella.]
Próximo capitulo: La realidad del mundo superhumano.
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