64.EL HORIZONTE DE UNA NUEVA ERA.
Usualmente los humanos desarrollamos nuevos gustos a medida que crecemos. Puede que de pequeños se haya amado el arroz, pero de adultos este gusto haya sido remplazado por un tazón de fideos o algún otro tipo de comida. Este ejemplo podría funcionar en muchísimas cosas más.
Idiomas, películas, historietas, personas... de todo tipo.
Es natural que mientras se crezca la persona vaya evolucionando como el desarrollo de una mariposa.
Tan sencilla un simple gusano cubierto de capas de piel muerta que durante el invierno se oculta para poder volar en primavera una vez su etapa de gusano ha terminado.
Son los vientos que soplan hacia el esclarecer de un nuevo día en un nuevo horizonte.
Es de esta forma que llegamos a él, él niño que una vez soñó con ser un héroe y que el mundo le puso una prueba mucho más grande y difícil que a cualquier otro. Aquel niño tendría que enfrentar las dificultades de ser apuntado por el mundo recibiendo el titulo de—asesino—por aquellos actos que vienen de la inocencia.
Esta es su historia; la historia de Midoriya Izuku.
[El niño que ríe.]
...
Izuku tenía dudas una cierta noche.
Eran alrededor de las 9:00 P.M cuando el chico caminaba al costado de una mujer de casi su misma estatura, solamente que con un cuerpo mucho mas espectacular que el suyo.
El nombre de esta mujer; Miruko, o mejor conocida como Rumi Usagiyama.
La mujer de cabello suave color pulcro caminaba a su lado con su traje de heroína puesto. En sus manos tenia un especie de tazón cuadrado con un par de palillos—Takoyaki—una comida que en lo particular era la favorita de Miruko debido a que en palabras suyas era "Barata y deliciosa".
—¿Oye que tienes? —pregunto la mujer mirando a su costado— Desde hace rato pareces atontado.
—¿Eh?
Izuku Midoriya, un joven de quince años que cursa el primer año de su escuela avanzada—U.A— escuela de héroes y heroicidades.
El chico portaba por igual su traje de héroe, pero con la ligera situación de que su traje al contrario de Miruko, ocultaba su rostro.
Era una costumbre que el chico habia adquirido debido a que si las personas llegasen a enterarse de quien portaba ese traje seguramente habría muchas malas palabras dirigidas a este.
Claro, Izuku no le molestaba en lo absoluto. El ya estaba acostumbrado, pero, Miruko... ella no era alguien conocida por tener un carácter tranquilo. Era más como un león salvaje—Un carácter explosivo—al primer juego de palabras que resuenen en sus largas orejas, civil, héroe o lo que sea no terminara bien parado. Aunado a esto, la "Curiosa" y "Dudosa" reputación de la top numero seis—Miruko—no ha ido bien desde el mes pasado cuando sucedió lo de Osaka.
Si bien no se hizo publico los involucrados, y muchas de las grabaciones de la ciudad fueron censuradas, los rumores aparecieron.
Miruko no habia sido bien recibida.
Además, eran sus primera semanas en Musutafu y para su mala suerte, como se dijo antes, su carácter no ayudaba mucho en esclarecer los malentendidos.
De hecho, recientemente la mujer causo cierta controversia al vérsele dormida en una estación de tren, exactamente en el techo de las paradas centrales.
Es cierto que los héroes merecen descanso, pero muchos estudiantes juraron haberla visto en la hora de la mañana cuando recién tomaban el tren para ir a la escuela y de regreso al volver a sus casas.
Fotos y comentarios se hicieron virales promulgando sobre "Los privilegios he irresponsabilidades heroicas" Miruko estaba como encabezado como una mujer holgazana y sin gloria.
La verdad era que ese día... en efecto, Rumi Usagiyama no quería trabajar.
La cosa era que, mientras menos problemas pasaran alrededor de Miruko, para Izuku ya era ganancia ya que de cierto modo la mujer se habia vuelto bastante cercano a él y de algún modo Izuku comenzó a considerarla como alguien "Problemática" en cierto modo claro.
Pero, especial.
—¿Y mhien, ñe niras?
—¿Ah? ¿Cómo dices?
Miruko trago.
—¿Qué si me dirás? Volviste a perderte en ese mundito tuyo —dijo lanzándole un palillo embarrado en salsa a la cabeza manchándole el traje—. Rarito.
—¡Oye! Esas manchas no salen fáciles y el detergente para quitarlo es muy caro... —Izuku se le quedo viento a Rumi, justo en su rostro que genuinamente le decía "No me interesa" a lo cual Izuku suspiro—. Olvídalo...
Rumi trago lo ultimo que quedaba en su tazón hasta casi atragantarse pues sus mejillas se habían vuelto tan regordetas como los de una ardilla. Tras unos segundos de golpear su pecho, ella trago. Miro a sus costados y luego arrojo el tazón de cartón hacia su espalda como si no le interesara, aunque claro, cuido que nadie la viera.
Izuku se habia quitado un segundo la mascara dejando solamente el bozal metálico conectado a su rostro mientras buscaba la forma de quitarle la mancha roja a una de las orejas de su mascara.
[Hatsume-San puede que se enoje...]
Miruko estaba por hablarle al chico cuando observo una pareja venir a lo lejos a lo cual lanzo una rápida mirada a Izuku observando que su cabello era visible al igual que esa gran cicatriz en su rostro.
Aunque tuviera la boca cubierta era claro que le iban a reconocer por lo cual se apresuro a abalanzarse hacia él.
—¡¿Qué...?!
Tomado de las piernas y espalda, en forma nupcial Miruko se apresuro de salir de la vista de la pareja saltando entre edificio y edificio hasta llegar a la cima de uno.
*¡SPLAFH!*
—¡Auch...!
Izuku rodo menos de dos metros cuando Miruko lo soltó y la mujer siguió caminando hacia delante tomando asiento en la saliente del techo.
Completamente desinteresada cruzo su pierna derecha sobre su muslo izquierdo y tomo un mechón de su cabello comenzando a desenredarlo.
El día de hoy habia sido difícil para ella.
—¡¿Por qué hiciste eso?! —replico Izuku.
Miruko no contesto, solo se limito a apuntarse a ella misma al rostro.
—No entiendo —contesto Izuku.
Luego el chico agito la cabeza y levanto su brazo observando la mascara en su mano. Entonces él se dio cuenta.
Toco su cara y después suspiro aliviado, aunque un poco irritado.
Aunque ahora entendía por qué Miruko habia hecho eso, al menos le hubiera gustado que fuera un poco mas amable, aunque... genuinamente Miruko no era de esos. Ahora que lo pensaba agradecía que no lo soltara a la orilla del edificio.
Un poco mas tranquilo ahora el contrajo su bozal metálico y entonces camino hasta donde Miruko sentándose a su lado. El dejo caer su mascara a su costado y curveo su espalda agotado.
También habia sido un día duro para él.
Recientemente a parte del entrenamiento de la mujer, habia comenzando a patrullar con ella después de la escuela.
Delante de ellos la gran ciudad Musutafu, o al menos una parte de ella estaba en el auge de la noche. Pues cerca del centro se encontraban que podían ver las luces de los carteles neones brillar intensamente como el sonido de las personas celebrando el final de un día marchando a sus bares favoritos.
Autos, aves y demás sonidos ambientales típicos de una ciudad estaban surcando sus oídos ahora que habían dejado de pensar en algo más que, la tranquilidad.
La mirada de Izuku denotaba agotamiento.
Al mirar a la ciudad solo podía pensar en lo cansado que estaba. Sus parpados estaban decaídos y las manchas oscuras hechas por el sudor y la mugre se remarcaban alrededor de su rostro.
Era a causa de siempre usar esa mascara.
Entonces el miro hacia un lado. Un edificio mas alto que en el que estaban se encontraba reflejándole en una especie de refrigeración metálica a ambos.
Un metal que funcionaba como espejo a tan solo tres metros de ellos.
Izuku observo su rostro.
Tuvo cierta necesidad de alcanzar su cara, su cicatriz con sus dedos.
"¡¡POR ESO TU MADRE SE DECIDIO SUICIDAR!!"
Eso lo asusto soltando su cicatriz y bajando su mirada.
Poco a poco el temblor quería salir a flote. Al bajar sus manos sobre sus muslos y mirar hacia el piso del techo no pudo evitar recordar aquellas palabras.
Aunque el pensaba haber superado esa etapa, aun cuando estaban frescas las memorias de Osaka y aquel terror que vivió en ese día tormentoso... los recuerdos del festival marcados en esa cicatriz en su rostro le traían sus miedos más profundos.
El pasado.
Siempre que el daba un paso hacia un siguiente escalón, de algún modo se retraía.
—¿Sigues con eso? —pregunto Miruko.
Izuku enseguida levanto su rostro.
La mujer soltó un mechón de su cabello simplemente para tomar otro y comenzar a desenlazarlo de otros. Sacudiendo su cabellera y rozando una cicatriz casi similar a la de Izuku.
Sus mechones blancos pasando entre los cuatro dedos de su mano izquierda y los cuatro de la derecha.
INTRODUCIR: LOOKING FOR THE LIGHT - RE:ZERO
[No es tu culpa.]
—Mi... ¿culpa?
"No lo haces. No es la primera vez que escucho a las personas hablar de ello. Además, se siente bien cuando las personas lo hablan con uno mismo. Pero si, es justo como crees. Mi madre esta... bueno, ya no está. Y mi padre fue hospitalizado. La sobre carga de trabajo, la muerte de mi madre y demás cosas lo llevaron de un punto a otro y bueno... supongo que es mi culpa."
—Las semanas se han hecho cortas, tanto que ni si quiera noto cuando el sol cae y la noche sale. Es cuando realmente me detengo que soy capaz de saber que otro día a ocurrido —Miruko soltó su cabello y su mechón lo recogió detrás de su oreja mientras se apoyaba con sus manos en el techo inclinando su espalda hacia atrás y mirando la luna en ascenso—. Mírala, otra vez ahí como si nada en el mundo fuera capaz de detenerla. Siempre en el cielo.
Los parpados de Miruko cayeron hasta medio cerrar sus ojos mientras su parpado se llenaba solamente de esa luna.
—Cuando era pequeña no podía apreciar con tanta naturalidad la luna. Inclusive ahora mismo no es como que sienta que sea la gran cosa, pero, al menos puedo entender una cosa. No importa si el día es caluroso, si el sol brilla mucho o los mares se agitan lo suficiente en las cosas. Tampoco que ocurra una guerra o que miles desaparezcan. Cuando la noche llegue, ella siempre estará ahí.
Tan preciosa, tan pulcra de un tono brillante que llena los ojos de Miruko al igual que su corazón de un suspiro cálido a pesar del frio del anochecer.
—Dime, niño. ¿Crees que alguien sea capaz de detener a la luna? ¿Crees que exista algún método para evitar que ascienda a su lugar?
Izuku se detuvo a pensar un segundo.
Curiosamente se le ocurrieron un par de ideas. Unas cuanto menos interesantes y otras al menos aterradoras para alguien como él. Pero de algún modo tenían cierto sentido, aunque también pensó si ese era el "Sentido" que quería Miruko en la respuesta.
Es por lo que él respondió con un—No—.
—Exacto. Cuando el sol muerte al Oeste, al otro extremo del horizonte emerge la luna. Es casi como si pusieras a girar las pelotas de un péndulo. Una va, y otra viene. Es un ciclo que durante toda la historia de la humanidad y de la tierra a continuado. Millones de años, cientos y miles de cambios han ocurrido y ese ciclo jamás se ha detenido. ¿Sabes por qué?
Esta vez Izuku no se tomo tanto tiempo en pensar una respuesta y el negó con la cabeza.
—La respuesta en simple. Anda, incluso tu puedes ser capaz de descifrarla. Después de todo eres un cerebrito, ¿No?
Quizás era una prueba o quizás era un simple eufemismo que Miruko quería que Izuku respondiera. O tal vez mas simple, solo un juego.
Por mas que Izuku lo pensó, no podía llegar a mas respuesta que no tuviera tecnicismos y claro, suponiendo como era Miruko, si él le contestaba con eso... seguramente lo tiraba del edificio.
Así que el contesto—No lo sé—.
Miruko parpadeo y entonces la luna habia desaparecido de sus pupilas, ahora era el rostro de Izuku quien estaba dibujada en ellas.
Mirándose cara a cara la mujer hablo:
___________________________________________
[Porque simplemente es así.]
___________________________________________
Por un momento Izuku no absorbió bien la respuesta o quizás, no la entendió. Tras unos segundos que la mujer lo vio ella volvió su mirada hacia delante mientras Izuku hacia lo contrario y el miraba nuevamente cabizbajo.
Hubo un corto momento donde no hubo palabras. Fue uno pequeño, lo suficiente para que un alto se pusiera en—Avance— y las personas hicieran eco su voz a través de las calles junto a demás sonidos.
—En la medida en que creces te vas dando cuenta que muchas cosas que el mundo tiene y que tu te preguntas como funcionan te das cuenta de que, aunque parezca triste, tonto o desesperanzador. La respuesta es mas simple de lo que crees. Las cosas son así por que simplemente lo son. No hay una respuesta que en verdad te dé una explicación satisfactoria. El agua es azul por que se refleja el cielo o el cielo es azul por todos los gases, o la capa de ozono o lo que sea. No importa. Aunque sepas la respuesta no podrás cambiar nada.
La ciudad era enorme, tanto que ni si quiera con la mirada de cien personas podría ser cubierta por lo que Miruko solo podía ver el horizonte que se asomaba lejos de la ciudad.
Aquel mar tan enorme en las costas, algo que Osaka no tenia, algo que Hosu carecía... algo que Musutafu poseía.
Un hermosa vista hacia el horizonte marítimo.
[Pero...]
Dado que Miruko observaba el mar a lo lejos, en la medida de su vista era capaz de ver la luna reflejada en el agua, la imagen vibrando con las olas he interfiriendo con la firmeza de aquella esfera en las constelaciones.
[Hay cosas que si puedes cambiar.]
Izuku alzo su mirada.
Rumi encontró su mirada con él nuevamente.
—Si bien no sepas la respuesta de algo, al momento de que trates de buscarla es donde comienza el cambio. Sea un aspecto de ti que no te guste, quizás una prenda de ropa, quizás una manera de expresarte o yo que se. Cosas tan sencillas que puedas cambiar en un ~Zaz~ —dijo al chasquear sus dedos—. Siempre y cuando estes dispuesto a hacerlo, podrás lograrlo. Sea lo que sea.
Ella bufo.
[Claro, la luna jamás la detendrás de llegar a su destino.]
Era un sentimiento extraño, ¿Desesperanzador? Izuku no comprendió y por un momento quería mirar a otro lado, pero...
[¿O quién sabe...?]
Pero el no lo hizo, Rumi no se lo permitió.
Ambas cicatrices casi unidas por la luz de la luna. Ambos tonos brillantes tanto como el carmesí como el esmeralda se mezclaron.
[Aun no se tienen todas las respuestas en el mundo. Sea por que no las han buscado lo suficiente o quizás porque no existan. No seremos capaces de saberlo si alguien no se aventura a averiguarlo. Es el único trabajo que al igual que la luna, puede que jamás deje de repetirse en ciclo. El trabajo de buscar respuestas, un trabajo que se hereda a las siguientes generaciones.]
Rumi extendió su puño hacia delante golpeando el pecho de Izuku.
—Aun soy muy joven para decir las palabras, pero, creo ser lo suficientemente vieja como para seguir buscando respuestas de algo que deje atrás. Quizás por que me falta valor o por que perdí interés. Sea cual sea la razón. Seguramente este trabajo sea heredado a una nueva era por venir.
Durante estas ultimas semanas Miruko habia sido atosigada por la idea de no compartir algo con el chico. Aunque pareciera ridículo he impropio de ella, de algún modo estaba formando un lazo.
Algo que ella jamás pensó volver a tener. Algo que en el interior a ella le aterraba y por eso siempre evito. Pero, al recordar aquella imagen de aquella espalda en ese día tan desesperanzador, oscuro y tormentoso... Miruko no puede evitar mirar al horizonte y preguntarse y quizás... tan solo quizás, no esté mal.
El brillante anochecer reflejado en el mar, era el miramiento hacia un horizonte que traía consigo una nueva era por venir.
Donde la luna se posa como hace mil años, como hace millones de años, hoy en día sigue con ese ciclo y como hace dos mil años, los humanos siguen buscando respuestas a preguntas que quizás no las obtengan hasta en diez mil años más.
En ese aspecto, las nuevas generaciones eran la herencia de la humanidad y esperanza de un nuevo día.
Quizás... era el destino mismo aullándole al mundo.
...
INTRODUCIR: NERVES BEFORE DISPATCH - YUKI HAYASHI
El puño de Izuku se aproximaba al rostro de Nagant.
El cañón de Nagant se aproximaba al rostro de Izuku.
[No voy a dudar ni un segundo. En cuanto este en mi mira disparare. Justo en el rostro, sin mirar atrás, sin pensar en nada más. No voy a volver a dudar. Disparare, le voy a disparar... hasta que muera]
La luz rojiza que ilumino la habitación por segundos estaba parpadeando, intercalando el tono oscuro del humo rojo y el brillo del fuego de la explosión. Desapareciendo los rostros de ambos por segundos.
La tensión se dibujó en una línea blanca entre ambos mientras el mundo a su alrededor era borrado con el simple sonido chirriante del viento abriéndose al corte de cartucho.
El silbido de una tetera caliente.
1,00001 segundos.
El tiempo se volvió eterno entre ambos.
Entonces la línea se resquebrajo y el mundo único en ambos se rompió.
*¡KRAAAASH!*
—¡¡MUERE!!
—¡¡SMAAAAAASH!!
*¡BANG!*
*¡POW!*
La bala corto el rostro de Izuku.
El puño le quebró la nariz a Nagant.
Ambos salieron despedidos hacia cada extremo de la habitación.
En cuanto ambos chocaron con su respectivo muro, el brillo carmesí desapareció y la habitación solamente fue aunada con una gran oscuridad propiciada por el humo negro que cubría el exterior.
*SMERG*
La sangre no se detuvo y salió a chorros de la nariz rota de Nagant mientras esta simplemente se levanto y alzo su rifle.
Izuku que tenia la cabeza hacia atrás la lanzo hacia delante mostrando el camino que se abrió la bala de Nagant. Justo iniciando en el mismo lugar que la cicatriz de su ojo derecho abriendo nueva cuenta aquella cicatriz cerrada.
Nuevamente la sangre broto por todo su rostro manchando su cabello.
La vista borrosa de Izuku se esclareció por un instante.
*¡BANG!*
Un segundo disparo y la habitación se llenó de una luz momentánea.
El disparo hacia acertado en el cristal rompiéndolo y dejando que una ráfaga de aire entrase inundando de aire gélido todo el lugar.
Al igual, un mar de humo negro infesto el sitio.
Izuku desapareció con aquel humo a su espalda tragándolo poco a poco mientras Nagant cargaba un nuevo tiro.
*¡Rumble!*
Hubo un estruendo eléctrico y la habitación se ilumino en torno a un color esmeralda.
[Es un idiota. Se va a delatar si activa su quirk. Puedo deducir su posición con el brillo tenue de sus relámpagos... lo demás será historia.]
Con su rifle izado Nagant estuvo a punto de disparar cuando...
[Delaware...]
Por un momento sintió un golpe en su corazón.
Su interior le grito—¡CORRE!—.
Sus pupilas se expandieron y el grito apareció.
—¡¡SMASH!!
Todo su rostro se deformo con la presión del viento mientras sus tímpanos parecían querer estallar.
*¡¡DWOOOOM!!!*
Abriéndose paso a través del sexto piso el cuerpo de Nagant revoto y rodo entre los escombros que estallaron a su alrededor con aquel ataque devastador de Midoriya.
El humo negro se mezclo con el humo gris mientras que en un claro de este el cuerpo de Ozda fue cargado y puesto sobre un muro siendo apoyado en este mientras Izuku arrancaba el resto de manga derecha desde hombro hasta antebrazo para cubrir la herida de bala del hombre. Sobre esta tela puso una cinta que cargaba en sus bolsillos. Una, dos vueltas y después sus dedos temblorosos provocaron que la cinca cayese al suelo.
—...n-n-n-niño... —murmuro Ozda.
Aun con pocas fuerzas podía ver sombras con su vista borrosa.
El chico solo se limito a colocar su mano sobre sus muslos y después se puso de pie. Antes de darse la vuelta y seguir su camino, Izuku le agradeció a Ozda.
El hombre miro de forma prolija la figura del chico apartarse de él desapareciendo de la habitación.
Ozda volvió a hablar murmurando algo que hizo que Izuku se detuviera un segundo.
[Ya veo...]
Después de esto, Ozda bajo su cabeza y cerro sus ojos quedando inconsciente.
El humo que iba y venia fuera y dentro de la habitación se apartaba ante los pasos de Izuku quien caminaba lentamente.
Su mano izquierda temblaba. Su pierna cojeaba y su espalda parecía crujir con cada paso que el daba.
Sea por la fiebre que habia dormido en parte su cuerpo o la adrenalina que luchaba con este sentir, Izuku habia dejado de percibir el dolor.
No sabia si estaba al filo de la muerte o quizás era un sueño muy largo. Lo que, si sabía es que más allá de esa nube de polvo estaba la mujer, poniéndose de pie mientras limpiaba la sangre que habia manchado su rostro.
Lady Nagant estaba alzándose de una cama de escombros con una pierna llena de cortes y su brazo izquierdo con un gran golpe que poco a poco se estaba tornando de rojo a morado.
La mujer a pesar de todo esto no mostraba signos de dolor. Solo le basto mover su mano hacia su nariz produciendo un sonido grave.
*CRACK*
Su nariz habia vuelto a su forma natural y ella en un esfuerzo lanzo toda la sangre de sus orificios nasales como si estornudara.
Ella habia quedado en lo que parecía ser una sala de estar donde una pequeña maseta de un metro de diámetro cubierta con azulejo estaba destruida. Delante de ella posaba un pasillo que guiaba a distintas habitaciones, una de ellas estaba llena de humo debido a una gran apertura en el muro.
Apertura que Izuku uso para cruzarla.
Ese lugar era extenso, lo suficiente para ser considerado una estancia de centro comercial con vista hacia la ciudad.
Detrás de Nagant estaba la gran maseta y un muro de cristales que daban vista a Akihabara muy lejos de ahí mientras que delante de ella estaba ese pasillo superior y debajo un par de puertas. A su derecha unas escaleras con bordes vidriosos y frente a estas un par de ascensores.
La luz parpadeaba del techo y el suelo temblaba.
[¿Um?]
De reojo miro hacia atrás, directo hacia la ciudad.
Un helicóptero se aproximaba desde la lejanía.
Ella después volvió su mirada hacia el ascensor recordando hacia donde habia parado el hombre.
[presidente...]
Pensó Nagant.
Ella dio un paso y entonces sintió un intenso dolor en su costado.
[¿...?]
*Bluagh*
Enseguida su boca se lleno de sangre hasta vomitarla en un escupitajo.
Le faltaba el aire, su pecho dolía y sentía un gran ardor recorrer la parde derecha de su torso.
Se le habia quebrado más de una costilla.
Ella volvió a vomitar sintiendo el mismo intenso dolor.
Entonces su rodilla cayo alcanzando el suelo.
Sostuvo su pecho y entonces lo supo. Ella sabía que podía morir. Ahora era que se daba cuenta como es que estaba pensando claramente sin darse cuenta de que estaba aturdida. Sus ojos desvariaban y la sangre fluía por todos lados.
[Ese ataque fue mas potente de lo que pensé.]
Incluso para alguien entrenado por la comisión, Nagant seguía siendo una mujer común y corriente de carne y hueso.
[¿Tenia intensiones de matarme?]
Pensó Nagant.
Entonces escucho un sonido.
Pasos...
[No... no es momento de pensar en eso.]
Se dijo a si misma cuando las luces se apagaron. Ella se alzo ignorando el dolor y escupiendo la sangre restante de su boca. Solo la luz lunar era el único brillo que aunaba ese lugar.
Ella podía escucharlo, podía escuchar los pasos. También, los crépitos eléctricos.
Entonces vino de nuevo. Era el chirrido de una tetera hirviendo... era el viento abriéndose al impacto explosivo.
[Aquí viene.]
Como una competencia para ver que era mas estruendoso, si el disparo de su rifle, o el choque de carne con viento del puño de Izuku.
Este resonó.
*¡¡¡SSSSSSSS-SMASH!!!*
Una fuerte presión de aire empujo el humo dentro de aquel lugar infestando completamente la sala de estar y bloqueando la vista de Nagant al completo.
Nagant se cubrió mientras abría bien los ojos.
[¿Cómo es que aun puede pelear? Sus piernas están rotas, sus costillas están en peor estado. En términos de lo que una persona normal podría aguantar... el ya debería estar tres metros bajo tierra. ¿Cómo?]
Nagant movía su mirada de lado a lado buscando hasta el más mínimo indicio de cambio. Buscaba hasta el más minúsculo brillo entre el tono mate del humo. En cuanto lo notara, ella dispararía.
[Cierto... el no es alguien común y corriente ¿no es así?]
Una y otra vez como si no tuviera nada mas que hacer. Sentada en aquella oficina admirando la pantalla del computador, observando aquellos videos resguardados por la comisión.
Observando a aquel niño que jamás dejo de luchar.
[Él es alguien testarudo.]
El infierno en su cuerpo, el dolor y sufrimiento que Izuku habia pasado hasta ahora solo se basaba en una competición para ver en que momento ha luchado por soportar más. Desde que comenzó este camino hacia el heroísmo su cuerpo no ha parado de pagar facturas de esfuerzos sobrehumanos.
Ya sea por el One For All o por algún motivo oculto en su cuerpo.
Midoriya Izuku era un tanque con pies y cabeza.
Sangre por allí, sangre por allá. Huesos rotos y fisuras en su carne desprendiendo un ardor casi infernal.
Era claro que ese chico era diferente a los de su generación.
[Matarlo o no matarlo. Esta decisión le pertenece al presidente... pero dadas las circunstancias hare lo que se tenga que hacer. Sea el resultado que sea. Por mi supervivencia, por el bien de la comisión y su propósito... por mantener el estatuto y ese mundo de rosas para todos.]
El dispositivo en su ojo derecho se encendió.
__________________________________________________
[A partir de ahora no me detendré.]
__________________________________________________
En ese sentido, ambos eran iguales.
No se detendrían.
[¡AHÍ VIENE!]
El lente de su vista lo habia captado, una fuente de calor que enseguida se extendió como el relámpago que desciende del cielo.
Izuku apareció y despareció.
*¡BANG, BANG...! ¡¡BANNNG!*
El brillante dejo de destellos emanaba de muro y techo a través del humo que rodeaba todo el lugar.
[Un tiro, solo tengo que darle un buen tiro sea donde sea. Un brazo, una pierna, su abdomen o pecho. ¡Incluso la cabeza!]
El ceño de Nagant se frunció.
[¡Destrozare al pequeño mocoso!]
*¡BANG!*
La lluvia de balas iba de lado a lado rebotando de muro en muro hasta estallar en los cristales que estaban detrás de Nagant. Fue entonces que el humo comenzó a salir una vez el muro de vidrio se quebró lo suficiente.
Izuku estaba perdiendo ventaja mientras buscaba una apertura.
Era ahora o nunca pues en cuestión de segundos, como un niño descubierto en un juego de escondidas... ¡El perdería!
*¡FWAM!*
—¡TE TENGO!
Grito Nagant al ver un destello despegar del muro a su izquierda en dirección hacia la derecha.
No era simplemente predecir, era lógica.
Durante los últimos momentos Nagant estuvo analizando los destellos observando cierto patrón. Si sus cálculos no fallaban, el siguiente lugar donde Izuku iba a tocar era...
—¡ESE MURO DE AHÍ!
Ella giro enseguida.
*¡Bang!*
—¡¡AGHGHHR...!!
Izuku rugió cuando la bala destrozo su botín metálico y se clavo justo en su pie. Debido a que la bala no fue del suficiente calibre como para romper totalmente el metal y atravesar el pie, la mitad de la bala se habia incrustado en su carne.
El One For All se apagó he Izuku cayo a una cama de humo que cubrió su posición.
—¡Esta lucha no tiene sentido Midoriya Izuku! ¡Al lugar que vas exige tu nombre desde hace años! Así que acepta tu destino y paga por los pecados de una vida llena de miseria. ¡YA LUCHASTE LO SUFICIENTE!
Nagant arranco de su cabello hebras a lo loco sin importarle que se desperdiciara a montón, ni si quiera moldeo bien la forma que usualmente usaba. Lo único que le importaba era disparar la bala de una buena vez y para siempre.
[¿Dejar de luchar dices?]
La voz de Izuku en eco resonó.
[¿Dónde...?]
Aunque Nagant sabia que estaba delante en esa nube de humo, parecía que se habia movido sin que ella lo detectara. Ni si quiera su mirilla que estaba activa detectaba el calor que habia estado ahí hace un segundo.
Izuku habia desaparecido.
Solo para volver a reaparecer a espaldas de Nagant, completamente sin poder.
Con su puño en ristre Nagant giro.
—Aun tengo mucho que... —la mujer no tuvo tiempo de girar todo su cuerpo—. ¡C-O-M-P-ENNN...SAAAAR!!
*¡KAPOW!*
Directo a la cara de la mujer.
Pudo sentir su mandíbula crujir luchando por no zafarse. Sin embargo, no fue la suficiente fuerza como para hacerla caer, no esta vez.
Con medio rostro torcido y una ira ardiente en su interior, ella contrajo su rifle y lanzo un puño directo a la cara de Izuku.
*¡KAPOW!*
Ambos con ambos puños en la cara del otro retrocedieron arrastrando los pies en el suelo crujiente de azulejo, rodeados de una maraña de humo que desaparece al paso del viento.
Nagant alzo su rifle.
Izuku volvió a rodearse de relámpagos.
*¡BANG!*
El disparo salió, Izuku desapareció.
—¿Compensar dices? Lo que buscas no es más que una redención que ni si quiera mereces —sacudiendo su mirada de lado a lado entre el polvo ya casi inexistente, Nagant observaba dejos de calor a su alrededor—. Este mundo no te va a aceptar. Mientras haya gente que recuerde de carne propia la desesperación de aquel día te seguirán tratando como una bruja en la hoguera.
—Quizás sea así... ¡Pero! No puedo dejar de luchar. ¡No voy a dejar de luchar! —Izuku iba y venia esquivando balas con el dolor comenzando a nacer en su cuerpo—. Personas han confiado en mí, me han dado la mano y me han mostrado un futuro del que yo jamás pensé poder alcanzar con mis propias manos. No solo por compensar, o redimirme... ¡Es por corresponder!
El One For All estaba en un intermitente encendido y apagado pues cada impulso que Izuku daba, usaba el transcurso para apagarlo y cuando alcanzaba su objetivo lo volvía a encender.
[¡ADEMAS...!]
*ZSSSSH*
Izuku se debatió.
Un golpe seguro buscaba.
No con fuerza la suficiente para matarla, lo suficiente para dormirla de una vez para todas, pero... él estaba aun con esa fiebre maldita.
Hace unos momentos pudo golpearla, pero, debido a que su mente aun tiene esa laguna provocada por las alucinaciones, él pensó que tenía el OFA encendido en ese momento. Debido a la adrenalina y al calor luchando en su interior, ni si quiera podía sentir cuando el OFA estaba imbuido en su cuerpo.
Simplemente se guiaba por propia naturaleza.
*¡BWSH!*
Nagant se curveo hacia atrás ante la inminente aparición de Izuku por encima de ella.
__________________________________________________
[Tengo algo que cumplir.]
__________________________________________________
"Un... mundo... donde... todos... seamos..."
Nagant frunció el ceño.
Su rifle se contrajo y lanzo ambos brazos hacia Izuku tomándolo del cuello en pleno vuelo cuando esta uso todo el peso de su cuerpo...
[¡¿...?!]
*¡KRASSSH!*
El impulso que Izuku traía hizo que Nagant se aferrara a este y la dirección cambiase.
El muro de cristal se rompió por completo he Izuku y Nagant ahora estaban en una caída libre hacia el palco del quinto piso. Un especie de balcón de convivencia donde se encontraban unas diez mesas de gran tamaño.
En medio de la caída, Nagant giro y aprovecho para comenzar a golpear a Izuku en la cara a lo cual este contesto sosteniéndola de las manos comenzando a forcejear mientras ambos caían junto con la lluvia de cristales.
*¡POW!*
Izuku golpeo la cara de Nagant.
*¡KAFH!*
Nagant le metió un rodillazo directo al estómago a Izuku.
Giraron mientras caían y entonces el impacto inminente ocurrió.
Sobre las sombrillas cayeron y sus costados sobre el metal duro se derrumbó.
El grito interno de ambos mas la pequeña nube de humo que se alzo mientras la llovizna de cristales avivo lo que parecía ser una batalla de resistencia.
Rodando hasta que Nagant quedo en la orilla del barandal he Izuku contra la puerta de entrada.
Nuevamente todo el edificio habia temblado nuevamente.
*¡RMBL!*
Aun con el continuo choque de cristales sobre el suelo del balcón y las explosiones adornando el cielo del octavo, séptimo y noveno piso...
Midoriya Izuku estaba apoyado con su espalda en la puerta, con su antebrazo en una rodilla.
Lady Nagant estaba mirándolo fijamente con su brazo derecho puesto en una posición extraña. Al parecer, su brazo se habia dislocado. Era claro debido a que no estaba con su rifle en mano.
El cabello que antes tenia en una coleta ahora estaba totalmente suelto y arrugado. La mitad de su rostro mallugado y la mirilla propia de ella, echa trizas.
Posada en la misma posición de Izuku.
Ambos luchando con la incesante sensación de la espalda rota.
La sangre salía de ambas narices mientras que ambos tenían sus ojos rojos como si estuvieran sufriendo un derrame.
Se miraban como si no existiera más en el mundo.
Sus bocas cubiertas por sus antebrazos solo dejando ver sus ojos por encima de ellos.
[Pareces cansada, no, diría... exhausta.]
Filosas palabras como dagas las que salen de su boca. Arrogante por momentos, sin imagen que de veracidad a sus palabras.
[Lo estoy.]
Una respuesta clara sin nada detrás.
Nagant podía ver las manos oscurecidas de Izuku, podía ver aquella mano de carne y hueso como si fuera la de una bestia.
[¿Tu lo estas también?]
Ambas almas calmadas por el momento de dolor que ambos sufren.
[Si... mas que en el pasado, menos que en el futuro.]
Nagant sabia que en cualquier movimiento que ella hiciera, Izuku le seguiría. Una lucha de la cual el primero convertiría al otro en mimo.
—No pareces un héroe —dijo ella.
—No se trata de la apariencia, se trata de las acciones —Izuku despego su boca de su antebrazo apoyando su nuca en la puerta—. Desde mi punto de vista... ¿Podría decir lo mismo?
Nagant frunció el ceño.
—Hablas con mucha claridad para estar con fiebre.
—¿Cómo...?
—Estas ardiendo niño, puede que estes entre los 43 o 44° de temperatura. Si fueras una persona normal ya estarías muerta. Pero, no lo eres. ¿Por qué?
Izuku no contesto al instante, tan solo la miro fijamente hasta que su voz decidió salir.
INTRODUCIR: UNLASTING - LISA
[No importa.]
Ambos no se separaban la vista por un segundo pues sabían que con cualquier distracción el otro haría su movimiento.
Nagant propuso algo.
—Charlemos.
—¿No lo estamos haciendo ahora?
La mujer contuvo su irritación. Respiro profundo y relajo los hombros haciendo lo mismo que Izuku.
Un sentimiento de jubilo le vino y se fue cuando finalmente pudo recostar su nuca sobre el barandal metálico a su espalda.
Era un alivio al dolor que sentía.
—Luchas por que quieres compensar, por que quieres corresponder la confianza de otros y por que quieres un mundo donde personas como tu no sufran, ¿No es así?
Izuku asintió.
—Las personas suelen ser crueles. Lanzan la piedra, esconden la mano y el único que queda con la sangre en la frente es la víctima, pensando, analizando y creyendo cosas que a veces no son. Estas ocasiones pueden dar como origen a muchas tragedias guiadas por el odio o la venganza, todo porque no hay comprensión o algún tipo de enseñanza de por medio. Si comenzaremos a ver el horizonte que la otra persona ve... quizás podríamos llegar a comprendernos mutuamente.
—Es un sueño muy grande, una ambición bastante única. Pero, lamentablemente hay muchos fallos en esa "Creencia" el mundo funciona de maneras atípicas. No puedes buscar la igualdad cuando ni si quiera es posible. Siempre habrá un lado disconforme. Minoría, la mayoría. Hemos vivido tantas eras que han sido influyentes en los corazones de las personas. La humanidad es como una marea que va y viene. Nos deconstruimos y construimos nuevamente mientras el tiempo pase. Jamás habrá un mundo donde todos estén conformes con el papel que les toco. Eso... ¿lo puedes entender?
—Lo entiendo, pero no lo comparto.
La sangre le hervía a Izuku, literalmente. Tanto que el vapor que salía de su piel por algún motivo parecía teñido de un color rojizo, pero, era tan tenue que ni si quiera Nagant o él se podía dar cuenta.
Cada cierto tenia que tragar espuma que le salía junto a la baba. Sus alucinaciones retorcían su alrededor y el dolor estaba siendo calmado por la droga de la inconsciencia.
...
[Es cierto que ahora mismo es imposible hacer un mundo donde todos sean felices. Siempre habrá alguien que no este conforme y de ahí sus pensamientos o acciones contagien a otros hasta que ocurra una nueva revolución. Esa es la manera natural de pensar las cosas pues hemos llevado haciéndolo durante mucho tiempo que se llegó a la conclusión de que esta es la verdad absoluta. Sin embargo, lo que he aprendido a lo largo de mi vida mas los conocimientos que he adquirido recientemente desde que mi vida comenzó a cambiar, es que nada esta escrito sobre roca. Quizás ahora mismo lo mas que podamos es imaginar un mundo así, ¿Pero ¿quién podría asegurar que el día de mañana no ocurra lo contrario? Aquellos que aseguren cosas basadas en la probabilidad jamás serán certeras. Estoy seguro de que, si yo no lo logro, al menos sere el mensajero de la siguiente persona en la fila.]
...
Izuku entre cerro sus ojos por el cansancio.
—Mientras tanto... Seguiré luchando. Incluso si voy contra el mundo entero pues ya decidí mi objetivo.
—Eso... Es tan arrogante que me da nauseas. Es como si trataras de decir que eres único en el mundo.
Izuku bufo.
Las palabras de Nagant, aunque no eran lo suficientemente claras se volvieron como risas para él.
Estaba en un punto critico donde su corazón palpitaba lentamente por momentos y cuando estaba por detenerse comenzaba a palpitar tan rápido como un ferrocarril.
—Ojalá fuera así... —Izuku sentía el crujir de su interior avisándole sobre su final, pero el lo ignoro—. Si ese fuera el caso, ser alguien tan especial como único... entonces no hubiera vivido una vida cubriéndome los oídos, agachando la cabeza y escondiéndome en un rincón esperando que otra persona resuelva todo por mí.
[Al final...]
Izuku hizo el primer movimiento.
El se puso de pie en un segundo.
[No puedo huir, luchare. Simplemente, soy esa clase de persona.]
Nagant enseguida hizo lo mismo y entonces tomo su hombro y apretó con tanta fuerza que comenzó a escuchar sus huesos crujir, luchando por reacomodarlo en su lugar.
[Quiero que las personas entiendan que no están solas. Pues si llegan a creer eso suelen pensar en ideas bastantes malas. Lo se por experiencia. Quiero que en algún punto del futuro confíen en mí. Quiero que sepan que tienen a alguien en su misma condición, que no están solos. Quizás sea un sueño bastante arbitrario para ti, y puede que sea algo difícil de cumplir, pero, no quiero que nadie este solo. Anhelo que las personas puedan ver más allá de su propio horizonte.]
*¡CRUEK!*
Nagant gimió de dolor ahogándolo en su fervor.
Ella frunció mas el ceño mientras abría su rifle izándolo hacia Izuku.
Ella pudo ver los ojos desorbitados del chico.
[Ese camino que estas eligiendo es duro, cruel. Tanto que vas a llorar y suplicar jamás haberlo tomado.]
Nagant arranco una hebra de su cabello, apuntándolo hacia Izuku.
[Tengo gente a la que aprecio. Amigos a los que tengo mucho cariño. Y no puedo imaginarme el fallarles. Se cuan duro es este camino y se los dolores que conllevara. Pero estoy seguro, sin temor a equivocarme que alguien como yo puede ser capaz de cargar ese peso. Yo... no quiero volver a ver la expresión de dolor y tristeza en los rostros de las personas. De las personas que aprecio o desconocidos incluso.]
Nagant cargo.
[¿Aun si son villanos?]
Ella pregunto.
[Si.]
Los ojos de Nagant se abrieron.
Izuku irguió su espalda y su voz gano fuerza.
—Habrá veces en que deseare huir —el bufo nuevamente—. Quiero huir ahora, pero no puedo hacerlo. Quiero llorar, pero no puedo llorar. Todos ustedes son fuertes, pero no quiero perder. Y por eso, voy a luchar. Se que soy débil y estúpido, pero, aun así, luchare. Por que ustedes se equivocan. Lo hacen al creer que el sufrimiento continuo es parte del camino. Creer que estar en un mundo de oscuridad es lo normal.
—Estas pisando una línea muy delgada niño. Son cosas que tu no sabes. El mundo no es color de rosa para todos. Genuinamente los únicos que pueden ver esto son los que están en el lado blanco o en el lado negro. Es así como funciona el mundo.
—No... el mundo esta lleno de matices grises. Ahora lo se. Y creo que tú lo sabes, ¿no?
Nagant miro confundida.
[Después de todo...]
Izuku sonrió mientras el One For All volvía a él.
[Ese día hace unos meses, en Osaka...]
"Midoriya, ella..."
Las palabras de Ozda antes de que el continuara la pelea no fue más que una declaración de un recuerdo que él vio al rozar la mejilla de Nagant.
Algo que nadie más que ella sabía.
Nagant se lleno de una gran he iracundo deseo de matanza.
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[Tú me salvaste, heroína.]
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Aunque claro, Izuku ya lo habia supuesto.
—Vas a morir —declaro Nagant con una voz grave como el infierno.
—No me malinterpretes. Cuando dije que lucharía, nunca dije que tomaría un palo y pelearía con todo el mundo. De hecho, me gustaría evitar esa imprudencia. No me gustaría que sangre fuera derramada de forma innecesaria ni necesariamente. De ninguna manera si es posible. A lo que me refería con luchar es hacer que las personas dejen de mirar sus propios horizontes.
Izuku extendió una pierna hacia delante mientras la sangre corría de su pie y los huesos rotos seguían siendo apretados por aquel sistema creado por Mei Hatsume.
[Mirar hacia sus horizontes no va a cambiar nada. Su mirada no va a hacer un cambio si siguen viendo en la misma dirección. Algo que jamás ha sido cambiado en miles de años seguirá de esa forma si las personas no desean un cambio, si no comienzan dándose cuenta de sus errores. Quiero que todos se den la vuelta y miren hacia el frente. Si miran a su alrededor, seguramente, verán algo mas que un triste peaje...]
45° de temperatura, el cuerpo de Izuku estaba más allá de su limite y el aun no caía, sin embargo, desde su vista ya nada tenía sentido.
Los colores del mundo se habían mezclado y su cuerpo habia desaparecido de sus cinco sentidos.
Ahora mismo era como si estuviera controlando a un títere.
Su cerebro luchaba por seguir al igual que toda su alma.
[Las personas tienen que ver un nuevo horizonte más allá de su era...]
Izuku frunció el ceño y Nagant disparo.
*¡BANG!*
Un destello relámpago.
La bala atravesó su hombro he Izuku volvió a embestir a Nagant hacia el vació mientras detrás de ellos todo caía nuevamente.
—¡¡UN HORIZONTE DE UNA NUEVA ERA ES LO QUE TIENEN QUE VER!!
...
[Las miradas se posicionan mientras la lucha de todos continua. Ahora mismo como si se tratara de una batalla campal el estallido de su lucha hace temblar a todo Japón. Miruko luchando contra el demonio de la sangre, Kano. Después, Yu y Kamui en contra de la señora de la luz, Eva. Mientras que al mismo tiempo Bakugou desempeña un papel contra aquel monstruo de la oscuridad, Nacht. Lady Nagant y Midoriya Izuku estarán en el auge de su batalla.]
Próximo capitulo: Cerca del final.
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