EL BRILLO DE LA LUNA ESMERALDA.

[El pasado es conciso, fundamental y poderoso. Aquello ocurrido dentro de cada vida se considera un antiguo añejo de acciones y decisiones. Y a través de aquellos recuerdos que se cristalizan en la mente, se almacenan en el corazón y son capaces de recordarse, es que por medio de esto que, las ventanas del presente se abren hacia el pasado y a través de ellas se podrá observar el cumulo de experiencia acumulada.]

*¡RUMBLE!*

El cielo se estremecía con el tifón que recaía sobre la ciudad. La tormenta eléctrica que se había formado estaba golpeando duramente las señales de televisión y radio.

Algunos puntos de la ciudad que se iluminaban con tonalidades celestes prontamente se vieron acompañadas de destellos rojizos y anaranjados como si pequeñas explosiones de luz aparecieran y desaparecieran.

Debido a todo el caos que se había generado por la lucha entre Miruko y Six, algunos héroes y oficiales aún se encontraban patrullando las calles.

Algunos negocios como restaurantes y bares que tenían zonas al área libre rápidamente fueron cerradas y delante de los cristales de entrada se encontraban los cúmulos de personas mirando a través de estos.

La niebla no les permitía ver más allá de su propia cera. Incluso los automóviles en las áreas más transitadas se habían detenido.

No solo por la lucha, no solo por el desastre del callejon de la lucha que rápidamente llego a las noticias, si no que, la tormenta estaba golpeando duramente Osaka.

Y como si la terrible tormenta no fuera suficiente para sacudir los cielos. Una gran escala de temblores azotaba las calles comerciales de doble sentido en la gran vía del barrio Shinsekai.

Este callejon que conectaba de un punto de una rotonda hacia una gran vía cerca del parque se hallaba una de las plazas más comerciales y turísticas de Osaka, puesto que la torre Tsutentaku de unos 103 metros de altura se hallaba al final de este lugar.

Uno de los más grandes símbolos de la ciudad de Osaka y, sobre todo, del barrio de Shinsekai.

Esta calle estaba repleta de hermosos colores neones que se remplazaban cada cierto tiempo.

Blanco como la nieve, rosa como las flores de cerezo, cerde como las nuevas hojas, azul como el cielo y el mar, dorado como las espigas de arroz y verde celeste que brillaba en un color único.

Justo a la entrada de este callejon que terminaba por conectar con diferentes alturas en la zona se encontraba un cartel algo único que dictaba el nombre del lugar «Shinsekai».

Era un extenso callejon lleno de negocios desde un Spa, restaurantes, tiendas de mercería, recuerdos y demás.

Era un lugar repleto de gente que lastimosamente la había atrapado el tifón y no terminando su desgracia ahí, justo cerca de ese lugar se libraba una batalla encarnizada.

Un grito sacudió los cielos y despues―

*¡GWROOOOM!*

Una explosión de fragmentos de roca y cemento colaron desde los suelos donde parecía debutar en una extradición hacia todos los lugares posibles.

―¡Eso se escuchó muy cerca!

Un hombre dentro de una tienda de mercería debajo del velo del techo jadeo ante el estruendo.

Un grupo de personas desde hombres, mujeres y niños buscaban con sus miradas lo que producía aquel desastre que sus oídos y pieles lograban sentir. Mirándose unos a otros de un lado de la calle al otro.

Sin embargo, debido a que los edificios estaban superpuestos unos delante de otros tan densamente, no eran capaces de ver más allá del comienzo del callejon. Asomaban sus cabezas por fuera del techo de los negocios para mirar a través del abandonado callejon observando la neblina la cual se apoderaba del lugar y mantenía una lucha interminable con las luces de neón que brillaban intensamente.

Varias de las personas que estaban ahí miraban sus celulares, otros las televisiones puestas sobre los muros dentro de las tiendas buscando entre las palabras del noticiero algo que les avisase de que estaba ocurriendo.

Una pequeña chica de apenas 14 años estaba mirando extrañada un vaso de agua que estaba sobre la repisa del muro que se extendía por debajo del televisor.

Este vaso, el liquido dentro de este se encontraba temblando.

―M-mama...

La pared delante de ella se abrió de golpe con un fuerte estrepito.

―¿¡...!?

Fragmentos de piedra volaron por todas partes.

Una nube de polvo broto de la pared, y un instante despues un chico de cabello verde y un salvaje espectro de luz anaranjada irrumpieron a través de ella.

―¡¡Haagh!!

Ante los ojos de los atónitos, Izuku y Six se habían encontrado cara a cara delante de ellos.

Six oscilo su cuerpo hacia Izuku lanzando su brazo hacia el rostro de este chico. Poco a poco una apertura en la palma de Six se extendió y lo que daba la impresión a ser un hoyo sin fondo.

La contracorriente de viento causada del estruendo chocando con la ventisca del tifón provoco que varios utensilios como mercancía salieran disparadas hacia los techos causando una lluvia de desastre dentro de la tienda.

El tiempo se congelo.

*¡ZONK!*

Izuku se aparto hacia un lado y el tiempo volvió en sí.

*¡FWOOOOSH!*

Izuku aparto la mirada por un segundo de Six mirando a su costado, observando a las personas que se encontraban a su espalda.

―¡Laughing Boy!

―¡¡¿Midoriya Izuku?!!

Las personas reconocieron enseguida la cabellera verdosa oscura a causa de la humedad que se oscilaba alrededor de su rostro.

Izuku devolvió su mirada a Six quien se precipitaba hacia él con una violencia pura.

Un rugido desmesurado vino del grito de Six.

―¡¡Eheek...!!

Las personas en el lugar se aterrorizaron lo que provoco que el miedo los inmovilizara.

El grito desgarrador de Six era increíblemente poderosos. La amenazadora voz de aquel hombre despertó un terror primitivo en las personas que las detuvo en seco.

Algunas mujeres y niños cayeron de rodillas mientras que hombres y ancianos se pusieron rígidos como si estuvieran a punto de caer muertos.

»¡Estan justo detrás de mi...!

Nuevamente la madera de la tablilla en su pierna crepito y lo que seria un sonido nada agradable acompaño la madera. El hueso de su pierna parecía haberse movido muy violentamente.

*¡ZONK!*

»¡No te distraigas!

Un grito interior a si mismo lo hizo caer en cuenta del siguiente acto de Six.

Por detrás de Izuku se extendían algunos estantes de venta los cuales temblaron y las lámparas en el techo parecían apagarse y encenderse.

Desde el hombro hasta su mano, el brazo derecho entero de Six se expandió en un segundo y su cintura parecía comenzar a girar.

El sensor de peligro no se detenía, incluso se hizo mucho más fuerte que antes.

Un desastre se aproximaba y su cabeza ese quirk se lo advertía.

Toda la tienda de mercería estaba llena. Un total de 59 personas se encontraban amontonadas unas encima de otras. Sin contar que, si el ataque de Six se extendiera aún más, quizás de alguna forma podría llegar a los negocios del frente y lastimar a más personas.

Izuku aparto su vacilación.

Su mano derecha se abrió y cada uno de sus dedos se extendió abriendo la palma al completo. Flexiono sus rodillas y entonces―

*¡CRACK!*

La madera que funcionaba de tablilla se quebró al igual que alguna parte dentro de su pierna derecha. Pero al menos su mano izquierda finalmente alcanzo el suelo del sitio.

*PAF*

El brazo de Six estaba listo.

*Crack* *¡Crack!* *CRACK* *¡¡CRAAAACK!!*

Un remolino de grietas se extendió por todo el suelo del lugar a los pies de las personas quienes miraban las grietas avanzar por debajo de sus pies. Muchas de estas miraron aterrorizadas pensando en lo peor. Incluso algunas de ellas ya se imaginaban el dolor de caerse a pedazos mientras que otros se lanzaban hacia sus amigos, seres queridos y demás con la esperanza de que algo los salvara.

Entonces ocurrió.

[Concéntrate.]

En eco su voz se extendió por todo su cuerpo.

La luz alrededor de izuku en refracciones de luz esmeralda desaparecieron como si el fuego de un fosforo se apagará de un suspiro.

Tan solo Decay había aparecido.

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*¡¡¡KRAAACK!!!*

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Absolutamente el suelo de la mercería se hizo añicos elevándose hacia el cielo una enorme cantidad de polvo mientras que las personas dentro de este lugar cayeron hacia el suelo.

*¡WAAAARMMM!*

El brazo de Six se gesticulo por todo el lugar pasando por encima de las cabezas de los civiles.

*¡SCRAAAASH!*

Cristales, azulejos, concreto, metal y demás volaron en una colisión desastrosa. Incluso toda la mercancía dentro del lugar se sacudió en un remolino que empujo a las personas mas y mas al suelo hasta que por encima de ellas la energía anaranjada parecía estallar en pequeñas y minúsculas bombas.

*¡Boom!* ¡Boom!* *¡Boom!*

Esferas de energía como destellos de relámpago estallaban encima de ellos.

La mano que izuku mantuvo sobre el suelo giro y sus dedos se enterraron en la tierra. Levanto su rostro y la sangre que fluia junto a la humedad brillo al igual que sus ojos.

El OFA volvió a su cuerpo y en un gran esfuerzo un gran trozo de tierra fue levantado.

*¡SBRAAAM!*

Como si una ola se alzara hacia Six, un enorme muro de tierra quedo por delante de este.

*¡THOOOM!*

Izuku empujo el gran muro de tierra con una poderosa patada lo que termino por arrojar a Six fuera del negocio regresándolo por donde vinieron.

Un camino recorrió de habitación de almacenaje con decenas de aperturas en los muros por donde izuku había traspasado.

El lanzo una mirada hacia atrás confirmando que las personas estuvieran a salvo. Al haberlo confirmado, el se puso de pie, sintió un dolor infernal apoderarse de su pierna como si esta se fuera a romper en mil pedazos. Al momento de dar un paso casi daba su ultimo suspiro con sus ojos envueltos en un blanco de inconsciencia, sin embargo, un fulgor en forma de flamas se extendía desde su interior hasta el exterior.

La ira.

Sus ojos brillaron en llamas verdes y desapareció en un destello.

A través de ese túnel de destrucción gotas de sangre se unían a la espuma del sudor que viajaba por todo su cuerpo.

No pasaron mas de dos habitaciones cuando el gran estruendo resonó y una luz brillante estallo.

*¡BOOM!*

El lugar abandonado detrás de la mercería se encendió en fuego y el muro de tierra se destrozo en un segundo dejando en su remplazo una nube de polvo que poco a poco se traslucía permitiendo ver una siluetea que se levantaba por encima de la nada.

Una sonrisa dibujada en el rostro sin ceño de Six.

Izuku se estremeció.

Aquella sonrisa era como si Six estuviera diciendo que Izuku no tenia tiempo para tales distracciones como para proteger a las personas a su alrededor, y luego oscilo una vez mas su brazo hacia este cortando la nube de humo de su paso he irrumpiendo al espacio personal del chico.

―¡¡UGGGGHHHK...!!

Izuku empujo su brazo derecho donde aun permanecía la tablilla de madera para bloquear el ataque, pero no pudo desviar toda la fuerza del golpe.

*¡ZONK!*

Aquel túnel de habitaciones destruidas se abro en un estruendo cuando Izuku se encontraba girando en el techo del lugar.

*¡WHAP!*

―¡Ah...!

―¡Cuidado!

―¡Quítense...!

El segundo piso se abrió y varias personas dentro de una pequeña oficina se abrió paso cuando desde el suelo del pasillo hacia la sala de juntas irrumpieron a través de esta un par de personajes que se abrieron camino por este largo pasillo.

*¡FWOOOOSH!*

El humo inundo el lugar.
*¡FOOOOOSH!*

Este se extendió abriéndose como el velo de una entrada.

*¡ZOOOOM!*

Dos siluetas atravesaron en destellos el lugar.

*KRAK-BOOM*

Bombardeos de luces anaranjadas mezclándose con residuos de relámpagos verdosos rebotaron en los muros del pasillo hasta que llegaron directo a la sala de juntas.

*¡KRASH!*

El ventanal de la oficina se quebró y de la sala hacia el gran callejon cayo una lluvia de polvo, papeles, cristales y un chico que sostenía su brazo delante de su rostro reteniendo la mano de Six.

En un choque de fuerza en medio de la caída izuku logro despegarse de Six evitándolo y quedando de espaldas contra la gran torre Tsutentaku.

*¡WROOOOM!*

Sus botas metálicas se clavaron en las placas de concreto que se unían unas con otras para formar un suelo firme.

Todo el piso se abrió al paso de su camino hasta que pudo detenerse en medio de dos tiendas de recuerdos y un restaurante al aire libre en el cual habitaban un total de 68 personas que miraban al chico en medio de aquella lluvia abrumadora.

A unos 10 metros Six se encontraba en la misma situación justo cara a cara con Izuku.

La lluvia que caía encima de ambos reaccionaba de distinta forma pues el agua que tocaba el cuerpo flameante de Six se evaporaba mientras que izuku absorbía la humedad sea con su ropa o su cabellera.

El mundo temblaba ante su vista. Podía escuchar el sonido de sus huesos agrietarse dentro de su pierna derecha. Por segundos sentía como sus ojos se iban directamente hacia atrás de su cabeza.

Sus heridas ya se habían abierto casi al completo pues tan solo delgados hilos sostenían la piel abierta permitiendo que la sangre se derramara como un vaso lleno.

Tanto su espalda como su costado estaban bañándose con sangre una vez más.

Su respiración era irregular y pesada.

Izuku se estaba esforzando mucho por mantenerse consciente.

Cada parpadeo era como si sobre sus ojos recayeran un par de pesas que causaban poco a poco que la apertura en sus ojos se cerrara cada vez más.

Las personas que cubrían las entradas de las tiendas se encontraban pegadas unos con otros, abrazados a sus amigos, hermanos he hijos. Las parejas se tomaban unos a otros temerosos de aquello que tenían delante.

Atemorizados.

Sus rostros se reflejaron a través del velo de energía destellante en los nulos ojos de Six. Aquel que curveado estaba hacia el suelo, irguió la espalda y en un simple suspiro su cuerpo volvió a su forma normal.

El cabello color oscuro y los ojos de la misma tonalidad.

Parecía desinteresado, un poco jocoso hacia izuku.

*CAP*

La rodilla derecha de Izuku golpeo el suelo provocando un gran dolor que lo ayudo a despertar, pero a cambio de eso, su cuerpo flaqueo tanto que causo que su mano izquierda tocara el suelo para poder apoyarse y no caer de cara.

*¡Ngh...!*

Un cumulo de quejidos ante esta acción.

*Ha...*

Six bufo y de su mirada al publico fue guiada hasta el cabizbajo rostro de izuku.

―Incluso en esta situación. Aun cuando sus vidas pueden parecer pender del hilo de tu jurisdicción. Si quiera a sabiendas de que cualquier acción que yo haga puede cobrar sus vidas, ellos... Te tienen miedo a ti.

No había mentiras en aquella declaración.

Las miradas inquisitivas, los ceños fruncidos, los rostros aterrorizados y los semblantes iracundos iban solamente dirigidos a una sola persona. Una persona que sin dudar reconocieron al instante que notaron aquella cabellera.

«Laughing Boy»

Casi parecía que ninguna de las personas presentes se había percatado al completo de Six, ni si quiera daba la impresión de que les interesara saber de él. Su única atención estaba puesta sobre el único y verdadero asesino, aquel que se burló hace diez años.

Midoriya Izuku.

Su mano derecha entablillada sobre el muslo de su pierna derecha. Su palma izquierda sobre los azulejos de cantera destrozados en trozos. Su mirada hacia el suelo y su cabello tan húmedo que este en vez de dar un brillo esmeralda era mas un opaco verde pantanoso.

El ojo prominente de aquella cicatriz estaba cerrándose para no querer volver a abrirse y esto lo sabia izuku. Sabía que, si uno de sus ojos se llegase a cerrar, sería el fin.

Una vez mas la invitación del mundo inconsciente lo invitaba a entrar.

»No le he hecho ningún daño...

Durante los últimos cinco minutos que llevaban "Peleando" Izuku tan solo había logrado evitar que Six lo tocase a la vez que en el transcurso que los llevo hasta aquí, el apenas había logrado apartar a la gente de su camino.

Se estaba quedando sin opciones y eso era claro en su mente.

Con su ojo sano sacudió su mirada levemente por todo lo largo del pasillo buscando a alguien o algo que indicara un apoyo.

Podía escuchar la radio, las televisoras avisar sobre el tifón que parecía estar interfiriendo en las comunicaciones.

»No esperes ayuda.

Izuku pensó.

La sangre en venas sobre el mar blanco de su ojo se extendía hasta su pupila mientras miraba de un lado a otro.

»No tengo idea de donde esta Miruko. No sé qué sucedió con KnuckleDuster. Puede que todos los estruendos a lo largo de la ciudad hayan llamado la atención a las agencias de héroes cercanas, pero sin una información exacta no podrán saber donde estamos. Solamente les queda seguir los rastros hasta encontrarnos y quizás cuando lo hagan sea tarde.

Para su situación actual, izuku estaba increíblemente tranquilo. O más bien, parecía que su concentración estaba puesta sobre sus pocas opciones.

»Ni un golpe, ni una apertura. No tengo forma de repelerlo por completo ni de poder atacarlo para debilitarlo.

*Huff, Puff*

»Al menos no esta interesado en las personas. Puede que haya lanzado el ataque anterior y quizás haya lastimado a las personas un poco, pero no fue su intención. Su objetivo soy yo...

La sangre que caía de su cabeza hacia su rostro y se limpiaba con el agua que del cielo descendia estaba tiñendo el suelo de un tono rojizo almagre.

»Si estoy en lo correcto tengo que centrar todas mis fuerzas en huir. Si el me persigue puede que lo aleje de las personas, de un lugar público...

*¡Hghh...!*

Un dolor repentino golpeo la espalda de izuku haciéndolo jadear.

»...no se como sigo de pie. El dolor, la ira... convierte esto en una fuente de energía que me mantenga despierto. Aun con toda la mesa contra mí, quizás mi baraja no sea tan mala. Aún tengo una minúscula oportunidad. Primero, evita daños colaterales. Apenas pude evitar que alguien muriera en el ultimo ataque de él. No creo seguir corriendo con la misma suerte. Tengo que aprovechar todo lo que este en mis manos, incluso estos meros momentos para pensar en un plan. ¡Todo! Usa todos los recursos en tus manos Midoriya Izuku.

*Hahhhhh...*

Izuku inhalo con fuerza atrayendo todo el oxigeno que pudiera hacia sus pulmones a la vez que alzaba su mirada hacia Six.

"Está bien enojarte"

*Crack*

Algo resonó dentro de su rodilla.

*Crack* *Crack*

Su rodilla se despego del suelo y su brazo derecho quedo colgando a su costado.

*Crack, Crack, Crack*

[Convierte la ira en fuerza...]

Izuku se puso de pie con la postura curveada.

*Rumble*

A su alrededor los fragmentos relampagueantes de energía hicieron presencia y sus ojos se encendieron en aquel brillo esmeralda.

[Yo...]

*¡RUMBLE!*

Un relámpago cayo al final de la calle tras la torre de Tsutentaku.

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[¡YO ESTOY FURIOSO!]


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Temblando de ira y dolor, la pelea aun continua.



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CAPITULO 25.


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La feroz lluvia hacia temblar las nubes, rugir el cielo y con gran furor azotaba el suelo con sus relámpagos.

*¡RUMBLE!*

La oscuridad grisácea que había consumido la ciudad entre neblinas parecía no tener fin.

Las densas nubes de neblina que se extienden por lo largo de la ciudad llegan hasta el gran castillo de Osaka.

―No pensé que un sábado podría ser tan pesado. Ni si quiera son las doce del día y da la impresión que es de noche.

―Es algo aterrador, ¿No crees Kishibe-San?

―Aterrador es tener que limpiar el desastre en el lago, y aun mas con estos tontos uniformes montsuki. Sigo sin creer que nos hayan mandando a nosotros dos usando estos tontos kimonos sabiendo el duro trabajo que estaríamos haciendo.

―No creo que debas culparlos. Es nuestro deber despues de todo.

Había dos hombres en la zona de la primera roca, justo a un lado del punto de exhibición. Uno de ellos era un adulto mayor casi rondando los 50 mientras que el otro era un joven de unos 25 años.

―Responsabilidad o no, ni si quiera la policía ha hecho algo al respecto. A final de cuentas creo que ni si quiera deberíamos estar aquí. Es muy cerca del estruendo de hace unos minutos.

―Las líneas telefónicas no están funcionando correctamente desde que empezó el tifón. De hecho, antes de salir creo que la televisora ya estaba comenzando a fallar. Supongo que la tormenta es muy fuerte.

―Y por eso mismo no deberíamos estar aquí afuera. Siento como se me hielan los huesos.

Al filo de las escaleras justo en una pasarela de roca al nivel del rio ambos hombres arribaban con unas especies de herramientas en sus manos. Tenían como trabajo intentar sacar todo lo que esta flotando en la orilla de la zona de exhibición.

―¡Ni si quiera un impermeable! ―refunfuño el hombre mayor―. Nos vamos a enfermar.

―Tranquilo, tranquilo. Mira, si nos enfermamos podremos descansar de este tipo de responsabilidades al menos un día. Así que mientras tanto preocupémonos por tomar los escombros.

―Hah... Claro. Si dejamos que estas cosas entren a las cañerías podrían afectar al fluir de los residuos. Aunque... de verdad va a ser un dolor de cabeza.

*CLANK*

Sobre la pasarela de roca el dejo caer aquel enorme tubo metálico. Pegados al muro de la gran plataforma de roca que se elevaba hacia arriba y funcionaba como una parte de la gran isla donde el gran castillo de Osaka se encuentra construido ambos hombres comenzaron a mirar al frente suya justo a la izquierda como una de las islas estaba destruida y reducida a trozos.

―Solo tenemos que tomar lo que podamos y movernos de aquí.

La lluvia golpeaba sus rostros y humedecía sus ropas.

El chico de 25 años miro por encima del hombro de su compañero observando el desastre.

―¿Quién habrá hecho esto?

―Los demás dijeron que un villano de gran tamaño estaba peleando con un héroe.

Movieron aquellos instrumentos hacia el agua halando hacia ellos trozos de madera y roca.

―Parece que pelearon y se fueron. Aunque realmente solo vieron a uno de ellos irse.

―¿Crees que siga el villano aquí Kishibe-San?

El hombre adulto inclino la cabeza.

―Lo dudo. Este lugar es demasiado sagrado como para que incluso personas sin morales se atrevan a dañarlo. El castillo de Osaka es un tesoro nacional y por ende merece el respeto desde los más peligrosos villan―

*¡Smeck!*

Aun lado de sus piernas una mano emergió del agua colocándose sobre la pasarela.

―¿...?

―¿...?

Ambos movieron sus miradas rechinantes hacia la mano húmeda que emergió del agua. Poco a poco un par de burbujas comenzaron a salir a la superficie. Se miraron mutuamente y de repente un sonoro estruendo resonó frente a ellos.

*SPLASH*

―¡Ahhh!

―¡Ahhh!

Ambos gritaron soltando sus herramientas y tomándose uno al otro.

―¡UN KAPPA!

Gritaron en unisonó al ver la criatura emerger del lago subiendo de golpe.

―¡Cierren la boc―

*¡GLU, GLU, GLU!*

Sin poder callarlos, la criatura comenzo a expulsar agua de su boca al mismo tiempo que espuma.

―¡Se esta muriendo!

―¡Gracias Buda!

*¡NAMU, ABIDA, BUTSU!* *¡NAMU, AIBDA, BUTSU!*

Comenzaron un cantico de agradecimiento a Buda.

Finalmente poso sus pies sobre la roca y se realzo por encima de los hombres.

Una cabellera blanca húmeda llena de manchas rojas seca de tez morena.

Miruko estaba delante de ellos tosiendo mientras se apoyaba en el muro delante de ella.

―¡No se está muriendo!

―¡Namu., namu, namu...! ¡¡NAMUUU!

―¡CIERREN LA BOCA!

*¡RUMBLE!*

*¡GYAAAHHHH!*

El relámpago los hizo gritar de una forma que provoco que las largas orejas de Miruko reaccionaran y esta tomara a ambos del rostro con sus manos elevándolos unos centímetros del suelo.

―Si no se callan los devorare y los arrojare al rio.

Una feroz amenaza hizo que los hombres al ser soltados cayeran de rodillas implorando el perdón.

Miruko parecía gruñir a la vez que erguía su espalda. Lanzo ambas manos hacia su cintura y se inclinó hacia atrás.

*CRACK*

Su cintura crepito y ella comenzo a hacer pequeños estiramientos ignorando al par de hombres.

―¡...!

Un leve dolor atravesó sus manos.

»Ese maldito...

Observo ambas manos notando la falta de sus dedos meñiques y el dedo anular derecho. En su rostro tenia un corte que atravesaba su ojo derecho desde su frente hasta su mejilla. Su piel estaba llena de cortes y quemaduras. Tanto su ropa como su cabello estaban manchados de muchos residuos entre sangre y demás.

Aun así, no parecía prestarle atención a esto.

»No pude ver su ataque. Fue demasiado rápido. No... no preste atención a mis instintos como debería. Al menos debería haber podido evitar tanto daño. Él no es normal.

Sus muñones goteaban sangre. El agua que caía de su rostro estaba siendo remplazada por la sangre que venia de su cabeza y herida en su ojo, y viceversa.

»Me duele todo el cuerpo. Ese estupido ataque... si no hubiera levantado el trozo de tierra seguramente me habría matado.

Miruko miro el cielo.

»¿Cuánto tiempo ha pasado? Dure 7 minutos en el agua despues del estruendo. ¿Perdi la consciencia? No, me hubiera ahogado. ¿Perdi la noción? ¿El golpe fue muy duro? Juraría haberlo escuchado alejarse. Necesito saber a donde fue.

Miruko se dio la vuelta.

―Oigan ustedes dos.

―¡Eeeek...!

―¿Vieron si alguien huyo de aquí? Y si es así, ¿A dónde se dirigió?

Miruko espero una respuesta certera, pero ninguno de los dos respondía. Parecían mas que nada absortos en un terror que los bloqueaba.

Ambos usaban anteojos y ambos estaban empapados tanto que no podían ver de quien se trataba realmente, tan solo podían vislumbrar un cuerpo lleno de sangre seca y tierra.

«¡UN KAPPA!»

Miruko sabía que no obtendría una respuesta de ambos por lo cual indignada se dio la vuelta y flexiono sus piernas.

*¡BUMP!*

Un salto hacia la cima del pilar y los hombres nuevamente estaban a salvo.

―¡Gracias Buda!

Mientras tanto, pequeños saltos consecuentes, uno tras otro hasta llegar a la cima del castillo de Osaka.

*¡Rumble!*

En la punta mas alta Miruko quedo sostenida de la punta de sus pies.

Miles de nubes y decenas de relámpagos a lo largo de la ciudad.

Apenas podía ver correctamente con su único ojo sano.

*Buff*

Un dolor en su pecho hizo que resintiera inclinándose hacia delante.

»Como odio esto...

Danza lunar, Mūndansu. Aquellos movimientos repetitivos que permite emplear una técnica que abre sus cinco sentidos en su totalidad sumado al pequeño detalle de la sangre de Miruko heredada por su pueblo.

La capacidad de que su sangre comience a hervir. Esto hace que su temperatura corporal aumente y por ende la velocidad de sus latidos por igual. A medida que fue aprendiendo esto se percato que su cuerpo comenzaba a reaccionar afinándose con una gran fuerza.

Su abuela le dijo que esto solamente se podría emplear en una noche de luna llena, pero ella, al ser una mestiza tenia la capacidad de envolver su cuerpo en este calor cuando ella quisiese.

Mejorar su concentración, poder ejercer una fuerza mayor llevándola a su límite.

Todo esto pasa factura al cuerpo y ahora Miruko estaba a punto de desfallecer si no fuera por que era una mujer terca como un asno.

»Estoy demasiada deshidratada...

Irguió su espalda una vez más. Ambas piernas estaban pegadas una al lado de la otra con las puntas de sus dedos sobre la punta del castillo.

*¡Rumble!*

Ella abrió la boca y alzo su mirada.

*¡Rumble!*

Cerro su boca limpiando el agua que caía de ella, aunque de mucho no servía pues aún la lluvia golpeaba su rostro.

―Namu, Abida, Butsu... ―sus rojos carmesíes vieron a lo lejos una cresta de pilares de humo alzarse hacia los cielos y justamente cerca de una gran torre vislumbro un nuevo pilar―. Namu, Abida, Butsu... ¡Ja!

Como la luna de hace siglos, roja y ardiente, sus ojos tan fríos y rojos brillaron en un destello carmesí de relámpagos arremolinados.

Como una luna rojiza que brilla al destello esmeralda.

―¡Y una mierda le voy a rezar a Buda!

Ignorando su dolor, nuevamente su sangre arde.

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[¡YA TE ENCONTRE!]




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Por una revancha, la lucha persiste.







...

[La amnesia lo domina. Sin duda alguna no recuerda nada de lo sucedido, lo único que sabe es que el pasado de su alumno vuelve hacia él. Mientras que, aquella alguna vez vigilante vuelve a hacer sus escapadas.]

Proximo Capitulo: POP DUSTER

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