CERCA DEL FINAL.
El cuerpo humano es frágil.
Pese a que se entrene cada aspecto del cuerpo siempre podrá ocurrir algún evento que rompa total esquema de aquel esfuerzo que se haya hecho con antelación. En otras palabras; la muerte le llegara al fuerte y la miseria al débil.
Sin embargo... hay excepciones.
—¡Rumi-San! —alzo la voz tan fuerte como pudo mientras tiraba de las sábanas.
La mujer bajo el velo blanco seguía escondiéndose de la persona fuera de esto.
—No.
Dijo la voz somnolienta.
—¿No? —el peliverde soltó la sabana—. ¡No puedes estar huyendo siempre de esto! El doctor dijo que si esta vez no ibas por la medicina tu cuerpo no se recuperaría. Tienes que prestar más atención. Por favor Rumi-San.
—Mi cuerpo está perfectamente. ¡además ya pasaron casi tres meses! ¿Por qué debería seguir yendo? Es absurdo —Rumi bajo las sábanas y mostro la mitad de su rostro permitiendo que ambas orejas se alzaran—. Igualmente tenemos trabajo...
La joven mujer parecía una niña pequeña intentando luchar con sus padres para no ir al dentista. En el caso de Miruko ella no quería ir al doctor.
Esta situación se repetía cada dos semanas justamente los sábados los cuales Rumi tenía que ir al doctor a recibir un par de vacunas debido a que el veneno habia dañado parte de sus células.
Su medicina constaba de un total de tres vacunas y dos sueros que tendría que tomar diario por al menos medio año.
—Por favor deja de luchar. Solo faltan unas cuantas visitas más y estarás libre. Si sigues siendo tan imprudente solo lograras atrasar un más el tratamiento y seguirás yendo.
—¡Lo dices porque es fácil para ti! jamás has sentido una aguja entrar a tu piel, ¿Verdad? —rumi azoto las sábanas—. Ojalá tuviera ese estúpido quirk para tener un sistema libre de enfermedades.
Izuku torció el gesto.
Era verdad que jamás habia recibido una vacuna o al menos no una que el recordase, pero si, ha sentido cosas puntiagudas entrar a su piel y mucho más grande que una aguja de unos milímetros.
Era algo que Izuku no entendía—¿Cómo Miruko podía tenerle miedo a una aguja siendo, ella?— dudas que su cabeza no podía contestar a lo cual simplemente seguía luchando por sacarla de la cama.
—Solo son agujas, ¡Agujas!
—¡No, no y no!
Mientras más Izuku tiraba de la sabana, Miruko más en ella se enredaba. Llego a un punto en que de tanto tirar de la sabana, esta se rompió provocando que Izuku se fuera de espaldas golpeándose en el muro a su espalda.
—Mi sabana... —Miruko casi enseguida se sentó en la cama lamentándose por la saba cuando observó algo temblar.
[Izuku...]
El chico que habia caído al suelo golpeando la pared a su espalda...
—¡IZUKU!
*¡PAW!*
Rumi completamente asustada y con medio cuerpo fuera de la cama no fue lo suficientemente rápida para alcanzar aquel trofeo que cayó en la cabeza de Izuku.
Pero lo que más le sorprendió no fue el hecho de que esto haya caído, si no que, Izuku simplemente se sacudió la cabeza tocando el lugar del golpe para simplemente ponerse de pie.
—Eso dolió Rumi-San... —dijo con algo de disgusto—. Al menos saliste de la cama. Ven, te espero en la sala. Ya tengo las cosas en las mochilas.
El chico extendió su mano a la perilla de la puerta de al lado y salió dejando sola a la mujer detrás de él.
Rumi se quedó pensativa unos segundos hasta que observo el trofeo en el suelo. Miraba extrañada este suceso y su mirada daba crédito a ello. No fue hasta que se puso de pie y camino hasta el objeto tirado tomándolo y levantándolo.
[Es pesado.]
Pensó al momento de tenerlo en sus manos.
[Y sólido.]
Seguramente... un golpe como ese podría ser grave para cualquier persona, pero, para Izuku solo fue una piedra al estanque.
Era algo a lo cual Miruko aún no se podía acostumbrar y que en ciertas ocasiones le habia causado dudas al respecto.
Y esas dudas eran referente a la resistencia de aquel chico.
[¿Aguantara si le tiro la cama encima?]
Aun con todas esas dudas, Rumi era una mujer con bastante humor.
...
—¡MIDORIYA IZUKU!
—¡¡AGHHHH...!!
De vuelta al presente ambos caían hacia el vacío desde un sexto piso del cual muchos pensaran que solo serian al menos unos 20 metros, pero, debido a que la comisión de seguridad publica contaba con ciertos edificios centrales en todo Japón, este en particular era el más alto de todos contando con un total de 6 metros de alto por cada piso, alguno casi llegando a los diez metros siento este el séptimo piso.
En tal caso, ahora mismo la altura de caída era de al menos unos 40 metros.
La barrera del viento estaba quebrandose a espaldas de Nagant sintiendo no solamente su propio peso si no el de Izuku. Sumado a esto el peso en sus pulmones estaba comprimiendo su respiración mientras que pasaban del sexto hasta el cuarto piso.
[¡Este niño...!]
Nagant lucho. Golpeando el rostro de Izuku una y otra vez, intentando zafarse de su agarre.
[¡¿Qué acaso no le importa que caigamos?! ¡Vamos a morir!]
Los segundos pasaban y el ritmo estaba causando que Nagant se sumiera en una especie de desesperación.
[Espera...]
La mujer no podía soltarse de la fuerza de agarre del chico.
[No es que no le importe...]
En la mirada del joven no habia una pizca de temor por la caída.
[Es como si supiera que no le va a pasar nada.]
El tiempo era lento y Nagant lo agradecía. Cada centímetro que cubría lo hacía valer en su fuerza. Buscando, genuinamente luchando por encontrar una solución.
¿La razón? La locura de aquel chico.
[¡¿Cómo puede estar tan seguro?!]
Midoriya Izuku, quince años.
Durante toda su vida ha carecido de algún tipo de enfermedad. Ni si quiera una gripe, ni una fiebre, nada.
Naturalmente las enfermedades causan que el cuerpo se debilite, pero a la vez funciona como un impulso. Al momento de que el cuerpo está en su fase más débil y se recupera se hará más fuerte, inmune en otras palabras.
Bacterias, virus, todo tipo de cosas que mutan para volver a vencer el sistema inmunológico han carecido de la fuerza necesaria para luchar contra el quirk de Izuku que durante más de una década lo ha mantenido limpio.
Quizás por primera vez en la humanidad, un humano pulcro que ha hecho que toda la energía que se obtiene con alimentos, con el crecimiento, entrenamiento y otras cosas vaya directamente a fortalecer su cuerpo sin necesidad de distraerse con algún tipo de enfermedad lo que dio como resultado a la quizás duda más grande que Nagant estaba teniendo ahora.
¿Cómo es que él podía aguantar tanto?
La respuesta era quizás más sencilla que la pregunta.
Izuku al jamás haberse enfermado su cuerpo jamás estuvo en el punto más bajo. Quizás al jamás experimentar una enfermedad y recibir el efecto impulso, su cuerpo lo encontró de otro método.
Remplazando las enfermedades por heridas de batalla.
En otras palabras, su cuerpo se ha estado fortaleciendo tras cada batalla que ha tenido. Sumado a esto, el One For All fortalece el cuerpo al igual que todas las aptitudes del portador dando como resultado a quizás, en palabras más casuales—Un tanque—un chico capaz de resistir y resistir como si fuera una capa de duro hierro que sigue en evolución.
[¡COMO SI FUERA A IMPORTARME!]
—¡¡—!!
Nagant lanzo su brazo hacia atrás, su rifle salió en ristre he Izuku intento alcanzarlo, sin embargo.
*¡BANG!*
El disparo salió y el impulso que Nagant gano fue suficiente para que ella he Izuku salieran despedidos hacia el edificio entrando por una de las ventanas en el tercer piso logrando salvarse de la inminente caída.
Uno, dos, tres cuartos fueron atravesados a través de los muros de tabla roca con sus cuerpos rodantes hasta salir hacia el pasillo que dirigía a diferentes extremos del tercer piso pues de aquel pasillo al frente se observaba otra sección de ese mismo piso mientras que encima de ellos una cristalera que envolvía al lugar en una luz clara que se vio interrumpida por el poco polvo que vino con ambos.
*¡COUGH!*
Nagant recinto el impacto con una de sus dos costillas rotas mientras luchaba por ponerse completamente de pie.
Izuku se irguió en su estado deplorable con los ojos abiertos como platos y sin parpadear. Una parte de él miraba al exterior por donde habían entrado, pero otra hacia la mujer en el interior.
Caca sonido era un eco de la visión a oídos de Izuku. Ahora todo tenía una precisión extraña: visión y realidad, latido a latido. Su corazón vibraba de una manera extraña a la que su cuerpo reaccionaba. Casi era como si se estuviera partiendo en dos junto a su alma, dividiéndose en un conjunto de diferentes funcionalidades en su cuerpo.
El estallido de la lucha entre Bakugou y Nacht atacando en la noche.
Un suave silbido surgió y el resplandor de pesadilla que habia visto en un pequeño instante hizo que sintiera una extraña plenitud.
Con su cuerpo entumecido, con la realidad distorsionada.
En el caso de Nagant reconoció el sonido y el resplandor de los destellos como el poder de Eva el cual desciende como una lluvia al costado suyo pues la luz venia de arriba y caía fuera del edificio.
[No parece que vaya a detenerse. No lo hará por nada en lo absoluto. La pregunta, mi respuesta sigue siendo la misma. ¿Qué tanto aguantara? Lo hará por siempre.]
Respondiéndose a ella misma habia llegado a la conclusión.
La única manera de detenerlo era arrancarle la cabeza y, aun así, Nagant se preguntaba que si eso hacia—¿en verdad él se detendría?— no sabía hasta que extremo habia llevado su mente aquel niño.
Como el habia retorcido las leyes y lógica que en ella vivía.
Alguien capaz de seguir avanzando aun con el cuerpo hecho trizas.
[Abominación.]
La luna brillaba alta sobre la ciudad.
Nagant tomo una decisión.
Los destellantes reflejos de energía que el cuerpo de Izuku desprendían se iban y regresaban como una vela puesta al viento, luchando por persistir ante la poderosa fuerza ofensiva.
Pues su cuerpo vivido como el de un monstruo no caería al igual que su voluntad, la mujer quien buscaba mantener viva su propia vista de la verdad decidió luchar en contra de lo que ella creía incorrecto.
Ambos se miraron cara a cara en medio de aquel sitio mientras que las luces pulcras que descendían como lluvia unidas al fuego de las explosiones caían por los alrededores. Con pizcas de techo cayendo encima de ellos el edificio entero tembló con fuerza.
—Las personas que has involucrado en esto terminaran heridas por tu egoísmo. ¿Estas bien con eso?
—No, claro que no. ¿Quién en su sano juicio estaría de acuerdo con eso? Tan solo pensar en los problemas que he causado hasta ahora me hace querer morir más que nadie. Pero, no es algo que tenga permitido hacer —Izuku recobraba la postura de momento a momento luchando con el somnoliento sentido que acomplejaba su cuerpo—. Si todos ellos decidieron estar aquí conmigo entonces ellos deben de estar preparados para las consecuencias. Eso es algo que he aprendido de Miruko. Los adultos siempre deben ser conscientes de sus decisiones.
—Puede que tengas razón. Al final nadie los obliga arma en cara, pero, deberías tener algo de consideración en ellos.
—¿Sabes? Nada de esto hubiera ocurrido si ese día hace meses hubiera muerto en Osaka, sin embargo, no lo hice. ¿No es a esto a lo que me refiero? Los adultos deben de hacerse responsables de sus decisiones, ¿No es verdad Lady Nagant?
El ultimo tomo de palabras salió con un tono ofuscante el cual irrito a la mujer.
No importaba que tanto ruido se escuchara o que tanto temblor los asechara. Parecía que el mundo para ambos solo estaba conformado por sus filosas miradas.
En cambio, alrededor de ellos las sumas cosas que sucedían eran tan claras para el publico japones de Tokio quienes miraban desde la lejanía el caos que ocurría en el centro de su ciudad. El como destellos y temblores se cernían sobre una ya ida, tranquila noche de casi verano.
Nagant respiraba apaciblemente, lo suficiente para que sus latidos se alentaran y comenzara a tranquilizarse.
En ella surgió una duda.
—Tu cuerpo... —ella hablo—. ¿Cómo puedes seguir de pie?
Ante la pregunta Izuku parecía haber tenido un dejo de curiosidad. Le pareció cuanto menos particular que Nagant preguntara eso. Pero, al instante tampoco le parecía una locura. De hecho, ahora mismo él no se había hecho esa pregunta hace mucho tiempo.
Quizás, ni si quiera en Osaka.
—No lo sé... —miro hacia sus temblorosas piernas—. De hecho, podría preguntarme lo mismo... ¿Cómo puedo estar de pie?
Habia partes en su cuerpo que el habia dejado de sentir ya hace rato al igual que otras donde el dolor no habia dejado de azotar contra su cuerpo de forma salvaje con el objetivo de enviarlo al suelo de una vez por todas.
—Solo entiendo que si me detengo ahora podría morir.
Sus parpados estaban caídos sobre la mitad de sus ojos mientras que todo su semblante era pálido, casi como el de un cadáver. Pero, aun así, intentaba dar algún tipo de sonrisa. Esto lo hacia de manera inconsciente, quizás, un vestigio de algo más profundo.
—Permíteme indagar en algo más —inquirió Nagant.
Izuku asintió.
—Dices que no puedes parar, tienes que compensar, tienes que ayudar. Quizás ya sea una pregunta recurrente para ti, pero, ¿No estas cansado ya?
Izuku tomo un momento para responder, lo pensó, después respondió.
—Claro que estoy cansado. ¿Quién no estaría cansado a esta altura?
—¿¡Entonces por qué...?!
[Por que no tenía nada.]
Nagant se detuvo.
—Deberían de poder entenderlo, las personas deberían de comenzar a entender cosas que antes ni si quiera se preguntaban para poder llevar un mejor mundo. Me gustaría que entendieran el dolor de no tener nada, de habértelo... arrebatado a ti mismo. ¿Sabes cuál es el primer recuerdo que tengo? Fuera de ese estúpido rompecabezas en mi cabeza. La primer memoria firme que tuve fue que delante de mí desperté con un techo de hospital delante de mí y a mi lado, mi madre lloraba. Para un niño de cuatro años solo habia dudas en su cabeza. Para mi solo habia una densa neblina donde ni si quiera podía recordar mi nombre. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que finalmente al mirar el espejo pude sentir que las pieles eran mías y, aun así, sentirme un impostor.
Era una tarde lluviosa.
El cuerpo del niño portaba vendas en su cabeza mientras este yacía recostado en su cama escuchando como las gotas se precipitaban sobre su ventana. Con media persiana abierta era capaz de percibir el mundo nublado fuera de este.
Mirando durante horas, casi días. Juraba que sin importar cuanto tiempo pasara el siempre estaría viendo esas gotas de lluvia destrozarse en su cristal.
Esto le traía un sentimiento extraño, casi como si estuviera viéndose a si mismo. Como si en vez de estar acostado sobre su cama el mismo fuera el cristal recibiendo los proyectiles de agua.
Si se concentraba mas llegaba un punto donde era a si mismo, participe de la misma lluvia.
Como una gota mas que llega al final, el explotaba en el cristal fragmentándose.
—Las miradas inquisitorias de las personas. El como me juzgaban y apuntaban. Aun cuando fingían estar intentando ocultar sus filosas palabras, siempre llegaban a mí, siempre llegaban a mi madre. No tarde mucho en comprender que era un peligro. Que las personas a mi alrededor solo me veían como un monstruo, un asesino. Unos años más tarde entendí el sentimiento o al menos traté de intentar hacerlo. No por mi, si no por ellos, por mi madre. Y aun con todo esto en mente habia llegado a una conclusión... todos mis sueños y esperanzas se habían derrumbado. No tenia nada. Nada por que vivir, nada por que luchar... simplemente había decidido o habia dejado que decidieran que era lo mejor para mí. Dejándome guiar por el flujo del rio.
Aquel niño habia decidido cerrar los ojos dejando que el sonido de las gotas de lluvia inundase su mente hasta que este se quedara profundamente dormido, cubriéndose a si mismo sin importar nada más.
El tiempo paso, la manecilla del reloj golpeo el mismo número un sinfín de veces.
—Yo... me habia derrumbado.
*TIC, TAC*
[Creía que de algún modo si llegase a morir al menos podría ser bajo las manos de alguien a quien haya lastimado directamente y no solo al odio que se habia esparcido contagiándose a los demás. Creí durante tanto tiempo que de algún modo yo era participe de mi propia desgracia y así lo era hasta que... vi la luz.]
En sus sueños más profundos el infante solo veía oscuridad. Se sentía mareado y adormecido cuando intentaba ponerse de pie. Como si todo lo que tuviera a su alrededor fuera un tembloroso templo de abundancias malévolas que lo torturaban como verdugos a sus esclavos.
Sin embargo, ocurrió un suceso extraño que rodeo la habitación de un cálido lucero.
Algo que hizo que él niño finalmente pudiera abrir los ojos.
"Tu puedes ser un... héroe."
Cuando el niño pudo escuchar la ultima gota de lluvia golpear el cristal, el habia abierto finalmente al completo sus ojos.
En la ventana ya nada se precipitaba.
...
[Desde aquel momento hasta este solo ha habido extraños cambios en mi vida. Unos para bien, otros para mal. Sin embargo, si de algo puedo estar seguro es que si de alguna forma yo em hubiera rendido antes de si quiera comenzar a pelear, habría muerto hace tanto tiempo. Y es gracias a todas esas personas que desde ese momento comenzaron a brindarme una cálida luz con la que me he guiado bajo esta incertidumbre es que puedo estar aquí y ahora.]
Izuku levanto su mirada después de percibir su mundo retorcido en un mar de colores a través de sus manos como si estuviese viendo el mismo mar en olas de arcoíris.
Al mirar al frente solo uno de sus ojos yacía abierto pues el agotamiento tocaba sus puertas.
...
El niño estaba mirando hacia la ventana.
...
Sangre salió de la nariz de Izuku y como si estuviera en medio de algún tipo de iluminación, el habia sonreído en grande.
Con el lucero de arcoíris detrás de él, finalmente la lluvia se habia detenido y delante, un sol tan enorme como un universo se habia formado en un remolino.
Dentro del corazón de la mujer—¿Qué podría habitar?— quizás en un aspecto mayoritario, "resiliencia" pero, si nos enfocásemos en lo que sentía ahora mismo era envidia, quizás celos. ¿Pero de qué? Nagant miro con sorpresa aquella imagen delante de ella como si de un cuadro se tratase.
El niño que reía muchas veces lo habia visto.
En internet, en los informes, en todos lados... la imagen de aquel niño que ríe bajo la tormenta ahora ríe un adolescente bajo la oscura noche que por momentos es iluminada.
Manchando la imagen por instantes.
Ignorancia, estupidez, una carente ideología que explique su manera de ver el mundo. Nagant sentía envidia de aquel chico.
Pero, también... al mismo tiempo sentía miedo.
Sangre que corría por todo su cuerpo, heridas que lo cubrían como un muñeco de entrenamiento hecho trizas, cayéndose pedazo a pedazo sobre el charco de sangre que refleja a una pequeña niña sonriente que es tomada por la ignorancia y que prontamente es convertida en un arma.
Kaina Tsutsumi, sin tapujos y sin mascara mira a Midoriya Izuku a la cara y en ese instante se percata de la verdad.
Su cabello se le eriza, cada bello en su cuerpo por igual le sigue. Sus hombros se tensan y sus globos oculares se inyectan en sangre.
Un mar de sudor acompaña la sangre en su cuerpo resquebrajando las manchas resecas oscuras alrededor de sus brazos.
Su pulso se acelera—Es terror—el vaho en su boca es visible mientras cierra y abre su boca intentando jalar mas aire que el que sus pulmones pueden almacenar.
[Este niño...]
No importaba por que luchara ella o él, no importaba quien estuviera del lado blanco u oscuro. Lo único que de verdad tenia sentido para ella era que la persona quien delante suya estaba era un gran peligro.
En el pasado, ahora mismo o en el futuro. Si Nagant dejaba que este chico viviera, de algún modo ella tenia la gran certeza que en un monstruo se convertiría.
Su rifle volvió a salir a la luz, pero esta vez con una gran preocupación.
Fuera bueno o malo, ese chico no tenía que vivir.
[Tengo que matarlo...]
Completamente arrepentida de lo que hizo aquel día en Osaka, la culpa y el miedo se vuelven armas de doble filo. Atormentándose con aquella preocupación solo puede sumirse en el trabajo definitivo.
Matar Midoriya Izuku.
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[Tengo que matar a Laughing Boy.]
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Sin importar las ordenes, ella tomara su propio camino.
...
[¿Ha desaparecido...?]
Hawks se encontraba corriendo de techo en techo mientras seguía la luz que poco a poco se desvaneció en el cielo. Mientras tanto sus plumas iban y venían de lados distantes solamente para ayudarlo a impulsarse hacia el siguiente edificio.
En uno de esos saltos pudo observar en el medio de la calle una bandada de héroes comenzar a precipitarse rápidamente hacia la gran torre.
Hawks dejo de correr y busco por los alrededores desde su ubicación actual aquello que parecía estar llamando la atención. Justo al oeste se alzaban nubes de polvo y poco a poco el fuego parecía extenderse desde un par de edificios.
—Carajo... —maldijo.
Respirando agitadamente observaba el cumulo de explosiones estallar desde el interior de la torre.
Hawks estaba cerca al igual que los héroes.
[Solo un poco más... solo un poco.]
El siguió corriendo mientras detrás de él venia un desastre encaminado.
*¡Fwosh!* de vuelta al edificio el cuerpo de Mt lady seguía incrustado en el concreto del techo. Parecía que su cintura estaba en una posición extraña, tanto como para pensar que se le habia quebrado la cadera debido al baño de luz que se propicio en ella por parte de Eva.
Su espalda estaba quemada y aun en forma de puño sostiene a Kamui quien a rastras se aferraba a el enorme pulgar para no caer.
La sangre corría por su oreja destrozada manchando el vendaje que la rodeaba. Agotado, casi sin fuerzas para si quiera seguir manteniéndose a flote en sus elecciones, Kamui logro colocarse en una posición donde no tenia que ejercer fuerza para no caer.
Con un breve vistazo observo que Mt Lady estaba desmayada mientras que él no tardaría mucho en ir con ella.
Kamui levanto su mirada y la dirigió hacia el frente observando aquella silueta pulcra flotar delante de él.
Eva lo miraba con desidia.
Kamui en ese momento no pudo pensar en otra cosa que no fuera la cuestión de como diablos, Midoriya Izuku pudo enfrentar a esta tipa y salir bien parado. Estaba claro que el chico era un prodigio, pero esto era demasiado.
Kamui estaba al tanto de las desventajas que rodean al mundo de los quirks dando claridad a que si alguien que poseyera un quirk de fuego luchara contra uno de hielo, posiblemente ganaría el de fuego o dependiendo el entrenamiento, podría ganar el de hielo.
Naturalmente existían contrapartes de las personas, unas con otras que podrían funcionar de debilidades para si mismos. Sin embargo, para Kamui esto era ridículo. Por muy fuerte que fuera alguien o muy entrenado que estuviera, puede que alguien a lo largo de su vida apareciera siendo el perfecto—"Counter"— y eso era algo que molestaba a Kamui.
—Esto es malo.
Murmuro Kamui, mirando hacia delante.
Los agudos instintos de supervivencia estaban directamente relacionados con el dolor y el breve temor que recorría sus venas.
Finalmente, lo habia aceptado, Kamui habia entendido que Eva era mucho más superior que ambos.
Como una ola feroz el viento empujo parte del cabello de Mt Lady provocando que sintiera un gran escalofrío recorrer su espalda.
Es entonces que Eva descendió un poco más, aun flotando delante de Kamui decidiendo hablar.
—Debe ser bastante frustrante estar en tu posición. ¿Lo es así?
Kamui no respondió al instante.
—¿Ocurre algo? ¿El gato de comió la lengua o es acaso que el disparo de Nagant daño tu cerebro? —dijo golpeando su propia cabeza.
—Lo siento... solo me tomaste por sorpresa. No esperaba que fuera de las que hablaras con tanta soltura.
—¿Soltura? Apenas si dije unas cuantas palabras.
—Me parecía que ni si quiera harías eso.
—Es verdad. A veces no soy para nada consciente de la imagen que doy.
Ambos se miraron, uno al otro durante unos segundos.
—Pareces mas tranquila que hace unos momentos.
La energía luminiscente que rodeaba a Eva estaba crepitando en pequeñas aureolas.
[Solo estoy pensando...]
Incluso en los llanos mas verdes suelen esconderse algunos paramos. Aunque estos no relucieran tanto como lo haría un bosque en plena primavera, dichos paramos tienen algunos toques preciosos que los hacen únicos.
Aun en su clima frio y seco con vegetación escasa, justo en medio de una isla llena de vida... es Eva quien mira hacia el horizonte imaginando Tsushima una vez más.
Flotando en un cielo nocturno a expensas de una ciudad que parece no importarle en lo absoluto con personas que ni si quiera tienen un sentido para ella.
Cielos distantes, estrellas redundantes, ríos tranquilos y bestias amables. Millares de constelaciones en una noche eterna.
"¡¿Todas las palabras que has dicho hasta ahora es algo que de verdad puedes llegar a sentir?! ¡High Light...! ¡¿O acaso son las palabras de la comisión?!"
Floreciendo en su interior una duda salió a flote.
[¿Por qué luchan por él?]
Pregunto Eva a Kamui Woods quien parecía aferrado a la idea de levantarse, pero para ese punto, y la posición en la que se encontraba era muy difícil que lo hiciera.
—¿Por qué... preguntas?
Kamui lanzo un largo suspiro mientras relajaba sus tensos hombros. Miro hacia abajo, entre los grandes dedos de Mt Lady observando la ciudad debajo de él.
Kamui se preguntaba que debería responder—¿Qué era lo correcto decir?—mientras más lo pensaba más confuso para él lo era. Quizás habia muchas razones, o tal vez habia pocas. La realidad era que a pesar de todas las cosas que trataba de formular en esa respuesta, no encontraba la forma de decirlo correctamente.
Pero hubo un momento de lucidez.
Sea por la bala que rozo su cráneo, o los golpes que ha recibido hasta ahora, Kamui pudo encontrar una respuesta apropiada.
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[Por que es igual a nosotros.]
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Eva quedo sin palabras.
...
—¿Cómo...?
Delante de un hombre de corbata de puntos blancos y rostro cuadrado estaba un arbusto quien parecía estar confundido.
—L-Las c-cosas s-se h-h-haaan... ¡Complicado! P-po-poor favor... e-e-enti... ¡Entiéndelo!
[¿Esto debe ser una broma no?]
Shinji Nishiya, una joven promesa del mundo de los héroes recién egresado de la academia de héroes.
20 años.
Al parecer ese día recibió una "Mala noticia" que incluso para él, siendo alguien que se especializaba por seguir las ordenes que se les daban junto a las reglas para poder desemplear mejor sus actividades del día a día, por primera vez en años habia soltado un largo suspiro acompañado de un quejido.
Parecía que su día habia comenzado mal, tanto como para no dejar de quejarse en el camino que recorría el tren a lo largo de Musutafu.
Sostenido de un tubo de metal recargando su espalda contra las puertas del tren solo miraba la nota entre sus manos.
Las personas sentadas en los alrededores parecían sumidas en sus propias cosas mientras que algunos niños miraban con curiosidad el arbusto sacudirse de la cabeza del hombre.
[Esto tiene que ser la peor de las suertes del mundo... ¡Dios! Es que solo basta con mirar los itinerarios. ¿Dónde diablos esta mi tiempo libre?]
En lo particular Shinji no era alguien que disfrutara de una taza de café un domingo por la mañana ni tampoco una buena cena un lunes por la tarde. Aunque no tuviera muchos hobbies o algún tipo de interés fuera de ser héroe, el chico a veces le gustaba balancearse por la ciudad para pensar.
Cosas que hacia cuando cursaba las agencias de héroes en su tiempo en la academia pero que ahora difícilmente lo hará.
[Siete de la mañana... ¿Avenida Kusutatu? Luego a las once de la mañana tengo que estar pendiente fuera de la escuela primaria de Okkotsu. ¿Revisiones en la plaza Kompeki...? ¡¡¿DE TRES A SEIS DE LA TARDE!!?]
Ya era ridículo para Shinji sin embargo no era algo a lo que podría negarse fácilmente dado a que es el primer trabajo formal que tiene desde que esta fuera del manto de alguien pues, debido a que, por estudios extracurriculares, Shinji Nishiya habia estado un total de cuatro años en la academia para después un año bajo la tutela de un héroe en Hosu.
Después de un año, a sus veintes decidió mudarse a Musutafu por un trabajo bastante importante y bien pagado que le ayudaría a subir su ranking. Claro, para él no era muy importante el ranking, pero si, el poder emplear aquello que ha estado entrenando toda su vida.
Su quirk.
Shinji tenia una fascinación extraña por el uso de quirks. Quizás no lo mostraba tanto como quisiese, pero el de verdad le alegraba mucho poder usar su quirk con libertad, ¿y que mejor manera?—"Siendo un héroe"—esa era la respuesta.
Sin embargo...
[No puede ser que deje todo atrás por esta estúpida propuesta. Si tan solo hubiera sabido que...]
Antes de poder seguir pensando, la alarma del tren resonó.
Habia llegado a su destino.
Las puertas se abrieron y Shinji se apresuro hacia delante guardando aquel papel dentro de su mochila junto a un par de documentos más. Pero fue justo esta pequeña distracción lo que provoco que, al cruzar la puerta hacia el andén, el no se fijara provocando que golpease a una persona tirándola al suelo.
Hubo un quejido.
—¿...?
Enseguida Shinji se dio la vuelta y un par de chicas colegialas estaban rodeando a aquella supuesta persona en el suelo.
—Lo siento...
—¡¿Qué no tienes ojos?! ¡Idiota! —exclamo una de las chicas.
—¡Fíjate por donde caminas! —le acompaño la otra quien parecía tener un cumulo de pelotas en su cabeza, tanto que le pareció algo curioso a Shinji.
En el suelo siendo ayudada por el par de sus amigas una joven de cabello rubio estaba levantándose.
De repente volvió a sonar la alarma.
—¡El tren! —una de las chicas se puso en marcha tirando de la otra una vez que, la chica del suelo se había puesto de pie.
Shinji la miro.
—Y-yo lo...
Antes de poder mirarla a los ojos directamente, solo pudo ver el cabello cubrirle la mitad del rostro mientras el viento soplaba llevándose una de las hojas de la cabeza del chico.
La chica sonrió.
[Cabeza de arbusto.]
Ella pronuncio con una risilla.
—¡Yu, apresúrate! Llegaremos tarde.
La chica corrió dejando atrás a Shinji quien curiosamente y algo atacado torció el gesto.
—¿Cabeza de...? —Shinji suspiro—. Hola Musutafu.
Saludo y se despidió una vez cerradas las puertas del tren mientras que, del otro lado, la joven colegiala giro mostrando una sonrisa acompañada de una ligera risilla.
El resto de la tarde para Shinji no fue bastante sorprendente. Como alguien que recién habia llegado a la ciudad busco un lugar donde hospedarse al menos unos días en lo que empleaba su trabajo y ganaba algo de dinero para comenzar a buscar una mejor opción de vivienda. Claro, era un chico de veinte años que apenas tenía para sobrevivir, pero de algún modo se las habia arreglado para llegar hasta donde estaba y la mejor manera de "Celebrarlo" era tirándose en la cama arrugada de un viejo hotel de mala muerte que él no sabia que era de "Mala muerte" hasta la mañana siguiente.
Rondando las nueve de la noche Kamui habia ganado la suficiente fuerza como para empujar su par de maletas y alcanzar su mochila, no sin antes empujar una tercer maleta al suelo la cual al tocarlo se abriría dejando escapar una máscara sin algún tipo de orificio que finalmente reboto hasta quedar estática en el suelo.
Su traje de héroe de sus primeros años.
*PLAP*
La mochila cayo al suelo y un par de papeles crepitaron en las manos de Shinji.
Dentro de la tranquila habitación en el hotel, el oscuro y silencioso televisor que solo parecía estar ahí de adorno se habia encendido.
Shinji habia aplastado el control remoto por accidente.
No le presto mas que unos segundos de atención cuando se dio cuenta que no habia sonido en el televisor, solo imagen.
Al menos no le molestaría mientras leía—Eso fue lo que pensó—una vez sentado en la cama y apoyado en el muro de al lado comenzó a leer.
Shinji lo observo en silencio por un momento, y después de que las hojas pasaban de lado a lado, aquella carpeta llena de hojas parecía ser bastante importantes pues el acomodo y la preparación de dichos documentos parecían estar hechos a la medida.
[Midoriya Izuku...]
INTRODUCIR: TRUE - AKIRA YAMAOKA
Fue el nombre en cabeza de aquellos documentos.
Hoja tras hoja... el tiempo paso.
Párrafo tras párrafo... las horas transcurrían.
Hilera tras hilera... los ojos cansados de Shinji resistían.
Palabra tras palabra... la noche finalmente terminaba.
Letra por letra hasta que finalmente el día habia llegado.
Habia una historia que contarse y los recortes de los periódicos funcionaban en forma de un collage que hablaba de los sucesos ocurridos hace un par de años.
Shinji habia escuchado de esta noticia.
...
[Un niño de apenas cuatro años en el colegio vecino a Okkotsu había despertado su quirk. Al parecer en un desafortunado giro de eventos muchos de los estudiantes y personal del colegio murieron dentro de las instalaciones mientras que casi todo el plantel fue reducido a simples escombros.]
...
De algún modo todo esto hubiera funcionado como una simple tragedia que quizás algunos superarían diciendo que; "Claro, era posible. Normal que sucediera en este mundo" pero...
No fue así.
...
[Laughing Boy es el nombre que se le dio al niño tras haber comenzado a reír frenéticamente bajo aquella lluvia y rodeado de destrucción, frente a toda la comunidad. Fue quizás esta la razón principal que este niño fue rodeado de miseria.]
...
Fue aquella risa la cual detono los eventos que aquel niño viviría a partir del despertar de su quirk—Decay— el quirk que posee la capacidad de deteriorar todo lo que el portador toque con sus cinco dedos. Un quirk que muto dentro de Midoriya Izuku siendo el único en su árbol genealógico quien poseyó cuyo quirk único.
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[Una serie de eventos desafortunados...]
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Cuando el amanecer habia arribado el día después de que Shinji habia llegado a la ciudad, mucho antes que otros, el ya se encontraba en las recién despiertas calles de Musutafu, rondando a través de sus fríos vientos oleosos. Un joven adulto que trata de ganarse la vida en un mundo en el cual el decidió empezar.
Como un héroe.
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[Mi primera impresión de ese niño fue nada especial.]
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Kamui Woods es su nombre de héroe.
El joven héroe que mira desde los techos a la pareja de madre he hijo quienes caminan uno al lado del otro a través de las calles de su barrio.
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[Común y corriente fue la impresión que me dio, pero también... curioso.]
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Sus manos cubiertas de aquellos guantes negros junto a las vendas que sobresalían por su muñeca. Un cuidadoso ejercicio que se repetía diariamente a todas horas del día para evitar que aquel poder sin precedentes saliera a la luz.
Algo que ellos hacían para evitar, hacer sentir insegura a la gente pero que de forma natural solo funcionaba como una señal de alejamiento.
Las personas discriminan.
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[Se alejan lo mas que puedan de la vista pública, ni si quiera saludan o intentan encontrar sus miradas con los demás. Es como si trataran de ser invisibles en todo momento. Tanto la madre como el hijo, pero mas la madre. En el caso del infante se aferra a los ideales de la mujer siguiendo sus instrucciones. De algún modo lo encuentro lógico, solo tiene siete años, pero, en sus gestos parece tan antinatural y es lo normal. Es solo un niño de... siete años.]
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Podía notar las miradas de las personas hacia ellos, podía sentir la hostilidad que muchos emanaban.
El odio que se respiraba en el aire al momento de que las personas notaban sus presencias.
Kamui llego a pensar en eso como el mismo infierno—¿Qué clase de seres crueles somos los seres humanos?—se cuestiono Kamui, sentado a la orilla de un edificio mirando las ventanas de la escuela.
Dentro de aquel salón de clases, apartado como un insecto repudiado.
Izuku mantenía la mirada baja como siempre.
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[¿Es acaso su culpa? ¿Por qué habrá reído? No creo que sea parte de él, no es nada parecido a como lo he visto en los videos. Fue algo antinatural. ¿Quizás solo fue euforia? Tan solo...]
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—Tan solo es un niño...
El cuestionamiento de Eva se vio reflejado en su rostro. Confundida tanto como podría estarlo. Agitada como sus palpitados le azotaban el pecho.
Nerviosa como el vapor producido de su sudor evaporado.
—Lo he visto crecer, lo he visto sufrir por tantas cosas y durante tanto tiempo no creí estar en la posición de hacer algo. Quizás por que pensaba que no era parte de mi trabajo. Que de algún modo no tenia permitido interactuar. Es como la sensación cuando vez una obra en un teatro donde la actriz sufre algún maltrato. Nos produce lágrimas, pero no podemos hacer nada, pues solo somos espectadores.
Kamui sintió el viento en su rostro, pero también algún tipo de temblor en su espalda... una pulsación de sangre fluyendo.
—Alguien como él es completamente complejo. Los humanos somos complejos, pero siempre nos regimos por alguna ley moral impuesta en nosotros. Eso es lo que nos hace ser como somos, pero en él no hay ninguna ley moral que le controle. En ese chico existe algún tipo de orden natural en su cuerpo que le influye en su capacidad de elección. No es como nosotros... es diferente.
Aferrado a un pequeño trozo de madera a la deriva de un extenso mar, esperando ser rescatado o esperando a ser devorado.
Enfrentando tormentas, hambre, sed... dolor.
Sin embargo, siempre luchando.
—A que te refieres... —Eva murmuro—. ¿Con lo de...?
Ella deglutió.
[¿Igual a ustedes?]
El temblor a su espalda creció y Kamui sonrió.
—Sentirnos felices por algún recuerdo grato. Temer de algo que no conocemos o huir de algo que no queramos en nuestra vida. Algo tan natural como eso forma parte de nosotros. Son algo que se relaciona con la vida humana y que despega de una base algo curiosa. Un sentimiento de pertenencia. Buscamos pertenecer a algún lado, formar vínculos y crecer junto a ellos. Es lo mas normal del mundo, y es algo que le arrebatamos a ese niño.
El odio acumulado en los corazones de las personas usualmente se inclina hacia el desecho de algún tipo de aprecio, convirtiendo sus palabras en dañinas dagas al corazón. Sus seres mismos se tornan en desprecio y es de esa manera en que la equivocación de aquel niño se convirtió en su propia cruz a su espalda.
Siendo torturado durante un camino de espinas hasta llegar a un punto de no retorno.
[Pero...]
Lo cierto es que, de algún modo, aunque Kamui entendía que quizás no era algo que el tuviera que decir o hacer, que de algún modo lo hacía sentir hipócrita después de tantos años... También creía que las personas podían cambiar.
Incluso las más despreciables.
Pero—¿Habia realmente alguien despreciable?— de todos los lados, de todos los bandos.
¿Cuál era el incorrecto?
Desde el punto de vista de Kamui podía llegar a entender ambos lados. Pero, no era como si compartiera opinión en ambos lados al mismo tiempo. El buscaba más un punto intermedio, pero era algo casi imposible.
Durante siete largos años estuvo acompañando a Midoriya Izuku siendo una sombra. Sin actuar, sin interactuar con él—¿Por qué ahora lo hacía?— algo en él... quizás algo habia cambiado.
...
[Siempre he creído en esa energía que rodea a las personas. ¿Cómo se le decía? ¿Buena vibra? Nah... no es nada de eso. Es más, una sensación de satisfacción. Es querer estar con esa persona, es sentirte complacido y a gusto. Es comenzar a ver algo más allá de esa persona. Es comenzar a ver la espalda de dicha persona y comprender cual es el peso que carga.]
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INTRODUCIR: MIGHT U
*Bang*
Un disparo errado.
Izuku se habia precipitado hacia delante lanzando un derechazo que paso por un costado de su mejilla derecha.
Nagant contrajo su rifle y lanzo una patada hacia arriba rozando la nariz del chico quien giro en un salto hacia atrás usando sus manos de apoyo.
Nagant alzo su rifle he Izuku volvió a usar el One For All comenzando a saltar de los disparos de la mujer quien erráticamente golpeaba el piso ordenando que Izuku dejara de moverse.
Desesperada comenzó a avanzar hacia delante mientras disparaba, algo a lo cual no estaba acostumbrada por lo cual su puntería más y más errática se volvía.
En tal caso, Izuku alcanzo una barandilla a su espalda a la cual se aferró y después se impulso por encima de Nagant tomándola de los hombros y alzándola hacia el aire.
El rugió y la lanzo con fuerza hasta que esta se estrello con otro barandal saliendo del piso cayendo hacia el suelo de un nuevo cuarto inferior a este.
Enseguida el chico se aferro a el dolor que nació en él. Algo que lo despertó del letargo en el cual se estaba sumiendo de poco a poco.
...
[¿Podre permitirme algo de hipocresía? Quiero decir que... ¿quizás lo admiro?]
...
Izuku salto hacia con Nagant quien en el aire disparo dos balas que impactaron en hombro y muslo atravesando su carne y saliendo por el otro lado de su cuerpo.
Sin embargo, Izuku sin inmutarse impacto contra Nagant.
Ella gimió de dolor y alzo su rifle directo al rostro de Izuku.
*¡THUNK!*
El mordió un costado del cañón del rifle de Nagant impidiendo que llegara a su destino.
Ella grito en una maldición hacia el niño antes de que ambos se estrellaran contra el piso.
Atravesando el suelo cayeron hacia el interior de una biblioteca pequeña la cual rodeaba de estantes a mesas de madera puestas alrededor de la habitación de la cual, cayeron encima de estas causando estragos.
...
[Cuando digo que somos iguales, a lo que me refiero es que él también llora, ríe, sufre y se siente feliz. Es una persona como todos nosotros. Cada aspecto que te complementa a ti o de destruye, también lo tiene él.]
...
La nube de polvo y los libros cayendo de las estanterías.
El filo del viento gritando y chillando ante el prominente puño del chico. Nagant aferrándose a la fuerza de sus rodillas y preparando su cuerpo.
*¡SMASH!*
El rifle cruje.
Nagant jadea mientras retrocede hasta que sale volando hacia un par de estanterías estrellándose en ellas.
En el transcurso del camino hasta ellas el tiempo parece alentarse permitiéndole pensar por un momento lo débil de ese golpe. Aun cuando en el momento del impacto contra su brazo y estomago parecía que fuera a desmayarse, no era nada comparado a lo de antes.
El chico estaba haciéndose cada vez más débil.
*¡KRAAAASGH!*
Nagant impacto.
...
[Si aun no entiendes por qué peleo por él...]
...
Sin embargo, por más débil que Izuku se hiciera... mas razones para ganar obtenía.
*¡FFSHHHHH!*
En una luz intermitente el poder del One For All suspiraba como la llama en su interior mientras que los gritos de las sombras dentro suyo se hacían presentes detrás de él.
El numero de ocho personas mirándolo aferrarse a su realidad preparándose para lanzarse en sequito hacia delante, no dándole tiempo de respirar a aquella mujer quien recién abría los ojos fuera de la lluvia de hojas de papel que estallaron de los libros por todas partes.
Nagant pudo ver el destello venir hacia ella.
Vio la silueta de Izuku parpadear y desaparecer—¿Realmente está más débil que antes?—pensó mientras alzaba su rifle el cual se cuarteo y un intenso dolor la hizo llegar a una conclusión.
*¡SMAAAAAAAAAASH!*
El grito de Izuku ahora era mas grave que el anterior y el brazo de Nagant vuelto rifle se habia quebrado.
Hacia arriba fue dirigido el puño de Izuku y el techo junto con el brazo de Nagant se volvieron trizas, al igual, su propio brazo... desde sus yemas hasta su codo el temblor de sus huesos provoco una inestabilidad fija en su rigidez.
Su piel estallo.
El viento que se empujó hacia arriba permitió que el rostro de Nagant he Izuku se encontraran mutuamente.
...
[Puede que seas más estúpida de lo que creas...]
...
Kamui sonrió en burla y el viento detrás de él habia llegado.
El edificio entero habia temblado como nunca y la presión del aire habia alcanzando la atención de Eva.
Alzo su rostro hacia el pilar de aire.
—¡AHORA, YU!
Cuando Eva escucho el grito bajo su rostro encontrándose con el enorme puño de Yu aproximándose hacia ella cuando la luz pulcra la rodeo, sin embargo, esta vez no termino de imbuirse en esta cuando Kamui salió del interior del puño de Yu abalanzándose sobre Eva y comenzando a rodearla de ramas como si de una araña que envuelve de telarañas a su víctima.
Al terminar Kamui se aferro a su cuello colocándose a su espalda comenzando a asfixiarla.
Con ambos brazos sosteniendo una rama mucho mas gruesa alrededor de su cuello comenzó a echar vapor por todos lados.
La madera estaba siendo quemada.
Entonces un fuego se avivo alrededor de Eva y Kamui.
El grito de Eva y el rugido de Kamui se sincronizaron hasta que Eva logro estallar en un jubilo de luz blanca arrojando a Kamui tan lejos que parecía haberse convertido en un cometa rodeado de Fuego mientras que la mujer tenia los brazos extendidos luchando por respirar.
Lo que no se percato es que el encanto de aquellos ambos contrincantes era que no peleaban uno a uno por gusto si no que lo hacían para crear una apertura.
Las pulsaciones del cuerpo de Yu le habían avisado su revivir justo antes de que todo esto ocurriera.
[¡...!]
Eva no pudo reaccionar.
—¡¡¡¡CABEZA DE ARBUSTO IDIOTA!!!!
Apenas su cuerpo estaba desmoronándose para cambiar de lugar Kamui miraba desde lo lejos en caída libre el enorme puño de Yu precipitarse sobre Eva.
[No podrás viajar entre la luz después de un estallido de luz, ¿Verdad? Son segundos los que tardas en recuperarte...]
La mascara de Kamui se fragmento y su rostro se libero permitiendo ver sus ojos de color verde brillante.
[Serás parte de la comisión, pero no olvides que yo soy parte de los diez héroes más grandes de Japón. Estoy en este lugar por algo...]
Compartiendo un tipo de parecido con Midoriya Izuku, Kamui era uno de los frikis de los quirks también teniendo cierto afín con la compresión de dichos. Y en menos de unos quince minutos de pelea, fue el primer apartado importante que descubrió de Eva, una debilidad que Izuku también habia descubierto.
El fuego ceso cuando Kamui entro por una ventana hacia un edificio mientras que el puño de Yu impacto sobre Eva.
Hubo un corto silencio hasta que un sonido impacto en sus oídos.
*¡THUD!*
Eva salió disparada como una flecha que corta el viento hasta lo mas bajo de la ciudad estrellándose en la parte superior de un bus escolar estacionado en un extremo de la calle.
Ese fue el ultimo golpe de Yu antes de volver a su forma normal cayendo en lo que quedaba de techo, envuelta en sí misma.
Cerrando poco a poco sus ojos y quedando inconsciente al igual que Eva.
...
[Alcanzando su pasado, luchando en su presente. La mujer delante de él le hará ver los temores mas grandes de aquella historia de su niñez.]
Próximo capitulo: Iguales.
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