51.SOLICITUD DE AYUDA.
[Los días de la academia los siento tan alejados que prácticamente podría llegar a olvidarlos un día de estos. Pues para mí, nada fue realmente importante.]
Para una chica que no conectaba con nada formalmente. Relaciones entre personas, sentimientos por ellas. Tan solo un objetivo era lo que la mantenía en el camino hacia el frente.
Aun en los pasillos de su escuela, en los salones de clases junto a sus compañeros o incluso en las incursiones siempre se mantenía alejada.
Aunque siempre mostrara una actitud vivida, llena de sentimientos, al momento de que alguien se intentara acercar a ella con otras intensiones siempre carecía de amabilidad.
Rumi Usagiyama fue una chica centrada en un único objetivo; convertirse en una heroína.
INTRODUCIR: NOCTURNE IN PARIS - TONY ANDERSON
Cuando Rumi miraba las afueras de su salón de clases a través de aquellos cristales lo único que podía imaginar era la brisa fresca del aire que seguramente afuera abunda. Sea o no por su quirk de conejo, Rumi juraba poder recordar en su piel la sensación del aire fresco golpeandola.
La naturaleza en el bosque de las montañas y las cigarras cantando a las afueras.
Rumi parecía comenzar a arrepentirse el día de hoy.
Era casi verano y había decidido ir a la escuela la ultima semana no obligatoria. En conjunto a ella, quizás la mitad del salón de clases se hallaba esparcidos entre asientos vacíos y asientos ocupados.
Era apenas medio día y Rumi juraba que había estado ya ahí desde hace un día.
El tiempo para alguien como ella era bastante irregular, casi como un reloj descompuesto que no marca bien la hora.
Siempre perdida en sus pensamientos, pero, arrogante en la acción.
Una chica de gran carácter.
―¡Rumi! ―bramo la voz detrás de ella.
―¿...?
―¡Dios! Al fin parece que reaccionas. Te juro que comencé a pensar te habías dormido.
Detrás de Rumi, una chica de cabello rojizo casi flameante con tirones de tela en forma de flores. Era una chica bastante guaba de labios gruesos y ojos verdes. Una chica que parecía ser extranjera, pero, hablaba un japones mucho más fluido que Rumi.
Apenas con el rabillo de su ojo y su mentón sobre su dorsal, Rumi parece restarle importancia a su única amiga al parecer; Lili Hanabatake
La chica pelirroja había movido su cabeza alrededor de Rumi quien parecía absorta en el paisaje fuera del salón de clases.
-¿Me estas ignorando? ―pregunto indignada―. ¡Rumi!
―Hmph.
―¿Es enserio? ¿Hasta cuando vas a estar así? Sabes que yo no podía hacer nada contra ella. Su quirk es totalmente contrario al mío. Además, también es parte tu culpa, te entretuviste demasiado con Kurube-Kun. Parecía que estabas jugando con él.
Rumi bostezo y luego se estiro.
―No estoy molesta. No me interesa lo que paso en el combate de ayer. Y no, no estaba jugando con él. No tengo intenciones de hacerlo. Mientras más rápido pueda terminar algo para volver a casa, mejor para mí ―respondió con total desinteres.
―Pues no me parece a mi ¿eh? Usualmente prestas atenciones a la segunda llamada, ahora esperaste bastante. ¿Tienes algo en mente?
Rumi torció su gesto y pensó.
―No ―contesto.
Lili miro por encima a la chica intentando buscar alguna apertura, pero, no había manera. Cada que movía su cabeza hacia el rostro de Rumi, esta simplemente desviaba la mirada hacia otro lado.
―Si necesitas algo puedo ayudarte. Cualquier cosa.
Rumi se quedo pensativa unos momentos.
Por el rabillo de su ojo lanzo un vistazo rápido al reloj del salón de clases y volvió su mirada hacia su escritorio nuevamente.
Rumi pensó en su madre.
Últimamente estos días había estado bastante enferma, tanto que ni si quiera se podía parar de cama.
Para la chica era una necesidad casi natural regresar a casa lo más rápido posible y cuando pudiera para ayudar a su madre por lo cual cosas mundanas del día a día les quitaba interés.
Una de ellas, el relacionarse con personas.
―No es necesario ―dijo Rumi empujando su silla hacia atrás y poniéndose de pie.
―¿A dónde vas? ―pregunto Lili mirando hacia arriba.
―Solo daré un paseo. Necesito algo de aire fresco.
―El profesor no tardara en llegar. ¿Crees que es buena idea?
Rumi no contesto y agito su cabellera blanca mientras caminaba entre las filas de mesas hasta la puerta del salón de clases.
Mientras lo hacía, las miradas y susurros de sus mismos compañeros de clases se convertían en una sarta de cosas que realmente no le interesaban a Rumi, pero lastimosamente no podía evitar escuchar. Pese a tener gran control sobre su cuerpo, había cosas en las que no podía interferir y eso eran en sus sentidos.
Uno de ellos, el oído.
Era natural para ella escuchar comentarios mal hablados desde pequeña por lo que ahora en la escuela no le parecía nada diferente, sin embargo, quizás si le parecía molesto.
Creer que haberse largado de ese pueblo para tener una vida diferente y que ahora las personas hagan lo mismo la llevo a pensar que sin importar en que lugar o tiempo, todas las personas son iguales.
Todas y cada una son despreciables personas que realmente se preguntaba si deberían ser salvadas.
Era acaso, ¿una obligación o un deseo?
A la vez que su cabello se sacudia de lado a lado en los largos pasillos de la academia, y su mirada se transitaba por los largos ventanales de los muros ella se preguntaba muchas cosas.
¿De verdad tendría que lidiar con esas miradas de las personas que salvara?
Le parecía tan absurdo esa conclusión, pero, tan real a la vez.
No podía negar que estaba agotada de tanto pensar, pero tampoco quería admitirlo.
Sin percatarse ella había llegado al final del pasillo. Parada en el medio de este y con la mirada perdida en el suelo. Cuando se percató levanto su mentón y giro su cabeza.
El largo camino vacío se le hizo tan eterno que simplemente sus orejas reaccionaron a la melancolía.
Por alguna razón, ese día Rumi se sentía tan alejada de todo.
El camino de vuelta al salón de clases, la hora de la comida he incluso cuando las campanas resonaban al final del día, todo era tan lejano para ella como si estuviera en el fondo de un vaso de cristal. Observando el exterior pasar tan lentamente.
Tanto que al cerrar sus ojos lo que pudo ver no fue nada más que plena oscuridad.
De pie frente a la salida de la academia, Rumi abre sus ojos y aquellas pupilas carmesís miran a la lejanía admirando el horizonte de tonalidades azafrán.
Ese día, Rumi se siente tan abrumada, sola y abandonada cuando el véspero aparece ante ella y un susurro a su espalda llama su atención.
Una voz que llama su nombre.
[Rumi.]
Al girar cierra sus ojos y al abrirlos ahora mismo el atardecer se ha convertido en una gran oscuridad que la subyuga de todo sentido de realidad. Las sirenas oficiales resonando a la lejanía, automóviles yendo y viniendo. Decenas de voces a expensas.
Rumi se encuentra en el fondo de un contenedor de basura apreciando la luna llena que habita en el cielo.
Parpadea un par de veces hasta que sus pupilas se mueven de lado a lado como si de bolas de billar se tratasen. Comprendiendo su estado, su entorno, ella reacciona al dolor inminente que recién despierta con ella. Remaneciente con sus sentidos Miruko se percata del gran dolor en su pecho.
Sus ojos se posicionan al filo inferior de sus parpados.
Una gran mancha roja la cual parece gorgotear al centro y por encima de sus pechos.
Enseguida se percata de la herida, el dolor le hace preguntarse porque, y esto lleva hacia una siguiente cuestión que casi la responde al instante, ¿Qué hace ahí? Un segundo despues una decena de recuerdos golpean su realidad y esto la hace reaccionar al instante.
Soltando un gran jadeo, intenso y doloroso con una garganta seca, el conducto de carne se llena de ese liquido rojo al momento de que ella se mese hacia delante cayendo del contenedor de basura hacia el frio pavimento de aquel callejon.
*¡COF! ¡COF! ¡COF!*
Tosiendo violentamente una mínima pero significativa cantidad de sangre, sus músculos comienzan a despertar dejando la atrofia atrás.
―I-Izuku... ―fueron las primeras palabras formadas desde que ella despertó―. ¡Izuku!
al levantar su mirada ella empuja su cara hacia delante y usa sus brazos para ponerse de pie. Casi al instante de hacerlo, el golpe de presión la hace sentir que va a caerse de nuevo.
Mareada al punto de querer vomitar logra lanzar su mano derecha hacia la orilla del contenedor logrando evitar su caída. Su cabello cae en mechones al frente de su rostro. Agita su cabeza un par de veces y contiene las ganas de vomitar. Es entonces que despega del apoyo del contenedor hacia delante en un sequito de pasos apresurados.
A través del callejon sus sentidos comienzan a afinarse y las voces de las personas se unen a los brillos azules y rojos al final del callejon.
Caminando a través de la corta oscuridad y parpadeante luz, ella sale del callejon encontrándose con una luz cegadora. Por un segundo, perdida en un mundo de contusión cubre su rostro hasta que segundos despues puede recuperarse una vez más.
Mirar al frente, a las personas rodeándose entre sí. Su cuerpo avanza, sus piernas la impulsan y su cuerpo se balance de lado a lado en un equilibrio casi como el de un equilibrista sobre una cuerda floja.
El dolor en su pecho hace despejar cosas secundarias de su cabeza hasta que al dar unos pasos hacia la derecha y darse la vuelta termina topándose con una gran cantidad de personas en la calle.
Civiles, médicos y policías junto a héroes que parecen estar discutiendo entre sí.
Mas y más, gente aquí, gente allá, gente por doquier. Su visión era casi borrosa y su oído sordo. Estaba aturdida, perdida en un mar de personas que prontamente la mirarían.
La sangre que descendia de su pecho llamaba la atención, pero ella aun así continuaba a pesar de que algunos médicos fueron rápidamente a socorrerla.
Sostenían sus brazos alrededor de ella intentando detenerla. Miruko juraba escuchar voces a sus costados, pero también sentía que poco a poco el mundo se desvanecia como el humo de un cigarro.
Cerro sus ojos, los abrió tiempo despues, uno mas que el otro. Camino tambaleándose rodeada de personas que intentaban procurar su seguridad.
La sangre goteaba desde su estomago hasta el suelo y sus pisadas dejaban el talón de sus zapatos marcados en el pavimento con manchones de sangre. Su cabello plateado que se siempre en el aire como el maizal que se alborota con la brisa del viento.
Sus ojos perdidos.
La vibración en sus pantalones.
Ella toma su celular y mira de reojo una notificación.
[Una llamada.]
Levanta su mirada y el mundo se desvanece en un total silencio que funciona como una cueva en eco con su voz.
[Miruko al habla.]
Responde sin ganas.
Una voz tras el teléfono habla.
Un hombre.
Las personas la tocan, sus voces desaparecen y la voz del hombre hace eco en la cabeza de Miruko.
Enseguida sus ojos se expanden y ella parece recobrar las fuerzas. Poco a poco sus pasos se vuelven firmes y ella despega su pie derecho y pisa con su izquierdo con una firmeza casi impoluta.
Con su vista al frente ella enseguida vuelve a escuchar todo.
De un salto, deja todos atrás.
En una brisa helada el tiempo retrocede y su cabello que se mueve en el cielo ahora parece sacudirse contra la arena a su costado.
Caminando en la orilla de la playa en un atardecer vivido.
Rumi camina al lado de Lili.
―Se que las cosas no van bien Rumi. Puedo entenderlo con tan solo verte. Pero no tienes que alejarte. Somos amigas, tendría que ayudarte por eso. ¿Lo entiendes? ―dice Lili con anhelo.
Rumi no responde y sigue caminando.
Detrás de ella Lili le sigue el paso con sus manos atadas a su cintura. Su larga cabellera rojiza se sacude con la brisa de arenisca que cae sobre su pecho.
―Las cosas por las que has trabajado no desaparecerán por un momento que te sientes a descansar. Puedes libremente tomarte un tiempo y nada cambiara. Puede que las cosas avancen, pero no por eso te quedaras atrás. Eres lo suficientemente buena como para hacer eso.
Las ideas son algunas veces contradictorias, periódicas y sin sentido. Sin embargo, en algun punto pueden ser un puente hacia la verdad la cual a veces es oculta con montones de mentiras.
Mentiras que funcionan como capas que cubren los sentimientos y emociones negativas que las personas suelen ocultar por miedo a creer que, si son exiliadas al exterior, podrían simplemente infectar su vida normal.
En ese sentido, Rumi era alguien que estaba acostumbrada a enfrentar las verdades con mentiras que su corazón convertía en su propia verdad para no lastimarse a si misma, o al menos no tanto como para poder mantener una faceta.
―Las personas pueden ser impropias a veces, pero esta bien. Tu puedes ver la diferencia entre nosotros y eso en cierta parte te hace superior pero no actuar como tal. Parece que tu solo ves el lado del cuadrado que tienes delante. Creo que si pudieras ver hacia arriba o hacia abajo...
―No necesito ver a otro lado que no sea el frente Lili ―responde Rumi―. Soy como quiero ser sin preguntarle a alguien como o porque. ¿entiendes? No intentes pretender que me conoces o que al menos entiendes algo de mi por sinceramente es algo grosero y aburrido. Diría molesto, pero no quiero ser grosera... no al menos contigo.
―Nunca has tenido ese tipo de tacto conmigo o con cualquiera. ¿Por qué ahora te importa ser amable?
―No me importa ser amable. Simplemente no quiero profundizar mas contigo o con alguien más.
―Entonces simplemente te alejaras como siempre, ¿Rumi?
Rumi se detuvo por un segundo. Sin mirar atrás, sin rechistar en su voz.
―¿Crees que alejarme es un concepto ajeno a mí? ¿Acaso crees que soy del tipo de relaciones abiertas? Siempre he actuado de esta manera. No le veo lo raro.
―Pareciera que simplemente te obligaron a actuar así. ¿Sera por ese estilo de vida solitario del que tanto pareces conocer?
―Estas siendo grosera nuevamente. ¿Ese no era completamente ajeno a tu estilo?
―Clasificarme en un sentido es también grosero. Pero ese es tu estilo en parte ¿no? Así que esta bien para ti. ¿Por qué no estaria bien para mí? ¿Sabes no? Yo también puedo ser una chica complicada a veces, pero no por eso alejare la ayuda que me brinden.
Rumi parecía molesta por este comentario, lo suficiente como para darse la vuelta.
―Resuelve tus problemas a tu modo y yo al mío. ¿Entiendes?
―¿Es una amenaza? ¿Si sabes que no me intimidas como a la demás verdad?
―No trato de intimidar a nadie.
―Quizas no sea tu intensión Rumi, pero en parte es lo que haces. Así que... ¿Por qué no dejas de hacerlo? ―pregunto con astucia.
Lili sonrió con sus manos detrás de su cintura.
El espacio que las distanciaba era apenas un metro de distancia, lo suficiente como para que la arena se sacudiera al costado de sus pies.
―¿Qué es lo que quieres Lili? ¿Quieres que te cuente de mi vida? ¿Quieres saber que desayuno, que como o ceno? Tal vez ¿Qué ropa uso para dormir? O ¿Qué pienso al momento de hacerlo? ¿De qué te servirá saberlo? Nada va a cambiar entre tu o yo.
―No me interesa que cambie algo entre tu y yo. Al menos no por ahora. Pero si me gustaría que algo cambiara en ti misma ―respondió a la vez que daba un paso hacia un costado―. Quizas para futuro. Que vieras las cosas un poco más... ¿Amplias? Eres una chica muy solitaria y eso puede ser algo...
―¿Malo?
―No, solitario.
―Estar sola no es algo malo.
―Sentirse sola lo es.
―Yo no me siento sola ―respondió furtivamente.
―Pero lo sentirás
Creer a veces en las palabras de los demás puede llegar a ser beneficiosa, pero en otras ocasiones si dichas personas no escogen bien sus palabras pueden llegar a crear brechas entre ellas y por ende un gran alejamiento y lo que ahora mismo estaba haciendo Lili era cruzar una delgada línea de paciencia con la chica de cabello plateado.
―Accedí a que vinieras conmigo para que dejaras de molestar, pero ahora veo que fue un error ―Rumi termino por fruncir su ceño―. Eres mas molesta ahora que estas aquí.
―¿Ves a lo que me refiero?
―Si sigues las cosas por donde van...
―¿Qué va a pasar? ¿Me vas a golpear? Si eso es todo lo que tienes en cabeza entonces no eres tan fuerte como creía.
A este punto Rumi solo quería irse a su casa y dejar sola a Lili, pero también sabía que en el momento que ella se diera la vuelta se estaria rindiendo a sus palabras. Y a pesar de que el deseo de resguardar la paz era grande, su orgullo para dejarse clasificar en un embrollo de palabras también era grande.
En cierto modo era contradictorio consigo misma por que ella no era del tipo que se dejaba manipular por las palabras de otra persona. Eso era algo que había aprendido en su infancia en aquel pueblo maldito. Pero ahora, daba la impresión de que Lili daba en el blanco con cada letra que salía de su boca y formaba una palabra.
Era tan molesta, pensaba Rumi.
―¿Sabes qué? No me interesa esto. Es una simple perdida de tiempo. Tengo el día lo suficientemente ocupado como para perderme en una charla sin sentido. Además, que me interesa que pienses de mí. Si soy fuerte o no, no es algo que tu puedas decidir así que me largo.
Rumi regreso a la dirección que iba y esta vez corto hacia la derecha alejándose de la orilla del mar y de Lili.
Pero antes de que ella diera un paso mas y las olas golpearan la orilla de la arena, la voz de Lili nuevamente resonó en su cabeza.
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[¿Hasta cuando vas a seguir huyendo?]
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INTRODUCIR: IMMANUEL - TONY ANDERSON
Rumi se detuvo, ella dio un paso hacia atrás con dureza, tanto que su pie quedo marcado sobre la arena. Tal pisada era similar a aquella que dejo sobre un techo cuando esta dio un salto hacia delante y por debajo de ella un pequeño edificio de unos cuatro pisos se asomaba.
En la cima pudo vislumbrar a tres sombras.
Mientras caía del cielo poco a poco estas siluetas fueron revelándose a su vista.
*PUF*
Ella había aterrizado sobre el duro concreto elevando así una pequeña estela de humo.
Poco a poco fue levantando su mirada y el mechón de cabello en medio de sus ojos se movió hacia un lado. Ambas canicas carmesís se posaron sobre las tres siluetas ahora formadas como personas normales.
Mirando al frente, reflejado en su vista, era kamui y Mt Lady. Junto a un chico quien estaba recargado en el muro de una entrada al techo del edificio.
―Miruko... ¡Dios! ¿Estas bien? ―enseguida Lady se adelantó dejando atrás al par de chicos―. Tu pecho...
Apenas ella dio un paso entrando al espacio personal de Miruko, esta irguió la espalda y tomo del cuello del traje a Lady elevándola y acercándola a ella.
―¿Dónde mierdas estabas? ―casi indignada, Miruko sostuvo a Lady delante de su rostro por unos segundos―. Tu maldito trabajo era cuidarlo.
Pese al sonido de las sirenas rondando alrededor de las calles cercanas a ellos, se pudo escuchar el crujir de la tela de su traje al agarre de Miruko.
―T-Tranquilízate... Miruko ―dijo Lady.
Con sus palmas abiertas ante ella, Miruko solo frunció mas su ceño y apego su rostro al de ella.
Casi capaz de sentir su respiración ardiente, Lady decidió hablar un poco más bruscamente.
―Calmate, te digo.
―Para ti es fácil, pero para mí no ―Miruko pego su frente al de Lady hasta el punto de que su agarre comenzo a cortarle la respiración―. Se llevaron a Izuku.
Con sus dientes rechinando con cada palabra, Lady poco sorprendida solo responde:
―Lo se.
―¡...!
El rugido interno de Ira de Miruko parecía emerger en un agarre mucho más fuerte y agresivo.
―Lo sabemos ―dijo la voz lejana de Kamui quien estaba vendado de una parte de su rostro cubriendo su oreja derecha.
Detrás de él, justo detrás del pequeño muro que constituía la entrada al techo una sombra más apareció, una que se asomo con un simple dejo de su cuerpo.
―Hawks...―Miruko soltó a Lady casi arrojándola hacia un lado―. ¡Hawks!
Con un paso apresurado, su mano fue detenida por Lady quien ejerció la suficiente fuerza como para que Miruko se sintiera amenazada.
―¡¿Qué haces?! ―pregunto Miruko sin si quiera dirigirle la mirada.
―Les dije que no estaria contenta de verme ―comento Hawks con un dejo de ironía.
―Miruko... Sera mejor que comiences a calmarte ―dijo Kamui―. Necesitamos hablar urgentemente sobre algunos asuntos y si te alocas puede que no encontremos a Midoriya. Así que te pido por favor que dejes tu ira a un lado por ahora.
Abriendo su palma como una señal de "Stop" Kamui levanto su único ojo descubierto hacia la mujer quien lo miro por un momento. Luego de ver a Kamui ella dirigió su atención a Hawks y luego a un pequeño chico con una venda en la cabeza y sangre aun manchada debajo de su nariz.
La peli plateada devolvió su mirada hacia Lady por un momento. Frunció una vez mas su ceño y tiro del brazo de la mujer soltándose de su agarre.
―Hablen ahora.
De pie frente a todos Miruko estaba prácticamente al medio de una mini reunión.
―Antes que nada, me gustaría que supieras que casi me matas antes... ―dijo Hawks saliendo completamente de la esquina y mirando a Miruko con manchas rojas en su frente―. Y segunda... el plan de asesinato de Midoriya Izuku fue completamente cambiado.
―¿Ah?
Hawks se recargo con su hombro.
―No se honestamente que ocurrió. Ahora mismo la comisión debe estar en un conflicto por mi desempeño contigo. Pero lo último que pude escuchar es que se tomó una decisión de último momento. Midoriya Izuku aun no puede morir. O al menos no hasta que sea juzgado por sus crímenes.
―¿Sus crímenes? ¿Qué demonios significa eso?
―Sabes bien que la comisión tiene sus palabrerías complicadas para referirse a cosas mas complicadas. Siéndote totalmente sincero no creo entender a que se refieren, pero si pudiera intuir acerca de lo poco que se... diría que fue llevado directamente a la centrar de la comisión. Quizas de ahí deriva la decisión de supervivencia del chico. En otras palabras, puedo creer con miedo a equivocarme que fue llevado a Tokio.
La mirada de Rumi era filosa, fina tanto como la punta de un cuchillo que destazaba todas las palabras de Hawks buscando alguna mínima irrelevancia o discrepancia.
―¿Por qué he de creerte? ¿No fue hasta hace un rato que no querias soltar la sopa? Es por eso por lo que terminaste así.
―Termine así porque tú me dejaste así. Y si, puede que haga rato no quería hablar, pero no era por decisión propia. Hay veces en que literal no puedo ni si quiera decidir decir un hola por muchas razones y una de ellas es la intervención de la comisión. Pero como dije, hasta hace un rato cuando fue cambiado los planes logre escuchar algo interesante ―Hawks levanto su dedo índice―. Ozda Majiro.
―No tiene sentido que ahora estes abriendo la boca tan libremente. No despues de que...
Rumi sintió nauseas, un dolor indescriptible en su pecho y ella cayo al suelo totalmente mareada. Apenas sostenida con la ayuda de sus palmas la sangre de su pecho estaba saliendo a gorgoteos.
―Déjame al menos intentar cerrar la herida Miruko ―dijo Lady sosteniendo de los hombros a la mujer.
Rumi no tardo en rechazar esto empujando su agarra con su brazo derecho y luchando por ponerse de pie.
―N-No busques que crea una sola palabra de ti... ¡No ahora! ―Rumi se puso de pie y camino a tiendas del aire hacia Hawks.
―Miruko, por favor ―Kamui se puso de pie entre Hawks y Rumi deteniéndola. Negó con la cabeza a las intenciones de la mujer, pero esta simplemente parecía seguir su camino hasta Hawks.
―Debería solo terminar el trabajo que comencé hace rato ―dijo Rumi.
―Quizas deberías. Pero si lo haces no podrás ir por el niño. Así que al menos déjame hablar antes de que me rompas algo más, ¿Sí?
―Ya te dije... ¡¿Por qué debería creerte?!
―¿Qué tienes que perder? Nada.
―¡Tiempo, estupido!
―Ni con todo el tiempo del mundo podrás salvarlo si no escuchas. Así que al menos puedes mantenerse callada y ya.
Ambas miradas cruzadas parecían hervir el aire a su alrededor.
Por breves momentos la tensión era casi palpable al aire.
Tan tensa como para cortarse y comenzar una guerra mundial.
―Ozda Majiro no es un hombre muy conocido, pero al menos es alguien que parece dejar huellas donde pisa. Lo que se hasta ahora de ese hombre es solo por rumores, pero, si son verdad entonces tendría sentido el por que el cambio de opinión sobre la caza de Midoriya Izuku ―Hawks nuevamente levanto su dedo índice―. Primero... Ozda Majiro es alguien que trabaja en el sector mas importante de la comisión como las relaciones publicas intentado diseminar cierta información a la luz para proteger las partes mas oscuras de la comisión. Entre ellas, los actos del grupo que formo el presidente del cual formo parte y que fue fundado hace unos años por él. Pero, lo importante aquí es su quirk. Es por eso por lo que me pareció curioso que lo introdujeran en esto y hablaran de un juicio. EGO, es el nombre que recibe su quirk...
Hawks puntualizo:
[No soy un científico así que explicare esto acorde a lo que he podido entender al respecto. Para poder explicar su quirk necesitaría un ejemplo básico; la rencarnación. Según un mito de la humanidad, el adherirse a esa idea es algo seductor, ya que calmaría el miedo a la muerte, a la disolución definitiva y completa de nuestra identidad que es algo a lo que nuestro yo "El EGO" se resiste. Según informes antiguos y registros, periódicamente y de forma espontanea nacen ciertos niños que parecen "Recordar" vidas anteriores, pero alrededor de eso hay mucho, demasiada mentira. Para no envolverme tanto en esto, tendría que finalizar con una idea clara. La rencarnación es algo posible según la ciencia debido a que nuestro cerebro, nuestra consciencia... nuestro EGO, es una energía que se acumula y como bien sabemos según la ley de la conservación, la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. En otras palabras, nuestra consciencia se superpone sobre otras al momento de morir y que nuestro EGO es liberado para ser utilizado en otra consciencia lo que trae consigo dicha "Rencarnación" el EGO es lo que somos, lo que es nuestra alma y consciencia juntas. Ozda Majiro tiene la capacidad de entrar en contacto con el EGO, con la energía que conforma nuestra conciencia.]
Hawks se separo del muro y se paro firmemente mientras que, de la lejanía parecían venir plumas volando a gran velocidad hacia él.
―Si esto es verdad... puedo comenzar a concluir ciertas ideas de lo que planean con el chico. ¿Recuerdas lo que te dije sobre no entender por que lo dejaron vivir tanto tiempo? C-Creo que puedo entenderlo ahora ―las plumas que se unían a su espalda formaban grandes alas rojas que poco a poco se extendían por su espalda―. Hasta ahora, desde la aparición de los quirks no se ha comprendido la causa de todo esto. Pero entonces nació un niño que más tarde provocaría un caos enorme. Ellos permitieron que su historia sacudiera al mundo. Pese a que el trabajo de la comisión era regular estos casos y claro que lo hicieron con mucho éxito... ¿Por qué dejar que su historia fuera contada y el terror de Laughing Boy fuera esparcido? ¿Qué había en el meollo de esto?
Midoriya Izuku era un niño en medio de un caos sin explicación. Un pequeño infante que al mirar más allá lo único que podía ver eran los destrozos de su mala suerte.
En medio de un plano destruido de color gris, ese pequeño niño mira al horizonte esperando ver algo mas que su deplorable vida.
Abandonado, solitario... tan solo un niño paranormal.
Bakugou estaba mirando el suelo con su mirada perdida, pensamientos hundidos he ideas vagas, pero atento a las palabras de Hawks.
―¿Por qué dejaron vivir a Midoriya Izuku hasta ahora?
Las alas finalmente se habían formado y estas aletearon una vez al igual que un ave que vuela encima del mar de un atardecer a punto de trasnochar.
Un ave costera.
Y una chica de cabello rojizo que mira de lejos a una chica que abandona una vez mas todo lo que ella teme.
Rumi camina fuera de la playa y Lili solo la mira alejarse.
Entonces ella grito:
―¡Si sigues por ese camino te quedaras sola!
Rumi no se detuvo.
Lili tampoco.
―¡No puedes siempre estar de esa forma!
Las olas golpearon fuerte la orilla de la arena.
Rumi pisoteo fuerte los escalones de concreto.
―¡Las personas necesitan ayuda de otras personas para poder crecer!
Lili agito sus puños y movió su espalda.
El ave nuevamente aleteo encima de ambas.
―¡No está sola! ¡No trates de creer que sí!
La voz de Lili se retorcía, su gesto se mortifico y su espalda se torció hacia delante.
Lili agito su corazón con un revuelo.
―¡Rumi!
La peli plateaba no mostraba ninguna expresión mas que ese gesto duro en su rostro.
Cada vez más alejada de Lili.
―¡Si no miras atrás... si no lo haces...! ¡¿Cómo sabrás cuando es momento de parar!? ¡¡RUMI!!
Su abuela, su padre... su madre. Del lugar que proviene al lugar que ella va. Desde pequeña, una niña guerrera que ha luchado contra todo tipo de mal. Injusticias, discriminaciones... miradas tortuosas.
Rumi era una chica que había caminado por el sendero de la soledad acompañada solo de los recuerdos felices que en algun momento logro construir.
―¡¡Te lo pido, Rumi!! ¡NO HAGAS ESTO!
La voz desgarradora de Lili, sus lagrimas que salpicaban la arena al igual que las olas y la brisa del mar.
Las fuertes y firmes pisadas de Rumi sobre el concreto fuera de la playa.
―¡En algun momento...! ―Lili estallo―. ¡La necesitaras... de mí, de tu familia, de quien sea...!
El ave aletea, Rumi... Miruko observa al frente, mira a Hawks.
[¿Dónde...?]
Miruko sostiene su pecho y detiene el goteo de sangre por un momento mientras que esta se escurre entre sus dedos.
―¿Dónde está él...?
―Tokio, central de la comisión a unas calles de akihabara.
Su visión borrosa, su dolor en el pecho... igual que en el pasado.
[¡En algun punto de tu vida, sea ahora, mañana o en diez años...!]
Miruko, no... Rumi se detiene un segundo fuera de la playa, en la cima del estacionamiento con Lili detrás de ella.
―¡TU...!
El ave aletea y Rumi sostiene su pecho con dolo mientras que algo surca sus mejillas.
Rumi siente sus piernas débiles, su corazón frágil y su visión borrosa.
Lili grita:
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[¡NECESITARAS AYUDA DE ALGUIEN!]
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INTRODUCIR: DIANA - TONY ANDERSON
Usagiyama Rumi era una niña en medio de un caos sin explicación. Una pequeña infanta que al mirar más allá lo único que podía ver eran los destrozos de su mala suerte.
En medio de un plano destruido de color gris, esa pequeña niña mira al horizonte esperando ver algo más que su deplorable vida.
Abandonada, solitaria... tan solo una niña paranormal.
―¿Qué harás? ―pregunto Miruko.
―Yo... ―Hawks miro hacia un costado de la ciudad―. Nosotros no tenemos mucho tiempo libre. Siempre estamos rodeados de problemas sin explicación que simplemente deben resolverse sin ningún tipo de consideración. Me gustaría que al menos tuviéramos un poco de tiempo libre para pensar en los errores que cometemos en medio de esos problemas. ¿entiendes, Rumi? No se trata de mi o de ti. No quiero ser el malo, pero hay cosas que se tienen que hacer. Yo hice lo que se tenia que hacer, ahora hare algo que quiero hacer.
Los ojos cansados de Miruko casi debatían su anemia debido a la perdida de sangre mientras que las lagrimas de su pasado manchaban el suelo y la sangre de su presente igualmente lubricaba el concreto a sus pies.
―Pudimos evitarnos tantos problemas si desde un principio hubieras hablado de forma simple.
―Ya te lo dije antes. Te lo advertí. Midoriya Izuku fue condenado desde que su quirk despertó. Que tu hayas decidido voltear a verlo ahora y tomarle algo de cariño no es algo que deba hacerme sentir como el culpable a hacer algo que se tenía que hacer desde un principio. Limpiar un problema.
―El...
Hawks giro su mirada hacia el chico en el suelo.
Bakugou había hablado.
―¿Qué sentido tiene hacer estas cosas si a final de cuentas causan el mismo resultado que tratan de evitar? No son diferentes a simples cancilleres ―Bakugou encontró su mirada con Hawks―. El no es un conejillo de indias para su consumo, es un ser humano.
―En eso podemos estar de acuerdo niño. Yo también odio los conejillos de india. Por eso tome una decisión. Puede que se apegado a mi trabajo, pero tengo un limite moral que respetar. Aunque parezca que no, me apego más que cualquier código de la sociedad... Mis propios deseos siempre serán lo primero.
―¿Qué es lo que quieres? ―pregunto Kamui.
―Quiero transparencia ―respondió de forma firme y certera―. Y no voy de ser otro de su peón si creen que respetare su color gris. Esto es por mi propio deseo y mi decisión, no de nadie más. Por que a pesar de todo... las personas como Midoriya Izuku y como yo, podemos incluso tener algo de parecido.
Aun en el espacio de un abismo sin fondo sin una decisión previa para ir hacia un lado contrario, aquellos que siempre han saltado hacia lo desconocido, de algun modo se llegaran a conectar.
Y aunque sus alas no sean como las de un ángel salvador, Hawks es un tipo liberador.
―¿Tu que quieres, Rumi? ―pregunto Hawks.
Pálida como la luna, con su mirada perdida en su pasado y su sangre mezclada con sus sentimientos desbordantes.
Había algo ahí, en el interior de su corazón.
Dentro de su sangre había reflejos casi imperceptibles.
Al momento de que parpadeaba lo podía ver.
Felicidad, tranquilidad... paz.
"¿Quieres algo de cenar en concreto?"
Una mesa adornada.
"¿Tienes frio? ¿Quieres una manta?"
Una cama limpia y cómoda.
"¿Cómo fue tu día? ¿Quieres algo de té?"
Una bienvenida cálida.
"Hija..."
En él, como un reflejo de su padre ve.
"Querida..."
En él, una amabilidad que la hace sentir tan feliz como la de su abuela.
"Rumi..."
En sus ojos y su sonrisa tan solo puede ver a su madre.
"Rumi-San"
En aquel chico se encuentra todo lo que ella perdió.
Es esto lo que le hace preguntarse si es tan fuerte como para enfrentar todo lo que viene.
En una gota de sangre al igual que una gota de lagrima como la de una lluvia que se aproxima.
La ayuda que necesita.
Con pena ella mira su propia sangre y con ello aprieta mas su pecho ignorando el dolor en él, pero sintiendo el de su corazón más que nada.
―...varlo
Rumi habla en voz baja.
―¿...?
―Quiero... ―Rumi muerde sus labios y aguanta su respiración―. Salvarlo... quiero, salvarlo...
Ella repite sus palabras con más fuerza.
Esculpida en aquel techo como una roca de mármol, todo su cuerpo lo siente como si se estuviera desmoronando en un instante.
Con pocas palabras y lagrimas entre sangre ella levanta su rostro avergonzado.
―Quiero salvarlo.
―¿Por qué? ―pregunto Hawks―. ¿Por qué te prepara la comida? ¿Por qué te plancha la ropa? ¿Te prepara la cama? ¿Por beneficio propio...?
En un sentido, Hawks miraba a Midoriya Izuku como un igual.
[No...]
Su corazón late rápido, sus manos tiemblan del temor.
―Por que es importante para mí ―Rumi frunce su ceño y con fuerza declara―. ¡Por que es preciado para mí!
No por que era un chico servicial o por que era algun tipo de remplazo. Era porque, al vivir en un estado continuo de soledad, ella finalmente había llegado al final de su camino y pensando que no podrá seguir avanzando, es gracias a él que pudo extenderle la mano que un nuevo sendero fue revelado para ella.
Su vida aún no había acabado.
Gracias a él, ella podía seguir.
―Si es verdad...
"¡NECESITARAS AYUDA DE ALGUIEN!"
―¡Ayúdame! ―Rumi extiende su mano ensangrentada hacia Hawks―. ¡Ayúdame a salvarlo!
Una mano que se extiende a otra.
[Aquel que necesite ayuda, la pide.]
Hawks suspira de alivio.
[Y aquel que quiere darla, toma esa mano.]
Ambas manos en sangre se unen.
―Si ―responde Hawks aun con los ojos rojos por la golpiza de Miruko―. Claro que lo hare.
Quizás no era la mejor manera de explicarlo, pero había algo de interés que motivo a otros a que ese apretón de mano se volviera el epicentro de una unión de lazos.
Kamui fue el tercero al poner su palma encima de las manos de Hawks y Rumi.
―He sido su supervisor desde que me convertí en profesional. Quizás no he entablado una relación tan profunda con él. Pero al menos comprendo lo principal acerca de Midoriya y puedo saber que él, que el... no es malo ―Kamui aprieta el estrecho de manos―. Es un buen chico.
Rumi siente como un peso se aligera en ella.
Entonces viene la cuarta mano.
―Siempre me ha molestado el control sobre otras personas. Aceptar que alguien tenga el control de una vida sobre alguien que no conoce sobre esto es de lo mas asqueroso y bajo que puede haber. Y puede que sea muchas cosas, pero, dejar esto pasar y hacerme de la vista gorda... no quiero ser de ese tipo de personas ―Mt Lady se coloca al costado de Rumi con su mano tendida sobre el dorsal de Kamui―. Siento no haber estado aquí antes.
―N-No te preocupes... ―Rumi tartamudeo mientras el peso de sus hombros de ligereza aún más― Yo siento haberte gri...
*PAT*
La quinta mano.
"Hare lo necesario para arruinar tu vida."
¿Cuánto tiempo había pasado hasta ahora? ya más de medio año quizás. Aun el rencor persistía, pero sobre todo eso había algo en la cúspide de su corazón.
"Quiero disculparme contigo... ¡Me arrepiento!"
Incluso cuando el chico no recordaba nada y no tenia por que hacerse responsable en la parte moral, decidió hacerlo. Decidió cargar con el peso de sus pecados.
"Yo..."
―No quiero recordarlo, tan solo quisiera borrarlo de mi cabeza ―aquella mano que antiguamente estaba vendada, ahora estaba al descubierto, sobre la mano de Lady―. Solo quiero borrar el pasado...
"¡Yo no quiero borrar nada! ¡No quiero borrar el pasado!"
Bakugou levanto su mirada.
[Pero...]
Con dolor en su mirada, pero firmeza en sus palabras declararía:
―¡No puedo olvidarlo!
El pasado era algo renuente en su presente y quizás un pilar para su futuro. Pero lo que verdaderamente era una enseñanza para un nuevo sendero, era la decisión de haber puesto su mano en aquel lugar, en aquel momento... por aquella razón.
"¡Voy a borrar el pasado!"
Un arrogante y oculto chico sale a la luz.
Bakugou posa su apoyo sobre la causa.
Y cinco se han reunido sobre aquel techo.
Hawks, Miruko, Mt Lady, Kamui Woods y Bakugou Katsuki.
...
INTRODUCIR: BEEN GOOD TO KNOW YA
Fuera de la naturaleza, un hombre que no toma una forma corpórea de ningún objeto natural, si no de aquellas formas orfebres griegas.
Creando y forjando.
Crean de oro y en oro son forjadas recubriéndolas como tal.
A través de un largo puente de estelas azules en un vacío oscuro, más allá de un final, un pilar de luz dorada en el vacío eterno de una mente fragmentada.
No hay nada mas que la obvia razón del creer que aún persiste algo de existencia en ese lugar. La emoción febril de estar cubierto de una bruma de verdad oculta con un fin, ocultar la modorra imperial de una montaña de luz celeste cubica debajo de aquel pilar de luz.
El árbol de oro canta ante las damas y señores de Bizancio. Mientras los hechos que pasaron pasan o pasaran ocurren debajo del cielo oscurecido de nubes celestes que cubren un puente sin final con un destino al principio de la vista humana.
Algo que solo un hombre puede ver.
Al subir las escaleras lo que el hombre se encuentra es un abismo de aquella montaña. El acantilado del final donde se encuentra alguien parado.
Mirando el final del camino, mirando el inicio de aquel pilar de luz dorada que asciende hacia los eternos y vacíos cielos que cubren la extensa oscuridad.
Hay dos siluetas de pie en la cima.
Un hombre, un chico... una eterna verdad más allá de la consciencia.
La energía acumulada y traspasada.
El EGO.
Ozda Majiro observo el fin y el comienzo de aquel llamado Laughing Boy y aquel niño que ríe observo su comienzo y su final en su destrozada mente.
Fuera de este lugar, tan solo el cuerpo de Midoriya Izuku yace en medio de una gran sala redonda la cual cuenta con tres filas ascendentes de asientos que rodean una especie de campo vacío de baldosas donde este yace encadenado al techo y muros con una luz en forma de cadena.
Al frente del chico un hombre sentado en el suelo con su mano extendida hacia su rostro se encuentra.
Alrededor de ellos, un grupo de personas miran expectantes lo que ocurrirá mientras que al final de aquella sala y en la ultima fila de asientos, son los cuatro de la comisión junto al director de dicha comisión.
Ryuji Kinoshita.
El juicio acaba de comenzar en el epicentro de su culpabilidad.
El ergo de los quirks en el EGO de uno mismo.
...
[Mas allá de la mente hay un mundo oculto tras la consciencia humana. La verdad, la mentira... aquello que se esconde en el ergo del EGO. La energía que se mantiene viva dentro de un cuerpo viviente. El juicio a través de la absoluta verdad comienza entre Ozda Majiro y Laughing Boy.]
Próximo capitulo: El Juicio Final.
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