14.UNA VIDA ASQUEROSA.
Aun con su vida envuelta en papel, la ira que se acumula en ella manchando de un color rojo en el blanco.
Como el fulgor de miles de llamas en una oscuridad, su brillo no se detiene y avanza indefinidamente hacia delante, escapando de sus propios opresores mientras el dolor de cabeza crece y crece sin detenerse.
Algo dentro suyo comienza a despertar.
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CAPITULO 14
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De esta manera, a través del velo del humo que se extiende por todo el sótano, es Midoriya Izuku quien lucha por salir de este.
Su manto oscuro dado por Kuroiwa ya hace un rato se deshizo en medio del desastre. Su bozal, la máscara que cubría su rostro ha caído y entre la densa nube de humo que se abre paso a su paso por todo el lar, el rostro del peliverde se sacude de lado a lado.
―¡Ahí está! ―grito un hombre quien alzo sus manos hacia izuku. Este chico se encontraba saliendo de una nube de humo dejando atrás el velo del polvo.
Para su mala suerte había caído delante de aquel hombre quien grito su nombre. Este apunto ambas palmas y el sonido de sus zapatos de acero tocando el suelo duro provocaron que una luz naciera, una cegadora que empujo a izuku hacia atrás.
El quirk del hombre era una especie de convertidor de sonido a luz, pues al momento de que izuku toco el suelo y el sonido metálico estallo, junto con ello una luz sorda empezó a brillar intensamente frente a izuku.
Esto lo desoriento lo suficiente como para que retrocediera en un mal paso.
Detrás de él, la nube se abrió y un puño cayo hacia él.
*ZONK*
El golpe sonoro dentro de su cabeza.
*¡TROWCK!*
El suelo donde el estaba hace un segundo se destruyo por completo levantando una nueva nube de humo.
Izuku por su lado, él había logrado esquivar el golpe con ayuda de «Aquello».
Ya hace un par de minutos que él había comenzado a movilizarse despues del uso de Decay. Alrededor de todo el sótano con el suelo hecho pedazos y con las personas aun recuperandose, intentando levantarse sin dar un mal paso y caer.
El dolor de cabeza que el sentía era continuo pero de algo se dio cuenta. Al momento de que un peligro se estuviera acercando a él, el dolor se intensificaba como una barra de medir que al momento de llegar al tope hace sonar una campana eléctrica en su cabeza.
Antes era como una intermisión, pero ahora se había transformado en un sonoro rugido de su cabeza.
Era algo metálico y eléctrico que le avisaba que algo estaba mal.
*ZONK*
Una vez más, detrás de izuku aparecieron dos pares de mujeres.
Una de ellas le arrojo un trozo de concreto que al llegar cerca de él, se duplico. Dos rocas iban directo a su rostro. Despues vino la otra mujer que puso entorno a sus ojos aquellas rocas.
*¡Zing!*
Un sonido agudo y las rocas se retorcieron hasta que un par de gigantes gusanos apresaron ambas piernas de izuku.
Este fue directo a para a una especie de banca media agrietada la cual termino por destruir pues el golpe fue tan duro que sintió como sus brazos que puso de intermedio vibraban con las ganas de gritar en su interior.
Nuevamente, el estrés se estaba acumulando como la gota de agua que cae en un vaso a medio llenar.
―¡...!
Izuku en un rápido pensar miro hacia sus piernas observando como los gusanos gigantes comenzaban a crecer mas y mas empezando a cubrir su cuerpo.
»¡S-son pesados...!
Sentía que en cualquier momento se le iban a romper las piernas por el peso que tenia encima. Era como si tuviera un trozo de concreto gigante en sus piernas.
A lo lejos, por delante suya se veían venir un grupo de cinco hombres y mujeres hacia él. Uno de ellos desprendía zarcillos de sus brazos, otro los tenia robustos y una mujer parecía que hacia que su pecho se convirtiera en una boca gigante.
Al momento de que este trato de quitarse de encima el gusano al extender su mano hacia delante, uno de los zarcillos prensiles fue a para a su muñeca enterrándose, no, fusionándose con el suelo y evitando que izuku pudiera usar su brazo derecho.
Sus piernas atrapadas y su brazo apresado. El único que le quedaba era el izquierdo y una mirada furiosa.
*¡CRK!* *¡CRK!*
Detrás de izuku una gran sombra se formaba a través de las nubes de humo.
Era Scalemail.
*ZONK*
Una vez.
*ZONK*
Otra vez.
*¡ZONK!*
Su cabeza estaba por estallar, tanto que sus ojos se inyectaron en sangre.
La presión en su sangre, el sudor a mares, la respiración agitada. Era todo lo que le estaba gritando su cuerpo, su mente, todo que estaba en un punto muerto.
Era peligro de muerte.
Poco a poco, el instinto de preservación estaba estallando como una chispa en un feudal de ramas.
El fuego esta a punto de arder.
[¡Alto!]
Grito una voz gruesa, áspera. Lo hizo de manera estridente, lo suficiente para que el grupo de personas se detuviera y justo al lado de izuku cayera el puño cerrado de Scalemail.
Rodeado como una presa ante sus cazadores, en el suelo izuku estaba moviendo sus ojos hacia el lugar de donde provino el grito.
Era una hombre que salía del humo. En traje, bigote de mostacho y algo gordinflón. Este camino con sus zapatos algo empolvados. Su tarje negro tenía manchas de suciedad pero eso no cortaba su elegancia propia de un hombre que no debería tener lar ahí, pero por alguna razón él estaba ahí.
El peso de los gusanos creció pero estos dejaron de crecer en sí. Izuku dejo escapar un quejido de dolor cuando sintió como estos apretaban sus piernas contra el concreto, casi reventándoles. Al igual, el zarcillo que se fusiono con el concreto agrietado estaba descendiéndose más y más apretando su muñeca.
El dolor era insoportable.
―Debí de esperar algo tan temprano, obviamente, pero no pensé que tan rápido te dejaras guiar por tus emociones Laughing Boy. Mi error ―Hex, era el nombre de ese hombre―. Aun así, creo que el resultado le mostro a todos una pizca de tu maleficio. De ese maleficio.
Apuntando a su mano derecha atrapada en el zarcillo, él se refería a Decay.
―¿Qué pasa? ―el pregunto al ver su expresión―. ¿Estas molesto? Supongo que es lo normal. No te culpo pero, ¿Qué esperabas? Todos aquí te admiramos y a la vez te odiamos.
A la débil luz de una lampara a suspensor que colgaba cerca del suelo, izuku, aun furioso distinguía la voluminosa silueta inmóvil en el umbral de la nube de humo.
El hombre que era como la sombra de un demonio, con sus cabellos como tela de araña, enmarañados alrededor de sus oscuras facciones y sus ojos brillando como piedras preciosas.
―¿Q-que es...?
―¿Lo que queremos? ―atajo Hex―. Muchas cosas en realidad, muchas de las cuales son complicadas de hacer. Mas sin embargo, muchas de esas tú, ya has completado.
El hombre siseo hacia un lado.
―¡E-este lugar...! ―izuku miro a su alrededor―. ¿Qu-quee... razón tiene?
―No te lo explique al principio chico, ¿Eh? ―dijo el viejo hombre―. Pareces un astuto chico pero siento que ignoras la realidad que se te pone delante. Yo, te lo dije claramente. Este lugar es un conjunto de brebajes prohibidos en la sociedad. Somos el conjunto, el remolino de cosas malas que el aire puro de allá afuera no quiere. Casi podríamos considerarnos la caja de pandora.
En las sombras de su lecho, Izuku entrecerró los ojos hasta reducirlos a dos líneas. Dos óvalos brillantes como los de un pájaro.
Los ojos del hombre parecieron dilatarse y llamera mientras se clavaban en los suyos.
―Pero no nos equivoquemos ―murmuro―. No somos el matiz completamente oscuro que piensas. ¿Cómo podría decirlo de otra forma? Si lo dijera con mis propias palabras creo que lo describiría como; No todo lo bueno es completamente bueno y no todo lo malo es completamente malo.
Izuku ignoro esto. entre susurros había silabeado palabras como «Debo salir de aquí» o «Debe de haber alguna forma de librarme de esto» y lo había. Ciertamente solo tenia que agachar su mano izquierda al suelo, hacer que sus yemas tocaran el frio concreto pero si lo hacía... «¿Por qué no lo estaba haciendo?» su mano temblaba y se negaba inconscientemente a usar Decay.
«¿Por qué?» «¿No lo había usado ya una vez?» «¿Por qué ahora no podía hacerlo?»
Sin darse cuenta, sus propias dudas y cuestiones lo llevaron a poner atención a las palabras que expresaba Hex. Tantas cosas que tenia que escuchar en aquel lugar tan distinto a lo que el acostumbraba, o más bien que él nunca había conocido.
―¡...!
Nuevamente dejo escapar un quejido de dolor al sentir como el hueso de su pierna estaba chillando de dolor.
Izuku sintió sus propias tensiones y decidió practicar uno de los ejercicios que All Might le había enseñado. Inspirar una y otra vez hasta que estas mismas inspiraciones le calmaran.
Quería borrar ese dolor y concentrarse. Debería ser fácil para él, se dijo a si mismo, despues de todo el dolor fue su amigo mucho tiempo, físico y mental. Aun debería tener lazos estrechos con este.
El debería poder soportarlo a su lado.
―Allá arriba, donde tus héroes, donde tu gobierno protege a las personas normales, los toman como una luz blanca y pura, sin manchas. Pero, mas equivocados no pueden estar. Su sistema tiene fallas, puntos de oscuridad que se extienden por el velo blanco. No todo es sano y bonito Laughing Boy. Las personas de allá arriba, también tienen maleficios en sus corazones y es por eso que tu estas aquí.
―¡E-en cualquier momento alguien vendrá...! E-ee-el estruendo no p-pasara desapercibido ―vacilo.
―Oh, ho, oh... claro que no vendrán. Ni los héroes cercanos, ni los oficiales... ni tu pequeña numero seis del top de héroes ―Izuku jadeo permitiendo que Hex notara el miedo en su voz, y por esto él se sintió intrigado―. Como dije, allá arriba las personas no con completamente buenas. Eso deberías de entenderlo bien. Que tu y ella estén en esta ciudad no es una simple coincidencia. Hay muchas cosas de por medio que nos llevo a este asunto. Y esas cosas se podrían traducir a personas.
»¿Personas...?
La ira en el rostro de izuku se convirtió en una leva confusión que poco a poco transcendió a comprensión.
―¿No olvidas quien eres verdad? Aun con el apoyo del héroe numero uno, aun con personas que creas que son tus amigos, sigues siendo ese niño que se ríe de la muerte de otros. Un niño que se ríe, ríe y sigue riendo a pesar de que su alrededor este cubierto de una lluvia de sangre ―por fin salio del umbral colocándose por delante de izuku―. Tu eres una condenada persona, una carga para ellos.
De cuclillas el hombre se puso y con su mano desnuda tomo la cabeza de izuku por el cabello.
[¡Dame tu mano!]
La orden fue como una descarga de adrenalina. Izuku se dio cuenta de que había obedecido incluso antes de haber pensado en ello.
―Pareces sorprendido ―dijo Hex sosteniendo su mano desde su muñeca―. Usualmente no me gusta decir mi quirk por que puede parecer que todos los que están a mi alrededor me siguen simplemente por mi beneficio y no por el suyo propio.
[Dutiful Voice.]
INTRODUCIR: BLACKWALL OST.
―Mi voz es mas que suficiente para volver a alguien obediente con solo el hecho de que este esté por debajo mío al menos una vez ―Hex arranco con en un rápido movimiento el guante―. Dar órdenes, recibir órdenes, todo se basa en el hecho de la obediencia. Y como un perro obediente te resignaste a recibir las ordenes de aquellos que tú crees santos. Pero no te preocupes, a partir de ahora serás un perro bueno.
Hex con su otra mano hizo un gesto el cual los presentes entendieron. Los gusanos se deshicieron y el zarcillo se resquebrajo hasta romperse liberando a izuku.
Quizás, en ese momento izuku hubiera luchado por huir pero... no lo hizo. Su mano, su desnuda mano que era sostenida por Hex era todo lo que el entendía por unión.
Era como si en su cabeza un mar de niebla hubiera aparecido borrando de su vista cualquier pensamiento ajeno al presente actual.
Olvido a Miruko, olvido a All Might, a los demás... no podía pensar en nada que no fuera el agarra de su mano.
Las pupilas de izuku se fragmentaron y en un espacio en blanco el estaba de pie. La neblina que cubrió el mundo en su cabeza lo cubría como la marea del mar.
Ni si quiera sabia ya donde estaba.
Hex tiro de la mano de izuku hacia delante, guiándolo.
Un paso... dos pasos, tres pasos.
Incluso el dolor de cabeza desapareció.
Poco a poco las personas salían del humo y de los escombros volviendo a formar un camino para ambos, un camino que los dirigía hacia las escaleras.
Al momento de que izuku piso el primer escalón, un escozor apareció en su mano. El apreto los labios.
Ese escozor se convirtió en una comezón que avanzo hasta su cuello.
―Te contare algo Laughing Boy ―siseo el hombre―. Las personas usualmente desean la paz, la libertad en su día a día. Quieren vivir sin complicaciones, sin tener que aferrarse a un barco en caso de una inundación. Lastimosamente ese pensamiento se ha extendido por muchos lugares provocando que estas personas desarrollen un tipo de sistema de defensa contra ese mar, la sensación de desorientación y perdida. Y eso es algo que provoca que personas como nosotros terminemos en lugares así. En resumen, nos orillan a esto.
[El rechazo.]
―Un animal atrapado se arrancará la pierna para liberarse pero un humano atrapado, arrancará la pierna de alguien mas para liberarse.
La comenzo aumento en intensidad hasta llegar a quemar.
Ellos habían llegado a la lobby cuando la mujer que estaba en la barra se encontraba parada al lado de la puerta de entrada por la cual, a través de las pequeñas par de ventanas se observaban un grupo de personas acumuladas a fuera de esta, golpeando la puerta, agitándose en gritos.
Izuku cerro fuertemente su mano derecha mientras la sensación de quemadura aumentaba en la tora mano. Crecía lentamente; calor y más calor... y más calor.
Podía sentir que la uñas de su mano izquierda se clavaban en su palma.
―¡¿Qué es lo que sucede allá dentro Hex?! ―grito un hombre detrás de la puerta.
―¡¡Los idiotas de la agencia de Rituber están en la entrada del callejón!! ―el estruendo si había llamado la atención.
―¡Hex abre la puerta! ―bramo otro.
―¡¿Oye imbécil?!
―¡Van a venir en cualquier momento así que es mejor que salgas y arregles las cosas como siempre lo haces!
En medio del lobby, Hex se detuvo.
―¿Los oyes? Aun cuando aquellos que les han arrancado una extremidad sacrificándolos, siguen aferrándose a otros creyendo que al ser iguales serán tratados como tal pero se equivocan. Cuando un humano herido sobrevive, no vera a alguien más en su situación como igual, claro, si es listo. Si es un estupido tendrá compasión y empatía pero alguien que verdaderamente entiende como funcionan las cosas... los usara.
Hex soltó la mano de izuku, no sin antes guiarla al suelo colocándolo de rodillas para despues levantarse y tomarlo de la cabeza.
―Midoriya Izuku, eres un perro obediente al cual se le han arrancado innumerables extremidades y aun así sigues confiando. Aun conoces la empatía y la esperanza de una luz en aquellos que solo te sonríen. ¡Maravilloso! ―restallo él.
Hex miro a la mujer y esta se aparto caminado hasta quedar detrás del hombre junto a todas las personas que comenzaban a subir y llenar las espaldas del hombre quien parecía sostener como un perro a izuku.
―Un error te llevo a maltratos y dolor. Tu vida se lleno de miseria y desolación. Perdiste mucho y aun muchos te miran reacios a la idea de que alguien como tu tenga cabida en su mundo. Y aun así, tu te niegas a aceptar tu lugar en nuestro mundo y lo entiende. Ni si quiera tienes lugar con nosotros. Eres un brebaje único, color único, aroma único... sabor único.
[Eres el mas grande maleficio de todos.]
―Y tu vida... tan asquerosa que solo da nauseas. ¿No te da ganas de solo... destruir?
Los ojos fragmentados de izuku se perdieron en la niebla. Su propio ser parecía estar perdiéndose en el mar de esta mientras los susurros de aquel hombre comenzaban a formar un solo camino delante suya.
[¡Destruye!]
Izuku dio un vistazo hacia atrás cuando pudo escuchar el siseo de unas palabras murmurantes detrás de él, pero al no ver nada siguió hacia delante. Dando un paso... Una grieta apareció.
*Crack*
Nuevamente escucho el murmuro, pero esta vez solo dio una pequeña mirada por el rabillo de sus ojos sin detener el segundo paso.
*CRACK*
Esta vez no fue un murmuro.
Izuku se detuvo pero las grietas no lo hicieron.
*¡CRACK!*
Dio la vuelta completa buscando entre la niebla aquel dueño de la voz pero no había nada.
―¿Huh? ―por debajo de la puerta de entrada, un hombre del callejón observo pequeñas grietas avanzar lentamente conforme pasaba el tiempo. Pues entre la multitud fue el único que percato como estas se extendían de poco a poco a través de los pies de las personas y aquellas que de por medio estaban, esas grietas se les subían por los zapatos―. ¿Qué...?
La neblina no parecía disiparse. Moviéndose oníricamente de un lado a otro como el flúor de un viento veraniego. Izuku perdió interés y este se dio la vuelta cuando bruscamente una mano alcanzo su hombro haciéndolo girarse.
Sus ojos grises volvieron a ser verdes y la niebla se detuvo como si el tiempo mismo se hubiera detenido.
Delante de la cabellera peliverde pudo encontrar una gruesa niebla oscura de la cual se extendía una mano.
Observo su mano, luego su brazo para al final terminar observando la densa niebla negra de la cual emergía ese brazo.
Entonces... escucho el susurro nuevamente.
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[Despierta, noveno.]
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La niebla blanca a su alrededor parecía disiparse pero la realidad es que un mártir de tempestad oscura comenzo a superponerse. Parecía que estaba en medio de una tormenta en el pleno de una noche oscura.
De pie en medio de un camino roto, la niebla delante suya se disipo y delante de él, un hombre de cabello blanco y una grieta en su rostro.
―¿Quién... eres? ―pregunto izuku.
El abrió su boca y pronuncio su nombre.
Entonces las grietas se detuvieron.
...
[Del pasado al presente, una voz
tranquilizadora y de apoyo. El no esta solo y no tiene que luchar solo. Su ira solo lo hace vulnerable si la usa sin pensar. Luchar para ganar, salvar y proteger. El quiere ser un héroe.]
Proximo Capitulo: Obediencia vs One For All.
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