29. Ocultar.
Claire McCarthy
—Salí porque me dolía un poco la cabeza y necesitaba aire fresco. —miento. No puedo inventar algo no generalizado sin conocer los datos que ellos conocen.
—¿Una salida de tantas horas? —inquiere el comandante—. Vimos las cámaras, usted salió de noche y viene llegando a las nueve de la mañana. La estamos buscando desde hace dos horas. ¿Por qué tiene su celular apagado? Parece que olvida lo que se está viviendo actualmente. Me parece una falta de disciplina de su parte que sea tan inconsciente e irresponsable al abandonar el edificio sin avisar. —me regaña con extrema seriedad.
—Soy consciente de ello y asumo mi responsabilidad, comandante. No volverá a suceder.
—Su buen perfil profesional depende de que no se vuelva a repetir. El abandono laboral está muy mal visto aquí.
Me recuerda todas las normas de la ciudad y me veo obligada a escucharlas sin opinar. Qué humillante es ser regañada delante de los Beta y de algunos de mis soldados.
—Supongo que no tengo que decirle que tendrá un castigo disciplinario porque es obvio. —me dice al final.
—Sí, señor.
—Comandante Nash, ¿puede darme un minuto? —pregunta el coronel, finalmente hablando—. Los soldados ya pueden retirarse. Regresen a sus puestos y McCarthy vaya con su tropa.
Todos movemos la cabeza en señal de afirmación. Mis soldados caminan conmigo y veo de reojo como el coronel habla con el comandante y éste mantiene una expresión de sorpresa. ¿Qué le estará diciendo?
—Capitana, ¿ya se encuentra bien?
—Perdón por hacer que la buscaran, no supimos qué decir cuando nos preguntaron por usted.
—Estábamos muy preocupados, pensábamos que el delincuente Ladino la había secuestrado.
Les sonrío. Mis soldados no tienen la culpa. Me alegra saber que por lo menos se preocupan por mí.
—Sí, ya estoy mejor. Ayer salí y me alejé tanto del comando que preferí dormir en algún lugar para no correr riesgos al regresar. Pensaba regresar al amanecer, pero al parecer me venció el cansancio. Por favor discúlpenme por no avisarles.
—Debería decirle eso al comandante en el informe. Si se lo explica, tal vez él no la castigue. —propone un soldado.
—Lo haré. —no tardaré mucho en recibir una notificación de informe, así que quiera o no tengo que hacerlo.
—¡Capitana! —Donnelly y Villin dicen al unísono cuando me ven.
—Soldados. —las saludo.
Me preguntan cómo estoy y dónde estuve. Les respondo lo mismo que a los soldados. No debo cambiar la versión en ningún momento.
Me dicen que los únicos que sabían de mi ausencia fueron los Delta, Beta, el comandante y el coronel. Eso me tranquiliza y me agrada, no tengo que darle explicaciones a nadie más, ni siquiera a Giulio.
Horas después, almuerzo y me pongo el uniforme de gala, ya que se realizará la formación de despedida a todos los que acudieron al evento.
El campo se llena con todas las tropas y los presentes. Me quedo al frente de mis Delta, teniendo a mi derecha a la tropa Epsilon y Zeta con sus capitanes al frente. Vásquez luce neutral mientras que la expresión de Katz muestra algo de enojo y descontento.
Las demás tropas también tienen a sus capitanes al frente y se van complementando con sus comandantes. Cada comandante se posiciona junto al capitán de cada tropa media por comando, por lo que el comandante Nash se ve obligado a posicionarse junto a Katz.
Los superiores permanecen con el coronel en el escenario mientras los soldados aéreos, selváticos y de otras ciudades se forman a los alrededores de este.
—Buenas tardes. ¡Soldados atención! —saluda el coronel por el micrófono y todos nos ponemos firmes—. Descansen… —volvemos a la posición normal—. Primero quiero agradecerle a todos por venir...
Comienza con sus palabras de agradecimiento que están en el protocolo. Dejo de escucharlas cuando la general superior se suma con un discurso, ya que me vienen a la mente imágenes de anoche.
Con solo parpadear puedo ver el recuerdo de su piel grabada en mí. Sus músculos rozando mi piel, sus ojos fijos en los míos, su sonrisa coqueta.
Me pierdo recordando cada detalle. Cada jadeo se repite como una sinfonía en mi cabeza. Recorro todo su cuerpo en las imágenes de mi mente.
Es tan surrealista saber que eso fue real y es aún más surrealista saber que me gustó.
¿Cómo es posible que me haya gustado hacerlo con un criminal?
Aunque la verdadera pregunta es: ¿Cómo es posible que haya dado la iniciativa para algo como eso?
Pero bueno, ¿De qué me sirve hacer preguntas que ni siquiera podré responder cuando ya todo sucedió y no se puede deshacer?
Intento dejar de pensar en sus acciones para pensar en sus palabras. Anoche me dejó muy claro que el enemigo está en el comando y es un superior. Todo fue claro y, si lo relaciono con lo qué sé, rebota un nombre exacto: Necio Baker, general de la ciudad.
Un aplauso me saca de mis pensamientos.
La general superior ha terminado de hablar.
—Es un honor haber tenido presente a la unidad selvática —habla ahora el general Baker y esta unidad realiza una pequeña marcha en medio del campo en señal de despedida—. Es un honor haber tenido presente a la unidad aérea… —ésta hace lo mismo—. Y pido una señal de respeto para nuestros invitados jubilados e invitados superiores —todos los presentes la hacemos—. Y un último gran aplauso para todos los soldados.
El aplauso es gigantesco y honorable.
El general estaba a punto de dejar el micrófono cuando el teniente coronel le susurra algo al oído y él asiente.
—Aprovechando que están presentes todas las tropas, el coronel quiere dar un aviso. —informa y el coronel se acerca al micrófono.
—Como mañana debo viajar y reunirme con los demás coroneles aquí presentes para hacer las visitas anuales a las escuelas militares, me tomé el atrevimiento de dar las órdenes del mes aprovechando la ocasión y así no posponerla por mis días de ausencia. —habla con respeto.
Las visitas ya están comenzando. A nosotros, los soldados con rangos, nos toca visitar las escuelas militares cada seis meses. Aunque los sargentos, oficiales, tenientes y capitanes sólo tenemos que acudir a la escuela de la ciudad, los demás superiores si se ven obligados a acudir a todas.
—Primeramente quiero felicitar a los soldados por sus logros y su leal servicio. Aún así debo informarles de algunos cambios que fueron discutidos con el teniente coronel y los generales. Cuatro tropas presentarán cambios con la intención de mejorar —los soldados permanecen en absoluto silencio al escuchar esto—. Las tropas seleccionadas a mejorar han sido Alpha y Nu y quienes les ayudarán a su superación son la Delta y Omega.
Quedo pasmada al igual que mis soldados ya que escucho sus suspiros de asombro. Giro la cabeza y noto como Katz y Vásquez me miran confundidos mientras el comandante Nash está tranquilo, como si ya supiera la noticia.
No entiendo. Se suponía que Katz era el elegido.
—Los capitanes serán cambiados de tropa junto con una parte de sus soldados ... La capitana Delta tomará el puesto del capitán Alpha y el capitán Omega tomará el puesto de la capitana Nu —no sé qué pensar sobre lo que escucho—. Y en breve les diremos cómo quedarán formadas las tropas. Con sus comandantes presentes hicimos el sorteo al mediodía.
Los comandantes 1, 2, 5 y 8 se dirigen al lugar y cada uno nombra a un soldado y luego al soldado que lo reemplazará. Quien hace inicio de aquello es el comandante 5 y 8.
—Oficial Weber, Alpha. —dice el comandante Nash cuando terminan de hablar lo otros dos comandantes.
—Oficial Blanco, Delta. —expresa el comandante Arias.
<<Weber también será una Alpha>>
—Soldado Ávila, Alpha.
—Soldado Veloza, Delta.
—Teniente Villin, Alpha.
—Teniente Rincón, Delta.
Nombran a muchos más soldados y al final me doy cuenta de que Donnelly y Vidal se quedarán en la tropa Delta mientras que Villin y Weber irán a la Alpha conmigo. Y, además, sólo el 30% de los Delta estarán con nosotras, el resto de mis soldados serán ajenos, ya no seré su capitana ni Villin y Weber sus superiores.
—Y con todo informado, pueden retirarse.
Los invitados se van con la tropa Beta y las demás tropas también se van yendo poco a poco, todas menos la Alpha, Nu, Omega y Delta. Aunque noto que Vásquez y Katz también se quedan, a diferencia de sus soldados que abandonan el lugar.
El coronel y los comandantes se dan cuenta de esto y se acercan a nosotros.
—¿Por qué se sorprenden, soldados? Creo recordar que hace semanas les hablé del posible cambio. —increpa el coronel.
—Lo sabemos, coronel, pero mi tropa tiene un operativo que completar esta semana. —informa el capitán Omega.
—Mi tropa también. —el capitán Alpha también habla. Y sí, ese operativo que es un arma de doble filo donde quieren capturar soldados.
—Eso lo discutí con sus comandantes y por aquel motivo los soldados encargados de tales operativos no se movieron de tropa.
—A mí me reacomodaron y soy el líder del operativo. —argumenta el capitán Omega.
—Y lo seguirá liderando. Usted realizará aquel operativo y será el último como parte de la tropa Omega. Lo mismo va para usted —se dirige al capitán Alpha—. Este será su último operativo como Alpha. Aun así, mañana deberán presentarse ante su nuevo comando y se les dará permiso para ausentarse el día de su operativo. ¿Comprendido?
—Sí, señor. —se van sin otro argumento más para discutir.
El coronel se vuelve hacia los Nu y Delta.
—Ustedes no tienen operativos pendientes, ¿qué duda tienen? Si es de organización les haré llegar a su correo la información necesaria a quienes fueron trasladados de tropa.
—Ninguna, coronel. Ya nos vamos. —los Nu son los que hablan, retrocediendo y yéndose del lugar.
Sólo quedamos los Delta, Katz, Vásquez y yo.
—¿A qué se debe su cambio de opinión acerca de llevarse a McCarthy en lugar de a mí, coronel? —el tono de Katz es sumamente falso.
—¿No fue usted quien me dijo que dejara brillar a la capitana en el comando 1? —el coronel lo mira desafiante.
—Claro que fui yo, pero cuestiono su concepto de brillar. O tal vez me estoy equivocando, tal vez usted le temía a tenerme en su comando.
—McCarthy, usted no tendrá ningún castigo disciplinario por lo ocurrido hoy —el coronel ignora a Katz—. Se lo pedí al comandante Nash ya que usted estará muy ocupada con su nueva tropa. Me retiro, tengo asuntos que atender.
<<Así que de eso hablaron>>
—Cómo detesto a ese presuntuoso. —refunfuña Katz y Vásquez le da un golpe en el hombro ante la mirada que le lanza el comandante.
—Cuando reciba su postulación para soldado de la jungla, no se sorprenda, Katz. —lo amenaza antes de irse.
Vásquez niega, poniéndose serio antes de retirarse y Katz hace lo mismo en otra dirección.
Miro a los Delta y suspiro cuando noto las caras decepcionadas de algunos de ellos. Especialmente la de Vidal a quien no había visto en semanas.
—¿Eso significa que este es nuestro último día como tropa? —pregunta Weber sin querer aceptar la realidad.
—Así es —respondo—. Tendremos que adaptarnos a los nuevos soldados. Por suerte muchos de ustedes estarán juntos en el comando 2. Por favor sigan manteniendo su mismo desempeño, ya saben como es todo. No deben bajar de nivel. No permitan que la tropa Delta baje su nivel.
—Pero sin ustedes no será lo mismo —alza la voz un soldado—. Su cambio y el de nuestros compañeros no es justo. No nos gusta la idea.
Suspiro.
—A mí tampoco, pero son órdenes del coronel. Vamos a descansar, mañana debemos entregar las oficinas.
—Vamos.
Mi tropa se dirige a sus camiones y parte hacia el comando 2. Me detengo camino al alojamiento cuando veo a Giulio. Este se acerca a mí y me abraza.
—Pensé que ya te habías ido. —le sonrío mientras nos separamos.
—¿Pensaste que me iría sin despedirme? Eso nunca. Además, los pilotos salimos últimos porque necesitamos la pista despejada. No tardarán en llamar para llevarnos al aeropuerto.
—Por supuesto, como eres un VIP. —bromeo.
—Y por lo que veo, tú también. Tu desempeño debe ser bueno para que te hayan elegido de cambio con la intención de mejorar una tropa. Qué soldado tan responsable —golpea suavemente mi frente—. Esa es mi Claire.
—Me hiciste recordar que ayer no te felicité por tu presentación. Fue increíble y muchos soldados quedaron fascinados contigo. Qué piloto tan hábil tengo. —también le doy un golpe en la frente.
Ambos sonreímos.
—Giulio… —habla una voz femenina a lo lejos—. Piloto Grimaldi —vuelve a la formalidad al notar mi presencia—. Disculpe, es que... nos están esperando para ir al aeropuerto. —se ve tímida y reconozco que es la mujer con la que Giulio fue al cóctel. Sé quién es, es Atenea Bell. Ella era la única mujer en la lista de los pilotos caza.
—Me tengo que ir… te voy a extrañar, ojalá pudiera quedarme más tiempo.
—Yo también te extrañaré. Cuídate.
—Eso es lo que debería decirte yo. No te metas en problemas —nos damos un breve abrazo—. No dudes en llamarme si necesitas ayuda.
Todo termina cuando veo a Giulio salir con la piloto y subirse a una camioneta que sale de la central.
Este día no fue el mejor.
Me regañaron. Me cambiaron mi tropa. Y Giulio regresa al sur.
Odio tanto las despedidas.
•••
Al llegar al comando 2 me sorprendo al ver a mis soldados en el comedor con comida y bebida en las mesas.
—Capitana —se me acerca Vidal—. Queríamos despedirnos de usted y de todos nuestros compañeros que se van.
Me deja sin palabras.
—Vamos capitana, los demás soldados que también se irán deben estar llegando. Disfrutemos nuestro último almuerzo y momento como tropa. —comenta otro soldado.
—No deberían haberse molestado...
—Por supuesto qué sí. Más que compañeros éramos una familia disfuncional, usted era nuestra madre. —un joven soldado hace reír a todos, incluso a mí.
—Agitó mis sentimientos. Por las conmovedoras palabras del soldado Flores... los castigaré a todos —escucho una exclamación—. Me acaba de llamar vieja. —los molesto y el soldado se ríe, tapándose la boca.
—Me parece justo, la llamaron vieja y la capitana es dos años menor que yo —me apoya Villin entrando al comedor—. Propongo que limpien la oficina de Katz, que parece el ataúd de un vampiro.
Los soldados vuelven a reír y las bromas comienzan una tras otra.
Me dan un trozo de pizza de champiñones y me lo como al tiempo que escucho las cosas que dicen.
No puedo evitar negar cuando Weber les dice a los soldados que en cuanto llegue el nuevo capitán hagan que se enamore de Katz para que reine la paz en el comando 2 y las tropas vivan en armonía.
Sigo comiendo y en ciertos momentos me sumo a las cosas de las que hablan los soldados. Creo que nunca antes había tenido un momento así en este lugar, es un momento de calma, sin preocupaciones y solo risas. Ojalá hubieran habido muchos más momentos como este.
—La voy a extrañar mucho, capitana —se sienta Vidal a mi lado—. Supongo que se mudará a la zona 1. Espero que le vaya muy bien.
—No me voy a mudar —se sorprende—. Como los horarios son más flexibles, tengo tiempo suficiente para vivir en la zona 2. No se va a deshacer de mí, soldado —Vidal se ríe suavemente—. ¿Cómo ha estado? No hemos podido hablar por las ocupaciones que se han presentado ... ¿Cómo va aquel asunto? —hago referencia a lo que sólo ella y yo sabemos.
—Igual… No hay información por ningún lado. Ya me estoy dando por vencida... Y por otro lado, el mes que viene son las postulaciones y en enero la toma de puestos. Vi los requisitos del hospital militar y cumplo con todos —sonrío y ella juega con sus dedos tímidamente—. Capitana, me da pena molestarla, pero... ¿podría darme una carta de recomendación sobre el trabajo documental que le proporcioné?
—No hay problema. Se la haré llegar a su correo electrónico tan pronto como tenga la oportunidad de hacerla. Si eso le sirve para lograr lo que desea, con gusto se la daré.
—Muchísimas gracias. Quienes tienen recomendaciones militares tienen más posibilidades de ser elegidos
—Entonces tenga por seguro que se la daré.
—De nuevo, muchas gracias. Gracias por todo lo que ha hecho por mí. Espero con todas mis fuerzas que en el comando 1 le vaya bien.
—No hay nada que agradecer. Usted también me ayudó mucho en mi estadía aquí.
Es extraño, pero Vidal me recuerda mucho a Fabien. Vidal no refleja ninguna actitud militar de egoísmo y pocos sentimientos. Ser joven y nunca haber hecho patrullaje le hizo no obtener esas actitudes.
Lo mejor para ella es dejar los comandos y por eso la ayudaré con su idea de un servicio documental en el hospital. Ella no podría resistir ninguna situación de combate difícil, su porte no es el de un combatiente. Ni siquiera está aquí porque quiere, sino por fuerza mayor.
Después de hablar un rato, mis soldados entregan sus puestos mientras Weber, Villin y yo entregamos nuestras oficinas. El comando 2 ahora será sólo una parte de nuestra historia militar.
El comandante nos despide a la salida del comando, pero de manera rápida, no es algo memorable, sino más bien sencillo. La despedida con Katz y los Epsilon es aún peor, lo hacen por cordialidad.
Quienes sí se despiden como es debido son los Zeta y el capitán Vásquez. Lo hacen con su toque formal, pero sin falsedad.
Salgo con parte de mis soldados elegidos y nos dirigimos a la central. En el interior del camión reina el silencio y el vacío. <<Todos ya estaban acostumbrados al comando 2 y ser parte de la tropa Delta>>
Nada más llegar, nos dirigimos directamente al campo de entrenamiento donde nos espera la tropa Alpha.
Lavoie es quien los tiene en formación, ya que es el único superior presente.
—¡Firmes! —dice el sargento al vernos y sus soldados obedecen—. Una parte de la tropa Alpha presente, en formación y a su servicio, capitana McCarthy. Soldados listos para seguir sus instrucciones, teniente Villin. Patrulleros entrenados para estar a la altura de sus exigencias, oficial Weber. ¿Tengo razón, soldados?
—¡Sí, señor!
—Descansen soldados —digo, acercándome—. Muchas gracias sargento, el honor es nuestro por estar aquí y ser parte de esta tropa.
—Disculpen si el comandante no los recibió. Somos la única tropa en el comando porque los Beta y Gamma junto con el coronel y el comandante fueron a revisar una zona desde temprano debido a un robo por parte del delincuente Ladino.
—¿A quién robó ese criminal? —pregunto de inmediato.
—¿A qué hora sucedió? —inquiere Weber.
—¿El coronel no se ha ido? —indaga Villin.
—Al parecer el robo fue anoche, pero recién hoy se dieron cuenta. Por eso el coronel no se ha ido. El robo fue contra Yoelia Amaron.
<<Ese desgraciado no desistió en ningún momento de aquel robo. Ser ladrón está en su sangre>>
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*tose*
Ladino sin robar no es Ladino, Claire.
*tose*
Claire ve y sácale información por todos nosotros por favor.
*tose*
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