Party Monster II
La verdad no esperé tan buen recibimiento de este fic, ¡muchas gracia todas las que leen y comentan!
¡Pasen un lindo fin de semana!Disfruten de la conclusión del capítulo anterior.
P.D: Disculpen el guión corto, en celular no ubico el largo o luego wattpad no lo lee.
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Kyungsoo y Jongin vuelven corriendo hacia la hacienda, en donde los espera Yixing aún sentado en el sofá de la sala para quedarse un rato más. Sorprendido, los mira a ambos y a sus rostros de apuro.
¿Qué ha pasado?
Atónito, se pone de pie para recibir las noticias.
―Yixing, debo pedirte que te quedes a vigilar. Jongdae está en problemas ―pide Kyungsoo, realmente preocupado y tomando lo necesario―. Intentaré venir lo más rápido que pueda, pero...
―Está bien, yo me quedo ―responde rápidamente.
Yixing es consciente de cuánto Kyungsoo considera a Jongdae cómo a un hijo. Es la primera persona a la que ha criado con tanto esmero, y fue la única compañía en el lugar hasta que comenzó a adoptar a no-humanos cuatro años después de la llegada de Dae.
Debe ser horrible que esté en una situación de peligro, porque eso es lo que debe estar sucediendo como para ver a Kyungsoo tan alterado.
No lo ve así desde que descubrió que Chanyeol estaba muerto... a pesar de que algunos testigos los vieron juntos ese mismo día.
Claro que, como eso no le incumbe, mejor ni pregunta. Conoce una versión bastante superficial de lo que ocurrió, pero como el inmortal jamás mencionó más detalles ―ni a él ni a la gente del bosque, que estaba protegida por Chanyeol y el terreno en sí― y pasó página de la noche a la mañana, entonces como que prefiere no meterse. Lo único que
―Ahora mismo está viniendo el auto de la empresa para que nos lleve ―avisa Jongin al más bajo.
Kyungsoo parece estar pensándoselo. No quiere que nadie lo vea entrar en esa casa, ni siquiera la prensa, a rescatar a Jongdae y a los demás que vienen en el paquete.
Está prohibido usar poderes si es que estos generan algún daño en la infraestructura del lugar o a alguien. Además, no existe ninguna ley que permita ni proteja el usar poderes como defensa propia. Al contrario. Cualquier uso de estos, de forma dañina o destructiva sin supervisión, está bajo sanción.
Pero no puede negarse. Si se pone a esperar un taxi, no va a llegar nunca. Y en serio tiene que darse prisa.
―Kyungsoo, ¿sí podrás hacer algo? ―pregunta Yixing, repentinamente― ¿Tienes permitido utilizar tus poderes?
Jongin arquea la ceja inmediatamente, mientras está atento a la llamada de su cámara ―al que siempre llama en noticias repentinas―. Su curiosidad le dice que hay algo importante en eso.
―Todo estará bien, Yixing. Podré utilizar al menos el diez por ciento. O eso espero. Aplicaré un par de vacíos legales.
El hechicero parece conforme, porque Igualmente sabe que el inmortal no va a cambiar de opinión.
Jongin, en cambio, se pregunta por qué Kyungsoo no podría usar sus poderes en la intensidad deseada. ¿Acaso también requiere de condiciones como Yixing y el resto de hechiceros?
De repente, Kyungsoo voltea a ver a Jongin. Con él mantiene una mirada menos dura, pero en está situación sí debe ponerle un pare.
Si deja que su equipo grabe cómo utiliza sus poderes, puede meterse en grandes problemas.
―No pueden filmar nada de lo que yo haga ―advierte―, y si quieren que el problema termine rápido, traten de que la policía o la milicia llegue cuando yo ya haya terminado de sacar a todos. Que no me vean entrar ni salir.
Jongin asiente de manera firme, entendido a qué se refiere. No le hace mucha gracia no poder grabar lo que en verdad sucede ―un inmortal salvando a un grupo de humanos―, pero sabe que no es algo muy bien visto, y que habrá siempre alguien que prefiera esperar a que la policía actúe o a demandar después el acto, con la excusa de que este comenzará a meter la idea del uso indebido de poderes a otros sobrenaturales.
―Está bien, primero te dejaremos ahí y luego, Hoseok y yo trataremos de ralentizar a las autoridades. Debemos actuar rápido, lo único que sabemos es que buscan órganos importantes de los no-humanos que capturan.
Pronto, suena la llamada de Hoseok, el cámara de Jongin, quien los espera en la parada del bus cerca de la carretera a las afueras de la hacienda.
...
Minseok, aún moviéndose dentro del límite de los cien metros, se queda rodeando al grupo de Terrenales que está en la cocina. Parecen cansados y alterados. Pero al igual que antes, se nota mucho un cierto atontamiento en sus acciones.
No solo llevan un pasamontañas, sino que recién se han puesto algo parecido a unos lentes de sol extraños. ¿Quizá sea por ese extraño brillo amarillo de antes en sus ojos? ¡Quizá son humanos hechizados por algún ente ajeno!
―Solo hemos encontrado a uno, pero no al qué queríamos ―suspira, preocupado, uno de ellos―. Son casi las cuatro de la mañana, la policía llegará en cualquier momento.
Otro de ellos, quien parece un poco más experimentado, lo detiene.
―Si nos retiramos ahora, perderemos la oportunidad de atrapar a un no-humano importante. Podría tener parte de lo que buscamos.
―¿Estás cien por cien seguro de que está aquí? Es casi imposible que se reencarne un dios lunar en Seúl. Hay que ser idiota y tener muy mala suerte.
El que parece mayor, lo golpea tras la nuca de manera ruidosa. Los demás se asustan ante el gesto y se apartan un poco.
―Si no llevamos al estúpido mocoso no-humano, el jefe puede comerse nuestros sesos. ¿Ya entendiste?
El más pequeño asiente un poco tenso. Minseok tampoco sabe qué pensar. ¿Tienen un jefe que les puede comer los sesos? No lo entiende, ¡debe ser alguna jerga humana!
Al parecer, no son jóvenes ordinarios y tampoco parece que solo sean Terrenales. ¿Serán estos chicos los terroristas infiltrados en cuerpos de seguridad?
¡Es todo muy raro!
Minseok sigue observándolos y así como conversan casi como gente casual, han matado antes a uno de los que han estado celebrando en la fiesta.
Están dementes, ¿qué tendrán en la cabeza y quién será su jefe?
...
La camioneta con el logo de Tiffany's arranca a toda velocidad. Hoseok, mejor conocido como Cámara Flash ―más por su oficio y por el superhéroe, que por una cámara con flash― va a ciento veinte por hora debido a la emergencia.
Por suerte, su pequeña ciudad está tan atrasada en cuanto a seguridad vial, que no cuentan con radares. Si fuera así, Hoseok ya contaría con una deuda de cuarenta millones de wons, y eso siendo generosos.
Kyungsoo está en el asiento de atrás junto a Jongin, oyendo la conversación entre este y Hoseok, que es quien conduce. Pero, la verdad, su mente está tan enfocada en si Jongdae está bien o no, que ni se detiene a pensar que está presenciando el trabajo cotidiano de su ídolo.
Menudo día.
―¿Alguna cadena más se ha enterado de lo que está sucediendo en la mansión de los Kim? ―pregunta Jongin a su compañero.
Hoseok, atento a la carretera, niega enérgicamente con la cabeza. Mueve rápidamente los comandos del auto, mientras saltan con cada bache y rompemuelles.
Jongin, como todo un caballero, siempre coloca la palma de la mano sobre la cabeza de Kyungsoo, para evitar que se golpee contra el techo durante los saltos que da el auto.
Si tan solo el periodista supiera que el que corre peligro es el auto y no la cabeza de Kyungsoo.
―No, nada de nada. En realidad ha sido una llamada socorro de Wendy ―Jongin lo mira con los ojos bastante abiertos, empezando a pensar a mil por hora―. Los únicos en camino son la policía, pero porque un chico de ahí dentro los ha llamado poco después de que tu me llamara a mí, amigo.
Kyungsoo reacciona ante el nombre de Wendy. ¡Es la chica que le gusta a Jongdae!
―¿Wéndison? ―vuelve a decir mal el nombre, asomándose entre los dos asientos delanteros ―¿Sabes de casualidad quien es el chico que llamó?
Hoseok mira primero a Jongin antes de contestar, como si le pidiera permiso para compartir información. El moreno asiente mientras parece estar marcando un número de teléfono.
―Creo que el propio Kim Junmyeon ha llamado y este está acompañado de otro chico ―responde Hoseok, girando bruscamente a dos o tres cuadras se la mansión―. Esta llamada fue hace unos minutos.
Kyungsoo se pone en alerta, sobre todo después de escuchar el nombre del amigo menso de Jongdae.
Se encuentran en un pequeño suburbio, ahora mismo en horas de sueño y con solo las luces de la calle presentes. La casa de Junmyeon está al fondo y ocupando la mayoría del terreno.
―¿Qué haces? Aún queda camino ―advierte Kyung, golpeando el hombro del conductor.
Jongin señala a lo lejos. Hay dos autos grandes frente la mansión. No pueden ir nada más y estacionarse cerca de los lunáticos.
―Jefe, la policía va a llegar en unos diez minutos, ¿qué hacemos? ―voltea Hoseok a ver al moreno.
―Vamos a distraer al menos a la primera patrulla ―le explica―. Kyungsoo puede sacar rápido a esa gente de ahí ―dice, confiando plenamente en el más bajo, tanto que a Soo le da miedo fallar. Hace tiempo que no hace nada de este estilo―. Ya sabes cuál es el método más drástico para mantener a la policía distraída.
Hoseok pone los ojos en blanco.
―¿Debo fingir de nuevo que quiero saltar desde el tejado de una casa?
Jongin asiente.
―Solo nos garantizará esos diez minutos y unos diez de sobras. No creo que más. Yo iré a por el megáfono.
...
Minseok vuelve a aparecer de la nada, después de unos minutos visualizando lo que ocurría en el interior de la casa.
Jongdae y Junmyeon siguen escondidos en el mismo sitio de antes, ya que no ven ninguna señal de que alguno de los lunáticos vaya a salir en un rato. Están detrás de una serie de arbustos y aún esperando a que llegue alguien a salvarlos.
―¿Por qué me hiciste llamar tan tarde a la policía? ―pregunta, susurrando el millonario.
―Confía en mí.
Junmyeon sigue temblando un poco, mientras abraza sus propias piernas.
―¿O llamamos a la poli? ―insiste.
―No, no. Ni de broma. Es obvio que terminarán viniendo, pero cuanto más tarde mejor.
Su amigo lo mira extrañado. ¿Qué rayos con Jongdae? ¿Acaso no quiere que los salven?
―¿Eres un Terrenal, Dae? ¿O cuál es la razón para que atrases a las autoridades?
Minseok por fin llega a donde están ellos y se sienta junto a Jongdae. Este último, está con una mueca de ¿es en serio, Junmyeon?
¿Qué habrá sucedido?
―A ver, te estoy diciendo que confíes en mí, estúpido.
―Mira, si fueras un superhéroe podrías decir eso. ¡Pero eres Kim Jongdae! Si no me explicas por qué debería confiar en ti, ¡obvio que sospecharé! ¡Tu único talento es perder novias! ―dice, intentando mantener el tono de voz.
Jongdae termina entendido y suspira.
―Sé de un sobrenatural que vendrá a ayudarnos, pero no se lo digas a nadie. ¡No te puedo decir más!
Junmyeon no parece satisfecho con lo que le dice su amigo, pero no habla más y se queda mirando hacia si casa. Maldita sea.
―¿Va a venir Kyungsoo? ¡Eso es genial! ―Jongdae asiente. No puede hablar con Minseok, no vaya a ser que Junmyeon lo tome por más loco de lo que ya piensa.
También hace una señal de que le explique lo que sucede en la casa. Señala hacia la mansión y luego a Minseok.
―Son los Terrenales, ¡eso escuché! ―confirma― Están buscando sobrenaturales entre tus amigos, pero al parecer no encuentran, ya que nadie delata a nadie, porque no tienen idea de quién lo es y quién no.
Jongdae se lleva las manos a la cabeza y aprieta los dientes. Okay, si han ido a por un grupo de universitarios es obvio que han oído información sobre un posible no-humano.
―Antes de irme escuché que buscaban a un dios lunar o algo así. No sé para qué, pero... Es importante para ellos y para su jefe o algo así...
Jongdae ladea la cabeza.
―¿Dios lunar?
Jongdae frunce el ceño, mientras Minseok asiente.
―Un dios en Corea ―susurra poco convencido―. Si existiera un dios, yo no sería pobre.
―¡Pues ellos creen que está aquí!
Jongdae mira de reojo a la casa.
―¿Y para qué lo querrían?
Minseok se encoge de hombros. No tiene idea. Lo único que ha escuchado de lo que hablan Kyungsoo y Jongdae es que a los no-humanos que capturan, los matan.
―Jongdae, ¿estás hablando solo? ―pregunta, Junmyeon después de observarlo por un rato hablando con una hoja.
Jongdae niega con la cabeza.
―No, yo...solo... ¡Digo lo que lamento no haber hecho en mi vida! ―finge, ganándose una mirada poco engañada.
Sin embargo, Junmyeon solo sigue expectante a lo que hagan los Terrenales. Como que muy en el fondo le tiene algo de fe a Kyungsoo por el carácter que tiene, pues no puede estar tan tranquilo si no es porque sabe que lo van a salvar, ¿no?
...
Kyungsoo, como si nada, camina tranquilamente por delante de las camionetas estacionadas en la puerta de la mansión. Rápidamente, salen unos tres tipos bastante altos y con un uniforme rojo oscuro. A partir del cuello, la tela es más oscura y el pasamontañas es totalmente negro. Llevan en la cara algo parecido a unos lentes de sol, pero que cubren incluso por arriba y abajo de los ojos.
Todas las armas apuntan al inmortal, pero este tan solo permanece quieto frente la puerta.
...
―La verdad es que no sé si esto es correcto ―duda Hoseok encima de un tejado del suburbio. Por suerte, la señora que vive ahí es fan de Jongin.
Le han dicho que necesitaban escenificar algo para un spot publicitario de la empresa ―la señora es tan fan que no se lo ha pensado demasiado, creyendo que es un reality como los de la tele―, y que posiblemente iba a quedarse sorprendida por la situación realista, pero que no se preocupara por nada. Que todo será ficticio.
―Es necesario ―le responde por teléfono, para no tener que gritar desde abajo―. Cuando llegue la policía comenzamos.
De repente, notan un pequeño temblor bajo sus pies. Que dura bastante, por cierto, hasta el punto de que hay un momento en el que es más intenso. Hoseok, para evitar caerse, abraza la antena y mira aterrado al moreno.
―¿No puedes ser tú el que esté aquí queriéndote morir por el estrés de tu trabajo y yo el que te convenza de que no lo hagas? ―pregunta, arrepintiéndose.
Jongin, niega con la cabeza muy convencido.
―Claro que no, Hoseok, la gente sabrá que es un acting si lo hago yo. A ti nadie te reconoce, así que será más convincente.
Hoseok frunce el ceño, mientras las sirenas policiales suenan a lo lejos.
―¡Tú ganas! ―se queja, para luego mirar al horizonte― ¡Ahí vienen! ¡Rápido! ¡Discurso motivador!
...
Kyungsoo levanta el pie después de haber pisado fuerte y haber mandado a volar a los tres tipos que custodiaban la entrada. Los tres caen sobre el mismo lugar en el que estaban, adoloridos y con alguna cosilla rota.
No ha sido un ataque tan potente como el que habría querido; pero, al parecer, no han mandado a los más fuertes. Son unos lloricas.
Antes de que se puedan mover, Kyungsoo cierra fuertemente el puño y los tres terminan enterrados hasta los hombros, lejos de sus autos y de sus armas. Sintiéndose poderoso, les quita a los tres los pasamontañas y solo ve rostros demacrados, relativamente jóvenes y con una mirada bastante ida, balbuceando tonterías estando la mar de atontados.
Los deja ahí, rompiendo la reja metálica con fuerza y entrando a la mansión.
El camino hasta la puerta es bastante largo y hay un montón de arbustos decorativos. Se nota que los Kim siguen siendo una familia adinerada, incluso con el poco tiempo de existencia que tiene este pueblucho.
No hay ningún tipo sospechoso hasta que entra por una puerta corrediza ya abierta. Esta conecta con una habitación dedicada al arte, pero no hay nadie. Solo restos de comida basura y algún que otro joven propenso al coma etílico y desmayado.
Lentamente, abre otra puerta, que parece dar al pasillo, por donde sí oye voces.
Acostumbrado a ir de frente, deja adrede la puerta que da al exterior abierta y, cuando sale del cuarto de arte hacia el pasillo, se encuentra cara a cara con un joven que rápidamente lo apunta con arma en mano. Con un rápido gesto con la muñeca, un cúmulo de rocas que atraviesa el patio y el cuarto de arte, golpea fuertemente al muchacho hasta que cae inconsciente junto a su arma.
Que a saber cuál es. Kyungsoo no tiene idea de armas.
El inmortal sigue caminando y dejando un rastro de tierra y de rocas tras él. Está caminando hacia donde oye más voces, con la esperanza de encontrar al resto de los lunáticos.
La mansión es grande, sí, pero muy obvia en su arquitectura, fácilmente encuentra la sala, lleno de jóvenes atados de manos y de pies con los rostros asustados. Les pide que se mantengan en silencio llevándose un dedo a los labios y, cuando una chica le pide que se acerque, él lo hace con cuidado.
El inmortal se pone en cuclillas y escucha atentamente.
―Están en la cocina ―dice Wendy con las voz más baja posible. Sigue temblando y su maquillaje está evidentemente arruinado por las lágrimas―. Hemos oído los ruidos que has hecho; por favor, sálvanos ―la chica señala a otra entrada de la cocina, en donde hay un cuerpo sin vida―. Han asesinado a uno de nuestros compañeros, pero no es al que buscan. No piensan irse hasta que lo capturen, y dicen que si no les confesamos quien es... ¿un dios...? Nos comenzarán a disparar uno por uno ―lo último hace que se altere un poco, pero Kyungsoo le pide que baje la voz.
―Entiendo, ustedes solo no hagan ruido ―susurra.
Así que buscan a un dios. Pero, ¿en Corea? ¿De dónde habrán sacado tal información?
Los jóvenes se miran entre ellos y no dicen nada, mientras Wendy asiente confiada a lo que haga Kyungsoo. Si ha llegado hasta aquí sin ningún rasguño, significa que puede confiar en él.
Cuando termina de verificar que no hay nadie peligroso por los alrededores, Soo continúa caminando a paso rápido, pero intentando no pisar fuerte.
Va por una prolongación que no tiene apenas luz y cruza por un patio interno, en el que se ven los balcones de los pasillos de los demás pisos. Luego, llega a otra sala que, al parecer, tiene la cocina al lado.
Antes de entrar, comienza a acercarse un poco, para poder averiguar si hay algún tipo de voz o si se ha equivocado de cocina ―supone que deben haber muchas, ¿no?―.
―Debemos apurarnos, ya hemos perdido demasiado tiempo. Dispáralos a todos. Será el único modo de que el anormal se pronuncie ―escucha desde la cocina.
Aunque espera que salga por las puerta en la que él está escondido, no lo hacen. Todo se ha vuelto silencioso y puede escuchar como caminan y dan vueltas por el lugar.
Más bien, uno de ellos parece haber llamado la atención del que estaba hablando:
―Veo a dos chicos ahí fuera ―Kyungsoo se queda sin aliento por un momento―. Uno de ellos es Kim Junmyeon, de eso estoy seguro ―señala.
Escucha como abren otra puerta corredera, por lo que sospecha que también debe dar al jardín o a otro de los patios.
Kyungsoo corre tras ellos.
...
Jongdae oye cómo abren la puerta que estaban vigilando y, asustado, empuja hacia atrás a Junmyeon para que comience a correr.
Los han descubierto después de rato. Lo mejor ahora sería huir, aunque no garantiza que tengan mala puntería con los disparos.
Okay. Ahora que intenta ponerse de pie, no puede por el miedo. Le tiemblan un montón las piernas y parece que a su amigo también.
―¡Ustedes! ¡Quietos! ―les ordena uno de los Terrenales, mientras los apunta y los sigue con el objetivo.
De pronto, tres agujeros se abren en la tierra y bajo los pies de los invasores, atrapándolos y, de nuevo, dejándolo libres únicamente de hombros hacia arriba.
Kyungsoo sale tras ellos y observa a un Jongdae aliviado, casi cayendo desmayado al lado de su amigo.
―¡Kyungsoo! ―celebra, intentando ponerse de pie, pero le tiemblan tanto las piernas del miedo que no puede― ¡Oh, por Kwon, gracias!
Junmyeon, también agradecido, se pone de rodillas y choca su cabeza con el suelo, con una reverencia bastante seria.
Un inmortal acaba de salvar su vida, ¡Jongdae iba en serio!
―¡Le debemos la vida! ¡Muchísimas gracias!
El inmortal, vuelve a ponerse de cuclillas ―únicas veces que debe agacharse para hablar con alguien― y los mira a ambos.
Para estirarles de las orejas fuertemente.
―¿Quién les manda a quedarse aquí vigilando a esa gente tan peligrosa? ―los regaña― ¡¿Y si se daban cuenta de su presencia mucho antes?!
Minseok observa de lejos a Kyungsoo regañando a los dos chicos. El inmortal se le hace un poco familiar en cuanto al uso de poderes; sin embargo nunca había visto a nadie utilizar ese elemento.
Aún así... Agradece que haya venido a salvarlos, porque Minseok... Simplemente es un inútil.
Malditos poderes selectivos.
―Escúchenme atentamente. Se van a quedar aquí y esperarán a la policía. No le van a decir a nadie que yo hice todo esto, ¿está bien? Dirán que ha sido un no-humano que no conocen y vino a salvarlos.
―Bueno, estamos tan borrachos que quizás mañana ni nos acordemos de que vino a salvarnos ―comenta Junmyeon.
―Ay, este Junmyeon, ni aunque te salven la vida puedes hacer un comentario inteligente ―reclama Jongdae.
Kyungsoo les da un par de palmadas en los hombros a ambos y se pone de pie.
―En fin, pasen el dato a sus compañeros. Me parece que la policía ya llegó. Haré como vecino que llega a ver qué hay. Los veo fuera.
...
―Yo los llamé para que cubran la noticia entera, no para venirlos a rescatar de comisaría ―aparece la directora Tiffany, con una vestimenta claramente de lujo y unos lentes de sol.
Hoseok tan solo se pregunta qué hace la doña con lentes de sol dentro de un lugar cerrado, pero igualmente se le hace una mujer muy bella.
Qué cosas.
Tanto Jongin como él están sentados tras una mesa metálica y siendo custodiados por dos policías. Uno de ellos se acerca a leer todo lo que han hecho los dos reporteros, para que Tiffany sea consciente de los actos de sus empleados.
―Han generado escándalo público en horas de la madrugada y han molestado a los vecinos. Han fingido un intento de suicidio, haciendo que las primeras patrullas se atrasen a pedido de los vecinos y, al arrestarlos, uno de ellos ha escapado para comprar una chocolatina en una gasolinera.
Hoseok mira al techo y silba. Nota la mirada asesina de su jefa sobre ellos.
―Teníamos hambre ―se defiende Jongin, muy convencido de haber hecho el bien―. Es cansado actuar. Además, le invitamos un poco al que conducía.
―¡Sí! Si hubiéramos sabido que nos delataría...
La chica se cruza de brazos y se quita los lentes de sol. Con un gesto, obliga a los dos oficiales que retrocedan unos pasos para poder gritarles.
―De Hoseok lo esperaba.
―¡Oiga! ―se queja el mencionado, pero se calla cuando ella le hace un gesto de stop con la mano.
―Y de Jongin... también ―continúa―. Eres el que sale en pantalla todos los días, ¿por qué detrás de cámara siempre actúas como un lunático? No es la primera vez que terminas en detención temporal ―lo reprende―. Es más, ¿con qué intención fingían un suicido? ¡No tiene sentido!
Ambos chicos se miran y luego ven a su jefa.
―No podemos decírselo ―señala Jongin―. Igualmente, su reportaje lo tendrá, mandé a otro cámara y a otra reportera a cubrir el después de la captura de los Terrenales. Además, si Wendy lo desea, podemos entrevistar a uno de sus amigos en el próximo programa.
La joven vuelve a ponerse los lentes de sol y se voltea hacia los policías.
No parece muy contenta. Y cómo va a estarlo. No es la primera vez que Jongin hace lo que se le da la gana.
―En veinticuatro horas vengo a recogerlos. Mañana Jongin no tiene programa, porque es sábado, así que tranquilamente pago su fianza después. No los pierdan de vista, ¿sí?
Los dos policías le hacen una pequeña reverencia.
―Sí, señorita.
Poco después de que ella se retire, Jongin mira a su compañero otra vez.
―¿Crees que me dejen hacer una llamada telefónica? ―pregunta seriamente.
Hoseok tan solo apoya su cabeza en el hombro del moreno. ¿Algún día alguna de sus jornadas con Jongin terminará de manera normal?
―No estoy seguro. Déjame dormir que en una celda no pienso bajar la guardia.
...
Jongdae llega a eso de las seis de la mañana junto con Kyungsoo a la hacienda. No puede dejar de pensar en lo que ha pasado ni en los poderes de su tutor.
A ver, tan solo hace unos días descubrió que puede revivir a personas, ¡y ahora resulta que es maestro tierra! No puede comprenderlo. ¿Qué más esconderá?
A ver, le agradece muchísimo que lo haya salvado. Y no solo hoy, sino también cuando lo encontró abandonado de bebé. Sin embargo... Siente que merece saber más sobre sobre el el propio Kyungsoo y sobre Chanyeol, de quien todos hablan.
Se despide de su tutor después de otro abrazo incómodo de agradecimiento y sube a su habitación para dormir un rato. Ha sido una noche muy cansada y estresante. Demasiado. Y lo peor es que siente que no será la única.
―Jongdae ―lo llama Minseok sentándose a su lado mientras el humano está echado.
El chico mira el techo, pero no a la estrella.
―Dime.
―Yo... Me quiero disculpar ―el humano lo mira atento―. Siento no haber sido de utilidad hoy... ―dice, cabizbajo y balanceando sus pies― Soy un inútil, ¿cierto?
Jongdae se acomoda y termina sentándose, apoyando su espalda en la pared del cabecero.
―Disculpa si dije algo de eso. No es tu culpa no poder usar tus poderes si no está Jongin ―dice, aliviando un poco el sentimiento de culpa de Minseok―. Es tu naturaleza. Yo soy humano y tampoco puedo hacer mucha cosa. Bien podrías estar quejándote tú de mí. Yo tampoco hice nada, ni siquiera sé cómo está Wendy.
Minseok sonríe un poco. La verdad, pensó que Jongdae le reclamaría el no haberlos salvado, pero parece que no es tan irritante como aparenta.
―Chen Chen, ¡tú eres grandioso! Mantienes mucho la calma en situaciones importantes. Controlaste mucho a Junmyeon, si no fuera por ti, seguro que habría causado mucho escándalo.
Jongdae ríe escandalosamente y niega con la cabeza.
―¡Qué dices! ―exclama― No me halagues tanto, ¿acaso eres mi fan?
Minseok asiente.
―Ah, bueno. Creo que sigues al hombre correcto ―bromea―. Ahora sí, quédate calladito que debo descansar.
Dice, volviendo a echarse y tapándose hasta el cuello.
―¿Puedo echarme a tu lado? ―pregunta el chico estrella.
Jongdae se tapa hasta arriba.
―¡Claro que no! ―lo bota con el pie― Vete a hacer tus cosas de estrella, no sé.
Nota cómo Minseok se pone de pie.
―Cierto... Uh, Jongdae ―lo llama de nuevo.
-Quéee.
Y el chico estrella, vuelve a sentarse.
―Escuché hablar a esos terroristas sobre que tenían un jefe ―Jongdae se quita la manta de encima y lo escucha―. Le tienen bastante miedo. Además, sus ojos brillaron de un extraño amarillo... ¿quizá estaban poseídos? Además, aveces se comportaban muy raro.
Jongdae se encoge de hombros.
―Mañana iremos a hablar con Jongin. Cuando lo saquen de la cárcel, claro ―comenta―. Entre eso y lo de que buscaban a un dios lunar, creo que hay mucho gato encerrado. Él necesita esa información.
Minseok se emociona. ¡Por fin podrá vigilar a Jongin de cerca!
―¡Está bien! ¡Descansa, Chen Chen!
...
Kyungsoo, sentado en el sofá, ve cómo Yixing le sirve un té relajante para que duerma tranquilo después de tanta acción.
―Al parecer, ni notaste que te faltaba el noventa por ciento de poder ―comenta―. Los desarmaste rápido a todos.
Kyungsoo sonríe de lado y suspira. Es cierto que ha tenido más poder del que pensaba, pero... Siente que eso va a llamar la atención de los demás Terrenales.
Aunque sí o sí debía salvar a esos muchachos.
―Lo increíble es que hay personas que están buscando al causante de tanto destrozo en la casa, en lugar de sacarles toda la información necesaria a los Terrenales capturados, los cuales no quieren hablar.
―Qué lamentable ―dice Yixing. sentándose al lado de Soo, también con su propio té―. ¿Y sabes algo de Jongin?
Kyungsoo asiente.
―Está en la cárcel por distraer a la policía ―Yixing se sorprende un poco, Jongin no parece tan loco―. Es mi culpa, así que en un rato iré a pagar su fianza.
Yixing remueve el té con su cucharita y sonríe con complicidad.
―Hacen un buen equipo. Entre ambos, han logrado salvar a muchos jóvenes esta noche sin que algún no-humano salga afectado. Felicidades.
El inmortal comienza a reír como un estúpido. Mejor halago no podía recibir. Obviamente, trata de ponerse serio rápidamente.
―Gracias. Todo por salvar a Jongdae y al ñoño de su amigo.
El hechicero deja su taza sobre la mesa y vuelve a sonreír.
Kyungsoo lo mira extrañado. A veces parece que Yixing sabe más cosas de su alrededor que él mismo.
―¿Y bien? ¿Cuándo le dirás que va a transformarse en un no-humano?
Kyungsoo escupe el té y lo mira totalmente delatado.
―¿Cómo lo supiste?
―También veo televisión ―ríe tranquilamente―. Su cabello es más claro y el hecho de que permitas que un humano visite el terreno es raro. Si no lo recuerdas bien, Chanyeol me pidió poner un hechizo que hiciera perderse a los humanos en el camino, pero no a los sobrenaturales. Aquí es donde vienen a protegerse ―Kyungsoo suspira. Quién más acertado para descubrirlo que un buen hechicero―. Si Jongin ha llegado hasta aquí más de una vez él solo, es precisamente por eso.
El inmortal le da razón en eso, pero si tan solo Yixing supiera que la primera vez que vio a Jongin ―con dos disparos en la cabeza―, también había entrado por su cuenta al bosque y siendo aún un humano. No tiene idea de cómo no lo detectó la barrera.
Kyungsoo se lleva las manos al rostro. Se siente un poco estúpido.
―Soy un idiota.
Yixing niega con la cabeza. No pretendía que se sintiera así.
―Nunca haces nada sin pensarlo. Debió haber sido una circunstancia muy extrema, ¿cierto?
A Kyungsoo no le queda más remedio que estar de acuerdo.
O era eso o enfrentarse a un montón de problemas.
―No tenía más remedio. Sé que debo afrontar las consecuencias.
Yixing se cruza de brazos y comienza a dar su punto de vista:
―¿Y podrás hacer eso teniéndolo lejos siempre? ¿Aún no sabes qué criatura es? ―Kyungsoo niega totalmente― ¿Y si es peligroso?
El inmortal mira atentamente a su taza, como si esta tuviera todas las respuestas.
―Si lo tengo aquí podría ser peligroso para los niños.
Yixing alza las cejas.
―Yo puedo reforzar la barrera, aunque me demoraré unos días. Puedo hacer que tan solo Jongdae, los niños y tú tengan asegurada la entrada y salida. Los demás deberán pedir permiso, sean humanos o no. Pero no puedo dejar que dejes a un recién nacido, por así decirlo, suelto por la ciudad. Ya sabes que pasó con Huang Zitao.
El inmortal pone los ojos en blanco. Yixing es bastante preocupado a su manera. No recordaba cómo era ser regañado.
―Convirtió a un humano y este casi lo asesina por abandonarlo. Lo sé.
―Entonces no esperes a que pase lo mismo.
Qué remedio. Entonces, ¿le debe pedir que viva con él?
Rayos, pero el moreno es tan curioso que es capaz de desmantelar todos los secretos de Chanyeol.
―Te odio, Yixing, pero tienes razón en esto. Solo espero no arrepentirme. Cuento con tu ayuda.
El inmortal suspira. Le queda un día muy largo. Y aunque, sabiendo que si Jongin accede a quedarse a vivir en la hacienda, las cosas serán más raras que ahora ―y más con lo que poco a poco van descubriendo―, no puede evitar sentirse algo emocionado.
Y ahora que Yixing quiere ayudar con reforzar el hechizo de protección al terreno, ¿qué más le impide tener cerca al moreno?
Vale, vale, tampoco es que lo quiera cerca para verlo todos los días. ¡Es solo para poder trabajar en equipo y poder descubrir de una vez qué quieren lo Terrenales!
Para nada más, ¡en serio!
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