Party Monster I


Viernes noche en la hacienda. Kyungsoo termina de limpiar el primer piso y de acostar a los niños a eso de las diez. Los que ya tienen entre doce y quince años, aún tienen permiso para quedarse despiertos hasta las once, porque mañana es sábado.

Cuando deja la escoba en el cuarto de limpieza del piso de arriba, que es en donde están los cuartos, ve que la puerta de la habitación de Jongdae está abierta, y como buen tutor, pasa por ahí para ver qué hace.

Cuando asoma la cabeza por la puerta, ve a su protegido frente al espejo y dando una vuelta sobre sí mismo para ver qué tal le queda el conjunto.

―¿Qué está haciendo, señorita? ―lo molesta Kyungsoo― ¿Le traigo otro vestido?

Jongdae sobresalta del susto y frunce el ceño una vez que descubre que es Kyungsoo quien ha entrado. Si hubiera sido alguno de sus hermanitos, no le daría tanta vergüenza.

―Voy a ir a una fiesta, para tu información ―anuncia con cierto rubor en las mejillas.

Minseok, está sentado en la cama del humano. Jongdae lleva más de tres horas eligiendo un atuendo y, aunque no entiende por qué lo obliga a girarse cada vez que se saca una prenda, la actividad dejó de ser interesante hasta hace dos horas  y cincuenta y nueve minutos atrás. Ahora se está empezando a aburrir un poco demasiado.

No entiende qué tan importante puede ser una fiesta. En su dimensión apenas solo están acostumbrados a trabajar para proteger a los humanos, así que no hay momentos como para estar tres horas eligiendo un atuendo, ¡se pregunta cómo será tener tanto tiempo libre!

Kyungsoo se cruza de brazos y se apoya en el marco de la puerta.

―¿Con el permiso de quién?

Jongdae extiende unos pantalones de licra negros. Más le vale no ponerse eso.

Por suerte, los desecha.

―Soy mayor de edad.

―Pero vives bajo mi techo, niño.

Jongdae salta un par de veces y comienza a hacer un berrinche.

―Pero, Kyungsoo, ¡debo ir! ¡Estará Wendy Son!

―¿Wéndison? ¿Es un nombre?

―Wendy ―hace una pausa― Son. La chica más hermosa de mi aula.

Kyungsoo ríe.

―La última vez que lo comprobé estabas en la universidad, no en primaria ―dice en un tono burlón―. Un hombre de verdad no se anda con rodeos. Deberías ser directo.

Jongdae vuelve a dejar un conjunto de ropa que no le ha gustado, encima de la cama, al lado de Minseok. Kyungsoo mira, extrañado, cómo en un lado de la cama está con ropa amontonada y el otro no.

Es raro.

―Kyungsoo. Soy un perdedor. Al menos para las intelectuales y esnobs ―alza las manos y bailotea―, porque en el juego del barril nadie me gana, ¡wohoo!

Kyungsoo se lo queda mirando.

―Creo que ya entiendo por qué te ve como a un vago.

Termina por pasearse por la habitación de Jongdae, quien reza para que no se siente encima de Minseok ni nada por el estilo.

―Te puedo prestar ropa si quieres ―dice, viendo que todas las prendas de Jongdae constan de sudaderas y pantalones cortos.

―Um, no lo sé, siempre vistes aburrido. Prefiero ir de payaso.

Kyungsoo rueda los ojos.

―Créeme que con tu apariencia, una camisa bien planchada y unos pantalones de marca es otra historia.

Y así observa Minseok el cambio: una vez que el humano tiene ropa elegante puesta y es peinado por el inmortal, despejándole la frente, se le ve un poco más mayor e incluso mucho más guapo de lo que ya era.

Eso sí, cuando Jongdae comienza a imitar un baile ranchero, se le va todo el atractivo por el desagüe.

―Regla número uno para llamar la atención de una chica: no bailes eso.

―Rayos ―suspira―. Pero es mi arma secreta. A poco quieres que baile un vals en una fiesta de universitarios. Las reuniones de Junmyeon serán en mansiones, pero créeme que adentro es... ¡uf! Suerte que se conoce a los policías del pueblo.

―Se me están pasando las ganas de dejarte asistir a esa fiesta.

Jongdae se echa un último vistazo. Él, muy aparte de Wendy, tiene un autoestima normal, pero ahora puede decir que por fin se ve bien. Nota la mirada de Minseok a través del espejo, por lo que le hace un gesto invitándolo a opinar.

En cuanto el chico estrella muestra pulgar arriba, sabe que está listo.

―Oye, y si tanto sabes ligar, Kyung, ¿qué onda con Jongin? Un poco más y te orinas encima cuando te habla.

Este, mientras dobla la ropa de Jongdae, frunce el ceño.

―Es que él es famoso.

―Um... Es entendible.

Poco después, lo acompaña a la salida de la hacienda. Muchos de los críos silban a Jongdae para molestarlo, pero este aparenta estar halagado y les dedica varias reverencias hasta que casi se saca la mierda en las escaleras.

Una vez en el arco de la salida, Kyungsoo le repite lo de siempre:

―Tienes permiso hasta las tres de la mañana. Si vienes ebrio, llámame para conseguirte a un taxista de confianza ―dice poniendo las manos sobre el hombro del humano―. Y en el caso que consigas algo con Wéndison...

―Sí, ya entendí, gracias.

―Protección, ¿sí? Aquí no cuidamos bebés humanos. Solo a ti.

―Ya entendí, ¡gracias! Además, es poco probable que Wendy siquiera me mire, ¡solo si Kwon lo quiere! ―Kyung asiente dándole un par de palmaditas en el hombro― ¿Y tú qué harás hoy? ¿Vas a quedarte a ver una maratón de reportajes de Jongin o ver tus recortes también de Jongin?

Kyungsoo no muestra ninguna expresión amenazante, sin embargo, sí da la sensación de que vaya a golpearlo.

―Invité a un amigo. Necesito hablar con él para obtener una información y, debido a que no puedo irme ya que cierto criado quiere salir de fiesta y no puede quedarse a vigilar, lo tuve que invitar.

―¿Jongin te ayudará con este interrogatorio?

―Posiblemente.

―¡Bien ahí!

Poco después, Jongdae desaparece por el camino que lleva a la carretera. Ni cómo llamar a un taxi para que no se llene de tierra por el camino, ¡pero bueno!

...

Una vez que está solo, Kyungsoo suspira y termina de acostar a los niños que tenían permiso para irse a dormir más tarde. Hace revisión y conteo de cada habitación para que no se le olvide nadie, comprobando que el único que no está es Jongdae.

Ahora que está solo y a eso de las doce vienen tanto Jongin como el hechicero a quien entrevistarán para que les cuente todo de Lee Sun Ho ―primero en la lista de muertes sospechosas por los Terrenales de Jongin―, corre a su habitación a hacer lo mismo que su protegido: ponerse algo decente.

La habitación de Kyungsoo queda en la otra punta de la hacienda, también en el segundo piso. Es el doble de grande que la de los críos, las cuales todas tienen el mismo diseño y distribución. La cama matrimonial está situada en el medio, y en frente, hay un espejo grande, sobre un mueble de roble. Ahí es en donde guarda su ropa, ordenada por importancia en cada cajón.

A la derecha de la cama y a unos pasos, está la puerta corrediza de vidrio que colinda con una pequeña terraza, desde donde se ve parte del patio de la hacienda y, más allá, se observan los árboles, cerros, y parte de la ciudad que sube por esa zona.

A la izquierda, está tanto la puerta como su armario, el cual, también a pedido de Chanyeol, es lo suficientemente grande como para que sea un cuarto más.

La verdad es que Kyungsoo hubiera preferido un baño. Siempre tiene que salir al pasillo a buscar el servicio para hacer sus necesidades.

―Te estás poniendo guapo porque viene visita y has hecho mucho trabajo físico. Tienes que asearte para no oler a sudor ―se dice en el espejo a sí mismo, mientras abre el cajón de camisetas―. No es porque venga Jongin.

Se echa crema hidratante en la cara y se masajea las mejillas, pellizcándose un poco para darles color. Se pasa la mano por el cabello para peinarlo, pero dándole a la vez un aire rebelde ―o eso intenta, porque le queda igual―; luego, se pone una camisa blanca y encima un chaleco azul oscuro, haciéndolo ver más joven.

―¿Te vas al colegio, Kyungsoo? ―se dice a sí mismo.

Una hora después, inconforme con lo que va a ponerse, se pasea por el armario semi-desnudo, solo con los pantalones y los zapatos puestos.

Está realmente en un dilema y es que no sabe si seguir imponiendo presencia de inmortal con su ropa sobria o demostrar que también tiene su lado relajado.

Cielos.

De repente, el timbre ―que nada más lo utilizan los no-humanos que viven en áreas dentro del bosque o Jongdae cuando se olvida las llaves (que es casi siempre)― suena y lo asusta, haciendo que entre en pánico porque es el único quien puede ir a abrir la puerta. Sea lo que el destino quiera, toma la primera camiseta que ve y se la pone.

...

―Do, ¿vine demasiado tarde? ―saluda, todo bello, (el maravilloso) Kim Jongin. Lleva pantalón jean plomo oscuro y una camisa de rayas finas gris, como si hubiera tomado lo primero que haya visto.

Solo que él sí parece un modelo. Supone que con él no aplica lo de que la ropa hace al hombre, prácticamente con Jongin esto sucede al revés.

Kyungsoo observa que su propia mano, aún colocada en la puerta, tiembla, así que la suelta y lo deja pasar.

―Buenas noches; pasa, por favor ―lo invita―. Puedes esperar en la sala, mientras tanto.

Jongin asiente, sin quitar de vista la camiseta que lleva puesta el inmortal.

―No sabía que también seguías a Jimin ―comenta sonriente―. A mí también me gusta su música, aunque lo prefería cuando sacaba canciones con más significado.

Kyungsoo se observa la camiseta. Él la había tomado porque era negra ―y el negro combina con todo, ¿no?―, pero ahora que ve todo el logotipo amarillo chillón de Jimin en diagonal por todo su pecho, se arrepiente.

Debe ser de Jongdae.

―Sí, bueno, no ―chasquea la lengua―. Es de Jongdae. Como siempre deja sus cosas por ahí, lo castigo quedándome con lo que encuentro fuera de lugar.

Jongin ríe, y es como si diez mil focas angelicales le regalaran una sonata.

―¡Suena a un buen castigo!

Kyungsoo lo dirige hacia la sala y le enseña con qué mando prender la televisión y dónde está el baño. Después, le da indicaciones de que no camine por donde se le da la gana y que avise si es que se dirige a algún sitio, pues tiene el peligro de perderse dentro de la hacienda ―o así lo engaña para que no ande de chismoso―.

Con intención de cambiarse de camiseta, una vez que le pide lo básico, hace un ademán de irse a su habitación.

―¿Debes hacer algo antes de que venga el otro invitado? ―pregunta el periodista― Para que me ayudes a preparar las preguntas.

Kyungsoo cree haber oído mal.

―¿Yo?

―Claro. Tú conoces al hechicero que va a venir, ¿cierto? ―Kyungsoo asiente embobado― Necesito saber qué cosas puedo preguntarle directamente o qué no.

Como si tuviera una camiseta de la suerte (¡gracias, Jimin y gracias a tu logotipo amarillo horrible!), se sienta al lado de Jongin con toda la felicidad del mundo; aunque todo se vuelve pánico cuando el moreno se acomoda y lo mira fijamente.

―Muy bien ―comienza Jongin―, en primer lugar, vamos a hablar con un hechicero de la naturaleza. ¿Qué debo saber de él? He encontrado poca información sobre ellos. Al menos oficial. Todo lo que leí en internet era que hacen crecer a las plantas y a las flores y que se ocupan de muchos conjuros de sanación. O que pueden movilizar muchos animales a la vez. Además de que no pueden vivir lejos de los bosques y que tienen la piel enverdecida.

Kyungsoo pone una expresión de desagrado ante lo que habla, dando a entender que esa información no es muy parecida a la que él conoce. ¿En dónde ha buscado? ¿En una wiki de Chogisney?

―Bueno, el que yo conozco no es verde. Ni de broma. Además, vive en una azotea de la ciudad y con buenas vistas, bastante lejos de las plantas de este bosque ―dice pensativo―; aunque eso se puede explicar: es de los que se mudaron a la ciudad mucho antes de que la fama de los no-humanos decayera al máximo. Además, su aspecto humano lo ayuda a pasar muy desapercibido.

―¿No tiene poderes curativos ni de mover plantas y hacerlas crecer? ¿No mueve manadas de animales?

Kyungsoo niega con la cabeza.

―Tiene poderes curativos; eso sí. Pero movilizar manadas o hacer crecer plantas como si fuera un superhéroe, no. Ellos no existen en este universo ―ríe como si fuera información básica―. Sus conjuros necesitan ciertos requisitos o ingredientes para hacer efecto. Más bien lo llaman hechicero de la naturaleza porque es de ahí de donde debe encontrar cada elemento. Está muy limitado a lo que tiene a la mano, inclusos con las condiciones del clima o aquello que haya en ese momento en el lugar donde esté.

Jongin asiente a la vez que escribe todo en su libreta.

―¿Y no hay ninguna criatura que pueda mover enredaderas ni plantas carnívoras gigantes?

Kyungsoo arquea una ceja.

―De hecho, los hechiceros de aquí son los que más necesitan ayuda para poder hacer algo. Lo que tú hablas lo hace otro tipo de criatura. Un hada del bosque que maneje ese tipo de poder ―explica―. Yixing podría hacerlo sólo si reúne los elementos o requisitos necesarios para hacer algún conjuro que permita hacerlo. Qu

...

Jongdae toca el timbre en las afueras de la mansión Kim, el cual tiene una melodía de cementerio que dura un minuto. El sonido sordo de la música a todo volumen hace que parezca que las ventanas vayan a estallar en cualquier momento.

El humano toca tres veces seguidas el timbre, haciendo que las cancioncitas se mezclen y que el interruptor termine echando humo, mientras observa junto a Minseok, cómo vomita una chica detrás del arbusto y cómo una pareja de contabilidad se da el lote apoyados en la fachada.

La puerta se abre y aparece Kim Billetes Junmyeon con unas gafas en forma de 2008 y vestido como si hubiera perdido una partida en el casino: está despeinado, con media camisa salida del pantalón y los jeans rasgados ―aunque así es el diseño―.

El anfitrión mira de arriba abajo a Jongdae y, rápidamente, muestra una expresión sorpresiva.

―¡¿Jongdae?! ―exclama alegre― ¡Qué guapo! ¡No pareces tú!

¿El no pareces tú se toma como halago o como insulto?

―¿Acaso siempre soy feo o qué?

Junmyeon sonríe.

―¡Pasa; adelante! ―lo invita haciéndose el sordo.

Tanto Jongdae como Minseok acompañan a Junmyeon por toda la casa, hasta el núcleo de la fiesta que es la sala de reuniones.

Hay demasiada gente por todas partes, haciendo que a Minseok se le haga difícil pasar sin empujar a nadie. Por suerte o por desgracia, sin embargo, muchos están ebrios, y el empujón causado por un ente invisible es tomado como efecto secundario del alcohol.

Ve a Jongdae animado, buscando, claro, por todos lados a Wendy, pero no la encuentra. Aún así, parece estar ya moviendo el cuerpo para entrar a bailar en cualquier momento.

Realmente se ve radiante.

―¿Y dónde está Wendy?

―¿Qué? ―pregunta el sordo de Junmyeon.

Jongdae se acerca más y le grita al oído.

―¡Que dónde está Wendy, pendejo!

El millonario sonríe y niega con la cabeza. Sigue moviendo su cuerpo al ritmo de la música y toma un vaso usado de la mesa para dárselo a Jongdae.

―¡Aún no viene! ―chilla― ¿Qué te parece si comienzas a animarte un poco? ―dice, ofreciéndole lo que parece ser una mezcla de cola con ron.

...

Minseok se queda sentado encima de una mesa viendo, de lejos, cómo Junmyeon y Jongdae bailan poseídos por el mismísimo demonio del mal gusto.

La verdad es que le extraña la relación que tienen. Se ve que Jongdae lo "odia" en ocasiones, o que Junmyeon tiene otro tipo de popularidad que hace que no se junten demasiado en la universidad; sin embargo, ambos son los mejores amigos esta noche. Ni Jongdae parece estar incómodo con su presencia, ni Junmyeon parece estar buscando compañía de personas más altaneras.

Tiene algo de envidia.

Si bien Min se pasa todo el día con Jongdae ―esperando a que, de mientras, Kim Jongin no se muera o lo asesinen, porque ahí él sería el siguiente―, no ha notado más que incomodidad por parte del muchacho, aunque se ve que no es algo que solo tenga con Minseok. No parece llevarse del todo bien con sus demás compañeros o, al menos no parece tener amigos demasiado cercanos.

¿Qué le pasará? ¿Le costará convivir con otros seres humanos?

En fin, le gustaría estar bailando con ellos, aunque apenas sepa, o le gustaría poder caminar por ahí libremente y ser visto. Lamentablemente, es su misión proteger a Jongin y así será hasta que el moreno muera de forma natural.

Y en caso de que se vuelva un ser inmortal... Pues ajo y agua.

―¡Minseok, Minseok! ―lo llama Jongdae, unas horas más tarde, después de arrastrarlo hasta el jardín― ¿Qué hora es? No veo ni un carajo y creo que perdí mi teléfono.

Minseok observa que el chico tiene el móvil en la mano, pero está tan borracho que ni lo intuye. Además, tiene los ojos tan achinados que parece que los tenga cerrados.

―Es la una de la mañana, Jongdae ―le dice―. Aún puedes bailar un rato más.

Este, más que escuchar a Minseok, se acaba de dar cuenta de que ya llegó Wendy con... Uh...

Bueno, quienes sean sus amigas. ¿Para qué aprenderse el nombre?

―Me avisas a las tres, ¿vale?

―De acuerdo, ¡no te preocupes!

Y lo ve irse a pasar pena, porque siendo Wendy Son una esnob de primera y Jongdae un perdedor que está más ebrio que Junmyeon ―y encima aguanta más, ya que el millonario ahora mismo se encuentra abandonado en un arbusto―, las cosas no conducen a un buen desenlace.

Te ahorraré la escena vergonzosa. No mereces leerla.

...

Yixing se encuentra sentado frente a Jongin y a Kyungsoo con una curiosidad inmensa. Hace tiempo que no visita la hacienda, casi desde que Chanyeol lo invitó días antes de su muerte para que le diera unas recomendaciones de tés curativos.

Kyungsoo sirve café a cada uno y deja unas galletas caseras ―porque le gusta cocinar, no porque sabía que venía Jongin, eh― sobre la mesa.

También es el primero en hablar.

―Yixing, muchas gracias por venir. Supongo que conoces a Kim Jongin de vista ―dice, para presentarlos a ambos―. Bueno, Zhang Yixing, te presento a Jongin, quien es el que quiere conversarte y hacerte unas preguntas.

El moreno estrecha la mano del hechicero.

―Un gusto ―responde Yixing―. Conozco a Kyungsoo desde hace tiempo, así que si me ha pedido que viniera hasta aquí es porque debe ser importante, y confía en que no utilizarás nada de lo que diga para hacer el mal ―Jongin asiente―. Ahora dime, ¿qué necesitas?

Jongin vuelve a hojear su cuaderno de apuntes y juguetea con un bolígrafo mientras busca el nombre y las circunstancias de la primera víctima a investigar.

―¿Conocías a Lee Sun Ho? ―pregunta directamente― Era un hechicero como tú, y fue uno de los sobrenaturales asesinados por los Terrenales. Hace poco se supo de su muerte, pues recién las autoridades "comienzan" a registrar los atentados a los no-humanos. Sin embargo, aún se sabe poco. Solo tengo el nombre y la policía no me quiere dar más información. A su familia no logro contactarla.

Kyungsoo mira a Yixing, esperanzado de que tenga algún tipo de información. Debido a que no parece extrañado, y más bien luce sorprendido, quizás tenga conocimiento de algo.

El hechicero asiente.

―Sí lo conocía ―confirma, viendo cómo Jongin parece quedarse aliviado―. Años atrás solíamos vivir en comunidades cercanas, aunque luego varios nos mudamos a la ciudad. Aún así, en algunas reuniones a pocos años de su muerte, lo he podido ver con su familia ―explica―. Su muerte nos tomó a todos por sorpresa. No andaba metido en nada extraño, pero lo que sí era bastante firme en su pensamiento. Cuando detectaba alguna injusticia contra los suyos, era el primero en poner el pare.

Jongin asiente y apunta lo que dice en forma de esquema.

―Eso quiere decir que debió haber visto algo que no le gustaba y decidieron callarlo.

Yixing se encoge de hombros, pero parece que está conforme.

―Recuerdo que se peleó muchísimo con cierta especie. Los acusó de traicioneros o de difamadores, diciendo que por culpa de ellos, a todos nos metieron en el mismo saco ―intenta hacer memoria―. Eso fue en una fiesta de año nuevo. Es un tema algo tabú incluso hasta ahora, pero esa pelea no tenía nada que ver con los Terrenales ―admite―. Días después desapareció y no supimos que lo asesinaron los Terrenales hasta hace poco tiempo.

Kyungsoo hace memoria. Recuerda que dicha fiesta fue hace seis años, sin embargo, debido a que en ese tiempo Jongdae era un adolescente y no era capaz de cuidar por sí solo a todos los críos del orfanato, no pudo ir.

―¿No recuerdas quiénes estaban en esa fiesta? ―pregunta Kyungsoo― Alguien debe acordarse de con qué especie se peleó o arremetió quejas.

Yixing asiente.

―Um... Claro, yo fui con Jackson Wang. Recién había conseguido un empleo en la ciudad y aprovechamos en ir a la fiesta para celebrarlo de paso ―recuerda―. Lee se peleó con esta "especie" por el simple hecho de que, por su culpa, por causar el miedo en la ciudad, los humanos comenzaron a temernos muchísimo más que antes, colocándolos en la mira de los Terrenales, que no son otra cosa que humanos que quieren tomar medidas drásticas contra nosotros.

Jongin sigue escribiendo y anotando cada dato, por más inservible que se vea. Une palabras con flechas y llaves y levanta la mano para hacer una última pregunta.

Yixing, con un gesto, lo invita a intervenir.

―¿Si sabes en qué condición encontraron el cuerpo?

El hechicero asiente y alza las cejas, algo incómodo.

―Medio cráneo abierto; sin cerebro y sin corazón. Cómo olvidar ese dato.

Kyungsoo pone una mueca de disgusto, aunque Jongin parece que ese dato le haya iluminado el día.

―Más que lo hayan callado, me parece extraño que le hayan sacado... órganos ―dice el inmortal.

Yixing se encoge de hombros.

―A mí también, pero es lo único que sé ―dice cruzándose de brazos―. Fuimos al funeral, el cuál ya sabes que nosotros lo convertimos en fiesta y en puro trago extraño ―ríe―. La verdad es que a nadie le pareció extraño, y algunos dicen que, seguramente, sea un tipo de firma de los Terrenales.

Jongin asiente enérgicamente.

―Eso es lo que quiero averiguar. No tengo casos totalmente confirmados como este, pero, de los pocos datos que tengo, normalmente coincide ese tipo de ausencia de órganos.

Kyungsoo vuelve a poner una mueca. Sabía que la cosa estaba mal con esos desquiciados, pero no era consciente de lo sanguinarios que eran. En las noticias, solo muestran que las muertes causadas por este grupo, normalmente, suelen ser provocadas por disparos a sangre fría. No hay ningún tipo de robo extraño de cerebros ni nada de eso.

―En las noticias nunca mencionan nada de eso ―dice Soo.

Jongin voltea a ver a Kyungsoo, con la mirada bastante brillante

―Es porque a los humanos los dejan enteros ―se aclara la garganta el periodista―, creo que no he visto ningún caso que les hagan lo mismo que a los sobrenaturales.

Yixing, los mira a ambos con un poco de confusión.

―No estoy muy enterado de eso, pero creo que se debe esconder algo extraño.

―Y gracias a ti, creo que lo descubriré pronto ―sonríe Jongin―. Has sido muy amable. Muchísimas gracias por acceder a esta entrevista. Realmente no pensé que un hechicero se viera tan...

―¿Humano? ―sonríe Yixing, estrechándole la mano― Soy hijo de humana y de demonio. Es por eso que sí tengo muchas similitudes con ustedes.

Jongin parece ser pillado por sorpresa ante ese dato. La verdad es que apenas sabe algo del mundo sobrenatural de la ciudad. Andan tan camuflados o son tan reservados con lo que son que no tiene datos más objetivos que los que encuentra en frikipedias de Internet.

―Entonces, ¿estaremos en contacto? ―propone Jongin.

―Será un gusto ayudarlos.

...

Jongdae se encuentra echado al lado de Junmyeon, quien sigue inconsciente tras un arbusto.

El humano lo ha pasado realmente mal.

¿Cómo va a poder ver a Wendy a los ojos después de abusar de la bebida y vomitarle en ese vestido que parecía tan caro?

¡Y aún le faltan años de carrera! ¡La seguirá viendo todos los días!

Y ni hablar de las pendejadas que le ha dicho.

―Minseok, ¿por qué me dejaste hablar estando tan ebrio? ―pregunta, mirando su propia mano hasta que no parezca que ve doble.

En su campo de visión, ve a Minseok asomarse para que lo vea. El chico estrella está de rodillas a su lado, mientras el humano está echado y mirando al cielo.

―Yo... no sabía cómo intervenir ―confiesa―. Parecías muy confiado.

―Es culpa del alcohol ―chasquea la lengua y golpea a Junmyeon con la pierna derecha, moviéndolo un poco y oyendo cómo se queja―. ¿Para qué me ofreces? ¡Es culpa tuya!

Junmyeon no dice nada, pero sigue quejándose.

―Creo que también debiste moderarte ―opina Minseok―. Si sabías que ibas a hablar con una chica, ¿para qué te embriagas?

Jongdae vuelve a mirar al cielo.

―¿De qué estrella vienes para mandarte de una patada?

―¡Qué hostil! ―exclama Minseok, enojado.

Jongdae suspira.

―Es cierto, disculpa.

El chico estrella se queda callado por unos minutos, enojado por el comentario, pero Jongdae no tiene ganas ni de pensar en lo que hizo. Se siente un perdedor y un borracho. Solo quiere desaparecer e ir dormir.

Y hablando de ir a dormir....

¡Ya son las tres!

Oh, Kwon, Kyungsoo lo va a matar si no llega hasta las cuatro. ¡Luego lo revivirá para volver a regañarlo!

―Minseok, ¿no puedes teletransportarme a casa ni nada de eso? ―dice de repente, rompiendo el silencio.

Minseok, enojado y sentado de espaldas a Jongdae, niega con la cabeza.

―Tengo poderes de hielo, pero son solo para proteger a Jongin ―dice, un poco gruñón.

Jongdae pone los ojos en blanco. ¿Es en serio? ¿Un chico tan pesado puede enojarse?

―Oh, vamos, ¿te has enojado porque te dije que te volvieras a tu planeta?

Silencio.

―No ―responde poco después.

―Minseok.

No hay otra respuesta.

Jongdae intenta sentarse para poder hablar con él, sin embargo, una vez que lo logra, escucha un sonido extraño que viene desde más adentro se la casa. Un sonido más fuerte que la propia música electrónica.

Como si se tratara de un flashback, el pequeño y fuerte ruido aparece en la mente del humano también como un recuerdo.

El recuerdo del sonido a fuego artificial.

Debido a que el cielo está despejado y a que se ha hecho el silencio dentro de la casa, duda que se trate de eso. Como cuando descubrió el casi cadáver de Jongin con la cabeza abierta.

Entra en pánico, esperando a estar equivocado con lo que piensa. Quizás ha sido alguien abriendo una botella de champán o un golpe seco fácilmente confundible con un disparo.

Sea lo que sea, debe despertar a Junmyeon.

Ignora el enojo de Minseok por ahora, así que se arrastra hacia su amigo y lo comienza a moverse del hombro.

―Junmyeon ―lo llama, aunque con tono de advertencia.

Este, solo se mueve un poco, pero no le hace caso.

Muy bien. Él se lo ha buscado.

Una cachetada resuena por todo el jardín, y en cuanto Junmyeon abre los ojos del enojo y dispuesto a chillar, Jongdae le tapa la boca con la mano.

―Escúchame bien. Creo que debemos irnos ―dice en voz baja, retirando de a pocos la mano.

Minseok voltea a verlos.

―¿Qué ocurre? ―preguntan tanto Junmyeon como Min.

Un par de ¿disparos? más suenan dentro de la mansión, y logran ver cómo hay una pareja que intenta salir por el balcón trasero. Lo logran y se van corriendo lo más rápido que pueden.

Su amigo lo observa asustado, sin llegar a creérselo, pero le indica a Jongdae que se escondan tras los árboles del jardín, mientras piensan en cómo salir del terreno sin ser vistos, ya que el resto es campo abierto y luego hay un muro.

Es la única salida sin tener que rodear la casa hasta la reja de la entrada.

Jongdae siente cómo le tiemblan las piernas y el corazón le palpita a mil por hora. Está muy asustado y la cosa se pone peor cuando ve, de reojo, a tres tipos con pasamontañas saliendo por una de las puerta correderas de la sala y caminando por el perímetro externo de la casa.

Llevan un fusil grande, aunque Jongdae no sabría de qué tipo es.

Junmyeon también tiembla y cierra los ojos esperando a que así no lo vean. Jongdae, en cambio, a pesar de temblar como una gelatina, le hace una señal a Minseok, diciéndole que entre en la casa rápidamente y averigüe qué está pasando.

El chico estrella accede y se retira con rapidez.

El humano, reza para que Minseok no se tarde mientras él mensajea a Kyungsoo y le pide que venga o avise a la policía. Él también los avisará, claro.

...

Minseok camina libremente hasta cierta zona muy corta de lo que sería la cocina, ya que hay un punto en el que no puede pasar se los cien metros que lo separan de Jongdae. Se topa con personas atemorizadas, sentadas en fila y siendo vigiladas por otro tipo con un pasamontañas tapando su rostro.

Varios jóvenes están en el mismo modo de pánico que Jongdae, llorando, tomados de la mano para calmarse entre ellos y hasta rezando.

Más allá, puede ver que en el pasillo hay una muchacha en el suelo; sin embargo, el líquido escarlata que sale de su cabeza no le da buena señal.

Se preocupa. Y mucho.

Pronto, oye cómo el tipo que vigila golpea la mesa con la parte trasera del fusil. Sus ojos brillan con un extraño color amarillo, y actúa de cierta manera errática, como si algo lo tuviera poseído.

―¿Se quieren callar de una vez? ―pregunta enojado y apuntando el arma sobre la cabeza de Wendy, como hiciera todo el intento de concentrarse para no caerse ni de que se le caiga el arma― Si quieren irse, den los nombres de sus amigos no-humanos. ¿No ven que cumplimos con nuestra palabra? Hay una pareja que ya se fue.

Wendy aguanta su sollozo para no alterar al extraño. Minseok quisiera hacer algo, pero sus poderes solo funcionan con Jongin, y eso es un asco.

Le da muchísima pena el estado de algunas personas. ¡Se ven tan asustadas!

Corre a contarle lo que ha visto a Jongdae.

...

Kyungsoo acompaña a Jongin hasta la entrada de la hacienda, pero camina lo más lento posible para tenerlo al lado por más rato. Se siente muy feliz de haber ayudado, y sabe que ha sido bastante útil al ver la sonrisa satisfecha del moreno.

―Gracias por conseguirme el contacto, hyung. Ahora siento que por fin avanzo. ¡Pronto detendremos a esos locos!

La luz de la luna no ayuda mucho en su fanatismo, pues vuelve a iluminarle la silueta como su fuerza un efecto irreal.

―De nada. Es todo lo que puedo hacer para que este lugar se vuelva más tranquilo ―responde―. Solo ten cuidado. Hay mucha gente que intentará callarte. Como a Lee. Aunque... su pleito no estuvo totalmente relacionado con los Terrenales, pero su muerte sí. Es muy extraño.

Jongin, firme como siempre, se queda con la cabeza en alto y ríe un poco.

―Bueno, correr peligro como periodista es un riesgo del oficio. Y sí, aún no me termina de cuadrar el pleito con la muerte de Lee. Al final Yixing no nos dijo contra qué especie se peleó.

Kyungsoo comienza a pensar que Jongin se cree inmortal.

Bueno, a esa edad... ¿quién no?

Además, aunque han avanzando en algo en la investigación, ya comienzan a aparecer las piezas que aún no encajan de buenas a primeras. Pero bueno, ¡nadie dijo que iba a ser tan fácil!

Caminan en silencio un rato más, haciendo que Kyungsoo se sienta algo incómodo con que nadie hable. Pero sabe que es porque Jongin anda sumido en sus propios pensamientos.

―Hyung, ¿tú tienes poderes? ―le pregunta.

Kyungsoo voltea a verlo, encontrándose con la mirada curiosa del más alto. Como si estuviera hablando con un niño.

El inmortal asiente.

―Sí.

El periodista sonríe.

―¿Cuáles?

―Algún día los verás ―se limita a responder Soo, restándole importancia a la pregunta.

Jongin no insiste.

El teléfono de Kyungsoo vibra en su bolsillo, y este, esperando que se Jongdae, ni se equivoca. A la vez, Jongin recibe una llamada de Tiffany, desde el teléfono de redacción.

Ambos ven sus teléfonos a la vez.

Jongdae

+ Jongdae: Kyungsoo, creo que hay Terrenales en casa de Junmyeon, creo que escuché algo de que están buscando a un no-humano... Escuché disparos dentro de la casa e incluso están vigilando por las afueras. ¡Ayúdanos, por favor! Llamaré a la policía, pero yo sé que tú no dudarás en actuar como ellos. ¡Date prisa, por favor!

Qué rayos.

―¿Aló, Jongin? ―responde Tiffany al otro lado de la línea― Te quiero ver en la mansión Kim cubriendo una noticia de los Terrenales. Tiene a jóvenes de rehenes o eso nos ha dicho la policía. La gente confía en que des el mensaje, ¡apúrate!

Kyungsoo guarda apresurado su teléfono y mira a Jongin con severidad.

Por nada del mundo dejará que dañen a su protegido.

―Creo que vas a poder ver qué soy capaz de hacer. Debemos ponernos en marcha.

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