Ocho años atrás.

Cuando somos niños, pensamos y hacemos cosas raras. Quizás por curiosidad o quizás porque es parte de esa etapa de nuestras vidas.

A los nueve años confundimos la amistad con amor, decimos cosas locas como que: estoy perdidamente enamorada de él, quiero formar una familia con él, quizás hasta tengamos un perrito y le pongamos Burbuja, seremos la pareja perfecta y bla bla bla. Decimos esas cosas sin saber el verdadero significado, sin saber el peso de esos deseos; no me mal interpreten, el amor no es algo pesado que debamos de cargar en nuestros hombros por el resto de nuestras vidas, es algo más, algo inefable.

Yo con nueve años decía estar perdidamente enamorada de mi amigo y vecino. Incluso llegué a escribirle una de esas cartas de niñas enamoradas, con un dibujo de la princesita Sofía, dedicándole un lindo verso que decía:

"Como amigo te conocí
Como amigo te traté,
Pero nunca me di cuenta
Que de ti me enamoré."

Y finalmente debajo decía att: tu admiradora secreta y un ridículo "aceptas ser mi novio"
_Sí
_No

Claramente me rechazó y creo que esa fue mi primera decepción amorosa. Él no sabía que era yo, pero de igual forma supe que me rechazó cuando le mostraba mi carta a todos los niños del barrio y reía. Eso me hizo enojar muchísimo porque vamos, me esforcé demasiado calcando ese dibujo y tratando de hacer la letra perfecta. Pero todo pasa por algo, supongo. Nunca le conté a nadie sobre mi momento más humilde, lo hice sola y sufrí mi decepción amorosa sola. No entendía por qué me rechazó, ¿acaso no era lo suficiente bonita?, ¿era muy pequeña para él?, él solo tiene once años, no creo que sea eso, ¿era muy bajita?. Seguramente tiene novia y es muy bonita. Bueno da igual, solo tengo nueve añitos, creceré y encontraré a mi príncipe azul, o no. Pero quiero pensar que sí.

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Dos días después volví a salir a jugar con los niños, incluyendo a Nando, sí, el niño que me rechazó. En realidad su nombre es Fernando, pero siempre lo he llamado Nando.

Él es diferente a los otros niños, no es muy lindo para los ojos de otras chicas, pero para los míos es el niño más precioso que haya visto nunca, aunque es bien tonto y me hace reír muchito. No hay un día en el que no me saque una sonrisa por más pequeña que sea.