Capitulo 2.
*Ben en multimedia*
—¡BENJAMÍN PAUL BRUCE! ¡LEVANTATE DE UNA JODIDA VEZ! —vocifera Dany entrando a mi habitación, abre las cortinas y la luz que entra por la misma comienza a irritarme. Demonios.
Me incorporo en la cama y le miré con mi cara de pocos amigos —¡Que te den Worsnop! —respondo y le enseñó mi dedo corazón.
Su risa retumba en toda la habitación y eso logra que mi mal humor se haga presente. Me levantó a regañadientes de mi preciada cama y caminó al baño para lavarme los dientes. Sus pasos se oyen detrás de mí y por eso en cuanto entro al baño le cierro la puerta en la cara. Muy merecido lo tenía por interrumpir mi sueño.
Sonreí al escucharlo maldecir, no lo vio venir y se ha dado de lleno contra la puerta. Pobre idiota. Cepillo mis dientes con lentitud, tampoco tengo demasiado apuro. Pero mi momento se ve interrumpido por él.
—¡Termina de una buena vez de cepillarte los malditos dientes! — se queja desde el otro lado de la puerta—, Recuerda que tenemos ensayo y que tocamos está noche —aclara y por mi parte ruedo los ojos.
Siempre era así, pero se ponía más pesado el cabron si de tocar en un bar se tratará. Entiendo que quiere que todo salga perfecto. ¿¡PERO DEBÍA DESPERTARME A LAS CINCO DE LA MAÑANA!? ¿Era necesario tan temprano? ¡Claro que no! Maldito Dany.
Enjuague mi boca y seque mi rostro. Hice un intento de peinar mi cabello — pero me gustaba más despeinado —. Abrí la puerta y me encontré con una versión molesta de Dany. Reí sin poder evitarlo, se veía gracioso cuando ponía su cara de póker.
Por su parte recibí un gruñido, caminé a mi armario y me vestí como un rayo. Tampoco quería seguir provocando a la bestia, porque luego sería peor y me dejaría una semana sin comer pizza. Eso era lo malo de vivir bajo el regimiento Worsnop, lo que él decía debía ser obedecido. Joder.
Terminé de colocarme mi sudadera y salí de la habitación rumbo a la cocina. Siempre se dice que un buen día se comienza, con un buen desayuno.
—Buenos días maricas —nos saluda James en cuanto ambos entramos en la habitación.
Sam y Cameron devoran sus cereales como si la vida se les fuera en ello. ¡Son unos malditos cerdos! Solté un suspiro y me serví una taza de café humeante. ¡Lo mejor del mundo! Siempre necesitaba de la cafeína, era como mi fuente de energía para un día extremadamente largo. Y hoy no era la excepción.
Me senté en uno de los taburetes y tomé de la mesada un muffins. De verdad amaba la comida de la madre de James, siempre nos mandaba cosas como estas. Nuestros padres sabían que tarde o temprano necesitaríamos ayuda. Y es que dejar a cinco chicos vivir sólos, conlleva a que ninguno — jamás — sabrá cocinar algo. Por eso vivíamos a pizza y a todo tipo de comida chatarra. No sé cómo aún no hemos engordado, como cerdos de matadero.
—Marica termina de una vez tu taza de café, debemos ensayar —se queja James y me mira con burla.
Solté una risa —Mira quién habla de marica —me burle—, Y no me apures, el desayuno es para disfrutarlo —replique.
Todos bufan al unísono —¡Lo sabemos Paul! —se quejan los cuatro y me llaman por mi segundo nombre.
No pude evitar reirme, idiotas. Siempre que se molestan conmigo me llaman así, pero no tenía problema con ello. No era como si no me agradase mi segundo nombre, pero prefería que llamasen Ben.
Terminé de beber mi taza de café y caminé al fregadero para dejarla allí.
—Vámonos de una vez, antes de que a Ben se le ocurra algo más para demorar el ensayo —dice Sam y nos obliga a todos a salir rápido de la casa. Exagerado. Que tampoco demore tanto, además fui obligado a salir de mi preciada cama.
(…)
El ensayo no había estado nada mal y como fue previsto ya estábamos prontos para la presentación de la noche.
Entre en la sala y me dejé caer sobre el enorme sofá de la misma; y abracé uno de sus cojines con mucho amor. Escuché las risas de los chicos.
—Le hemos perdido, Ben ya se a lanzado a los brazos de Morfeo —canturrea Sam.
—Aún no —me quejo y hundo mi rostro en el cojín.
—Descansa pequeño Benjamín, te lo mereces después de haber tocado esa guitarra como un puto Dios —comenta con orgullo en su voz, James.
Cameron, Dany y Sam le apoyan. Dándole la razón por sus anteriores palabras y por mi parte sonreí como todo un idiota. Para después esconder mi rostro en el cojín y al fin entregarme a los brazos de Morfeo.
(…)
La camioneta es estacionada frente al bar, me quedo de boca abierta en cuanto veo la cantidad de personas esperando por entrar. No esperaba que fueran tantas.
—Te dije que habría mucha gente.
—Sam siempre tiene razón —apoya James.
—No siempre —replique y recibí una queja por parte de Sam.
Bajamos los instrumentos, para luego entrar en el establecimiento. Si afuera había demasiada gente, dentro del lugar había aún más. La mayoría bailaba al ritmo de una canción que era desconocida para mí, con los chicos caminamos hacia el pequeño escenario y dejamos nuestras cosas allí. Y por cosas me refiero a los instrumentos.
Por un segundo de distracción de mi parte, Danny ya se encontraba coqueteando con una chica. No perdía el tiempo. James y Cameron arreglaban los instrumentos. Aproveché la oportunidad para salir un momento y así fumar un cigarrillo.
Al salir el viento helado chocó con mi rostro y la sensación fue se mi agrado. Los primeros fríos invernales estaban haciendo su aparición y con ellos mi estación favorita. Seguía sin comprender porque la mayoría de las personas amaban el verano. ¡Por Dios! Entre los mosquitos y el calor uno no podía dormir en paz.
Pero en el invierno era otra historia, el frío se iba con sólo entrar en contacto con las mantas y con una deliciosa taza de café humeante. Y había que admitirlo, en verano no podías usar tu cazadora preferida. Joder.
Una vez que hube acabado mi cigarrillo lo arroje al suelo y así al fin entran de nuevo en el establecimiento. Me acerqué a donde estaban los chicos y me quite mi cazadora. Dentro del lugar hacia calor y por eso podía andar de musculosa.
—¿Vamos por algo de beber? —me pregunta Sam y asiento a modo de respuesta.
Ambos caminamos hacia la barra y allí mi amigo se sorprende al ver a una chica castaña. Quien bebe con tranquilidad y observa el lugar a detalle.
—¿Olivia Evans? —preguntó Sam al chica de la barra y quien al oírle giro su rostro.
—¡Sam! —chillo y se lanzó a sus brazos.
El idiota por su parte la giró en el aire y luego dejó que sus pies volvieran a tocar el suelo. Ella por su parte besó sus mejillas incontables veces, hasta que el carraspeo de mi garganta rompió su burbuja. La castaña me observó a detalle y no pude hacer otra que sonreír ante eso.
—Pequeña te presento a Ben —me presenta Sam—. Ben, ella es Olvia, la hermana menor de Sean —ahora le presenta a ella.
Deja un beso en mi mejilla —¿Qué hacen aquí? —curiosea.
—¿El idiota de tu hermano no te dijo? —pregunta Sam y niega—, Ya sabía yo —ríe—. Nuestra banda toca esta noche —comenta.
—¡Lo había olvidado! —responde y golpea su frente—, A lo que ya no vienes por casa, no recordaba que tocabas en un banda —se mofa de él.
—Bueno a lo que tu hermano anda ocupado con la Universidad hemos estado algo distanciados —se encoge de hombros.
Ela asiente como respuesta y ahora que lo pensaba recordaba a Sean. Es el mejor amigo de Sam, él que consiguió una beca para jugar fútbol americano en la Universidad.
—¿Eres el vocalista? —se dirige a mí la pequeña castaña, mientras bebo de mi cerveza.
Niego con la cabeza y sonrío —Soy el guitarrista principal —respondo con simpleza a su pregunta, ella asiente.
—El vocalista anda por ahí —rueda sus ojos Sam y señala a Danny quien habla animado con una chica bastante guapa, he de admitirlo—, Ben no sólo es el guitarrista, es líder de la banda —comenta.
—No es para tanto —le resto importancia—, ¿Así que eres hermana de Sean? —curioseo.
—Veo que le conoces y sí, por desgracia es mi hermano mayor —bromea y ambos reímos.
—Os dejó un momento, iré por Cameron y James —explica Sam, para luego alejarse.
Observo como la castaña se apoya en la barra y vuelve a observar el lugar. La imitó y no puedo evitar sonreír como idiota.
—¿Te gusta nuestra banda o solo has venido por venir? —pregunté y una sonrisa se vuelve a adueñar de mi rostro.
—Ese chico que está allí, con la rubia —señala a un chico que baila animado junto a una rubia y por mi parte asiento—, Bueno él ama su banda, si es que vosotros sois Asking Alexandria claro.
Suelto una carcajada por su respuesta —Claro que nosotros somos ellos —respondo.
—Bueno es por él que he venido a oiros, pero el estilo que tocais es de mis favoritos —se sincera.
—Entonces espero que disfrutes de nuestra música —le guiño un ojo y luego me alejo hacia el escenario.
Una enorme sonrisa se apodera de su rostro —Eso mismo espero —dice.
Me acerco a los chicos que se preparan para empezar a tocar y así demostrarle a la castaña que nuestra música es excelente. Me acomodo mi guitarra y luego me quedó en mi lugar hasta que Danny de la señal para comenzar. James se acomoda en su batería, Sam ya tiene su bajo y Cameron su guitarra.
Danny se para frente al micrófono para hablar: —¡Buenas noches querido público! —grita y las gente del lugar —grita con más euforia—. Espero que disfrutéis de nuestra música está noche y que os vayáis a casa con una gran sonrisa. ¡Somos Asking Alexandria! —advierte y esa es nuestra señal para comenzar a tocar. James hace el conteo con los palos de la batería y Cameron arranca dando ritmo. Luego le seguimos Sam y yo, por último Danny comienza a cantar.
(…)
Había salido mejor que en los ensayos, tenía que admitirlo. El público había estallado eufórico y cantaban a todo pulmón nuestras canciones. Me había quedado embobado viendo aquello, jamás pensé que nuestra podría llegar a gustar de aquella manera. Era increíble.
Terminamos de acomodar los instrumentos y así poder beber algo al fin. Nos acercamos a la barra, donde la castaña aún seguía pero esta vez en compañía de sus amigos. Los cuales estaban muy acaramelados, sonreí ante eso y por la mueca de sobredosis de azúcar de Olivia. Era de lo más graciosa.
Hicimos nuestro pedido de bebidas y aproveche la espera para pararme al lado de la castaña.
—¿Y que te pareció? —pregunté esperando su veredicto.
Ella sonrió y debía admitir que tenía una sonrisa muy bonita —No ha estado tan mal —responde.
—¿No ha estado tan mal? —pregunto con incredulidad en mi voz—. ¡Hemos estado genial! —chillo levantando mis manos.
Ella por su parte suelta una gran carcajada —Vale, estuvieron genial —admite dándome la razón.
Cuando iba a alegar algo más, un chico con una cara de pocos amigos se paró a su lado. Cabello castaño, alto. Ojos azules y cuerpo que se notaba era trabajado con mucho esfuerzo.
La castaña por su parte le ignoró como si no estuviera allí y siguió hablando con el resto. Eso pareció molestarle, porque la agarró de su brazo y le obligó a verle.
—No puedes seguir ignorandome —masculla—. Hablemos —suplica y ella por su parte ríe con amargura.
—Tu tiempo de hablar y explicar las cosas ya pasó —sisea—. Ahora pierdete —espeta y le da la espalda para volver a ignorarle.
—Castaña por favor —suplica y ella sigue como si no existiera—. Bien, no me dejas otra opción —advierte y la vuelve a tomar del brazo arrastrandola hacia fuera del lugar.
Sam toma la iniciativa del ir tras ellos y salvar a Olivia. Pero el Mike —creo que se llamaba así— se lo impide.
—Ella puede con ese imbécil —dice y sonríe.
Eso calma un poco a mi amigo y yo me quedó con mil cosas rondando por mi mente.
—¿Quién es él? —me animé a preguntar.
—Es el idiota que rompió el corazón de Olivia, ella fue una clase de apuesta —responde Sam.
Me quedo estupefacto ante esa respuesta. ¿Aún habían tipos así? Que hijo de puta. Él no era un hombre, para hacerle algo así a una chica no podía serlo.
(…)
Hola, hola. ¿Cómo estáis? Espero que bien :3 Aquí tenéis el segundo capítulo, espero os guste. Los martes serán los días que actualice está historia. Sé que hoy es miércoles, pero ayer no tuve tiempo de terminarlo por eso lo subo hoy :3
Recuerden que hay grupo de Facebook: Lectores Vicky (Wattpad)
Espero sus votos :3 Sus comentarios :3 Sus opiniones hacia el capítulo <3
Capítulo siguiente dedicado al primer comentario :3
Os jamo
—Vicky—
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