Otros Universos
En los largos y bellos bosques de Japón, los cuatro países volaban tranquilamente, pues este lugar no era conocido por los humanos.
Ya hubiera estado quemado y con casas por ahí.
Pero bueno, tanto la nipona como los otros tres, tenían un sentimiento de angustia por lo que iba a pasar.
—¡Malvinas!— gritó felizmente el mexicano sacando de sus pensamientos a todos.
La chica de unos 19 años de edad (aparentemente), abrazo fuertemente al latino, soltando algunas lágrimas de por medio.
—¡Tío México!— debido a su tamaño tan pequeño, ambos pudieron darse tantas vueltas posibles por el cielo, mientras la felicidad era notable.
Se separaron después de unos segundos, tenían una sonrisa hermosa pintada en sus rostros mientras que la mujer lloraba sin cesar.
—¿Cómo has estado, pequeña?— limpio sus lágrimas con su mano, ella simplemente soltó una risita.
—Bien, bien... Extraño mucho a mis tíos y a mi papi Arge, por cierto, ¿Como están allá?— su acento era distinto, más refinado y suave, lo que hace Inglaterra.
—Ejem... Seguimos aquí, ¿Saben?— hablo USA mientras cruzaba sus fuertes brazos.
—Ah si, vamos niña, en el camino te cuento todo.—
—¿Se conocen?—
—Pues si wey, no mames.— abrazo al eslavo mientras seguían volando.
—Era una de las islas de Argentina, sin embargo-
—Sin embargo, el imbécil de Chile nos traicionó, mi padre se comportó como un verdadero idiota mandando a gente inexperta a luchar y terminé siendo una de las hijas de "Don Fino"— bufo Malvinas, pero de la nada, su expresión cambio a una más dulce.
—Pero, mi tío favorito-
—Eso les dices a todos...— hablo USA.
—Callate tu, te sigo odiando.—
—¿Y a mi por qué?—
—Porque si, ahora, como decía, mi tío FAVORITO, siempre me visitaba cuando podía, e incluso me daba algunas cartas de mis tíos...— se detuvieron al llegar, la casa de Japón era muy hermosa, era hecha de ramas y madera, tenía lámparas que no te hacían quedar ciego y por último, un águila protegiendo el lugar.
—Nos vemos, tío...— lo abrazó una vez más y se fue volando con Haití.
Lentamente, todos se adentraron al lugar mientras que México sentía un nudo en su pecho, algo no estaba bien.
—Que bueno que decidieron venir...— hablo la mujer mientras los miraba fijamente.
—Estamos en peligro... Y eso es poco decir...— los invito a sentarse.
—¿A qué te refieres, Japón?— pregunto con su voz fuerte y determinante el ruso.
—El atacarlos en Inglaterra... No era más que un señuelo, y lo sabes, ¿No es así?—
—Crei que solo eran cosas mías, pero... Ahora que lo dices...— dijo mientras masajeaba sus sienes.
—Sus poderes eran débiles, casi nulos, podría decirse que lo único que era la amenaza era la isla...— México miró a todos, lo había notado, pero, al igual que Rusia, no estaba seguro.
—"La Vida y La Muerte encontrarán a su peor enemigo.."— repitió la chica.
—Hace una semana, tuve una visión, vi a España, a Rusia, USA, China, y... Dos Méxicos...— eso último hizo que se exaltaran.
—¿Q-que quieres decir?— hablo el estadounidense.
—Deja termino... Lo más extraño de esto... Es que ambos tenían el mismo poder, pero... El otro tenía rasguños y polvo rojo por todo su cuerpo... De lo que estoy segura, es que él es parte de la salvación de todo nuestro mundo...— termino de hablar.
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