Diferentes pero Iguales.
El trio de países seguían pensando en las cosas que Japón les había dicho.
Estaban fuera de la tierra de las hadas, a petición de la asiática, en ese entonces, los cuatro estaban en su forma original, es decir, tamaño.
—Osea, ¿Estás completamente segura o solo es un-
—Estoy segura, mis visiones nunca fallan, México.— dijo tomando tranquilamente el te que tenía en manos, sin embargo, el latino seguía inquieto.
—¿No hablaron en tus sueños o algo? Quiero decir, ¿No dijeron nada?— la nipona se levantó de su lugar, tomo del brazo a USA para después no erlo de dónde estaba y negó.
—Si alguno de ustedes lo ataca, lo mato.— sentenció justo antes de que un portal apareciera y de este, un cuerpo cayera directo donde anteriormente, USA se encontraba.
—Pinche madre...— susurro aquel ser mientras se levantaba, su cuerpo estaba cubierto de arena roja al igual algunos rasguños.
Levantó su mirada, encontrando a México viéndolo preocupado.
—¿E-estas bien?— hubo un silencio rotundo por unos minutos.
—¡¡AAAAAAAHHHHHHH!!— gritó el mexicano quien había salido del portal, seguido por el otro y luego por USA... Y luego Rusia.
—¡SILENCIO!— gritó Japón, callando a todos.
—P-perdon.— susurraron ambos latinos.
—S-soy México, un gusto.— dijo el otro mientras secaba sus lágrimas.
—L-lamento haber llegado así nomás, p-pero no tenía opción.— sacudió su cuerpo.
Miró a todos los presentes y un nudo en su garganta apareció al ver a Rusia, automáticamente, bajo su mirada pues sentía que lloraría de nuevo.
—Se que esto es muy repentino, México, pero necesitamos tu ayuda, nuestro mundo está en peligro y tú puedes ser la clave para vencer en esta batalla.— hablo Japón tomándolo de los hombros.
Este la miró sorprendido, tenía su mirada igual que la de su mundo.
—Los ayudare en lo que pueda.— respondió levemente, no tenía muchas fuerzas y eso lo notaron cuando cayó desmayado en brazos de la asiática.
Y si se preguntan, ¿Como es posible que haya accedido sin siquiera conocerlos?
Es porqué, en su interior, aún recordaba su mundo, el dolor que sentía al haberlos dejado morir, así que no dejaría que nadie más lo sufriera.
¿Ya saben de qué universo es el otro México?
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