Avatar Y Dawn
- ¿Señorita Rose?, ¿E-está segura de que se siente bien? La enfermera chismosa entro al cuarto preguntándonos si estábamos bien, estuve días con las piernas rotas, en un estado deplorable, y ahora que nos vemos mucho mejor lo pregunta.
- Estoy sumamente terrible, es una pena que pueda caminar.- Caminé en círculos siendo sarcástica.
"¡Dawn!, deja de ser tan grosera con ella, solo intenta ayudar, es difícil creer que ahora puedo caminar".
- L-lo siento, es solo que....llamare al doctor.- La enfermera salió del cuarto y camino por los pasillos a paso rápido.
- Creo que me va a delatar.- Dijo mientras miraba a la enfermera con molestia, le molestaba que fuera tan chismosa.- ¿Nos vamos un rato?- Le pregunto a la conciencia de Amelia con diversión.
"¿A dónde exactamente?"
- A donde tú quieras.- Amelia tuvo una idea, visitar a Avatar, la idea fue pensada y Dawn sonrió de pensar en ver a ese zorro sexy sin lentes.
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Caminó por los pasillos con rapidez, no quería que la enfermera y el doctor llegaran, dejo sus cosas porque iba a volver. ¿Pero dónde estaba Avatar?
Dawn miraba todas las puertas del hospital, ¿Cómo iba a encontrarlo?, fue cuando una idea llego a ella, camino por otro pasillo acercándose al cuarto donde provenían las miradas en la noche.
"¿A dónde vas?, ¿Avatar esta por ahí?"
- Buscare información querida, vamos a darles una visita a esos niños fisgones. Y de paso un pequeño susto.- Se burló feliz.
Miró la puerta del cuarto con estampillas y abrió la puerta si avisar, lo primero que vio fue al niño más maduro de los tres. Se acercó con rapidez hasta quedar de frente, el niño retrocedía ante la visita de la rosada.
Se sentía extrañado, ¿Ella era el monstruo?, ¿Qué haca ahí y por qué se veía diferente?, la eriza se agacho hasta estar del mismo tamaño y se aproximó a decir.
- ¿De casualidad no has visto a un lobo rojizo con lentes por aquí?- El niño negó con la cabeza desconfiado de la rosada.- ¿De verdad?, no querrás que le diga al doctor que han estado vigilándome todas las noches, ¿Qué crees que pase?
El niño no quería decir nada, no se lo diría a alguien como ella, y para su mala suerte el niño era el único en la habitación en esos momentos, necesitaba ayuda.
- ¿No me vas a decir?- El niño negó, no sabía lo que ella quería hacer.- De acuerdo- Se levantó.- Buscare a tus amigas entonces.
- ¡Espera!.- Grito el niño al verla alejarse, la peli rosa de detuvo con una sonrisa. – Te diré lo que quieres saber, solo aléjate de mí y mis amigos, el zorro que buscas está en el piso de arriba.
- Gracias.- Salió la eriza del cuarto topándose con unas voces conocidas, era la enfermera y el doctor cerca, debía llegar al elevador rápido.
"¿Crees llegar a tiempo Dawn?"
- Por supuesto que sí, ¿eres rápida no?, aprenderé a usar tu cuerpo de una manera mejor, tú tranquila.- Camino con rapidez pasando detrás de ellos, corrió sin parar hasta llegar al elevador.
La vista del doctor se concentró en las puertas ya cerradas del elevador, juraba haber visto algo rosado. El corazón de la rosada latía rápido por la pequeña adrenalina del momento para no ser descubierta.
Le gustaba esa sensación. El elevador no tardó en llegar, y la emoción ahora la recorría, Amelia podía sentir como Dawn estaba emocionada por ver al lobo, ¿Por qué?
Una de las enfermeras salió de uno de los cuartos, entraba y dejaba algunas cosas para que el paciente se sintiera mejor, Dawn llego al piso y en cuanto las puertas del elevador se abrieron salió recorriendo los pasillos.
Miro la enfermera salir y despedirse, "Hasta luego señor Avatar, cuídese.". Escucho el nombre del lobo, espero a que la enfermera se marchara y se acercó a la puerta del cuarto.
¿Qué le diría?, ¿Iba a actuar domo Dawn o como Amelia?, estaba emocionada de conocerlo, verlo en persona, sentirse viva a su lado y tocar su pelaje, su rostro, por que ser una masa negra en un contenedor. Era obvio que nadie se acercaría.
Pero al tener un cuerpo como ese, vestida de esa manera tan provocativa y con un aire nuevo de rebeldía atraería a algunos muchos, y ser el centro de atención le gustaba.
¿Pero y si a él no le gustaba?, ¿Y si prefería a las chicas simples como la verdadera Amy?, Levantó su mano para tocar la puerta cuando se detuvo al momento.
No quería que el abriera la puerta y se llevara una decepción al saber que Amelia no era quien la visitaba realmente. Que era esa horrible cosa viscosa la que controlaba su cuerpo.
"¿Dawn?, ¿Qué sucede?".
Bajo su mano decepcionada y sin ganas de verlo ya no quería hacerlo.
"Solo toca la puerta, ¿Dawn te sientes mal que ocurre?"
Dawn se sorprendió ante la preocupación de la rosada, ¿Por qué se preocupaba cuando en realidad quería que saliera de su cuerpo?, es extraño.
La puerta se abrió y se encontró con los ojos marrones del lobo. La saco de sus pensamientos al momento que el lobo el abrazo con fuerza.
- ¡Amelia!, ¡Me da tanto gusto que estés bien!- Comento feliz ante la visita de la eriza, Dawn no sabía cómo reaccionar, ¿abrazarlo?, ¿alejarlo?, ¿Disfrutar del momento?
Alzo sus brazos y correspondió el abrazo gustosa, el perfume del lobo era delicioso, su pelaje era suave y le encantaba, era un cálido abrazo del que no quería salir.
Por primer vez sintió un poco de amor y cariño, estando en ese contenedor no eran más que experimentos una y otra vez.
- ¿Cómo estás?, ¿Cómo están tus piernas?, le pregunté a tu enfermera y me dijo que las tenías rotas.- Pregunto emocionado invitándola a pasar.
Entro seguida por Avatar, sintió e olor del lobo impregnado en la habitación, sumamente delicioso.
"Dawn, ¡deja de embriagar te con el olor y contesta!, me haces quedar como una loca embobada"
- No lo sé, es solo que de pronto mis piernas funcionaron y ya.- Lo miro algo nerviosa.
- ¿Funcionaron?.- Se acerco.– ¿No te has sentido mal?, con algo de mareos o sueño, Creo que debo contártelo pero no quiero que te alarmes.- La eriza ascendió y se sentó en el pequeño sofá de la habitación.
- ¿Vas a salir de alta?- Le pregunto curiosa, no se veía rastro de daño en su cuerpo.
- Si, iré al laboratorio cuanto antes.- Hizo una mueca de molestia al escuchar la palabra laboratorio.- El día del accidente, creo haber visto algo que me sorprendió, he querido decírtelo y decirle a Shadow pero no ha regresado, eres la segunda persona que me visita.
"¿Shadow vino a visitarle?"
- Bueno, yo estoy aquí, puedes decirme.- Sonrió de forma coqueta, definitivamente no iba a actuar como Amelia frente a él, seria completamente Dawn.
- Antes de quedar inconsciente tras la explosión, el contenedor se rompió dejando salir una masa obscura...creo que la vi entrar a tu cuerpo.- Comentó preocupado por la salud de la rosada.
- ¿De verdad?, creo que fue tu imaginación, me he sentido muy bien estos días, un tanto desanimada por lo de las piernas pero. Todo bien, gracias por preocuparte.- Hablo sin titubear, sin nervios, completamente segura de sí.
- De acuerdo, tal vez tengas razón.- rascó su cabeza confundido, es cierto que el golpe pudo haber ocasionado alguna alucinación.
- ¿Tienes algo que hacer hoy?- Preguntó coqueta sorprendiendo al lobo por su repentina actitud.
"¡Dawn!".
Tranquilízate, solo estoy jugando maldición, ¿no tienes sentido del humor?, quiero ver sus reacciones cuando se pone nervioso. Regaño la conciencia de la eriza.
"Mejor deja de coquetear y vámonos, estoy segura que Tails no debe tardar en llega, y de seguro el doctor debe estar preocupado pensando que escapamos".
- B-bueno, yo creo que tengo que ir al laboratorio, lo siento Amelia.- Contestó nervioso.
- ¿De verdad?, ese lugar es horrible, ¿Por qué no te quedas?- Avatar se quedó unos momentos pensando, después la miro con algo de confusión y miedo en sus ojos.
- Ese lugar, "Horrible", es toda mi vida y lo que tengo.- Defendió levantándose del sillón.- Lamento dejarla sola, debo ir a hablar con Harry sobre algo.- Salió tomando sus cosas con rapidez.
Se levantó del sillón y lo observo correr por el pasillo alejándose hasta el elevador.- Creo que sintió mi presencia.- Comentó un tanto emocionada.
"Quieres decir, ¿Qué él sabe que no soy yo?, podría ayudarme"
- Si es que me atrapa, ¿recuerdas?, no iré a ningún lado hasta cumplir mi plan, y ni volveré a ese lugar - Sonrió arrogante y salió del cuarto aspirando por última vez el aroma del lobo. Debía volver al cuarto aunque no lo quisiera.
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- ¡¿Cómo que no está en su habitación?!- Knuckles se quejaba con el doctor sobre cómo era posible que Amelia se fuera.
Me quede pensando y es que no puede ser posible que sus piernas mejoraran tan pronto en tan solo un par de días, no sabemos dónde está ni si salió del hospital o sigue aquí, ¿A dónde habrá ido?, dejo todas sus cosas.
Me preocupa, No pudo haberse ido muy lejos, la otra vez estaba actuando de una forma muy extraña, ¿tendrá algo que ver?
- Lo lamentamos, no sabemos muy bien lo que ocurrió, le aseguro que buscaremos a la señorita Amelia.- Aseguro el doctor con temor a que Knuckles le soltara un golpe.
- No creo que eso sea necesario.- Escuchamos la voz de Amy, nos giramos y abrí mis ojos con sorpresa al verla tan diferente.
- ¿Amy?- Knuckles se acercó a mi lado, el doctor y la enfermera se mantenían alejados.- ¿Qué te paso?, ¿Dónde estabas?, ¡me tenías tan preocupado!, como se te curre irte así.
- Lamento haberlos preocupado, pero necesitaba salir a estirar las piernas, ¿Les gusta el nuevo look?- Sonrió como siempre y se acercó a abrazarnos con mucha fuerza.- Lo siento, por gritarles la otra vez, no debí comportarme así con ustedes.
- No te preocupes por eso, me alegra que estés mejor.- Ambos correspondimos el abrazo. Que extraño, ya no huele tanto a rosas como antes.
- Me alegra que se encuentre mejor señorita Amy, usted ya está de alta, puede marcharse cuando quiera.- Agregó el doctor antes de retirarse junto con la enfermera.
Los tres nos miramos con felicidad, sin duda Amy se ve genial.
- ¿De dónde sacaste ese lado rebelde?, nunca te imagine vestida de esa forma o con ese maquillaje, no me digas que estas tomando como ejemplo a Rouge.- Bromeó Knuckles al entrar al cuarto.
- Por supuesto que no, solo quería probar algo distinto.- Cargo su mochila, Knuckles decidió ayudarla a cargarla junto con la caja con cosas aun dentro.
- ¿Qué tal si celebramos?, podemos ir a comer a un restaurante si gustas.- Ofrecí con gusto, no desayunamos nada así que es buena idea.
- ¡Me parece estupendo!, estoy que me muero de hambre, hace siglos que no comía.- Cerró la puerta del cuarto, yo y Knuckles levantamos una seña confundidos, comenzó a reír de forma nerviosa.- Digo, es solo un decir.
Caminamos hacia el elevador, la expresión en el rostro de asombro de Knuckles aún no se quita por completo, es algo raro y nuevo ver a Amy tan diferente.
- ¿Podrías decirnos por qué no querías comer antes?- Le pregunto un tanto indeciso.
- Te seré sincera, cada vez que intentaba llevarme algo a la boca me daba un poco de nauseas, Tal vez fue por la depresión, no estoy muy segura,- Comentó un tanto deprimida.
- ¿De verdad?, tranquila, podrás comer todo lo que quieras cuando lleguemos a ese restaurante.- Knuckles le guiño un ojo a mi amiga, ella ascendió gustosa.
Sí que tiene un aire diferente, está más feliz que antes. Me alegra tenerla de vuelta, aunque diferente, pero me alegra.
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