Fui directo al garage, donde vi nada más ni nada menos que el cuerpo de Emily hecho trizas.

-¿Pero que...?- me sorprendí y empecé a llorar.-Deja de esconderte, ya se que me buscas!- Grite desesperado. Agarre el bate de baseball de mi hermano Eric y fui al cuarto de mi madre.

-No... Esto no puede estar pasando.- dije entre lágrimas al ver a mi madre muerta y con la cara desfigurada.

Con una gran furia, fui al cuarto de mi hermano, quien todavía estaba dormido en su cama.

-Pssst...Eric... Eric...!!!- susurré en su oído.

-¿Que quieres estúpido? Dejame dormir en paz.- dijo tirándome una almohada a la cara.
Por el pasillo que conducía hacia aquí se escuchaban los pasos del Portcullis acercándose para atacar.
Vi por la ranura de la puerta y él estaba del otro lado, Arrastrando sus garras en el piso de madera.
En cuanto mi hermano se despertó y me regaño, el monstruo desapareció, pegándose a la ventana de la habitación y atravesando su pecho.