• Extra 2 •

El tiempo paso en un parpadeo, y ahora Chuuya solo podía admirar como su ahora novio hablaba por teléfono con Atsushi, llevaban casi un año juntos y la verdad, el pelirrojo sentía que el tiempo nunca sería suficiente y eso era una gran felicidad en su corazón.

En esos momentos estaban en uno de las muchas casas que tenían ambos en el mundo, de vez en cuando se cambiaban o iban a la dimensión de Dazai, pero esta casa en Yokohama era donde más tiempo pasaban, era un lindo recuerdo de su reencuentro

- Si Atsushi aún no está listo para bajar, dile que será otro día – señalo luego de un rato al ver como el castaño fruncía el ceño luego de cortar el teléfono

- Creo que, si le decimo eso, nunca tomara el valor para bajar – comento muerte llegando al lado de Chuuya antes abrazarlo por la cintura con cariño

Amor lo miro con una sonrisa algo tanto, poniéndose en puntillas para besar a Dazai, quien en último segundo alejo el rostro recibiendo un beso en la mejilla

- Dazai, tú...

- Después te quejas de que no dejo de tocarte, no me beses si no quieres que cancele las visitas o ¿Quieres no salir de la cama en todo el día, Chuuya? Entonces bésame, déjame que el control que tengo se pierda – se burló acercándose para besarlo, aunque amor tapo sus labios con sus manos

- Bien, tu ganas, te besare después, ¿Puedes concentrarte en lo que estábamos hablando? – Sabia que la amenaza de Dazai no era solo palabras

- Sobre que Atsushi no bajara si le decimos que se tome el tiempo que quiera – comento forzando su concentración

- Aun debe doler la herida en su corazón o ¿Crees que 100 años son suficientes para sanar su corazón roto?

Muerte se paralizo ante eso

- Lo es y al mismo tiempo no lo es – susurro Dazai recordando lo que destino había dicho, ganándose una mirada confundida de Chuuya – Oh, Ranpo-san me dijo algo así cuando fui a verlo la última vez, no había podido analizar bien sus palabras

- ¿Qué dijo? – pregunto con curiosidad Chuuya

- Dijo, "Que camino más complicado de caminar, que destino más cruel de seguir, que amor más injusto ¿Cómo entregas un corazón que se va a quebrar y tardara mucho en sanar? 100 es suficiente y al mismo tiempo no lo es" – Dazai observo con fascinación como los ojos de Chuuya resplandecían en rojo

- Eso... está muy claro ¿No? – sentencio con una suave sonrisa, amor lo capto a la primera

- No, no sé que como funciona tu mente o la de destino, pero eso no está para nada claro – se quejó Dazai frotando su mentón el cabello de Chuuya

Amor se rio ante eso

- No es que entienda todo lo que dirá, destino, pero esas palabras tienen un mensaje de amor – comento con alegría

- ¿Sí? ¿Qué significa? – si era algo que hacía sonreír con tanta felicidad a Chuuya, entonces tenía que ser algo bueno, aunque Amor respondió justo en el momento en que Atsushi se teletransportaba al interior de la casa

- Que no son suficientes 100 años para que un corazón con tanto dolor como él de Atsushi sane, pero si son suficientes como para que un alma vuelva a nacer – aclaro el pelirrojo paralizando al mismo tiempo a vida y muerte – Oh, Atsushi, justo hablábamos de ti – comento al verlo parado en medio de la sala con la boca abierta - ¿Qué? – pregunto con curiosidad al ver como las dos entidades más fuertes que existían lo miraban consternado

Los ojos de vida se llenaron de lagrimas

- Ryu no renacerá, ese fue el castigo por haber jugado a extender la vida – susurro Atsushi con dolor, ganándose una ceja alzada de parte de amor

- ¿Qué mierda? – espeto algo sorprendido por lo que estaba escuchando

- Atsushi dice la verdad, Chuuya – afirmo Dazai con una mueca

- No, eso no es verdad – señalo con confianza caminando hacia a Atsushi, sosteniendo su mano entre las suyas – Vida, seguramente el castigo fue que su cuerpo físico muriera, pero su alma no, no hay modo de que tu alma gemela solo se destruya, allí tendría que haber intervenido yo y destino, y nunca te haríamos eso – pareció perder en sus recuerdos por un segundo - Ese día, el día que falleció nunca sentí que el hilo se cortara, solo sentí que se esfumo, así que, si destino dijo esas palabras, entonces... - sus ojos resplandecieron por un segundo – Mira, aquí esta...- sin más hizo aparecer un hilo rojo que se aferraba al dedo de vida – Tu alma gemela regreso desde hace aproximadamente 18 años

- Ryu...- susurro admirando el hilo rojo que nunca en su existencia había presenciado, busco desesperado con la mirada a Dazai y a Chuuya, casi pidiendo disculpas – Yo...tengo que ir a buscarlo

Amor y muerte asintieron como si no importara

- Dejare que el hilo brille para ti hasta que lo encuentres, es mi agradecimiento para ti – Chuuya beso la mano de Atsushi cumpliendo con su promesa – Suerte

En ese preciso momento vida se teletransporto lejos apareciendo en lo que parecía ser los barrios bajos de Yokohama, eso no le importo, simplemente comenzó a buscar con desesperación a quien tuviera el otro extremo del hilo

Atsushi debía admitir que no había estado tan nervioso en años, al punto en que sus manos temblaban y su corazón parecía que iba a explotar, no era por haber teletransportado a calles peligrosas en medio de la noche, tampoco era porque hace un buen tiempo que sentía que lo estaban siguiendo, simplemente eran nervios por volver a ver a la persona que conformaba gran parte de su corazón... ¿Realmente podría volver a ver Ryu? Eso era una esperanza tan cruel que le había entregado amor, pero que... le regresaba aquello que pensó perder para siempre. Pero, el hilo rojo solo se extendía y no lo llevaba a ningún lado, como si buscara burlarse de su cordura

Con un suspiro se detuvo, dejando caer la mano que en todo momento había estado mirando

- No tengo nada de valor... - comento nervioso al ver a las personas que iban a seguramente asaltarlo, ¿Quizás debió esconder su presencia? Pero la emoción había sido demasiada

- Una persona que no tuviera nada de valor no diría eso – señalo uno de los hombres mientras lo apuntaba con un cuchillo

Atsushi tenía una sonrisa temblorosa, si lo apuñalaban y le causaban daño sanaría, pero seguiría doliendo como a todos, ¿Cuál era la maldición de la vida? Que no podía hacerle daño a ningún ser vivo sin sufrir un gran dolor en el proceso, así que... nunca podría defenderse de cualquier daño que quisieran hacerle... lo peor, era que aun así seguía amando a los seres humanos

- Pueden revisarme si quieren – la calidez de su voz les daba una extraña confianza a los asaltantes, aunque antes de que pudiera hacer caso Atsushi comenzó a revisar sus bolsillos mostrando todo lo que llevaba – Déjenme ver... tengo, mi teléfono, dos dulces de chocolate y dos piedras de ríos que encontré bonitas, ¿Han ido al rio? Estas son de un rio en mi hogar, pero, sé que hay cosas igual de hermosas en este plano, donde las vistas son hermosas y se pueden encontrar cosas mejores que estas, me gustaba ir cuando visitaba este plano, aunque, hace tiempo que no voy, me pregunto si los paisajes han cambiado, espero que no, sería una pérdida para la humanidad – sin miedo comenzó a narrar lugares que con su voz sonaban mágicos, eso mientras le entregaba las cosas que encontraba en sus vestimentas

- No son piedras – susurro impactado uno de los asaltantes cuando vida le entrego lo que él consideraba piedras bonitas

- Rubíes – señalo Atsushi dando nombre a lo que había entregado – Pueden tenerlas, yo no las necesito – sin más les sonrió

Por extraño que parezca ninguno de los asaltantes sintió la necesidad de lastimar a esta persona, simplemente aceptaron lo que se les había entregado y se fueron. Atsushi sonrió, quizás la bendición de vida era que raramente los seres humanos lo atacaban, aun si... seguía siendo un cobarde por dentro, no le gustaba el sufrimiento

- Eso fue... patético – Atsushi se sobresaltó ante el nuevo tono de voz, tan cálido... tan familiar

- Patético... - repitió buscando con la mirada hasta dar con unos ojos grises que reconocería incluso si de la nada perdiera la memoria, ni siquiera necesito verificar si el hilo rojo se había acortado... su alma ya llamaba por la persona a la que miraba

- Si, es la primera vez que veo que alguien se deja asaltar por.... – sus palabras se detuvieron al inspeccionar al chico – ...- su voz se llenó de molestia

- ¿Si? - vida escucharía lo que sea

- No puede ser que existas - estaba entre molesto y sorprendido - Molestas en mis sueños cada noche, podría reconocer tus ojos en cualquier lado – le gruño paralizando a Atsushi – Por fin te encontré – sin más lo levanto por la camisa enfadado - ¿Quién eres? ¿Por qué no me dejas dormir en paz? En cada sueño, estas tú, llorando... sonriendo... – se interrumpió de golpe, entrando en consciencia de lo que estaba diciendo... ¿Si quiera sonaba cuerdo? Pero para su sorpresa el extraño no le grito que era un loco - Eh... ¿Estas llorando? – hizo una mueca al ver como los ojos del hermosos desconocido se llenaban de lágrimas... esos ojos... los ha visto en sus sueños desde que tiene memoria

- Ryu...- fue todo lo que alcanzo a escuchar antes de verse atrapado en un abrazo que por el impulso los llevo al suelo a ambos – Ryu...- sollozo aferrándose con desesperación

- ¿Cómo sabes ese apodo? – gruño este tratando de separarse, pero siendo vencido por la desesperación del chico que lo abrazaba

- Ryu... te extrañé tanto – Atsushi demasiado perdido en su lagrimas como para hacerle caso al chico, escondiendo su rostro en su cuello sin dejar de sollozar – Yo siempre... siempre quise despedirme de ti...no pude y te deje ir solo... pero, yo solo... yo solo quería decirte que te amo, te amo, te amo más de lo que amo a mi mismo y eso nunca cambiara

Akutagawa escucho en silencio, ¿Una confesión? No, ¿Una confesión acompañada de una despedida? ¿Qué diablos? Pero, por primera vez en su vida solo se rindió, dejo caer su cabeza contra el suelo con un suspiro dejando que el desconocido lo abrazara mientras lloraba

Bueno, el desconocido que se sentía familiar y que parecía encajar a la perfección en sus brazos

- Ryu, no me dejes solo de nuevo...no poder soportar una segunda vez- finalmente el llanto solo estaba quedando en un simple hipo, poco se apoyó en el pecho de Akutagawa encontrándose con la mirada de este que parecía estar evaluándolo

- Enserio... ¿Quién eres? – pregunto al ver que el chico había dejado de llorar - ¿Por qué tengo recuerdos borrosos contigo cuando nunca te he visto?

Vida parpadeo rápidamente antes de sonreír avergonzado mientras el sonrojo de apoderaba de sus facciones

- Es cierto, Ryu no me recuerda... aun si tu alma si – susurro con cierta tristeza, no se separó de la persona que aun mantenía aferrada en sus brazos – Yo... soy Atsushi Nakajima - comento con una sonrisa feliz

- Bien, Nakajima, podrías quitarte de encima de mí antes de que te golpee – gruño, aunque vida solo se rio suavemente

- Realmente eres tú – parecía contento por la amenaza que había recibido, acercándose demasiado a los labios de Akutagawa quien parpadeo rápidamente... esta persona no sabía de límites de contacto – La primera vez que nos conocimos me golpeaste

- ¿Te conozco, Nakajima?

- En otra vida me conociste – su sonrisa era hermosa aun cuando estaba hablando incoherencias

- ¿Así? ¿Qué se supone que era en mi otra vida? – era puro sarcasmo, pero Atsushi parecía feliz con solo escucharlo hablar

- Mi esposo, mi alma gemela, la persona a la que más amo, y eso no ha cambiado – Akutagawa lo miro bastante impactado, aunque vida solo arrugo la nariz- Bueno, ya no somos esposos, pero eso se puede arreglar

A Akutagawa le estaba doliendo la cabeza, realmente no debió entrometerse con esta persona, era fuerte en otro sentido de la palabra

- Ni siquiera sabes quién soy ahora y me propones ser tu esposo y dices que me amas...- aun cuando su voz estaba enojada una de sus manos comenzó a acariciar el cabello de Atsushi, se sintió familiar... se sintió extrañamente correcto

- Nunca he dejado de amarte – Akutagawa observó fascinado como los ojos de vida resplandecían

- No tengo absolutamente nada – aclaro extrañado por las palabras que salían de su boca – No tengo familia, no tengo dinero... soy la peor escoria que podrías encontrar, así que deje de decir que me amas

Atsushi negó rápidamente con la cabeza con sus ojos llenos de lágrimas por lo que escuchaba decir a su alma gemela

- No te insultes, yo solo te necesito a ti, no hay nada más que tú – hablaba completamente enserio

Akutagawa suspiro, no había tenido ni una sola noche tranquila en su vida, pero... sentía que ahora podía descansar

- Hare lo que quieras, Nakajima, pero déjame levantarme del suelo – gruño de malhumor, que más daba, tampoco tenía nada mejor que hacer y tenía curiosidad por este chico que aprecia conocer su corazón y que extrañamente... él también parecía reconocer

Sus palabras fueron mágicas porque Atsushi inmediatamente se levantó, extendiendo su mano para ayudarlo, Akutagawa la tomo extrañamente agotado

Su mirada se encontró con la de Atsushi por un largo segundo, este le sonrió con cariño

- Vamos a casa, Ryu – fue su comentario lleno de un amor que aún no podía comprender

- No eres un vendedor de órganos ¿Verdad, Nakajima? – sus ojos se volvieron peligrosos, pero se calmó cuando Atsushi se mostró horrorizado, era realmente un libro abierto

- ¡Claro que no! – dijo con un puchero en sus labios

Akutagawa suspiro, estaba seguro que estaba por cometer una locura

- Entonces, vamos a casa – esas palabras resonaron en su mente, las había escuchado tantas veces en su mente – Y cuéntame que es lo que he estado viendo en mis sueños

Atsushi sonrió, entrelazando sus manos, había algo en su corazón que se había sanado

- Es una larga historia, pero... - mientras caminaba sin soltar su mano, fue narrando una historia de dos personas que se conocieron en el momento equivocado y se despidieron cuando no debieron... cada palabra regresaba un fragmento de memoria a Akutagawa, quien, se detuvo a medio paso, logrando que Atsushi lo mirara confundido

- Sigues siendo un llorón, Jinko – susurro con una sonrisa que logro que vida comenzara a llorar nuevamente

- Si – afirmo entre sollozos

- Y no me olvidaste como te pedí– "Sigue adelante incluso sin mi" le había pedido antes de que su vida terminara

- Nunca – los ojos de vida estaban lleno de determinación al respecto

- Eres un idiota – comento con un suspiro, se dejó sufrir si mismo por quien sabe cuánto tiempo

- ¡No lo soy! ¡Siempre me tratas así y luego desaparecer como si tuvieras derecho a...

- ¡Jinko! – interrumpió Akutagawa

- ¡Qué!

- Te amo – las lágrimas no dejaban de salir de los ojos de vida

- ¡Yo también te amo! – grito abrazándolo con fuerza dejándose mimar por Ryu, quien beso con cariño su frente, mejillas, parpados... hasta posarse por fin en sus labios siendo correspondido con familiaridad por Atsushi – Te extrañe, Ryu – susurro cuando se separaron

Akutagawa le sonrió abrazándolo con fuerza, algo bien debió haber hecho si se le permitió volver a tener a este hermoso ser en sus brazos

- Ahora si podemos volver a casa, Atsushi – fue su suave comentario – Estoy de regreso...

Vida sonrió entre lagrimas

- Bienvenido de vuelta


Gracias por leer ♥️♥️🤗

Si wey, tenía que hacer que estas almas se reencontraron si o si, porque 100 años es mucho 😣❤
Aclaración: Akutagawa es humano, pero Atsushi encontró el modo de hacerlo inmortal, así que estarán felices por siempre

Gracias por leer esta historia y apoyar mis ideas random, los amo, no saben cuánto agradezco su apoyo ♥️♥️♥️♥️

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