La dimensión de destino era un lugar al que cualquiera podía acceder pero que, una gran mayoría prefería no visitar por lo que eso significaría... Aunque no es algo que se deba malinterpretar, no es que Ranpo fuera algún ser terrible que mataba o castigaba a cada persona que entrara... Es solo que era una entidad que realmente le gustaba hostigar a todos por igual y que nunca daba respuestas claras a nadie, en realidad, cada entidad se preguntaba si Ranpo si quiera se entendía a él mismo

- Sabia que vendrías – fue lo primero que comento destino al ver entrar a Dazai en su dimensión

- Ha sido un tiempo, Ranpo-san – comento Dazai admirando su alrededor – Vaya decoración más peculiar – Era de noche, había lámparas de calabazas y bastantes espantapájaros de decoración espeluznantes

Ranpo sonrió ante eso

- He decidido que si este lugar me obedece entonces todo el tiempo debería ser Halloween – sin más estiro su mano hacia Dazai – Dame los dulces

- ¿No es truco o trato?

Ranpo lo miro con seriedad

- ¿Quieres el truco? – sus ojos verdes resplandecieron con ese brillo particular de cada entidad, era mejor no negarle lo que quería

- Traje los dulces – contesto el castaño con una mueca, normalmente le seguiría el juego, pero no sabía que podría salir de esta conversación, sin más le entrego una gran bolsa llena de golosinas – Últimamente todo el mundo le está pidiendo dulces a la muerte, como cambian los tiempos- aunque Ranpo siempre pedía dulces

- Entonces son buenos tiempos – exclamo abrazando la bolsa que le habían entregado

- ¿No ha ido al mundo humano últimamente, Ranpo-san? – Fácilmente podría ir él mismo a comprarlas, pero Ranpo optaba por mantenerse ajeno a los humanos por muy conectados que estuvieran

- Solo cuando estoy muy aburrido – contesto Ranpo comiéndose un pan dulce – Por lo demás, prefiero usarlos a ustedes – y con eso se refería a sus constantes favores de traerle dulces que solicitaba a cada entidad – Es una pena que mi principal sirviente ya no vaya al mundo humano – Ranpo podría decirle así a Atsushi, pero en realidad siempre lo ha considerado un buen amigo, era solo escuchar como su tono de voz se tornaba triste, emocion que era rara ver en esta entidad

- No te preocupes, sé que Atsushi algún día volverá al mundo humano, su amor por ellos no lo mantendrá alejado – Solo hay que esperar a que su corazón sane, aunque sea un poco

- No estoy preocupado por él – se quejó Ranpo con un tono de voz infantil – Atsushi puede quedarse para siempre en su dimensión y perderse los regalos que tiene por ser la vida, de todos modos, viene a verme seguido... pero no trae dulces – por un segundo se quedó callado, mientras sus ojos resplandecían de aquel color verde - Que camino más complicado de caminar, que destino más cruel de seguir , que amor más injusto ¿Cómo entregas un corazón que se va a quebrar y tardara mucho en sanar? 100 es suficiente y al mismo tiempo no lo es - Dazai gravo esas repentinas palabras en su memoria, se las diría a Atsushi cuando lo viera, a esto se refería con que nadie entendía muy bien que decía - ¿Entonces? ¿Vienes a ver tu amado destino? Te dije que era mejor quitar esas marcas apenas empezaron, no deberías ignorar mis recomendaciones– comento dejando ir el brillo en sus ojos

- Fue un terrible error – admitió Dazai, pero en el momento en que aparecieron no era alguien con quien se pudiera hablar... podía decirse que era alguien muy desagradable, más que ahora – Pero no vengo a ver mi destino, solo a quitar las marcas

- ¿No es lo mismo? – Dazai pensó en ello

- Si, es lo mismo – espeto con una leve sonrisa - ¿Puedes quitarlas?

- Yo no puedo – estiro una de sus manos haciendo aparecer una puerta en todo ese ambiente de Halloween – Pero se cómo hacerlo, sígueme – comento abriendo la puerta dejando entre ver una gran biblioteca

Dazai asintió mirando con curiosidad como destino atravesaba la puerta

- Hasta hace poco me hubieras pedido algo terriblemente imposible de cumplir a cambio de tu ayuda, Ranpo-san, y, sobre todo, se supone que no dejas a nadie entrar ahí ¿Qué es lo que cambio?

Destino se detuvo a medio paso

- Fue un error todo lo que sucedió ese día – su mirada se encontró con la de Dazai, detallando en verde– No tendrías esa maldición encima si no fuera por la incapacidad de todos por detener lo que estaba sucediendo y te quedaste con toda la carga de lo que hicimos

Dazai se rio sin humor ante eso

- Todos somos culpables de no haber prestado atención a las intenciones de Atsushi – de todos modos, no servía de nada recordar ese pasado, es algo que no se iba a arreglar

- Lo somos – y, aun así, muerte se había llevado la peor parte – pero...Tienes razón, es culpa de ustedes ¡Yo les advertí! ¡Siempre tengo que arreglar los problemas que ustedes hacen! ¿Qué harían sin mí? - termino por exclamar con los brazos cruzados, se había acabado su momento de sinceridad

- Muchas gracias por todo, Ranpo-san - Dazai tenía una sonrisa sincera en sus labios

Destino suspiro con cansancio, asintiendo antes de entrar a la biblioteca

- Aquí está escrito cada destino de cada persona en el mundo – comento mientras Dazai lo seguía de cerca – pero eso no es interesante, es aburrido

Muerte le gustaba leer, así que no pudo evitar sentir admiración por la biblioteca que no parecía tener fin. No importaba donde enfocara su mirada, los libros estaban tanto al mirar hacia arriba como hacia abajo, junto con miles de escaleras

- Supongo que no puedo tocar ninguno – no había enfado en su voz, estaba acostumbrado

Destino asintió

- No sería bueno que la muerte tocara eso, tendríamos que traer a Atsushi-kun a arreglarlo y no quiero que nadie entre aquí – sentencio con un puchero, como si este en realidad fuera su escondite secreto

- ¿Has leído todos?

Ranpo asintió

- Cada uno de ellos, pero, todos los días hay un libro nuevo que leer – su mirada se tornó agotada – Ojalá fuera tan divertido como suena

- ¿Odias a los humanos?

Destino negó con la cabeza

-¿Cómo podría odiar a los que crean estas cosas tan increíbles? – señalo dando mordidas a su pan, Dazai brevemente recordó a Chuuya y su amado vino ¿No eran razones algo extrañas para no despreciar a los humanos? – Es solo que es molesto verlos – su mirada se tornó algo fría, era molesto ver como los humanos raramente desafiaban su destino, no es que él fuera algo absoluto, si bien, les entregaba un camino guía, ellos podían desviarse y sorprenderlo... era tan aburrido ver siempre lo mismo – Pero eso no importa, estamos aquí por un libro para ti

- No puedo tocar ninguno - ¿No acababa de decírselo?

- Este es un libro especial – comento caminando a una estantería en especial, sacando un libro que brillaba levemente de un leve color rojizo – Es el libro de tu destino – sin más se lo entrego

- Chuuya... - susurro mirando el libro con un leve temblor en sus manos – No quiero leer su vida – no cuando era algo que violaría su privacidad

Ranpo resoplo ante eso

- Claro que no, solo se mostrara lo que yo quiero que leas, no hay modo de que te entregue ese conocimiento – por fin había terminado su pan dulce, así ahora comenzaba con una paleta de vainilla – Si quieres que tu dolor desaparezcas tienes que leer eso

Dazai trago con fuerza ante eso, acariciando la tapa del libro de la persona que anhelaba

- ¿Qué es lo que tengo que leer? – mientras decía eso abrió el libro, su mirada castaña poco a poco se opacó, cayendo al piso con fuerza, más rato pensaría en el dolor de cabeza que tendría por caerse dos veces seguidas al suelo

Ranpo se sentó en el suelo a su lado, mirando como el libro comenzaba a brillar en la mano de Dazai

- Si quieres liberarte de la maldición, tienes que entender porque la tienes, muerte – comento agarrando otro libro de la estantería, uno de un detective en el mundo humano, era de los libros que le gustaba leer, y, hasta que Dazai despertara, tendría mucho tiempo para leer

😘❤ gracias por leer