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- Dazai-san... ¿Puede darme un segundo de su tiempo?

La reunión había terminado, pero Atsushi se apresuró a acercarse a la persona que tanto admiraba, alcanzándolo justo cuando estaba por salir de la pequeña dimensión donde se reunían, un sitio especialmente creado para ellos pero que raramente era utilizado por Dazai, al menos todos los sitios relacionados con grandes jardines como en el que estaban ahora, adornados con bosques, ríos y cascadas. Era solo cosa de ver como las plantas se secaban por donde caminara ¿De qué le serviría estar en un lugar así cuando las mataba sin querer?

- Atsushi-kun ¿Qué necesitas? - pregunto deteniéndose a medio paso de la salida - Estoy realmente ocupado, así que, sería mejor que me lo dijeras en otra ocasión

Vida sabía que esas eran excusas, sobre todo porque le decía lo mismo desde hace cien años, solo lograba verlo cuando se llevaban a cabo estas reuniones

- Dazai-san - su tono de voz estaba lleno de firmeza, logrando que Dazai se encontrara con su mirada - Por favor...no quiero molestarlo mas de lo que debo... pero...- su mirada se torno de una intensa tristeza - Usted sigue siendo como mi familia - incluso cuando la muerte llevaba evitándolo por casi 100 años

- No llores, Atsushi-kun - el castaño termino por suspirar - ¿Qué lo quieres decirme?

- Lo siento mucho...- esas palabras hicieron que Dazai apretara los puños con fuerza

- No te disculpes - en primer lugar, no había nada que perdonar

Atsushi negó tercamente con la cabeza

- Lo que dije ese día... fue porque soy un idiota, nunca...nunca debí culparlo como lo hice - Atsushi le sonrió, aunque había cierto rastro de dolor en sus ojos - Debí haber tomado más enserio mi trabajo y entender que... - su tono de voz se rompió un poco pero no dejo de hablar - ...Que Ryu no podía ser eterno... los humanos no lo son, por eso... por eso... estoy feliz de haberlo amado todo lo que pude hasta su fin - de lo que más se arrepentía era de haber culpado tanto a la muerte ese día

Dazai suspiro, no quería que Atsushi se disculpara, no tenía porque hacerlo, todo lo que le grito ese día fue por el dolor de estar perdiendo a alguien que amaba, podía entenderlo, siempre era lo mismo cuando se relacionaban con él... aunque... puede que haya dolido más porque fue de una de las personas que apreciaba

- No tienes que forzarte a hablar conmigo, Atsushi-kun, sé que todavía tu corazón no ha sanado, y debe ser mucho más difícil cuando ves a la persona que lo mato sin piedad - después de todo, era su deber matar a aquellos que habían excedido el tiempo de vida ilegalmente

- Yo lo orille a hacer eso, es mi culpa que todo haya terminado así - Vida tenia una intensa tristeza en su mirada - Pero, no solo perdí a Ryu, también perdí a un amigo... ¿Puede perdonarme?

- No tengo que perdonarte - Dazai le sonrió con sinceridad - Espero que tu corazón haya sanado, Atsushi-kun

- Mi corazón no sanara incluso si pasan otros 100 años, Dazai-san - fue la respuesta del muchacho, aunque estaba sonriendo - Pero está bien, ese espacio siempre será de Ryu, mi vida es aún más preciosa con aquella herida - como si necesitara consuelo, un pequeño pájaro voló en su dirección acariciándolo con una de sus alas en la mejilla

- Como siempre los animales aparecen de la nada para ti - comento con una sonrisa Dazai, y no solo eran los animales, las plantas alrededor del muchacho florecían para él, en cambio, para Dazai era todo lo contrario, los animales lo odiaban con toda su alma, especialmente los perros, esos lo atacaban siempre que se acercaba a sus dueños y las plantas se secaban con solo un toque

Atsushi le sonrió, dejando que el pajarito se acostara en su cabello

- ¿Entonces? ¿Iras a buscar a amor? - se le veía feliz por esa idea

Dazai se rio ante eso, era extraño... pero Atsushi llevaba diciéndole que fuera a buscarlo desde hace algunos años, incluso cuando el trataba de ignorarlo, vida se mantuvo insistente

- No, estaba bromeando para irritar a Kunikida, no quiero morir de forma tan dolorosa, es más, ni siquiera quiero conocerlo - y se iba a mantener así por toda la eternidad

- Tenga cuidado, Dazai-san, esas palabras son una sentencia para todos - comento Atsushi con una tímida sonrisa

- ¿Por qué?

- Persigue al amor, y huirá de ti... Huye de él, y te encontrará tarde o temprano... seria bueno que abriera su corazón a él

- ¿Por qué me cuentas una historia de terror, Atsushi? - se quejó fingiendo un estremecimiento - Bien, no importa, no quiero verlo, iré a darme una vuelta por el mundo humano para ver que está pasando hoy en día ¿Quieres venir conmigo?

Atsushi negó con suavidad, dejándose caer de rodillas en el suave pasto, gesto que hizo que las flores lo rodearan encantadas para impedir que se lastimara, el pajarito revoloteo a su alrededor piando una dulce canción

- No estoy listo... para volver aun - comento con tristeza elevando una de sus manos para que el pájaro se apoyara en su mano - pero, venga a verme de vez en cuando, Dazai-san- sus ojos realmente no guardaban ningún rencor respecto a ese día - Y, evite Francia, Dazai-san, así no chocara con amor por casualidad, es más, vaya a Japón...y tráigame dulces de té - murmuro con cierta tristeza

Dazai se sorprendió de que lo motivara a ir a aquella ciudad con tanto significado para vida.

- Los traeré cuando venga a verte- le regalo una sonrisa suave

Vida asintió feliz por esa promesa mirando como Dazai traspasaba el umbral de la salida imaginado una ciudad en Japón, una que le gustaba bastante, con ese pensamiento en mente fue transportado a una carretera poco transitada en Yokohama, por no decir fantasma...

Aunque Dazai no dejaba de pensar en aquel fatídico día, fue algo que se le aviso con anticipación a vida, fue el mismo Akutagawa que le dijo que no tratara de salvarlo, que desde hace tiempo estaba preparado para morir por su enfermedad pulmonar, pero fue tanto el dolor de vida por la muerte de su amado que trato por todas los medios de aumentar la vida en Akutagawa... eso fue entrar en territorio de muerte, tiempo y destino, un error tan grande solo pudo ser perdonado cuando Dazai le quito la vida a Akutagawa, era el único que tenía permitido hacerlo

- "¡Por favor, solo déjenme estar con él hasta el final, lo siento mucho, lo siento mucho, pero no me alejen de su lado! Por favor, no dejen que Ryu muera solo"- fue el grito desesperado de Atsushi aquel día, mientras era arrastrado fuera de la habitación para que no viera como Dazai apuñalaba con una guadaña a Akutagawa en el corazón

... Cuando salió de esa habitación luego de haber cumplido con su misión Atsushi le grito palabras llenas de odio, perdido en un dolor que nunca se podría explicar en palabras, desde ese día, vida no había bajado al mundo humano

- Yo si me guardaría rencor, vida - comento en voz alta Dazai con una mirada desprovista de emociones, aunque si se miraba bien se podía ver el autodesprecio brillando allí - Bien, tratare de suicidarme con medicamentos - en realidad se estaba animado con esas palabras - pero primero ¿Dónde estoy? - no se había imaginado esa carretera vacía, es más, ni siquiera sabia donde estaba

Se revolvió el cabello con una de sus manos en un gesto incomodo, si estaba en un lugar aleatorio era porque lo necesitaban cerca...

- Bien, donde será hoy... - comento comenzando a caminar por la carretera sin un rumbo en particular, solo buscando aquella sombra negra que no solía alejarse de sus ojos, al menos, en esta ocasión no fue necesario encontrarla, no cuando se podía notar a los lejos el humo del inicio del fuego en dos autos que claramente había impactado el uno con el otro

Al llegar al primer auto noto que el hombre que lo manejaba había muerto al instante, su alma parecía ya haber desaparecido del lugar

- ...Entonces... ¿Quién es? - Dazai miro a su alrededor hasta dar con su respuesta - Es ella...- una mujer había salido eyectada del segundo auto, terminando en pasto al lado de la carretera, no le quedaban muchos minutos de vida - Hey, despierta, tienes una reunión en 6 horas - comento el castaño sentándose al lado del cuerpo que a penas respiraba, pero esta se mantenía inconsciente

Aquella voz lo hizo abrir los ojos bruscamente mirando de reojo a la persona que lo miraba con una ceja alzada

- ¿Si es en 6 horas porque me despiertas? - comento la mujer con el ceño fruncido

- El que más temprano se seca más tiempo tiene para mojarse - argumento el castaño con una sonrisa

- Quieres decir... ¿El que mas temprano se moja, mas tiempo tiene para secarse? - la mujer lo miro sin entender

Ante eso la mujer parpadeo rápidamente incorporándose del frio pasto en el que estaba recostada

- Espera ¿Dónde estoy? - grito incorporándose bruscamente, pero sin poder levantarse del piso por el dolor que la atravesó

- En realidad no lo sé - comento Dazai mirando a su alrededor, solo encontrando oscuridad, pastizales y una carretera solo con los dos autos que estaban por incendiarse - pero, parece que estabas manejando y el otro auto choco contigo, iba borracho - señalo finalmente

La mujer se quejo por el dolor recordando poco a poco lo que Dazai le señalaba

- Si...venia del trabajo... y ese auto... se salió de la carretera - gruño llena de molestia antes de abrir los ojos bruscamente - ¡Mi hija! - grito asustada logrando colocarse en una posición sentada a pesar del dolor - ¡Mi hija venia conmigo! - su voz estaba llena de pánico

La mirada de Dazai y de la mujer se enfocaron al mismo tiempo en el auto, aunque el castaño suspiro al ver la misma sombra negra que se apoderaba de ese lugar

- Esta viva - comento hacia la mujer, aunque su mirada se mostraba sin emociones - pero, morirá pronto al igual que tu

La mujer se paralizo por completo prestando por primera atención a la persona que estaba sentada a su lado, extrañamente no sentía miedo y tenia la sensación que debía tomar su mano con confianza... pero aun así ...

- ¿Eres la muerte? - sentencio finalmente incorporándose poco a poco del suelo bajo la atenta mirada de Dazai

- Lo soy - admitió sin levantarse de su posición

- ...No me importa que me lleves a mi - murmuro caminando con dificultad hacia el auto, tenia todos sus huesos rotos y no dejaba de sangrar en múltiples heridas - pero...a mi hija aun no - dicho eso corrió hacia el auto, sacando con todas sus fuerzas una silla de bebé con una niña de unos 4 años que estaba inconsciente

Con sus ultimas fuerzas se arrastro al lado de Dazai quien de inmediato noto que a la pequeña niña la sombra de la muerte la abandonaba, después de todo, esa niña iba a morir por las quemaduras de la explosión

- Hola, bebé - susurro la mujer suspirando aliviada al ver que no estaba lastimada y que respiraba con normalidad -

- Siempre es increíble ver ese último impulso de vida - comento el castaño acariciando el cabello de la mujer quien apenas respiraba - Lo has hecho bien - él no podía intervenir en el destino de cada persona...después de todo, este solo podía ser cambiado por ellos mismos, tal como lo hizo esta mujer al salvar a su hija

La mujer sonrió ante eso

- No es solo por un impulso de vida - susurro levantando una de sus manos con dificultad para acariciar la mejilla de su hija - Es también por...mi amor por ella - dicho eso miro una a su hija - Recuerda que mamá te ama...que te ama mucho - susurro antes de que su mano cayera sin vida al suelo

Dazai lentamente retiro su mano de la mujer, antes de que una mariposa brillante, hecha de luz volara hacia el castaño

- ¿Asi que amor? - ese impulso que la hizo correr hacia un auto a punto de explotar por aquella niña - No lo entiendo - comento con aquella mirada tan opaca que se cubría de un intenso negro, aunque la mariposa solo se posó en su cabello como si tratara de decirle algo, cosa que lo hizo sonreír un poco - Tranquila, me quedare aquí hasta que vengan a por tu hija - comento, después de todo, esa niña no tenia destinado morir ese día - Puedes quedarte aquí conmigo si quieres, pero, si tratas de quedarte a su lado incluso después de eso, tu alma se perderá en el olvido - cuando un alma se negaba a irse con él se volvía oscura y finalmente se esfumaba

La mariposa al oír eso se poso en la niña que seguía con sus ojos cerrados sin entender todo lo que había sucedido a su alrededor, sin comprender que en realidad la muerte estuvo a su lado hasta que por fin un auto paso por esa olvidada carretera, llamando inmediatamente a las autoridades necesarias

- Ahora puedes irte - comento Dazai al ver que la niña estaba a salvo en los brazos de un desconsolado hombre que solo podía aferrarse a la pequeña con desesperación, luego de la ambulancia y la policía había sido el primero en llegar al lugar. Un anillo de oro brillaba en su dedo anular, el mismo que estaba en el cadáver de la mujer

La mariposa revoloteo alrededor su esposo y su hija, antes de comenzar a desaparecer, esto solo fue visto por Dazai, quien, nuevamente comenzó a caminar lejos de ese lugar

- Amor - murmuro pensativo, el mismo amor que hizo correr a esa mujer con desesperación hacia su hija era el mismo amor que había destruido a Atsushi...y era el mismo amor que nunca lo había acompañado en su existencia

¿Cómo podía entender algo que nunca había tenido?

Esos pensamientos lo abrumaron a tal punto que termino caminando hacia el puente de Yokohama, apoyándose en la barandilla para mirar hacia abajo

- Me pregunto qué pasaría si...

- Me pregunto qué pasaría...hip... si caigo desde aquí - esa voz se interpuso con sus pensamientos, casi pensó que había sido él quien había hablado en voz alta, pero no... esa voz no era la suya - Vamos a intentarlo...hip... mierda...se supone...hip...que sería hoy - Dazai miro bruscamente hacia la persona que se estaba quitando los zapatos al borde del puente, quedando descalzo a los pocos segundos

Dazai no solía criticar a los suicidas, maldición, ¿Quién era él para criticar? Pero... ¡No era el momento! Si ese chico saltaba tan cerca de él se vería obligado a intervenir con su alma

- No vas a saltar ¿Verdad? - el castaño no pudo evitar preguntar - Porque, si es así, debo decirte que la vida es algo precioso y que debe protegerse - Aunque sus ojos decían "No quiero trabajar más por hoy"

El chico en cuestión se sobresaltó ante esa interrupción quedando con medio pie sobre la barandilla del puente y uno en el piso, mirándolo como si fuera un fantasma, en realidad, el verle los ojos azules llenos de lágrimas y las mejillas sonrojadas si hicieron que llamara la atención de Dazai, por no hablar de la extraordinaria belleza que tenía, no parecía ser humano

- Estas aquí - espeto el chico para sorpresa de Dazai, aquella mirada se ilumino de una felicidad que nunca había recibido - ¿Si...me ves? - susurro para sorpresa de Dazai

- ¿? - el pelirrojo parecía querer una confirmación, incluso cuando era obvio que si podía verlo

Esas palabras lograron que el chico sonriera, limpiando las lagrimas con sus mangas

- No me... hip... malinterpretes...hip...- comento el chico luego de unos minutos, solo entonces el castaño noto la botella de vino vacía en la mano del muchacho - No estoy...hip...llorando - sí, estaba muy ebrio, por eso estaba sonrojado

- Te creería, pero las lágrimas cayendo por tus mejillas no me ayudan - comento con una mueca

- No estoy...hip...llorando...- repitió secándose las lágrimas que seguían cayendo - Mi amigo... hip... me hizo...echarme gotas para los ojos...por si un policía me detenía por...hip...estar aquí...hip...- gruño pestañeando rápidamente por las molestas lágrimas, en realidad no era mentira su historia, sin más se subió a la barandilla - El efecto se pasara en unos...hip...minutos

- Espera... ¿Cuál era la idea de estar llorando por si venia un policía? - pregunto Dazai

Ante eso el chico le cerro un ojo, el efecto de las lágrimas si estaba pasando

- Puede rogar su perdón con amor...hip...las lágrimas siempre...hip...ayudan- dicho eso se subió a la barandilla del puente con una sonrisa orgullosa - Ya vera...el muy idiota... hip...yo sí puedo hacer equilibrio...hip...mientras estoy ebrio

Daza lo miro sin saber que decir ¿Estaba loco o era solo el alcohol? Aunque rápidamente se distrajo cuando el pelirrojo tropezó con el aire alcanzando a sujetarse de una parte de la estructura

- Oh, demonios, eso me quito un poco lo ebrio - se quejó mirando hacia abajo, sería una terrible caída, solo pudo reírse lleno de diversión- ¿Quieres jugar conmigo? Es un juego de mierda, pero está bien para pasar el rato - espeto estirando una de sus manos a Dazai son una bella sonrisa, cosa que hizo reír a la muerte lleno de diversión

- Te vas a matar - comento, pero tomo su mano subiéndose a la barandilla con facilidad

- Nah, la vida me quiere mucho y yo realmente la amoooooo- dijo con una risita risueña, seguía entando muy borracho - Hasta te amo a ti, aunque no se quien mierda eres - sin embargo, si fueron palabras que no ocultaban mentira alguna, pero Dazai no lo noto en ese momento

- ¿A mí también? - que palabras más raras le estaba diciendo

- Si, pero no te sientas especial, yo amo a todo el mundo - espeto saltando en su lugar mientras saludaba a un punto en la distancia, luego de unos minutos sonrió satisfecho - Bien, con esto ya gané la apuesta - comento bajando de la barandilla siendo seguido por Dazai - Por cierto ¿Quién eres? No cualquiera me seguiría en este juego

Dazai no pudo contestar, no cuando tanto su muñeca como la del pelirrojo fue apresada por las esposas de algún policía

- Quedan bajo arresto por vulnerar el espacio publico

Chuuya alzo una ceja antes de mirar a Dazai

- ¿Ves que las lágrimas habrían funcionado?

Gracias por leer ❤️❤️

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