Parte III

     Tras ver morir a TenLung, LiHyung fue víctima de un ataque de nervios que derivó en un intento de suicidio. Intentó cortar sus muñecas con una pequeña navaja encontrada en el archivero del aula de cómputo. EunYong consiguió detenerla a tiempo y por esa razón se encontraban ambos agazapados en un rincón del aula. Cubrieron a TenLung con el saco del uniforme de EunYong aunque el charco de sangre crecía bajo su cabeza e ira imposible no verlo. No querían salir pues temían que el homicida, fuera quien fuese, los obligara a responder otra pregunta si abandonaban el aula. Y tras pasar tres horas en aquél lugar, supieron que su plan marchaba a la perfección.

     EunYong abrazaba a LiHyung quien tenía un corte en su muñeca izquierda aunque no tan profundo como para desangrarse. Ella había dejado de llorar hacía pocos minutos y el muchacho no dejaba de acariciar su espalda. Fue entonces que su estómago reclamó por un poco de alimento y se vio obligado a levantarse.

     — ¿A dónde vas?  —reclamó LiHyung con voz quebradiza cuando lo vio estirar los brazos para desentumecerse.

     —Tengo hambre —respondió él—. En el pasillo hay una máquina expendedora, iré por un bocadillo.

     — ¡No puedes salir!  —Exclamó ella aterrada—. ¡Si te vas, nos pondrán a prueba de nuevo!

     —Necesitamos estar juntos para que nos pongan a prueba —dijo él con indiferencia.

     — ¡Idiota! ¡Si me dejas aquí, yo podría ser la siguiente!

     EunYong la fulminó con la mirada por aquél comentario tan egoísta pero igualmente asintió. Ella tenía razón, debían permanecer juntos para no darle al homicida la oportunidad de secuestrar a uno de ellos para la siguiente prueba.

     —Ven conmigo —dijo y le tendió una mano—. Vamos por algo de comida y luego volvemos aquí, ¿te parece bien?

     LiHyung estuvo de acuerdo.

     Sin embargo, se llevaron una terrible sorpresa cuando salieron al pasillo y vieron la figura que había al fondo. Era una chica pelirroja de cabello largo y que llevaba un cuchillo para pan en la mano derecha. El cuchillo estaba bañado en sangre.

     EunYong y LiHyung retrocedieron aterrados pero en ese momento se escuchó la tonada de música que anunciaba que era momento de la siguiente pregunta.

     —G, T, A, L, I, N, Y, A, E —decía la voz distorsionada, LiHyung se abrazó a sí misma con fuerza—. En el sótano del edificio donde se encuentran habrá un panel para introducir la respuesta. Tienen diez minutos o mataré a dos de ustedes.

     Al mismo tiempo que la voz dejó de hablar, TaeLi se abalanzó sobre ellos con el cuchillo en alto. LiHyung soltó un grito agudo cuando sintió el filo cortar sobre su brazo izquierdo.

     Con un empujón, EunYong consiguió sacar a la pelirroja del camino para tomar a LiHyung del brazo que no estaba herido y echar a correr hacia el bloque de escaleras. El muchacho era mucho más veloz así que LiHyung tenía que arrastrar los pies. TaeLi no se hizo esperar pues pronto comenzó a pisarle los talones. Mientras corrían e intentaban esquivar el filo del cuchillo, EunYong comenzó a pensar en una respuesta.

     Quedaban cinco minutos.

     — ¡Es un anagrama!  —Dijo mientras seguían en el bloque de escaleras—. ¡Rápido, piensa en alguna palabra!

     — ¡No lo sé!  —Reclamó LiHyung—. ¡No puedo…!

     Pero la respuesta llegó a ella de golpe.

     G.

     T.

     A.

     L.

     I.

     N.

     Y.

     A.

     E.

     TaeLi Yang.

     — ¡Es ella!  —exclamó—. ¡Es TaeLi Yang! ¡El anagrama es su nombre!

     Para el muchacho tenía todo el sentido del mundo así que se limitó a asentir.

     Entraron al sótano tras darle una patada a la puerta. Retrocedieron aterrados al ver a la figura que dentro los esperaba. Ahí se encontraba el profesor  Long. Tenía una soga al cuello y se debatía por evitar que sus pies cayeran de la delgada tabla de madera que lo salvaba de morir estrangulado. Detrás de él, la pared estaba tapizada con fotografías de los alumnos que formaban el Grupo de Excelencia. Cada uno de ellos tenía el rostro tachado con sangre que aún se conservaba fresca. Todos, excepto dos.

     Quedaban dos minutos.

     EunYong prefirió hacer caso omiso a lo que veía y se acercó al panel. Un computador al cual debían introducir la respuesta. Entró el nombre de TaeLi cuando aún quedaba un minuto. Fue en ese momento que la voz distorsionada volvió.

     —La respuesta es… Incorrecta.

     EunYong intentó reclamar en voz alta cuando el cuchillo se hundió en nuca hasta que la punta consiguió salir por su garganta. Cayó inerte al suelo al mismo tiempo que la tabla de madera se partía por la mitad y el cuerpo del profesor Long moría estrangulado a causa de su propio peso.

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