👑 ፧ 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝘀𝗲́𝗶𝘀 • ✦⁾

Hacer galletas no sería tan fácil. O eso pensó Jungwon al ver la receta. 

Si bien la casa les daba la alimentación necesaria, nunca recibían condimentos o ingredientes para ellos poder cocinar por su cuenta. Pero ahora que Jungwon podía salir bastaba con buscar un poco por los alrededores, donde había todo tipo de pequeñas cosechas. 

El problema es que, a diferencia del palacio, ahí no obtenía la harina ya hecha, mucho menos la mantequilla. Todo debía hacerse manualmente. Un trabajo bastante tedioso que no le molestaría hacer si es para Jongseong, a quien por cierto no le va a permitir acompañarlo. 

—Iré a por los ingredientes, tú quédate y haz todo lo que quieras hacer —fueron las palabras de Jungwon antes de salir de la casa, dejándole a Jongseong la hoja con todo lo que escribió la noche anterior. 

Jongseong estaba triste por quedarse solito, pero entendía por qué Jungwon lo hacía. El menor quiere que tuviera un momento a solas para centrarse en sí mismo. Y como no le quedaba de otra, eso haría. 

Tomó el folio escrito y empezó a cumplir eso que tanto tiempo quiso hacer pero que no se había dado cuenta de ello hasta que Jungwon le hizo el interrogatorio. 

La verdad es que no eran cosas complicadas, de hecho son bastante simples y cotidianas, por eso le daba un poco de vergüenza decirlo pensando que Jungwon se burlaría, pero no fue así. Al contrario, lo alentó a intentarlo. Gracias a eso siente que puede hacer todo sin cuestionarse si realmente podía o no. 

Y es así como Jongseong se hizo una corona de flores. Tal vez fuera infantil, pero siempre quiso ponerse una y sentirse lindo, así como hicieron los niños de aquella reunión familiar luego de cocinar galletas. 

Aunque se emocionó un poco, y además de la corona también puso algunos pétalos y plantitas por sus plumas. Si no fuera por su cabello y plumaje oscuros podría lucir como una especie de hada floral. 

Después tomó una manzana del árbol para poder comérsela con tranquilidad mientras daba un tranquilo paseo a pie de vuelta al hogar bajo el agradable sol. Y una vez en casa, se dispuso a dibujar algo, descubriendo que se le daba mejor de lo que esperaba. 

No sabía cuánto tiempo había pasado, se entretuvo mucho intentando dibujar algunos animales, y nada más escuchar la puerta fue rápidamente a recibir a Jungwon, sorprendiéndose al verlo lleno de barro. 

—¿Qué pasó? —preguntó intentando no reír. 

El menor dejaba algunas cosas en el suelo mientras soltaba algunos suspiros cansados—. Digamos que me peleé con una vaca para conseguir leche. 

—¿Y ganaste la batalla? —viendo que Jungwon no respondió, ya no pudo aguantar y dejó salir fuertes carcajadas al imaginarse la situación. 

—No te rías, la vaca me dijo 'Muuu'. No sé que significa pero me miraba tan feo que seguro que fue un insulto —Jungwon lo decía tan ofendido que Jongseong no podía dejar de reír. Realmente no le importaba mucho, pero ver reír al mayor era agradable.

—Apuesto a que te dijo que te ves muy lindo con barro en la cara. 

—No lo sé, pero tú si te ves muy lindo con esas flores~ —aprovechó para halagar la apariencia de Jongseong, quien se ruborizó al haber olvidado quitarse la corona y los pétalos—. Iré a darme una ducha rápida. Si quieres ve preparando algunas cosas. 

Antes de poder decir algo, Jungwon ya se había encerrado en el baño. No sabía muy bien a qué se refería con preparar algo, pero supuso que con el libro de cocina se guiará de alguna forma. 

Y así fue. No se le hizo tan difícil al seguir las indicaciones y logró hacer tanto la mantequilla como harina de almendras. 

—Wow, ¿lo lograste tú solito? Pensé que sería más complicado. Dará para bastantes galletas~ —canturreó un alegre Jungwon recién bañado, con el pijama y la toalla en su  cabello mojado. 

Jongseong se acercó a él para secarle el cabello con cuidado mientras Jungwon revisaba la receta, dándose cuenta de que les faltaba algo.

—¿Tenemos virutas de chocolate? 

—Hay chocolate, pero no en virutas —respondió recordando que había traído bastante hace unos días cuando a ambos se les antojaba algo dulce. 

—Bueno, se puede cortar —Jungwon volteó la cabeza, obligando a Jongseong a apartar la toalla con la que secaba su cabello, y le regaló una amplia sonrisa—. ¿Empezamos? 

—Lo estoy deseando. 

Tras esa afirmación, entre risas y muchas travesuras por parte de ambos, lograron hacer la masa, dividirla en muchos trocitos y colocarlas en la bandeja con formas circulares, aunque algunas quedaron algo deformes pero eso no importaba. Eso sí, ambos acabaron con un poco de harina y chocolate en sus rostros, culpa de una intensa pero sana pelea que Jungwon inició. 

Ahora se encontraban sentados en el suelo, apoyando la espalda en los muebles de la cocina mientras comían el chocolate restante. Debían esperar a que las galletas se hicieran en el horno de piedra. 

—Es más fácil de lo que pensaba —comentó Jongseong. 

Jungwon asintió luego de comer un poco de chocolate—. Deberíamos hacerlas más seguido, es divertido. 

—Por mí no hay problema, pero sería mejor si cierto castaño no desperdiciara tanta harina —bromeó. 

—Oye, ahí ambos tenemos la culpa. 

—Tú empezaste. 

—Tú seguiste. Dos no pelean si uno no quiere. Y por cierto, yo gané~ 

Jongseong frunció el ceño y lo miró incrédulo—. ¿Cómo diablos se sabe quien gana en una guerra de harina? 

El menor sonrió, y en un movimiento rápido le tiró harina a Jongseong. Se la estaba guardando precisamente para esa ocasión, es como su ataque final. 

—Ahora sí, yo gano~ 

Jongseong se sacudió un poco para quitársela—. Tendré que hablar con la vaca para que vuelva a darte otra merecida derrota, Yang —soltó fingiendo enojo, aunque el tono bromista era bastante notorio. 

—No metas a Mumu en esto, Park. 

—¿Mumu? 

—Antes de yo llegar dijo Muuuu Muuuuu, así que se llama Mumu. 

Jongseong rió—. Tu forma de poner nombres es linda, ¿pero por qué no me llamaste Buhuhh en su momento? 

—Créeme que lo pensé, pero Eoduun sonaba mejor. Aunque si me das a elegir prefiero Jongseong —admitió para luego comer otro trozo de chocolate. 

—Me halagas —soltó al aire, y discretamente buscó entrelazar sus dedos con los de Jungwon—. Pero me gustaría que me pusieras algún mote lindo... —murmuró con timidez. 

—Sin problema —respondió feliz por la propuesta—. ¿Qué te parece Seongnnie? Aunque Jay también suena bien... —dirigió su vista hacia los ojos de Jongseong, los cuales lo observaban con cariño. No comprende por qué, pero el corazón de Jungwon se aceleró un poquito—. Q-Quizás use ambos... 

—Perfecto. 

Ninguno se dió cuenta por estar algo perdidos en la mirada del otro, pero una leve y rápida chispita amarilla salió del hermoso collar que Jongseong le había regalado en su cumpleaños. 

De lo que sí se percataron es de esa gran sensación de comodidad que tenían siempre que estaban juntos, pero en ese momento se les hacía incluso más notoria. Probablemente el hecho de que se quedaran en absoluto silencio sin incomodidad alguna era la mejor prueba de ello. 

Aunque este silencio fue interrumpido por Jungwon—. ¿Te diste tus merecidos caprichitos en mi ausencia? 

—Sí —la respuesta se iba a quedar simple, pero al estar medio distraído viendo a Jungwon, sin querer se le escapó decir: —Aunque aún hay algo más que me gustaría hacer... —casi inaudible mientras miraba discretamente esos adorables y tentadores labios que moría por probar. Y los pequeños restos de chocolate que había en ellos solo aumentaban sus ganas.

Jungwon ladeó la cabeza—. ¿Qué es? —preguntó con curiosidad y cierto brillo en sus ojos.

El mayor ya no podía aguantar más. Se dejó llevar por el momento y eliminó toda distancia que había entre él y Jungwon, uniéndolos así en un suave e inocente piquito que tan pronto como terminó hizo que Jongseong casi explotara al percatarse de lo que había dicho y hecho. Sobre todo al ver como el rostro de Jungwon estaba completamente sonrojado pero con una expresión sorprendida. 

Ugh... ¿qué hiciste, Park? Se auto regañó. 

—L-Lo siento, yo... —se apresuró a disculparse a medida que volteaba para ocultar su ruborizado rostro. No encontraba las palabras adecuadas para justificar sus actos sin exponer sus sentimientos, no era el momento adecuado para ello, y se sentía muy pequeño al notar la mirada del menor en su nuca. 

Jungwon no sabe si fue por curiosidad o simplemente por un impulso repentino al ver a Jongseong estando adorablemente ruborizado y nerviosito intentando tapar su rostro con la corona de flores, pero tomó con cuidado las mejillas de Jongseong, haciéndolo quedar de nuevo cara a cara, y esta vez fue él quien eliminó la distancia entre ambos, sorprendiendo al mayor cuando sus labios se fundieron en un cálido y duradero beso sabor chocolate.

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/grita

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