👑 ፧ 𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 • ✦⁾
Jongseong estaba nervioso a más no poder. En el bosque no dejaban de escucharse fuertes sonidos de pisadas fuertes junto a las hojas chocando, pero aún no sabía quién o qué los causaba, y eso lo mantenía con la guardia alta.
Sea lo que sea, no le daba buena espina, incluso si se trataba de algún animal inofensivo, tampoco confiaba, no cuando aquel aullido había sonado alto y claro. Nunca han habido lobos cerca, y sería muy extraño ver uno por ahí, pero aún con el cansancio está completamente seguro de que lo que escuchó no era producto de su imaginación.
Temeroso por encontrarse a dicho animal, movió a Jungwon hacia un lado procurando no molestarlo mucho y se levantó para luego cargarlo como princesa, apretando ligeramente el agarre mientras su ceño se fruncía.
Tenía un mal presentimiento, y su prioridad ahora mismo era llevar al menor a un lugar seguro. Por eso comenzó a dar pasos rápidos de vuelta al hogar, pero estando a solo unos kilómetros de llegar se detuvo.
Un gato ragdoll de grandes ojos avellana se había sentado enfrente de él, como no queriendo dejarle seguir avanzando. Se le veía bastante pequeño, probablemente fuera un cachorro de apenas unas semanas, pero lo que más confundía a Jongseong era el extraño collar de metal que este portaba. Sabía de qué clase de collar se trataba, y eso significa que tiene dueño. Entonces, ¿qué hacía por ahí? ¿El dueño estaba cerca? La idea de que probablemente había un intruso merodeando por el bosque le hacía enojar, sobre todo pensando que si llegaba un poco más tarde quizás Jungwon ya estaría malherido o incluso muerto al ser comida de lobo. De solo imaginarlo se sentía angustiado, y su mandíbula se tensó a la vez que los tendones en sus manos empezaban a marcarse. Cualquier cosa, animal o persona que considere un peligro para Jungwon, incluso si era algo mínimo, automáticamente tenía todo su odio.
De repente, sus plumas volvieron a erizarse cuando escuchó fuertes y veloces pasos a sus espaldas, e hizo un rápido movimiento para esquivar lo que sea que estaba viniendo, aunque no actuó tan rápido y cuando se quiso dar cuenta algo le estaba mordiendo fuertemente el ala.
En vez de asustarse, Jongseong usó toda su fuerza para empujarlo brutalmente con esta, cosa que logró, aunque los dientes del animal se deslizaron por sus plumas, despellejándoselas y causándole un daño mayor. Por la adrenalina del momento no nota dolor alguno a pesar de estar sangrando, pero sabía que el daño no era leve, dolerá bastante una vez se calme.
Ahora separado del animal, lo observó mejor mientras este estaba algo confundido por lo ocurrido. Se trataba de un lobo gris de impresionante tamaño. Jongseong puede jurar que de altura llegaba casi hasta los hombros, y viendo ese gran hocico mostrando las filas de colmillos de manera no muy amistosa, tragó grueso. Definitivamente podía matarlo de un bocado si quisiera, tuvo mucha suerte con que solo su ala izquierda saliera herida, aunque eso ahora le imposibilita volar para huir. Pero lo que más le llamaba la atención es que tenía un collar igual al del gato.
—Jungwon —llamó intentando despertarlo, y aunque este no abría los ojos, entre jadeos soltó un sonido de estar escuchando—. Siento tener que fastidiarte, pero necesito que hagas un esfuerzo por mantenerte de pie —pidió algo apenado mientras lo dejaba con cuidado en el suelo, aún sosteniéndolo fuerte pues nada más los pies de Jungwon tocaron el suelo, comenzaron a temblar incapaces de aguantar su propio peso.
—D-Duele —sollozó el menor.
—Por favor. Hay un lobo detrás mío, y no vino precisamente para ser amigos. No quiero que salgas lastimado...
—¿L-Lobo...? —quería procesar la información, pero una fuerte migraña le hizo llevar su mano hasta la cabeza para sobarla en un desesperado intento por calmar el malestar.
Viendo su estado, Jongseong plantó un rápido beso en su frente y empezó a soltarlo poco a poco para comprobar que se puede mantener de pie.
—Wonnie, debes regresar solo a casa —soltó una vez el mencionado logró tener algo de equilibrio. Sus piernas seguían temblorosas, pero se está esforzando para mantenerse estable.
Jungwon, no estando muy consciente de absolutamente nada, asintió a pesar de apenas haber escuchado sus palabras. Su vista estaba borrosa, su mente no funcionaba, mucho menos sus oídos, todo lo escuchaba lejano y distorsionado. Odia sentirse así, y de verdad que estaba dando todo de sí para intentar estar medianamente bien aunque sea por unos minutos.
El pequeño gatito abrió mucho los ojos al ver la buena relación que tenían. Sintió una extraña admiración hacia el castaño simplemente por la actitud tranquila que tenía con Jongseong. Por eso, lleno de curiosidad, se acercó lentamente a ellos.
Dió un inocente maullido muy bajito, recibiendo la atención de ambos y haciendo que Jongseong se pusiera a la defensiva al verlo cerca.
—¡Aléjate! —exclamó enojado, algo que asustó al pequeño animal, quien bajó tanto las orejas como la cola a medida que retrocedía.
Jungwon le dió un débil golpe en el pecho antes de empezar a caminar con dificultad—. Es solo… un bebé, no le grites —dijo con la respiración entrecortada.
—Perdón... —refunfuñó, pero sus plumas volvieron a erizarse y automáticamente giro para dar un fuerte puñetazo sin esperar darle a nada en específico, aunque logró golpear al lobo que estaba por atacarlo de nuevo, causando que este soltara un quejidito por el golpe. Parece que mi instinto sigue funcionando después de todo, pensó.
Jungwon estaba demasiado concentrado en caminar recto como para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo realmente. Se sentía demasiado mal, su cuerpo era cada vez más pesado y el malestar solo aumentaba. Ni siquiera logró avanzar mucho, pues sus piernas cedieron y cayó de rodillas al suelo. Su cabeza daba vueltas y solo podía escuchar un molesto pitido. Estaba tan fuera de sí que no había notado como el pequeño gato lo seguía y ahora le estaba maullando algo preocupado.
Y mientras él intentaba sobrellevar lo que sea que le estaba ocurriendo, a unos pocos metros se encontraba Park Jongseong mirando amenazantemente al gran canino, quien se le abalanzó nuevamente con la intención de morderlo, pero Jongseong sujetó con fuerza su hocico, sorprendiendo un poco al animal.
—No eres el primer lobo al que me enfrento —alardeó con una sonrisa burlón. Teniéndolo cerca, logró leer su nombre en el collar para luego empujarlo con brusquedad—. Este es mi puto territorio, Kang Taehyun —soltó con un tono de voz inusualmente rudo—. Aún estás a tiempo de irte.
Recién se dió cuenta de que había olvidado ese lado suyo tan agresivo. Tanto tiempo conviviendo con un buen chico como lo es Jungwon le había ablandado bastante, nunca sería así de bruto con el menor y siempre tuvo cuidado de no decir palabrotas enfrente suyo para que no las aprendiera.
Sin embargo, antes de conocerlo era un búho arisco bastante malhumorado que maldecía constantemente y peleaba con todo tipo de animales, viviendo al régimen de esa 'ley del más fuerte' que tanto odia. Aunque no fue de manera voluntaria, lo habían forzado a ese desagradable estilo de vida que alguna vez llegó a normalizar. Y por mucho que odiara esa etapa, le agradaba saber que aún recuerda cómo pelear. Al menos de todo lo malo saca algo bueno, y es la capacidad de proteger al amor de su vida. No dudará en matar al canino si es necesario.
A pesar de haberle dado una oportunidad, el lobo gruñó y esta vez fue más astuto antes de atacar. Básicamente confundió un poco a Jongseong al dar algunas vueltas alrededor para luego abalanzarse de nuevo.
Por suerte, Jongseong fue lo suficientemente rápido como para esquivar, pero las garras del animal rozaron su brazo, causándole un largo pero poco profundo rasguño.
La intensa batalla siguió de manera completamente agresiva. Ninguno se molestó en defenderse, simplemente se centraban en atacar, y es así como cada vez tenían más heridas, algunas severas y otras insignificantes.
Ni Jongseong ni Jungwon se daban cuenta de ello, pero cada vez que Jongseong era mínimamente lastimado, el dolor y malestar del castaño aumentaba hasta el punto de agonizar mientras las lágrimas caían sin cesar.
Jungwon pensaba que moriría ahí mismo. Le frustraba demasiado no saber porqué solo empeoraba en vez de mejorar, se supone que cuando le ocurre se le pasaba rápido. Y mientras tambaleaba su cabeza del mareo, el gatito seguía intentando llamar su atención con lloriqueos, cosa que no logró.
Cuando Jongseong fue fuertemente mordido en el brazo, el dolor de Jungwon volvió a aumentar, pero esta vez su cuerpo cedió y cayó desmayado. Mas no fue por mucho tiempo.
El dije de su collar brilló en un intenso color amarillento, confundiendo al pequeño felino, especialmente cuando vió cómo Jungwon se levantaba del suelo como si nada.
Su cuerpo ahora se sentía extremadamente ligero y ya no tenía dificultad para respirar. De repente empezó a percibir todo en cámara lenta, como si el tiempo a su alrededor se hubiera ralentizado. Vió al gatito mirándolo preocupado, luego volteó tranquilamente para ver como el gran lobo gris estaba en el aire, a punto de arañar a Jongseong, a su querido Jay quién estaba en un estado bastante lastimoso debido a todas sus heridas, pero este seguía manteniendo su filosa y fuerte mirada en el canino, a punto de esquivar sus garras.
Jungwon no podía hablar, tampoco era capaz de controlar sus movimientos, ni siquiera estaba consciente. Se podría considerar una especie de títere movido por quién sabe qué, pero estaba caminando tranquilamente hacia Jongseong mientras se mantenía cabizbajo.
—¿Jungwon? ¡Regresa rápido! —exclamó al verlo, pero el menor no obedeció, simplemente se mantuvo parado demasiado cerca de la pelea, tanto que el lobo lo vió.
Ya que le estaba costando mucho derrotar a Jongseong, el animal cambió de planes y esta vez decidió atacar a Jungwon.
Lo que ocurrió luego fue tan rápido que era difícil de procesar, especialmente para Jongseong.
Desde que vió al lobo corriendo hacia Jungwon, rápidamente se puso delante de él para ser su escudo y recibir el ataque, pero este nunca llegó. En su lugar vió como unas raíces crecieron rápidamente para mantener atrapado al lobo mientras muchas flores empezaban a crecer alrededor.
—¿Q-Qué? —soltó el pelinegro completamente confundido y sorprendido. Rápidamente volteó a ver a Jungwon en busca de una explicación, y lo que vió lo dejó aún más confundido, pero no pudo evitar estar fascinado.
De la espalda de Jungwon crecieron unas hermosas enredaderas; en su cabello se había formado una corona de flores a la vez que algunas pequeñas raíces recorrían sus brazos; sus ojos anteriormente azules ahora brillaban en un hermoso color esmeralda; y todo eso mientras se mantenía completamente tranquilo pero con una mirada llena de superioridad, haciéndolo lucir bastante maduro y extraordinario.
Jongseong estaba tan embobado por verlo así que no pudo decir nada, simplemente observó con detenimiento cómo Jungwon caminaba despacio hacia el lobo, dejando un pequeño rastro de florecitas en cada paso.
—Vete —fue lo único que le dijo al animal luego de que las raíces que lo mantenían encerrado desaparecieran.
Sorpresivamente, el lobo bajó las orejas algo intimidado y acató la orden, desapareciendo rápidamente entre los árboles. El pequeño gato lo siguió a base de saltitos para poder ir rápido, aunque antes de meterse entre los arbustos, volteó para observar por última vez a Jungwon, quien le regaló una débil pero tierna sonrisita.
Jongseong se encontraba patidifuso. ¿Qué diablos estaba pasando y cómo Jungwon había logrado que se rindiera tan rápido? No lo sabe, pero viéndolo tan majestuoso la verdad es que admite que impone bastante. No en el mal sentido, sigue viéndolo adorable, pero tenía una inusual presencia autoritaria que te incitaba a respetarlo.
Si ya pensaba que Jungwon era genial, ahora lo cree el doble, o incluso el triple. Aunque él no se sintiera como un príncipe, Jongseong puede confirmar que definitivamente lo es, pero no por el título que se le fue otorgado al nacer en la realeza, sino porque realmente da las vibras de uno.
Lo estaba admirando tanto que le costó darse cuenta de que Jungwon le tendió la mano, y él la tomó sin dudar. Desde que sus dedos se entrelazaron, Jongseong fue invadido por una gran sensación de alivio, y todas las heridas comenzaron a curarse poco a poco. Su cuerpo ahora se sentía ligero, hasta las plumas que le fueron arrancadas crecieron de nuevo, tan grandes y fuertes como antes.
—¿Cómo lo...? —no pudo terminar de formular la pregunta, estaba tan asombrado que realmente quería decir muchas cosas, pero nada salía.
Jungwon, ahora un poco más consciente, estaba igual o más sorprendido que él—. N-No lo sé.
—¡E-Eso fue increíble! —exclamó con notoria ilusión en sus grandes ojos—. ¿Viste como el lobo se fue nada más se lo pediste? ¿Y-y cómo se curaron mis heridas? ¡Hiciste crecer plantas de la nada! ¿Acaso eres un mago? ¡Qué genial! —Jongseong estaba más emocionado por ese repentino descubrimiento que el mismo Jungwon, y sin querer mencionaba cosas obvias, pero era lindo ver a Park pareciendo un niño pequeño luego de ver algo impresionante.
—Escuchando eso me da a entender que llegué un poco tarde —interrumpió un tercero, haciéndolos voltear y ver que se trataba de Soobin—. Veo que pudieron manejarlo solos, ¿va a ser costumbre sorprenderme cada vez que vengo? —cuestionó divertido.
Aún con la emoción del momento, Jongseong se puso a la defensiva, posicionándose frente a Jungwon por si acaso Soobin hacía algo. Por sus palabras dedujo que sabía algo sobre el lobo, y no descartaba la idea de que fuera suyo.
—¿Se puede saber qué ha pasado y qué es lo que sabes al respecto? —preguntó en un tono bastante brusco.
—En primer lugar, ustedes... —Soobin observó detenidamente el brillante collar de Jungwon para luego llevar su mirada hacia una de las heridas de Jongseong, viendo como esta se curaba al instante sin dejar marca alguna en su piel—...Formalizaron una unión mago-familiar.
—¿Qué diablos significa eso?
—Significa que el príncipe Yang y tú comparten magia.
—¿Cómo es eso pos-
—N-No me encuentro b-bien —la temblorosa voz de Jungwon interrumpió a Jongseong, quien volteó preocupado para verlo tambalearse a medida que todas las flores y raíces desaparecían hasta que ya no había rastro de ellas, momento en el que Jungwon estuvo a punto de caer desmayado al suelo, pero Jongseong fue rápido al tomarlo antes de que se golpeara.
—¿¡Wonnie!? —exclamó alarmado al ver como sangre salía lentamente por su nariz.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top