👑 ፧ 𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗲 • ✦⁾

—Jungwoooon... —los sollozos de Jongseong era lo único que se escuchaba por la habitación. Nada más despertar vió al castaño a su lado completamente despierto y lo primero que hizo fue abrazarlo y llamarlo varias veces entre lágrimas hasta estar seguro de que no era un sueño. Le daba igual si se veía muy patético, no podía controlarlo. 

Al verlo tan afectado, el menor correspondió y aprovechó para acariciar la espalda de Jongseong para intentar hacerle sentir bien. No sabía cómo calmarlo, y no le gustaba verlo así. 

—Estoy bien, perdón por haberte asustado —murmuró con un tono de voz suave. 

Jongseong apretó un poco el abrazo—. P-Pensé que te perdería para siempre... 

—Hey, admito ser débil, pero no tanto. Mira —se separó para levantarse del suelo y dar una vueltita con la intención de que el pelinegro lo viera por completo—. ¡Estoy perfectamente! —exclamó divertido, aunque se había mareado y casi se cae, pero Jongseong se levantó rápido para sostenerlo—. Bueno, aún queda recuperarme un poco —finalizó con una risita mientras se sobaba la cabeza. 

—Wonnie, eres genial, pero no vuelvas a darme esos sustos, por favor. 

—Oye, tú también me asustaste mucho. Ese día acabaste muy herido —Jungwon empezó a subirle las mangas a Jay para revisar un poco que no haya más lesiones por su piel—. ¿Cómo estás? ¿Se te curó todo? No sé cómo lo hice la última vez, pero puedo intentarlo de nuevo si queda alguna herida por tratar.

—¿Uh? Estoy bien, no importa. 

—¡Por supuesto que importa! Además... —miró tímidamente al suelo para luego volver a alzar la cabeza y tomarse el atrevimiento de acercarse a su rostro hasta plantar un tierno y suave beso en la comisura de sus labios—. N-No me gustaría que mi novio estuviera lastimado —murmuró algo avergonzado.

El rubor en el rostro de Jongseong se extendió hasta las orejas. Pensaba que con la conmoción de aquel momento lleno de adrenalina sumado a la fiebre alta creyó que el menor no recordaría todo lo que hablaron anterior al suceso. Bastó con escuchar el 'mi novio' saliendo de su boca refiriéndose a él para que todo el malestar emocional que tenía hasta hace unos minutos fuera reemplazado por una floreciente emoción que le hacía sentir un agradable hormigueo por la barriga. 

—Wonnie es tan lindo que no me puedo resistir —pensó en alto.

—Pues no te resistas —rió viendo como el pelinegro se acercaba peligrosamente a sus labios, pero antes de que estos rozaran, Jungwon lo detuvo con sus dedos—. Primero debes decirme si sigues lastimado.

—Eres cruel… —comentó Jongseong con un tono aniñado para luego suspirar y quitarse la camisa, dejando ver un gran hematoma en su hombro derecho—. Las heridas me las curaste tú, aunque todos los moretones se mantuvieron. A lo largo de estos días fueron desapareciendo, pero ese maldito saco de pulgas me golpeó tan fuerte que este está tardando lo suyo. 

—Oh... —Jungwon se acercó para observar mejor la zona, pasando suavemente la yema de sus dedos procurando no hacerle daño. 

Antes de siquiera pensar en hacer algo, Jongseong le tomó rápidamente la mano para apartarla—. Nada de magia por ahora —demandó suplicante—. No podría aguantar otra semana sin tí... —el tono triste en su voz convenció rápidamente al castaño.

—¿Entonces estás bien con esto? —preguntó para luego dejar un suave besito en el hombro. Es un hábito que se le había quedado desde que el mayor se lastimaba las piernas al no poder caminar bien. 

Jongseong sonrió—. Perfecto —y tras eso empujó a Jungwon, haciéndole caer en la cama para luego ponerse encima—. ¿Ya puedo? —preguntó con desespero tocando el labio inferior de Jungwon. 

Para el castaño era divertido verlo así de desesperado, y realmente habría jugado un poco con su paciencia si no fuera porque también estaba algo desesperado. Por eso, sonrió ampliamente y pasó los brazos alrededor del cuello de Jongseong para atraerlo hasta que sus labios se fusionaron en un tierno beso que pudo haber durado hasta que alguno necesitara aire de no ser porque se escucharon unos golpecitos en la puerta. 

—Disculpe, príncipe Yang, ¿puedo pasar? —se escuchó la voz de Soobin al otro lado de esta. 

Jongseong fue quien se separó abruptamente al escucharlo, dejando ver su rostro enojado por la interrupción, algo que casi le saca una carcajada a Jungwon. 

—Ponte la camisa, anda —demandó el menor entre risitas, y una vez Jongseong volvía a tener el torso cubierto, abrió la puerta para dejar pasar al mago. 

Lo primero que sintió Soobin fue un desagradable escalofrío por su columna vertebral cuando se topó con la filosa mirada de Jongseong. En parte era bueno, quería decir que todo volvió a la normalidad, pero lo notaba más molesto que de costumbre. 

De todos modos lo ignoró para poder tomar toda su valentía y hablarle sin sentirse intimidado. 

—Jongseong, antes le había comentado un poco al príncipe Yang, pero ahora que están despiertos es importante que hablemos —soltó con tanta seriedad que el pelinegro se estaba preocupando un poco—. A partir de hoy deben tener más cuidado.

—¿Cuidadosos en qué sentido? —cuestionó Jongseong.

—En todos. Hicieron una unión sin siquiera saber nada de ello, obviamente no estaban preparados —si bien no era un regaño, los menores lo sintieron como tal. 

—¿Lo sentimos...? —se apresuró a decir Jungwon, aunque más que una disculpa parecía una pregunta. Y no era para menos, no tiene ni idea del tema. 

Jongseong frunció el ceño algo enojado por sentirse regañado injustamente—. Ni siquiera sabemos cómo surgió, tampoco hemos notado nada inusual hasta ese día —defendió.

—Bueno, en verdad... Yo si he notado algo inusual —interrumpió Jungwon, quien volteó a ver al chico búho—. El collar que me diste suele tener ciertas reacciones según tus emociones. 

—¿Q-Qué? —todo su rostro enojado e intimidante que tenía por la presencia de Soobin pasó a estar completamente rojo de vergüenza pensando que tal vez todo este tiempo siempre fue un libro abierto de emociones para Jungwon. ¿Y si también sabe mis pensamientos? Gritó mentalmente alarmado, pues digamos que su imaginación siempre cruzaba esa línea que él aún es incapaz de cruzar, y le avergonzaría demasiado que Jungwon fuera consciente de ello. 

—Jay, simplemente brilla cuando estás feliz, no puedo leerte los pensamientos... —aclaró Jungwon luego de ver la expresión asustada del mayor, quien suspiró aliviado a la vez que miró extrañado al castaño aún algo dudoso. 

—Cuando un familiar le da un obsequio especial al mago es una muestra de confianza, y por ende se inicia el proceso de unión —explicó Soobin en breves palabras—. Es extremadamente difícil llegar a completarlo porque supone lograr una gran afinidad entre ambos, algo que muchos magos se niegan a hacer. 

Jungwon ladeó la cabeza confundido—. ¿Por qué? ¿No se supone que es algo beneficioso? 

Soobin asintió—. Los familiares son símbolo de poder. Al compartir maná entre ambos hace que sus capacidades aumenten bastante. Pero la gente es muy impaciente y codiciosa, son incapaces de esperar a ganarse la confianza de estas criaturas y prefieren optar por algo más... —sus últimas palabras sonaron bajitas, y tuvo que mirar a otro lado para que los menores no vieran su expresión dolida—... Cruel, forzándolos a hacer una falsa unión utilizando- 

—Los malditos collares de sumisión —interrumpió Jongseong casi en un gruñido. Incluso sus plumas estaban erizadas, algo que captó la atención a Jungwon, quien le acarició suavemente las alas para calmarlo, cosa que logró. 

—¿Sabes de eso? —le preguntó una vez vió a Jay completamente relajado y gustoso por las caricias. 

—Por supuesto que sabe. Jongseong solía llevar uno —interrumpió Soobin, haciendo que Jungwon mirara apenado a su pareja—. Así que les felicito por haberlo conseguido de manera natural, y me alegra saber que realmente se volvieron muy cercanos —concluyó con una amable sonrisa. 

—Oh, si tú supieras... —murmuró el pelinegro con picardía, haciendo sonrojar un poco a Jungwon. Ambos sabían que catalogar su relación como 'muy cercanos' se les quedaba corto. 

Como Soobin no llegó a escuchar ese comentario, simplemente siguió hablando como si nada—. Ahora deben estar juntos hasta que aprendan a controlar mejor sus poderes. 

—¿Sus poderes? —repitió Jungwon algo confundido—. ¿En plural?

—Príncipe Yang, Jongseong es humano, pero sigue siendo una criatura mágica. Aunque solo familiares aves y reptiles pueden llegar a dominar algo de magia. Tienen un poder oculto que nunca podrían sacar a relucir sin unirse con un mago. 

—¿Por qué solo aves y reptiles? 

Los ojos de Soobin se abrieron por completo de la emoción, y con varita en mano hizo unos movimientos para mostrar algunas imágenes de acompañamiento para la explicación—. Hace mucho tiempo era común ver a dragones por todos lados, pero con la aparición de la humanidad estos se fueron adaptando, y poco a poco evolucionaron hasta llegar a ser lo que hoy en día son los familiares. Sin embargo, ha pasado tanto tiempo que la genética original de los dragones se- 

—Wonnie, ¿luego te apetece hacer un picnic? —preguntó Jongseong ignorando descaradamente la aburrida explicación del mago. 

—¡Vale! 

—¿Para qué pregunta si luego no me atiende? —lloriqueó el mayor. 

—Perdone, Soobin, es que se ve como una historia muy larga, ¿puede hacer un resumen? 

El mago suspiró rendido—. Las aves y reptiles son los más cercanos a los dragones, y como tal mantienen algo de sus capacidades, entre ellas el poder transformarse en un ser tan mítico como el dragón. Por eso quedan muy pocos y son los más codiciados incluso por quienes no pueden hacer magia, así que cuide bien de Jay. 

Los ojitos de Jungwon brillaron de ilusión mientras observaba con asombro al pelinegro—. ¡No creí que podías ser más extraordinario de lo que ya eras! —exclamó emocionado al imaginarse a Jongseong siendo un gran y fuerte dragón.

Con esas palabras el ego de Jongseong aumentó, pero decidió actuar indiferente para poder controlar un poco el rubor de su rostro. Ya ha mostrado demasiada debilidad ante Soobin, se niega a que este siga viendo su lado más amigable.

Acarició la cabeza de Jungwon para que no malinterpretara su desinterés y volteó en dirección al mago para decir: —No te preocupes, estoy en buenas manos —con brusquedad.

—Tú también tienes que cuidar de Jungwon. 

—Ya lo hacía. 

—Y evitar lastimarte —esta vez Jongseong no pudo refutar nada, sabía cuán descuidado era cuando se trataba de sí mismo—. Jungwon puede sentir parte de tu dolor, o al menos será así hasta que sepan controlarlo. 

El chico búho no le dió importancia a sus palabras hasta que Jungwon, con su usual inocencia y amabilidad, preguntó: —¿Es por eso que me dolía todo cuando el lobo lo estuvo atacando? 

Si Jongseong nunca se preocupó por sus heridas, incluso si eran superficiales, ahora que sabe ese dato estaba extremadamente temeroso por lo que pudiera pasar. Definitivamente tendría más cuidado, principalmente por Jungwon, pero también aprovecharía eso para intentar valorarse un poco más. 

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