👑 ፧ 𝗰𝘂𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝗮 • ✦⁾

—¿Te hicieron algo malo antes de venir a la torre? —cuestionó un preocupado Jungwon cuando Soobin los había dejado solos de nuevo. 

—¿A qué se debe la pregunta? 

—Sabes de esos collares que usaban para forzar la unión, y Soobin dijo que tenías uno. Por como habló de ello, entiendo que no debe ser una experiencia agradable. 

—Fue horrible... —respondió con simpleza. 

Viendo que el mayor estaba cabizbajo y parecía algo evitativo con el tema, Jungwon decidió no indagar más. Por eso simplemente optó por darle un fuerte abrazo con la intención de animarlo. 

—Nunca te haría daño —aclaró muy confiado de sus propias palabras. 

Una sonrisa cariñosa se formó en el rostro de Jongseong—. Lo sé. 

—Ni te obligaría a nada. 

—También lo sé. 

—Mucho menos te usaría como un objeto, premio o mascota. Para mí eres y siempre serás un lindo chico con sentimientos al que apodo cariñosamente como Jay. 

—Jungwon, con decirte que eres lo mejor que me ha pasado es suficiente para que sepas que soy consciente de lo bueno que eres conmigo —rió. 

—Nunca está de más aclararlo. 

—Lo que me gustaría aclarar ahora mismo es eso que dejamos pendiente por la interrupción de Soobin —la voz del mayor sonaba un tanto traviesa mientras daba unos golpecitos en su regazo, indicándole al menor que se sentara ahí. 

Jungwon no pudo evitar soltar una risita para, acto seguido, cumplir esa orden y acomodarse en sus piernas. Al contrario de lo que esperaba, Jongseong solo lo abrazó, apoyando la frente en su hombro y cerrando los ojos para disfrutar de la agradable cercanía. Jungwon se sintió muy cálido por ello, así que aprovechó que el pelinegro estaba cariñoso para mimarlo un poco.

Y mientras los enamorados gozaban de ese pacífico ambiente, Soobin estaba yendo rápidamente en dirección a la barrera que rodeaba toda esa zona, incapaz de tener la tranquilidad de los menores.

Esa barrera la había creado principalmente para que Jungwon no saliera al peligro, pero ahora debía reforzarla por otro motivo, uno aterradoramente grande que lo miraba amenazante al otro lado de esta. 

—Deja de deambular, Kang Taehyun, no te dejaré pasar —avisó el mago al ver los brillantes ojos del gran lobo entre los árboles del otro lado de la barrera.

Con esas palabras, el animal salió de su escondite, y en un abrir y cerrar de ojos se transformó en un chico joven de cabello gris con orejas peludas en su cabeza del mismo color y una cola a sus espaldas completamente inmóvil, muestra de no tener sentimiento alguno. 

—No puedo, debo llevarme a Yang Jungwon —respondió sin sentimiento alguno en su voz.

—No te lo vas a llevar. 

—¿Por qué lo protege? Tiene la sangre de esa arpía. 

—Te puedo asegurar que no tiene nada que ver con ella. 

—Eso no quita que siga siendo un Yang. Y de todos modos se me ordenó regresarlo a palacio, no puedo volver con las manos vacías. 

—Entonces dile que ha muerto. 

—Sabes lo que pasará si descubren que miento... —sus orejas bajaron al decir eso.

—No lo van a saber —un maullido detrás del chico lobo llamó su atención. Y cuando este se giró para tomar en brazos a un gatito bebé, no pudo evitar poner una mueca triste al ver que también tenía un collar de sumisión—. ¿Quién es? 

—El nuevo juguete de la reina. 

—Pero es solo un bebé... 

Taehyun soltó una risita sarcástica—. ¿De verdad te preocupas por eso? Te recuerdo que obligaste a Beomgyu a unirse contigo cuando era un bebé. 

Soobin bajó la cabeza algo nostálgico por la mención de aquel adorable niño  que desgraciadamente hace años que no ha vuelto a ver. 

Beomgyu era su familiar, y al contrario de lo que Taehyun creía, ellos habían logrado tener una unión pura. Siempre amó al pequeño pollito como si de su propio hijo se tratara, pero cosas pasaron, y a pesar de la fuerte unión, se lo arrebataron de manera tan rápida y cruel que se le hacía doloroso. 

—No lo obligué, de verdad trabajé mucho para intentar protegerlo... 

—Mientes —gruñó tan fuerte que el pequeño gatito se asustó, por lo que suspiró rendido e intentó controlar su voz—. Si de verdad hubieras querido protegerlo ahora seguiría vivo. 

—...Tae, Beomgyu no ha muerto. 

—¿No? ¿Entonces dónde diablos está? 

—No lo sé.... 

—Ni te interesa saberlo, porque prefieres cuidar de un princesucho que lo tiene todo y mandarnos a nosotros a la mierda —su tono sonaba tan rudo que el pequeño gatito volvió a asustarse, pero esta vez Taehyun no podía recurrir al autocontrol, así que soltó al gato sin cuidado—. ¡Lárgate, Riki, vuelve ya a casa! —exclamó utilizando sin querer el mismo tono de voz, cosa que hizo al pequeño obedecer al instante, principalmente por temer que el chico lobo cargara su enojo en él. 

Soobin suspiró algo apenado por el pequeño—. Tae, entiendo que estés enfadado, pero créeme que proteger a Jungwon es necesario para encontrar a Beomgyu. Sabes quien es Park Jongseong, ¿verdad? 

—¿El búho que siempre ganaba en las peleas clandestinas? 

—Sí, ese es a quien te enfrentaste hace una semana. 

—¿Qué? —el rostro anteriormente enojado de Taehyun ahora mostraba una mezcla extraña de sorpresa y miedo—. ¿P-Por qué está aquí? 

—Debo admitir que fui muy temerario al dejarlos juntos en el mismo lugar, pero estaba seguro de que Jungwon sería capaz de ablandarlo y así fue... Bueno, solo es agradable con él —lo último lo murmuró más para sí mismo, aunque no podía negar que el trato de Jongseong hacia otros que no fuera Jungwon había mejorado mucho. En cualquier otra situación le habría saltado al cuello, pero esta vez solo se mantuvo viéndolo amenazantemente—. El caso es que ya debes conocer la mala fama de Jongseong, y aún así logró confiar lo suficiente en Jungwon como para formar una unión pura. 

—¿Estamos hablando del mismo Park Jongseong? —preguntó el chico lobo altamente sorprendido e incapaz de creer lo que estaba escuchando. En sus recuerdos vive la imagen de un pequeño búho distante y solitario de fulminante mirada, capaz de matar a un gran oso solo con sus garras. Ahora que sabe que fue él con quien peleó estaba más que agradecido por salir vivo de ahí. 

—Jungwon desprende un aura de inocencia y autoridad que lo hace alguien fácil de confiar. Si logró ablandar a una bestia como Jongseong, estoy seguro de que Jungwon es la clave para mejorar la situación en Daegu y hallar el paradero de Beomgyu. Pero requiere tiempo, y necesito de tu ayuda para que la reina Yang jamás lo encuentre hasta entonces. 

Taehyun dudó por un momento. No confía mucho en Soobin desde la repentina desaparición de Beomgyu, pero notando la confianza en sus palabras junto a su mirada triste y suplicante fue suficiente para convencerlo aunque sea un poco. 

Por eso el chico lobo suspiró algo frustrado—. Está bien... —respondió aún dudoso. 

Soobin sonrió aliviado—. Gracias... 

Y con ello, Taehyun volteó con la intención de irse, pero antes de volver a transformarse en lobo, volvió a mirar al mago—. Este lugar ya no es seguro, ella sabe que está aquí —avisó—. Le diré que ha muerto, así que escóndelo bien —luego de esas palabras, desapareció en el bosque. 

Con ese dato, Soobin se tensó por completo. En parte lo sabía, esa era la razón de su llegada, pero quería mantener al príncipe Yang ahí durante un poco más. En cambio, debido a la delicada situación decidió que ya es hora de darle libertad a Jungwon a pesar de aún no tener su seguridad completamente garantizada.

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