✨PROMESAS✨

   La suave brisa otoñal acaricia mi lánguida faz, pienso en ti amado amante, en ese don que tienes para para llegar, revolverlo todo y luego irte sin más, ahora esa brisa, como una exhalación de la mismísima muerte, se encarga de deshierbar esos sentimientos que tengo por ti, tal vez, fue un soplo de vida, con el propósito divino de sacar chispas de donde solo queda polvo, el polvo de un amor marchito.

   Una hoja revolotea juguetona alrededor de mi campo visual, la sigo con la vista y vi eso que me recordó a ti, me recordó los viejos tiempos, como cuando jugábamos como esos dos niños, que ahora, frente a mi jugaban, provocándome sana envidia, deseando que todo vuelva a ser como antes, como cuando la inocencia nos consumía, como cuando corríamos despreocupados y reíamos felices, sentíamos el mundo a nuestros pies. Ahora todo cambia, se vuelve más difícil y complicado discernir si es amor o un simple capricho lo que por ti siento.

   Sacudo mi cabeza, disuelvo turbiedades, quizás esta sarta de palabrería barata solo sirva para calmar mi alma sedienta de amor, o tal vez sirva para que el magnetismo del amor, te guíe nuevamente a casa, a mis brazos, al lugar de donde nunca debiste haber salido.

   Música. Oh mi querido John, recuerdas cuando tocábamos juntos las más dulces melodías, aquí, en donde hoy me encuentro, alegrábamos a todo ser que por aquí pasaba, nuestras sonatas promovían el amor y todo aquello que daba sentido a nuestras vidas, hoy lo único que escucho es el trinar de las aves, danzo al compás de mis inseguridades con la soledad como espectadora de tan desgarradora escena, pretendiendo que de un momento a otro llegues e ilumines mi vida con tu cándida sonrisa. que eso no pasará, pero quien me quitará el derecho de soñar, eso ni tu me lo puedes arrebatar mi querido John.

   El atardecer da sus últimos destellos, el sol, tal y como tu lo hiciste, se va, me quedé sola, tal y como empecé, no había no un alma en todo el parque, posé mis ojos castaños en las alturas, observé a la luna, tan perfecta y a la vez tan turbia, cómplice de tantos pecados, cómplice del mayor de tus crímenes.

   Sin más resguardo que aquel viejo abrigo que me regalaste un día lejano, emprendo nuevamente mi viaje a casa, con la mirada clavada en el suelo, una vez más, contando mis propios pasos, o quizás, siguiendo tus huellas para algún día poder encontrarte, créeme John Extrañarte es tan solo la promesa implícita de que mis labios volverán a acariciar los tuyos de que el amanecer nos sorprenderá juntos una vez más entre sábanas blancas y rojos pétalos, pensando tan solo en la perfección de nuestros cuerpos en una sincronía celestial.

   Oh mi querido John, como un río fiero, perdiste tu cauce y diste un giro equivocado, pero prometo, ante tanta majestuosidad natural que te encontraré, juro por dios que lo haré y todo volverá a ser como antes. Eso y mucho más te prometo a ti querido John.

  

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