Advertencia: Contenido sexual para mayores de 18 años.

Han pasado cinco meses desde que la ciudad fue inundada por Riddler. Y durante ese tiempo Gotham ha tenido diversos cambios positivos y algunos negativos.

Pero la noticia que ha estado en boca de varios ciudadanos ha sido la reaparición pública del príncipe de Gotham, Bruce Wayne quien ha sido visto ser acompañado del nuevo teniente del departamento de policía Daniel Storm.  

– ¿No eres algo mayor para ser un sugar baby?

– Cállate, Peck – Daniel le arroja una bola de papel a su compañera quien la esquiva sin problemas.

 – ¿Qué? – Se ríe ella – Es una pregunta legítima.

– Déjelo en paz, Detective Peck – James se sienta sobre el escritorio de Daniel – No es su culpa que el príncipe de Gotham este enamorado de este viejo gruñón.

– Los detesto con cada parte de mi ser – murmura Daniel mientras toma su celular, y al revisarlo vio un mensaje de Bruce citándolo a las ocho y media de la noche en el restaurante, The Ritz.

El detective solo responde le mensaje con un okey – Debo irme.

– ¿Asunto policial?

– Personal, hasta mañana.

– ¡Que no te deje agotado, Storm! – le grita Oliva y Daniel solo le responde enseñándole el dedo del medio provocando la risa de la detective y de James.

[ 🦇 ]

Daniel tiene una hora para arreglarse antes de ir a su cita con Bruce Wayne por lo que toma una ducha rápida y se cambia de ropa a algo más cómodo que su usual traje para trabajar.

Y antes de irse coloca un plato comida para Titus en el patio trasero, y cuando está listo para irse se arregla un poco el cabello para verse más relajado.

[ 🦇 ]

Daniel llega al restaurante donde lo cito Bruce, y ve que el lugar es un lugar muy elegante pero al mismo tiempo tiene un aspecto intimo que alegra a Daniel ya que a él no le agrada la idea de llamar la atención y no quiere ver su rostro de nuevo en portadas de revistas o en la pantalla de las noticias.

Ingresa al lugar y la anfitriona del lugar le pregunta por el nombre de la reservación, y cuando Daniel se lo proporciona, ella lo guía a una mesa que se encuentra en una zona alejada del resto.

Y Daniel nota que Bruce ya se encuentra esperándolo – Hola.

– Por lo visto llegaste antes – Daniel toma asiento frente al otro – Hola.

Una mesera llega a la mesa de ellos, y toma sus pedidos y les deja una pequeña canasta de pan junto con dos vasos de agua antes de irse.

– ¿Cómo te ha ido con ese nuevo villano? – Pregunta murmurando Daniel – ¿Se hace llamar Mad hatter?

Bruce asiente mientras bebe un poco de agua – Es algo molesto pero nada que no pueda resolver – y el joven deja el vaso sobre la mesa – ¿Y a ustedes como les está va resolviendo ese nuevo y misterioso robo al banco?

– Sin comentarios, chico listo.

Bruce se ríe ante el apodo que le puso Daniel – Vamos, Storm – susurra Bruce – Puede que les ayude a obtener más pistas si me dejan entrar al caso.

– Lo siento, pero no.

– ¿Y si logro convencerte?

Daniel levanta una ceja interesado en el tono seductor que usa Bruce – ¿Y cómo planeas convencerme?

– Tengo mis métodos.

[ 🦇 ]

En la torre Wayne solo se encuentran Bruce y Daniel, ya que Bruce llamo a Alfred para decirle que Doris y él tienen toda la noche libre.

En estos momentos Bruce se encuentra jadeando el nombre de Daniel, mientras que el otro lo empuja con fuerzas contra una de las paredes de la habitación del joven y Daniel besa los labios de Bruce con un gran hambre.

Y luego de varios minutos de estar besándose, Daniel guía a Bruce a la enorme cama que tiene la habitación.

Daniel se sienta sobre la cama y toma a Bruce de la cintra – No tienes una idea de cómo deseo sentir tu piel contra la mía.

La respuesta de Bruce es comenzar a desabrocharse la camisa de forma algo torpe pero sin dejar de ver a los ojos a Daniel quien le ayuda con los botones que no logra desabrochar de forma correcta.

Daniel tira la camisa de Bruce al suelo, y comienza a besar el torso expuesto del otro y dejando pequeñas mordidas sobre la piel de Bruce, quien suelta pequeños jadeos ante la acción de Daniel.

Las manos de Daniel bajan al cinturón de Bruce desabrochándolo lentamente, y ve en los ojos del joven una desesperación por la actitud de Daniel – Se paciente, querido.

Daniel desabrocha el pantalón de Bruce y de igual forma lo va bajando lentamente junto con la ropa interior. Luego de que Bruce se encuentra completamente desnudo frente a Daniel este empuja levemente a Bruce para contemplar su cuerpo unos instantes.

– ¿No te vas a quitar tu ropa?

– Por el momento – sonríe Daniel – Quiero disfrutar de la vista frente a mí.

Daniel se levanta de la cama, y se arrodilla frente a Bruce quien suelta un suave jadeo ante la vista que tiene del otro hombre. Daniel agarra el pene semi erecto de Bruce para comenzar a masturbarlo con un ritmo lento pero conforme los gemidos del otro se vuelven más fuertes, Daniel va aumentando el ritmo.

Cuando el pene de Bruce está completamente erecto, Daniel lo introduce por completo en su boca. Las manos de Bruce se colocan sobre el cabello de Daniel y el joven es quien guía a Daniel.

– No sabes – susurra entre jadeo Bruce – Como adoro tus labios.

Bruce empuja la cabeza de Daniel con un poco más de fuerza al frente para darle más profundidad, y a pesar de que se escuchan leves arcadas, Daniel no se aleja ni retrocede en su lugar da fuertes exhalaciones por la nariz.

Y las estocadas de Bruce se vuelven más fuertes, y luego de varios minutos Bruce llega al orgasmo y se derrama en la boca de Daniel quien se lo traga sin problema.

Las manos de Bruce abandona la cabeza de Daniel, quien mira con una sonrisa coqueta al joven mientras se levanta de donde estaba.

– Acuéstate boca abajo, y con las piernas extendidas, Bruce.

El nombrado hace inmediatamente lo que Daniel le ordena, y el otro hombre empieza a quitarse la ropa contemplando unos instantes la posición en que se encuentra Bruce Wayne.

– ¿Dónde está el lubricante?

– En el primer cajón de la mesa de noche.

Daniel camina hasta ella y encuentra la pequeña botella que busca, y cierra con fuerza el cajón para provocar un como al otro quien de inmediato voltea a verlo.

– La cara viendo a la pared, Bruce – y el nombrado obedece.

Daniel camina unos pasos hasta volver a la cama, y pone un poco de lubricante en una sus manos, y con la otra levanta un poco el trasero de Bruce.

Y comienza introduciendo un dedo, y lo mueve lentamente y Daniel disfruta de los jadeo que salen de Bruce. Luego de unos minutos introduce un segundo dedo, y comienza a moverlos con algo de fuerza, y el joven comienza a murmurar que necesita que Daniel este dentro de él.

Pero Daniel se niega ante las suplicas de Bruce pero en su lugar introduce un tercer dedo, lo cual provoca que Bruce comience a gemir el nombre de Daniel de forma desesperada.

– Por lo visto – murmura con una gran sonrisa Daniel – Alguien ya está listo.

Daniel retira las dedos del interior de Bruce, y vuelve a agarrar la botella de lubricante y pone una cantidad más grande sobre sus manos para luego masturbar su pene un poco, y luego lo guía al interior de Bruce.

Las escotadas de Daniel comienzan siendo lentas y tranquilas pero el ritmo va aumentando gradualmente. Bruce agarra la con gran fuerza la colcha mientras sus jadeos van siendo más fuertes.

Daniel se inclina un poco más hasta el oído del joven – Bruce, gira tu rostro hacia mí.

El nombrado lo hace, y Daniel comienza besar sus mejillas con mucho cariño y luego besa sus labios de forma sucia provocando que los gemidos de Bruce incrementen.

Daniel se aleja unos instantes de Bruce para luego tomarlo de la cintura, y Daniel se lanza al colchón acostado boca arriba. Y Bruce se sienta sobre el otro para luego tomar el pene de Daniel y lo vuelve a introducir en su interior.

Las caderas Bruce se mueven rápidamente, y el único sonido de la habitación son los gemidos de ambos junto con sus pieles chocando.

Después de un par de estocadas más ambos hombres llegan al orgasmo, y Daniel toma uno de los brazos de Bruce para abrazarlo unos instantes mientas vuelve a besarlo.

– ¿Me dejaras entrar al caso del banco? – susurra divertido Bruce.

– Lo pensare – dice Daniel entre besos – Pero ahora solo quiero descansar un momento.