Pasaron aproximadamente 5 años desde que el pequeño aiden llegó a aquel sitio.

El esperaba a su ¿hermano?, una estación de gasolina el cual debes en cuando le regalaba algo de comer, ese era el sitio donde se encontraba, ese día no fue una excepción, mientras comía galletas con leche, Cooper estaba llegando, ese día Cooper encontró una muñeca, de porcelana, su cara era un poco amarilla, pero sus cachetes rosados hacían que esto no fuese notorio, con pelo rosa y un traje negro.

-Aiden, llegue- Cooper se sienta en la banca que se encontraba alado de la de Aiden.

-ya era hora- aiden mira la muñeca que tenia cooper en la mano -que es eso-

-una muñeca, la conseguí para ti- dice dandole la muñeca.

-hola soy huggles, me darías un abrazo- dice la muñeca

-¿que te parece?, ¿te gusta?-pregunta cooper

- me encanta- dice aiden dejando su comida de lado

Desde ese día aiden solo habla con esa muñeca

-oye huggles como me quedo- dice aiden enseñando un dibujo

-me gusta- dice huggles

-si, pero ¿le falta algo?- aiden comienza a dibujar-listo

El dibujo era el, junto a huggles

-me gusta mas así- dice huggles en señal de aprobación

-a mi también- dice aiden tomando a huggles

Cooper miraba como es que aiden hablaba con una muñeca que lo unico que hacía era decir "dame un abrazo" "te quiero" mi nombre es huggles" pero, al parecer para aiden decía mas cosas, siempre que Cooper le preguntaba que decía la muñeca, aiden le decía algo diferente, cuando algo se rompía aiden culpaba a la muñeca, como si en la imaginación de Aiden la muñeca tuviera vida propia, posiblemente por su falta de socializar o de hablar con otras personas.