Detenido en México uno de los pederastas más buscados por el FBI (en 2008)

Las autoridades mexicanas detuvieron este viernes al estadounidense Jon Savarino Schillaci, de 36 años, acusado de pederastia y pornografía infantil y que figuraba en la lista de los diez criminales más buscados por el FBI. Según informaba el diario «El Universal» en su edición digital, a Savarino, un experto en informática, se le vincula con la producción de al menos el 20 por ciento de la pornografía infantil que circula por internet.

Jon Savarino, prófugo de la justicia norteamericana desde hace casi nueve años, fue detenido el jueves en San José de Gracias (Michoacán), donde residía desde hace seis.

Savarino, que también se hacía llamar Dylan Natchitoches Pierce y Erick Anderson Lowell, está considerado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) como un peligroso delincuente, que tiene en su haber varios cargos por abuso infantil.

«Su captura y su transferencia a custodia estadounidense significa que, una vez más, México ha demostrado que no será un refugio para criminales», reconoció el embajador de Estados Unidos en el país, Antonio Garza.

Jon Savarino fue arrestado en 1989, cuando tenía 17 años, por mantener relaciones sexuales con dos niños de 11 años y filmarlas. Por esta causa estuvo preso durante un decenio en un penal de Texas. Desde allí intercambió correspondencia con una familia de Deerfield (New Hampshire), que lo recibió en 1999 tras su liberación.

Esta buena gente le facilitó un lugar donde vivir, para que pudiera estudiar y comenzar una nueva vida. Mientras, el criminal abusaba de uno de sus hijos, de 5 años. Tras ser denunciado, Savarino se escapó del país y finalmente buscó refugio en México, donde se estima que seguía colocando pornografía infantil en la red.

En total, el pederasta se enfrenta a 23 acusaciones; entre ellas, fuga ilegal para evitar enjuiciamiento, agresión sexual criminal agravada y tenencia de pornografía infantil. Su ficha policial lo describe como una persona culta, especialista en computadoras, con dos licenciaturas en Humanidades y Literatura y que habla español, francés y alemán, además de inglés.

El FBI ofrecía una recompensa de 100.000 dólares (más de 60.000 euros) por su captura.