Única Parte.
El carmesí es mi color favorito por muchas razones.
Es el color de los bellos atardeceres en la costa, de los rosales que reinan en nuestro jardín, de los bellos tulipanes que florecieron cuando te conocí, de aquella sortija que te di para consertar nuestro compromiso.
Pero sobre todo, me gusta el color carmesi por ser aquel que nunca falta en tu guardarropa y resalta tu blanca piel, el color de tus mejillas cuando te avergüenzas de cosas pequeñas, es el color de tus suaves labios que siempre están curvados en una sonrisa, también es el color de la sangre y de...
Tu corazón.
Hace años que ya estamos juntos, cada día a sido mágico y lleno de romance, pero hoy estando en el jardín completamente solo y con el corazón destrozado lloro mi desgracia pues comprobé que tu ya no me amabas.
Esta bella noche de luna creciente, con la oscuridad de esta como mi aliada y las estrellas como mis espectadoras silenciosas logre comprobar que tu ya no me amabas.
Llegue a casa tarde en la noche, la casa sin una luz encendida ni tu bella presencia esperándome solo me alentó a que cumpliera mis planes, por lo que entre a nuestro cuarto tal y como entra la oscuridad, te observe por varios minutos admirando tu belleza, aun negándose a que no me amabas.
Con todo el amor que te tenia cubrí tus mejillas sonrosadas con mis manos, mi tacto era frío por lo que tu empezaste a reaccionar, tus párpados temblaron ligeramente para posteriormente mostrarme aquellos orbes negros que tanto me enloquecian, tu mirada timida y curiosa se posó en mi algo somnolienta.
Sonreí cuando me acariciarte la mejilla como comprobando que realmente era yo, te susurre unas cuantas palabras dulces al oído con la esperanza de que volvieras a los brazos de morfeo.
Sonreíste comprensiva cuando entendiste mi mensaje y solo te levantaste levemente para darme un corto beso casto.
-Te amo- susurraste mientras volvías a recostarte, y casi inmediatamente volviste a perderte en el mundo de los sueños con un rostro sonriente.
Te mire de nueva cuenta hechizado por tu exquisita belleza, pues eras de cuerpo delgado, tu piel blanca cual porcelana, y tu cabello castaño más suave que la propia seda, sonreí soñador pensado en lo afortunado que era de tenerte.
Te volví a besar con amor y cariño, demostrando te en ese tacto todo lo que te amaba.
Pero yo quería que tu lo hicieras, que me mostrarás que tu amor por mi era tan fuerte como lo decias ante todos, que tu corazón realmente me pertenecía solo a mi.
Y ante la mirada expectante de la luna y los astros por fin saque el regalo que traía para ti, una bella y pequeña navaja de plata adornada con gemas, que había conseguido solo para esta ocasión.
Emocionado por saber cuanto me amabas sin tambalear más la clave directamente en tu garganta, tu abriste los ojos de golpe y me miraste, pero antes de que dijeras algo aquel líquido carmesí que tanto quería ver empezó a inundar tu boca y cuello, e inmediatamente callaste y dejaste de moverte tras un rato.
Estaba maravillado ante ti, el carmin había adornado tus labios haciéndoles más apetecibles para mi, tu piel se torno más blanca, eras una preciosa muñeca solo para mi.
¿Tanto así me amabas?
Sonreí pero no había terminado mi búsqueda pues aun faltaba comprobar tus palabras.
Pero en cuanto te toque quede horrorizado.
Tus bellos labios carmin ahora era fríos y secos, no derrochaban calor y pasión como solían hacerlo, tu piel blanca había adquirido un tono transparente y era fría, tiesa, tanto que ya no deseaba tocarla.
Pero te amaba y así te aceptaría.
Comencé a investigar tus palabras y descubrí que siempre me habías mentido, que sólo fueron palabras vanas son sentido.
"Yo respiro solo para amarte" habías dicho.
Vil mentira pues ahora no me dabas esos tiernos suspiros de siempre, y tus pulmones solo resbalaban entre mis dedos escurriendo más líquido carmesí dejándome una sensación de asco.
Tus manos frías ya no me tocaban.
Tu cuerpo ya no me daba calor.
Ya no me decias palabras bellas.
Ya no reaccionabas a mis susurros.
Tus ojos ya no me veían con esa luz de amor que antes tenias, ahora eran solo dos cuencas negras vacías, opacas, sin mostraré ningún sentimiento.
Pero cuando tome entre mis manos aquel tesoro que estaba buscando, me dio demasiada tristeza.
Mis lágrimas cristalinas salieron sin mi permiso, comprendiendo la dura verdad de nuestro amor.
¿De verdad me amas?
Eso fue lo que me preguntaba al iniciar todo, pero me daba cuenta que no, no me amabas y eso fue un golpe para mi.
"MI corazón late solo por ti"
Mentiras, blasfemias.
Porque tu corazón no latía para mi, de hecho, entre mis dedos no latía, y era solo una abominable masa rosada y carmin.
Te mire nuevamente esta vez con tristeza y con enfado mientras lanzaba tu corazón lejos de mi vista, dolido y roto por haber descubierto que no me amabas como dijiste.
Ahora aquí en nuestro jardín, admirando el bello amanecer mientras veo las flores entre mis manos manchadas de tu sangre es que lo comprendí.
Nunca me amaste y esa era la cruel realidad.
Perdona que te haya amado tan locamente.
------------------
Aquí la escritora solo para decir....
Ni yo se que escribí.
Espero les aya gustado XD
Déjenme su comentario.
Su estrellita.
Y nos vemos en la proxima.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top