Más que Azulada Sangre y Gélido Metal
...En otras noticias, el grupo revolucionario androide 'We live!' fue atacado durante esta tarde. La operación 'Shutdown', a cargo del Capitán de la policía Rick Groover, fue ejecutada por un grupo militar especializado en combate y explosivos. El enfrentamiento tuvo lugar a las afueras de la ciudad, más específicamente, en una vieja embarcación abandonada a las orillas del muelle 'Ruth'.
Entre los objetos hallados en la escena se encuentran: planos quemados de la embarcación, algunas ropas de niño y adulto, piezas mecánicas de androides y grandes cantidades de suministros de 'sangre azul' o bio-componentes. Las autoridades declaran que no ha sido encontrado el cuerpo del androide MN-600, quien se presume fue el primer 'corrupto' y el líder de esta organización. Sin embargo, afirman haber abatido a todos los demás allí refugiados...
El androide habría sido asignado al detective Gibbs como compañero de campo y detective consultor en investigaciones de casos activos. Meses después de su integro, fue llevado a reparación a la empresa TECHLIFE al recibir un disparo. El 28 de mayo del presente año, desapareció. Jhon Miller, trabajador de la empresa televisiva SEA, reconoció haberlo visto vistiendo una gabardina gris meses atrás.
-Él se acercó a dos androides de servicio tocándoles los hombros. Ellos parpadearon varias veces antes de soltar las escobas y caminar tras él. También, recuerdo que su mano ya no tenía el recubrimiento de piel; se veía metálica, lisa y blanca'-
Las autoridades han prometido continuar con la búsqueda exhaustiva de este androide para proteger a la ciudadanía de un futuro resurgimiento rebelde...
En cuánto terminé de escuchar, no lo creí. Sabía que eras demasiado listo como para acabar de esa manera, hojalata. Todo el tiempo repitiéndome el mal que le haría a mi colesterol una simple hamburguesa, calculando trayectorias de balas o recreando las escenas de los crímenes con solo verlas, descubriendo al responsable casi al instante.
Era simplemente imposible... Hasta que ese maldito camión llegó...
La comisaría era un caos. Muchos oficiales corrían hacia la salida, volviendo a entrar con grandes sacos manchados de azul sobre sus brazos. Seguí con la mirada a cada uno, perdiéndoles cuando cruzaban el umbral de la puerta que llevaba hasta evidencias, o aquella que daba hacía el basurero del edificio. La curiosidad me carcomía, pero, ya sabes. No era factible hacer algo hasta que el lugar estuviera más calmado y despejado.
Me mantuve sentado en mi escritorio por varias horas, simulando estar trabajando en algún caso. Ambos sabemos que eso no se me da nada mal; hasta que no noté que alguno más saliera de allí. Me levanté, caminando hasta la puerta. El latir de mi corazón se aceleraba a cada paso, mientras que en mi mente me repetía que todo debía ser mentira. Continúe hasta ver una de las salas, aún iluminada debido al reciente uso. Aceleré el paso y, finalmente, entré.
Lo primero que ví fue el corto camino de pequeñas manchas azules sobre el blanco y liso suelo. Siguiéndolo, llegué hasta su origen: cables y tubos cortados del que caen gotas del mismo color. Continúe, notando trozos de tela con hoyos causados por quemaduras, de los que se podía ver partes de piel, pero también de una superficie blanca con abolladuras y trozos metálicos incrustados. Parecía que también emanaba líquido de ellos. Un muy mal presentimiento me azotó en ese momento, al verme en la necesidad de continuar subiendo. Desearía, por primera vez, que mis instintos se hubieran equivocado, pero no fue así... En cuanto levanté más el rostro, noté una desordenada y sucia cabellera negra apuntando hacia el suelo. A un costado, la blanca marca de MN-600, se veía perfectamente bordada sobre, lo que pude identificar, como una grisácea chaqueta de tela. Me quedé estático, atinando sólo a detallar la figura frente a mí; reconociéndola y tratando de aceptar la cruel realidad. Allí, frente a mí, colgado en la pared cual vil trofeo... Estabas tú...
Me acerqué lentamente en cuanto recobré un poco el sentido, empezando a mencionar tú nombre en búsqueda de que despertarás o dieras alguna señal de vida. Tomé tú cabeza en mis manos, levantándola rápidamente. Un par de lo que creía eran escombros, cayeron de las negras hebras. Comencé a examinar tu rostro y... Dios... la pupila izquierda se había tornado gris, el azulado iris era más opaco y la parte derecha de tu rostro estaba completamente negra, destrozada. Lo único que veía era el pequeño punto de luz azul en donde debía estar el ojo derecho.
No podía creerlo... Todo parecía irreal, una pesadilla de la que solo quieres despertar...
Tragué fuertemente en un intento por pasar el gran nudo en mi garganta. La fuerte sensación de vacío se instaló en mi pecho, haciéndome apretar las manos sobre tus mejillas, clavando mis uñas en la simulada y fría piel sintética, mientras bajaba lentamente el rostro hasta posar la coronilla sobre tu pecho. Noté como lo único que había quedado de tu cuerpo era el torso y brazo izquierdo. El otro parecía haber sido arrancado, dejando solo un par de cables al descubierto. De repente, algo afilado y frío se posó sobre mi brazo derecho.
-Teniente...-. Te escuché decir distorsionada y gravemente.
Levanté el rostro sorprendido, notando el leve movimiento del tuyo casi al instante.
-Lo lamento, teniente. No creo poder ser capaz de protegerlo de una bala nuevamente-. Mencionaste risueñamente a lo que solo pude limitarme a bajar las manos sin mencionar palabra.
-Quizá... sólo llegue a ser devuelto a TECHLIFE como objeto de estudio... querrán saber cómo pude convertirme en corrupto...Teniente, debe evitar que eso ocurra. Por ello, le pido que le brinde a mi gente la libertad y felicidad que anhelan y merecen... Queremos vivir sin abusos, sin muerte, sin dolor...-
La metálica mano se dirigió directamente hacia el lado izquierdo de tu sien, de donde el led que te hacía diferente, brillaba en un tenue rojo. Lo retiraste haciendo un poco de fuerza, ofreciéndomelo sobre la blanca palma.
-Contiene... todas mis memorias... Todo lo que he visto... Entrégueselo a... Lisa y Mark... Ellos sabrán qué hacer...- Ví el pequeño círculo de color azul por unos segundos antes de tomarlo, colocándolo en una corta cuerda que tenía, creando una especie de collar. Me lo coloqué inmediatamente. Así no lo perdería tan fácilmente. Al regresar mi vista a tu rostro, veía como, cada vez, te era más difícil mantener los ojos abiertos. Sin embargo, una pequeña sonrisa cansada se mantenía sobre él.
-Esta... es el arma... que podrá terminar... con esta guerra... Sólo pedimos libertad... Permítales encontrarla... así como usted... me lo permitió...- Los párpados finalmente caen. No obstante, tu cabeza y labios se mantuvieron en alto.
En ese momento, no hice más que agachar el rostro, voltear y empezar a caminar en total silencio hacia la salida de esa maldita sala.
Era un hecho... Te habías ido.
No perdí el tiempo. Comencé a ver cada base de datos que teníamos tratando de encontrar a esos dos androides sin siquiera una foto, modelo o número de serie. Busqué y busqué sin mucho éxito hasta que, semanas después, con las ojeras más negras que podrías haber visto, los ví. Ingresé colocando mis claves, viendo tu archivo policial desplegarse casi de inmediato, con el gran sello rojo de 'eliminado' justo sobre tu foto. Junto a ella, las fotos de los modelos AK-300 y TL-100, una chica y un chico, también estaban, pero sin un simple sello. Bingo. Tomé las seriales para descubrir su ubicación, encontrándolos ocultos en una estación de tren subterránea abandonada, casi a las afueras de la ciudad. Descargué la dirección en el celular, me levanté, tomando mi chaqueta y las llaves del coche en el proceso, antes de salir corriendo de la comisaría.
La oscuridad total había caído sobre el cielo para el momento en que llegué. La linterna parecía emanar un rayo aún más pequeño de lo normal. Aún así, este viejo policía logró atravesar los escombros y estructuras dañadas. Terminé caminando por el túnel, siguiendo las vías hasta un gran hoyo en las paredes internas del que emanaba una fuerte luz. Crucé sin pensarlo mucho, dándole un descanso al pobre aparato en mis manos. Los potentes focos del lugar eran más que suficiente para ayudarme a ver. Por cierto, parecía un completo búnker. Había pancartas con mensajes en negro, cajas de suministros TECHLIFE y piezas de repuesto. Bueno, de lo que pude observar antes de escuchar el típico seguro de un arma siendo desactivado a mis espaldas. Para que sepas, no hice nada estúpido. Levanté las manos, me giré lo más lento posible y, a que no adivinas a quién me encontré. Al tal Mark empuñando el cañón hacía mí con Lisa detrás suya. Ah... Esa imagen junto a la tuya, jamás podrán borrarse de mi memoria. Parecían solo dos adolescentes asustados de ser regañados por haber hecho alguna tontería. En un principio, ellos lograron reconocerme como el humano al que te habían asignado. Sin embargo, Mark desvió la mirada hacia mi cuello.
-¿¡De dónde sacaste eso!? ¿¡Qué fue lo que le hiciste!? ¿¡Dónde está él!?-. Gritó, apuntándome aún más firmemente.
Por supuesto, no buscaba hacerles daño, así que solo les conté la verdad mientras dejaba mi arma en el suelo, a un costado de mis pies. A medida que contaba todo lo que te había sucedido y la información que había logrado recolectar y escuchar, ví como los ojos de Lisa se cristalizaban, mientras me quitaba el collar lentamente para entregárselo a Mark. Sus led oscilaban entre los colores amarillo y rojo. Me recriminarías el haberles puesto en ese estado de estrés, pero bien sabías que ocultar la verdad es algo aún peor. No hubo más que silencio por un tiempo hasta que el chico comenzó a bajar el arma lentamente, lo que me llevó a bajar los brazos y a tomar de nuevo mi arma, guardándola tras mi espalda. Ellos sólo se quedaron completamente estáticos. Tenían la mirada baja. En cuanto pensaba hablarles, volvieron a verme.
-Gracias por decírnoslo... Supongo que... si él te dió esto, eres el único en el que podemos confiar-. Fue lo último que mencionó antes de voltear hacia una computadora puesta sobre una de las cajas, que no había alcanzado a ver antes. Tomó tú led y lo insertó a un costado de ella. En un instante, la típica pantalla con una barra verde fluorescente brillante aparece, teniendo arriba un porcentaje en números blancos.
Y todo eso para llegar a este momento. Ambos están a punto de realizar una transmisión en vivo con los vídeos y la información en sólo un par de minutos. ¡Je! En definitiva, habrá un caos aquí por el revuelo de la opinión pública, así que... será mejor que me vaya ahora. Aparte, un cambio histórico no se ve todos los días. Quiero encontrarme con esos mocosos en la primera fila.
Descansa en paz, amigo mío.... Lo has hecho bien. Ahora, es nuestro turno de traer la 'corrupción' al mundo.
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