20. Tú eres el hombre, pero yo tengo el poder.

Little Mix - Power (1:12 - 2:02)

Me levanto de la manta en la que estamos acostados y miro a Landon, quien está mirando hacia el horizonte en silencio, mientras los dedos de sus pies juegan con la arena de la playa.

Ha estado muy callado estos días. Más retraído y diferente a la persona que era antes de ir a la universidad, lo cual entiendo, las personas cambian con el tiempo. No somos los mismos que éramos hace un minuto. Es comprensible. Pero hay algo en su actitud que me tiene preocupada, Aurora dice que solo estoy exagerando y que todo está bien.

—Te vas a meter en tantos problemas por traernos hasta aquí —murmuro con una sonrisa, con toda la intención de romper el silencio entre nosotros.

Se ríe, es una risa fresca y simple. Me gusta escucharlo reír y ver la forma en que sus ojos se arrugan a los costados.

No sonríe o ríe mucho estos días.

—Vaya, esa estrella se está moviendo muy rápido —le digo y señaló el cielo con un dedo.

Sonríe un poco más y mira hacia el cielo.

—Es una estrella fugaz, pide un deseo, Lu.

Es tonto, ninguno de los dos está en edad de creer en aquello, pero entonces veo la forma en la que Landon me mira, su sonrisa y me encuentro cerrando los ojos y pidiendo un deseo.

—Deseo que todo lo malo se detenga.

Abro los ojos y me encuentro con su mirada.

—Puede que no se cumpla —le digo—, ya que lo pedí en voz alta.

—No, solo debemos trabajar un poco más para cumplirlo.

La palabra en plural no pasa desapercibida para ninguno de los dos.

—Ya he empezado a diseñar la fortaleza que construiré para ti dónde estarás a salvo y nadie más te podrá lastimar, Lu.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Te extraño, hermano...

Pero ya no eres él.

Y dudo que lo vuelvas a ser.

Oh, mi dulce hermanita —me dijo Landon en algún momento de la semana, he olvidado el día, aunque no creo que sea importante—. Desde el principio yo siempre tuve el control de todo. Soy el Rey del tablero.

Nunca me molestó del todo, el cómo mi hermano creía que estaba un paso por delante de mí en cada cosa que hacíamos, que no había algo en lo que yo lo pudiera superar.

De niña, me encontraba siguiéndolo a todos lados; siempre medio paso detrás de él. Admirando como, siendo tan joven, podía controlar una habitación llena de gente, la forma en que no se intimidaba ante nadie, incluido nuestro padre, a quien le hacía frente e impedía que me lastime.

Mamá cuida de Aurora, yo cuidaré de ti —solía decirme y yo le creía.

Confiaba en él.

Por años, Landon fue todo lo que tuve. Es por eso que, incluso con todo lo que ya ha hecho, me encontraba buscando razones para perdonarlo, intentando ver al hermano que era.

—Párate un poco más a mi derecha, Lu y un paso más atrás de mí.

Es la manera sutil que tiene de recordarme mi lugar.

Ni siquiera lo miro mientras hago lo que me dice, siendo cegada por el flash de la cámara.

¿Cuánto más va a durar esta sección de fotos?

—Yo mismo elegí la temática de la foto. Muy apropiado. ¿Verdad?

Abre los brazos y señala el enorme y brillante tablero de ajedrez sobre el que estamos parados. Detrás de nosotros hay enormes piezas blancas y negras con decoraciones doradas simulando oro.

Landon vendría a simular al Rey del tablero y yo a la Reina.

—Mamá me contó que fuiste a visitarla está mañana.

—No por voluntad propia. ¿Y a qué viene la pregunta?

—Curiosidad hermana, eso es todo.

Me sonríe y mi mente regresa a la visita que le hice a mi madre.

—Te invité aquí para jugar, no para que pierdas mi tiempo con tus cavilaciones.

Mis ojos van del tablero hacia mí madre.

Le dedico una sonrisa y hago mi siguiente movimiento.

—Jaque mate.

Le hago un gesto con la mano y ella lo ignora, eligiendo volver acomodar las piezas en el tablero.

—Dime, Luna, ¿por qué sigues aquí?

—¿A qué te refieres, madre?

Sonríe, de esa forma que me da a entender que no está de humor para mis evasivas.

Quiere respuestas directas que yo no le daré.

—Cuando hablamos estabas rota y herida por la traición de tu hermano. Tan patética. Escuché que querías irte lejos, evadir la situación. Correr como una cobarde. Aunque lo entiendo, estabas tan devastada y molesta cuando tuviste que renunciar a tus tontos sueños de bailar ballet por ser parte del negocio familiar y estabas tan empeñada en irte lejos, pero aquí estas. Así que asumo que estas planeando algo. ¿Debería preocuparme?

—No. ¿Qué podría hacer, madre? Por el momento estoy encargándome de la nueva empresa que adquirí, la que pertenecía a la familia de William. Tengo planeado cambiarle el nombre a Luna.

—Buena elección de nombre, que terrible justificación a la pregunta que te hice. Ambas sabemos que gestionar lo referente a esa empresa podrías hacerlo desde donde quisieras. Por eso te vuelvo a preguntar. ¿Qué sigues haciendo aquí?

Fue justamente Landon quien me enseñó a jugar ajedrez. Le tomó todo un día, pero recuerdo como tiré su alfil del tablero y Landon sonrió. Y después de tres partidas más, logré ganar y Landon me compró mi helado favorito para celebrar.

—Me alegra que estés aquí, Lu.

—¿De verdad?

Sonríe.

—Sí, hermanita, lo sabes, ¿no? Qué tú eres mi persona favorita y lo más importante para mí.

Se gira hacia mí y tira de mi nariz con una sonrisa burlona. Al retirar la mano, saca su pulgar y lo mueve.

—Te pillé, hermana.

Solía hacer mucho eso cuando era niña porque yo tenía el mal hábito de ir a la terraza en la noche a contar los días que nadie me ha amado y él me encontró una de esas noches; trajo un frasco de galletas y un poco de leche para los dos. Esa noche él fingió que me había robado la nariz, moviendo su pulgar entre sus dedos y manteniéndolo lejos de mi alcance.

No ha hecho aquello en años, al menos no desde que se fue a la universidad y el gesto solo me recuerda todo lo que él ha cambiado. La forma en que ya no somos quienes éramos.

—¿A dónde quieres ir, Lu? —me pregunta una vez que la sesión de fotos finaliza— Te llevaré a dónde quieras. ¿Tal vez al país de Nunca Jamás?

Murmura que no tiene que ir a la oficina, sobre todo, porque aún no es oficialmente de nuevo CEO, pero que no pasa de esta semana. Qué tiene todo solucionado.

Estoy por responder que no, cuando me giro y veo algo en su rostro que me hace detener. Ya no parece tan mayor, tan distante como suele lucir.

Por primera vez, me siento como la hermana mayor.

—Que dices, Lu. ¿Vienes conmigo al país de Nunca Jamás?

Estira su mano y yo la tomo con un suspiro.

—Solo vale la pena si tú también vienes, hermanita. Me aburriría de todo si no pudiera luchar junto a ti contra los piratas.

Deja un beso en mi cabeza y me vuelve a sonreír.

Y por un pequeño atisbo de tiempo, uno muy, pero muy pequeño, mi hermano mayor reaparece. No dura mucho, pero está ahí, el Landon que solía ser.

No es él —me grita mi mente—. Él ya no existe.

Pero tal vez...

—Vamos a dar una vuelta y...

Su teléfono suena, veo el cambio de expresión en su rostro al ver el número y la forma en que todo su comportamiento cambia al atender la llamada.

Todo en él se oscurece.

No hay líneas en su rostro que indiquen algún cambio, pero, de todos modos, puedo verlo porque lo conozco muy bien y me siento, de nuevo, muy alejada de mi hermano. Hay una distancia que antes de que él tome la dirección de las empresas no estaba ahí. En la actualidad, no importa que tan cerca este de él, seguimos a millas de distancia. Alejándonos cada vez más y más.

—... ¡¿Acaso no entiendes la orden que estoy dando?!

Desde hace unos años para acá, suelen haber momentos donde se pone así; furioso y un poco obsesivo.

Pero nunca antes he sentido miedo. Hasta ahora, aunque no por mí. Al ver en vivo y directo la forma en que despotrica con tanta virulencia. Al verlo, me pregunto, ¿quién es este hombre y dónde está mi hermano? Landon tira de su cabello una vez que la llamada termina y lo observo, de manera pensativa y algo perturbada, como pasa a mi lado sin mirarme y simplemente se va.

—¿Alguna vez te asustó? —pregunta Donovan, quien se ha parado detrás de mí, listo para defenderme.

Es tan lamentable que este así para defenderme de mi hermano. Mi propio hermano.

¿Cómo llegamos hasta aquí?

Mi hermano se ha ido —pienso—. Es peor de lo que suena porque realmente no ha ido a ninguna parte, pero ya no está y eso es simplemente desgarrador.

—Sí, pero no por lo que piensas.

Recuerdo cuando leí los informes de las cosas horribles que él había hecho durante años, justo debajo de mis narices. Me senté sola en mi ático a pensar en todo aquello. En cómo, mientras yo estaba a junto a él, mi hermano estaba pensando en genocidio, armas, en aumentar su ego, y en volverse loco de poder y odio.

—No sucedió de la noche a la mañana —finalizo, aunque es algo que aún me cuesta aceptar.

Miro la pulsera alrededor de mi muñeca, fue un regalo que Landon me dio por mi duodécimo cumpleaños, un guiño al último año en el que podría ir a Nunca Jamás.

Es un poco absurdo, pero me pregunto si tal vez mi hermano fue ahí, aunque lo dudo, porque me prometió que me llevaría con él.

Mi hermano simplemente se ha ido y no va a regresar. Tengo que dejar de esperarlo, de buscarlo y de tener esperanzas. Incluso aunque sea una de las cosas más difíciles que he hecho. Pero es difícil renunciar a él porque no es cualquier persona, es mi hermano. La única persona que me amado.

—Se que no esperabas que me quede a tu lado —me dice una vez que estamos en mi auto—. Después de todo, no dejabas de pedirme que me vaya.

—Pero te quedaste.

—Porque te conozco lo suficiente como para saber que no esperabas que me quede, pero querías que lo haga. ¿O me equivoco?

Nuestras miradas se encuentran por el espejo retrovisor y niego con la cabeza. No murmuro nada por miedo a revelar exactamente cuánto quería que él se quede.

—Bien, porque quiero quedarme aquí y asegurarme de que estás bien.

—¿Esa es la única razón?

—No.

Mi corazón se acelera de nuevo, estoy empezando a odiar está reacción que Donovan tiene en mí. Estás emociones son tan extrañas que ni siquiera puedo discernir como debo expresarlas o incluso que significan.

Y hay algo en ellas que me hacen sentir que es mi obligación mantener a Donovan lo más lejos posible de mi oscuridad autodestructiva; puede que necesite ayuda o incluso que la haya buscado, pero eso no significa que he dejado de ser una bomba de tiempo esperando explotar y llevarme a cualquier que se encuentre cerca.

—Gracias por quedarte, pero sabes que puedes irte en cualquier momento, Donovan. Jamás te reprocharía el que te vayas. Estaré bien, soy como un gato, siempre caigo de pie.

Estoy tratando de arreglar tantas cosas en mi vida y lo último que necesito es agregar otra persona y sus emociones a esta farsa de ecuación. Mis propias emociones son lo suficientemente desafiantes, ¿por qué debería agregar más?

—Y, ¿Donovan? Gracias por ayudarme con este asunto en particular. La información que me diste fue demasiado útil.

—Cualquier cosa por ti.

Le dedico una sonrisa recordando como llegó ese día a mi apartamento con información sobre cada uno de los miembros de la junta directiva para que yo la utilice como mejor me convenga. También se había reunido con Gala para coordinar todo.

¿Sabes lo peligroso que es esto? Estás personas son muy poderosas y peligrosas. ¿Por qué te arriesgarías de esta manera? —le pregunté.

Por ti, cualquier cosa —fue su respuesta.

Me dijo que había personas importantes que le debían un par de favores y que, con ayuda de Pascal, el esposo de Aurora, pudo conseguir el resto de información que yo podría necesitar.

—Me quedaré afuera de la oficina —me informa después de abrir la puerta de mi auto en el estacionamiento privado de las empresas Sinclair.

Me quito las gafas oscuras y tarareo en señal de afirmación.

Cuadro los hombros y levanto la barbilla antes de entrar al edificio, caminando con aplomo y seguridad. Sintiéndome como lo que soy, la jefa de aquí. Mi asistente se une a mí en el elevador hacia el último piso y me pone al día de todo lo que ha sucedido en mi ausencia, me informa que ha realizado un resumen y lo ha dejado en mi escritorio para que lo lea.

—Gracias, Betty.

—Me alegra que este de regreso, señorita Sinclair.

Le dedico una media sonrisa.

—A mí también me alegra haber regresado.

Estaba tan enojada cuando me dieron la posesión de las Empresas, pero hice todo lo que pude y más para limpiar la reputación que nos dejó Landon.

Y aquí estoy, haciéndolo de nuevo. Todo por culpa de mi hermano.

—¿Qué estás haciendo aquí, hermana? Creo recordar que te despedí —es lo primero que me dice Landon cuando entra en mi oficina.

—¿Necesito recordarte que soy dueña de la mayoría de estas empresas? Cómo directora ejecutiva y CEO todavía tengo el control total de estas empresas, hermano. Y se lo que piensas, pero incluso con tus chantajes, los demás miembros de la junta directiva estarían muy dispuestos a deshacerse de todas tus acciones a la vez. Cómo moscas en un basurero. Cómo creo que sabes, eso podría afectar y casi destruir en definitiva las empresas a los ojos de los inversores y ya sabes lo que sucede en esas situaciones. No me hagas llegar a esas instancias, hermano. Por qué, de ser necesario, lo haré.

El Rey es la pieza que representa al jugador en el tablero, y la meta de cada jugador es capturar al Rey del oponente, pero también, es la pieza más débil del tablero, pudiendo moverse solo una casilla cada vez y en cualquier dirección. La Reina, por el contrario, es la pieza más valiosa y la única pieza que puede moverse por el tablero en cualquier dirección y por cualquier distancia.

¿Cómo Landon olvidó algo tan básico?

—Luna, sea lo que sea esto, detente ahora. No empieces algo que no podrás manejar y en lo cual jamás, incluso con tus mejores intentos, saldrás victoriosa.

Cuando Landon me mira, puedo reconocer la mirada en sus ojos y se me hiela la sangre al ver las similitudes entre él y nuestro padre.

Son como dos gotas de agua. ¿Siempre lo fueron y solo ahora me estoy dando cuenta?

—No lo harías —se burla—. Jamás irías contra mí, me amas, soy tu hermano.

—Sí, te amo y sí, eres mi hermano, pero ya no eres mi responsabilidad, Landon.

—Detente y piensa en lo que podrías lograr juntos, hermana. Piénsalo. Nosotros contra el mundo.

Me duele. Toda esta situación me está destrozando, porque incluso con todo lo que él ha hecho, a pesar de su crueldad y manipulación, a pesar de todo el dolor que me ha causado... Es mi hermano, la persona que me enseñó a jugar ajedrez y jugó conmigo durante horas sin quejarse. Para mí, sigue siendo la persona que me recordaba que me ama y que me repetía que soy su familia y persona favorita.

Aún es mi hermano mayor.

Y todavía lo amo.

—¿Nosotros? —me burlo— Mentiroso. Esto es sobre ti. Todo esto siempre fue sobre ti por tu megalomanía. No te importo y no te dejaré quedarte con mis empresas. Mías. ¿O acaso olvidaste que tú mismo me las diste? Y es mi nombre el que está en esa puerta arriba de las palabras CEO. Yo soy la dueña y jefa aquí, y será mejor que te hagas la idea.

—Luna...

—Deberías irte antes de que llame a seguridad y haga que te echen de aquí. Pero, no te preocupes, hermano, nada de este es personal. Son solo negocios. Recuerda que te amo y que eres mi favorito.

En unas rápidas zancadas rodea el escritorio y jala mi silla para colocar sus manos en mis antebrazos y pararme. Me sacude con sus ojos ardiendo de ira.

—¡¿Cómo te atreves?! —explota, mostrándome sus verdaderos colores, dejando caer por completo la máscara y falsa actitud de amor y preocupación hacia mí.

Retrocedo de manera involuntaria mientras él grita a centímetros de mi rostro. Rugiendo en mi cara todo su odio.

—¡Te lo di todo! ¡Todo! ¡¿Y así me pagas?! No eres nada sin mí, no tienes a nadie si me pierdes. ¡Por años dejé a un lado mis propios objetivos por ti! Y, ¿para qué? Si no vales nada —susurra esa última parte en mi oído—. Voy a quedarme aquí y verte fracasar y que te des cuenta que mi camino ¡Es el único camino! ¡Soy el único aquí que tiene razón! ¡Solo yo!

Dicen que "la Reina protege al Rey" porque la Reina es una pieza muy importante en el juego y se puede movilizar muy fácilmente. Por lo tanto, se usa para proteger al Rey de los ataques, y por años, eso es lo que hizo Landon. Por ese mismo motivo fue que me puso como CEO para protegerse.

Me aparto de él y llamo al equipo de seguridad de las empresas.

—Esto no ha terminado, hermana.

Lo sé.

Solo acabamos de empezar.

—No tienes a nadie. ¿De verdad quieres perder a la única persona que le importas? ¿La única persona que te ama?

Estoy tan cansada y parece que no puedo evitar los desastres que vienen hacia mí, como olas golpeando una roca, solo que yo no soy tan fuerte y a veces, la fuerza de las olas me arrastra mar adentro y mis brazos cansados se quieren rendir y dejar de nadar.

—Me vienes a sacar en cara todos los errores que he cometido, hermana, pero, ¿por qué no me mencionas o recuerdas todo lo que he hecho por ti?

Da unos pasos hacia mí y retrocedo, pero él logra alcanzarme y lleva sus manos hacia mi rostro.

—No hay nadie más aquí que importe, Lu. Solo somos tú y yo. Nadie más importa excepto nosotros. Podemos tenerlo todo. Eres fuerte, inteligente y despiadada cuando debes serlo. ¿Acaso no lo ves, hermana? Eres más oscura y estás más jodida de lo que crees. Eres como yo.

Deja caer su frente contra la mía y yo cierro los ojos con fuerza.

Al abrirlos aparto sus manos y me alejo.

—No somos iguales y nunca lo seremos, Landon y lo sabes. Desde que te convertiste en esta persona, es algo que has sabido, por eso te alejaste de mí, porque no soy como tú. Crees que soy débil, patética y que solo sirvo para ser tu marioneta, pero te equivocas.

—¿Vas a perder el tiempo demostrándome que me equivoco?

Niego con la cabeza.

—No veo el sentido de seguir perdiendo mi tiempo contigo. Lo que piensas de mí, me da igual. ¿Por qué debería importarme la opinión de alguien como tú?

Las puertas se abren y el equipo de seguridad entra, Donovan se queda a un lado y deja que los demás se acerquen y rodeen a Landon, quien ni siquiera los mira, porque su mirada está fija en mí.

—Tienes prohibido el ingreso, uso o toma de decisiones de cualquier empresa Sinclair o asociadas, si incumples con aquello, me veré en la obligación de tomar medidas legales. No dejaré que mis empresas sigan asociadas a tus crímenes.

Landon no dice nada, solo se ríe.

—Por favor, escóltenlo fuera de mis empresas.

Mi hermana sonríe y levanta las manos en señal de rendición.

—Me voy, pero esto no ha terminado. Ya vendrás a mí llorando cuando te des cuenta de que no tienes a nadie, hermana. Estaré esperando cuando decidas regresar, Lu.

—Nunca he tenido a nadie, Landon. Tú, fuiste solo una ilusión.

—Me aseguraré de que ardas en el infierno después de esto —espeta en dirección a Donovan y luego me dedica una fría mirada—. ¡No eres nadie sin mí!

—Te esquivas, soy quien soy, a pesar de ti. A pesar de todos ustedes.

Me quito la pulsera y se la lanzo contra su pecho.

—Y la próxima vez que amenaces a mi prometido, me aseguraré de recordarte lo buena Sinclair que puedo ser.

Mira a pulsera en su mano y la guarda en su bolsillo mientras es escoltado fuera de mi oficina.

Suelto un largo suspiro.

—Él se equivoca, lo sabes, ¿verdad? No estas sola, Lu.

Estira su mano en busca de la mía y entrelaza nuestros dedos.

—¿Te tengo a ti?

—Siempre, Lu. Me quedaré a tu lado hasta que quieras mantenerme junto a ti. 

«¿Y si lo quiero a mi lado por un tiempo muy, pero muy largo?»

Aunque no me atrevo hacer la pregunta, por ahora, esto es suficiente.

—Tú también me tienes, Donovan.

«Aunque las relaciones humanas pueden parecer caóticas y difíciles de entender, algunas personas argumentan que todavía están gobernadas por ciertas reglas o patrones subyacentes, similares a los sistemas caóticos deterministas en la física. Sin embargo, estos patrones pueden ser difíciles de discernir debido a la complejidad del comportamiento humano».

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top