🎨 7 🎨
🎨 «Descubiertos» 🎨
La atmósfera que reinaba en el apartamento, no podría ser más distinta de lo que sucedía en el exterior y es que, mientras la nieve se encargaba de tapizar todo a su paso y por aquí y por allá, quedaba claro que las personas hacía rato que se hubieran ido a dormir, en el interior de aquella casita parecía como si el día anterior todavía no hubiera terminado, pues no cabía duda que las personas que le ocupaban se hallaban, ambos, más que despiertos.
— ¡Yah, lo estás haciendo de nuevo! — gruñó Luhan, sin poder evitarlo, la siguiente vez que atrapó a su novio alterando la posición.
Debía haberse vuelto loco al pedirle que modelara para él luego de haber hecho el amor, pero si acaso Sehun se sentía cansado o le molestaba la idea de posar para un retrato en lugar de recostarse, cerrar los ojos y dedicarse a dormir, el rubio no lo externó. Al contrario, ni bien advirtió en sus ojos el deseo que sentía por dibujarlo, Sehun accedió a ser su modelo, obedeciendo sin rechistar a cada instrucción que recibió, luego de ello.
Siendo el artista apasionado que era, Luhan le hizo vestirse con nada más que los tejanos que él mismo le había sacado y apenas le tuvo en condiciones para modelar, le invitó a tumbarse a orillas de la cama, donde Sehun adoptó una posición inclinada, que ocultaba parte del rostro entre sus brazos y remarcaba las líneas de su abdomen, las de los bíceps y los firmes nudos en sus hombros.
Obligando a su mente a no distraerse con el increíble modelo frente a sus ojos, el castaño bocetó los primeros trazos casi sin levantar la vista del papel, hasta que fue momento de capturar los detalles más pequeños y entonces, Luhan casi sucumbió a arrojar la libreta al otro lado de la habitación, pues la mirada intensa que el otro le dedicaba no hacía más que resquebrajar sus defensas y provocar que un cortocircuito atacara su sistema nervioso.
En un intento por sobreponerse al efecto que Sehun desataba en su interior, el castaño hizo tocar la última lista de reproducción en su móvil, las melodías de su grupo favorito invadiendo el apartamento, al volumen perfecto para reemplazar el silencio sin temor a que sus vecinos despertaran molestos por el ruido. Pero si acaso pensó que aquello facilitaría su labor, Luhan definitivamente se equivocó.
— Lo siento — se disculpó Sehun, sin que la sonrisa en sus labios se disipara del todo — Pero es tu culpa, tanta belleza me distrae y termino moviéndome —
— ¿Belleza, cuál? — Luhan se mofó, devolviendo su atención al cuaderno entre sus manos — Venga, casi termino, sólo dame unos minutos —
Asintiendo con la cabeza, Sehun se obligó a serenarse y recuperar la posición original. No era la primera vez que modelaba, así que conocía los tiempos y la cantidad de energía que el ejercicio demandaba, sin mencionar que al ser un fanático de los desnudos, Sehun solía ser exigente con los modelos que retrataba, por lo que entendía la frustración que su novio sentía cuando él variaba, aunque mínimamente, su postura y expresión.
El problema, por más que Luhan se negara a admitirlo, era que el artista tampoco estaba siendo justo con él, ocupando aquella silla en la que no parecía costarle ningún esfuerzo el mantener la posición de indio, de modo que sus piernas cruzadas exhibían sin reservas toda la piel que el castaño no se había molestado en ocultar al vestir sólo con la camiseta del menor, cuyo largo alcanzaba a cubrir menos de lo necesario para su estabilidad mental y hormonal.
Lo peor, sin embargo, era lo que el mayor le provocaba en los instantes en que se distraía y comenzaba a tararear.
¿Cómo podía no caer en la cuenta de la imagen que le regalaba? ¿Cómo podía permanecer tan ajeno a sí mismo, que ignoraba del todo el sinfín de emociones que le estaba provocando?
Luciendo tan expuesto, tan natural, Luhan había tomado asiento en aquella silla para dibujarlo a él, pero era Sehun quien estuviera presenciando la única pieza de arte digna de admirar en la habitación, pues sin dudarlo, no debía existir nada más increíble que un chico enamorado al que nada le impedía mostrarse tal cuál era frente al hombre que agotaría sus suspiros sólo contemplando su imagen.
— Bien, todavía hacen falta algunos retoques, pero dudo que vayas a resistir mucho más y, lo admito, me está pasando factura esto de dibujar tan entrada la madrugada — suspiró Luhan, poco más tarde, ocupándose de guardar el material que había estado utilizando.
Sehun quiso recriminarle el que no le mostrara su dibujo antes de ocultarlo, pero apenas advirtió al castaño trepando en la cama, yendo a gatas donde él, toda su atención se centró en recibirlo y sumergirse en el embrujo que lo envolvía cuando le tenía tan cerca. No tardaron mucho en desnudarse y meterse bajo las sábanas, todas sus energías agotadas, como para repetir el encuentro de hacía un rato o reparar en el hecho de que ninguno había programado la alarma.
🎨
— A la mierda todo — espetó Baekhyun, sin vacilación, al tiempo que tiraba de los guantes en sus manos y se dedicaba a golpear con fuerza la puerta frente a ellos — ¡Luhan! ¡Sé que estás ahí, así que abre la maldita puerta y déjanos entrar! ¡Joder, que se nos está congelando el culo aquí afuera! —
Tras él, Minseok hundió la barbilla dentro de su bufanda, preguntándose si Baekhyun realmente creía que su amigo se encontraba en casa, pues nada en los diez minutos que llevaban ahí plantados parecía indicar que Luhan estuviera en su apartamento, del mismo modo en que se hubiera ausentando de su turno en el restaurante y las clases de esa mañana. ¿Dónde podía estar y por qué no le había avisado a sus mejores amigos, quiénes se morían de la preocupación?
— Bueno pues, o este se murió o sólo no le importa que nos quedemos sin dedos de tanto golpear a su puerta — se quejó Baekhyun, rindiéndose en lo que hacía. En su sitio, Minseok ya había vuelto a marcar el número del ciervo — ¿Sigue sin responder? —
— Sí, y ya ni siquiera da tono. ¿Crees que lo habrá apagado a propósito? —
— Pues si no fue así, mejor que le hayan abducido los alienígenas, porque si está vivo e ileso, va a tener que-
Antes de que una nueva amenaza pudiera salir de su boca, la puerta a sus espaldas se abrió de improviso, revelando a la última persona a la que ninguno de ellos habría esperado encontrar al buscar a su amigo. Alto, rubio y semidesnudo, parecía como si el chico acabara de despertar, lo que era imposible pues hacía rato desde que el reloj hubiera marcado las tres. No obstante, también debía ser imposible que Oh Sehun abriera la puerta de aquel apartamento.
— ¿Saben acaso lo que es un timbre? — preguntó el rubio, frotándose los ojos — Un poco más y podrían haberme desgarrado los oídos con sus gritos —
— L-Lo siento, yo...— titubeó Baekhyun.
No podía evitarlo, pues algo le decía que aquello era una horrible broma. En caso de que no lo fuera, ¿sería posible que tanto él como Minseok, estuvieran teniendo la misma pesadilla? ¿En qué bizarro universo la presencia de Oh Sehun en casa de Luhan podía ser normal, o si quiera posible?
— Como sea, pasen y no hagan ruido. Mi chico sigue dormido —
Sin más que decir, el rubio se apartó del camino, devolviéndose al interior con la comodidad de quien sabe que se encuentra en casa. Fuera, Minseok lo siguió con la mirada, intentando procesar el que un chico como ese estuviera deambulando tan campantemente en la casa de su amigo, vistiendo solo un ajustado bóxer negro y exhibiendo aquella amplia espalda, donde un par de marcas rojizas hacían parecer como si Sehun hubiera tenido una noche de sexo desenfrenado.
— ¿No creerás que ese haya abducido a nuestro ciervo, verdad? — murmuró Baek, a su lado, tan aterrado como Minseok, al caer en la cuenta de los rasguños en la piel del rubio — ¿Debería llamar a Yeol? —
Negando con la cabeza, Minseok inhaló profundo, antes de tomar su mano y obligarlo a ingresar al apartamento. Dentro, el aire frio que la nevada había dejado, parecía extinguirse entre la calidez de los muros y lo acogedor del sitio, lo que rechazaba la idea de que algún ataque o pelea hubiera tenido lugar en las últimas horas. Entonces, ¿eso significaba que Luhan...?
— Despierta, ciervito, tienes visitas — susurró Sehun, a orillas de la cama, inclinado sobre el pequeño cuerpo que se apretujaba contra las almohadas.
Había tenido la decencia de coger unos pantalones para cubrir parte de su desnudez, aunque su espalda y las marcas en esta todavía se hallaban expuestas. Desde la sala, contemplando el cuadro donde un conocido casanova se dedicaba a repartir mimos y sonrisas a un soñoliento ciervo, Baekhyun y Minseok estuvieron a punto de desmayarse, todavía sin dar crédito a lo que sus ojos veían.
— C-Cinco minutos más, Hunnie — rogó Luhan, sus labios curvándose de aquella forma adorable que tanto le gustaba al menor.
No podía negarlo y es que, la idea de interrumpir el descanso de su chico sólo porque sus amigos hubieran ido a buscarlo, era algo que a Sehun no le agradaba, no obstante, dejar que los otros siguieran montando un espectáculo frente a la puerta o encararlos y enviarlos lejos sin importarle quienes fueran, eran cosas que no podía considerar si no quería hacer enfadar a Luhan, por lo que hacerlos pasar y despertar al castaño era su única opción.
— Lo haría sin problema, hyung, pero como dije antes, tienes visitas — apremió, entonces, sin que sus palabras llegaran a calar en el mayor.
Ignorando cualquier cosa que no fuese la necesidad de comenzar el día con los labios de Sehun devorando los suyos, Luhan se las ingenió para hacer inclinar un poco más a su novio, las manos contrarias deslizándose pronto sobre su cintura y sus bocas encontrándose en aquel íntimo ritual que ya tenían más que ensayado.
Entonces, Sehun le ayudó a incorporarse, su cuerpo impidiendo la visión del ciervo desnudo entre sus brazos, de modo que cuando Luhan abrió los ojos y se apartó, sonriéndole dulcemente, lo único que los chicos a mitad de la sala pudieron observar fue la cabecita castaña que no demoró mucho en advertir sus presencias. Ahí, imitando a las caricaturas, Baekhyun y Minseok acababan de entrar en estado de shock.
— Te dije que tenías visitas, ¿no, hyung? — se mofó Sehun, sin poder evitarlo.
🎨
Visitar el club «Lotto», la misma noche en que su DJ estrella se retiraba, no había sido la mejor de sus ideas. En su defensa, Sehun había olvidado por completo la agenda que sus sitios favoritos habían programado, como si las semanas que llevaba lejos de los bares y clubes se hubieran encargado de borrar toda esa información, reemplazándola por los horarios de Music Bank, Inkigayo y todo aquel programa de variedad en el que INFINITE participara.
«¿Qué cara pondrán esos dos cuando se enteren de que soy el novio mandilón y no la bestia en que me han tenido durante todo este tiempo?» se preguntó, recordando las expresiones que esa tarde ocupaban los rostros de Baekhyun y Minseok.
Por más divertido que le pareciera el advertirlos en estado shock, luego de su espectáculo de buenos días, Sehun debía admitir que sus defensas habían temblado ligeramente al ver las miradas que le dedicaron cuando, contra todo pronóstico y total naturalidad, su bonito ciervo los enfrentó diciendo que: «Yah, quiten esas caras. Nadie me obligó a hacer nada, en todo caso, es bien normal que folle con mi novio».
A pesar de la amenaza que venía implícita en su silencio, Sehun no podía evitar alegrarse por darse cuenta de la clase de amigos que su chico tenía, pues no cabía duda que tanto Baekhyun como Minseok se preocupaban y protegían al castaño, igual que si fuese un valioso tesoro. Teniendo en mente que habría mucho que decir entre ellos, el rubio no tardó en despedirse, pensando en ir a su casa y regresar donde Luhan, con cena incluida.
No había recorrido la mitad del trayecto de su apartamento al restaurante japonés, cuando la llamada de Jongin le hizo cambiar de dirección, las emoción del moreno casi rompiéndole los oídos pues tal parecía que su amigo acababa de conseguir que Kyung Soo aceptara darle una oportunidad a su relación. Algo que Sehun creía increíble, pues las citas a escondidas que mantenían, comenzaban a aburrir a los amigos de Kim.
— ¿Cómo es que siempre superas mis expectativas? Cuando pedí una buena noche, no creí que obtendría algo tan increíble —
Una sonrisa arrogante se dibujó en sus labios al escucharlo, no pudiendo creer la tan mala suerte que tenía para ir a encontrarse con su última conquista, la única noche que decidía reunirse con su mejor amigo en el mismo club donde Sehun había puesto fin a su aventura con Choi Minki. Volviéndose para encararlo, el rubio encontró pronto la mirada atrevida y la sonrisa lujuriosa que el otro le dedicaba.
No había cambiado desde su último encuentro, o al menos, Sehun estaba seguro que Minki ignoraría todo lo que era diferente en su vida desde la vez que se reunieron en ese mismo lugar, pues para el de cabellos caramelo, no debía ser posible que sus ojos brillantes y esos labios rosados ya no provocaran en lo más mínimo al hombre frente a él. Aunque, claro, las cosas entre ellos solían ir y venir, igual que un sube y baja en un parque infantil.
— Tampoco es que tus expectativas sean tan altas — se mofó el rubio, sin piedad, terminando de un sorbo el trago que había ordenado mientras esperaba a Jongin. Minki se acercó un poco más.
— No es mi culpa que tú hayas dejado la vara tan alta. ¿Cómo encuentro a alguien igual, si el último en imponer marca fuiste tú? —
Acariciándole el brazo por encima de la camiseta de manga larga, Minki pensó que incluso si el rubio se mostraba reacio a aceptarlo, al final, las barreras caerían, el deseo conduciéndolos a terminar follando como desesperados. Contrario a lo que todos parecían creer, su historia no era tan breve y superficial como la de todos esos chicos con los que Sehun se había enrollado y es que, a diferencia de ellos, Minki había sido la primera vez.
Ocurrió durante el festival de primavera que su instituto organizó, cuando ambos terminaron siendo asignados para encargarse de la limpieza del gimnasio. Sehun se mantenía reacio a admitir su orientación sexual, por aquel entonces, de modo que Minki le ayudó a escapar del armario, luego de haberse besuqueado y manoseado en el diminuto cuartito donde la profe de deportes guardaba sus materiales.
El encuentro se repitió de nuevo, esta vez en casa de Minki, convirtiéndose en la primera ocasión en que Sehun follaba con un chico, aunque no era como que su experiencia con mujeres fuese muy amplia, pues el rubio había descubierto tras perder la virginidad con una noona de su clase, que lo que ellas podían ofrecerle no bastaba para excitarse y disfrutar debidamente de la experiencia. Algo que con Minki sí que consiguió.
Pese a los recuerdos que les unían, Sehun y Minki jamás fueron novios, de modo que cuando su etapa preparatoriana terminó y cada uno siguió sus caminos, el primero aplicando a un Liceo de Arte y el segundo debiendo regresar a Busan con su familia, ninguno lamento el tener que despedirse, la distancia casi consiguiendo que se olvidaran hasta que Minki se transfirió y terminó, de nuevo, en la misma escuela que Sehun.
Como aquello había sucedido a mitad del trimestre pasado, su oportunidad para reencontrarse no se dio hasta el periodo vacacional, en el que se dedicaron a divertirse, llegando incluso a comenzar aquel curso juntos, como toda la cafetería podía atestiguar. Entonces Minki hizo lo que nadie que jugueteara con el playboy debía hacer, insinuando que lo suyo era una relación en toda regla y obligando a Sehun a terminar con su aventura antes de fuera demasiado tarde.
— Ese es tu problema, en todo caso, creí que había sido claro la última vez. Se acabó, Minki, no me interesa seguir tonteando contigo — espetó Sehun, con su típica indiferencia.
— Ya, he escuchado de tu rutina, pero no soy como los demás. Te provoco demasiado como para sólo usarme y desecharme — Minki se jactó, su expresión triunfante haciendo reír al contrario.
— Que me haya divertido contigo, no significa que seas distinto a los otros — replicó — Sólo hay una persona así para mí y no eres tú —
Dedicándole la mirada más fría que hubiera en su repertorio, Sehun dejó claro que sus palabras no admitían réplica y sin nada más que agregar, se puso de pie y enfiló hacia la salida del lugar. Quería ir a casa, acurrucarse en la cama con su chico en brazos y saber en qué habría terminado la conversación con sus amigos.
🎨
El ceño fruncido con que Junmyeon lo había recibido en su oficina, tardó apenas un par de segundos en desaparecer y es que, nada podría animar más al profesor que tener en sus manos la colección de bocetos en que su estudiante modelo hubiera estado trabajando. Hacía tiempo que lo hubiera mandando a practicar con expresiones humanas, recibiendo siempre bocetos que no alcanzaban para transmitir más allá de la dificultad del artista.
¿Por qué, si Luhan era tan bueno en su área, parecía tener tantos problemas al momento de bocetar retratos humanos?
Viendo la calidad de trabajos que el castaño acababa de entregar, Junmyeon llegó a la conclusión de que el problema de su alumno no era otro más que el no haber encontrado un modelo que le inspirara lo suficiente como para plasmar en el papel la misma belleza que Luhan capturaba al dibujar paisajes y objetos, lo que no le impedía de sorprenderse, porque la musa del chino resultara ser nadie más y nadie menos que Oh Sehun.
— Ahora entiendo porque has estado viniendo tarde a mis clases — murmuró el profesor, tan bajito que incluso al chino le costó trabajo precisar sus palabras — Lo que no cambia que ayer faltaste a mi hora y vas a tener que trabajar doble para cubrir las actividades faltantes —
— E-Esto, sí, señor. S-Sólo... bueno, Sehun no tiene la culpa de mis retrasos. Como le he dicho antes, ha habido-
Antes de que las mentiras siguieran plagando su boca, Junmyeon interrumpió su perorata, centrándose en los dibujos que Luhan le había llevado esa mañana y en el hecho de que, luego de tanto trabajo, por fin podía librar a su estudiante de la tarea de presentarle bocetos con expresiones humanas. Devolviéndole la carpeta con simples bosquejos del holgazán más irritante que Jun hubiera conocido, el profesor se despidió del menor, no sin antes decir que:
— Inspira un poco a ese niño, que aprenda a ser un poco responsable. De lo contrario, bueno, es probable que tu novio no apruebe mi unidad —
Con un asentimiento de cabeza, que no lograba ocultar el tono rosado que teñía sus mejillas, Luhan se marchó, encontrando al culpable de sus sonrojos sólo unos metros más allá de la oficina del profesor. Habían ido juntos al edificio, aunque Sehun se había quedado fuera porque decía que no se sentiría cómodo presenciando el momento en que su profesor le viera en papel, sonriendo, bostezando y hasta durmiendo.
Ni bien advertirlo, Sehun se acercó donde el castaño, sus largas manos rodeándole la cintura, como si fuese del todo incapaz de mantenerse apartado teniendo a Luhan tan cerca. Como no podía ser diferente, el chino se dejó hacer, cada parte de su cuerpo disfrutando de la calidez que emanaba el rubio.
— ¿Cómo estuvo? ¿Se sorprendió al verme en dibujo, cierto? — preguntó el menor.
— Un poco, pero creo que le dio gusto. Después de todo, duraste más en el papel que en todas sus clases — repuso, encontrando un buen momento para llevar a colación los malos hábitos estudiantiles de su novio. Sehun no lo advirtió o, quizás, sólo lo ignoró.
— Sabía que le iban a gustar, eres un artista increíble —
— También soy un hombre tragón — Luhan suspiró, decidiendo que continuaría el sermón sobre responsabilidad cuando volvieran a casa.
Apretujándose un poco más contra el cuerpo del rubio, el castaño dejó caer gran parte de su peso sobre el contrario, sus labios formando un tierno puchero que le concedían una imagen completamente adorable.
— ¿Almuerzas conmigo y los chicos? — le preguntó, entonces — Ya les advertí a Baek y Min sobre verte feo, pero siempre puedes fijarte solo en Yeol. Nuestro gigante estaría agradecido por no ser el único activo amargado en la mesa —
— Comer con Ojos de cachorrito y Carita de bollo no me molesta, pero si vuelves a llamarlo nuestro gigante en lugar de El orejón ese, me pensaré dos veces sobre ir a tu mesa o llevarte a la mía, con Jongin y Yi Fan —
Riendo por la escena de celos que el otro acababa de protagonizar, Luhan se elevó sobre sus puntas, pasando ambos brazos alrededor del cuello de su novio, quien no se resistió a ser mimado cuando los labios del castaño encontraron los suyos. No podían morrearse frente a las oficinas, así que se apartaron al poco y pusieron rumbo a la cafetería, Sehun aún abrazado a la cintura de Luhan, de modo que al caminar su barbilla debía apoyarse en el hombro de su hyung.
Al cruzar por los jardines, tan sumidos en su burbuja que ni una bomba atómica podría haberles hecho reaccionar, ninguno fue consciente de las miradas curiosas que las demás personas les dedicaban.
Debía ser extraño, ver al playboy del campus desfilar por ahí con su nueva conquista, actuando mucho más meloso y cercano de lo que jamás se lo había visto ser, pues al igual que ocurrió con sus amigos, nadie más que Sehun y Luhan podía saber del maravilloso mes que habían pasado juntos y que con cada día que transcurría, auguraba prolongarse durante otros treinta, o cien, o cuantos días fuesen posibles.
Al fondo de la cafetería, viendo a Sehun aparecer y acercarse a su mesa, sólo para invitar a sus dos amigos a unirse al sitio donde las amistades de Luhan aguardaban por ellos, Minki empujó la charola repleta que había frente a él, sorprendiendo a Minhyun, quien no parecía comprender el repentino cambio en su buen humor. ¿Sería debido a que acababa de llevar a Jong Hyun, la persona que Ren más odiaba, a la conversación?
No podía saber, que la razón por la que Minki lucía tan enfadado en esos momentos, lucía igual a un ciervo y se paseaba por la cafetería como si fuese el protagonista de un drama romántico, cuyo guion y estelar no le pertenecía. Y es que, ¿quién sino Minki merecía el papel principal de aquella historia?
Después de todo, el rubio era su primer amor y en lo profundo, Ren sabía que él también había sido el de Sehun.
🎨 Continuará... 🎨
N/A: Quienes ya conocen la historia, probablemente notarán que hubo un cambio de personajes, el cual no afecta para nada la trama, pero ayuda un montón a la comodidad de esta maceta 😅🌱 Igualmente, no olviden que las personalidades de los personajes no reflejan para nada a las personas reales. 💕
¡Disfruten la historia! Y no se olviden de beber agüita y usar mascarilla. ✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top