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🎨 «Final: De trabajos, jaquecas y playboys» 🎨
El último mes, tal como se acostumbraba en el liceo al acercarse el fin de trimestre, los estudiantes se dedicaron a dar vida a los proyectos que hubieran comenzado durante el mes anterior, tapizando desde los edificios, hasta los jardines del campus con las obras que, al cabo de unos días de exhibición, regresarían a casa con sus dueños o serían donados al muestrario escolar.
Ya que el montaje de sus trabajos no podía ser una tarea sencilla, ni mucho menos ligera, la administración solía extender permisos especiales para eximir a algunos alumnos de cubrir el horario reglamentario o justificar sus ausencias en las jornadas de trabajo para que ocuparan el tiempo en sus proyectos. Pero aunque la oportunidad existió, Luhan no fue uno de ellos.
Según él, no era justo pedir indulgencia después de haber sido tan inconstante en los meses pasados, sin mencionar que el restaurante acababa de perder un par de meseros y que él se ausentara sólo pondría en aprietos a Leeteuk. Ni sus amigos, ni mucho menos su novio, se mostraron de acuerdo, pero ni con todos sus esfuerzos lograron vencer a su terquedad.
Al cabo de unas semanas de arduo trabajo, sin embargo, Luhan al fin pudo respirar aliviado, pues todos sus proyectos habían sido terminados y se encontraban instalados en puntos estratégicos del campus.
Comenzando por la galería virtual – una muestra tridimensional sobre el expresionismo que se encontraba disponible al público en la sala de proyecciones – hasta la exposición grupal, en la que se incluía el cuadro en acuarela que el ciervo y Mark Tuan hubieran pintado y que todos podían apreciar con sólo asomarse a la explanada principal.
Existía también el cómic que con Baekhyun se hubieran encargado de distribuir, aquel cuyo protagonista narraba la historia del arte mediante un viaje animado y, finalmente, el proyecto en equipo que más coraje le había tomado al castaño, pues se trataba del producto que hubiera diseñado sólo después de enamorarse (y discutir hasta el cansancio) de su compañero.
Organizado como una serie de cuadros espejo, cada dibujo aparecía acompañado por un reflejo, utilizando las mismas técnicas, pero diferentes modelos, de modo que al mirar el primero, la imagen del segundo se encargara de completar el panorama. «Se trata de dejar ver las dos caras de la misma moneda» había dicho Sehun y dado que el proyecto había sido idea suya, Luhan no se había negado a complacerlo.
Lo que no significaba que exponerse ellos mismos como protagonistas de una colección enfocada en representar el amor, no hubiera atentado contra la timidez del castaño, quien al principio había visto aquello como «una invasión a la privacidad», hasta que Sehun se encargó de convencerlo de que podían pensar en ello igual que «una cursi locura del chico que te ama más que a nada».
Cediendo a las tonterías de su novio, Luhan puso su mayor esfuerzo en el montaje del proyecto, que terminó por ocupar casi todo el pasillo que les asignaron en el edificio donde tomaban Dibujo al natural. La placa que lo presentaba, rezaba una línea de la última canción que el grupo favorito del chino hubiera lanzado al público: «Eres el único refugio para mi corazón».
Quizás estar enamorado del ciervo pudiera haber afectado su gusto musical, pero incluso si Sehun disfrutaba también de la discografía de INFINITE, la verdad era que la primera mañana que tenían libres para descansar y no pensar en la escuela, una de las cosas que menos deseaba hacer, era comenzar el día escuchando «The eye» en el tono de llamada.
— Si es una tontería, te mataré, lo juro — gruñó Sehun, al responder, la tercera vez que el móvil timbró.
Al otro lado de la línea, demasiado divertido con el mal humor de su mejor amigo, Jongin rio. Se suponía que tras la semana de exhibición todos los proyectos que no fueran a pasar al muestrario del liceo debían ser retirados y devueltos a los hogares de sus dueños, lo que incluía el teatrillo donde ellos habían estado ofreciendo funciones de diez minutos con su mortífera marioneta.
Dado que la tarde anterior el menor se había quejado de que estaba cansado y lo único que deseaba era volver a casa con su chico, Jongin le había dejado ir con la promesa de reunirse el sábado temprano y recoger sus cosas antes de que fuesen desechadas. A juzgar por la forma en que Sehun le respondía, el moreno ya podía anticipar que aquel juramento había sido olvidado.
— ¿Desperté a hyung? — se mofó Kim, imaginando que el rubio le estaría gruñendo por haber atentado contra el descanso de su novio.
Levantándose como podía, haciendo el mayor esfuerzo por no despertar al castaño que dormía sobre su pecho, Sehun se apartó de la cama yendo hasta la otra punta del apartamento, sólo para encontrar un sitio en el cuál conversar sin incomodar a su ciervo, justo sobre la lavadora que se hallaba estratégicamente colocada en una pobre esquina.
— Me despertaste a mí, idiota — Sehun rugió — No es por nada, pero yo no te ando arruinando las mañanas cuando lo pasas con el pequeño ojón —
— Yah, pero eso es porque le tienes más miedo a Soo del que yo le tengo a Lu. Hyung es adorable, incluso cuando está molesto —
— ¿Sabes cuándo es más adorable? Exacto, cuando está gimiendo mí nombre — Jongin se rio, pensando en lo fácil que resultaba sacar a relucir la personalidad celosa de su amigo y optó por cambiar el tema, devolviendo la llamada al punto que le interesaba.
— Arrastra tu culo a la escuela después de almorzar o la siguiente vez que llame lo haré al móvil de hyung y veremos si, luego de acusarte, todavía le quedan ganas de ser adorable para ti —
Sin nada más que decir y dejando en Sehun la duda sobre cómo habría conseguido Jongin el número de Luhan, el moreno cortó la llamada. Faltaba poco para que dieran las diez, lo que significaba que el mayor aguardaría un rato antes de cumplir su amenaza. Sehun pensó si valdría la pena ceder a su voluntad o si sólo debía ignorarlo y esforzarse para que su novio tampoco respondiera a sus llamadas.
— ¿Qué haces acá? — preguntó el castaño, abrazándose a su cintura, su cabecita reposando contra su espalda y su voz delatando el estado somnoliento en que todavía se encontraba — Todavía es temprano, Hun. Volvamos a la cama —
«Supongo que está decidido, Nini... puedes recoger el teatrillo tu solo» concluyó Sehun, para sus adentros, sonriendo de lado a lado al acariciar las suaves manos que rodeaban su cuerpo. No tardó nada en girarse y sostener a Luhan entre sus brazos, sus labios buscando los contrarios mientras recorría el camino de vuelta a la cama del mayor.
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Entrevistarse con los profesores para conocer las notas finales, era lo último que restaba por hacer para dar por terminado el trimestre y ya que nadie solía respetar los horarios cuando el momento de despedirse de la escuela estaba a la vuelta de la esquina, el lunes por la mañana fue como si una especie de apocalipsis se desatara en el liceo, con todos los estudiantes mezclados formando grandes multitudes.
Baekhyun fue el primero en negarse a ser parte del bulto que abarrotaba los salones, sus amigos apoyando la moción de no querer comenzar el día siendo confundidos con sardinas y mejor perder tiempo en la cafetería, disfrutando un buen desayuno hasta que el tránsito estudiantil disminuyera. Un par de horas más tarde, los novios del trio fueron enviados a «sondear el terreno».
— ¿Cuánto creen que Sehun vaya a tardar en atinarle un buen zape al ruidoso ese? — preguntó el menor de los tres, cuando sus parejas se hubieron alejado.
No hacía falta ser un genio para saber que la energía inagotable de un Jongdae, al que no parecía asustarle la muerte, estaba cerca de rozar el límite en la tan escasa paciencia que poseía el novio de Luhan, aquellos ojos oscuros irradiando una mirada asesina con cada ruidosa broma y comentario sarcástico que su hyung le dirigía.
— ¡Yah, el ruidoso ese es mi novio! — se quejó Minseok, con las mejillas sonrosadas, al escuchar a Baekhyun.
— Lo sé y, hyung, todavía no puedo entender cómo fue que te enamoraste de él. ¡Habla hasta por los codos y no parece ser capaz de quedarse quieto un momento! —
— A mí me parece bastante tierno — intervino Luhan, sonriendo con dulzura — Pero si sigue recordándole a Sehun que él es el maknae del grupo, no dudo que vaya a terminar recibiendo ese zape —
— Lo siento, creo que le emociona tener nuevos amigos. Desde que Seung-Wan se transfirió, ha estado un poco solo — explicó el mayor, refiriéndose a la mejor amiga de su novio, quien hacía un curso que se hubiera tenido que mudar a Estados Unidos.
— Está bien, hyung, no quise decir que me desagradara. De hecho, a Yeol y a mí nos encanta escuchar sus bromas. Sólo me preocupaba la reacción que pudiera tener cara de póker — se defendió Baek, al notar que quizás, su hyung había malentendido sus palabras.
Luhan saltó entonces a la defensa de su novio, aunque él mismo sabía que la mueca amargada del rostro de Sehun no era algo que sólo sus amigos imaginaran. «Tampoco es que quiera cambiarlo, me encanta ser el único al que le dedica esa cara de bobo enamorado» pensó.
Viendo que el trío al que habían mandado a explorar comenzaba a tardar, Minseok sugirió unírseles, pues «podrían haber aprovechado que una clase tenía menos gente y pedido ellos su notas». No tardaron nada en confirmar que su hyung había tenido razón, encontrando a Chanyeol y a Jongdae esperando por Sehun frente al salón de literatura.
— ¿No se suponía que nos avisarían si había menos gente esperando? — Baekhyun los riñó.
— Eso íbamos a hacer, pero el compañero de Sehun estaba acá cuando llegamos. Parecía no querer que él estuviera cerca cuando hablara con el profe, así que el niño insistió en quedarse — explicó Jongdae.
Justo entonces, la mirada de Luhan se fijó en el interior del salón, donde su novio junto a Jimin, escuchaban los comentarios que el profesor tuviera para hacerles respecto a su proyecto, aquella serie de cuadros de 50x30 en la que el equipo hubiera construido una línea del tiempo sobre la materia, utilizando las portadas de los libros más representativos de cada momento. Debían estar seguros de aprobar pues, en opinión del chino, su proyecto era increíble.
Estaba preparando un felicitación digna del esfuerzo que Sehun había puesto en pintar los cuadros que le tocaron, cuando la reacción de Jimin a su nota final le hizo gruñir y es que, ahí, tan impresionado por los elogios que acababa de recibir como para pensar dos veces en lo que hacía, Park acababa de saltar a los brazos de su compañero, sus piernas enroscándose a la cintura del rubio.
Debían entenderlo, pensaba, pues acababa de oír que el mismo profesor que dos cursos atrás le había suspendido y dicho que «le faltaba inventiva», ahora creía que su crecimiento como artista era digno de ser admirado. El orgullo que esas palabras le provocaban, así como el saber que su compañero de equipo era nadie más y nadie menos que el chico más cotizado de todo el liceo... todo podía lograr que Park Jimin perdiera un poco la cabeza.
Un pequeño descuido, considerando la mirada que el ciervo en el pasillo le dedicaba.
— Oye, ¿te molesta? — Sehun preguntó, haciéndole reaccionar — Se me están acalambrando los brazos —
Y antes de que pudiera mofarse por la expresión que surcaba el rostro de Jimin, el bajito saltó de nuevo esta vez para alcanzar el suelo, sus ojos brillantes puestos en algún punto a espaldas de su compañero. Sehun quería bromear sobre su reacción efusiva luego de haber querido escuchar la nota sin él debido la reticencia con que le trataba desde aquel día en que las clases de juntaron, pero entonces...
— Miedoso — susurró, reparando en el ceño fruncido que decoraba el rostro de su novio, todavía plantado a medio pasillo. Como era obvio, no se estaba refiriendo al ciervo, sino más bien a su compañero — Quita esa cara, enano. Mi chico no va a morderte, aunque parezca dispuesto a hacerlo — le dijo y tuvo el descaro de revolverle el pelo. Jimin saltó asustado.
— ¡Yah! Estás poniendo mi vida en riesgo —
— Como si esa cosita adorable pudiera hacerte algún daño. Anda ya, quiero presumirle a mi novio que gracias a ti conseguí la mejor calificación —
Tirando de la manga de su sudadera, Sehun lo arrastró con él hasta donde sus amigos y novio le esperaban, no prestó atención a la expresión celosa de Luhan, sólo dedicándose a estrecharle fuerte apenas estar cerca y compartir con todos que debido al talento y la paciencia de Jimin (quien le había obligado a cumplir en tiempo y forma con su trabajo) había conseguido obtener la mejor nota de la clase.
— Yo... lo siento, hyung. Creo que la última vez te di a entender que buscaba una oportunidad con Sehun, pero para ser honestos, aunque es guapo... no es mi tipo — se excusó Jimin, al tener oportunidad de dirigirse a Luhan — Igual me emocionaba ser compañero de equipo del playboy del liceo, pero fuera de eso... ¿Cómo lo soportas? ¡Es malditamente amargado! —
— ¿A qué sí? — se metió Baekhyun, sonriendo de lado a lado — Nosotros le decimos lo mismo —
— ¡Yah, tocino, deja en paz a mi novio! — Luhan se quejó y aunque le tomó su tiempo, una vez se deshizo de su metiche amigo, se volvió hacia Jimin y con una sonrisa sincera, le dijo: — No tienes que disculparte de nada, al contrario, lamento ser tan celoso. ¿Te cuento un secreto? Tampoco tengo idea de cómo le hago para soportarlo —
Bromearon un poco más a costa de Sehun, hasta que el rubio se hartó de ser la comidilla y se encargó de apartar a su novio, diciendo que le había parecido notar que el aula de Yunho no lucía tan atiborrada. Separándose para buscar él también a sus amigos, Jimin los dejó ir hasta donde el profesor de dibujo, una corta fila de estudiantes aguardando a ser atendidos cuando ellos llegaron.
Mientras aguardaban sus turnos, Jongin y Yi Fan, junto a Tao, decidieron aparecer también, por lo que el tiempo de espera se volvió muchísimo más corto de lo que había sido si hubieran decidido ir cada uno por su cuenta. Antes de que lo advirtieran, Yunho hizo llamar a Baekhyun, quien se preguntó porque su nombre salía a relucir cuando el profesor atendía aun a otro chico.
— ¿Jungkook? — preguntó, al reconocer el rostro bajo la máscara y el gorro — Pero, ¿estás enfermo o ahora te crees ídolo? —
— Se llama camuflaje, no he visto a Tae desde el viernes que descubrió nuestro proyecto y honestamente me asusta un poco —
— No seas miedoso, hombre y dile que la culpa es suya. Si no fuera tan celoso y supiera dejar el pasado atrás, jamás habríamos tenido que usar los celos como tema principal — aseguró Baekhyun, con confianza.
Jungkook no agregó nada, dejando al profesor intervenir para darles a conocer su nota. Al final, resultó que su trabajo no sólo había sido bastante original, sino que cada detalle en sus dibujos de Taehyung enfurruñado porque se hallaba a medio ataque de celos, le valieron – también – un elogio al modelo por parte del profesor, quien admiraba lo expresivo que podía llegar a ser.
Los últimos en acercarse para recibir sus calificaciones fueron Sehun y Luhan, pues el ciervo (como el novio de Jungkook) se sentía algo cohibido de escuchar una opinión sobre un trabajo que lo tenía a él como a uno de los modelos. No queriendo incomodarle aguardando con ellos en el aula, sus amigos se despidieron diciendo que ya los verían en donde Junmyeon, de modo que lidiar con su vergüenza fue una tarea de la que sólo Sehun se tuvo que ocupar.
Escuchando los comentarios de Yunho – las anotaciones sobre los detalles de sus dibujos y los halagos a la ejecución de la técnica y el diseño que habían elegido para montar el trabajo – con un Luhan vuelto un ovillo entre los brazos de su novio, Sehun se dedicó a prestar la mayor atención al profesor pues no quería que este pensara que estaba dirigiéndose a alguna de las paredes en el aula. Finalmente, llegó el momento de escuchar su calificación.
— Han realizado uno de los mejores proyectos que he visto, así que como es obvio, tienen la nota más alta y tal como se lo dije al equipo de Byun y Jeon, aunque sería un honor tener tan buenos dibujos en el muestrario, comprendo que se trata de un trabajo demasiado íntimo. Siendo así, sólo me resta agradecerles por habernos dejado apreciarlo durante la semana de exhibición —
— Al contrario, profesor — habló Luhan, por primera vez, en lo que iba de su entrevista — Nosotros le agradecemos a usted porque sin esa caja azul, jamás habríamos ido a terminar en el mismo equipo —
— ¿Estás seguro de eso? Como dijo tu amigo aquella mañana, el destino es algo que no se puede alterar y lo que hay entre ustedes... quizás, sea prueba de que algunas cosas están escritas para suceder de cierta forma — sonrió Yunho.
Se marcharon entonces, aunque no alcanzaron a recorrer más de medio pasillo cuando Luhan se giró para celebrar con su novio que habían aprobado la unidad que más miedo le daba suspender. Sehun no dudaba que las calificaciones que les restaban por escuchar fueran a ser igual de buenas que las que tenían hasta el momento, lo que significaba que su chico había cumplido su objetivo y una vez más, era acreedor a la beca que le permitía seguir en el liceo.
— Tampoco debo confiarme, todavía nos queda un último trimestre antes de la graduación y aunque la beca no vaya a ser un problema, no puedo descuidarme si quiero graduarme — comentó Luhan, al escuchar lo que su novio pensaba.
— Está bien, adoro que seas así de responsable, aunque... —
— ¿Qué pasa? —
— Intentemos que sea un trimestre con menos jaquecas. Seré un chico bueno y me esforzaré para no darte problemas, así que no te exijas al punto de descuidar tu salud y en lo posible, recuerda que lo bueno de salir con un chico como yo, es que conozco muy buenos métodos para aligerar el estrés — le dijo, sonriendo de medio lado. Luhan tembló entre sus brazos.
— Ahora que lo mencionas... quizás te tome la palabra. Todo por un trimestre con menos trabajos, jaquecas y playboys —
— Sólo un playboy — aclaró Sehun — Uno que es completamente tuyo —
Lo besó, la sonrisa de Luhan todavía bailando en sus labios cuando sus bocas se encontraron. No se dieron cuenta del tiempo que perdían sumidos en su burbuja, aunque tampoco era como si les importara. Después de todo, el trimestre estaba por terminar, pero su historia apenas comenzaba y esta vez, ambos se encargarían de que no hubiese un final.
🎨 F I N 🎨
Como una historia que nació de una viñeta sin intenciones de ser extendida, "De trabajos, jaquecas y playboys" es esa nube de azúcar que, más que nunca, se los debe todo a ustedes. 💕 Por su interés en descubrir la historia tras el OS y su apoyo a lo largo de la publicación (y ahora también de esta edición/corrección)... ✨ ¡Gracias! ✨
Es un placer compartir este espacio con lectoras/es tan agradables como ustedes y aunque este sea el final de una historia más, no me atrevo a despedirme pues espero y anhelo con ansías el día en que nos volvamos a encontrar. 💕 Hasta entonces, con todo mi cariño,
🌱 Maceto-san 🌱
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