La princesa y "el caballero"
Fecha de publicación: 04/02/2021, 19:00
- ¿Ya estás lista?
- ¿Me podrías recordar por qué estoy haciendo esto? -solo escuché una pequeña risita-
Esa risa burlona era algo que no aguantaba, me hacía sentir utilizada para un fin insulso, como creía que era en este caso.
- Oh, vamos Maggie, tu lo sabes perfectamente, tú dijiste que jugaríamos a lo que yo quisiera ¡Insististe tanto! Así que quise jugar a algo divertido
- Eso lo entiendo -dije, cortando sus palabras- entiendo que te gusten las princesas y los cuentos de fantasía, pero ¿porqué tengo que ser el caballero?
Terminé de decir eso y salí del baño de la sala, mostrando mi vestimenta ante ella: Una capa roja que me llegaba hasta las rodillas, una playera manga larga color blanco con manguitos cafés, y encima de esta una prenda sin mangas marrón, unas botas largas color beige y, el detalle principal, una espada de plástico de color plateado con una empuñadura café, simulando ser de madera.
- No se por qué te quejas, te ves bien así -dijo ojeando cada detalle del traje-
- Es fácil para ti decirlo, eres la princesa y estás usando un 'lindo vestido' -dije en un tono neutral y haciendo comillas con los dedos-
Salió de la cortina, mostrando un hermoso vestido blanco, el cual llegaba hasta los talones y marcaba un poco su cintura, tipo princesa Peach, teniendo en medio varias decoraciones tipo perlas, diamantes hechos de vidrio y demás en medio de este, complementándolo con unos guantes largos y una tiara con un otra decoración de vidrio, todo del mismo color del vestido.
- Humm, todavía tenemos que trabajar en tu papel de caballero, pero tranquila, sé que lo podrás hacer -dijo subiéndose a la cama del hospital- ¿estás lista?
- Está bien, hagamos esto -dije enfundando la espada y retrocediendo hacia el otro lado de la habitación-
El escenario estaba listo, tanto Jeane como yo tardamos unas horas en hacerlo, y el resultado era convincente: Las cortinas de la cama tenían dibujadas un castillo enorme de color rojo, con 2 torres que destacaban, una en la cual hicimos un corte cuadrado en la parte superior, simulando una ventana en la cual la princesa asomaría la cara en búsqueda de quien la rescate. ¿De qué había que rescatarla? ¡de unos monstruos los cuales la habían secuestrado y querían obligarla a ser su reina! Estos monstruos eran representados por varios juguetes regados en el suelo, en los cuales había varios peluches como osos y animalitos en general, muñecos como soldados de la guardia real inglesa, algunas caricaturas y más, usando algunas fichas de Lego como trampas de los monstruos.
Todo esto lo sortearía el caballero, el cual tenía el deber de proteger a la princesa ante las amenazas que hubiera en el reino, y ahora la salvaría de las garras del mal.
Todo estaba bien, salvo por un pequeño detalle
- Ok, caballero -soltó una risilla al decir esa palabra- ¿estás preparado?
No podía entender por qué tenía que humillarme de esta manera, solo sabía que apenas terminamos de armar el sitio ella me pasó una bolsa...
Hace 30 minutos
- Bueno, creo que es todo, ¿qué piensas, Jeane? -dije volteando a verla-
- Opino que somos unas grandes diseñadoras, y que eres una gran dibujante, amiga -dijo para luego darme un abrazo-
El cariño en ella era ya normal, así que solo correspondí con mucha alegría, se sentía bastante cálido, aunque no sabía por qué...
- Oh, cierto -se separó rápido- nos falta algo importante -dijo corriendo a su mochila, sacando 2 bolsas, pasándome una a mi-
- ¿Qué es esto? -pregunté bastante confundida-
- Pues si vamos a hacer un reino donde la princesa debe ser salvada, pues obviamente falta un caballero.
- Espera, quieres decir que...
Abrí esa bolsa, para ver ese disfraz.
- Debes estar bromeando -dije riendo algo incómoda-
- Nop, quiero que seas mi leal caballero, mientras yo soy la hermosa princesa -hizo un gesto con su mano-
- Mira, sé que nos costó hacer esto, pero no pienso hacerlo -crucé los brazos y dejé la bolsa en el suelo-
- Pero Maggie, no va a ser divertido si no hay un caballero que salve a la princesa, y a mi madre le costó encontrar los disfraces -dirigió su mirada hacia mí con ojos algo tristes-
- Dile que muchas gracias, pero no pienso hacer esto ¿ser un caballero? Pfff, por favor -me mantuve firme en mi posición-
- Maggie..., por favor, solo es por hoy, solo quiero jugar contigo -decía insistente-
- No
- Pero...
- ¡No! -terminé por irme a sentar en la sala de espera-
- Pero Maggie, no me dejes -se empezó a escuchar algo de tristeza en su voz-
Escuchar que podía llegar a romper en llanto me hizo recapacitar. Me hizo sentir tonta, pues yo había prometido a todos que la iba a cuidar, además, era mi mejor amiga.
Tal vez me arrepentiría, pero...
- Bueno, entonces no hay tiempo que perder -corrí hacia el baño con la bolsa y el disfraz-
- ¿Lo dices enserio? -dijo mirándome en la puerta-
- Claro, nos tomó mucho hacer esto, además eso hacen las amigas ¿no? -la miré con algo de complicidad-
Su ilusión era tan palpable que no necesitaba más respuesta
- Ve poniéndote tu vestido de princesa para empezar rápido
- ¡Enseguida! -corrió hacia su cama y deslizó las cortinas, poniendo un papel con cinta en el hueco-
Reí ante el acto tan repentino, girando la perilla y entrando a cambiarme...
En ese instante me sentía algo ridícula, pero lo iba a hacer por Jeane, era mi promesa y en el fondo sabía que ella lo valía. Quise dejar todo lo malo que pudiera pensar a un lado, explotando la imaginación que creía muerta (enterrada hace varios años para darle paso a mi nuevo yo).
- Estoy más que listo para usted, bella damisela -saqué la espada de plástico, empuñándola hacia arriba y poniendo mi pie derecho en la butaca-
- ¡Siiii! Ya estamos listas. Vamos a nuestros lugares
Entonces nos acomodamos cada cual, en un extremo de la habitación, la cual estaba peculiarmente vacía, según mi madre porque, casualmente, todos los pacientes tenían alguna revisión de su estado, cosa que me dejó pensando, pero mi responsabilidad era Jeane y lo único en lo que pensaba, así que lo ignoré.
Jeane se hizo encima de su cama, sacando la cabeza por la abertura de la cortina, mientras yo fui a la puerta del cuarto, esperando a la señal para dar inicio.
- ¿Estás lista, Maggie? -dijo sacando una pañoleta blanca por la abertura-
- Claro que si -tomé el mango de mi espada-
- Entonces es hora... -inhaló un poco, para empezar el juego- ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Oh, noble caballero de gran corazón! ¡me tienen secuestrada y no puedo salir de aquí!
- ¡Tranquila, princesa! ¡No desfallezca! ¡iré a rescatarla y no dejaré que nada le pase!
En breve salí corriendo hacia los peluches mientas desenfundaba la espada, al llegar a ellos, solo los miré con determinación y puse una sonrisa burlona.
- ¿Así que ustedes osan dañar a mi princesa? -dije acercando la espada hacia la cara de un oso de felpa- si es así, entonces tendré que, en nombre de ella, acabar con ustedes
Y así comencé a golpear a cada uno de ellos con fuerza, yéndose varios hacia las paredes o las demás camas, abriéndome camino entre tantos juguetes, acercándome más hacia ella
- Allá voy princesa, no la dejaré sola
- ¡Cuidado con el rio de lava!
Miré al suelo y pude observar el montón de fichas 'Lego' rojas tiradas a lo ancho del suelo, sabiendo que, fuera del juego de ser lava, podía lastimarme los pies o resbalarme, llegando a hacerme mucho daño. Entonces decidí tomar impulso y saltar esta peligrosa trampa
- ¿Qué haces Maggie? -se notaba el tono preocupado de Jeane, ya fuera de personaje-
- Tranquila princesa, este rio no me detendrá de rescatarla
- ¡Cuidado!
Sin prestarle atención a su grito, tomé carrera y dí el salto justo a tiempo, y alcanzé a caer justo del otro lado, logrando mantener el equilibrio y evitando caer por la propia inercia, mirando de nuevo el montón de fichas y dando una sonrisa de victoria.
- ¡Oh, mi dulce caballero de gran y noble corazón! Has pasado tan terrible peligro solo por mí.
- Princesa, ¡Oh, mi amada princesa! Nunca dude de lo que puedo hacer por usted, tan bella dama de la realeza -dije poniendo mi mano en el pecho-
La verdad es que si había disfrutado las lecturas fantasiosas que Jeane me compartía siempre que yo llegaba al hospital. Los diálogos, el encanto que trae una historia de reinos, realeza, caballeros y fantasía era menos ridículo de lo que yo pensaba, incluso la cursilería de algunas escenas era bastante encantadora, siendo yo algo distante a ello. Jeane me hacía sentir que tal vez lo meloso podía llegar a ser entretenido. Eso jamás me lo transmitió nadie, y dudo que vuelva a pasar, al menos con el calor en el corazón que me daba ella.
El juego siguió de forma divertida, pasando más juguetes y esquivando 'guardias' que tenían vigilado el castillo, para ya después de la ardua travesía, llegar hasta donde ella, vestida aún con su resplandeciente vestido blanco.
- Oh, mi amado caballero, has llegado. Vámonos de este lugar y volvamos al reino -dijo tomándome de la mano en señal de caminar juntas-
- Tiene razón, no hay tiempo que perder
Y dicho esto la tomo de la cintura para cargarla en mis brazos.
- Ma-ma-Maggie, qu-qu- ¿qué haces?
- Prometí llevarla a salvo a su reino, y estoy aquí para cumplirle -así que salté de la cama con ella en brazos y recorrí el cuarto hacia la puerta-
El personaje me había consumido un poco, no pensé que fuera a adentrarme tanto en el papel y disfrutar tanto de este rol que sentía ridículo en un principio. Pero ahí estaba, cargando a Jeane como una hermosa princesa en apuros, cual príncipe salva a su damisela. Lo peor es que, en aquellos segundos donde esquivaba todos los juguetes regados en el piso, no la oí gritar del susto, incluso pude sentir sus manos abrazando mi espalda, en un acto de miedo y confianza ciega que solo me metían más en el rol de cuidadora que debía tener con ella. Era una princesa en la vida real, y yo su caballero.
Al llegar a la puerta, la bajé con cuidado, estando las dos muy hiperventiladas, a ella se le notaba aún algo de miedo, lo cual me hacía sentir bastante culpable.
- Jeane, yo... -me detuve cuando ella alzó la mirada, mostrando unos ojos alegres-
Ella depositó un beso en mi mejilla, para después proseguir a darme un abrazo
- Gracias Maggie, eres el mejor caballero que cualquier princesa puede tener -dijo manteniendo ese acto afectivo-
Mi cara se puso roja, la cabeza me daba vueltas y no sabía que pensar en ese instante, fue tan repentino que ni podía corresponderle el abrazo, pues seguía en estado de shock. Dejando los segundos pasar y recuperando la razón, solo fui sincera con ella.
- Y tú la princesa que cualquier caballero quisiera proteger -dije para finalmente corresponder el abrazo- la mejor princesa...
Seguimos recogiendo el desorden del sitio, incluso tratamos de esconder la cortina para cambiarla por una nueva, dejando así el sitio tal como lo habían dejado.
- Fue bastante divertido ¿cierto, Maggie? -preguntó mientras alzaba los peluches-
- Claro que sí, no pensé que ser un caballero sería tan divertido
- Si, y mañana podemos hacer lo mismo, o jugar a ser dragones, o espías, o ¡Oh! ¡Ya se! Podemos hacer batallas de... ¡Ahh! -de repente y sin motivo aparente ella se tropezó-
Ella cayó al piso estrepitosamente, haciendo que dejara caer las fichas al piso para ir a atenderla
- ¡Jeane! ¿Qué pasó? -pregunté mientras le sobaba la pierna-
- No lo sé, solo me sentí débil un instante, y de la nada me caí -señalaba su rodilla en señal de donde sentía dolor-
Apenas dijo eso sentí que se me helaba la sangre. Sabía lo que eso significaba, aunque quisiera negarlo y pensara que fue un accidente. La enfermedad iba avanzando, y ella empezaría a sufrir más.
- Creo que debes estar cansada -la volví a tomar de la cintura para cargarla-
- Maggie, tranquila. Puedo ir a la cama yo sola -dijo casi con un puchero de niña pequeña-
- Pero no sería un buen caballero si dejo que mi princesa se canse de esa manera ¿o sí?
- Hummm, tienes razón -dijo esbozando una sonrisa final-
- Así se habla, entonces la llevaré a la cama
- Qué galante, mi caballero
Reí ante el cumplido, aunque solo por querer cubrir la preocupación que sentía por ella. No sabía cuanto le quedaba, pero si que necesitaría estar más con ella mientras pudiera hacerlo...
...
Primero, disculpa si no he respondido las reviews que han dejado sobre el capítulo anterior, solo diré que prometo compensarlo con el de hoy.
Como siempre, dudas, quejas y reclamos en los comentarios. Espero hayan disfrutado la lectura.
Atentamente: Cris
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