Capitulo 31: No a las palabras de apoyo barato.
Por más divertido que fuera molestar a Dany, sentía que debía seguir moviéndome, por lo que después de mi broma –seguida de un par más –Me retire de la gran mansión para volver al bosque. Se hizo de noche mientras caminaba explorando el lugar, podía escuchar al desgraciado cuervo detrás de mío, mientras notaba que las cadenas que ataban mis extremidades se volvían un tanto más pesadas, suspire decidiendo tomar una pequeña siesta. Me acosté contra un gran roble y me abrace a mí misma intentando conciliar el sueño.
En mis sueños podía sentir como era jalada, gritos horribles resonaban por todo el lugar, mi respiración se aceleraba, quería despertar, sabía que era un sueño, deseaba abrir mis ojos y poder encontrarme con el cielo estrellado, pero estaba atrapada. El lugar en el que me encontraba está sumido en una profunda oscuridad pero aun así podía ver unas figuras humanoides con rostros deformados, que dejaban escuchar los gritos y lamentos que me atormentaban, había un grito en especial que me llamo la atención, por lo que con gran esfuerzo camine hacia la voz que parecía familiar, el suelo se sentía viscoso y me daban ganas de vomitar, los jalones hicieron que cayera, pero seguí arrastrándome por el suelo intentando no pensar en lo asqueroso que se sentía todo, hasta que llegue a la figura que se lamentaba. Abrí los ojos de golpe al ver que se trataba de mí, o bueno la versión mía de cuando tenía 8 años que lloraba atada a un montón de cadenas parecidas a las mías mientras algo negro subía por sus piernas. Di un fuerte grito que logro despertarme.
Mi pecho subía y bajaba jadeando al mismo tiempo que sentía algo de sudor correr por mi frente, no sabía que había sido ese sueño y tampoco quería averiguarlo. Pase mis manos por mi rostro en un intento de poder controlarme, para luego colocarme de pie, caminar ayudaría a distraerme, eso siempre ayudaba. Suspire al notar que era de día, aunque el cielo seguía nublado al igual que el día anterior, ahora que lo pensaba quizás eso era algo característico del purgatorio en el que me encontraba dado que los días anteriores estuvieron con un sol deslumbrante y bello.
Me alegre un poco al encontrar la carretera de nuevo empezando a seguirla, al menos ahora podía llegar a la ciudad para encontrar más incautos a los que asustar, eso sonaba a un buen plan. Llegue a un cruce en el cual tuve que escoger si ir a la derecha o a la izquierda, el que no hubiera ningún letrero fue de mucha ayuda –Nótese el sarcasmo –Me tomo un segundo decidir en qué dirección ir mientras tomaba nota de dejar una queja a los encargados de vialidad por su buen trabajo –léase con sarcasmo nuevamente – Por alguna razón la izquierda me pareció una muy buena elección, de alguna forma sentía que algo me llamaba en esa dirección, diría que era extraño pero luego de todo lo que había sucedido, el querer ir en una dirección era lo menos raro de mi día.
Camine por la orilla de la carretera, tarareando una canción algo aburrida al estar sola, y no tener nadie con quien hablar, aunque si hubiera gente tampoco podrían escucharme, aquello me hacía pensar en si yo era la única alma en este purgatorio, quizás si buscaba bien encontraría a alguien más que pudiera ayudarme o con que al menos pudiera conversar para no empezar a hablar sola como una loca. De repente me pare de golpe a mitad de camino, mire a todas partes, sintiendo nuevamente que algo me llamaba, dude por un segundo para entrar al bosque otra vez. Sin darme cuenta mis pasos se volvieron cada vez más rápidos, hasta que sin notarlo comencé a correr con algo de desesperación sin saber bien el porqué. Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron hasta que pare en seco viendo frente a mí a un león, aunque no era posible que estuviera segura lo sabía, sabía quién era ese león.
-Vasily… -Murmure pudiendo notar el cómo mi corazón se aceleraba, sintiendo un pequeño nudo en mi garganta. Quería acercarme a él y abrazarlo, pero sabía muy bien que él no podría verme o al menos eso creí hasta que el corrió en mi dirección tacleándome en el piso. Abrí mis ojos con sorpresa al estar en el suelo -¿Puedes verme? –Fue lo único que logre decir.
-“Puedo” –Afirmo en mi cabeza, ante sus palabras reaccione por instinto rodeándolo con mis brazos en un abrazo lleno de necesidad, rompiendo en lágrimas, se sentía tan bien ser vista y oída, que sin poder parar empecé a llorar sin importarme lo patética que pude llegar a verme, mi león estúpido podía verme, y eso era lo único que me importaba en el momento.
Después de llorar un rato, Vasily se alejó un poco para poder mirarme a los ojos y comenzar a lamer mis mejillas haciendo desparecer las lágrimas que cayeron de mis ojos causándome cosquillas, reí antes sus acciones retorciéndome debajo de el con una sonrisa en los labios que demostraba el verdadero alivio y felicidad que sentía en el momento, no estaba sola.
-Ya, está bien Vasily, ya basta –Pedí entre ligeras risas haciendo que el retrocediera dándome mi espacio para poder sentarme en el suelo limpiando mi rostro con las mangas de mi chaqueta. Por unos segundos me quedo observando hasta que pareció notar las cadenas en mis pies y cuello, gruño un poco para acercarse y tomarlas entre sus dientes como si pudiera morderlas hasta que se rompieran, pero por más lindo que me pareció este acto, no logro nada.
-“¿De qué están hechas?” –Me pregunto al alejarse nuevamente sentándose frente a mí.
-No tengo idea, tan solo sé que las tenía puestas cuando desperté –Explique bajándome de hombros, aunque no me detuve a observarlas con atención en ningún momento podía sentir que no estaban hechas con ningún material normal.
-“¿Despertar?” –Ladeo su cabeza ligeramente en confusión, oh cierto tan solo había pasado un día y medio desde que mi cuerpo y alma se separaron, probablemente aun no le habían contado todo lo sucedido, aunque si logre hacer contacto con Kara creía que ella le habría contado al menos a Erik y el a Vasily.
-Es una larga historia… -murmure resoplando - ¿Qué te parece si te la cuento mientras vamos por tu ropa? –Pregunte viendo como asentía para pararse y darse la vuelta.
-“Sube” –Dijo a lo que eleve una ceja, usualmente rechazaría aquella invitación, pero al diablo las cadenas pesaban como el infierno y ya estaba cansada. Me puse de pie para subirme sobre el sujetándome de su suave melena, era cómodo debía admitir –“Eres demasiado liviana…” –Murmuro como si aquello fuera algo malo, a lo que me baje hombros, no creía que las almas pesaran mucho.
Durante el trayecto en su espalda le fui contando todo lo ocurrido, desde que comencé a salir con Mathew hasta la cena y finalmente el plan de escape frustrado, y el cómo logre hacer contacto con Kara al despertar para que diera mi mensaje. Para cuando llegamos Vasily ya sabía todo lo que tenía saber, aunque evitando algunos detalles irrelevantes, como el que me desvié del camino para jugarle unas bromas a Dany, quizás luego comentaría eso, pero por el momento no me parecía relevante.
-Eres un alma… -Dijo mientras se colocaba su camiseta y yo asentía con la cabeza – Pero si eres un alma ¿Cómo es que puedo verte? –Podía notar que él no dudaba de mis palabras pero su pregunta era más bien una duda genuina ante todo, debía admitir que yo también tenía la misma duda. Pensé un poco intentando llegar a una respuesta hasta que tuve una pequeña revelación.
-Somos almas gemelas –Susurre por lo bajo para levantar el rostro viendo al cambia formas que tenía una ceja enarcada –Somos almas gemelas, nuestras almas están conectadas por algo más que un vínculo físico o terrenal –Por un segundo pareció pensar lo que yo decía para luego asentir.
-Eso parece tener sentido –Finalmente dijo, suspire con un poco de alivio para luego darme cuenta de algo.
-Tú eras quien me estaba llamando.
-¿Disculpa?
-Desde que desperté, sentí que algo me llamaba, que me indicaba por dónde ir, es decir no creo que sea coincidencia que haya despertado en un bosque cerca de la reserva o que te haya encontrado merodeando solo por el lugar –Explique lo mejor que pude notando la sorpresa en sus ojos.
-Yo estaba en el bosque por lo mismo… Sentía que algo me estaba llamando, que me necesitaban –Conto para mi sorpresa.
-Nuestras almas se llaman mutuamente, eso es interesante –Comente bostezando, cada vez tenía más sueño por alguna razón, pero no quería volver a dormir, no después del sueño que tuve.
-Al parecer –Concedió apoyando su espalda contra una árbol - ¿y? ¿Qué planeas hacer?
-¿asustar gente? –Pregunte enarcando una ceja viéndole con confusión ¿se suponía que debía tener algún plan?
-Me refiero a tu plan para recuperar tu cuerpo y escapar con Mathew –Dijo un poco más serio a lo que yo respondí bajándome de hombros - ¿Entonces qué? ¿Tú te quedas vagando como un alma hasta que ellos lo quieran? ¿Y terminar casándote con alguien a quien no amas? –Pregunto haciendo que yo dejara ver una mueca en mi rostro - ¿Tan solo los dejaras ganar?
-¿Y qué quieres que haga? –Pregunte parándome para verle más seria – Incluso si recupero mi cuerpo, y de alguna forma logro escapar con Mathew, mi familia va a pagar las consecuencias de mis actos –Dije furiosa y frustrada - ¿Crees que quiero quedarme así? ¿Qué quiero casarme con un perfecto extraño? -interrogue notando como se sorprendía – Pues no, no quiero ¡Y nunca lo quise! –Exclame con la respiración acelerada mordiendo mi labio. –Nunca lo quise… Pero a veces simplemente no tienes opción, a veces estas atorado con lo que el destino quiere para ti –Suspire colocando mi espalda contra un árbol dejándome caer sentada.
-El destino puede ser cambiado, tan solo debes tener fe –Dijo luego de un pequeño silencio acercándose a mí, pero yo me rehusé a mirarlo, no quería sus palabras de consuelo, no las necesitaba.
-Ahórrate las palabras de apoyo baratas –Respondí sintiendo como sujetaba mi rostro entre sus manos.
-Somos alma gemelas, el destino nos hizo el uno para el otro, pero aun así tu corazón le pertenece a otra persona –Conto con un poco de dolor en su mirada. Jamás me había puesto a pensar en lo que Vasily pensaba o sentía de todo esto, vaya, había sido una real perra.
-Vasily –Le llame pero el negó.
-El destino es solo un guía, nosotros somos quien hacemos nuestro futuro –Me interrumpió viéndome con determinación –Incluso si todo parece oscuro, no pierdas las esperanzas, eres fuerte, lo sé, sé que puedes superar esto y encontrar una solución para cada problema al que te enfrentes, tan solo debes seguir teniendo fe en ti misma –Me sonrió de tal forma que sentí que finalmente había encontrado la fuerza que pensé perdida. Vasily tenía razón, no era tiempo de rendirse, era tiempo de un plan.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top